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Adrian Wild

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Todo lo publicado por Adrian Wild

  1. Adrian Wild

    6 6 6

    Motivo de lanzamiento (si es el diario, con fecha): Tirada Extra - Voto en Concurso de Relatos (link) Resultado del dado: 5, 6, 4, 2, 1, 1 = 19 Premio obtenido: 19. 1000 Galeones
  2. Participante 4: 5 puntos Participante 3: 3 puntos Participante 1: 1 punto
  3. @ Darla Potter Black y yo solicitamos otro rompecabezas >.<

    1. Darla G Dumbledore

      Darla G Dumbledore

      Pensé que lo había dicho, aquí estoy para apoyarte :3

  4. Adrian Wild

    6 6 6

    Motivo de lanzamiento (si es el diario, con fecha): Tirada diaria - Dia 2 - 01/11 Resultado del dado: 6, 6, 2, 2, 2, 4 = 22 Premio obtenido: 22. Cristal de Enara
  5. Adrian Wild

    6 6 6

    Motivo de lanzamiento (si es el diario, con fecha): Tirada Extra - Voto en Concurso de Firmas (link) Resultado del dado: 1, 6, 4, 5, 2, 4 = 22 Premio obtenido: 22. Cristal de Enara
  6. Participante Darla Potter Black: 5 puntos Participante Noe Snape: 3 puntos Participante Malum Luxure: 1 punto
  7. Adrian Wild

    6 6 6

    Motivo de lanzamiento (si es el diario, con fecha): Tirada Extra - Compra de Radio Conmemorativa en el Magic Mall (link) Resultado del dado: 4, 4, 2, 2, 3, 5 = 20 Premio obtenido: 20. Poción Cara de Calabaza
  8. Adrian Wild

