La Taberna de la Tia (MM B: 78619)

[Dylan Dogg]

El mago jamas habia experimentado tantas emociones tan rápido que ni siquiera se habia dado cuenta de lo que sucedia ya que sin darse cuenta de que la señorita saori se habia ido siendo arrastrada por esa criatura... el ver su cuerpo, su rostro... sentir su tacto era mucho para alguien que casi no conocia el verdadero cariño, cosa que suspirando un momento volvio a su realidad despues de escuchar los gritos de la señorita saori...

 

--Que?.. a si... ayuda!!...

 

y asi el mago comenzo a correr rapidamente entre los callejones de diagon detras de la señorita saori... la cual notaba que estaba sintiendo cierta molestia con respecto a ser arrastrada, cosa que sacando su varita comenzo a lanzar varios rayos contra las cuerdas, hasta que un acto de inteligencia apunto a la cuerda que estaba amarrada a su pierna y la desaparecio con un finite dejando a la señorita saori libre...

 

--Estas bien?... estas herida?.--

 

Decia el mago arrodillándose rápidamente al lado de su ángel caído y sin esperar respuesta miro un momento su varita... algo estaba mal... penso varios hechizos de su bando auror y ninguno habia funcionado... cosa que le dio mala espina...

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori queda por unos segundos incociente y su piel sangraba un poco al igual que sus heridas,pero el dolor era algo insoportable para ella tocio un poco y miró a Dylan y le dijo.

 

 

-mmmm, tienes que amarrarla o darle carnada- dice entre medio de gemidos de dolor.- si la petrificas será más rápido pero teb cuidado no te preocupes por mí - dice sabiendo las cosas que podrían pasar.

 

En medio de tal momento,saori se levanta y siente el olor tan horrible de aquella arpía. -Toma de mi saco la comida de mi ave y atraela y después la petrificas y la amarras y rompes el hechizo - dijo notando su error.

 

-yo me sano sola, al fin y al cabo no puedo morir-dice con una sonrisa baja.-jajaja te ayudaré pero ve jajaja esta escondida detrás de esas cajas-dice mientras toma la situación algo grasiosa.

 

Pero no dejaba de ver el rostro y lo que sentía al verlo.

 

@@Dylan Dogg

[Lisette Ryddleturn]

La chica ingresó en aquel negocio que era propiedad de su novia y observó los alrededores por un segundo, dando un pequeño parpadeo por la sorpresa de ver que el lugar tenía personas todavía atendiendose.

No pudo evitar sonreír ya que sabía que la Snape había estado algo preocupada debido a la situación del pueblo y de que ahora con más motivos, nadie quería salir de sus casas.

Parecía que las ordenes de ataque estaban en los murmullos y los chismes de todos los vecinos de las casas que pertenecían a Ottery así que ya no era lo normal que fueran a los negocios a pasarse unos momentos de tranquilidad.

Por ello es que no quiso interrumpir a los presentes y solo cerró sus ojos con agrado antes de encaminarse rumbo a la barra donde ya estaba la pelirroja moviendo su trapo de forma acostumbrada.

-Parece que ya lo haces incluso de pura inercia -comentó Lisette entre risitas para luego darle un beso en la mejilla y alcanzarse un delantal y un plato grande para ayudar a entregar las bebidas y los alimentos que fuesen a pedir cualquier cliente que llegase a la taberna en la proximidad de esos momentos

[Sagitas E. Potter Blue]

Don Higinio Vascuento entró con paso tranquilo en aquel negocio. Tenía que ir al Bufete de Abogados pero hacía tiempo que su figura no acompañaba los largos paseos. Como no tenía acceso a la Red Flu del local, tuvo que entrar por el Callejón Diagon y, a los tres pasos, ya estaba terriblemente acalorado. Le daba pena tener que regresar al Caldero Chorreante para tomar una pinta fresca. A veces, mantener ese aspecto rechoncho costaba un poco y el cansancio y el calor afectaban enseguida.

