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Adrian Wild

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Todo lo publicado por Adrian Wild

  1. Yo, al igual que Rocío, vengo a repetir mi inscripicón para cursar Leyes Mágicas. Espero que salga grupo esta vez, porque ya en septiembre se me van a complicar las cosas para poder hacerlo La incripción estaba en ESTE POST. Un saludo
  2. Le había fastidiado mucho más de lo que aparentaba en la superficie la muerte del avispón que había creado a partir de mi túnica y que, después de morir, había vuelto a su forma inicial. Pero ya no me la iba a poner, me había acostumbrado a estar semidesnudo. Pasé por encima de la túnica y la dejé a unos centímetros, junto con mis botas. Sí, me descalcé para estar aún más cómodo. El suelo estaba algo frío, pero era soportable. Sonreí con obstinación, pero la picadura venenosa del insecto comenzó a escocer. Debía sacar el veneno como fuera y cuanto antes, pero aquel mago no me dejó casi respirar. - ¡Protego! -exclamé protegiéndome del Sectusempra que me había lanzado. Me coloqué en posición de ataque, "en garde", como dirían los luchadores de esgrima, con la varita apuntando al misterioso hombre. Todavía no sabía si le reconocía de algo o no, pero por más que le miraba, no lograba recordarle de nada. ¿Quién querría enfrentarse a un duelo conmigo al poco tiempo de llegar de España? ¿Tanto había esperado aquel momento? - Sectusempra -murmuré apretando los dientes viendo cómo su rayo se aproximaba a la vez que el mío salía de Dror. Ambos rayos impactaron, lo que provocó que mi varita saliera despedida unos metros. Tenía que recuperarla, y rápido.
  3. ¿Me había quedado en bóxers? Me había quedado en bóxers. Pues si pensaba que aquello me iba a achantar, estaba muy equivocado. Procuré mantenerme quieto en mi posición, intentando controlar la situación, pero el avispón aquel del demonio no dejaba de revolotear a mi alrededor. Me atacaría de un momento a otro, lo sabía, así que debía actuar rápido. Pero, ¿¡y qué hacía!? Llevaba demasiado tiempo sin empuñar a Dror para aquello. Venga compañera, inspírame, pensé en un intento de comunicación alentadora con mi varita. El zumbido del bicho no permitía concentrarme, así que casi ni me di cuenta de que mi contrincante había formulado otro hechizo y un rayo se aproximaba hacia mí a una velocidad de vértigo. - ¡Protego! -grité con todas mis fuerzas, impulsado por la sorpresa de aquel nuevo ataque. Entonces, noté un fuerte picazón en mi hombro. Maldición. El avispón. Aquel bicho acababa de sentenciar su muerte. Le seguí con la mirada extremadamente concentrado y cuando lo tuve en el punto justo, le apunté con mi varita con una velocidad muy precisa (en aquellos momentos agradecía mi condición vampírica) y pensé: Aguamenti. Después del chorro de agua el insecto cayó al suelo, ahogado y, de una vez por todas, muerto. Pero me había picado, y necesitaba una cura, pronto.
  4. Saludé a la muchacha cortésmente con una reverencia, adornada grácilmente con una floritura de mi varita. Era bastante irónico todo aquello. Batirme en duelo con la persona que me odiaba por un supuesto "maltrato animal" en una librería repleta de plantas y libros de animales y con un lobo defensor a mi lado. Observé cómo le miró ella. Seguro que no le hacía ninguna gracia plantearse la idea de tener que atacar en algún momento al animal. Sonreí, satisfecho. Por fin podríamos librar tensiones, aunque por mi parte no las tuviese. Para mí, la relación con Kirara era, más bien, como un juego de niños. Pero de pronto, me vi silenciado. No me lo esperaba. No podía articular palabra alguna y, por consiguiente, ningún hechizo. Me agarré la garganta y descendí sutilmente con las manos por mi torso, cubierto por una túnica de manga ancha y vuelo escaso. Me fijé en los pies desnudos de mi contrincante. Como si llevar zapatos fuera a mancillar aquel lugar. Me descalcé, como si me burlase de ella, y dejé mis zapatos al lado de la estantería que estaba a mis espaldas. "Zancadilla", pensé, apuntando con mi varita a sus pies. Aquello provocó que cayese de golpe, desviándose por completo las cuerdas que había invocado en ese preciso instante. Las cuerdas se ataron a lo largo del lomo de Hayko, permitiéndole plena movilidad. Casi parecía un cinturón muy ancho. El lobo ártico emitió un sonido que mezclaba un quejido de molestia con el gruñido enfadado. Genial, ya le tenía predispuesto a atacar a la joven. A ver cómo se las apañaba teniendo que atacar de verdad a un animalito tan bonito. Le acaricié el cuello y le di un beso en la cabeza. Era tan bonito... - Atácala -y luego le susurré al oído- o al menos distráela. Cuando el animal hubo hincado sus furiosos colmillos en el muslo de la chica, alcé mi varita dirección en picado hacia Kirara. Cuando la vi retorciéndose de dolor es cuando reparé en que había intentado aprisionar a un precioso animal con sus cuerdas. Aquello era digno de recordar. No tardé en apuntarla con Dror y murmurar claramente: - Petrificus Totalus. Todavía no quería herirla de gravedad. Tenía muchas ganas de divertirme. Aunque, lo cierto era que lo que quería era estar un rato con ella. Peleando. Como en el departamento. Como en casa.