    6 6 6

    Motivo de lanzamiento (si es el diario, con fecha): Día 1 - 31/10 Resultado del dado: 2, 6, 3, 3, 5, 5 = 24 Premio obtenido: 24. 2000 Galeones
  9. Holi. Una cosa muy tonta pero como en las últimas sí me inscribí oficialmente, no tengo ni idea: ¿puedo participar en la zona de juegos sin estar inscrito en la Gala? Porque dudo tener tiempo para la parte de mazmorras, pero si puedo pasarme por el 6 6 6 y el juego que pille en ese momento. Gracias por un año más de galas, es muy de valorar el esfuerzo que hacéis por mantenerlas y sacarlas adelante.
  10. ID: 83911 Nick : Adrian Wild Link a la Boveda Trastero: #107285 Link a la Boveda de la cual se descontara: #78776 Fecha: 29/10/2022 Link a la Compra: Ver pedido Producto: Radio conmemorativa Puntos: 20 P Precio: 0 G Total de puntos: 20 P Total de galeones: 0 G
  11. *le da al timbre de la ventanilla* Buenos días. Póngame una cuenta, por favor. ❤️
  12. • Ars & Vita • Vi cómo la chica se ponía en marcha al instante. Podría decirse que su movimientos eran parsimoniosos, pero en realidad su energía, aunque tranquila, no era lenta. Pensaba con rapidez, de eso estaba seguro. Sus movimientos eran seguros. Es como si algo se hubiera encendido dentro de aquella cabeza y, durante lo que durara su labor, la maquinaria no fuera a parar ni un sólo instante. Observé cómo se recogía el pelo en un moño y escuché sus palabras tranquilizadoras. Había empezado a hacer muecas con los labios sin darme cuenta. Asentí sin dejar de contemplar todos sus movimientos. En realidad confiaba en ella —tampoco es que tuviera mucha más opción—, hasta el punto que me urgía regresar al stand para asegurarme que todo estaba controlado y Golliver y los suyos habían llegado y tenían un espacio digno donde poder prepararse para el número. Pero la presión de la responsabilidad de tener que quedarme allí con la muchacha y no abandonarla en su tarea después de haberla metido en el lío de mi urgencia era demasiado grande. — Sí, puedo tocarlo, claro. Contesté escuetamente, concentrado en el movimiento de sus manos y sus piernas buscando los materiales que necesitaba. Ni siquiera pensé en lo desentrenado que estaba y en el tiempo que hacía que no me paraba a fundirme con las teclas de un piano, más allá de lo necesario si tenía alguna que otra clase suelta que impartir. Los buenos hábitos se pierden muy rápido en la vorágine de los cambios de la vida. Casi no pude creerlo cuando me mostró un pequeño piano de cola rosado, perteneciente aparentemente a una casa de muñecas o algo similar. La miré atónito e incrédulo, pero la seguridad que mostraba la mujer en lo que estaba haciendo me impidió replicarle nada. — No hace falta que comprimas nada. Si no traíamos un piano de cola era porque no disponíamos de uno —puntualicé, sincero. En verdad aquel piano sería una auténtica maravilla... Si es que de verdad lograba que fuera completamente funcional. Todavía tenía mis dudas. Miré el reloj de pulsera que me había puesto aquel día. Quedaban cuarenta minutos para que comenzara la actuación, pero confiaba en que el piano estuviera en la plaza en media hora. Comencé a morderme el labio inferior, nervioso. — Ellie, ¿es un problema que me ausente diez minutos para comprobar que todo marcha bien en el stand? Así en lo que haces tus arreglos voy y vuelvo justo para comprobar la afinación. Me daba mucho apuro, pero pretendía compensarle el trabajo de buena gana. Casi no dejé que terminara su respuesta antes de salir de su stand hacia el mío. @ Ellie Moody
  13. Por fin aparecían. Bueno, al menos uno de los dos. Matt bajó por las escaleras haciendo alusión a la falta de formalidad compartida en nuestros atuendos. Arqueé una ceja. Yo seguía considerando que iba todo lo formal que debía, aunque él si que parecía que iba a una misión más que a una ceremonia de investidura. Pero no, no comenté nada al respecto, tampoco podía juzgarle; sabía a lo que se refería. Asentí cuando me explicó la situación de Sagitas, mostrando una sonrisa afable . Me animaba poder ir por una vez al Ministerio los tres juntos. Enseguida apareció Sagitas cual torbellino y casi tirándose encima de su hijo. Era de esperar. Recibí la pregunta de mi hermana con una mueca en mis labios. — Claro que os acompaño, os estaba esperando, tardona. Me permití el lujo de sacarle la lengua como hacía tiempo que no lo hacía, siempre rodeados por más gente y teniendo que mantener la compostura, como si todavía no mantuviésemos nuestros niños interiores. Pero la payasa me había enseñado bien a escucharlos siempre desde bien jovencitos, y aquello permanecería de por vida arraigado en