Jump to content

Libro de la Sangre XI


Hades Ragnarok
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Oh. El profesor y sus muecas. Orión podía entender como de a poco, todo el grupo de alumnos se ganaba a fuerza de pulmón, el odio de Hades. Más que nada porque prácticamente un grupo comenzaba a cuestionar sus métodos pedagógicos. Ahora estaba aplicando la magia de la sangre a Bel, quien se dirigía a su compañera para dañarla. Seguía sin entender. Había pasado raspando la clase de la Fortaleza. Algo le decía que pasaría lo mismo con esta.

 

Ahora se dirigía al Mago Oscuro quien suspiró cuando comenzó a hablar. Le comentaba que al Black, le faltaba mucho por aprender y comenzó a cuestionar sobre la pregunta que genuinamente había hecho. Se preguntó que había hecho para que lo tratase así. Luego entendió que estaban al borde de otra civilización destruida con un océano de espíritus con sangre de vida y llegó a la conclusión que a veces, las incoherencias eran así, y buscarles una razón lógica era caer en la mismísima locura. Igual, estaban en un diálogo y luego de que el profesor diera las últimas indicaciones.

 

- ¿Qué perspectiva de pedagogía tomas? ¿Piaget?

 

Sí, se preguntaba si seguía el constructivismo, o un simple pragmatismo caótico. El segundo era más seguro. Reflexionó sobre el pago. Ese sí que era un tema complicado, porque siempre uno tenía que manejar valores iguales y así fue como le contestó:

 

- Creo que no me expresé bien. Creo que acá todos entendemos, porque es algo básico en la magia, que uno debe manejar un equilibrio perfecto. En el momento del negocio, las partes iguales deben dar justamente eso, algo de igual valor. Si ofreciera mi vida por simplemente pasar a una zona maldita, le aseguro que causaría una calamidad. La vida de una persona humana, sea quien fuera, vale demasiado. Entonces, probablemente sea sangre. Es decir ¿no estamos en la clase del libro de la sangre?

 

Se giró hacia Gatiux quien estaba recitando un cántico ancestral, y no hizo más que sacarle una pequeña carcajada. Qué bueno que había decidido cursar este libro con ella. Valía cada uno de los diez mil galeones. Pensó en invocar daga del sacrificio, abriendo su palma izquierda, para que una pequeña arma blanca apareció. Esta era corta, con un mango opaco y de madera, con un filo brillante.

 

- Vamos. Creo que le hemos dado suficiente show a las almas para que nos dejen pasar. Aparte, nosotros no tenemos la culpa –le susurró.

 

Supuso también que el coraje para hacerles frente también era la forma de pago y eso fue lo que hizo. Tomó la mano de Gatiux y emprendió camino hacia la famosa cascada a la que tenían que llegar. Los espectros le hicieron cosquillas. En serio. Eran inmateriales. Estaba por un Salvaguarda Mágica, pero tener el mismo material que los enemigos del momento iba a ser peor. Giró hacia su acompañante y le sonrió.

 

- Todo en orden ¿ves? Ahora, me tiraste una maldición y todo será catástrofe hasta que diga un hechizo ¿verdá?

 

No se sentía raro, para nada. Pero había que probar. Guardó la daga en un bolsillo y sacó la varita con su derecha.

 

- ¡¡Ixpictri Pitrinis!! –exclamó con toda la naturalidad del mundo.

 

Abrió los ojos los ojos como plato y los clavó sobre su acompañante con una sonrisa de loco. Parecía como cuando hablás con helio en los pulmones y no te das cuenta de tu voz graciosa. Lanzó carcajada tal que hasta los amigos espectros hubiesen muerto nuevamente de envidia. Porque estaban muertos. Y no podían reír. Porque bueno, estaban muertos claro.

 

Seguían caminando, alejándose del grupo. Si iban a matar al profesor, que sean ellos en definitiva. La única sangre que iba a derramar era la suya.

 

- ¿Te parece si probamos el juramento? Lo que sí, necesito que nos cortemos. Ya sabes lo que dice Lu. Horizontal atención. Vertical efectividad. A ver si sale ¡Inmolo oppugnare!

