☽The Cawing Crow☾ (MM B: 102478)

[Fokker]

Dominiv Mills

 

—Eso es cierto, no muchos agradecen que llegara a este mundo, y estoy seguro que tu eres una de ellas— dijo con esa mirada que denotaba ironía, mientras volvía su atención a ella. Llevaba tanto tiempo sin hablar, que estuvo a punto de preguntarse si lo que acababa de decirle hizo tal efecto, no era tan malo que supiera su nombre, mas grave era la noticia que le iba a dar luego

 

—Seria interesante que trajeras un autógrafo de uno de ellos, pero ya lo tengo piernas sexys— saco un cigarrillo y lo encendió, y siguio hablando —supongo que conoces a Fokker, es uno de los dueños de aquí por si no lo sabias, pero eso no es importante ahora. Lo que importa es que hay cierto casino del cual ahora soy dueño.

 

Y saco un pergamino, que solo era la copia del original y se lo pasaba a Joa, no tenia mucho escrito, solo un par de reglones que declaraban que el casino pasaba a propiedad de él, y llevaba la firma del Cygnus. Sabia que a la chica le parecería algo genial, tanto que se alegraba de tener su varita en el bolsillo.

 

—Creo que nos veremos mas seguido, socia jajaja, salud! por ello.

[Joa Macnair Crowley]

—Entonces debería comunicarme con el resto y formar un club “Anti-Dominiv” —comentó distante—. Usaremos lindos uniformes y tendremos té y galletitas en cada reunión, ¿no suena lindo? —Su voz sonaba indiferente a pesar de sus palabras.

 

Se estaba aburriendo de aquel juego, todo lo que quería era su varita, y lo cierto era que el hombre no hacía la velada mínimamente más interesante. O al menos no de manera agradable, dada la última noticia soltada por el pelinegro, confirmada por el pergamino que ofreció.

 

Quería matar a alguien, si se trataba del i****** de su hermano o del est****o y creído hombre frente a ella, no lo tenía claro. Aun así, mantuvo la calma y la inexpresividad de su rostro, no perdería el control solo para darle el gusto a Dominiv, además, no había mucho que pudiese hacer estando desarmada. El placer más accesible, destrozar el papel, no sería de gran ayuda; estaba segura que no andaría paseando con el original.

 

—¿Volverás con lo de “piernas sexys”? —Preguntó evadiendo el tema, restándole importancia—. Pensé que estabas muy orgulloso de ti mismo al poder llamarme Joa. Quizás yo debería llamarte “Piernas Cómodas”, aunque debería probarlo primero —reflexionó, mirando pensativa esos terribles ojos azules—. Solo por curiosidad, ¿tuviste que pasar la noche con Fokker para obtener un “autógrafo” tan lindo?

[Fokker]

Dominiv Mills

 

—No seria mala idea, tendrías mucho éxito con el club

 

Sus palabras no denotaban ninguna emoción, hace rato el espectáculo en el local concluyo, y solo se escuchaba un breve fondo musical. Cuantas horas ya llevaban ya. Supuso que ya era pasada la medianoche, y como tal los ánimos del Mills estaban decayendo deprisa, tal vez era mejor irse y mas ahora que su nueva socia ya sabia lo que tenia que decirle.

 

—Y no dirás nada acaso— dijo con voz burlona sabiendo que Joa quería saltarle encima y matarlo, y se le ocurrió algo mas que interesante. Si quería irse sobre él, porque no ayudarla a hacer aquello. Apago el cigarrillo que sostenía y tomo su varita, junto a un susurro leve —¡Imperius!—

 

La joven se puso de pie y tras un par de pasos se sentó en las de él. Sin perder el control sobre ella, haciendo que su rostro gire a verlo, sonrió —Y que tal están mis piernas, cómodas como dijiste jajaja— se burlo de su victima, deslizando los dedos sobre sus piernas lentamente —Me gusta mas llamarte así porque te queda muy bien. Y No pase una noche con tu hermano, pero quizás contigo pueda pasarla bien esta noche y quizás mañana sea el dueño absoluto del casino.

 

Sonrió descaradamente viéndola directo a los ojos, con esa mirada de un triunfador y con la varita de la Macnair, lejos de su alcance para defenderse. Como siempre y la única manera de obtener lo que quería era por la fuerza.