nuestro ser. Por suerte y gracias a que accedieron a acompañarme por la Red Flú y no por aquel horrible traslador, llegamos justo a tiempo al Atrio del Ministerio. Nos sentamos los tres juntos en la zona designada para cargos ministeriales. Sagitas no tenía invitación pero dudaba que nadie fuera a cuestionarse su presencia allí, aunque quizá sí que se extrañaran de que estuviera sentada en la zona de jefes y directores ministeriales y no en una de las zonas donde parecían reunirse cargos diplomáticos y de mayor embergadura. En cualquier caso, nadie nos dijo nada, y la toma de posesión del Ministro de Magia comenzó con su llegada y la de su nuevo equipo de gobierno, formado sobre todo por familia directa. ¿Podríamos criticarle por nepotismo estando al lado de la pelivioleta? No, yo creo que no. Aunque, en el fondo, tenía bastante fe y confianza en que Ludwig iba a ser un gran Ministro de Magia y en que tomaría buenas decisiones. Me tomé unos instantes para mirar a nuestro alrededor, reconociendo algunas caras conocidas y más que conocidas entre los presentes. Escuché al mismo tiempo las dudas de mi sobrino y la tajante respuesta de mi hermana. — Creo que nos encontraremos lo de siempre, sobrino: conflictos de intereses y acciones llenas de apariencias. Sí, confiaba en el gobierno racional de Ludwig, pero comprendía que no era tan fácil como parecía gestionar los enrevesados entramados que parecían inherentes a las buenas o malas intenciones de organización y ordenación social. Entramados con más nudos que un cabello largo que lleva más de un mes sin peinar. Ludwig, al menos, sabía de oratoria y cómo ganarse a fuerza de razón y buenas intenciones a la gente. Y aquella era la que me parecía su mayor baza y de la que estaba haciendo alarde: no tardó en colmarnos de bonitas e idealizadas reformas que habría que ver a qué puerto llegaban y si tan siquiera lograban hacerse a la mar. Agradecí que mencionara mi nombre como pieza fundamental de algunos de sus planes con un sutil gesto, pero por dentro tenía la sensación de que estaba abarcando tanto que sus propias palabras se les escurrían entre los dedos. Sentí el codazo de mi hermana y sus alentadoras palabras. Sólo pude sonreir forzosamente. Eché otra ojeada a nuestro alrededor cuando el nuevo Ministro de Magia hubo terminado de pincelar su plan de gobierno y pude reconocer entre los presentes cercanos a nosotros a la mujer de plateados cabellos que me ayudó en el Mercado Público de Nueva York, Ellie. Quizá sería un buen gesto ir a saludarla después. También vi cómo una altiva mandataria de otro país se había quedado en la retaguardia, sin implicarse del todo en el evento. Así que aquel era el "apoyo" que le demostraban algunos de los otros países al nuevo gobierno. Carraspeé sutilmente y volví la vista al frente. Sagitas parecía muy animada con la mención de los nuevos cargos. Extrañamente animada. Decidí no darle muchas vueltas en aquel momento. Además, Ludwig instó a que disfrutásemos por un rato de los refrigerios que se habían preparado para la ocasión antes de retomar nuestras vidas laborales antes de reitrarse y ser perseguido por todos aquellos que parecían ansiar intercambiar unas palabras con él. Alrededor del gentío sentí un par de melenas conocida en plena acción. Darla y Kimberly se movían entre la gente con agilidad y presteza casi sin ser advertidas, seguramente cumpliendo con sus funciones departamentales. La gente comenzó a tomar diferentes caminos y posiciones. Me levanté casi de un salto del asiento y miré a Sagitas y a Matt, no sin fijarme en que Ellie estaba hablando con un hombre que no pude reconocer de espaldas. — ¿Algún objetivo concreto fijado? —les pregunté—. ¿O el único objetivo son las mesas y bandejas de aperitivos? @ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue +mencionados por el rol xD
  14. OFF ROL Perdóname ahora la tardanza a mí, que he tenido un inicio de mes agitado y sin parar. Ahí seguimos con el rolito. ¡Qué lujazo ha sido leerte! Qué gusto ver roles tan cuidados y con tanto cariño. Preveo que vas a ser un gran jugador. Sobre la narración no tengo nada que decir, sólo tengo una duda: Has situado a Ismäel en su último año de Hogwarts, pero he leído en tu ficha que el personaje ya tiene 38 años y bastante vivido. ¿Tomaremos esto como parte del pasado, verdad? No pasa nada, aunque hubiera preferido que acoplaras a tu personaje como lo pretendas manejar en la actualidad a la situación (no tenía por qué ser un alumno, aunque es cierto que el contexto que puse sin poder ver todavía tu ficha es algo limitante, mea culpa). Pero como he dicho, no pasa