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La Taberna de la Tia (MM B: 78619)


Hayame Snape Potter Black
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Di un respingo. Últimamente, me asustaba con demasiada facilidad y eso sí que era raro... Escuché la voz de Matt y sonreí como boba.

 

Mientras tanto @@Hayame Snape Potter Black me servía la copa que le había pedido y daba un sorbo largo...

 

- Mmm qué rico - sonreí abiertamente.

 

- Dificilmente se podrá olvidar mi amor - le dije a Matt dándole un beso en la mejilla después de sentirlo en mi espalda- lo extraño es que no apareciese El Profeta por allá, para informar -medio refunfuñé - le tengo algo de inquina a ese periódico, en su día dijeron bastantes barbaridades referentes a Accidentes y no le tengo especial cariño...

 

- Estoy de acuerdo. Una cosa es que sea movida, otra es que te ataquen en plena ceremonia. ¡Una aberración! -exclamé...

 

- No tonto -le dije con dulzura- sabes de sobra que yo no te oculto nada -le dije, guiñándole un ojo- si hasta pensaba que no estabas por aquí. Vine a esparcirme un poco y hacía tiempo que no lo hacía -le dije con dulzura. Raro, bastante raro sí, era cierto que era un poco, digamos bruta y bastante malhumorada pero trataba bien a mi pareja y sólo cuando estábamos en la intimidad con mucho cariño.

 

@@Matt Blackner

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  • 3 semanas más tarde...

Había llegado a la taberna tal vez un poco antes de lo acordado pero teniendo en cuenta que mi primo @ era quien me había llamado no era una persona a la que quisiera hacer esperar. Aunque eso aseguraba que iba a tener que suspender mi cacería por el día de hoy: Mis ojos habitualmente azules hoy estaban rojos por la necesidad de sangre y sexo; llevaba demasiados días sin alimentar a mi demonio y de seguro que estaba urgida pero no iba a decirle que no a un miembro de la familia.

 

Se me hacia demasiado extraño que me hubiera llamado, la ultima vez que había tenido un contacto directo con él que hubiera sido sin una catástrofe o una situación ministerial de por medio había sido... hace muchos años la verdad, cuando lo visitaba en su club para charlar. Estaba dándole demasiadas vueltas en la cabeza a la razón de la invitación y a menos que se tratara de que quería hablar o preguntarme algo sobre Sagitas, mi madre, no se me ocurría ninguna otra razón para quedar con él. Un elfo se me acercó a tomar mi pedido, me miré las manos un poco temblorosas y traté de alisar unas arrugas inexistentes de mi kimono rosa palido, atusé mi cabello y revisé que mi peinado estuviera bien: lo llevaba suelto en la parte de atrás y un pequeño rollo en la parte superior atusado por un palillo de caoba y mi varita que estaba siendo usada como un adorno en el cabello, no usaba maquillaje, no tenia la paciencia para aplicarlo por lo que solo use un pequeño polvo de arroz para ocultar las ojeras y un brillo para el color de los labios, el elfo trato de llamar mi atención otra vez y le pedí un té para relajarme, luego fruncí el ceño y detuve al elfo:

 

-¿Sabes que? Tráeme mejor una jarra de Sake y una copa - si quería detener mis ganas de sangre, si quería calmarme tal vez lo mejor era un trago: a mi madre no le gustaba el sabor pero dado que pase tantos años por esas tierras termine agarrándole el gusto al licor, el elfo no demoro nada con mi pedido y me tome una copa completa sin respirar, cerré los ojos tratando de relajarme, esperando que el tono azul volviera en cualquier momento. No quería asustar a mi primo con eso.

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Miré el reloj. Albus Severus no habia aparecido aún y eso me estaba poniendo impaciente. Amboa habiamos salido en busca de un poco de información. El Ministerio estaba totalmente controlado y no podiamos levantar sospechas algunas. Nos quedaba nada mas que trabajar desde las sombras, una manera similar a como lo habian las hormigas, silenciosas y de a poco.

 

Guardé el reloj. Se habia cumplido el tiempo de espera y se estaba acercando el otro momento. Con una floritura de mi varita, encargándome de que fuera a escondidas detrás de una oila de barriles con vino del sur, invoque un patronus con forma de gato. Éste escuchó atentamente que tenia que avisarle a @@Albus Severus Potter que lo iba a esperar en el negocio de La Taberna de la Tia.

 

Guardé la varita y me acomode un poco el cabello y el cuello de mi túnica. Aún conservaba mi uniforme ministerial, aunque me habia encargado de sacarme la placa de Auror. Solamente la usaba cuando tenia que ir a algún trabajo específico. Mire a ambos lados. ¿Dónde estaba?

 

Caminé un par de metros hasta que di de lleno con él. Atravece la entrada y el ambiente cambió totalmente, invadiendo mis fosas nasales con un agradable olor a café. Un Elfo se acercó a recibirme y aproveche para realizar mi pedido.