 

Sacó la daga del bolsillo y en su antebrazo derecho, porque el izquierdo seguramente estaba el tatuaje de ella, realizó un pequeño corte horizontal. Gotitas cayeron en la tierra maldita, la cual sirvió de sacrificio, por si las dudas. Lo mismo le pasó a la muñeca de Gatiux.

 

- Yo juro no lanzar hechizos no verbales.

 

Y como que no había pasado nada.

 

- ¿Sientes algo? Ya escuchaste al profesor. “Ti filti michi pir iprindir”. Está bien que yo sea un idi***. Porque enserio, me tomo mis tiempos para aprender. Pero que se diera cuenta tan rápido de ello… ¡Le doy un premio!

 

Le dio un codazo amistoso, para que se prendiera del chiste. Después de todo estaban caminando por una civilización devastada. Si no le ponían un poco de humor, capaz terminaban igual de muertos.

QlJxtuG.png
3wkkc9v.gif

ZREaNtC.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La clase se estaba poniendo tensa y eso se podía notar a simple vista. Por un lado estaba Catherine, compañera y colega del Magic Mall, y otra muchacha a la que no conocía en lo absoluto. ¿Qué había pasado? Una de ellas atacó al profesor y ahora, éste, la había hechizado ordenándole que hiera a su compañera para que la protegiera. Los ojos de Emmet estaban abiertos cual plato para tazas de café. Era como si estuviese mirando una película de terror. Ambas estaban cuestionando las decisiones de que Hades había tomado para darle un giro a la clase pero no exactamente para cambiarla si no para poner en práctica algunos de los hechizos del libro.

 

- Creo que está un poco loca como para atacar a un profesor. Si yo hubiese sido Hades seguramente que ella no estaría en este plano.

 

De sólo pensar aquella idea, soltándola al aire sin que ellas pudieran escucharlo, le hizo reír con una pequeña carcajada. Pero algo era cierto detrás de tanta risa, fuese el vampiro en el lugar del profesor la muchacha podría estar muerta (?).

 

Por otro punto y, delante del Nigromante, estaban Orión y Gatiux. Hades, después de atender a las otras dos muchachas, se acercó a responderle a Orión las preguntas que le había realizado pero éste se había comido la delirada de su vida ¡Já! No pudo evitar contener la gracia que le hacía y cómo su cara se iba transformado de a poco ante cada palabra que soltaba el educador. Gatiuz había comenzado con un cántico que parecía sacado de una sesión de espiritismo aunque sonaba gracioso por la forma en la que lo recitaba.

 

- ¿Ya comenzó la sesión de espiritismo? - el mortífago no aguantó y volvió a reír pero esta vez con una carcaja más audible.

 

Los dos partieron y comenzaron a tomar camino. Por su parte, Emmet, iba seguir a Hades ¿pero qué es lo que estaba haciendo? Eso poco le importaba al igual a la prubas que tuviera que enfrentar en el camino pero necesitaba aprender de mejor forma el manejo de los hechizos del Libro de la Sangre. Ahora tenía que pasar por enfrente de los espíritus chocarreros que allí andaban formando una barrera. Necesitaba probar si un poco de su sangre pura iba a servir para que aquellos se apartaran y dejaran el paso libre para que pudiera seguir al profesor.

 

<< Invocar daga de sacrificio >> pensó al mismo tiempo que abría su mano derecha pero nada sucedía. ¡mi*****! Maldijo dentro de sí y lo intentó una vez más volviendo a pensar el mismo conjuro pero esta vez mucho más concentrado y con más silencio ya que los demás se había alejado. Una pequeña daga se había maetrializado en su diesta. El filo de la hoja de metal brillaba y, en el mango, tenía una bella terminación de color azul. Caminó hasta los espíritus éstos no se inmutaban con la presencia del vampiro pero lo seguían con la mirada. Hizo un corte en su muñeca izquierda, bastante profundo y presionó bien para que pudiera salir sangre. Dejó que algunas gotas se acumularan en la herida y voltéo su mano para que cayeran a la tierra.

