☽The Cawing Crow☾ (MM B: 102478)

[Joa Macnair Crowley]

Si bien había cambiado en muchos aspectos, otro par nunca lo haría: su amor por el vodka y las cerezas, y el desagrado que sentía hacia cierta clase de hombres.

 

Apenas acababa de tomar asiento en la mesa escogida, pensando en conseguir un trago, cuando un completo desconocido se acercó a ella. Decir que era un hombre apuesto sería no hacerle justicia. Cabello oscuro y algo largo, alto y de ojos azules. Sí, era alguien que simplemente no pasaba desapercibido, incluso se podía decir que era del “tipo” de la Macnair… Si no se hubiese presentado de forma tan patética. <<Qué bellas son las flores llegadas de Ottery hoy>>. Era casi demasiado asqueroso, ni siquiera Santus llegaría tan bajo. Él habría salido con algo como frutas exóticas, animales salvajes y sabía Merlín qué más, estaba loco, pero al menos era original.

 

—¿No cree usted, estimado caballero, que si yo desease alguna bebida sería capaz de conseguirla por mí misma? —Rechazó tan educadamente como pudo con su frío y distante tono de voz—. Ahora le pido, por favor, no haga más aburrida esta noche de lo que ya dice que es.

[Mei Black Delacour]

Se hallaba escondida en una de las intersecciones de las calles del Callejón Diagon, se hallaba oculta en una de las sombras que los edificios proyectaban, logrando que su rostro quedara en sombras. Echó un vistazo a la avenida principal, y en cuanto lo hizo, le sorprendió encontrarse con una mujer que justo pasaba por allí y que las fuentes secretas de la Orden la describían como una seguidora de la Marca Tenebrosa.

 

–¿Casualidad? – murmuró apenas, volviendo a mirar al piso mientras sacaba su varita y la pasaba por delante de su rostro, dejándolo cubierto por una luz tenue que ocultaba sus facciones – No lo creo. Expecto Patronum – dijo a continuación, haciendo que varios Jobberknoll saliesen de su varita en varias direcciones en busca de algunos que estuviesen disponibles para ayudarla.

 

Mei salió de su escondite, haciendo ondear su capa de viaje que cubría su atuendo sencillo: un vestido corto y unos zapatos de tacón a juego. Caminó hasta llegar The Cawing Crow, lugar donde la muchacha ya había entrado y se había sentado a una mesa; por lo que, sin perder tiempo, la castaña ingresó al lugar como si nada y se dirigió hasta donde Joa se había sentado.

 

–Joa, – dijo para llamar su atención. En cuanto captó su atención, la Demon Hunter sonrió por detrás de la luz – hola, ¿qué tal? Soy de la Orden del Fénix y vengo a intervenirte para poder hacerte unas pequeñas preguntitas. Juro que no tomará mucho tiempo – agregó, agitando la mano como si se deshiciese de una mosca especialmente molesta.

[Lisa Weasley Delacour]

Un patronus en forma de Jobberknoll hizo acto de presencia en mi habitación. Tan solo asentí, conocía de más y de sobra a la dueña de aquel animal, había jurado protegerla y así seria siempre que la vida me lo permitiese. No tarde mucho en reaccionar, pase mi mano por el rostro, haciendo así que una luz blanquecina cubriese todas y cada una de mis facciones, Lo más importante era mi seguridad y la de los míos, no podía permitir que me descubriesen. Con la varita en la mano y la adrenalina recorriéndome el cuerpo, gire sobre mis talones y desaparecí de la Delacour inmediatamente.

Dos segundos después aparecí a cien metros de la entrada del negocio Te Cawing Cron. Iba vestida con un vestido corto de color blanco. Descalza y con el pelo suelto. Mas parecía que iba a dormir que a una batalla, pero así me sentía cómoda y a quien no le gustase que no mirase. Entre al establecimiento, siguiendo la orden de la Delacour, hasta situarme a diez metros de quien sería mi rival aquella noche; Joa, que estaba sentada en una mesa casi en el centro del bar. Me movía con agilidad, estaba a acostumbrada a aquellas noches de caza, me gustaban, había nacido para aquello. Siempre con los sentidos alerta, no podía distraerme. A cinco metros de cualquier objeto mudable y a tres de los miembros de la orden me dispuse a luchar.

