•Juan Valdez Café ®• (MM B: 100831)

[Juliene Black Lestrange]

Sheyla Lavigne

 

El trabajo había llegado, así que era momento de ponerse en marcha, las jóvenes a las que anteriormente había atendido parecían inspiradas en su degustación y conversación, se alzó de hombros, mientras tomaba su libreta de pedidos, acercándose a la nueva clienta de camisa blanca.

 

Su cabellera rubia danzó al compás de la suave brisa que se adentraba por la puerta del local al abrirse, eso era bueno, el sitio parecía llenarse, lo que significaba más galeones para el café y por tanto para sus empleados, sonrió, mientras carraspeaba un poco haciéndose notar ante la joven.

 

― ¿Desea ordenar algo, señorita?― cuestionó a Jazmin.

[-zacek-]

Sus pasos no eran tan seguros como se acostumbraba, sin embargo, eran firmes en cuánto supo dónde estaba el local que buscaba aunque también sin necesidad de preguntar hubiera dado con el gracias a sus sentidos licántropos en especial con su olfato pero eran cosas de las que tendría que acostumbrarse con el paso del tiempo.

 

Cruzó la puerta del local y varias miradas se dirigieron hacia él, aunque estaba acostumbrado por su aspecto desaliñado y el llevar siempre la capucha tapando su rostro, aún sintiéndose extraño y un poco vulnerable bajó la capucha dejando caer su cabello blanco y buscó la mesa más alejada de las miradas para sentirse más a gusto y sus pasos lo llevaron al rincón más alejado, con cierta desconfianza un mesero se le acercó para tomarle la orden

 

-Quiero un capuccino por favor, y saber si Tau anda cerca ya que necesito hablar con ella

 

El chico se alejó mirándome con extrañeza pero no me importó, volví a mis pensamientos y a todo lo que mi mente empezaba a recordar de mi vida pasada

[Vladimir Karkarov]

-Vladimir Lockhart - Mesero-

Tras haber completado los pedidos de las recién llegadas, me encaminé de nuevo detrás de la barra donde se dispensaban las cosas desde la cocina, me esperé allí hasta que llegara el próximo cliente, me apresuré a tomar el vuela plumas y me encaminé al asiento que había tomado el caballero. -Buenas tardes, caballero, en que le....-no pude terminar de decir la frase, cuando fui interrumpido por el huraño que había llegado, traté de hacer caso omiso a lo que había pasado, por lo que me limité a tomar lo que había pedido solamente. Con paso ligero me apresuré a llevar el memo al barista, éste de inmediato tomó la nota y realizó el pedido con suma eficacia y rapidez, así que tomándolo de nuevo, lo llevé al recién entrado. -Aquí está su orden. En cuanto a mi jefa, no estoy seguro de su paradero. Que tenga bonita estancia.-le dije ando media vuelta con mi tacón y caminando despacio hasta mi puesto.

[-zacek-]

El mesero era muy atento aunque mi actitud no fuera la mejor del mundo pero prefería mantener a la gente un poco alejada de mi presencia por todas las consecuencias que podrían suscitarse ante mi estado de licantropía que no podía saber en que momento me transformaría, tomé las cosas con calma ante la insinuación de no saber de cuándo mi nieta estaría en el local

 

-Sé que vendrá pronto

 

Murmuré ante las miradas disimuladas de los demás comensales

[Tauro M.]

Tauro se encontraba en la bodega del café verificando que los productos que había mandado a traer desde Colombia estuvieran completos y en buen estado, de lo contrario tendría que pelearse con migraciones como de costumbre por no ponerle cuidado a lo que transportaban. Era una lástima tener que usar aquel transporte muggle para hacer este tipo de procedimientos, pero lástimosamente Colombia no contaba con ningún transporte mágico para exportar sus productos.

Mientras estaba trabajando en la parte trasera del negocio, escuchó cómo un par de veces la puerta se abría y volvía a cerrar, lo que no podía significar otra cosa más que clientes nuevos. Una sonrisa se dibujó en su rostro y dejó de hacer lo que estaba haciendo para hacer presencia como dueña del lugar, para que así los clientes supieran que ella se tomaba su trabajo en serio y quizás así recomendarían el café a otras personas.

Había una mujer que ya estaba siendo atendida por una de las meseras y un hombre en una mesa más apartada que ya estaba siendo abordado por otro trabajador. A la joven no la reconoció, pero el hombre le resultó demasiado familiar. Se acercó con disimulo para comprobar que lo conocía y al estar segura sonrió aun más.

- Yo me encargo desde aquí, Vladimir -dijo tocándole el hombro al chico y sonriéndole a Zacek, tras escuchar las últimas palabras del joven.

- Ha pasado ya tanto tiempo desde la última vez que te vi. ¿Qué viento milagroso te ha traído acá nuevamente? -bromeó.

[-zacek-]

La verdad el olor que se acercaba se me hizo bastante familiar y sonreí para mis adentros puesto que ella se acercaba y le di un trago a mi capuccino aún sabiendo que la cafeína tenía un extraño efecto en mi organismo pero no importaba algo tenía que beber en una cafetería y no seria agua

 

-Bueno la verdad es que el viento me ha llevado por muchos lugares pequeña-de nuevo esa sensación de una oleada de recuerdos inundó mi cabeza- pero siempre tengo que volver a la familia y sobre todo con mi querida nieta

 

Me puse en pie y la abracé, hasta ese momento no sabía cuánto la había extrañado aunque aflojé un poco el abrazo al oír como sus huesos crujían ante la presión y la invité a sentarse

 

-Yo invito

[Tauro M.]