nada porque aunque el contexto en el que yo he planteado la situación es el actual de la historia del foro (el Estatuto del Secreto ha caído y los muggles y magos vuelven a estar juntos), podemos "hacer como" que nuestros personajes se conocieron en esta situación en Hogwarts y que luego, con sus 38 años, ya nos conozcamos. Es verdad que intentamos mantener la coherencia rolística y, yo por lo menos, también cronológica, pero bueno, tampoco vamos a ponernos super estrictos si lo que te apetece es narrar cosas de esa etapa de tu personaje. Esto no deja de ser una clase para aprender. Respecto a las tareas que nos atañen para superar la tutoría: Tacho como completadas la apertura de ficha y bóveda, genial porque ya tenemos eso que es lo esencial. Cuando puedas echale un vistazo a las familias para acoplarte a alguna. Te recomiendo que escojas alguna activa para que te adopten rápido, aquí tienes el link al subforo del registro de familias: https://www.harrylatino.org/forums/forum/59-oficina-de-registro-de-familias/. No tienes que tener las 2, según como quieras acoplarlas a tu historia, pero sí está bien que te incluyas en alguna para poder ir creando lazos con otros personajes de jugadores, aparte de los beneficios de donaciones que te dan las familias. Por último, y aunque el rol nos de pie a irlo viendo, me gustaría que me dejaras en un Off Rol un poco hacia dónde te gustaría orientar a tu personaje, que te gustaría que fuera, a que se dedica, y algún por qué que venga de su pasado, solo para tener más clara su caracterización. De momento eso, aunque si nos ponemos a tope, en nada has superado la tutoría, porque lo principal, que es saber continuar un rol y caracterizar tu personaje, lo tienes. Nos leemos ❤️
  15. Al creciente murmullo que se nos acercaba por el frente entre paraguas, linternas y flashes de cámaras, se le sumó un airado vociferío a nuestras espaldas. Por un instante pensé que era el viento que se levantaba y traía consigo voces del interior del tren, de cuyas ventanas habían comenzado a brotar curiosas cabezas que trataban dilucidar qué estaba ocurriendo y averiguarlo con sus propios ojos, pero pronto el maquinista a mi lado echó la vista atrás y sus palabras me alertaron: — ¡Eh! ¡Eh, muchacho! Vuelve al tren, no puedes estar aquí fuera. A la par que gritaba aquello, un joven nos rebasó decidido, varita en ristre, enfrentando a la muchedumbre de muggles. Estos, aun más fascinados por poder retratar aquel momento y capturarlo para siempre, se acercaron con más rapidez y le lanzaban imparable flashes al muchacho. Eché un rápido vistazo a nuestras espaldas. Otro alumno parecía haber acompañado al que nos había adelantado. La lluvia me impidió reconocerles con claridad, pero no dudé en gritar también: — ¡Jovencito detenga sus pasos! ¿Dónde cree que va? —pude intuir en la semi-oscuridad que nos ofrecían aquellos nubarrones un destello verde en la punta de su varita—. ¡¡Ni se le ocurra hacer nada con esa varita!! Encaminé mis pasos hacia él apresuradamente y esperando a que el maquinista me acompañara para permanecer dentro de la bóveda impermeable, no sin antes lanzarle una mirada reprobatoria a su compañero de fechorías. — ¡¿Me estás escuchando?! Baja esa varita ahora mismo si no quieres enfrentarte a una vista disciplinaria. Los muggles seguían avanzando con sus cámaras y su insatisfecha curiosidad. No tuve otro remedio: saqué a Dror del bolsillo lateral oculto de mi pantalón y corrí a ponerme frente al muchacho como sólo mi condición vampírica me permitía. Quizá debí haber evitado darles más contenido de fascinación a aquellos muggles, pero lo que tenía claro era que debía detener a aquel alumno antes de que cometiera cualquier locura. Una vez frente a él le agarré del brazo, interponiéndome entre la turba y su varita. Al tenerle frente a mí pude reconocerle. Era un alumno de último curso. Un alumno para el que me habían solcitado tutorías. Qué oportuno. Parecía cegado por su determinación. — Ismäel, baja eso, a la de ya. ¿Qué pretendes hacer, aparte de el tonto? Pude oír el sonido de los obturadores de las cámaras. Estaban detrás de mí, pero parecían haberse detenido. Luego me encargaría de aquellos muggles. Primero debía controlar cualquiera que fuese el impulso que había sacado al muchacho del tren con tanto ímpetu y que parecía dominarle. @ Destino
