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Adrian Wild

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Todo lo publicado por Adrian Wild

  1. Acariciaba a Nix con dos dedos, apoyado en los ladrillos que componían la parte final de la chimenea que se alzaba sobre el tejado. En la otra mano, el sobre con el sello de la Universidad iba recorriendo de uno en uno todos los huecos entre mis dedos. Cerré los ojos unos instantes e inspiré profundamente, abriéndolos al expirar. Por fin iba a aprender cómo usar los nuevos anillos y amuletos que venían con el nuevo libro que había adquirido en el Magic Mall. Miré a mi lechuza y con unos leves toquecitos en la cabeza le indiqué que estaba libre y podía ir a dar una vuelta o comer lo que fuera. Me puse de pie con gran agilidad sobre las tejas del castillo y me guardé la carta en el bolsillo trasero de mis pantalones vaqueros estrechos. Tomé un poco de carrerilla y salté por el borde del tejado. El colgante plateado de dos alas, el amuleto volador que llevaba en mi cuello, brilló levemente transmitiéndome una sensación de ligereza y pude descender escasos metros hasta el balcón que daba a mi habitación. Abrí la puerta de cristal y madera y me adentré en mi alcoba. Dejé la carta sobre la cama y busqué en el armario una camiseta de manga corta. Me cubrí el torso con una blanca que tenía el dibujo de unas plumas azules sobre el hombro izquierdo y sobre esto me puse una túnica azulona, algo más oscura, completamente lisa y con unos acabados algo desiguales. Las mangas me cubrían hasta la mitad del antebrazo. - Wil, ¿has visto mi varita? Mi elfo apareció apenas hube pronunciado su nombre y ya traía a Dror entre sus manos. - Sabes que no me gusta que te la lleves, aunque sea para guardarla. - Lo sé, lo siento. Pero te la dejaste sobre la cama y... - Y nada, Wil. No lo hagas, por favor. Confiaba plenamente en mi elfo, pero la varita de un mago era algo demasiado personal e incluso impredecible como para andar paseándolo de un lado a otro. Es verdad que lo único que pretendía Wilmo era evitar una catástrofe con algún descuido mío, pero quién sabe cómo podría reaccionar mi varita entre sus diminutas y huesudas manos. Abrí el armario y el último cajón, de donde saqué el libro de la Fortaleza, el amuleto y los anillos. Me coloqué dos de los anillos en el dedo índice de la mano derecha y el tercero en el anular de la izquierda y me colgué el amuleto en el cuello junto al otro. Metí el libro en una bolsa de cuero marrón que me tendí a la espalda y me guardé a Dror en el bolsillo del pantalón. - Bien, pues ya está. Pásame la carta, Wil. Dicho y hecho, mi obedientísimo elfo me pasó la carta que abrí para sustraer el objeto que hasta aquel entonces no había querido tocar, pues desde el principio supuse que era un traslador. Era una especie de resto de alguna piedra negruzca. - Te veo luego. Noté que mi elfo me miró de arriba a abajo y quiso decirme algo, pero ya había tocado la piedra y para cuando dijo la frase, yo ya estaba muy lejos de Ottery. ------------------------------ - Maldición... Los zapatos. Efectivamente, iba descalzo. Menos mal que había caído sobre blando y me fijé en que me encontraba sobre una especie de monte cubierto por fresca hierba verde. Había una hondonada en el centro y un pequeño lago. ¿Dónde demonios estaba? O sea, en qué parte del mundo. El paisaje dejaba claro que estaba en... En... Espera, ¿aquello era el cráter de un volcán? Me acerqué a las personas que había allí y me alegró ver caras conocidas. Algunas eran de la Orden, todavía tenía recuerdos de compañeros, y una fue más que conocida. - ¡Cye! Qué bien que estés también aquí - abracé a mi cuñada y entonces, una mujer empezó a hablar. ¿Era Athena? Sí, efectivamente. ¡Guau! Cuánto tiempo hacía que no la veía. Al parecer era ella la que nos iba a guiar en las clases. Vamos, que era la profesora. Pasó rápidamente a las presentaciones, deseando que fueran breves, así que, cómo yo también quería ir al grano y no dilatar aquellas cortesías, comenté en voz alta: - Adrian Wild, Dumbledore de nacimiento y Potter Black adoptivo. Sentí la tierra mojada bajo mis pies y aquello me llenó de energía. A lo lejos vi un moai. Vale, estábamos en la isla de Pascua. Al final me alegraba de no haber llevado zapatos.
  2. Adrian Wild

    Inscripciones

    Nick: Adrian Wild ID: 83911 Libro de Hechizos: Libro de la Fortaleza Justificante de compra del Libro (Link a la bóveda trastero): Link Rango Social: Unicornios de Oro Nivel de Magia: VI Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Marzo 2010 Link a la Bóveda: Bóveda No. 78776 Link a la Ficha: Ficha No. 78654 Ñañañañaaaaaa, mi primera clase de libros de hechizos :3 Tengo muchas ganas la verdad.
  3. La última vez que había estado allí no había hecho muy buenas migas con la dependienta. El arrebato de los días navideños no era bueno si pillaba fuerte. Poco después me enteré que ya podía adquirir un libro de hechizos más, pero que, al parecer, debía inscribirme a unas clases en la Universidad Mágica para poder usar todos los nuevos poderes que el libro me otorgaría. En cualquier caso, lo primero, era lo primero: adquirir el libro. Así que, de esta forma, me encontraba de nuevo en aquella sala de luz tenue cuyo aire condensado dificultaba una respiración serena. Me acerqué con paso tranquilo hacia el mostrador y observé que había un dependiente en vez de la mujer que me había atendido allá por Enero. Respiré profundo (maldito ambiente pesado), no sin cierta dificultad. - Buenas tardes. Venía a por el Libro de la Fortaleza -expliqué con un tono educado. En seguida tuve frente a mí el formulario que debía rellenar y una pluma con el tintero al lado. No tardé mucho en completar todos los datos y le entregué los tres objetos al dependiente de nuevo. - Gracias. Espero que esté todo en orden. Cuánta seriedad. Cuánta frialdad. Salí del lugar sin hacer ningún ruido exhuberante, y una vez en el hall del Magic Mall, respiré a gusto. Ya me podía acostumbrar a aquella sensación si cada vez que tuviera que comprar algún objeto extraño tenía que ir a aquella parte del centro comercial. ----------------------------------------- ID: 83911 Nick: Adrián Wild Nivel Mágico: VI Link a la Bóveda Trastero: No. 107285 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: No. 78776 Fecha: 2016-06-26 Nombre del producto: Libro de la Fortaleza Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizos Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: -- Precio: 5000 G Precio total: 5000 Galeones Total de Puntos: -- EDITO porque se envió el mensaje antes de terminarlo. Le di sin querer a la tecla de enviar.