  5. Hola Gio. Para empezar, creo que te has equivocado de lugar en el que abrir este tema. Te explico brevemente dónde informarte para comenzar a moverte por el foro, ya se encargará algún moderador de mover o cerrar este tema. Antes que nada, bienvenido a los foros de Harrylatino. No se si has estado alguna vez en un foro de Rol, pero te aseguro que si buscabas uno en referencia al mundo pottérico has ido a dar en el mejor de habla hispanoamericana. Bien, te dejo links para que te encuentres e informes un poco. Primero te recomiendo que te des una vuelta por ESTE SUBFORO, donde encontrarás información general. Ahí puedes ver otros dos apartados: Consultas y sugerencias (Link) y King's Cross (Link). En este último es donde deberías haber abierto este tema, pues es donde se les da la bienvenida a los nuevos. Por todo ese subforo tienes información sobre el funcionamiento general del foro. Luego, para el juego de rol, te recomiendo que leas el Manual de Rol de una nueva reforma que ha salido no hace mucho para informarte de las cosas nuevas (justo donde has abierto este tema). Es una introducción un tanto rápida, pero espero que te sirva de ayuda. Ante cualquier duda, puedes mandarme un mensaje privado (en mi perfil) e intentaré resolver todo lo que tengas que preguntar. Un saludo y nuevamente, bienvenido. @Gio.
  6. Caminaba con paso acelerado. Tenía un rumbo prefijado y un destino, pero no sabía muy bién qué demonios hacía yendo a aquel lugar. Bueno, sí lo sabía. Era por pura curiosidad. Aquello que muchas veces me había llevado a descubrir cosas fascinantes, pero que otras me había deparado angustiosos momentos. A veces me preguntaba a mí mismo si esos riesgos eran necesarios. ¿La respuesta? Siempre la misma. Claro que sí. El que no arriesga, no gana. El que no se aventura, no descubre. Aquella mañana me había despertado con una lechuza a mi lado. Tras observarla con detenimiento concluí en que no la reconocía de nada, así que su dueño me era igualmente desconocido. Pero la nota que traía consigo me dejó aún más desconcertado e intrigado: - ¿Calle Merlinda? ¿Eso está en Ottery? Lo consulté con mi elfo minutos más tarde. Efectivamente era una antigua calle en la que ya no quedaba casi nada, más que las ruinas de un castillo, a las afueras de la población. Cuando llegó la tarde me vestí con una túnica ancha de un color gris perlado, que me permitía bastante movilidad y unas botas no muy altas. Odiaba ir así vestido, pero no sabía lo que me iba a encontrar. ¿Y si era una fiesta sorpresa? Pero, ¿por qué? Aseguré que mi varita estuviera bien guardada en la túnica. Así que allí me encontraba, en el número 23 de la calle Merlinda, frente a un ruinoso castillo. El sol ya caía en el horizonte, justo por detrás de las ruinas. ¿Qué tomadura de pelo era aquella? Avancé unos pasos acercándome a los muros y las columnas de piedra para ver... - Hala. Todo se transformó. El castillo apareció en todo su esplendor, majestuoso, aunque lúgubre y sombrío. El sol seguía cayendo, y la luna se empezó a ver a mis espaldas, acompañada de algunas estrellas que luchaban por que los últimos rayos del astro rey no las ocultaran. Mi paso era acompasado, tranquilo, de forma que me permitiera observar todo con detenimiento. Aquello me olía cada vez más a gato encerrado, pero nunca se podía uno fiar de las impresiones. Me adentré sin muchos miramientos en el interior de aquel castillo, de aquel nuevo descubrimiento que todavía no me presagiaba ningún tipo de final. Recordé el número de la sala a la que debía ir y fue entonces cuando me fijé que el interior era un inmenso pasillo repleto de puertas. Me quedé parado unos instantes y miré hacia ambos lados. No veía el fin del pasillo, ni a un lado, ni al otro. Justo enfrente había un cartel que indicaba que los números superiores a 200 estaban a la derecha y los inferiores a la izquerda. Tragué saliva y suspiré, llamando a mi pequeño aventurero interior. - Aunque sólo sea por la curiosidad. Y con esas palabras, repitiéndose una y otra vez en mi cabeza, llegué hasta la puerta mencionada y la atravesé. Bajé varios tramos de escalera y entonces, una puerta apareció a mi llegada. Giré el pomo y entré. La puerta se cerró de golpe cuando me adentré en la sala. Una sala con suelo y paredes de piedra, iluminada por antorchas y un cielo nocturno creado mágicamente. En el centro, un hombre, rodeado por candelabros de pie. Ocho candelabros. Tomé a Dror y avancé unos pasos. Miré a los lados. En la pared que había tras el hombre colgaban decoraciones con motivos de la Marca Tenebrosa. La pared que yo recorría estaba igualmente decorada, pero con motivos de la Orden del Fénix. Llegue hasta el círculo delimitado por los candelabros, de llamas cambiantes. Me separaban catorce metros. Examiné con atención la figura del hombre. ¿Lo conocía? Y entonces, escuché sus palabras. Hay otras veces, que la curiosidad, mata al gato. - ¡Protego! - me dió tiempo a parar el rayo que, en escasos segundos, se dirigió hacia mí. Estaba bien. Aquello era una encerrona. Un duelo. No sabía quién era aquel hombre, pero por lo visto me tenía ganas. Y no iba a ser yo quién se las quitase. Otra cosa es que fuera a salirse con la suya. Le miré desafiante. ¿Creía que me iba a vencer así como así por desconcertarme con todo aquello? No. El gatito también sabía pelear y sobrevivir. "Zancadilla", pensé inmediatamente apuntando con Dror a sus pies. El sujeto en cuestión cayó de bruces al suelo, lo que me daría ventaja. Tenía que pensar rápido. Miré de nuevo las decoraciones de la Marca Tenebrosa a sus espaldas. La chispa del odio que había perdido hacia algún tiempo al alejarme de todo aquello brotó de nuevo. - No me das ningún miedo. "Serpentucha", pensé seguidamente adelantándome un par de pasos.