  16. ¡Anda! Yo te recuerdo. Creo que es de los nicks antiguos que más puedo recordar. Quizá fuera porque coincidiéramos en la Academia o, mejor aún, porque si fuiste profe de Generales o algo así creo que me diste clase alguna vez. No descarto, la verdad. Me alegra leerte de nuevo por aquí y espero como Mica que te quedes aunque sea a rolear y retomar un poquito. Yo no soy de lo más activo, pero acabo estando siempre pendiente y me sumo siempre que puedo aunque sea por unos días, y creo que, aunque parezca poco, es importante, porque sigo manteniendo el lazo con este espacio tan bonito ❤️ Bienvenido de nuevo en cualquier caso. Cotillear y leer siempre es genial y también es parte del foro :3
  17. — Ya, mana, tiene derecho a calmar su ímpetu pero este no es el lugar. ¿Por qué Sagitas apoyaba aquel arrebato? Allí había sapo encerrado. No hice verdadero caso a la payasa, pero el "suelta" de Matt y su amago para zafarse de mis tirones consiguieron apartarme. Pero lo que realmente me dejó patidifuso, fue cuando aseveró que aquel hombre no era Sean. Un instante después, el supuesto Sean-no-Sean estaba contra la pared, todavía en el aire, y mi hermana había salido escopetada en dirección a una mesa, metiéndose bajo esta. Cada vez entendía menos todo aquello. Sin embargo, lo que ocurrió a continuación, pareció rascar la superficie de aquello que mi entendimiento estaba intentando comprender. Matt acababa de preguntar por su hermano y su sobrino al hombre al que golpeaba contra la pared; de nuevo, le llamó por aquel nombre que no reconocí. Un rayo pasó veloz por delante de nuestras narices directo al techo. Miré hacia el lugar de su procedencia. Sagitas estaba siendo retenida por el cuerpo de seguridad francés. La gente comenzaba a dispersarse, nos habíamos quedado prácticamente solos. Mejor, menos cotillas. Entonces Sagitas gritó que aquel hombre era un asesino y que había secuestrado a su hijo, justo cuando Derhorm se revelaba con su verdadero aspecto entre las manos de mi sobrino. No necesité escuchar nada más para sacar mi varita y enarbolarla apuntando hacia aquel desconocido. Cómo era posible que no me hubiera enterado de la desaparición de Ithilion. Y... ¿A qué otro niño había secuestrado? Esperaba que no fuera el de Perenela. Apreté los dientes, pero me fijé en la extrema tensión de Matt y decidí que incitarle no traería nada bueno. Y mucho menos después de sus últimas palabras. Miré a Ada, esperando a que diera la orden para que sus hombres soltaran a Sagitas y retuvieran al secuestra-niños, pero entendí que, aunque le encerrásen, los crímenes de aquel hombre debían procesarse en las dependencias judiciales correspondientes; es decir, en el Ministerio de Magia británico. Matt iba a perder los papeles. No podíamos dejar escapar aquel criminal, pero tampoco que Matt se convirtiese en uno. Había que separarles y llevar a Derhorm a los tribunales. Y recuperar a los niños. «¿Es que no hay nadie con competencias suficientes para hacer un arresto bajo custodia británica directamente?», pensé, mirando a nuestro alrededor vaciado. — ¡Darla! —me autorespondí, abandonando la escena para ir a buscar a la mujer. ¿Dónde se había metido la pelirroja? Tenía que dar con ella rápido y que detuviese a Derhorm. Si hacía falta, yo mismo interpondría la denuncia correspondiente allí mismo para que pudiera hacerlo. Pero tenía que encontrarla ya, si no quería que Matt le partiese en pedazos. Confiaba en que Ada, Sagitas y la seguridad francesa lo contendrían. — ¡Darla! —grité, buscando a la mujer por la zona de la recepción—. ¡¡Darla te necesito!! @ Darla Potter Black @ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue @ Ada Camille Dumbledore @ Sean -Ojo Loco- Linmer
  18. • Ars & Vita • La duda sobre la importancia del piano me ofendió, aunque menos de lo que lo podría haber hecho. Estaba acostumbrado a aquel tipo de reacciones, a que algunas cosas no se valorasen como debieran, pero también comprendía que, tras todo lo ocurrido aquellos años en el mundo mágico, mucha gente considerase el arte como un lujo y no como una necesidad, cuando, a mi parecer, siempre había sido al contrario. Es en los tiempos difíciles, cuando uno más sufre, donde el arte es más que necesario, vital. Me habían llegado noticias de lo ocurrido hacía apenas un par de días en la inauguración de un gran hospital en Washington, y probablemente por allí la gente estuviera todavía conmocionada por aquel terrible suceso. Quizá por eso no había muchos funcionarios del MACUSA a la vista: estarían asegurándose de que se cumplía la máxima seguridad para proteger el Mercado Público de aquellos ataques. Nuestro show debía no solo distraerles un poco de la barbarie, sino, con suerte, dar un poco de esperanzas e infundir ánimos a todos los presentes, americanos o no. Pero aquella muchacha de claros cabellos no parecía americana. Por su acento casi podía poner