  4. Me gustaba mucho aquella sensación. Estaba en casa, rodeado de viejos amigos y compañeros, y algún que otro nuevo. Sonreí cuando Ed bromeó con lo del quintaped y eximió al chico nuevo de la amenaza. - Oh, Ed. ¡No te desperdigues mucho! -dije ante el aviso de partida del fenixiano-. Te necesitaremos para la mudanza. Observé entonces con atención al muchacho (@JoaPotterSeverus) e intenté interpretar alguna emoción en su rostro, pero no sabría decir muy bien a qué emoción o cúmulo de emociones se correspondía aquella mueca. Lo que sí pude notar después es que sus ojos color miel buscaron alguna forma de entablar conversación con alguien. - Tranquilo, no creo que quepa más fauna en los que sean los terrenos de la nueva casa -le comenté con tono tranquilizador. Tomé una de las teteras y me serví un té con leche al que agregué unas cuantas cucharadas de azúcar. El estómago llevaba tiempo reclamando mi atención, así que no tardé en tener preparada una tostada con mantequilla y mermelada de ciruela en el plato y otra con mantequilla y miel. Realicé aquello en silencio y después, le indiqué al chico que se sirviera lo que quisiera. - Te recomiendo los croissants rellenos de crema -le dije en un susurro confidencial-. Pero procura que no te vea hacerles ascos aquella elfina de allí si no te gustan -señalé con el dedo a una elfina que había salido de la cocina y se había quedado en la puerta, con el mandil todavía puesto, observándonos-, es la que los cocina -aclaré. Unos golpecitos lejanos indicaron que alguien llamaba a la puerta. Mi elfo apareció en el comedor y se acercó apresuradamente a mí. - Es tu hermano -me susurró al oído. Mi hermano... Mi hermano... - Ishaya -dijo entonces Wilmo al ver mi expresión de duda. ¡Ishaya! Me levanté indicando a los presentes que iba a abrir y salí casi corriendo de la estancia. Hacía mucho tiempo que no veía a mi hermano. No era hermano de sangre, pero era, junto con Sagitas, el hermano más cercano que había tenido desde que desapareció mi madre. Además, era el marido de mi gran amiga y compañera Cye. Aquello me hizo pensar en el negocio que habíamos abierto juntos y que tenía abandonado y algo punzó mi interior. Pero no era momento de pensar en esas cosas. Retuve el pensamiento negativo en alguna zona de mi mente y seguí mi camino hacia el Hall. - ¡Ishaya! -me abalancé sobre él en cuant hube abierto la puerta-. ¡Cuánto tiempo! Como era de esperar, no había calculado ni el impulso ni la fuerza y nos encontramos en menos de lo que dura un instante revolcados en el suelo. Familia. Adoraba a la familia. (@ @@Edmund Browsler )
  5. Antes de que Sally pudiera responderme, Wilmo apareció a mi lado y me hizo una seña para que me agachara. Así lo hice, acercándome a su rostro y él me susurró al oído que había dos personas esperando en el Hall para ser recibidos (@@JoaPotterSeverus / @@Niko Uzumaki). Miré a mi prima sin saber si ella sabía algo de aquella visita, pero me tomé la libertad de decidir que compartieran el desayuno con nosotros. - Diles que pasen, Wilmo. Estará bien tener más compañía en el desayuno. Realmente tenía muchas ganas de ver a viejos conocidos, aunque si eran personas a las que conocer, también estaba bien predispuesto. Me sentía muy feliz de estar de vuelta, a pesar de que cada rincón de aquel castillo me condujera a recuerdos que habían cobrado un sabor amargo con el paso de los años. Esperé junto a los pequeños magos y a mi prima, los tres sentados, a que volviera Wil con las visitas, cuando por la puerta asomó un rostro bastante conocido y añorado; tanto, que se me heló la sangre al verlo, más de lo que ya la tenía. - Emily. Pronuncié su nombre con un extraño tono melancólico y alegre. Me quedé parado, viendo cómo se acercaba a nosotros. No pude formular ninguna palabra a pesar de querer contestar a su pregunta. Miré a Sally deseando que dijera algo, cuando de repente otra voz surgió por detrás de la recién llegada. El hombre junto al que había observado el árbol familiar la noche anterior hizo su entrada en el comedor para unirse a nosotros en el desayuno. En ese mismo momento los elfos domésticos comenzaron a poner toda la vajilla correspondiente al desayuno y a traer las bandejas repletas de dulces, tostadas y frutas. Sería mejor que empezásemos a desayunar. Me fui a sentar al lado de uno de los dos niños, quedando frente al hombre que miraba la comida con gran gusto. - Emily, siéntate donde quieras, acompáñanos. Las palabras salieron de seguido, con una finjida seguridad. Coloqué la servilleta de tela en mi regazo y mis ojos recorrieron los manjares tan bien presentados. Casi había olvidado lo que era comer a mesa puesta, donde me lo sirvieran todo. En la casa de España todos colaboraban en las tareas domésticas y en todo lo concerniente a la casa, y yo no era menos. La verdad era que me gustaba aquello, porque era una forma muy humana de resolver la vida cotidiana, pero también agradacía inmensamente poner sentarme y no tener que preocuparme más que de comer y disfrutar de mi familia. Wil apareció por la puerta con los dos visitantes. Reconocí a Niko, pero no sabía muy bien quién era el otro chico que acompañaba a mi elfo... Sin embargo, había algo en su mirada que me llamaba la atención. ¿Le conocía? Me levanté para darles la bienvenida e invitarles a compartir la mesa con nosotros. Pero antes de poder sentarme de nuevo, otra voz me asombró por las espaldas. - ¿Ed? -me giré para comprobar si efectivamente aquella voz provenía del mago cuya imagen mi mente había formado en la cabeza. Efectivamente, allí estaba, un antiguo compañero de la Orden del Fénix. Desde que me había ido de la organización no le había visto, aunque tampoco había propiciado ninguna oportunidad para ello con mis innumerables viajes. Le saludé con un apretón de manos y un abrazo y dejé que fuera a sentarse, cuando, sin si quiera esperarlo, la mesa se volcó con gran estruendo y un revoltoso crup salió de debajo, correteando. Edmund enseguida le atrapó gritando su nombre: Marcellus. No pude evitar sonreir con amplitud al escuchar aquel nombre. ¿En serio había nombrado al animal así? ¿Y tenía el consentimiento de Marcellus? Ambos, semi-perro y dueño, salieron al jardín, mientras todas las bebidas se desparramaban por el suelo, cubierto de pasteles, dulces, hojaldre y trozos de platos, vasos y tazas rotos. - ¡Pues vaya reencuentro! Algunos de los presentes habían sufrido las consecuencias de aquel desastre casero y tenían nata y té sobre sus ropas. Wilmo estaba tumbado en el suelo. Fui corriendo a su encuentro y le ayudé a levantarse. El impacto le había pillado cuando estaba colocando mantequilla y mermeladas para las tostadas en la mesa según me explicó. - ¿Pero te has hecho daño? -le pregunté, algo preocupado. - No, estoy bien. Voy a cambiarme y ayudar a limpiar este desastre. - ¿Seguro? - Sí, sí. Tú céntrate en disfrutar de tu familia. ¡Pero qué eficiente y bueno era este chiquitín! Me incorporé y justo cuando iba a sacar mi varita para ayudar a devolver todo a su lugar y limpiar el suelo y a los que se habían manchado, Ed apareció por la puerta y se puso a reorganizar todo. Le ayudé y en seguida todo estuvo como antes. Tras él había otra persona a la que introdujo. - ¡Goderic! -fui a abrazarle para darle la bienvenida- Esto va a parecer una reunión de la O... Callé de pronto. Miré a mi alrededor. Todos eramos conocidos y no había peligro... Pero no quería arriesgarme. No sabía cómo estaban las cosas en la Orden últimamente y no quería ponerles en un compromiso a ninguno. Carraspeé disimulando el parón y continué: - ...de la operativa de antiguos amigos. Ed preguntó a Sally por los niños. Entonces recordé que yo también le había preguntado por ellos y todavía no había recibido una respuesta con tantas llegadas y bienvenidas. - Sentémonos para desayunar y charlar tranquilamente -indiqué con una sonrisa señalando a la mesa y recobrando mi asiento. El día se presentaba interesante.