  7. Espero que esté bien así. Necesito una actualización en el apartado de Cronología de cargos, que actualmente esta así: Y debe ser: También querría añadir campos que deberían estar en la ficha y no están. Éstos son los siguientes: En el apartado de Poderes Mágicos que actualmente está así: Puntos de poder en criaturas: 10 Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: ◦ Pociones ◦ Artes Oscuras ◦ Encantamientos (Conocimiento Adquirido). Y tiene que ser: Puntos de poder en criaturas: 10 Habilidades Mágicas: -- Conocimientos Especiales: ◦ Pociones ◦ Artes Oscuras ◦ Encantamientos (Conocimiento Adquirido). Medallas: -- Y, por último, en el apartado de Pertenencias que está así: Y debería ser: Gracias.
  8. Sí, lo vi después de postear Y vale, no había pensado en el tablón de la Universidad. Perdona. Muchas gracias
  9. Muy buenas, vengo con una dudilla que no sé si está bien que la pregunte por aquí. Es respecto a los cursos de conocimientos. Me matriculé en Leyes Mágicas y Elodia hizo la recopilación del mes en este post, En el mismo se lee lo siguiente: ¿Desde cuando es así? He estado mirando la reforma por si fuese algo de la nueva versión de rol, pero al ver los puntos del funcionamiento de las clases de conocimientos he visto este punto: No me importa si tengo que dar la clase en Agosto, pero Septiembre ya se me complicaría si se va retrasando hasta coincidir con alguien que también quiera cursar Leyes. Si no se refiere a eso, disculpen, entonces lo entendí mal. Gracias :3
  10. - Morphos. La silla que estaba a escasos centímetros de mí se transformó en un lobo ártico de ojos grises, cristalinos. Él sería mi fiel compañero. Hasta le pondría un nombre, pero sabía que no me podía encariñar. No. Se sacrificaría por mí si fuera necesario en algún momento. Y en mi interior sabía que no era más que el producto de mi encantamiento. Si fuera de día alguien había lanzado ya la voz de alarma al ver a un lobo en aquel entorno. Incluso siendo un animal creado a partir de una silla, hasta él se tenía que sentir aprisionado allí. Rodeado de sillas y mesas, cubiertas en su mayoría de lamparitas. Pero lo peor no eran las sillas y las mesas de madera tallada, sino los grandes estantes de libros que recubrían las paredes, llegando hasta el techo. Algunas más se agrupaban en una zona de filas frente a mí, creando angostos pasillos. No era una biblioteca excesivamente grande, pero si daba cabida a un centenar de magos y brujas. Lo curioso era que se trataba de una biblioteca especializada en animales. Quizá, y sólo quizá, eso podría haber excusado la aparición de un lobo ártico en aquella sala. Pero no teníamos que enfrentarnos a las miradas acusadoras de nadie. Me di una vuelta por las estanterías observando por encima los lomos de los miles de ejemplares. Pues sí que se habían escrito libros sobre animales... Seguro que a ella aquello le encantaría. A ver si, con un poco de suerte, se entretenía mirando todo aquello y me daba la oportunidad de vencer. Aunque quizá vencer no fuera beneficioso para nuestra ya resquebrajada relación. Agarré fuertemente a Dror y me quedé de pie junto a una estantería repleta. Mi precioso lobo ártico se sentó a mi lado, jadeante. Era una noche calurosa. Consecuencias de estar en el hemisferio norte. Por una de las ventanas se colaban los rayos lunares, pero eran suficientes. No hacía falta encender ninguna luz. Sería divertido jugar entre las sombras. Ahora, tocaba esperar. Empecé a acariciarle la cabeza a Hayko. Maldición. Ya le había puesto un nombre...
  11. Buenos días/tardes/noches. Quería añadir la Cronología de cargos a mi ficha, que hace poco me di cuenta de ese apartado (por muy increíble que pareza jajaja) y he hecho la recopilación de todo. Os lo dejo también poniendo "code" pero ya no aparece como antes y no sé si está bien o no. Espero que sirva de cualquier manera. CODE: Cronología de cargos: Marzo 2010: Graduado en la Academia de Magia y Hechicería. ◦ En el Ministerio de Magia Diciembre 2009-Marzo 2010: Aprendiz en la 6ª planta de San Mungo Marzo 2010-Julio 2011: Sanador en la 6ª planta de San Mungo Agosto 2011-Enero 2012: Sanador en la 6ª planta de San Mungo Diciembre 2012-Noviembre 2014: Empleado del Cuartel General de Desmemorizadores; Departamento de Accidentes Mágicos y Catástrofes ◦ En la Orden del Fénix Marzo 2010: Entrada como Intié Agosto 2010: Ascenso a Legionario Septiembre 2011: Ascenso a Templario Mayo 2012: Descenso a Legionario Julio 2013: Descenso a Intié Octubre 2013: Baja en la Orden EDITO: Además, he visto nuevos campos de la nueva reforma con los que no cuenta mi ficha todavía: En el apartado de PODERES MÁGICOS Y no sé si los campos de PERTENENCIAS se deben incluir también aunque no se tenga nada de eso o eso ya es tarea del Concilio y Moderación. Gracias.