 

-- No, señorito. Con un café me alcanza. Si puede ser, me lo alcanza a esa mesa, si, la que está aquella bruja --señale con la cabeza, a la bruja que llevaba aquella vestimenta tan estrafalaria. Le agradecí a la criatura y esquive algunas mesas para encontrarme--. Gracias por regalarme un poco de tu tiempo, Perenela. Es agradable verte de nuevo, prima.

 

La sorprendí a la bruja, poniéndome enfrente. Le dediqué una sonrisa y una leve reverencia con mi cabeza, sentándome en mi sitio

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Estuve a punto de dejar caer la copa que tenia entre las manos al ser sorprendida: al haber tanta gente a mi alrededor la afluencia de esencias se sobreponían y tratar de depurarlas era una tarea de mucha concentración por eso era difícil que pudiera estar pendiente de si alguien se acercaba a mi en un lugar cerrado, respiré profundo y recordé el olor amaderado de la esencia de él era una mezcla entre bambú en crecimiento envuelta en nieve... una combinación inusual pero tenia cierto matiz ácido: como si estuviera cansado o de pronto enojado por algo, mi sangre empezó a bombear con fuerza pero refrené mis instintos, sonreí con cortesía y abrí los ojos:

 

-Gracias a ti por haberme llamado, no me lo esperaba la verdad primo... Hace mucho que no nos vemos, demasiado quizá - deje la copa de sake ya vacía en la mesa, me debatía entre el hecho de servirme otra copa o no, mis años de servir y sonreír estaban tan arraigados que termine haciendo lo que hacia por costumbre - ¿deseas una copa de Sake? ¿o has pedido algo diferente? ¿Como esta Annick?

 

@

Editado por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

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La chica estaba bajando las escaleras de aquel negocio donde de vez en cuando se quedaba cuando quería ayudar a su hermana mayor con todos los pendientes del día.

Al parecer esta continuaba del otro lado de la barra, con una sonrisa divertida y quizás hasta algo maliciosa mientras servía a su familia.

-Hola!

Saludó la Peverell con entusiasmo a la bruja y a la otra persona (o era fantasma?) aunque ya los había visto la vez pasada pero con eso de que la corrían a cada rato para que sus tiernas orejas de menor de edad supuesta no escucharan cosas de adultos...; de todas maneras se detuvo al pie de las escaleras y miró a todas las personas que comenzaban a reunirse en el sitio y sonrió, este empezaba a verse bastante vivo y eso la ponía feliz.

Sin detenerse a esperar a ver si su hermana le daba alguna indicación se fué detrás de la barra haciendose espacio para empezar a preparar bebidas y pasárselas a los elfos que iban pidiendo lo que llevarían a las mesas

-Jamás entenderé a los que toman alcohol

Comentó la pequeña rubia dandole un vistazo a uno de aquellos vasos de cristal que había llenado, frunciendo la nariz ante el aroma fuerte que le daba antes de pasarselo al elfo, encogiéndose de hombros


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No, no. Mira, ya traen mi café —exclamé hacia el elfo que traía aquella humeante taza de café. Le dirigí una sonrisa a Perenela, luego de haberme ofrecido aquella bebida. Ni siquiera recordaba si lo había probado, pero me agradaba la presencia de la bruja, la cual se hacía notar con aquella peculiar vestimenta. Le agradecí a la criatura mientras tomaba el café. Le di unos sorbos. Era rico, pero mi sobrina Cye servía mejores café—. Ojalá en el Ministerio sirvieran de éstos

Le comenté a Perenela, a punto de responder sus respuestas. Dejé la taza. Aunque antes que nada volví a revisar mi reloj. Habían pasado pocos minutos desde mi entrada. Pero habían pasado muchos desde que Albus me había comentado que nos encontraríamos.

Annick está muy bien, prima. Gracias por preguntar. En éste momento se encuentra con nuestro hijo, Elros. En la mansión. Por cierto, puedes pasarte cuando quieras —le respondí con otra sonrisa, guardando el reloj y dedicándome completamente a la charla entre la bruja y yo. Volví a tomar el café. Se sentía la dulzura que el azúcar le brindaba—. ¿Y tú? ¿Qué es de tu vida? ¿Estás trabajando en el Ministerio? ¿Eres dueña de algún negocio?

 

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-Tomaré en cuenta el ofrecimiento... tal vez me pase a ver a Annick o a tu hijo - le sonreí mientras servia otra copa para mi, le di un sorbo - ¿yo? - fruncí un poco el ceño - yo regrese hace poco a trabajar en el Departamento de Accidentes, tuve que tomarme una licencia para poder estar con mi hijo SJ, ayudo a mi madre con sus negocios y tal vez habrá un restaurante a finales del Otoño, pero dudo que tu vayas a necesitar sus servicios - recordé la temática que íbamos a emplear en el lugar - Va a ser un restaurante donde ayudemos a los magos y brujas a finalizar contratos: de trabajo, matrimonio, esas cosas... un lugar donde sea neutral para las partes para poder llegar a un acuerdo que los beneficien a ambos.