la mano en el fuego de que no lo era. — Sí, es para una pequeña pieza que se va a representar en la plaza central del mercado —expliqué, observando con ansia cómo la chica echaba un vistazo al interior de su tienda. Por unos instantes me fijé en las sutiles líneas que comenzaban a marcar su rostro. Al principio, me había parecido una mujer bastante joven, de la edad que yo aparentaba, más o menos, pero a medida que había ido observando sus rasgos durante nuestra conversación, me había dado cuenta que no era tan, tan joven, aunque apenas comenzaban a brotar pequeños signos de edad en ella. Quizá las pecas que poblaban su rostro eran buenas aliadas para rejuvenecer su apariencia. En cualquier caso, era un rostro agradable a la vista. Lo que no fue agradable fue escuchar que no tenía un piano, aunque su iniciativa me sorprendió. — Adrian Wild, encantado —correspondí a su sonrisa y miré el reloj que llevaba guardado en el bolsillo del pantalón de pinza—. Pues, ¿qué te parece si te digo que tenemos como una media hora-cuarenta minutos? Algunos minutos más si apuramos. Probablemente la mujer se echara a reír en toda mi cara o me mandara a freír unicornios, pero, ¿qué tenía que perder? Bueno sí, tiempo. Necesitaba confirmar que en ese tiempo iba a tener un piano ya preparado en la plaza central cuanto antes. Si no, me veía contratando a un puñado de elfos para que tocasen la pandereta. Mantuve la mirada en Ellie, expectante. ¿Por qué me resultaba de pronto familiar? «No es momento de hacer memoria, posiblemente sea un simple dejà vu», pensé tratando no distraerme. @ Ellie Moody
  19. Llegué a las cocinas en busca de una rápida taza de café. No es que soliera hacerme mucho efecto, pero debía probar; no podía arriesgarme a quedarme frito en plena investidura de Ludwig Malfoy. Wilmo andaba por ahí trajinando y, en cuanto me vio, se acercó para ver qué necesitaba. Me miró de arriba a abajo antes, eso sí, clavando unos instantes su mirada en mi calzado. Levanté la mano derecha antes de que pudiera decir nada. — Café, Wilmo, ya, o llegaré tarde. Sabía que iba a comentar algo sobre el conjunto que había elegido, pero yo lo veía más que apropiado para la ocasión. Tampoco es que fuera a una boda, y seguramente yo me quedaría en la zona de los cargos ministeriales, así que nadie iba a ir de gala. Bueno, o casi nadie, siempre había gente muy exagerada para aquellas cosas. — Han estado hace apenas unos minutos aquí la ama Sagitas y el amito Matt, ¿no te has cruzado con ellos? Tomé entre mis manos la taza humeante que me ofrecía el elfo y negué con la cabeza. — No, pero, ¿han salido ya o iban a prepararse? — La ama Sagitas dijo algo de que iba corriendo a arreglarse para acompañar al amito. Por lo visto no la han invitado pero ya sabes cómo es... Como por arte de magia —en realidad porque seguramente había estado escuchando con ahínco nuestra conversación—, Harpo cruzó por nuestro lado lanzándole una mirada reprobatoria a Wilmo. Mi elfo le vio, pero hizo caso omiso. Sonreí sutilmente acompañado de una carcajada contenida. Me hacía tanta gracia la lucha que se traían aquellos dos... Parecía que a ninguno le gustaban nunca las formas del otro y, al final, nos habían metido por medio a Sagitas y a mí como excusa, conviertiendo aquello en una disputa por ver qué amo era mejor. — ¿Cómo? ¿No han invitado a Sagitas? —Levanté mucho las cejas y emití un rápido silbido de asombro, aprovechando para soplar después el café—. ¿Y con qué carácter ha subido a cambiarse? Porque no me extrañaría que se estuviera preparando para liarla parda por no haber sido invitada. ¿Qué incauto o incauta había organizado aquella ceremonia de investidura sin invitar a la que había sido una de las más recientes Ministras de Magia? Bueno, ¿quién no había osado invitar a Sagitas Erices Potter Blue? Pobre quién tuviera que sufrir la ira de la pelivioleta. — No la he visto subir enfadada, sólo con prisa. No dije nada más. Miré el reloj de pulsera y me dispuse a terminarme el café lo más rápido posible y me encaminé al vestíbulo. Esperaría allí a Matt y Sagitas. No sabía cómo pretendían ir ellos, pero yo no iba a usar como medio de transporte el traslador que un empleado del Ministerio había traído una hora antes para que nos llevase al mismo Atrio. Utilizaría la Red Flú. Ni loco iba a tentar a la suerte de marearme y pasar todo el evento con mal cuerpo. Volví a mirar el reloj. El acto comenzaría en veinte minutos. ¿Dónde se habían metido? @ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue
  20. Antes de que nadie pudiese siquiera articular palabra, Matt apareció desde mis espaldas y se colocó en medio del irregular círculo que se habíamos creado y agarró a Sean de la camisa, alzándole unos palmos del suelo. — ¡MATT! —grité sin esperármelo, así que reduje unos cuantos decibelios—. ¡Matt! ¿Qué demonios haces? Estás llamando aún más la antención hacia nosotros. Como si no la hubiéramos llamado ya. —Mi sobrino no parecía atender a razones, y masculló una palabra que no identifiqué con ninguno de los idiomas que conocía. ¿Qué narices estaba invocando ahora?—. ¿Derho... qué? Matt, estoy seguro de que Sean se merecerá más de una reprimenda y quién sabe si algún que otro azote —sí, estaba siendo extremadamente suave y considerado, pero no quería perder también la compostura delante de aquella mujer enmascarada—, pero no es el momento ni el lugar de demostrar nuestra disconformidad con su persona. ¡Suéltale! Aquello último lo dije agarrando el brazo derecho de mi sobrino, tratando de reducir su fuerza y que, por lo menos, volviera a colocar a Sean en el suelo. Había visto a Matt en muchas situaciones, y claro que le había visto cabreado, pero aquello no era un simple cabreo; había odio en su mirada y todo su cuerpo se tensaba y temblaba de rabia. En aquel momento casi no se podría diferenciar de si era él o si se había convertido de pronto en su lobo Fenrir. Miré a las demás en busca de ayuda contra la fuerza que estaba haciendo Matt para mantener a Sean en el aire. No, no quería sacar la varita y hacer uso de magia para que la gente, todavía asustada y nerviosa por la explosión, se nos avalanzara o empezara a marcharse y mañana Ada y su fiesta fueran la comidilla de todo Ottery St. Catchpole. @ Matt Blackner @ Sean -Ojo Loco- Linmer @ Sagitas E. Potter Blue @ Maida Black Yaxley @ Ada Camille Dumbledore
  21. Enhorabuena a ambos. Estoy seguro de que es más que merecido, y no me hace falta comprobar la actividad dentro de los bandos para saberlo. Sois dos de los que más dáis por y para el foro y siempre os veo a pie de cañón, así que es un resultado más que lógico. Lo que sí espero, aunque este año sí que he visto más movimiento al respecto, es que nos déis un año de bandos que vuelven a rolear, a crear tramas y a darnos por saco a los que estamos ahí tranquilitos en nuestra tierra de nadie, porque así nos dáis también hilos de donde tirar y acción, mucha acción. Como digo, este año ya he notado de nuevo esa reactivación y agradezco mucho volver a leer tramas al respecto, y siempre desde el respeto y las ganas de jugar y crear. Sigamos así, que es bien bonito ❤️ (he disfrutado mucho los roles de crónicas de luces y sombras, que yo me leo todo, todito, todo el CMI jajaja). Ojalá volver a redadear y esas cosas, aunque sé que ahora es más difícil porque apenas podemos estar todos al mismo tiempo (yo aquí, como si fuera a estar en primera línea xD), pero mientras haya tramas en rol, yo feliz. Besines plumosos y escamosos para todes ^-^
  22. Creo que este año han sido un proceso bastante claro desde el principio. Y me alegro, porque ha habido mucho acuerdo y las opciones eran claras. ¡ENHORABUENA, Ludwig! Estoy seguro que aportarás mucho (ya sólo con mantener la actividad que traías, lo es; solo varía el detalle de ahora verte sentado en la butaca por la que han pasado una payasa muy payasa y San Rory de Todos los Párrocos xD). Deseando estoy de que vuelvas loco al Ministerio y a todos los que estamos en él (más, digo). ¡Ah! Y nada de italianadas (?) xD Si quieren conquistarnos que vengan esos que te dejaron solo y desgraciado... Jajajaja. ¡Larga vida a...! Bueno, que nos dure el año entero :3
  23. Allí estaba la pelivioleta, justo detrás de mí. ¿Cómo no la había visto? La hubiera saludado al darme cuenta de su presencia tras mirar a Matt, pero salió disparada como una flecha cruzando la sala en dirección a una pareja; ella iba enmascarada y él... Cuando Sagitas le agarró del brazo con tanto ímpetu pensaba que se lo iba a arrancar, pero que le girase me sirvió para identificarle. Era Sean. — Las buenas costumbres nunca se pierden... —musité para que los demás me escucharan, pensando en la constante relación alterada de mi hermana con aquel hombre. Lo que todavía no lograba comprender era cómo Sean había llegado a ser su secretario personal durante su mandato. Miré a Darla, a Ada y, por último, a Matt. — ¿Nos acercamos? Sí, tenía mis dudas. No sabía si acercándome me inmiscuía en algún tema privado que tubiesen que tratar, aunque tampoco lo parecía; muy privado no sería si estaba tratándolo a grito pelao' y con tanto aspaviento. No éramos los únicos que se habían girado hacia aquel trío, alertados por la tremenda energía que había