  12. Nick: Adrian Wild ID: 83911 Conocimiento: Leyes Mágicas Nivel de Magia: IV Link a la Bóveda: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78776-boveda-de-adrian-wild/ Link a la Ficha: http://www.harrylatino.org/index.php/topic/78654-ficha-de-adrian-wild/ ¿Estas incripciones son ya para julio no? jajaja Bueno, pues después de esperar a terminar el curso para inscribirme, por fin puedo echar la solicitud para el último conocimiento que se me permite en este nivel de magia
  13. Buenas tardes a todo el equipo. Bueno, después de haber estado estos días leyendo la reforma según he ido pudiendo, tengo algo que deciros: gracias por el trabajazo. He de reconocer que lo único que me desagradó en un principio fue la reforma del Ministerio, pero sí es verdad que el antiguo sistema mataba mucho la creatividad, aunque sigo viendo que el nuevo quizá cree un exceso. Algunas funciones del antiguo no sé todavía cómo se van a seguir manteniendo porque todas las oficinas podrán estar en todos los temas abiertos según he entendido y eso supondrá que quienes requieran de algún servicio específico de una oficina (rolísticamente hablando, ya sé que se abrirá una oficina común para temas burocráticos) tendrán que acordar y avisar off rol a los integrantes de dicha oficina, ¿no? Bueno, desvaríos y incertidumbres mías aparte, las dudas que traigo. Espero que no sean muy repetidas e incluso creo que no son propias de la reforma, pero las dejo por aquí: 1) Según lo que he entendido, el poder utilizar a cualquier tipo de criatura en un asalto depende de tener el Primer Poder que se consigue en el Nivel 15, ¿no? Es que no me quedó muy claro si, yo por ejemplo, con mi nivel 4 y la capacidad para adquirir un animal X, podría utilizarlo en una batalla o sólo podría al llegar al nivel 15 y adquirir el poder. 2) Aquí creo que va la duda que no es de la reforma: ¿Las pociones que se usan rolísticamente no se gastan no? xD Es que yo por ejemplo, tengo dos Soluciones de limpieza que, sí, me otorgan puntos, pero si las uso no se me gastan, ¿verdad? Es simplemente para confirmarlo. ¿Y sobre el uso de pociones en asaltos? He visto los objetos consumibles, ¿pero las pociones no van a serlo ya o...? Perdonad tanta vuelta y duda tonta... ¡Un abrazo!
  14. Mark me miró espectante y yo asentí, dándole mi consentimiento para que variara un poco el espacio de la azotea. En apenas unos segundos tras el chasquido de sus dedos, en la pista central a la que bordeaban las mesas, aparecieron un piano de cola pequeño y un violonchelo. El elfo fue a sentarse al piano e hizo aparecer a Saburns, quien se sentó en la silla que había tras el violonchelo. Ambos instrumentos estaban proporcionados al tamaño de los dos elfos. Y entonces, con un toque de mi mano, comenzaron a tocar. Era una versión algo alegre de una canción que me gustaba mucho, y esperaba que a Kirara también le gustase. Se titulaba "Over the rainbow", con un ritmo reggae. La muchacha expresó sus impresiones sobre las criaturas en general, excusándose por no entender cómo alguien puede hacerles daño. Capté la indirecta enseguida, solía ser muy perspicaz. Entorné mis ojos dejando que acabase y entonces dirijí mi mirada hacia los dos elfos, que interpretaban la obra con gran maestría. En mis ojos podía apreciarse la admiración y el cariño, algo intencionados, pues mi intención era que Kirara lo viera. - Yo tampoco lo entiendo -dije tras unos segundos de plena atención a mis compañeros. Sonreí negando con la cabeza y miré a mi compañera de departamento-. ¿De verdad piensas que soy un asesino de animales? ¿Por lo ocurrido con Krumito? ¡Es un grandioso y pesado cascarrabias! Siempre está refunfuñando o protestando. Yo simplemente me meto con él para que deje de hacerlo, o para añadirle chispa al asunto, pero nunca le mataría. Aunque a veces me den ganas de comérmelo a la brasa con tal de no escucharle. Pero no, nunca lo haría de verdad. Y además, es la mascota de Eledhwen... No podría aunque quisiera, sólo por ella -recordé a mi antigua jefa, deseando volver a verla-. Todavía tengo la esperanza de que volverá aunque sólo sea para llevárselo. Escuché con atención los primeros acordes de la siguiente canción que comenzaron a tocar Mark y Saburns. No la conocía muy bien, aunque sí recordaba haberla escuchado en uno de mis viajes a España. - ¿Ves a esos dos? -le pregunté a Kirara señalando a los elfos- ¿Crees que sería capaz de hacerle algo a seres con esa sensibilidad musical? Los elfos están muy infravalorados. Son realmente habilidosos con las artes escénicas. Por eso mi equipo está formado con ellos. Y, es más, creo que no saben lo mucho que los llego a querer. Ahora sí que mis ojos denotaban cariño, pero sin ser para nada intencionado. Me empezaban a engatusar con su música.
  15. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif Me adentré con aires de valentía en el almacén de pociones de la tercera planta. Muchos frascos estaban despedazados completamente, y otros simplemente habían perdido algunos trozos, aunque aquello era suficiente para que los líquidos acabaran por mezclarse unos con otros y el ambiente se cargase de... Magia, en su más puro estado. Había que limpiar todo aquello cuanto antes, pero sobre todo impedir que la pócima corrosiva dejase demasiados estragos. Necesitaba material para limpiar todo aquello. Con un toque de varita pude retirar todos los cristales, pero los líquidos no serían tan fáciles de detener y mucho menos sus efectos. Me empezaba a marear a pesar de estar taponando todas mis vías respiratorias. Pero tenía que tener mucho cuidado con el contacto físico, que era igual de peligroso. Salí nuevamente al pasillo y cerré la puerta. Entonces escuché la voz de Heliké que venía dándole órdenes a una enfermera. - Heliké, yo voy a avisar al departamento, y a por material. Necesitaremos guantes de piel de dragón, como los de Sagitas. Acordona toda la zona, impermeabiliza la zona de abajo también porque puede que empiecen a caer lo líquidos si el suelo se sigue corroyendo. Vuelvo enseguida. Y sin esperar respuesta alguna, bajé las escaleras aceleradamente. Todos los accidentosos se habían dispersado ya. No sabía si quedaba alguno por allí, pero había que avisar a todo el departamento; a todos nos influía aquel desastre, pues si la clínica desaparecía, ¿quién cubriría nuestros accidentes laborales, que como podía verse, no eran pocos? En otro punto de mi cerebro, esa pregunta hizo que me planteara otra: ¿quién narices había sido tan descuidado de formar aquella catástrofe?