 

Nada de nada. Y nada todavía. ¿Cómo haría para pasarlos? Sabía, por la explicación de Hades, que ellos buscaban venganza pero Emmet no se las podría dar; era lo único que podía ofrecer. Hasta que resultó y dos de los espítus se hiceron a un lado. Se trataba de una chica joven con un orificio en el medio de la frente seguramente una bala le había causado la muerte; lo que resaltaba es que el disparo era perfecto justo entre medio de los dos ojos. El otro era el de un hombre con un gran corte en el cuello quizas había muerto desangrado porque su ropaje continuaba con algunas manchas de sangre pero que se veían oscuras por su estado fantasmal (?).

 

- ¡Profesor!

 

Gritó y se puso en marcha para alcanzarlo y seguirlo.

~ //

http://i.imgur.com/LZ2zUEj.gifhttp://i.imgur.com/C83rY.gif // ~

9DDDaoU.jpg

Crazy Awards 2018:

7F1CpeC.gif "El Romeo"

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Orión volvió a tomar la mano de Gatiux y juntos atravesaron a los espíritus que les dejaron pasar sin más problemas. Un escalofrío los recorrió cuando traspasaron a los entes incorpóreos. Giró durante un par de segundos la cabeza, para ver a quienes dejaban atrás para luego encontrarse con un sonriente Black mirándola, le había echado una maldición y él lo sabía. No pudo aguantar la carcajada cuando de la boca del mortífago salió una versión ridícula del Expecto Patronum. Se llevó la mano a la boca, intentando no ser demasiado ruidosa. La risa era buena para el alma.

 

Mientras caminaban empezaron a probar en ellos mismos los otros hechizos del libro, no habían tenido oportunidad de hacerlo en las cosas fantasmales o en los lobos muertos, aquellos hechizos exigían un derramamiento de sangre humana, roja, viscosa y real. Orión se cortó en el brazo derecho y la misma herida apareció en el mismo brazo de la Malfoy, que sonrió fascinada al ver la herida que ambos compartían. -Episkey- La herida del brazo se cerró.

 

- ¿Si ya me has cortado tu a mi, ambos estamos unidos? -preguntó Gatiux- No, no tendría sentido que funcionase en inversa. Eres tú el que se ha sacrificado.

 

Para comprobarlo Gatiux invocó su propia daga y se hizo un corte superficial a la altura de las costillas sin decir el hechizo. Levantó la camiseta de Orión para comprobar que no existía corte alguno en su piel aunque ella se hubiese cortado. Era ella la que sufriría los cortes del Black si éste decidía pegarse un tajo, ya que él era el que se había ligado y pronunciado la maldición.

 

-Dañar ¡Immolo oppugnare!

 

Volvió a cortar unos centímetros más abajo, a la altura de las costillas, y esta vez la misma herida apareció en las costillas del Black. Lanzó un gritito eufórico al ver que funcionaba. Luego se puso una mano sobre las costillas y el colgante ámbar del cuello brilló mientras se curaba a sí misma. Le dio un rápido beso en la mejilla al mortífago, aunque tuvo que ponerse de puntillas para eso.

 

Repasó mentalmente el Juramento de Sangre. Los unía a ambos, si alguno de los dos incumplía la promesa aparecería un corte en sus cuerpos. Pero Orión había jurado no lanzar hechizos no verbales, y así no podrían observar bien el Juramento de Sangre en todo su esplendor. Pero por ahora ninguno de los dos podría lanzar un no verbal sin sufrir consecuencias.

 

- Tenías que haber elegido rayos y así lo veíamos mejor. -se quejó Gatiux- En fin, para comprobar la efectividad tendremos que saltarnos el juramento, ¿no?

 

Sonrió de forma maliciosa. Para comprobarlo lo miró mientras pensaba en un -Babosas- en dirección a Orión al tiempo que asentía para que supiese que lo estaba atacando. Un nuevo corte apareció en el brazo derecho de Gatiux, sus ojos amarillos miraban fascinados lo que les sucedía a ambos. Al intentar saltarse el Juramento de Sangre se había herido a sí misma.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Por lo menos la estaban pasando bien y tenían salud. Estaban un poco perdido en esa civilización destruida, por lo que como escritor me tomaré la suficiente libertad para enmarcar el contexto del par de tórtolos contra mares de espectros y espíritus con sed de sangre. Porque la verdad, el camino árido y sinuoso no era la única cosa importante para nombrar con respecto al contexto.

