Elecciones

[Valeskya Granger]

- Qué locura es todo esto.-

La Granger habló con el volumen lo suficientemente alto, sin dirigirse a nadie en particular y sin preocuparle que un par de brujas que iban pasando, la observaran de una manera muy extraña. De la noche a la mañana, todo parecía dar un giro inesperado, de una forma tan absurda para la joven, que cuando había escuchado por primera vez los rumores, se había reído, como hacía mucho tiempo que no pasaba. Todo le parecía un chiste, una broma exquisitamente diseñada y lo mejor, es que tendría asiento en primera fila para poder observar mejor el panorama.

Se mantuvo de pie, aún indecisa sobre si debía entrar o no; en otra situación, seguramente hubiera echado un vistazo a la bola de cristal, pero creyó que solo por esa vez, sería mucho más divertido ver si todo lo que estaba ocurriendo poseía algún elemento sorpresa. Y vaya que lo había, de alguna forma u otra, varios ciudadanos estaban dispuestos a tomar el cargo de Primer Ministro. La ojivioleta ni siquiera estaba segura acerca de querer participar, le parecía algo demasiado banal.

Y es que a ella poco o nada le importaba el destino que pudiera tomar la comunidad. Si bien era cierto que tanto ella como su familia formaban parte de esa comunidad, pocas veces le interesaba lo que sucedía más allá de la mansión, siempre y cuando no los afectaran. Aunque eso no evitaba que se mantuviera informada y sobretodo, el hecho de tener una opinión acerca de ese tema que muchas veces prefería guardarse para sí misma y así evitar que alguien pudiera resultar ofendido o peor aún, pudiera desarrollarse un debate en donde dudaba que alguno cedería.

Fue inevitable para la bruja soltar un suspiro; ese día especialmente se sentía de buen humor, como si el destino le tuviera algo preparado, aunque no estaba segura de qué. Creyó escuchar el tintineo de unos vasos y giró hacia sus espaldas: una nueva cafetería había abierto sus puertas al público y se encontraba algo concurrido, lo que hizo a la joven suponer que era consecuencia de todo el ajetreo que se estaba originando en el Ministerio de Magia. Entrecerró los ojos, como si con ello lograra enfocar a alguien que había creído ver.

- ¡ZAAAAAAAA! – Dijo la pelinegra mientras empujaba la puerta, sin importarle que muchos la miraran de forma extraña. - Hora del té ¿eh? – Mientras se sentaba, vio que la persona que la atendía acercó una segunda taza. Ella no se negó. - Creo que la situación lo amerita –

- ¿Leeremos las tazas del café? ¿Armaremos una revolución? ¿Pediremos limosna? ¿Haremos una manifestación? – Preguntó alegremente. Lo que fuera a ocurrir, estaba dispuesta a correr riesgos, pues un poco de acción no les vendría mal. - ¿Crees que algo bueno pueda salir de todo esto? Es decir, tantas cosas que han estado ocurriendo… no sé, tú lo debes entender mejor que nadie.-

Lo cierto era que cualquiera que fuera el motivo, la bruja se encontraba expectante sobre lo que estaba a punto de ocurrir.

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[Darla G Dumbledore]

En House of Books

 

Suponía que tendría que ir a lo que quedase del Ministerio, pero se negaba a ir antes de hablar con Seba, de verdad tenía una resistencia muy grande en el tema. Lo que estaba haciendo en ese momento era dejar los libros más valiosos en lugares seguros y las defensas que había echado sobre su hogar hacia casi imposible que le pudieran producir un verdadero daño. Darla se puso de pie, con la cabeza dándole vueltas en realidad, las noticias parecían estar llegando cada vez más desalentadoras y para colmo los ataques eran cada vez más seguidos. De verdad estaba considerando la oferta de una de las vampiresas de la Akane de construír un ingreso como el de Chrookshanks y mudar su hogar a un país con más calma y sin guerras.