  16. - Tenemos tanto zumos con leche como sin ella, y por supuesto que tenemos de uva -contestó Mark muy diligentemente a mi compañera. - Tráeselo -le mandé, deseando que Kirara viese mi atención-, y a mí uno de piña. Y tráenos para comer un par de bollos "de la casa" -le guiñé el ojo al decírselo. Dicho y hecho, en apenas unos segundos, los suficientes para que me diera tiempo a ofrecerle asiento en una de las mesas que quedaban del lado externo, permitiéndonos unas bonitass vistas del callejón, cuya variada diversidad de locales se extendía hacia lo lejos, siendo el Ars & Vita uno de los últimos locales, rodeado de un jardincillo natural que habíamos cuidado para que estuviera vistoso, Mark nos trajo lo pedido. Los bollos "de la casa" resultaron ser dos croissants rellenos de chocolate y crema y recubiertos por miel y almendra picada, con unos pegotines de nata alrededor. Realmente no había ningún bollo de la casa, pero Mark entendió lo que le quería decir con eso: que experimentara lo que a él le apeteciese para sorprendernos. - Muchas gracias. Le dediqué una mirada cómplice y entonces, supo lo que quería que hiciese. - Señorita, ¿le gustaría un poco de música en directo? -le preguntó a Kirara, manteniéndome la mirada de reojo.
  17. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif Tragué saliva repetidas veces. Creo que si no hubiese tenido control sobre mi laringe y epiglotis en aquel momento, mecanizando bien el movimiento, me hubiera atragantado. Asentí al aire cuando se hubo marchado por la que ahora estaba atemorizado. No sabía si se había enfadado de verdad o sólo estaba molesta, pero no me había transmitido muy buenas vibraciones con su mirada. Aunque ya se sabe que nunca puedes fiarte de la mirada de un vampiro. Demasiado me hacía yo de fíar a la gente. No supe que hacer durante aquel minuto en el que me encontré solo en el pasillo de la clínica. Decidí entrar en la sala donde habian estado los muggles y ordenar con varios toques de varita lo que habían movido de sitio en incursión tan estrepitosa. Esperaba que Amya se los hubiese llevado ya consigo, para que el tema quedase enterrado. Salí de la sala y cerré la puerta. Me apoyé en ella y me quedé un rato, controlando la respiración, algo agitada tras las palabras de Heliké. Pero no por ella o por sus palabras, sino por mantener en mi pensamiento a Eledhwen. No la había podido despedir y aquello me dolía más que cualquier otra cosa. ¿Por qué? Quizá por el vínculo que había creado con ella, casi sin darme cuenta. O quizá... Todavía sentía haberla atacado. Ahora estaba desaparecida para mí, su agresor, aquel que le había cambiado la vida, convirtiéndola en algo que nadie querría ser. Me dolía no haber podido disculparme o ayudarla más tras su transformación. Suspiré y recobré la postura. Guardé mi varita, a la cual seguía aferrado fuertemente sin ser consciente, y caminé hacia las escaleras para bajar al vestíbulo. En mi camino encontré una puerta entreabierta, de la cual procedía un olor que conocía... Que conocía muy bien. - ¡¡¡Las pocioneeeeees!!! -grité hacia todas partes, sacando mi varita y pronunciando un "Sonorus"- ¡¡SE ESTÁN ROMPIENDO LAS POCIONEEEES!! Una mezcla de olores comenzó a aturdirme. Rápidamente me quité la túnica y me la até por encima de los hombros, rodeando la mitad de mi cara, tapando la boca y la nariz, ya recompuesta y abrí la puerta del almacén de pociones. Una estantería había volcado frente a otra y varios frascos reposaban, rotos, en el suelo, desprendiendo distintos olores. Y uno de los líquidos, estaba corroyendolo todo. - ¡Cuidado abajoooo, el suelo se caeeeeee!
  18. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif ¿Un dicho chino? Eso sí que me sonaba a mí a chino. Pero mi hermana tenía razón, hay veces en las que no es conveniente remover lo sucedido y mucho menos cuando han acontecido tantos desbarajustes y accidentes. Asentí manteniéndome en silencio, sin preguntar nada más aunque deseara saber cada detalle. Aunque bueno, siempre podría matar mi curiosidad echándole un ojo al informe de la misión sin que nadie se enterase. Sí, era todo un cotilla, pero sobre todo cuando se trataba de temas importantes. Despedí a la pelivioleta con una sonrisa torcida. Tenía que estar muy cansada, pero sobre todo de ver la clínica siempre con algún alboroto. A mi parecer, le salía extremadamente caro que todos estuviésemos cubiertos por el seguro laboral de la clínica. Amya daba voces con un micrófono desde el vestíbulo, aunque la oirían desde la otra punta del callejón. - ¡Quitadle ese cacharro a Amya, por Merlín! Dicho y hecho. Creo que Sagitas llegó justo a tiempo. Entonces, miré a Heliké. Sabía lo que había hecho, y para colmo, delante de la directora del departamento: la había desacreditado. Con mi intervención había resaltado su negligencia, aunque tampoco era para considerarla así, porque había tenido fácil arreglo. Lo dejaríamos en un despiste. Pero supe que me tenía que disculpar, aunque me siguiese sabiendo amargo que Eledhwen no estaba. Tenía que asumir que ahora ella era la jefa del departamento, aunque mejor, la vería como una compañera. Esa era la diferencia, que a Eledhwen nunca la vi como a una jefa. - Perdóname por haberte... Mmm... Puesto en evidencia delante de Sagis... Pero no podíamos esperar a que los recuerdos se tergiversasen y acabasen donde no debían. Lo siento. Miré hacia otro lado, incapaz de mantenerle la vista. Ya era más que suficiente que Kirara me tuviese manía, como para que hubiera malas tensiones con Heliké.