Le complacía que su abuelo estuviera tan contento de verla tanto como ella lo estaba, pero lo que más la entusiasmaba era de que se hubiese tomado el trabajo de averiguar donde se encontraba para poder ir a verla. Observó como Zacek se puso en pie y con fuerza la estrechó entre sus brazos, provocando que varios huesos mal colocados sonaran al ser puestos nuevamente en su lugar - Yo también te he extraño -dijo con dificultad al no poder respirar, sintiendo alivio cuando su abuelo la soltó.

Agradecida con la invitación tomó asiento, acercando un poco más la silla para no tener que forzar la voz mientras hablaban. Aceptó a regañadientes su invitación, pues ya que ella era la dueña lo más lógico es que el invitado fuera él, pero sabía que su abuelo era una persona que no daría su brazo a torcer e insistiría hasta que la peli-azul aceptara.

- Para mí un frapuccino de dulce de leche -pidió al mesero que los atendía - Ah y una dona de chocolate no estaría nada mal. ¿Quieres algo más? -preguntó a su abuelo.

- Me alegro mucho de verte, abue. Visitas así me ponen de excelente humor y así me olvido un poco del estrés con el que tengo que vivir día a día -comentó.

- Pero dime, ¿donde te metiste todo este tiempo? -preguntó curiosa.

[-zacek-]

Corría una sonrisa por mi rostro porque los recuerdos siempre eran agradables pero el tenerla cerca era una gran noticia y el escuchar de nuevo su voz y dejé que pidiera para tomar las cosas con calma ya que faltaba mucho para poder platicar con la calma debida

 

-Bueno pues hay mucho que contar a decir verdad pequeña ya que estuve mucho tiempo fuera porque alguien me atacó y mi memoria quedó bastante dañada y poco a poco la fui recuperando y buscarte fue uno de los principales objetivos que me puse

 

Esperé a que el mesero se retirara para poder seguir platicando y aproveché para prestar atención a todos los detalles que la envolvían, si, era la pequeña que vivía en mis recuerdos y no podía estar más feliz de haberla encontrado

 

-Y bueno, la verdad quisiera tu ayuda para retomar la vida que perdí durante meses

[Tauro M.]

Su abuelo había captado toda su atención con la historia que le contaba y a medida que las palabras llegaban hasta sus oídos, se podía ver a Tauro expresar sorpresa, preocupación y alivio, todas en ese orden. ¿Quién lo habría atacado? ¿Acaso el Rexdemort tenía enemigos? Le resultaba demasiado difícil poder imaginarlo, un hombre tan bueno y reservado como él no debía tener enemigos, o al menos eso pensaba. Una sonrisa surcó por el rostro de la peli-celeste al escuchar lo último que dijo, realmente le parecía fantástico que se hubiera empeñado tanto en buscarla, a ella.

- Estoy dispuesta a ayudarte en lo que necesites, abue, de eso no tengas ni la mejor duda -le aseguró, aunque no tenía la menor idea de por donde comenzar, pero antes quería saber otra cosa que la inquietaba y que por la presencia del mesero no se había atrevido a preguntar.

- Uhmm... Abue... ¿Recuerdas quién te pudo atacar? -preguntó nerviosa esperando no importunar a su abuelo, lo que menos quería era hacerlo pasar por un mal momento - Si no quieres hablar de ello entenderé -repuso de inmediato. Por fortuna el mesero volvió a aparecer con lo encargado rompiendo ese momento de confidencialidad.

- No, por el momento es todo. Si llegamos a necesitar algo más, te aviso.

- Y bueno. ¿Cómo exactamente quieres que te ayude? -preguntó cambiando de tema.

[-zacek-]

La historia parecía tenerla cautivada y con los detalles todavía más, el mesero llegó y encargué otro capuccino y ella siguió a lo suyo mientras buscaba en lo más profundo de mi memoria alguien que pudiera querer dañarme pero no encontraba la respuesta

 

-No me molesta que preguntes pequeña pero como te has dado cuenta los recuerdos todavía no son completos, aunque una chica me ayudó en San Mungo a recuperar gran parte de ellos pero de la nada desapareció pero tengo la impresión de conocerla de mucho tiempo atrás

 

Ella me lanzó una mirada extrañada puesto que sabía que para mi sólo había UNA chica pero siguió callada escuchando mi relato

 

-Enemigos no creo tener aunque si varias chicas con el corazón roto -le sonreí- aunque si en muy lejanos recuerdos hay alguien que me hizo daño hace mucho tiempo pero desapareció

 

Me sumí en mis pensamientos, tenía todavía mucho que aclarar y sabía que no me había equivocado al recurrir a mi pequeña porque me ayudaría bastante a recordar muchas cosas y ponerlas en orden, metí mi mano en la túnica y saqué el diario que había escrito en el hospital

 

-Puedes echar una ojeada