[Mei Black Delacour]

Observó todo a su alrededor por primera vez desde que había entrado al negocio. No se había percatado de que aquello se trataba de un extraño bar con una decoración que no le agradaba del todo. Frunció el ceño, le habían entrado ganas de pedir una copa, o algo, pero no era el momento ni la ocasión. Debería de esperar, podría embriagarse a gusto en la Taberna más tarde.

 

–¿Alo? ¿Joa? – dijo, esperando a que la muchacha reaccionara, pasando su mano libre por delante del rostro de la chica. Al no ver reacción, se encogió de hombros, ya se había acostumbrado a aquel tipo de reacción de parte de muchos. Inmovilidad a causa del terror, suponía – Corpus Patronus – volvió a decir esta vez, haciendo que un patronus con forma de ave fénix adulto saliese de su varita y se convirtiera en un animal totalmente corpóreo, dispuesto a defenderla de cualquier ataque o de curarla si era posible. O hasta de atacar con sus garras y pico filosos, sólo si Mei se lo ordenaba.

 

Soltó un leve suspiro, no andaba de mucho humor como para esperar por más tiempo.

 

–Encárgate – le dijo a Lisa, haciéndole una seña con un dedo para que interpretara que le daba vía libre a que atacara a la mortífaga.

[Lisa Weasley Delacour]

Antes teníamos complicidad, lo de ahora iba por encima de aquello. Me encantaba entrar a redadas con ella, pues sin casi hablar, sabíamos lo que teníamos que hacer. Sencillamente era genial ,la mejor decisión de mi vida, repetía una y otra vez mi cabeza mientras levantina la varita en dirección a mi rival – Silencius – La primera acción de Joa quedaría anulada, pues mi efecto le dio de lleno e inmediatamente supe que la ventaja seria nuestra. La mujer estaba totalmente asustada, pero era necesario, quien luchaba al lado de la marca debía ser aniquilado por el bien de la sociedad y la comunidad mágica existente.

El silencio del The Cawing Crown solo era roto por nuestras respiraciones y conjuros, poca gente se habia quedado al vernos hacer acto de presencia, gente sabia por otro lado, pues la batalla podía llegar a ser muy encarnizada. Suspire y nuevamente conjure un hechizo, esta vez un rayo – Sectusempra – Partió de Kim con una velocidad sorprendente, era de color azul neón y en escasos segundos recorrió la distancia e impacto en el pecho de Joa, del cual comenzaron a salirle grandes brechas profundas que la llenaron de líquido vital, si no se curaba moriría en el intento.

Rapidez y eficaz eran las dos palabras que caracterizaban a la demon hunter más preparada de la orden. Verla en combate y sentir su poder era inspirador. Después de aquello0 tendría que hacer algunas defensas, pero por el momento estaba bien ¿Entraran? Me pregunto curiosa mi voz interior <<No lo creo, han perdido la valentía, si alguna vez la han tenido>> La magia negra me llamaba mucho a decir verdad, no entendía el porqué, pero lo acabaría averiguando y deteniendo, ahora era parte de la orden y no era momento de caer en tentaciones, si no de superarlas.

[Fokker]

Dominiv Mills

 

La miraba con los ojos azules, esperando su respuesta. Se sentía est****o tratando de fingir algo que no era en realidad, pero era mejor a asustarla con su forma de ser. Amante de la buena vida y de la compañía de las mujeres, en que momento Dominiv dejo de ser aquel muchacho servicial y que siempre estaba alejado de los problemas. Ese pasado que muchos desconocían y solo él y Fokker sabían.

 

Sonrió con cierta ironía cuando escucho su respuesta, ella no era de la que le gustaran los halagos y esto facilitaba su trabajo. Se sentó junto sin importarle lo que dijera y con su varita hizo que la botella que estaba en su mesa y dos vasos se acercaran a ellos.