  19. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif - ¡Me estás diciendo que me ha visto medio mundo mágico y no mágico si contamos a los muggles que me han visto en el hall para terminar solucionándolo con un "Finite Incantatem"! -mis pensamientos se dirigieron a Sean-. Lo mato. Me da igual lo que le pasase en la Rambaldi. Yo, lo mato. Obviamente no lo decía en serio, porque por la poca información que había conseguido recopilar sobre la misión a la que habían acudido en la Rambaldi, todos habían salido mal parados. Pero deseé fervientemente que el próximo número del profeta no llevase mi cara con aquel bulto envuelto en una bufanda en la portada. Me toqué la nariz con gran alivio y entonces me centré en aquella información. Había muggles que desmemorizar, según había entendido. - Eso, lo de los muggles... Heliké ya había desaparecido de la sala. La iba a preguntar por lo sucedido y a ofrecerme para ayudarla en la tarea, pero para cuando hube levantado la mirada, ya no estaba. Me levanté de la camilla donde me había sentado para recibir el encantamiento y salí del box de urgencias. Por alguna parte escuché algo sobre la planta de psiquiatría, así que giré hasta casi dar una vuelta entera y subí por las escaleras que había dejado atrás al dirigirme a recepción. Subí hasta la tercera planta, al ala de psiquiatría, y allí vi a Heliké y a Sagitas, frente a una puerta. Me acerqué y observé por los vidrios espía a un grupo de muggles desconcertados. La jefa de desmemorizadores ya les había desmemorizado, pero había una nube de recuerdos sobre sus cabezas. Menuda jefa. Sagitas parecía estar esperando respuesta de Heliké por el gesto de su cara, así que me adelanté. - Voy a recoger los recuerdos -hice aparecer frasquitos en mis bolsillos-, iré mandando a los muggles al Hall, creo haber escuchado a Amya por allí -le lancé una mirada con algo de reproche a mi nueva jefa-. Hay que tener mucho cuidado con no almacenar los recuerdos. Si se pierden, se nos puede caer el pelo y creo que a mi hermana le gustan sus brillantes pelos violetas. No quise decirlo a malas, pero debía advertirla. Había sido un descuido tonto, pero grave. Y echaba de menos a Eledhwen, para qué negarlo. Entré en la sala y llamé la atención de los alterados muggles mientras observaba la nube casi transparente sobre sus cabezas. No podían verla. - Por favor, señoras y señores, calma. Han sufrido un pequeño accidente y tras la atención de médicos y enfermeros y su consiguiente recuperación, les hemos traído a esta sala a la espera del autobús que les condujera de nuevo a sus casas -esperaba que Amya hubiese contratado algún autobús, o cogido el familiar; me dió un escalofrío al recordar mi primer y último viaje en él- Bajen ordenadamente al vestíbulo, donde una mujer de pelo negro les guiará. En cuanto fueron saliendo, bastante diligentes, fui guardando sus recuerdos en los frasquitos que llevaba en los bolsillos, colocándome tras todo el pelotón para que no viesen mi varita. - ¡Dejen bajar a los ancianos por los ascensores y los jóvenes por las escaleras, hombre por Dios, que usted tiene sus treinta años bien puestos! -anuncié al salir tras ellos y ver a un hombre que pretendía dejar fuera a una mujer mayor que él. "Amya, allá van", pensé deseando que la jefa en excusas para los muggles supiera cómo manejarles. - Vale, ahora, ¿alguien me explica qué demonios pasó en la Rambaldi? -dije mirando alternativamente a Heliké y a Sagitas.
  20. - Sí, podremos estar allí tranquilamente tomando algo mientras charlamos -dije confirmando mi propuesta. La verdad era que no sabía qué tema de conversación entablar con aquella chica que todavía se mostraba recelosa conmigo, evitándome la mirada. ¡Pero si yo no había hecho nada! Sólo que Krumito era mucho Krumito y a veces sacada de sus casillas hasta a Zankas. Dirigí mis pasos hacia las escaleras, indicádole a Kirara que me siguiera. Así le podría enseñar por encima cada planta, aunque cansara más. - Espero que no te importe subir andando, así puedo explicarte lo que hay en cada planta -le comenté. Subí algo inseguro, rasgo no muy frecuente en mí, pero que con Kirara me afloraba al no saber cómo tratar con ella para que dejara de pensar que era una mala persona. Además, me rabiaba mucho, porque en parte sí había matado animales, pero yo no había elegido mi condición. La culpa era de mi padre y odiaba sentirme como si fuera él. - En esta planta cada puerta conduce a una sala de ensayo diferente: la azul a la de baile, la verde a la de grabación, la roja a la de interpretación y la naranja a la de música. Intentamos tener el equipo básico e irlo ampliando según las necesidades de los artistas que vengan. Proseguí con el ascenso. - En esta planta está la academia. Tiene, como puedes ver, las cuatro puertas de antes, y se alarga en dos pasillos, uno para el equipo docente y otro para el alumnado. Seguí subiendo hasta llegar a la última planta, donde unas puertas de cristal se abrieron dándonos paso a la amplia azotea. A pesar de haber subido escaleras, no estaba cansado. Las habían hecho bastantes cómodas de subir. - Y ésta, es la azotea. ¿Te apetece tomar algo? -la pregunté, conduciéndola hacia la barra, donde Mark esperaba.