  6. Así que nos mudábamos... La verdad era que lo agradecía. A pesar de que aquellas paredes contenían toda mi infancia, mi adolescencia y los años más felices de mi juventud, también tenían impregnado el recuerdo de mi madre, aquello de lo que me había estado alejando todos esos años. Me dolía ver que incluso el árbol familiar nos estaba anulando. El castillo había notado nuestra ausencia, nuestro abandono. Pero entonces, los tres nos percatamos de algo extraño. El árbol comenzó a desvanecer a más familiares, incluídos algunos de los que sí habían permanecido allí, manteniendo unida una pequeña parte de la familia. Y sin más, se iluminó, radiante, ofreciéndonos un espectáculo bastante singular. ¿Qué demonios pasaba? ¿Qué estaba haciendo? ¿Nos quería reunir a todos? Mis preguntas fueron casi inmediatamente respuestas, cuando el hombre que había tocado el lienzo dijo que el castillo podía percibir cuándo algo iba mal, cuándo la familia se disolvía y buscaba un sistema de defensa. Entonces era aquello. El castillo presentía nuestra mudanza, y no quería que le abandonásemos, no así, sin una despedida digna. - Sí, debemos reunir a todos -comenté rompiendo el silencio en el que me habían sumido mis pensamientos-. Este castillo se merece una afectuosa despedida por todo lo que nos ha dado estos años... Casi ni me había percatado que había entrado en la sala otra muchacha. ¿Me la había presentado Sally ya? En cualquier caso, decidí acercarme a ella y darle un caluroso abrazo de bienvenida. - Adrian Wild, primo de Sally. Encantado. Miré a mi prima y al otro hombre y revisé que los elfos se hubieran llevado ya mi equipaje. No quedaba nada en la estancia que me perteneciera. Eché una última ojeada al casi llameante árbol y vi relucir mi retrato bajo el de mi madre, más claro que nunca. Contuve una lágrima que luchaba por resbalar hacia mi mejilla y me la sequé de inmediato con la manga de la túnica. - Me voy a descansar. Acudiré mañana al desayuno -paré unos instantes frente a la puerta-. Me alegro de estar de vuelta, prima. Y así, encaminé mis pasos hacia mi antigua habitación. Al llegar vi que Wilmo estaba colocando mi equipaje, con un orden algo extraño en él. - No te tenías que haber molestado, Wil. - No es molestia, amo. - ¿Cómo has dicho? -inquirí con cierto asombro. - A...drian. - ¿Tanto tiempo llevas sin verme? - Me había acostumbrado a llamar al resto de magos y brujas que pasan por el castillo "amo" o "ama"... Lo siento. - No te disculpes, no pasa nada, ya sabes que es porque no te considero un esclavo, sino un amigo. Su sonrisa habló por sí sola. - Voy a dormir un poco. Mañana quiero ayudar en todo lo que haga falta para la mudanza. Desayunaré con mi prima, y espero que con el resto. A la mañana siguiente Me encantaba despertarme con un sol radiante clareando el cielo azul, completamente despejado. Abrí la ventana a pesar del frío que entraba y respiré hondo. Había que aprovechar los últimos días en aquel castillo. No quise vestirme, bajaría a desayunar en pijama. Y descalzo. ¡Qué sensación tan maravillosa la de volver a estar en aquel ambiente! Ya casi se me había olvidado lo rejuvenecedora que era aquella cama. Bajé corriendo las escaleras y miré el reloj del hall. Las ocho y diez. ¿Se habría levantado ya Sally? Escuché algunos murmullos en el recibidor. Serían algunos elfos charlando mientras limpiaban. Fui hacia las puertas que daban al comedor. - ¡Buenos días! -saludé nada más ver a mi prima. Entonces me percaté de los dos pequeñajos que tenía a su lado- Son... ¿tuyos? -dije sin disimular mi sorpresa.
  7. - ¿Qué significa exactamente "empezar de cero"? -pregunté mientras dejaba un gran baúl en el suelo con un golpe seco. Acababa de llegar de un fastuoso viaje hasta el castillo de mi familia, la de sangre, con la que había compartido mis primeros años de vida hasta que desapareció mi madre. Hacía tanto tiempo que no me dejaba caer por allí... Me era casi imposible pisar aquellas baldosas sin sentir una gran nostalgia y, por supuesto, el recuerdo de la mujer que me había dado la vida y me había cuidado de todo, incluso de mí mismo cuando el desarrapado de mi padre me convirtió en... Bueno, en lo que nunca dejaré que me defina. El viaje había sido bastante movidito. ¿Cómo había podido olvidar el equipaje en King's Cross? Por si no era suficiente que odiaba desplazarme con la escoba, encima había tenido que ampliar mi recorrido y con un peso más. No sabía ni cómo había salido vivo de aquello. Mis ropas estaban arrugadas y mi aspecto bastante polvoriento. Pero claro, se me ha olvidado mencionar la bandada de pájaros que me había propinado todo un surtido de plumas y picotazos. Algunas aves no estaban acostumbradas a ver a los de nuestra especie sobrevolar los cielos en palos que podían haber sido sacados de su antiguo árbol-hogar. El caso es que había atravesado la puerta de entrada hecho unos zorros y cargando con aquel tremendo baúl donde llevaba todo mi equipaje. Subir las escaleras había sido todo un logro, pero por suerte a mitad de camino Wilmo, mi fiel elfo, apareció tras de mi muy sorprendido por mi repentina aparición, y me ayudó. Sin embargo, lo realmente difícil fue escuchar aquellas palabras de un hombre que no sabía muy bien si reconocía (@Elaryan). Había esperado a que terminara su conversación con mi prima, Sally (@@Sally Sigel), que también estaba en la estancia del árbol genealógico, pero en cuánto aquel hombre formuló su última pregunta acerca de oficializar algo, no pude evitar intervenir. - ¿Qué es lo que hay que oficializar? -dije de seguido a la pregunta anterior. Entonces miré a Sally en busca de alguna respuesta, pues era en la que confiaba. El castillo estaba muy silencioso, sólo se oían pequeños y débiles pasos de los elfos domésticos... De los pocos que había. La verdad era que nuestra familia se había dividido bastante. Avancé lentamente a observar el árbol familiar, situándome al lado del hombre. ¿Por qué sentía que lo conocía pero no recordaba nada de él? Me fijé en los rostros nítidos de nuestros antepasados y poco a poco mi mriada fue descendiendo por las ramas del árbol. Sentí una pequeña punzada en el corazón cuando vi que mi retrato y el de mi madre estaban bastante descoloridos y difuminados. Sobre todo el suyo. Casi ni se la reconocía. Y el nombre se había borrado casi por completo. - ¿Por qué? -dije con lágrimas en los ojos-. ¿Por qué el árbol hace ésto? No sabía si quería una respuesta para esa pregunta. No esperaba que la vuelta fuera tan dolorosa.