 

Tommy llegó corriendo en ese momento y le entregó los restos de un periódico, al que la Potter Black leyó con asombro. Conocía muy bien al mago del que le hablaban y en su rostro una sonrisa burlona se fue dibujando. ¿De verdad? Moría de ganas de leer su "plataforma" considerando que la primera vez que había realizado un acto como director le había consultado a ella. Darla no tenía un mal recuerdo del Black, al contrario, pero sabía muy bien que cuando ella había estado a cargo no había sido su mejor mano derecha, aunque sí había contado con él. Frunció el ceño. No le gustaba el cariz que tomaba todo aquel asunto.

 

--Tommy, quedas a cargo, duplica los hechizos de protección en cuanto me vaya --el elfo asintió mientras ella tomaba su gabardina y se apresuraba a ir en busca de Seba, con la varita en un bolsillo y el pergamino con forma de patineta en el otro.

 

El callejón se veía más sombrío que otras veces y Darla consideró si era correcto ir primero a Gringotts y seguir con su rutina o ir al Ministerio, fuere como fuere, su intención principal era encontrarse con @@Seba Granger primero. Apresuró su paso por el empedrado irregular que llevaba hacia la esquina del banco y se detuvo a ver los destellos sobre el cielo de Londres. Tendrían que enfrentarse pronto a todo aquello, pero mientras pudiera ella quería mantenerse al margen de una guerra que no llevaba a nada, lo sabía, lo veía en los recuerdos de su alter ego, lo presentía en su sangre.

[Sagitas E. Potter Blue]

http://i.imgur.com/qLaYxUP.pngBabila llegó a mi lado acompañado de la sobrina Vladimir, quien entró chillando cosas que no debieran decirse en voz alta. Chasqueé la lengua en señal de alarma pero ella misma reaccionó al ver a Pere y a Ithilion, en la mesa, junto a mí.

 

-- Señá Sagita, a llegao la seorita Sél -- me avisó Babila de forma innecesaria.

 

-- Sí, Babila. Todo el mundo de este país se ha dado cuenta que Xell ha llegado a la casa. -- A veces, me gusta ser un poco irónica pero mi familia me lo permite y no se enfada. -- Babi, que me gustaría que fueras al Ministerio de Magia y le dieras a ...

 

Intenté des-arrugar el pergamino con la información que me había mandado aquel nombre que era la primera vez que leía:

 

-- ... a To-lo... ve-us Clear... Clara... Clera...and...brightly... ¡Dioses, los ingleses tienen apellidos bien difíciles de pronunciar! Pues le dices que no me voy a presentar y que te dé el papel de renuncia o que cómo se hace para...

 

Me paré a escuchar a mi sobrina; este es uno de mis defectos, cuando me lanzo no escucho a nadie y me pierdo un montón de cosas por no prestar atención pero lo que ahora decía era algo que no se podía dejar pasar incluso para una despistada como yo.

 

-- ¿Cómo...?

 

Noté que llegaba, la Visión. No quería verla pero Sajag me había enseñado que no puedes cerrar tu Ojo cuando éste te muestra lo que nadie más ve.

 

"Un Anillo brilla en la oscuridad.

Varias sombras rodean a una figura que intenta huir de ellas.

Demasiados contra uno.

Desaparecen dejando una estela de odio y rabia oscura que cuesta diluirse de las paredes.

Un cuerno estalla y el edificio cae, atrapando entre sus restos a gente inocente.

Se lo han llevado. Secuestros, robos. Esta es una ciudad insegura.

Demasiadas muertes..."

 

Abrí los ojos para notar que mi mano se había engarzado en el mantel y que, con el movimiento, un platito había caído al suelo, derramando su contenido por la hierba del cenador. Respiré de forma lenta para recuperarme del cansancio que me causa ver esas cosas, a veces lejanas, a veces demasiado cerca...

 

-- ¿Llastá otra ves con esa visione en la cabesa, ama Sagita? Ante, tome una naranja déstas pá mejorá tu tensiones der cuerpo.