 

—¡Perfecto!— dijo mientras llenaba ambos vasos de vodka —no tengo porque fingir mas— y le entregaba una copa a la Macnair, o en este caso se quedaba flotando frente a ella esperando a que lo tomara. —Espero señorita, que no rechazara la invitación de un amigo.

 

La observo directo a sus ojos rojos, con esa sonrisa fingida y tratando de darle la seguridad necesaria para ganarse su confianza —Vamos, no dejaras que beba solo, o seras tu quien haga aburrida esta noche— le dijo sin importar como tomara el hecho de que la tuteara. La noche era joven y ella no se le escaparía fácilmente de sus manos.

[Lisa Weasley Delacour]

Allí nadie aparecía, la marca estaba totalmente perdida. Excepto un mago que no sabía si es que era lerdo o se estaba haciendo ¿Qué narices hacia tomando algo en mitad de una batalla de la marca contra la orden? No lo sabía, tampoco me importaba, una mirada con mi alto rango y supe lo que tenía que hacer, ya fuese por su seguridad o su intromisión, debía ser retirado ¨civilizadamente¨ del campo de batalla. Levante nuevamente la varita, para ver como de los ojos del muchacho se comenzaban a entrever lagrimas del susto – Algún día entenderás el porqué de esto Silencius – La acción del hombre, en este caso de Dominiv quedaría anulada, al menos la primera, pues mi efecto le dio de lleno en el pecho.

Rápida como era, moví de nuevo la varita y pronuncie otro conjuro, uno que siempre me encantaba realizar y por el cual habia acabado con la mitad de los miembros de la sociedad londinenses en duelos sin igual – Sectusempra – Un rayo, esta vez color escarlata, partió de mi arma mágica, aquella que llevaba conmigo diez años y con la cual tenía una coneion digna de admiración hacia el pecho de Dominiv, del cual le empezaron a brotar chorros de sangres, gracias a las heridas profundas que mi ataque le habia producido.

Mi voz era irreconocible gracias a la luz - La orden ya no desarma, la orden actúa por el bien de la comunidad magica, hazselo saber a tus amigos - Dije antes de verlos caer muertos a los dos.

[Mei Black Delacour]

En cuanto Lisa envió los ataques, impactaron sin más remedio en Joa, dejándola totalmente herida y al cabo de un momento, gracias a que no se vio signos de querer curarse, murió sin más remedio. La Delacour observó el cuerpo sin vida de la mortífaga, pero mientras lo hacía, algo sucedió tras ella.

 

Un muchacho había hecho acto de presencia en un momento totalmente fuera de lugar, pero era evidente que no tenía intensiones de intervenir en la batalla.

 

–¡OYEEEEEE! – chilló en cuanto vio que Lisa inesperadamente atacaba a Dominiv – ESCÚCHAME UN SEGUNDO, en ningún momento te dije que lo atacaras a matar, ¡NO PUEDES ANDAR POR LA VIDA LANZANDO SECTUMSEMPRAS PORQUE SÍ! Hay una delgada línea entre luchar por los principios de la Orden del Fénix y lanzar hechizos a diestra y siniestra a cualquier civil que pase por delante. Nosotros somos el primer grupo, el segundo son los mortífagos, ¿quedó claro? No quiero que se vuelva a repetir una falta a la autoridad como esa.

 

Mei no solía regañar, no era algo nato suyo. Aquello que acababa de hacer le recordó inevitablemente a Mey. ¿Se estaba pareciendo cada vez más a ella? No lo sabía ni tampoco quería pensarlo mucho, el recordar a la Potter Black la entristecía y trataba de evitar a toda costa el recordar viejos tiempos.

 

–Vámonos – ordenó con la misma voz dura y autoritaria que había usado hasta el momento.

 

Le dio un empujón con su varita a Lisa, haciendo que comenzara a caminar en dirección a la salida, y en cuanto estuvieron ya lejos del lugar, sólo en ese momento la tomó del cuello del vestido que llevaba puesto, justo por detrás.