  8. - ¿Cómo que me han rechazado la compra? Irrumpí en la sala semi-secreta del centro comercial mágico buscando a la dependienta que me había atendido la vez anterior. No solía ser tan descarado e impetuoso, pero habían sido días de mucho ajetreo y pensaba que todas las compras estaban resueltas. Me llegó la lechuza a los pocos días de haber realizado las compras, y cuál fue mi sorpresa al no encontrar el libro de hechizos y, en su lugar, la nota del pedido con un gran "rechazado" en rojo. Me acerqué al mostrador donde había localizado a la dependienta y le enseñé el pergamino con la marca roja del sello, zarandeándola en sus narices. Al ver su cara de sorpresa y deseé que no comenzara a balbucear, atemorizada por mi repentina intrusión. - Da igual, da igual... Pero había puntualizado que la apertura de la bóveda estaba en proceso... Jopé -dije soltando un gran y último suspiro. Sin decir ni una palabra más, tomé una pluma, uno de los pergaminos de pedido y lo rellené igual que la vez anterior, ésta vez con el número de la Cámara de Alta Seguridad bien marcado. Con mi impetuosidad se me había olvidado el mal ambiente que se respiraba en aquel lugar. Pero aquella vez, al percibirlo, me dio igual. O más bien, no dejé que mi semblante temblase o aminorase después de aquella entrada tan altiva. Tosí de forma casi impertinente, mirando a un par de magos que no me habían quitado el ojo en todo aquel rato un poco por encima del hombro. Vamos, que hice una interpretación magnífica de un personaje arrogante y me marché del lugar. Sin dar las gracias, sin bajar la cabeza. Lo hecho, hecho estaba. ---------------------------------- ID: 83911 Nick: Adrian Wild (Ficha: 78654) Nivel Mágico: V Link a la Bóveda Trastero: Bóveda 107285 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 78776 Fecha: 2016-01-10 Nombre del producto: Libro del Aprendiz de Brujo Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: -- Precio: 1000 G Precio total: 1000G Total de Puntos: ---
  9. Consumibles en Batallas Nombre: Poción de Lágrimas de Fénix (2) Link a la certificación: enlace Nombre: Poción Curativa Link a la certificación: enlace Nombre: Mano de la Gloria Link a la certificación: enlace Nota: No se permiten más de 5 consumibles en inventario. Consumibles especiales:
  10. Poderes de Criaturas Tipo de Poder: Licencia de uso:
  11. Libros de Hechizos Nombre: Libro del Aprendiz de Brujo Nivel: 1 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Si Nombre: Libro de la Fortaleza Nivel: 5 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí Nombre: Libro de la Sangre Nivel: 7 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí Nombre: Libro del Equilibrio Nivel: 10 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Sí Nombre: Libro del Druida Nivel: 15 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Si Nombre: Libro del Caos Nivel: 20 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: Si Nombre: Libro de los Ancestros Nivel: 25 Link a la certificación: enlace Habilitado para su uso: No
  12. Criaturas Mágicas Clasificación X: Nombre producto: Lechuza Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Clasificación XX: Nombre producto: Cruce de Kneazle Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Puffskein Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Jobberknoll Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Clasificación XXX: Nombre producto: Crup Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Clasificación XXXX: Nombre producto: Demiguise Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Snidget sangrienta (2) Puntos obtenidos: 80x2=160 Link a la certificación: enlace Nombre del Producto: Baby Fénix Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Clasificación XXXXX: Nombre producto: Puntos obtenidos: Link a la certificación: enlace Criaturas en la Reserva: Nombre producto: Galés Verde Común Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Total de puntos en criaturas: 590
  13. Pociones Mágicas Clasificación A: Nombre producto: Soluciones de Limpieza (2) Puntos obtenidos: 10 x 2 = 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Doxycida Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Filtro de la Paz Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Clasificación AA: Nombre producto: Pócima para Dormir Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Poción Herbovitalizante Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Poción Cara de Calabaza (2) Puntos obtenidos: 20 x 2 = 40 Link a la certificación: enlace - enlace Nombre producto: Remedio para las Quemaduras Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Esencia de Rue Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Poción de Caá Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Clasificación AAA: Nombre producto: Poción para Olvidar Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Poción Reabastecedora de Sangre Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Poción Matalobos Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Esencia de Díctamo Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Clasificación AAAA: Nombre producto: Poción Incorpórea Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Destilado Borra Recuerdos Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Clasificación AAAAA: Nombre producto: Poción Multijugos Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Veritaserum Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Amortentia Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Felix Felicis Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Lágrimas de la Llorona Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Poción de pétalos de Rosa Azul Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Total de puntos en pociones: 1460
  14. Objetos Mágicos Clasificación A: Nombre producto: Falsoscopio Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Monedero de Piel de Moke Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Medallón para Avisar Peligro Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Polvos Flú Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Balanza Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Caldero Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Vuelapluma Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Tienda de Campaña Individual Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Plumas de Azúcar Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Droobles Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Dulces de Fiebre Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Bola de Cristal Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Snitch de Goma Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Esfera de París Puntos obtenidos: 10 Link a la certificación: enlace Clasificación AA: Nombre producto: Varita Mágica Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Pensadora Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Escoba "Saeta de Fuego" Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Reloj Mágico Familiar Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Orejas Extensibles Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Miniatura Leprechaun Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Anteojos Alfa Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Plumas de Azúcar de Lujo Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Pastillas Vomitivas Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Detonadores Trampa Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Cántaro de Saulot Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Cartas del