 

Le hice un gesto con la mano para no hablar pero Babila es demasiado inocente para entender señales y siguió hablando sobre cuidados y reposo y todo eso que hacen los amigos preocupados. Cuando pude respirar con normalidad, tuve que frenarle.

 

-- Para, Babi, para... Ve al Ministerio y busca a este señor y le preguntas por quiénes son los nominados. También sobre el protocolo que han de seguir los nominados en este caso porque no entiendo bien eso de "discurso a la comunidad", si es una declaración escrita, oral o qué es lo que pretende.

 

Al fin y al cabo, era la primera vez que vivía ésto.

 

-- Cuando consigas la información, ve a buscar a Hayame; seguramente esté en la mansión Snape o en la Ryddleturn con su novia; o en la Peverell con nuestra hermana. Te recoges a las tres bajo el brazo ( a Haya, a Lissette y a Ash), porque sé que si no es así, imposible que Haya ceda a venir a la Potter Blue, y les dices que aquí estarán más seguras. Además, necesito a Haya para que me acompañe a Gringotts. Necesitamos dinero físico en la mansión por si las cosas se ponen más feas. Anda, Babi... ¿Me ayudas en ésto?

[Anthony R. Dracony M.]

El peliverde montando su Thestral viaja veloz con intención de regresar al Ministerio Mágico, no ha formulado aún su discurso, poco a dedicado a pensar en ese compromiso, cuando algo en el paisaje le llama la atención, abajo en una campiña es visible una marca de un conjunto de runas...¿quién habrá hecho esas marcas? ¿y con que propósito? la curiosidad lo hace descender para estudiarlas, su thestral obedece su orden decidido pero tan solo unos minutos después, eleva el vuelo tan rápido que sorprende al peliverde ??? solo unos instantes para barrer la mirada al mismo tiempo en que enarbola la varita, está rodeado de personas armadas que se acercan amenazantes, él no los conoce pero lee sus intenciones por lo que dirige un expeliarmus sobre el más cercano, un minuto se toma para crear un Obsistens, aquellos ilusos creyeron que era solo un círculo de luz cualquiera pero al solo toque desaparecían siendo un problema menos para el peliverde.

 

Algunos de los atacantes huyeron despavoridos ante aquella magia, otros más valientes se quedaron firmes en su puesto pero alejados de la luz, en poco tiempo ese campo mágico terminaría, el ojimiel llamo a su thestral y apenas desapareció el cerco de luz, la criatura descendió lo suficiente para que el mago montara, una lluvia de flechas se dirigían hacia él, su acción fue elevarse más alto y evitar ser alcanzado por una de ellas, pero el peliverde deseaba saber quien o porque pretendían dañarlo...no podían ser parte de los enemigos, tal vez eran solo un grupo de oportunistas que deseaban robarle o algo parecido ( no parecen combatientes con experiencia...al menos para suerte del ojimiel! ) desde su thestral descendió a donde se concentraban aquellos arqueros, la velocidad de la criatura sería útil para lo que tenía pensado, asuso a "Sombra" y cuando paso sobre ellos enarbolo la varita y les envió mi ataque:

 

--Cinaede!--Los hombres caen haciendo arcadas uno de los que se encontraba alejado, se cubre con un lienzo como paliacate y se aleja para no ser afectado por el veneno, solo por su lejania es que logra correr sin morir, lo sigo apurando a "Sombra" para no perder lo de vista, sobrevuelo sobre él, uso el amuleto volador dejando me caer, sin problema llegó a suelo firme y avanzó con rapidez para tenerlo al alcance de atacarlo--Zancadilla!--cae como fardo y lo alcanzo para ponerle la punta de la varita en la nuca-- vas a morirte--la amenaza le hace hablar atropelladamente, dice que fue solo por la recompensa de una buena cantidad de galeones y que no tiene nada personal en mi contra o los otros...--¿los otros? ¿quienes? ¿porque lo hicieron? ¿quién les ofreció la recompensa que dices?--con la bota le doy un golpe para voltearlo ahora puedo ver su cara, los ojos llenos de susto, los labios temblorosos mientras mi varita le toca la garganta. Es increíble lo que logra el dinero...