 

Luego de ese marco que había hecho Hades para que sus estudiantes pasaran, un pueblo antiguo, pero completamente destruido. De esos que ves en las revistas de la Nat Geo con respecto a civilizaciones pre colombinas marcaba la posibilidad de diferentes caminos. Ellos, decidieron tomar el de la derecha, que daba hacia una bajada leve, pero con piedras y tierra muerta. A veces un leve viento se levantaba y tenía que taparse los ojos. Pero iban bien, cómodos. Nada que dificultara su camino.

 

Sí sentían el peso de los muertos. Pero ninguno de ellos era nigromante como para poder tratar con la delicadeza suficiente, por lo que siguieron ignorando lo que no podían ver.

 

Practicaron el uso de la daga. Ya Orión se sentía un poco pálido, porque los brazos ya eran receptáculos de mucha sangre, sobre todo cuando tu peso era más de noventa kilos. Lo bueno, era que el vínculo por parte de él, y el mismo por parte de ella, ya estaba cerrado. Si sus cálculos eran correctos, la imposición sobre no verbales iba a terminar en ese mismo turno.

 

Con su varita pensó en un Episkey, cerrando la herida de su brazo derecho, para luego colocar el amuleto de Curación en el corte de su costilla. Vio como Gatiux le hacía las indicaciones que estaba por atacarlo con un rayo, el cuál no le dio ni tiempo para pensar. Preparó su varita y exclamó:

 

- ¡Protego! –generando la barrera grisácea que deshizo el ataque en segundos-. Perdón, te lo hubiese aceptado, pero me estoy deshidratando ya.

 

Con un par de pasos se posicionó detrás de ella para sacar de su mochila una cantimplora. Le dio el trago suficiente para seguir. Estaba un poco más pálido de lo normal. Era la falta de sangre obviamente. Las ropas ya estaban manchadas y había un pequeño camino a lo Hansel y Gretel. Antes que nada, apuntó en las costillas de su acompañante y pensó en otro Episkey, para cerrar su herida.

 

- Me encargaré de esto. No vaya a ser que zombies mortales nos sigan por el rastro de sangre –apuntó ahora hacia el camino por donde venía y pensó en un Encantamiento Desecador. Segundos fueron. No más sangre.

 

Fueron como 100 metros más en donde encontraron un riachuelo bastante turbio el cual nacía de una cascada a distancia considerable de ellos. Sus pasos iban sobre las piedras y seguían leyendo el libro.

 

- Necesitaba recuperar el aliento. Creo que ya con el vínculo que tenemos podés aplicar algún juramento. Igual, lo mejor será a que lleguemos a la caverna que indicó Hades. Tampoco quiero quemar toda la diversión para antes ¿Te parece?

 

Sin que se dieran cuenta llegaron. En definitiva, era una caminata de no más de cuarenta minutos y con toda la diversión que estaban teniendo el tiempo parecía volar. Cruzó primero él, y luego la ayudó a que Gatiux diera el salto. Con su varita encendió una luz que los seguiría, al menos para ver un poco más de los 3 metros que permitía la iluminación del día. Quería terminar la prueba pronto. Quedarse en ese lugar al anochecer no era una opción válida.

 

- A esperar la prueba, supongo –bajaron el ritmo de la caminata. Tenían que ser cuidadosos en terrenos desconocidos-. Tengo una duda ¿viste que juré no decir no-verbales? Bueno, ¿qué hubiese pasado si conjurabas verbalmente el rayo que me lanzaste? Si los no verbales en definitiva pueden conjurarse verbalmente.

QlJxtuG.png
3wkkc9v.gif

ZREaNtC.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Episkey- Todas sus heridas estaban al fin cerradas.

 

- Tengo una duda ¿viste que juré no decir no-verbales? Bueno, ¿qué hubiese pasado si conjurabas verbalmente el rayo que me lanzaste? Si los no verbales en definitiva pueden conjurarse verbalmente.

 

- Ni idea, tal vez sea un vacío legal. -contestó Gatiux- Le preguntaremos a Hades la próxima vez que lo veamos si es que no nos trata como niños de patio de colegio.

 

A la Malfoy le había molestado la actitud de Hades con Orión, era preferible hacer preguntas por muy tontas que fuesen a que la gente no se atreviese a preguntar por la actitud arrogante del profesor. Quizás se lo encontrarían en la cascada que les había indicado rato atrás, cuando había avanzado sin mirar quien lo seguía. Intentaría mantener esa pregunta en su mente hasta entonces.