Tarot Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Caja Musical las Brujas de Macbeth Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Astrolabio Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Radio conmemorativa Puntos obtenidos: 20 Link a la certificación: enlace Clasificación AAA: Nombre producto: Pensadero Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Espejos Comunicadores Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Baúl de Siete Cerrojos Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Tienda de Campaña Familiar Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Turrón Sangranarices Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Bombones de Desmayo Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Pergamino de Poción Olvidada Puntos obtenidos: 40 Link a la certificación: enlace Clasificación AAAA: Nombre producto: Navaja Mágica Multiuso Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Daurblada Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Velas Negras Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Moto Voladora Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Gema de la Desaparición Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Tienda de Campaña de Lujo Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Fantasías Patentadas Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Flauta de Sheena Ktam Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Fantasías Patentadas Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Gárgolas Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Replica del Arco del Triunfo Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Silbato del Silbón Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Replica de Baba Yagá Puntos obtenidos: 80 Link a la certificación: enlace Clasificación AAAAA: Nombre producto: Disfraz Cambiante Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Armario Evanescente Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Capa de Invisibilidad Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Cristal de Enara (2) Puntos obtenidos: 160 x 2 = 320 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Salvajes Magifuegos Weasley Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Surtidos Saltaclases Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Grimorio de Ravenclaw Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Grimorio de Hufflepuff Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Replica de la caja de cristal del corazón peludo Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Caleuche Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Ford Anglia Diseño Ravenclaw Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Ford Anglia Diseño Ilvermorny Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Grimorio de Gryffindor Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Nombre producto: Grimorio de Slytherin Puntos obtenidos: 160 Link a la certificación: enlace Total de puntos en objetos: 4160
  15. Indice de Bienes Objetos Mágicos: Clasificación A: Falsoscopio Monedero de Piel de Moke Medallón para Avisar Peligro Polvos Flú Balanza Caldero Vuelapluma Tienda de Campaña Individual Plumas de Azúcar Droobles Dulces de Fiebre Bola de Cristal Snitch de Goma Esfera de París Clasificación AA: Varita Mágica Pensadora Escoba "Saeta de Fuego" Reloj Mágico Familiar Orejas Extensibles Miniatura Leprechaun Anteojos Alfa Plumas de Azúcar de Lujo Pastillas Vomitivas Detonadores Trampa Cartas del Tarot Cántaro de Saulot Caja Musical de Las Brujas de Macbeth Astrolabio Radio conmemorativa Clasificación AAA: Pensadero Espejos Comunicadores Baúl de Siete Cerrojos Tienda de Campaña Familiar Turrón Sangranarices Bombones de Desmayo Pergamino de Poción Olvidada Clasificación AAAA: Navaja Mágica Multiuso Daurblada Velas Negras Moto Voladora Gema de la Desaparición Tienda de Campaña de Lujo Fantasías Patentadas (x2) Flauta de Sheena Ktam Gárgolas Replica del arco del Triunfo Silbato del Silbón Replica de Baba Yagá Clasificación AAAAA: Disfraz Cambiante Armario Evanescente Capa de Invisibilidad Cristal de Enara (2) Salvajes Magifuegos Weasley Surtidos Saltaclases Grimorio de Ravenclaw Grimorio de Hufflepuff Replica de la caja de cristal del corazón peludo Caleuche Ford Anglia Diseño Ravenclaw Ford Anglia Diseño Ilvermorny Grimorio de Gryffindor Grimorio de Slytherin Pociones Mágicas: Clasificación A: Soluciones de Limpieza (2) Doxycida Filtro de la Paz Clasificación AA: Pócima para Dormir Poción Herbovitalizante Poción Cara de Calabaza (2) Remedio para las Quemaduras Esencia de Rue Poción de Caá Clasificación AAA: Poción para Olvidar Poción Reabastecedora de Sangre Poción Matalobos Esencia de Díctamo Clasificación AAAA: Poción Incorpórea Destilado Borra Recuerdos Clasificación AAAAA: Poción Multijugos Veritaserum Amortentia Felix Felicis Lágrimas de la Llorona Poción de Pétalos de Rosa Azul Criaturas Mágicas: Clasificación X: Lechuza Clasificación XX: Cruce de Kneazle Puffskein Crup Jobberknoll Clasificación XXX: Clasificación XXXX: Demiguise Snidget sangrienta (2) Baby Fénix Clasificación XXXXX: Criaturas en la Reserva: Galés Verde Común Libros de Hechizos: Libro del Aprendiz de Brujo Libro de la Fortaleza Libro de la Sangre Libro del Equilibrio Libro del Druida Libro del Caos En situación transitoria y sin poder hacer uso del mismo: Libro de los Ancestros Poderes de Criaturas: Consumibles en Batallas: Poción de Lágrimas de Fénix (2) Poción Curativa Mano de la Gloria Consumibles Especiales:
  16. Muy buenas. Lo mío es breve (lo bueno y breve, dos veces bueno, ¿no? ). Hace unos días, a finales de diciembre, abrí una bóveda trastero tras la adquisición de dos compras con las que ya superaba el límite y para poder adquirir un libro de hechizos y todavía no se ha visibilizado. Vengo a recordarlo por aquí porque vi que ya visibilizaron algunas de finales de diciembre e incluso de ahora de enero. Espero que no sea molestia el recordatorio, no sé si lo vais visibilizando por orden de fecha o no Gracias de antemano.
  17. Había terminado mis compras en la primera planta y había tenido que salir del Magic Mall ante la advertencia de que debía ir antes a Gringotts para abrir una Cámara de Alta Seguridad si quería seguir comprando en el establecimiento. ¿Desde cuándo existía aquella norma? Uno ya no podía hacer compras navideñas a gusto. Después de dos largas horas de espera en el banco mágico, había vuelto al Magic Mall y me encontraba de nuevo en el hall del centro comercial mágico. Ya había realizado los trámites necesarios, así que ahora sí podría adquirir algo que había visto en uno de los catálogos cuando todavía estaba por allí: un libro de hechizos. Me había llamado mucho la atención, era algo bastante novedoso y, por lo que había leído, otorgaba amuletos y anillos de poder. Aunque solo fuera por curiosidad me acercaría a fisgonear por aquella sección de la tienda que desconocía. Pedí indicaciones en el mostrador de información del hall y me indicaron que me colara sutilmente por una puerta que había por detrás del mostrador. Demasiada seguridad tenía aquel lugar. Al entrar en las dependencias, tras pasar el control de permiso, vi a una reducida cantidad de magos y brujas que buscaban objetos muy específicos. Entre ellos creí identificar a una antigua amiga, Felicity, pero su aspecto no me invitó a acercarme a saludarla. Me dirigí al mostrador vacío y solicité un pergamino de pedido sin dejar de mirar a mi alrededor. ¿Por qué el ambiente era tan condensado allí? Había demasiado misterio en los rincones, demasiada maldad y crueles intenciones en cada gesto. ¿Seguro que la venta de aquellos productos no necesitaba de un análisis psicológico de sus compradores para su correcto uso? Rellené el pergamino y lo entregué, saliendo lo más rápido que pude de aquel lugar. Se me habían quitado las ganas de seguir comprando en el Magic Mall. ---------------------------------- ID: 83911 Nick: Adrian Wild (Ficha: 78654) Nivel Mágico: V Link a la Bóveda Trastero: En proceso de apertura Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 78776 Fecha: 2015-12-24 Nombre del producto: Libro del Aprendiz de Brujo Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Libro de Hechizo Catalogación: AAAAA Puntos por unidad: -- Precio: 1000 G Precio total: 1000G Total de Puntos: ---