 

--Lo-o-os o-tros candidatos...no sabemos quien... d-di--g-o yo no sé quién, Fergus fue el que aseguro que podíamos lograrlo y cobrar esos galeones...quieren muertos a los candidatos....le aseguro que no conozco de quien fue la idea...¡lo juro!--Lo miré fijamente, el que intentarán matarme me molestaba, y a quien no!...podía matarlo, pero me vino una idea, aleje un poco mi varita de su garganta..--Foronculos! eso para que no olvides no ser participe de una emboscada--Lo jale de sus ropas para que se levantará y al empujarlo gritándole con furia, le coloque un hechizo rastreador --¡Largate de aquí! ¡vamos! ¡Fuera de mi vista!

 

El tipo no espero a que se lo repitiera, se marchó lo más veloz que pudo, de pie, lo miré pensando en lo que dijo de que alguien tenía interés de acabar con los candidatos...ahora tenía que pensar, así que acamparía por una hora, después comprobaría a donde se marcho aquel remedo de cazarecompensas...

[Zack Ivashkov]

"... tienes que detener esta locura."

 

Con aquellas palabras finalizó el mensaje dirigido a su desaparecida prima estampando el sello de la familia poco antes de atarlo a la pata de una lechuza y enviarlo a donde quiera que estuviera. Los eventos en el ministerio inglés ya la habían cargado de suficiente responsabilidad como para que ahora se le acusara además, al apellido entero, de ponerse en contra del país que los había acogido por tanto tiempo.

 

A primeras horas de la mañana Rumanía se había sumado a las otras tres naciones que un día antes habían declarado la guerra contra los ingleses. Claramente tal declaración sólo podía emanar de la máxima autoridad mágica de ese país, que ya desde hacía unos meses atrás enfrentaba sus propios conflictos internos. Leah fue elegida como Primer Ministro a través de un proceso transparente de participación ciudadana y con observación de la Confederación Internacional de Magos, organización que curiosamente ahora encabezaba Zack por delegación expresa del anterior Jefe Supremo, Babajide Akingbade, con total amparo del reglamento interno y apoyo de los representantes miembros. Pero poco o nada de influencia tuvieron que ver con aquellos resultados que dejaban a la nación con dos líderes en paralelo luchando por el poder. Uno tan ilegítimo como la reina que lo revistió de dicha autoridad, y otro con el respaldo del pueblo.

 

—Maldito seas tú y tu asqueroso linaje — murmuró observando el apellido Van Halen demasiado cerca del Ivashkov en un encabezado de El Profeta. Por supuesto que el diario estrella del pueblo sería el primero en echarles basura. Leah ya estaba acusada de problemas mayores y esto sólo agravaba la situación. Y desde luego, al menor de los Ivashkov le caía todo el peso de responsabilidad hasta que la primera apareciera a dar explicaciones. Pero si de algo estaba seguro, es que su prima no sería tan est****a como para tomar partido equivocado en aquella guerra. Claramente se trataba de una jugarreta sucia de Luca, de nuevo queriendo sacar provecho de la peor manera.

 

Hasta el momento Zack había sabido manejar la situación de la guerra desde una posición neutral, y no precisamente porque dudara de a quién apoyar, sino por su desempeño en la C.I.M. Si bien su escandaloso despido del Consejo de Warlocks fue un golpe duro a su ego, la referencia de los ministros y del resto de sus compañeros lo llevó a desempeñar nuevas funciones importantes en la organización internacional más importante del mundo mágico. Pasó de ser representante de Inglaterra a Asesor de Seguridad en pocos meses. Todo iba bien hasta que el colapso nervioso de Babajide lo llevó a aceptar que ya no era idóneo para el puesto que desempeñaba. Su renuncia trajo consigo el ascenso de Zack a Jefe Supremo, justo a tiempo para enfrentarse a una situación para la que -internamente- admitía que no estaba preparado.