 

Gatiux miraba a Orión con preocupación, lo notaba pálido, como si la pérdida de sangre le hubiera afectado bastante. Se mordió el labio con culpabilidad, tal vez uno de los últimos cortes que tanto le habían entusiasmado había sido demasiado. Tiró de la mano para hacer que el mortífago se detuviese junto con ella.

 

- Orión, ¿podemos parar unos minutos? Estoy algo cansada. -prefería echarse la culpa a ella misma- No nos retrasaremos demasiado.

 

Habían aguantado el paso bastante bien, iban ganando la competición de senderismo, ambos en primer lugar y muy de cerca les seguía Emmet. Ni idea de donde se habían metido los que habían salido heridos con los lobos.

 

Tras pasar la cascada que le había indicado Hades habían llegado a una amplia cueva. La piedra era de pizarra natural, de color azulada y compacta, aunque la superficie no era completamente lisa, no pendían sobre sus cabezas ninguna roca que pareciera que fuera a caerse. Se sentaron sobre una gran piedra tras pasar la cascada. La cueva tenía una abertura en la parte superior unos metros más adelante que impedía la oscuridad en la misma. Más adelante había un acantilado de varios metros de altitud y un camino a la derecha que bajaba hasta la parte más baja de la misma cueva, dando la impresión de ser como un circo romano, pero menos alargado. El fondo del foso era liso, alguien lo había hecho así.

 

Tal vez ellos eran los gladiadores y no lo sabían.

 

- Será mejor que bebamos una reabastecedora de sangre. Después de jugar con las dagas me siento un poco débil.

 

No era cierto, se encontraba bastante bien, pero le preocupaba que Orión se desmayara por la falta de la misma. No quería alarmarlo sobre el mal aspecto que presentaba. De la mochila sacó dos pociones rojas para restaurar la sangre y dos verdes (herbovitalizantes) para que les devolviese las fuerzas a ambos. Hizo que el Black las bebiese y luego hizo lo propio con las suyas. Descansaron sobre aquella piedra un par de minutos, con el sonido de la cascada cerca de ellos.

 

- Me pregunto donde estarán los demás. -comentó Gatiux- Emmet venía cerca, pero a los otros hace rato que no los vemos.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Las palabras le llegaban como de lejos. Aunque no conocía la "ciencia" real de cómo invocar la daga del sacrificio pareció aprenderla en apenas un instante. Antes de entenderlo con claridad, estaba ya en su mano pues había pensado en invocarla y había aparecido sin más. "Pero qué..." apenas tuvo tiempo de pensar, antes de clavarla en su propia carne y hacerse un corte profundo en el brazo. De esa forma, el alma y la sangre de Bel estuvieron de pronto ligadas a las suyas, pudo percibirlo con claridad. Sus ojos enfocaron nuevamente el espacio alrededor y ella soltó la daga que cayó con estrépito, antes de volver a recogerla entre desconcertada y alarmada.

 

El único indicador de algo extraño, fue la marca en forma de hoja que tenía en el hombro pero ni por eso se convenció así que se dedicó a echar una ojeada al libro por un rato, descubriendo así lo que había sucedido. Enfrascada como había estado apenas había percibido la negativa de los magos a los que había hablado antes (o más bien la propia resignación que ella había demostrado al hablar al inicio) y ya menos la presencia de su compañero de trabajo del Magic Mall, cuya ausencia ni siquiera notó luego de que se alejara (después de todo, no le había prestado nada de atención). Habían quedado al fin, Bel, Dayne y ella misma.

 

-De acuerdo, por lo que acabo de leer estás libre de todo daño así que vas tu primero -indicó, señalando el camino o al menos señalando el lugar hacia donde se suponía que estaba la cascada-. Cualquier herida menor la recibiré yo. Dayne ¿has leído ya el libro y podrías ilustrarnos sobre el asunto? Yo apenas he leído lo básico y no estoy segura de cómo aplicarlo -suspiró.