 

Sin embargo, cuando ya daba media vuelta, el hombre notó un cartelito que antes no había visto. Era sencillo y algo oloroso a limón, que le trajo recuerdos que creía olvidados hace tiempo. Sintió curiosidad porque algo le decía que había oído hablar de "La Taberna de la Tía" y no sabía dónde. ¿Habría sido tal vez en el Parlamento Inglés, donde aún gustaba de pasar con sus antiguos amigos y enemigos de la vida pública muggle? ¿O sería en alguna reunión del extinto Wizengamot?

 

Don Higinio era una persona decidida y avanzó hasta aquella puerta, en la que entró sin darse tiempo a la reacción o la prudencia. El local era bastante íntimo, nada extrafalario, con unos cuadros colgados, uno de ellos le hizo enarcar friccionarse el bigote. Después sonrió.

 

El cuadro de aquel Ser Tenebroso...

 

El piano en la esquina...

 

¡Ya sabía quién le había hablado de aquel lugar! ¡Su payasa preferida! ¡Sagitas!

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja había llegado a trabajar aquel día y estaba soltando el mas grande de los bostezos que tenía guardados desde hacía algún tiempo, más específicamente desde que su bebé naciera; y es que bueno, con la pócima que le habían dado los primeros meses de aquella criatura habían sido movidos a más no poder y ahora se las tenía que ver con que finalmente, esa poción estuviera finalmente desvaneciéndose del sistema circulatorio del bebé

Un par de lágrimas asomaron desde los ojos de la Snape antes de que los abriese todavía con cara de sueño

-Que mal, en verdad que ganas de querer mantenerme despierta a estas horas...

Se decía entre gruñidos y una cara de sueño con la que no podía hasta que llegó a su local que ya tenía que estar abierto, puesto que los elfos domésticos últimamente le hacían el favor de ir moviendo todo desde antes que llegase ella

Y sin embargo uno salió corriendo a recibirla en cuando estuvo a unos pasos, con una expresión nerviosa que le hizo levantar una ceja

-Ahora qué se ha quemado?

-Nada mi señora, pero nos ha llegado un visitante muy animado que parece que las trae todas de fiesta- le explicó la criatura moviendo sus manitas para luego, señalar hacia el interior- algo ha mencionado de que conoce a su hermana Sagitas...

-Qué?

[Ashley Peverell]

La niña no acostumbraba a ir a la Taberna de su hermana pero había comenzado a tomar la costumbre de quedarse a dormir de vez en vez en el piso superior del negocio de la inmortal, después de todo le gustaba al menos saber que había una persona viva en aquel sitio y que no estaban solamente los pobres elfos ahí dando vueltas, pobrecillos, no se merecían en nada esa vida de esclavitud pero aunque sabía que su hermana los trataba más que bien tampoco ansiaba el dejarles todo el trabajo estando a solas.

Por eso era que ciertas noches tomaba la decisión de tomarse sus sueños en aquel sitio, preparándose la cómoda cama y luego tomando las mejores cobijas para no pasar fríos innecesarios durante las noches.

-Bueno, no tiene nada de malo quedarse aquí de vez en vez

Decía para sí misma la Peverell mientras que se acomodaba en las profundidades del colchón y sentía como su pequeño y fino cuerpo se hundía entre las sábanas y sentía el calorcito cubrirla y llevarla al maravilloso mundo de los sueños.

[Hayame Snape Potter Black]

La bruja comenzó a andar en pasos rápidos y grandes en dirección de su taberna con el ceño fruncido y sintiendo al pobre elfo doméstico moviéndose detrás de esta con cara de susto

-Pero que diablos ni que chorrocientos, como me vas a venir a decir que no tienes ni la más remota idea de quién es este personaje??

Le soltó al pobre elfo que corría tan rápido como le daban sus piecitos para alcanzar a las largas y elegantes calzadas de la Snape, que cuando se lo proponía podía ser rapidísima; la mujer apretaba los puños en sendas bolas, más que dispuesta a ir golpeando personas si es que era necesario y elfo dió un saltito

-Solo se que venía de muy buen humor y parecía que conocía el lugar, mi señora!!