 

Ahora como principal figura de la organización tenía mayor autonomía de decisión, y la primera de ellas había sido observar el conflicto desde adentro, por lo que regresaría al Ministerio Inglés con su equipo de asesores en busca de canales que le permitieran detener o aminorar los daños de la inminente guerra. Sin embargo, los problemas no paraban de acumularse.

 

Danzando con el viento, un thestral de cartulina negra atravesó su ventana. Miró curioso sabiendo que se trataba de un mensaje, hasta que por fin se reveló.

 

—Me tienen que estar jo...— sus pupilas se dilataron, incrédulo. El papel en realidad era una invitación a desarrollar un discurso tras haber sido postulado como Ministro Inglés. El Guardián de los Votos, una figura desconocida para la mayoría, daba inicio a unas elecciones después de certificar la renuncia de Crazy y Mackenzie Malfoy, un rumor que corría incluso desde sus tiempos como Warlock, pero que nunca esperó se convirtiera en realidad.

 

Lo primero que haría sería renunciar a su postulación, pues no le interesaba el puesto para nada. ¿Quién en su sano juicio querría tomar la batuta de un país que ya tenía a otros 12 formalmente en su contra? O peor aún, ¿quién organizaba unas elecciones en medio de semejante situación? Todo parecía indicar que el caos reinaría una vez más en toda Inglaterra.

 

—¡Cornelius!— gritó hacia el pasillo del despacho iniciando así su segundo movimiento —. Suspende las credenciales de los representantes del Ministerio Inglés. Los Malfoy renunciaron — aclaró a su temporal Asesor de Seguridad esperando que este entendiera lo que eso significaba. —, ¡ahora, vamos! — ordenó presionando con la mirada al hombre que quedó casi tan perplejo como él al recibir la noticia. En los últimos meses se habían tratado temas muy delicados sobre las guerras por venir, al renunciar o caer las autoridades de un país, sus representantes debían ser desmemorizados con el fin de evitar fugas de información extraoficial. Inglaterra quedaba sin delegación en la Confederación hasta que su nuevo ministro la designara. Por como estaba la situación, no se podía confiar en nadie, cualquiera podría tener que ver con la guerra que se desató, y más aún los ingleses, pues los principales sospechosos eran nacionales.

 

 

********

 

Apareció en el ministerio vistiendo una túnica color vino que ondeaba a sus espaldas al tiempo que sus zapatos resonaban sobre la superficie al caminar con prisa. Iba con la esperanza de no cruzarse con ningún reportero de El Profeta que lo agobiara con la declaración de Rumanía de horas más tempranas. No estaba preparado para hacer frente a la situación aunque sabía que el ministerio era el peor lugar para acudir en ese momento. Sin embargo, expresamente se le pedía que anulara su postulación personalmente en caso de que no la deseara.

 

Con las manos dentro de los bolsillos laterales de la túnica asumía una postura relajada, tratando de parecer tranquilo a pesar de que en su cabeza se mezclaban los mil y un problemas de la guerra y el bando. ¡Ah, sí! En las filas tenebrosas también se cocinaba una lucha por ver quién iba a dirigir de nuevo la conformación del grupo criminal. Sí que eran días movidos.

 

—Usted debe ser Toloveus— dijo esbozando una media sonrisa —. Entiendo que mi nombre está en la lista de postulados a Ministro. Quisiera pedir que se retire lo antes posible — mientras menos gente viera su apellido en ese momento, sería mucho menos perjudicial para la familia. El "Ivashkov" se asociaba directamente con Rumanía, y en ese momento ambas palabras significaban "traición", nada más y nada menos que a la nación que los había acogido por al menos los últimos 60 años.