 

Deje de hablar un momento y traté de disimularlo bebiendo un sorbo de sake, la iniciativa del restaurante había sido de mi hija Alessandra, pero estaba ayudándola con eso y aun no habíamos encontrado un buen lugar para llevarlo a cabo, continué:

 

-En realidad la idea es de mi hija mayor: Alessandra, yo solo la ayudo con la preparación de todo... ahora tenemos que buscar un buen lugar para empezar a adecuarlo y espero nunca verte allá en plan de cliente

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¿En plan neutral? Aquello si que sonaba extraño. Levanté una ceja mientras Perenela me terminaba de comentar aquel negocio que quería abrir con Alessandra, amiga y compañera de la Orden del Fénix. Sonaba raro aquello que comentaba de neutral. ¿A qué se refería? Me daba una mala espina que si de neutral, se refería a personas de diferentes bandos. Porque si eso ocurría, entonces sería una batalla campal.

Claro que si. He visto varios locales que tiene espacio disponible. Suena prometedor… un negocio para terminar de cerrar negocios… —comenté aquello terminando las palabras de Perenela intentando sonar un poco pensativo. Me imaginaba que iba a ser silencioso y tranquilo. Y que además podía tener ayuda profesional—. En cuanto lo abran espero invitación…

Le volví a comentar. E iba a decirle que incluso podíamos relacionarnos de alguna manera con el negocio que había abierto yo. Pero era secreto. Trabajabamos desde las sombras y con rumores, solo eso. Asi que lo mejor era obviarlo. Me dediqué de lleno a terminar mi bebida, y cuando lo hice, dejé la taza y observé por la ventana. Ella había nombrado al ministerio.

Yo también estoy por el Ministerio, pero soy parte del Cuartel de Aurores. Seguramente nos crucemos más adelante. Aunque debo admitir que los tiempos cambiaron, que ahora ya no se puede confiar en nadie. Hay que tener cuidado de todo y de todos —le dije volviendo a mirarla, pero a sus ojos—. Asi que me alegra poder ver un rostro conocido. Igual que aquí. Estamos tranquilos pero no sabemos hasta cuando.

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La Ravenclaw se encontraba en un rustico lugar algo extraño pero con un cómodo ambiente para a la demonio sentada en una mesa no muy lejos de la ventana con una pequeña copa de trago y un deseo de sangre en su mente, ademas de un curioso libro mágico que pudo sacar de la biblioteca de su hermano Garry tal vez las advertencias de bell le valieron a saori en ese instante para sacar ese libro aunque nadie se dio cuenta lo cual es un gran ventaja para la joven.

 

-Mmm - dice mientras pasa las paginas del libro, aunque ella nota que el fia esta un poco nublado que tal vez no era un día para leer como otros días, saori se sentía un poco sola en la mesa y después del show de su padre en la casa, la bienvenida a la casa ravenclaw no fue la mejor para la demonio.

 

-Que lindo estar sola en esta cómoda mesa .- dice mientras toma un poco de su trago y cierra su libro solo esperaba ver alguien con quien pudiera establecer un grata conversación.

 

 

@@Dylan Dogg

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-Si Alessandra también me ha estado comentando que ha visto locales, pero ninguno me suena muy prometedor, estaba pensando que tal vez a nuestra clientela le gustaría estar en un lugar mas privado, mas intimo donde puedan cerrar sus negocios sin suscitar problemas ni hacer escándalos, todo muy tranquilo y de los locales que he visto todos son muy... visibles.

 

Sonreí a Elvis, habíamos cambiado mucho, yo no era mas la niña dicharachera ni extremadamente alegre e ingenua ni el era uno de los solteros mas codiciados de Ottery, tenia una buena familia y me alegraba por él, sobretodo porque me gustaba el hecho de verlo tan centrado en su familia.

 

-Claro que si, espera la invitación pero no te quiero ver de cliente allá - baje mi copa de sake mas tranquila y pasé mis manos por las piernas para limpiar los rastros de sudor, me sentía mucho mas en calma ahora - bueno el cuartel General de Aurores siempre le da mas trabajo a Accidentes, siendo nosotros los que tenemos que arreglar los desastres de las mayorías de cosas que les llegan a ustedes, y hacer las excusas que ustedes dicen, así que casi que seguro que vayamos a cruzarnos en el camino, solo espero que sean en circunstancias no tan negativas como las que se han presentado últimamente... Ya sabes lo de los ataques a las mansiones Gaunt y lo que sucedió en mi casa. No podemos confiar en todo el mundo, pero seguro como el infierno que deberíamos confiar en la familia.

 

@

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