Exclamó el pobre elfo cuando finalmente la afamada "Tía" ingresó en su propio establecimiento abriendo la puerta de un manotazo y tan de golpe, que muchos de los elfos saltaron y dos tiraron por acciente las jarras con jugo de calabaza helado que llevaban; al tiempo se aprestaron a limpiar y recoger todo, no sin ver sin expresión de espanto a su dueña, que hizo recorrer con sus ojos rojos todo el sitio hasta que dió con aquella prominente figura

Se palmeó el rostro con fuerza y se deslizó la mano por la parte delantera de la cara

-Tú

[Ashley Peverell]

Se sentó en el borde de la cama y estiró sus blancos bracitos mientras que uno de los elfos domésticos que atendían en la taberna se acercaba rápidamente con unas cuantas pastitas dulces y té hacia la mañanera y otra elfo doméstico mujer iba corriendo hacia las ventanas para abrir las cortinas floreadas hacia los lados, las habían colocado de forma especial y con sedas perfumadas para que la hermana menor de su dueña se sintiera cómoda y pudiera saludar al nuevo día con una hermosa sonrisa de princesa.

-Muy buenos días señorita Peverell.

Saludó el elfo doméstico que le llevaba el desayuno y le colocaba la elegante bandeja de plata con los alimentos cerca de los pies de la cama para que pudiera apoyarse y no tuviera que moverse mucho pero la hermosa niña se acomodó la bata para sentarse de manera correcta, eso era parte de las enseñanzas que le habían encomendado su abuelo Esparta antes de partir.

-Espero que le guste el desayuno, las pastitas están recién hechas y son calientitas.

Le aseguró dandole a la niña de igual manera la mejor de sus sonrisas de elfo y la elfo mujer también se acercó corriendo y le hizo una reverencia con cariño, los elfos la querían muchísimo siempre a donde fuera.

[Hayame Snape Potter Black]

Los elfos dieron un buen salto nuevamente en el interior de la taberna y algunos se fueron a esconder detrás de la barra, solo subiendose a los taburetes que les permitían ver del otro lado de esta hacia los clientes para no perderse de lo que sucedía con la dueña del sitio, que parecia de muy malas pulgas.

-Cincuenta galeones a que muerde al visitante

Dijo uno de los elfos atreviéndose a sonreír un poco con diversión; era obvio que su ama se encontraba de pésimo humor y por ende, se desquitaría con todo ser vivo que aún respirase en cincuenta kilometros

-Ahh, no digas eso!

Chilló una elfina tomando un platón de plata de mesería para cubrirse la carita hasta por debajo de los ojos pero sin dejar de ver el escenario que tenían delante

Otros dos elfos comenzaron a servir jugo de calabaza helado y a pasarlo por entre todos los elfos, para que tuvieran algo que beber en lo que ocurría todo aquello

-Pero bueno, no está prohibido que bebamos algo mientras observamos, cierto? -replicó otro elfo riéndose un poco divertido con todo

[Ashley Peverell]

La hermosa jovencita les sonrió a los pequeños elfos domésticos, sentada de forma educada como se encontraba y le dió unas pocas mordiditas a las pastitas con los ojos cerrados y un gesto de que estaba disfrutando grandemente el hecho de que le hubieran llevado el desayuno de aquella manera, eran unos elfos muy educados y con mucha consideración para la hermana de su ama, se preguntaba porqué Hayame todavía no los había registrado cuando le parecía que ya iba siendo hora de que estuvieran apropiadamente contados como parte de la Taberna.

Se merecían al menos ese reconocimiento por el gran trabajo que llevaban a cabo de forma tan alegre y sin pedir nada a cambio aunque sabía que su hermana como quiera les daba el pago, más por costumbre que por otra cosa.

-Escucho sonidos allá abajo, parece que estuvieran festejando algún tipo de cosa

Comentaba la hermosa rubia dandole otro mordisquito a la pastita que tenía entre sus finos y blancos dedos a lo que los otros dos elfos se vieron entre ellos y luego con preocupación hacia la puerta.

-¿Quiere que vayamos a ver señorita?

Ofreció la elfina.