Editado 8 de Agosto del 2019 por Zack Ivashkov

[Seba Granger]

Saliendo del banco

 

La mañana en el banco había sido rara, habían muchos rumores en el aire pero no los entendía del todo, los duendes tras las ventanillas no es que hablaran mucho pero entre ellos si se les notaba una preocupación, mas seguridad había llegado aquel día durante las primeras horas de trabajo, ya no solo era un par de guardias en la puerta de entrada, sino 3 y 4, mas un par mas a las afueras de este, por los pasillos del banco también se veía mas seguridad de lo habitual, sin dudas algo andaba mal pero no sabía que.

Salí de la oficina y me pasee por unos minutos por la estancia del banco, el cuchicheo entre los magos que venían hacer sus tramites era aun mas de lo costumbre, pero o yo era muy despistado o no alcanzaba a distinguir de que estaban hablando.

Mordí mi labio por algunos segundo hasta que me decidí por salir de ahí, regrese a mi oficina por la chaqueta que llevaba aquella mañana, guarde los papeles importantes en un compartimento secreto que había en la oficina, y lleve conmigo otras cosas que estaría mas seguras conmigo, tras echar un vistazo a la oficina, salí de ella y cerré con varias protecciones.

Salude con la cabeza a un par de duendes que pasaban muy rápido por mi lado, pero creo que estaban demasiados apurados por que juraría que uno me había gruñido, -¿Que esta pasando?- pregunté a uno de los guardias cuando mostraba mi credencial cuando pedía la salida.

Se encogió de hombros y solo me dijo que me cuidara, eso me preocupo aun mas y salía a grandes zancadas del lugar tomando el rumbo hacía al callejón esperando poder encontrar a Darla en casa, ya que me habían comunicado que en el banco no se encontraba.

Al llegar a la esquina me detuve en seco mirando hacía el banco de nuevo, o mas bien mas allá al sentir un ruido extraño sin saber realmente de donde venía, ahora me urgía aun mas saber de mi novia.

 

@@Darla Potter Black

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

En la mansión Ojo Loco Con Sagitas, Xell, Babila

 

Estaba jugando con Ithilion y puse los ojos en blanco cuando mi madre empezó otra vez la retahíla de no querer casarme con Sean. Puse los ojos en blanco y mi hermanito me imitó. No es que mi madre estuviera en contra era que simplemente era una preocupona y con todo lo que pasaba no se me ocurría un mejor momento para casarme que ahora, cuando todo se estaba yendo al garete. Pero antes de que pudiera empezar a replicarle a mi madre llegó Xell pegando gritos, la miré fijamente con una ceja levantada y cuando me vio se cayó.

 

No era un secreto para mi que mi madre hacia parte de la Orden, lo que me tomaba fuera de base era que Xell aparentemente también lo era, era un giro interesante dada la historia de mis padres y sobretodo la de mi familia paterna, sonreí aunque no comentáramos esas cosas en casa ni entre nosotras mi madre sabia que yo sabia, era su hija después de todo y por muy atolondrada que pareciera no quería ser que lo fuera.

 

Mi madre entro en modo caos total y empezó a dar ordenes a Babila, pero se había silenciado cuando empezó a tener visiones de nuevo, hice una mueca y esperé a que mi madre empezara a impartir ordenes de nuevo, la miré fijamente y por un largo rato, viendo como Babila se iba puse a Ithilion en la silla y tomé la mano de mi madre:

 

-¿Que has visto?

[Tamarindo]

Desde la mansión Adler

 

Una lechuza estaba picoteandome la ventana desde hacía tiempo... pero yo estaba durmiendo e intentando que no me molestase mas... imposible, ahi seguía picoteando que te picoteaba en la ventana para entregarnos una carta... ¿Qué se supone que es tan urgente como para despertarme a estas horas de la mañana?

 

--Suegriiiiiiiiiiiiiiiiiisssssssssssssssssss, que tienes una lechuza en la ventana!!!!!!

 

Grité, pero no debió oirme, seguro que estaba mas en coma que yo en cama... si es que cuando duerme no hay quien se entere de que pasan cosas... asi que me levanté... con un cuerpo muy pero que muy pesado, que pocas ganas de levantarme, oiga... Abrí la ventana y la lechuza entró y me picoteó la oreja como riña...