[Joa Macnair Crowley]

Casi sonríe a través de la maldición. No habría sido necesaria, pero si Dominiv creía que solo se acercaba a él gracias a su momentáneo control sobre ella, muy bien por su ego. La Macnair casi había conseguido lo que quería, lo que pensara su inesperado acompañante le daba igual. Aunque claro, aquello no quitaba lo molesto del olor a cigarrillos y los dedos del hombre sobre sus piernas.

 

—Bastante bien, de hecho —comentó con respecto a su comodidad ya sentada en el regazo, con su mente regresando de la niebla provocada por el Imperius—. En realidad, si te callaras podría ser perfecto —murmuró apenas rozando sus labios con los del hombre.

 

Tal declaración era cierta. Cabello oscuro y ojos azules, Dominiv encajaba fácilmente en los gustos físicos de la chica, sin embargo, al hablar no hacía más que molestar, igual que Santus. Merlín, ¿tendrían que ser así todos los hombres? ¿O sería solo cosas de vampiros? De cualquier forma, no era momento de reflexionar sobre el sexo masculino, tenía que centrarse en el presente.

 

Jugaba con el cabello de su sorpresivo nuevo socio y acariciaba su pecho por encima de su camisa, aplicando lo aprendido de Santus.

 

—Tendrías que hacer mucho más que pasar una buena noche conmigo para conseguir mi firma, no soy Fokker —declaró antes de levantarse, habiendo logrado sacar su varita del bolsillo de Dominiv—. Y te agradecería no vuelvas a llamarle “mi hermano” —argumentó con un deje de molestia en su voz, volviendo a la silla donde originalmente estaba sentada.

 

Sus sentimientos hacia sus hermanos, y cualquier Crowley en general, eran bastante confusos. Aun así, preferiría tener de vuelta como socio a su querido hermano mayor antes que tener que soportar al vampiro frente a ella a diario.

[Perseus Myrddin]

El demonio deseó que aquélla fuera una noche solitaria y con poco movimiento, no tenía humor para lidiar con las masas de magos y brujas que gustaban trasnochar los fines de semana en los centros nocturnos y bares del callejón mágico. Pero desde su perspectiva empresarial, la verdad que no le convenía en nada la escasez de clientela; tan solo esperaba no tener que reemplazar a ninguno de sus empleados aquélla noche... si se enteraba de que alguien había faltado a trabajar, o si le llegaba a escuchar a alguno que necesitaba apoyo para servir las bebidas, debían estar seguros de que correría sangre aquélla noche.

Al llegar al bar entro por una puerta de acceso restringido por la parte trasera del edificio, sin deseos de esperar traspasar el tumulto de gente que vio acumulada en la entrada queriendo ingresar. En el fondo le alegraba que el negocio rindiese frutos y que en menos de un año hubiese alcanzado posicionarse dentro de los más populares en su ámbito, aunque aquéllos eran los resultados que se habían esperado desde su apertura; nada de lo que habían de impresionarse.

Toda la gente estaba bajando hacia los pisos inferiores, donde estaba programado un concierto que daría una famosa banda de punk rock que se había contratado para esa noche, dejando el área del bar un tanto vacía a excepción de un par de mesas ocupadas por magos y brujas inmersos en conversaciones que al Myrddin no le interesaban en absoluto. Sin saludar a Atticus, el barman, se metió detrás de la barra dirigiéndose directamente hasta el frigorífico para tomar una cubeta con hielo y llevarse varias cervezas con él hacia su oficina.

—Sabe, jefe —escuchó a su empleado apenas abrió la puerta detrás de la barra por donde podía subir al estudio usado solo por los dueños. El Myrddin le lanzó una mirada asesina que amedrentó al mago tan solo por unos segundos, tras los cuales siguió dirigiéndose hacia el demonio con total naturalidad —allá arriba hemos dispuesto un frigobar abastecido de bebidas... digo, para que no tenga necesidad de bajar.

Ah. Era cierto.

—Te llamaré si requiero de algo, Atticus, por lo demás no quiero que se me moleste esta noche —le advirtió sin ningún tipo de expresión en su voz, y sin esperar respuesta subió las escaleras hasta la oficina, donde se metió y cerró la puerta tras de si.