 

–Tu castigo te espera… Puro papeleo por un mes entero, sin nada de acción, ni siquiera entrenamientos – sentenció, y sin más, justo en ese instante desaparecieron ambas gracias a la desaparición conjunta que Mei había ejecutado.

 

 

OFF

Joa Jordison muere luego de transcurrida una hora desde los ataques enviados de Lisa, los cuales impactan y hacen que muera al instante. Por otro lado, Fokker, te recuerdo un par de reglas para que tengas en cuenta:

 

8.- Si bien nadie puede entrar en una actividad de defensa con otro personaje para no ser capturado, nadie podrá postear en una batalla sino participa en ella. A excepción de los líderes.

9.- Si un usuario rolea con un personaje ajeno a su ficha de personaje (un personaje no oficial) se invalida su rango, acciones y hechizos, siendo un muggle más.

No debes pasar por San Mungo debido a que tu entrada se considera inválida por no entrar con tu personaje propio.

Eso es todo, saludos!

[Gerard H Knight]

Agatha estaba preciosa, igual que siempre. Su cabello rubio caída en forma de trenza sobre en forma trenza y sus mejillas tenían un lindo tono rozado, que resaltaba sus facciones con una delicada sutileza.

Gerard se acerco y beso suavemente su mejilla.

-- De ninguna manera te citaría en el callejón para algo malo. --dijo el muchacho extendiendo su mano--, pero que te parece si entramos a tomar algo ya que estamos aquí.

Entraron juntos en el recinto. Al fondo del lugar había un escenario donde una banda. Gerard no reconocía al grupo pero si sabia que se trababa de una banda muggle porque los había escuchado en la radio de Londres.

Agatha y él se sentaron cerca del escenario y un par de elfos llegaron a preguntarles que iban a tomar. Gerard pidió una cerveza, preguntando se si habrían hechizado a la banda, pues parecían tener la mirada un poco perdida desviandola en todo momento de los pequeños elfo que iban de mesa en mesa. Pero decidió no pensar mucho en ello y mejor miro a Agaatha. al mirar sus ojos color ámbar una sensación lo acogió en el estomago.

-- ¿Qué te parece el lugar? --pregunto-- lo vi el otro día y me pareció un sitio agradable, aun cuando tenga a algunos muggles hechizados.

Se quedo mirándola y ella sonreía tan enigmática como cuando la conoció. Sin darse cuenta tomo su mano por encima de la mesa. Era cálida y suave. También, sin darse cuenta el comenzó a sonreír

[Mica Gryffindor]

Sintió mucho alivio al escuchar que todo estaba bien y que los planes del muchacho eran pasar un buen rato con ella.

 

- Me parece perfecto, llevo tiempo sin salir a divertirme- aceptó, entrando con él al extraño recinto.

 

Se fijó en la banda que interpretaba una desconocida melodía. Su mirada estaba algo perdida, por lo que supuso que estaban bajo algún extraño embrujo. Frunció el ceño, pues no le gustaban aquel tipo de ostentaciones, aunque los muggles estaban bastante lejos de tener su respeto.

 

Tras sentarse, en la zona cercana al escenario, fueron atendidos por elfos domésticos. Al igual que su acompañante, Agatha escogió beber cerveza, sentía de pronto la boca seca y un buen trago sería excelente solución. Sus ojos se encontraron con los de Gerard, el cual parecía algo nervioso. Se enfocó en sus labios para poder comprender por completo la pregunta que la música intentaba callar.

 

- Algo excéntrico para mi gusto, pero no está mal... - dijo en forma despreocupada y le sonrió.

 

Percibió de pronto la tibieza de la suave mano del joven tomando la propia y se ruborizó un poco. Sin dudarlo entrelazó sus dedos con los de él, aferrándose a aquel dulce contacto. Era como si su piel pidiese sentirlo, el rubor se incrementó en su rostro pues su cuerpo pareció subir levemente la temperatura. Intentó mantener la calma, intrigada por la sonrisa que ahora cruzaba el rostro de su joven amigo.