empleado Sagitas en cruzar la sala. — Por cierto, ¿dónde os habíais metido? —le inquirí a mi sobrino—. Tuvisteis que llegar antes que yo por narices, casi os escuché salir de la Potter Black. —Toqué su corbata, alisándola—. Bonita corbata. No me gustaron nada los gestos que Sean le hacía de vuelta a mi hermana. Miré a los que me acompañaban apurado. Me acercaría allí con ellos o sin ellos, pero no iba a consentir que aquel caradura metomentodo tratase así a la respetable figura que se había granjeado la pelivioleta en la sociedad mágica. Bueno, quizá no tan respetable, y seguramente más bien temida o tomada por loca en los últimos años, pero en cualquier caso, era una persona importante. — Vamos —les indiqué, sin esperar que me siguieran. Llegué donde se encontraban con pasos calmados y tratando de no llamar aún más la atención de los asistentes, a pesar de que algunos todavía parecían estar recomponiéndose del accidente lamparil. — Sagitas, Sean, ¿qué narices os pasa? No podéis dar así el cante y además —reparé en la mujer con antifaz que acompañaba a Sean—, váis a espantar a la señorita... Dejé espacio para que se presentara. A ver si así lograba desviar la conversación y el acaloramiento de los otros dos. @ Matt Blackner @ Ada Camille Dumbledore @ Sagitas E. Potter Blue @ Darla Potter Black @ Sean -Ojo Loco- Linmer @ Maida Black Yaxley
  24. • Ars & Vita • «¿Dónde narices se han metido todos los de la organización?», pensé al pasar de nuevo por la puerta de un stand ya casi terminado de preparar y que parecía tratarse de algún tipo de galería de arte. El mío, que todavía permanecía dentro de mi campo de visión, parecía avanzar lentamente en su alzamiento. Daba igual. Debía confiar en Robin y en que todo estaría preparado a su hora. Marcus Golliver sólo me mataría por obligar a sus muchachos a prepararse para la pequeña función a toda prisa. Tenía que haberle especificado a Robin que dejasen preparado primero el cuarto que les serviría de camerino, dentro de la carpa del stand. Giré hacia una zona nueva, confiando en encontrar a alguien por allí, y me fijé en la pequeña plaza que se había formado en el centro de todo aquel recinto habilitado, futuro escenario de aquellos que quisieron venir a colaborar de la compañía de mi fiel amigo. Me paré a inspeccionar aquella zona, pero tampoco vi pasar a nadie que vistiera como la chica que nos había conducido a nuestro espacio. Una voz cercana a mi hombro izquierdo me hizo girar hacia ella. Provenía de una muchacha que se apoyaba contra el poste de un toldo, en la entrada de un stand. Eché un rápido vistazo al nombre del mismo. Luego regresé la mirada al rostro de la chica y me fijé en sus cristalinos ojos azules, que parecían casi pálidos contorneados por platinos cabellos. — Un piano —contesté sin pensar, desviando de nuevo la mirada hacia el centro del Mercado. Sin organizadores a la vista. Me di cuenta de la escuetez de mi respuesta y volví a mirar a la muchacha—. Quiero decir, no es que se me perdiera el piano... Bueno, sí, me falta un piano de pared, pero lo que ando buscando es a alguien de la organización. No sé dónde se han metido, parece como si estuvieran reunidos en un punto todos, porque no me he cruzado con ninguno todavía. Y necesito un piano. Eso había quedado bastante claro. Mi cabeza iba a mil por hora y mi semblante, nervioso, contrastaba con la aparente calma de la chica. Eché un vistazo al interior de su stand, y pude ver cerca del hueco de la puerta unos prismáticos bastante antiguos sobre una mesa y, de pie junto a la mesa, una fuente de pájaros de la que salían pequeños chorros aleatorios de agua, pero que no parecía funcionar con electricidad. Aquello parecía un anticuario o algo parecido, una especie de tienda de muebles y artefactos muggles que habían sido manipulados de alguna manera. El acelerón mental que tenía en aquel momento me llevó a preguntar algo sin sentido: — ¿No tendrás uno ahí dentro, verdad? Quizá no era algo tan "sin sentido". La oportunidad la pintan calva, o eso decían. @ Ellie Moody
  25. ¡Muchísimas felicidades Ludo! Espero que hayas tenido un gran día y hayas podido disfrutarlo como quieras y con quienes quieras. Qué bien fue veros regresar y sobre todo mantener esa actividad (aunque creo que eres de los pocos supervivientes a ello, jajaja), con la que trajisteis nuevos movimientos, ideas, tramas y risas. Tanto es, que ahí estás como candidato favorito a Ministro de Magia, por toda esa implicación, actividad y ganas. Y no podría estar más de acuerdo. Un abrazo fortísimo y que siga el rol \0/

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