 

Debido a la misión que tuvieran con los oscuros no había tenido tiempo de revisarlo. Sin embargo quizá Dayne o Evans que habían adquirido el libro mucho antes que ella tuvieran alguna pista. Fue así como Bel abrió la marcha y Catherine decidió probar con Dayne ciertos hechizos. Lo cierto era que el enojo debido al incidente con el "guía" había mermado, sobre todo porque se había pasado un buen rato distraída leyendo así que los ánimos habían pasado.

 

-Tengo encima la marca de sangre de Bel -dijo de pasada revisando el libro una vez más mientras caminaba e intentaba no caerse o tropezar con algo- ¿alguno tiene ganas de probar algún hechizo en particular? ¿Y por qué una hoja de árbol? Siempre supe que eras una niña hippie. Si sabes lo que es un hippie... ¿no?

 

Bel había tenido padres muggles, aunque Catherine sabía que eran japoneses. Quizá si estuviera familiarizada con el término después de todo. Mientras tanto, las almas se arremolinaban a su alrededor pero cada vez más su voz parecía una cháchara incierta, como si perdieran influencia sobre ella.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Si piensas eso, mejor ni decirte lo que significa para los japoneses una hoja de arce- respondí a las ácidas palabras de Catherine para luego observar el camino que nos esperaba- a las finales, todo se reduce a sobrevivir a lo que sea que esos espíritus vengativos deseen.

 

La había visto invocar aquella daga del sacrificio, y herirse, algo chocante, pero que tras leer lo que el libro decía tenía total sentido. Por otro lado, estaba más claro que nunca que la magia de los uzza distaba mucho del clásico uso que podíamos dar a la magia en Occidente, donde el ser, el individuo se constituía por si mismo en algo tan valioso, que era impensable la idea de sacrificar a uno u otro en su lugar.

 

- ¿Por qué tendrías que sacrificarte por mí? No creo que de ese guía podamos obtener una respuesta coherente, pero sería realmente interesante saber cuándo los uzzas suelen usar este hechizo, a que tipo de personas es a las que se protege con él ¿no te parece?

 

Nos habíamos puesto en marcha, Catherine todavía balbuceando cosas del libro y Dayne sumido en una concentración silenciosa, de modo que solo viéndolo podías caer en cuenta que se encontraba allí también.

 

- Hay una clara delimitación de los usos para la daga, pero no puedo dejar de cuestionarme ¿a quién proteges? ¿Al débil, como un niño o un bebé de pecho, que no podría hacerlo de forma eficaz por sus propios medios? ¿O al adulto hábil, al líder carismático que sientes indispensable para que tu sociedad no se vaya a pique?

 

Conforme dejábamos atrás la desolación de los muros derruidos, el círculo de almas iba estrechándose a nuestro alrededor, como fantasmagóricos barrotes. Hasta que, cuando llegamos a una intersección de caminos, finalmente nos tenían rodeados del todo sin posibilidad de escape.

 

Fue entonces cuando noté, merced a la cercanía, que no había por ningún lado jóvenes o incluso adultos varones entre los fantasmas, existiendo únicamente mujeres, ancianos y niños de distintas apariencias, pero todos con marcas innegables de muertes violentas.

 

"Proteger..."

 

- Se sacrificaron con la promesa de que seríamos salvos. De que nos respetarían y permaneceríamos con vida para empezar de nuevo, para levantar nuestro pueblo- la voz del anciano se quebró y una muchacha de cabellos rizados de no más de quince años alzó la voz- pero lo que hicieron, en cuanto comprobaron que los varones de nuestro clan tomaban la daga del sacrificio y se herían honrando su compromiso fue atacarnos hasta la muerte, torturnarnos, experimentar con nuestros cuerpos, incluso muertos, y cuando eso no bastó lo hicieron también con nuestros animales y nuestras plantas.

 

Los fantasmas comenzaron entonces a alzar sus voces al mismo tiempo, cada uno contando su propia historia llena de horror y miseria, docenas de voces mezcladas, gritos y maldiciones, que generaban una confusión y una angustia en el pecho imposible de soportar.

 

Retrocedí horrorizada de lo que oía, incapaz además de poder ponerme en su lugar ¡no había forma de entenderlo! No cuando mi vida había sido y era tan distinta, con padres normales y un mundo mágico sometido a una guerra que sin embargo todavía (quería creer) conservaba unas pocas reglas que ningún bando se había atrevido a quebrar.