  18. - ¿Cuánto más tengo que esperar para obtenerla? El duende me miró por encima de sus gafas, impolutas. En su rostro no se apreciaba ninguna clase de sentimiento ni emoción. Simplemente me miraba, conteniendo sus palabras que parecían morir al llegar a su boca y desaparecían cada vez que tragaba. Desvió la mirada un segundo hacia mi derecha y entonces vi que otro duende, algo más jóven, había aparecido a mi lado. - Sígame, señor Wild. Me predispuse a seguirle como me había pedido y asentí satisfecho hacia el duende que me había atendido tras la mesa de caoba. No me costaba seguir el ritmo del duende aunque a veces daba algún traspié con la alfombra que cubría aquel pasillo principal del banco mágico. Todos los duendes de nuestro alrededor estaban concentrados en sus cuentas e informes. Me parecía asombrosa la labor que realizaban aquellos seres, tan callados y sumidos en los cálculos de miles y miles de números. Atravesamos algunas puertas hasta que llegamos a un pasillo donde se hallaba un ascensor al fondo. Bajamos no sé muy bien cuántos pisos y cuando las puertas del ascensor se abrieron, nos encontrábamos en lo que parecía el interior de una montaña. Eran una serie de pasadizos rocosos que permitían la movilidad, pero de un grupo de personas en fila y no más altas de dos metros y pocos centímetros. El duende cogió una antorcha y la prendió con un chasquido de sus dedos, permitiéndonos más visibilidad de los túneles. - Bien, ahora preste atención al recorrido, porque lo tendrá que hacer usted solo cada vez que quiera acceder a su bóveda. La voz algo chillona del duende se repitió por aquellos túneles, lo que le proporcionó al lugar cierto ambiente de inquietud. Me tensé un poco pero enseguida recobré el aliento cuando las voces pararon y me fijé por dónde me llevaba mi guía. Primero fuimos por un túnel algo más ancho hacia la derecha y, habiendo pasado dos cruces, torcimos aún más a la derecha. Bajamos por unas escaleras talladas en la propia roca y nos encontramos ante un pasillo con el suelo de mármol en el que había varias puertas. La primera puerta a la izquierda, completamente negra, tenía un círculo metálico en el centro, de plata, donde el duende posicionó su dedo y después solicitó que le diera mi varita. Así lo hice y posó la punta de Dror justo en el centro del círculo metálico. La puerta se abrió y el duende, sin decir ni una palabra, me devolvió mi varita. Entramos en la nueva estancia y bajamos cinco escalones casi a oscuras, pues la antorcha no iluminaba más allá que los escalones y las paredes de piedra a nuestros lados. - Diga una palabra -me susurró el duende. No se me ocurría nada, así que dije lo primero que se me pasó por la cabeza. - Tomillo. Sí, se me pasó por la cabeza aquello, qué se le iba a hacer. El duende asintió y la sala se iluminó. No era la luz de antorchas, ni tampoco una luz artificial. Era como una habitación iluminada por el sol que se colaba por miles de huecos. El último escalón daba a un suelo de mármol negro y las paredes eran rocosas, pero no puntiagudas como habían sido en algunos tramos del recorrido. Todos los bordes estaban redondeados. Había estantes encajados entre la roca y de arriba colgaban tiras metálicas que sujetarían toda clase de objetos. No era muy alta la sala, unos dos metros y medio, pero era bastante espaciosa. Y entonces, percibí un leve olor a tomillo. - Ya tiene su Cámara de Alta Seguridad, señor Wild. Perfil de Comprador del MM: 52 Indice de Bienes Objetos Mágicos Pociones Mágicas Criaturas Mágicas Libros de Hechizos Poderes de Criaturas Consumibles en Batalla Fecha de Próxima Actualización:
  19. El bullicio de las fechas navideñas había llegado al Callejón Diagón, de eso no había duda alguna. Y si las calles estaban llenas de magos y brujas realizando compras de todo tipo, no quería ni imaginarme cómo estaría el Magic Mall, al que me dirigía con suma urgencia. Me había enterado gracias a dos amables (y cotorras) brujas de las ofertas que estaban sacando sólo durante esta tarde y ya que me había parado a ojear un poco el mercado, aprovecharía la ocasión en el gran centro comercial. No tardé en atravesar el pasillo de seguridad del inmenso edificio y seguidamente las verjas que me adentraron en el hall. Miré la decoración navideña del lugar, que no iba más allá de bolas colgantes (algunas enormes), luces repartidas por todos lados y motivos navideños como hojas de muérdago, renos, copos de nieve... Incluso el clima era algo frío. Con un toque de mi varita me abrigué con un abrigo largo y una bufanda azul marino. Empezaría por la primera planta, seguro que había algún que otro objeto que se me antojaba, bien para mí, bien para regalar, así que comencé a caminar hacia las escaleras que conducían a aquel espacio. - Ya se acerca la Navidad, muchacho... Ya se acerca. Aquella vieja bruja me había sorprendido en mi recorrido, enganchándose a mi brazo y caminando conmigo. Me hizo ralentizar el paso, pero no paré. La miré extrañado y ella me dedicó una desdentada sonrisa, entre entrañable y cansada. - ¿Quiere que la ayude a subir? - Ay, hijo... Qué fácil es cuándo la gente te entiende con un sencillo gesto. Asentí y juntos subimos a la primera planta, a paso lento, pero sin pausa. En cuanto llegamos la mujer me dio las gracias y un sonoro beso en la mejilla. Me despedí de ella y comencé a echar un ojo a los productos expuestos. - ¡Ostras, hay pensaderos! Aquello me recordó a mi antiguo trabajo como desmemorizador en el Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes. Me alegré tanto que para cuando me quise dar cuenta, mis pies ya me estaban llevando hacia uno de los encargados del Magic Mall, situado cerca de un mostrador con una caja registradora y un gran libro. - Buenas tardes, quería realizar un pedido, cojo uno de éstos -dije mientras tomaba un pergamino de pedidos. Iba a rellenarlo cuando otro objeto expuesto en un pequeño stand al lado del mostrador captó mi atención. Sería útil para comunicarme cuando estuviera lejos con mi hermana. - Y creo que me llevaré eso también... ------------------------------- ID: 83911 Nick: Adrian Wild (Ficha: 78654) Nivel Mágico: V Link a la Bóveda Trastero: - Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda 78776 Fecha: 2015-12-20 Nombre del producto: Pensadero Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 P Precio: 2000 G Nombre del producto: Espejos comunicadores Objeto, Criatura, Poción, Consumible o Libro de Hechizo: Objeto Catalogación: AAA Puntos por unidad: 40 P Precio: 2000 G Precio total: 4000G Total de Puntos: 80P