  21. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif La reacción de Heliké fue más que esperada, porque verdaderamente, se hizo esperar. Tardó unos minutos en cambiar su cara de asombro por otra divertida, adornada con sonoras carcajadas (aunque no tan fuertes e inmensas como las de Amya, que eran insuperables). Entonces, planteó algo en lo que, con el ajetreo, no me había parado a pensar. ¿Cómo me había ocurrido aquello? Estaba en desmemorizadores, echándole la bronca a Krumito. Sean roncaba y fui a despertarle para que dejara de roncar... - Fue al tocar a Sean -sentencié. Sonó fatal. Me di cuenta enseguida, así que rectifiqué mi respuesta añadiéndole datos que no permitieran dejar volar mucho a la imaginación: - Osea, estaba roncando, a Krumito le molestaba, y le toqué el brazo para que dejara de roncar -me expliqué-. Y entonces, ocurrió. Me dió un chispazo y cuando me miré en el espejo... Espera. ¿No será una maldición protectora, verdad? Tanteé por unos instantes aquella opción y pareciéndome la más factible... - ¡La madre que le..., maldito Sean y maldita su maldición! Mis conocimientos en Artes Oscuras y Pociones quizá me ayudarían, pero primero debería estar seguro del tipo de maldición que era. - Vale, si es una maldición protectora no es grave, en principio Sean me la puede quitar. Aunque quizá tengamos que preparar un brebaje para prevenir. Miré a Heliké sin saber exactamente si intentar aquello o no. Quería saber si contaba con su ayuda.
  22. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif Casi ni me percaté de la enorme risotada que lanzó Amya al verle la cara a la recepcionista. Realmente no me molestó, porque casi prefería que dejara de contenerse como había hecho durante todo el camino. Era un gasto de fuerzas tonto, ¡pero si estaba más roja que el globito del departamento! Omití su risa, sin dejar de mirar a la recepcionista, intentando no girar la cabeza para que nadie más del hospital pudiera verme. Lo que sí me sorprendió y escuché con atención fue el comentario de Kirara. ¿En serio estaba defendiendo mi dignidad, a pesar de haberme acusado de ser un "asesino de mascotas" apenas hacía unas horas? La miré con los ojos como platos, olvidándome de mi portuberancia facial. Aunque después, los entorné un poco, intentando averiguar si en aquellas palabras había algo de burla. No, no lo parecía. Entoncces vi a una mujer mayor que me miraba muy fijamente, boquiabierta. - Sí, señora, es lo que parece, y usted no está adoptando una postura muy apropiada dada la situación. Cerró la boca y se fue a sentar a uno de los asientos de espera, abanicándose con unos papeles que llevaba en la mano. ¿Era muggle? - Bueno, ya que no sale de su asombro -le dije a la recepcionista-, iré yo mismo a los boxes. Me encaminé a los receptáculos donde se curaban las urgencias leves (físicamente hablando, porque aquello para mí era grave) y entonces vi a Heliké y a Matt. No me paré a pensar si tenían cosas importantes que hacer. - ¡Ey! Necesito tu ayuda -tomé a mi nueva jefa (algo a regañadientes) del brazo y la arrastré junto a mí a un box-. Como puedes ver, necesito ayuda -le dije señalando mi extravagante "nariz"-. No recuerdo ninguna poción que solucione estas cosas, ¿qué hacemos? Sabía que Heliké tenía experiencia de la clínica y aunque no sabía si contaba con conocimientos de Primeros Auxilios, entre su experiencia, la mía y mis conocimientos en pociones, algo podríamos hacer.
  23. Bolinda, elfina recepcionista Tenía que reconocerlo: me saturé un poco ante tantas preguntas. A pesar de mi experiencia como recepcionista para resolver rápidamente y de forma ordenada las peticiones de los clientes, llevaba mucho tiempo sin recibir a nadie y había perdido práctica. Miré a la muchacha, intentando ocultar mi apabullamiento. La sonreí mientras ordenaba las respuestas en mi cabeza. - Bueno, folletos como tal, todavía no tenemos, al menos no que hagan de guía sobre el local, pero yo te puedo resolver todas las dudas que tengas -comencé a decir, buscando algún papel con el que explicarle todo-. Mira, no hemos empezado todavía ningún curso debido a la falta de personal, porque no hay profesores, de ahí el cartel que todavía tenemos puesto -le señalé el cartel de recepción donde se solicitaba profesorado y personal para el Ars & Vita-, pero podrías visitar libremente las instalaciones y, si quieres apuntarte a algún curso, sería tratado con los dueños para darle solución al problema. Seguro que Adrian estaría encantado de impartir las clases. Tragué saliva y me predispuse a explicarle aún más: - Hay tres clases diferentes: interpretación, música y baile. Son clases dinámicas en las que se aprende a base de la práctica. Al terminal el cursillo, se entrega un diploma que te acredita como bailarina, música, actriz o todo lo que hayas elegido para poder trabajar en el mundo mágico en principio, porque, quién sabe, quizá en un futuro se puedan establecer conexiones laborales con el mundo muggle. Sí, estaba intentando captar su atención. Si no lo había logrado con la solicitudd de personal, intentando que se ofreciese a impartir clases, lo haría consiguiéndola como alumna. ¡El Ars & Vita tenía que ir floreciendo! - Y sobre los espectáculos, todavía no hay ninguno programado, pero... -le hice un gesto para que se acercase- Adrian está preparando la fiesta de inuguración, podrías venir -lo dije en un susurro, pues era una sorpresa para toda la comunidad mágica-, o incluso