 

- La sangre derramada injustamente, el crimen de la traición a la palabra honrada claman venganza. Y nuestros espíritus vagarán por esta tierra hasta el final de los tiempos, mientras la estirpe de quien realizó estas atrocidades permanezca.

 

¿De quién podía ser esa estirpe? ¿acaso de nuestro guía?

 

- Nosotros no podemos saciar esa venganza, no, matarlos ¿acaso les devolverá la vida? Solo perpetuará este círculo de odio. - giré hacia Jank y Catherine esperando que ellos también ayudaran a hacerlos entrar en razón- Les puedo ofrecer una cuota de mi sangre, y un pedido, pero sepan que eso poco ayudará a cumplir con esa misión vengativa que se han autoimpuesto.

 

"Invocar daga" pensé entonces y pronto la fina arma se materializó en mi mano derecha, lista para efectuar el corte en el antebrazo izquierdo.

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El Ragnarok meditaba en posición de loto bajo aquella cascada. Había estado observando el movimiento de todos y cada uno de aquellos aprendices y para su disgusto lo estaban haciendo medianamente bien, solo que, aun faltaba un poco mas de camino y que se enfrentaran a su peor enemigo, ellos mismos.

 

Aun con los ojos cerrados podía escuchar cada uno de aquellos sonidos y palabras, podía imaginarse todo lo que le estaba rodeando en un radio de 360 grados, al menos, aquella parte del lugar parecía no haber cambiado. Escucho pasos, sabía que tendría que moverse. Poco a poco fue moviendo cada uno de sus músculos para “volver” en si. Abrió los ojos y se levanto.

 

-Bien, parece que han llegado completos a este sitio, eso es admirable –comento- al menos no pueden decir que no deje que se divirtieran o que probaran los sangrientos misterios del libro de la sangre, ahora simplemente debemos continuar para llegar al final.

 

***************

 

Los oscuros muros de aquel extraño laberinto de roca eran cada vez más oscuros y el espacio era cada vez más angosto. Sabía que los aprendices estaban tras de él por el sonido de sus pasos, pero era como si al pasar por aquel sitio todo el calor y el sonido hubieran sido robados mágicamente. Negó con la cabeza, supuso que debía de haberse dado cuenta antes pero ¿Por qué los Uzzas tenían que meterse en aquello?, sin embargo, cada paso que daban los llevaban a aquel punto 1ue no les permitiría volver a menos que fueran muertos o victoriosos, allí, en aquel extraño lugar no habían medias tintas.

 

Llegaron a una bifurcación y se volteo para ver con sus orbes oscuros a los presentes, vivos o muertos.

 

-Llego el momento de que decidan, hay 2 caminos aquí, el de la derecha y el de la izquierda, ambos están infectados pro trampas y obstáculos que según lo que hayan realizado o vayan a realizar podrán causarles daño o un paso libre y seguro –dibujo una mueca- yo los esperare más adelante, confió en que llegado a este punto podrán encontrar el final.

 

Luego de aquello concentro toda su energía y movió la varita conjurando un fulgura nox para así desaparecer en aquel extraño portal. El los esperaría en el lugar de la última prueba, ellos nuevamente estaban solos.

 

El camino de la derecha era estrecho, iluminado con antorchas de fuego eterno, a mitad del camino había algunas trampas como flechas envenenadas, rocas y estalactitas que podían caer en cualquier momento del techo, además había puntos donde sencillamente si pisaban mal podrían caer en un abismo de muchos metros hacia abajo coronado por rocas filosas, estacas puntiagudas que les herirían gravemente, aunque allí si es que lograban sobrevivir podrían ver una abertura escondida por la piedra, una entrada oculta mágicamente donde podrían seguir adelante.