  20. Circ dels Joglars Estaba muy cerca. Yo la observaba escondido entre las sombras que me proporcionaban las ramas de un frondoso arbusto y la maleza acumulada a los laterales de la verja que circundaba todo el terreno del circo. No podía verme, pero sí escucharme. Mi voz había sonado como un susurro transportado desde la lejanía por el viento, a pesar de que estaba a apenas cinco pasos de la posición de la muchacha. Sonreí travieso. Hacía mucho tiempo que no tenía aquella sensación... Aquella sensación tan placentera. Pretendía divertirme, y lo iba a hacer. Su reacción defensiva sacando la varita me causó cierto enternecimiento, pero de ninguna manera compasión. Cuando mi alma revoltosa salía a la superficie la compasión no existía, y era algo que tuve que aprender casi a la fuerza, pues era un contraste muy fuerte para mi parte serena, cariñosa y compasiva. Permanecí unos instantes inmóvil, viendo cómo Kirara retrocedía sobre sus pasos con la varita en la mano, atenta de cualquier movimiento sospechoso. Estaba demasiado cerca para dar un paso en falso. Aproveché el momento en el que miró hacia el lado izquierdo de la puerta y salté la valla yéndome a ocultar detrás de un carruaje de madera algo viejo y revestido con flores salvajes que habían encontrado su lugar entre las grietas. Lo había hecho a tal velocidad que lo único que había podido ver la pequeña bruja era una sombra desvanecerse tras aquella decoración naturalista. Estaba seguro de que era un carruaje estraviado que mi hermana habría dejado allí por si lo reclamaban los dueños y había mantenido como decoración después de ver cómo la Madre Naturaleza había ejercido su dominio sobre el mismo. Retomé la respiración pausada de antes, intentando captar si la chica se había acercado o seguía cauta en la puerta del recinto. - ¿Tienes miedo, pequeña Ki? La voz sonó ronca y algo más fuerte que la anterior, aunque mantenía aquel matiz de susurro atemorizador. - Tú siempre estás dentro de mis necesidades, pequeña Ki. Sonreí ampliamente, casi con un gesto psicópata, pero quité la sonrisa y el gesto enseguida. Hasta yo mismo me había asustado de aquella frase y de cuánto tenía de verdad. <<Control, Wild, control.>>
  21. Circ del Joglars Aquello iba a ser divertido. Estaba oculto en una callejuela oscura y sin salida del Callejón Diagón, después de haber perseguido durante media hora a un par de gatos que se me habían zafado por los recovecos más inaccesibles de la zona comercial. Me había quedado allí un rato, contemplando la noche que poco a poco caía sobre las calles repletas de negocios que comenzaban a cerrar unos e iluminarse otros de contenidos nocturnos. Respiraba sin dificultad a pesar de la carrera. Correr y saltar por los tejados y fachadas no significaba ningún problema para un vampiro. Me mantenía cauto, controlando esa respiración sosegada y tranquila que poco a poco percataba todos los aromas que llegaban hasta aquel rincón oscuro. Y entonces, un aroma atrozmente conocido despertó todos mis sentidos. Sonreí. No era una sonrisa amable, pero tampoco perversa. Era la sonrisa que produce el presagio de una noche de diversión. Pero debía actuar con mucho cuidado y precisión, pues sabía que comenzar aquel juego podía acatar graves consecuencias. Y lo sabía muy bien. Comencé a caminar, con más sigilo que el que podía tener cualquier animal sumido en la noche acechando a su presa más preciada. Mis pasos eran relajados; no eran lentos, pero tampoco tenía prisa. Perseguí aquel olor levantando a veces la cabeza para asegurarme de que el resto de aromas no tapaban al que había sentido. Benditas casualidades. Subí por una fachada de la que sobresalían varias tablas de madera y divisé a mi objetivo de diversión. Era inconfundible. Hasta desde las alturas podía percibir la fragancia natural de aquella muchacha. Fui con algo más de ligereza por los tejados, saltando sin ruido, con pisadas certeras y muy, muy leves. Años de experiencia. Todavía no había cumplido el objetivo principal de aquella noche, saciar la Sed, pero quizá aquello podía esperar. Sólo quizá. He ahí el riesgo al que estaba sometiendo a la pobre chica que, inocentemente, se acercaba a las luces de una carpa que reconocí al instante. La cosa mejoraba por momentos. ¿Le gustaban los espectáculos circenses? Pues iba a vivir un maravilloso "Circo de los Horrores". Bajé por unas cañerías y me oculté muy cerca de la puerta del circo, esperando a que Kirara cruzara la puerta. Inspiré hondo y el olor a palomitas recién hechas, el del algodón de azúcar y el del fangoso terreno se me mezcló con el aroma de mi antigua compañera de departamento, aquella que me había tachado de asesino de mascotas ya de por vida. Y aquella sensación... No pude contener una risilla. - Vamos, pequeña Ki. Quiero jugar.
  22. Una vez nos colocamos a un lado de los ascensores en el piso al que habíamos llegado, Cissy comenzó a resolver mi duda, confirmando que, en efecto, cada departamento regulaba las leyes que respondían a las funciónes que en ellos se realizaban. Asentí entendiendo y clarificando ya el proceso que entonces debía seguir la redacción de nuevas leyes o modificación de otras; y el resultado era, como siempre, la burocracia, ese interminable e incesante mundo de papeleos y líos administrativos. Dejé que explicara dos detalles sobre el departamento en el que nos hallábamos. Confirmé su duda de si la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia (incluidos artefactos muggles) pertenecía ahora a Accidentes asintiendo con la cabeza, ya que yo había estado trabajando codo con codo con las personas pertenecientes a aquella oficina. Aquello me hizo acordarme de Amya, de Sagitas y de todos los accidentosos, y me entró cierta nostalgia que intenté contener. Quizá después de las clases me pudiera pasar un rato por la tercera planta, aunque sabía muy bien que si entraba ahí, no volvería a salir en un buen tiempo. De hecho, menos mal que aquello era una simulación del Ministerio, porque si no, ya habría habido algún tipo de problema con la planta de abajo: se habría desplomado el suelo bajo nuestros pies, o los globitos estarían en las escaleras fisgoneando, o sencillamente se oirían los gritos de Sagitas. Cissy terminó su explicación y me dejó conforme con la respuesta. Después, adelantando que nos quedaba poco tiempo para la clase, nos preguntó dos cosas que todo mago debía saber. Bien, pues yo me sabía con exactitud una. Miré a mi cuñada Cye y luego miré a Cissy. - El Estatuto Internacional del Secreto Mágico se instauró cuando ambos mundos, muggle y mágico, se separaron y los magos, recelosos y precavidos, implantaron un estatuto por el cual todo su mundo, o más bien, el nuestro, se ocultaría mediante conjuros mágicos y no se revelaría nada, ni de nuestro mundo ni de nuestra identidad en el mundo muggle -expliqué casi de carrerilla-. Es decir, que a ojos muggles, somos iguales, nada de magia. Sobre el Decreto para la Prudente Limitación de la Magia en Menores de Edad sabía que los menores no podían realizar magia fuera del mundo mágico así como determinados hechizos, pero no sabía las consecuencias de su infracción. Lo que tampoco sabía era cómo me había librado yo de aquella regla, pues en mis múltiples viajes a España había tenido que usar magia en momentos muy determinados, eso sí, clandestinamente. Y sobre mi identidad... Mi "familia" española algo sabía, aunque nunca han querido preguntar del todo y los que de verdad conocieron a mi madre ya hacía muchas generaciones que nos habían abandonado, así que la información se había ido desvaneciendo hasta quedar en una simple leyenda familiar. Vamos, que era un ilegal en toda regla. Pero me mantuve muy callado y alejé aquellos pensamientos, por si Cissy tenía algún conocimiento de leglimancia. - Sobre lo otro, seguro que Cye puede respondértelo mejor que yo. Miré a mi cuñada con cierta disculpa, porque no sabía si le había hecho un favor o le había dejado lo más difícil. Pero seguramente lo supiera, tenía más experiencia que yo en aquellos temas.