 

--Ya vale ya vale... no me picotees que no estoy acostumbrada a que me lleguen lechus a estas horas tan intempestivas...

 

Abrí la carta... era de la Sugus... ¿Qué plasta ella con sus cosas que no podía esperarse a mas tarde? Jope... que asi no hay quien duerma...

 

BOOOOMMMMMM

 

o.O Ojiplática me quedé con ese sonido que no sabia de donde salía pero parecía una bomba explotando cerca del pueblo... Leí la carta que decía que la Suegris y yo deberíamos ir a la Ojo Loco de imnediato... que no sé qué de una guerra (ahora el booom de antes tenia sentido ) y que hagamos maletas para mucho tiempo para estar alli con ella.

 

--¡Galletas gratis cada día!

 

Pero me da que no era eso lo importante...

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Ya era de dia???? Abri los ojos por un instante y un refilon de luz que se habia colado por la ventana me lastimo el ojo. Aun tenia sueño y la cama de Perenela era tan comoda y aun tenia su aroma en ella. Que delicia, sin duda me quedaria un rato, a fin de cuentas estaba trabajando de mas para conseguir las provisiones para el bunker Sagitas. Si, ya la matriarca con infinidad de conexiones con familias en Ottery, a saber como se habia propagado la genetica Potter Blue como pulgas por la comunidad magica, o sea si mis calculos no erraban dentro de poco y gracias a la guerra tendriamos casi una treintena de personas que acomodar, nuestro pequeño ejercito particular.

 

-Bien, levantate Sean no seas vago- dije autoconvenciendome y asi lo hice. Por lo que despues de lavarme el rostro y parecer mas despierto baje a la cocina, donde rapte una tostada y me dirigi al comedor. Buenos dias a todos....-eso para Sagi y las visitas - amor que radiante estas hoy- y esto para mi bella demonio. El lugar estaba bastante concurrido a saber por que, me rasque una pompis sobre el pijama que habia traido (si ya me habia instalado en el cuarto de Perenela) y le di una mordida a la tostada -Saben donde esta la jalea??? y pasa algo nuevo????

[Nicole Evans Crowley]

Permanecía en su posición, aún contemplaba a la multitud que se aglomeraba frente a ella, la gente seguía apareciendo en el lugar, nadie perdía la oportunidad de postular a los que creían que debía ocupar el puesto de ministro de mágica londinense. Los nombres de los postulados continuaban apareciendo en las pantallas y ella no perdía de vista la información que aparecía de cada uno de ellos.

 

Una libreta y su vuelapluma se encontraban a su lado apuntando el nombre de los mismos y anotando datos importantes que sirvieran en la posteridad para poder dar sus votos finales. En ese momento un memo interdepartamental llego hasta ella, lo tomo para leer su contenido, tenia que ir a su departamento para atender unos asuntos, no le agradaba la idea de tener que dejar el atrio pero su deber la llamaba, chasqueo los dedos haciendo que la libreta y la pluma se ocultaran dentro de su túnica.

 

Comenzó su camino hacia los ascensores, esquivando gente, intentando no interrumpir en ninguno de los grupos formados que charlaban animadamente. A la mitad de su camino las pantallas cambiaron nuevamente, levanto la mirada para conocer a otros de los postulados dejando de ver su camino, lo que provoco que se estampara contra alguien, casi caía de espalda contra el piso, pero los empujones de la gente la regresaron a su sitio.

 

-Lo lamento, no estaba viendo mi camino- comenzó a disculparse con la bruja con la que había chocado, al mirarla a la cara se dio cuenta que la conocía, o eso creía – Creo que te he visto en algún otro lado pero no estoy muy segura, suelo ser mala con los rostros y sus nombres ¿Vienes a entregar tus postulados para Ministro? O simplemente a deleitarte con todo el alboroto- hizo un ademan para señalar el atrio abarrotado de gente.

 

 

@@Dennis Delacour