ayudarnos -me aventuré a decir, presa de la emoción-. Pero es secreto hasta que se repartan las invitaciones. Un carraspeo detrás de mí me sobresaltó. Era Adrian, que me miraba con cara de circunstancias. Puse una sonrisa inocente y busqué la manera de escabullirme. - Creo que... Hay que ordenar papeles aquí dentro -musité metiéndome en la cabina de ficheros. Adrian Wild - Bueno, voy a ver si Bolinda me puede ayudar a juntar las invitaciones para repartirlas. Abandoné el despacho, dejando a Wilmo encargado de contratar al servicio de catering. Bajé por las escaleras casi a saltitos, pero al llegar al vestíbulo reduje la marcha y me acerqué con cautela al mostrador. Bolinda estaba atendiendo a una clienta y esa clienta era... Kirara. Contuve el aliento y me acerqué por las espaldas de la elfina, escuchando sus últimas palabras. Carraspeé. La atolondrada elfina se excusó con una sonrisa tímida e inocente y se metió en la cabina, antes de que cerrase la puerta le di el montón de invitaciones que llevaba en las manos. - Júntalas, que al tocar la portada se transforme a la invitación, por favor. Asintió y cerró la puerta. Yo me dispuse a bordear el mostrador y a colocarme al lado de la muchacha del departamento que tanto me odiaba. O al menos eso pensaba yo. Aclaré mi garganta, sin saber cómo empezar. - Qué -otro carraspeo-, qué sorpresa. ¿Te puedo ayudar en algo? -y entonces me asaltó mi vena espontánea-, ¿quieres ver el local, o el escenario? La azotea es muy bonita. La verdad era que no sabía si me había acelerado por los nervios o por el temor a perder a la única persona que visitaba el local desde hacía tiempo. Aunque no sabía si había sido buena idea, después de las asperezas que teníamos entre nosotros.
  24. http://i1028.photobucket.com/albums/y348/AmyaAn/Ministerio%20de%20Magia/DAMyC/00_DAMyC%20v%200%204/00_PLANILLA/2013Ago/GIF_07-Adrian__zpscf586a46.gif No me fijé si mis compañeras venían tras de mí, porque salí escopetado hacia el vestíbulo, donde, a toda prisa, me acerqué al mostrador, donde miré impaciente a la recepcionista, que estaba terminando de atender una llamada telefónica. Hice aspavientos para llamar su atención. Cuando fijó la vista en mí, todavía con el auricular en la oreja, le señalé el bulto que tapaba la bufanda roja, sobre donde debería estar mi nariz. Puse la mejor cara de urgencia que supe, pero la mujer me señaló con la mano los asientos, para que esperase a que ella terminase con la llamada. ¡Y una leche! No aguantaba ni una sola mirada más, y aquello estaba plagado de... ¿Era muggles? - Un momento, por favor, hemos de atender una urgencia en el hospital, le dejamos en espera. Sí. Había cogido el teléfono y le había dicho aquellas palabras con mi voz taponada a la persona, quien quiera que fuese, que estaba en el otro lado del aparato. - Necesito un box, ya -ante la mirada furibunda de la mujer, me quité la bufanda, dejándola anonadada-. Ya, he dicho.
  25. - ¡Wilmo, Wilmo! Lo tengo. Los ojos del elfo sobresaltado se abrieron de par en par, expectantes. No sabía cómo reaccionar ante mi amplia sonrisa emocionada. Me quité la túnica y la puse sobre el perchero del despacho, mientras mi compañero dejaba el trapo con el que estaba limpiando sobre el escritorio. Metí la mano en uno de los bolsillos interiores de la túnica y saqué un pergamino enrollado. - Te presento la invitación a la mascarada de inauguración del Ars & Vita -le anuncié desenrollando el pergamino. No hicieron falta palabras. Sus ojos brillaron y me miraron llorosos. Sabía lo mucho que le emocionaba verme tan ilusionado con algo, igual que había pasado cuando abrimos el local. Y por fin, después de tanto tiempo, tendríamos la deseada fiesta de inauguración. - Todavía quedan algunos preparativos, que tengo la confianza de que me ayudarás, pero lo principal está. Me abrazó sin aviso. Aquello significaba que podía contar con él para todo. Ya lo sabía, pero me encantaba que me lo demostrase de aquella forma. Todavía tenía pendiente que mi hermana Sagitas diese un espectáculo en el teatro, aunque quizá podría ser la guinda final de la fiesta. Sería gracioso habilitar en el ático una mini-carpa con interior aumentado para una función suya. Bolinda, elfina recepcionista - No Saburns, vete a revisar los focos. Tiene que estar todo a punto, ya has oído a Adrián. Él iba a darle la sorpresa a Wilmo y ya venía a ayudarnos. Tenía casi toda mi atención puesta en el papeleo que me había puesto el señorito en la mesa de la recepción, juntando aquellos que tenían relación y archivándolos en la cabina de detrás. Pero la otra parte de mi atención iba hacia mi compañero Saburns, que intentaba ayudarme con los documentos, pero prefería hacerlo sola y que él se encargase de los asuntos técnicos que yo tanto odiaba. Se fue casi refunfuñando, queriendo ayudar. ¡Pero si estaba prestándome más ayuda revisando los focos! Como le tuviese por allí pululando me pondría de los nervios, no nos aclararíamos y al final reñiríamos, como nos pasaba cada vez que estábamos juntos en la recepción. Estaba muy atareada cuando escuché la voz de una muchacha al otro lado del mostrador. En ese momento me había agachado a por tres papeles que se habían escapado de la grapadora y me incorporé con ellos al escuchar a la nueva visitante. - ¡Buenos días, bienvenida al Ars & Vita! ¿En qué puedo ayudarla? -y mostré mi mejor sonrisa, terminando de grapar aquellos papeles.

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