  23. Cissy aprobó la respuesta de Cye. Sin más. Por suerte optó por no abrir un debate sobre lo diligente y competente que era la mencionada Oficina de Inquisidores. Respiré tranquilo y comencé a seguir los pasos de la mujer por el Atrio recreado. Caminábamos hacia los ascensores, supuestamente para bajar a la segunda planta, donde la simulación ministerial continuaría, dándonos paso al Departamento de Seguridad Mágica. La aclaración de Cissy condujo a una nueva pregunta, que formuló cuando ya estábamos en el ascensor y había pulsado el botón con un dos bien grande. Menos mal que aquel ascensor no iba más allá, porque probablemente en Accidentes tenían alguna buena montada y el armatoste se negaría a pasar por aquella planta. - Si no me equivoco -contesté-, la Oficina del Ministro y el Wizengamot regulan todas las leyes que hay y todas deben ser aprobadas por ellos. Aquello era cultura general, más bien. Intenté pensar más allá, en el resto de departamentos, y caí en la cuenta de aquel en el que me había fijado más de una vez: Cooperación Mágica Internacional. Allí seguramente había alguna función referida a la legislatura internacional y a los acuerdos y tratados pactados con el resto de naciones. - Y seguramente en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional también exista un sector encargado de regular las leyes internacionales, ¿no? Entonces, me surgió una duda. - Pero... -miré al suelo del ascensor, pensativo-. Tengo una duda. Realmente cada departamento del ministerio podría, por decirlo así, proponer leyes o hacer los trámites necesarios para que esa ley se apruebe. Por ejemplo, el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, debe tener leyes o normas sobre el cuidado y la pervivencia de espacios protegidos naturales. Entonces, ¿toda ley debe pasar por la Oficina del Ministro y el Wizengamot, no? Independientemente de que cada departamento tenga su propia normativa. Pero en las que se refieren a cuestiones que atañen al colectivo, ¿sólo pueden ser aprobadas en la primera planta? -intenté organizar ideas y poner otro ejemplo-: Como el departamento de Cooperación Mágica Internacional, que aunque promulgue leyes nuevas, deberá consultar antes con la Oficina del Ministro, ¿no? No sé si se me notaba mucho que estaba interesado en aquel departamento y en sus funciones. Me había replanteado más de una vez en trabajar allí debido a mis numerosos viajes. Quizá así podría combinar trabajo y responsabilidades del mundo muggle. Mi destino preferente sería España, pero nunca estaría de más tener la posibilidad de visitar otros países, aunque fuera obligación. Las puertas del ascensor se abrieron y pronto lo desocupamos, esperando a que Cissy continuara con su explicación y contestara a mi duda.
  24. Al parecer mi cuñada había llegado también tarde por algún tipo de confusión con su pertenencia al curso de Leyes Mágicas. Me agradó muchísimo que no reparase en estar en clase y viniese a darme un fuerte abrazo y dos sonoros besos en mis mejillas, cosa que correspondí mirando de reojo a Cissy. Me alegraba ver a alguien conocido nada más llegar de mi viaje interrumpido. El tiempo apremiaba, así que la que iba a ser nuestra guía comenzó a hechizar el aula, convirtiéndolo en una réplica exacta, aunque sin vida, del Ministerio de Magia, donde parecía que íbamos a ir de excursión si no hubiésemos llegado tarde. Me mantuve cerca de Cye, su calor me reconfortaba. Aquello sería genial, compartir ambos aquellas horas, aprendiendo codo con codo el mismo conocimiento. Ya tendría tiempo para preguntarla por todo y los motivos que la habían conducido a aprender Leyes Mágicas. Los míos eran bastante simples: pretendía tener control sobre temas legales para posibles altercados con la justicia mágica debido a mis numerosos viajes, despistes y múltiples dudas sobre ciertos tejes y manejes. Vamos, que la información es poder, y si la tienes, puedes manejarte mejor y respaldado por argumentos seguros. Aunque la verdad era que también empezaba a sopesar volver a emplearme en el Ministerio, pero era una idea bastante poco meditada. Cissy lanzó una nueva pregunta, que dejé que respondiera mi cuñada. Aquella vez sí, porque además, no sabía muy bien la respuesta. Tantos eran mis despistes que ni si quiera había llegado a conocer la estructura básica del Ministerio. Y mucho menos de departamentos con los que casi ni había trabajado. Aunque eso sí, los cotilleos sí me habían porporcionado en muchas ocasiones información valiosa, y de esos era fácil enterarse. Más habiendo trabajado en Accidentes, donde contábamos con las mejores fuentes de información: Sagitas, sus globitos y la inigualable Amya. Aunque tenía que reconocer que sí sabía algo sobre el Cuartel de Aurores. No en vano había pertenecido a la Orden del Fénix y, por consecuente, conocía sus filtraciones en el Ministerio. Lo que sí me sorprendió fue el tono y el cierto requemor con el que mi cuñada mencionaba la Oficina de Inquisidores. ¿Acaso aquella era la filtración ministerial de la Marca Tenebrosa? Llevaba mucho tiempo fuera. Demasiado quizá. Pero aún así, todavía mantenía mi espíritu de la Orden, aquel que nunca moriría. Y por ello, le lancé una mirada furtiva a Cye, cuyo comentario podía haber suscitado cierta sospecha en Cissy. Y en aquel mundo ya no podías dejar márgen a ninguna sospecha, pues el enemigo podría estar a la vuelta de la esquina... O del pupitre. - Bueno, como en todos lados, seguro que en esa oficina hacen todo lo que pueden -comenté, intentando dispersar las connotaciones y posibles interpretaciones de las palabras de Cye. Aclaré mi garganta y miré a Cissy, esperando no encontrar ningún tipo de reacción y deseando que continuara con la clase sin más. Tenía ganas de aprender.
  25. - ¿Puede ser que se encargue de salvaguardar a toda la comunidad mágica y regular sus leyes y normas civiles? Contesté a la pregunta que la profesora le había formulado a Cye, quién, para mi sorpresa, parecía ser también alumna como yo, al mismo tiempo que irrumpía en el aula que habían asignado a la asignatura del conocimiento que quería adquirir. Mi tono no había sido pretencioso, ni altivo o socarrón, sino que sonó con tal humildad que hasta resultaba est****o. Miré a las dos mujeres y adopté un gesto de disculpa, postrando toda mi atención en Cissy, aunque mi cuerpo me pedía darle un gran achuchón a mi cuñada. - Mil perdones por llegar tan tarde... -me disculpé ya no sólo con la mirada-. He tenido un día... Ajetreado. Tenía que haber visitado mucho antes la Universidad, en cuanto la abrieron. Me habría ahorrado como una hora de vueltas, preguntas a profesores atareados y alumnos mezquinos que me habían indicado el camino al baño de los directores. Me había quedado con sus caras, y me las pagarían en cuanto terminase mis clases. Hace algún tiempo quizá lo hubiese pasado por alto, pero ahora... Iban a saber lo que era meterse con la persona equivocada. Además, aquel sitio era enorme y para ir de un lado a otro tenías que correr kilómetros. Esa mañana había vuelto de un increíble viaje a España, con lo que podía denominar mi familia muggle. Me habían sorprendido con un viaje al sur, y se me había pasado el tiempo volando. Tan volando que tuve que volverme en un duro viaje en escoba al recibir una lechuza con el comienzo de las clases. Dos horas volando. Cuando descendí en los exteriores de la Universidad creía que no iba a saber cómo caminar. Y encima, me tocaba correr. Primero me había encontrado con un hombre bastante arrogante, aparentemente un profesor, quién ni se dignó a mirarme. Pero peor fue una bruja que intentó desorientarme para darme una "lección de la vida" alegando que para encontrar lo que buscabas debías perderte. Yo sí que la iba a enviar a un lugar perdido donde por mucho que buscara no encontrara ni su sombra. Y luego pasé por el episodio de los mocosos de primer curso de la Academia. Hasta que, tras dar mil vueltas a los mismos pasillos, una gentil limpiadora me indicó que la puerta que tenía a mis espaldas era la clase que estaba buscando. De aquella manera me recompuse, coloqué mi túnica negra que ocultaba la mayor parte de mis vaqueros oscuros y mi camisa blanca (lo que me había podido poner antes de salir volando de España) y había entrado en el aula tras haber escuchado la pregunta de Cissy. - Creo que sobra decirlo, pero... Adrian Wild, tardón por excelencia, encantado.

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