 

El camino de la izquierda era más ancho que el otro, al igual que el camino de la derecha habían varios pasillos iluminados por antorchas con fuego eterno, este parecía ser más tranquilo pero desembocaba en un lago oscuro lleno de inferís que intentarían destrozar la barcaza y echar al aprendiz al agua para desgarrarlo lenta y dolorosamente. Luego de pasar el lago aquel que hubiera escogido aquel camino iba a encontrarse con algunas ilusiones que traerían frente a ellos cosas dolorosas de su pasado para causar así que perdieran la cordura. Si lograban pasar ese obstáculo debían traspasar una columna de fuego maldito que cubriría aquella abertura en forma de arco que les permitiría llegar al final

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La voz de Hades hizo que Gatiux diera un respingo. Por un momento había olvidado que era su guía y estaba con ellos. Más que una clase parecía una excursión por el campo con Orión en la que probaban poderes nuevos desangrándose el uno al otro. Los ojos amarillos de la Malfoy miraron en la dirección de donde venía la voz y se puso de pie nuevamente. Orión por su parte parecía estar recuperando su buen color de cara, por lo que podían continuar. El guía volvía a marcharse, siempre dejando muchos metros de distancia con los alumnos.

 

Le tendió la mano al Mago Oscuro que iba con ella para seguir adelante. Conforme avanzaban la temperatura descendía drásticamente de forma poco natural. Suponía que había magia envuelta en todo aquello, como una advertencia sensorial que les intentaba disuadir de continuar. Se encontraron a Hades frente a una bifurcación para desearles suerte en su camino, ambos llenos de trampas.

 

De un bolsillo lateral de su mochila, Gatiux sacó un sickle y se lo enseñó a Orión. Dejaría a la suerte decidir.

 

-Cara derecha, cruz izquierda.

 

Lanzó la moneda al aire con un movimiento de pulgar hacia arriba. La moneda giró, Gatiux la atrapó y la puso sobre la mano sin descubrir lo que era. Miró a los ojos a Orión que sostenía la varita para alumbrar el camino. Cuando apartó la mano el pequeño dragón les estaba esperando. Derecha. La suerte había hablado.

 

- Vamos a tener que ir por el camino estrecho.

 

Miró hacia atrás, por verificar si alguno de los desconocidos les seguían de cerca. No se atrevía a lanzar un detritus aunque no se viese tanto como para detectar la niebla en la oscuridad, las antorchas iluminaban pero no lo suficiente en algunos tramos. No quería que la acusaran de hacer cosas indebidas que la señalaran como mortífaga a la luz pública, siempre cuidaba su imagen de ello.

 

- Vigila por donde pisas, no vaya a ser que esto sea una especie de sarcófago y salgan pinchos de las paredes. No quiero ser zumo de Gatiux.

«I'm a villain, and villains don't get happy endings.»
2WW9vjF.png
Magic Land - Serendipia - bxY0Ht2.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Y ahora que? Tenían que elegir entre dos caminos que tenían delante de ellos para continuar con la clase y, si así se diera, terminar de una vez con toda esta aventura que el profesor les había colocado delante; aún no entendía mucho cómo los hechizos del Libro los iba a ayudar a pasar todo esto pero seguramente los iban a tener que utilizar en el recorrido del camino que eligieran.

 

Miro a su diestra y vio a Gatiux y Orión. No sabía dónde estaban las otras dos alumnas pero tampoco le importaba porque había decidido ir con sus amigos de Bando ya que los conocía y podía confiar en ellos a la hora de enfrentar cualquier peligro que se les colocara en el camino. El Nigromante se colocó a la par de los otros magos mientras notaba como Gatiux comenzaba a jugar con la moneda, haciendo cara o cruz, para decidir que sendero tomar.

 

- ¿Que salió?

 

Le preguntó todo efusivo como si fuese a ganar un premio y, en realidad, lo que estaba poniendo en jeugo como apuesta era su vida para pdoer terminar de cursar y aprobar el Libro de la Sangre. Volvió la vista hacia adelante dónde ambas bifurcaciones se abrían dando nacimiento a los dos recorridos. En ese momento esuchó el resultado y sonrió. El camino de la derecha había sido el sorteado por lo que Nix se materializó en su diestra lista para lanzar hechizos por doquier.

 

- ¿Puedo acompñarlos?

 

Preguntó y, sin esperar la respuesta, siguió a ambos adentrándose en aquél sendero.

 

@Gatiux

~ //

http://i.imgur.com/LZ2zUEj.gifhttp://i.imgur.com/C83rY.gif // ~

9DDDaoU.jpg

Crazy Awards 2018:

7F1CpeC.gif "El Romeo"

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.