[Fokker]

Dominiv Mills

 

La mirada y actitud de Joa cambio de repente, estaba mas condescendiente con el Mills, al fin parecía entender al tipo de diversión a la que tanto se refería, y eso elevaba los egos del chico, como siempre el niño mimado estaba logrando lo que buscaba de nuevo o eso creía, pero Joa fue mas allá, acerco su rostro al de él y le hablo de manera muy seductora.

 

—Así...

 

Pero no pudo decir mas. Al sentir el roce de los labios de la chica con los suyos, el vampiro no pudo evitar desconcentrarse y perder el control completo de la situación, pero eso no impidió darle un buen beso, forzado, pero que lo estaba disfrutando, sintiendo sus labios y saboreando su labial. Pero hubo un problema y no lo paso por alto, mientras disfrutaba de su besos y acariciaba su cuerpo, sintió como la mano de la joven Crowley revisaba sus bolsillos en busca de su varita. Pero no la detuvo, dentro de sus planes inmediatos estaba devolverle la varita, y mas si ella ya le dio lo que tanto buscaba.

 

Sostuvo su varita con fuerza, retomando el control por completo, pero no usaría de nuevo la maldición prohibida. Sonrio al terminar el beso. —Incarcerus— susurro lentamente haciendo aparecer una cuerda alrededor de su cuerpo aprisionando sus brazos, para impedir que usara su varita y otra en sus tobillos. —Sabes socia, si crees tener la ventaja, debes usarla no solo quedarte con las ganas de atacarme.

 

La hizo a un lado, y termino su copa de un golpe. —Sera divertido verte en el trabajo—, exclamó burlonamente mirándola directo a los ojos de ella que denotaban ganas de querer asesinarlo. La tomo del mentón y le dio un beso mas —descuida tendrás mas oportunidades de matarme, aunque deberías de agradecerme, te libre de tu hermano.

 

Y sin mas dejo un par de galeones sobre la mesa y desapareció del local.

[Juliene Black Lestrange]

Lo primero que hizo al llegar al local fue descubrir su rostro tras la capucha, sonrió, resultaba interesante pasearse por las callejuelas de Diagon sin que nadie le reconociese y sin tener que detenerse a saludar a unos cuantos extranjeros que hacían su vida en el Departamento de Cooperación. Iba retrasada, lo sabía, pero por primera vez no le importaba hacer esperar a su acompañante.

Se había detenido unos cuantos minutos a gastar una sustanciosa suma de dinero en el casino de uno de sus socios, dudaba mucho que el susodicho fuera a enojarse por su retraso, teniendo en cuenta que estaba llenando su bóveda de gringotts. Emitió un leve suspiro y procedió a eliminar el nudo que sostenía su capa, quitándosela, mostrando el peculiar atuendo muggle elegido para esa ocasión; pantalón de mezclilla negro y una blusa roja. Era como volver a sus tiempos de juventud, habían pasado muchas lunas desde la última vez que había usado semejantes atuendos.

― Whisky doble― exigió al bartender y procedió a tomar asiento― Y yo que pensaba que era la retrasada.

No había atisbo de su compañero de bando en el lugar, se encogio de hombros, ya llegaría y le diría de que se trataba toda esa locura. Aunque bien era cierto que hacía meses atrás tenía un par de historias que contarle al Crowley, iniciando por su nefasta boda, quizás era el momento en que éste exigía escucharlas.

― ¿Y tu jefe qué?― indagó.

JAJAJAJA. Me equivoqué de local ._. y posteé en el casino t.t ya ando envejeciendo

[Fokker]

Fokker Crowley

 

Como buen promotor de negocios que era, no estaba enterado de nada de lo que pasaba en ellos, y esperaba que todos estuvieran funcionando bien o por lo menos dándole galeones. Aunque eso no importaba mucho, siempre que podía se daba una vuelta por ellos. Aunque esta vez lo hacia para encontrarse con una vieja amiga, aunque no le importaba mucho llegar tarde a la cita.

 

—A fin de cuentas, estoy seguro que llegará tarde—

 

Llevaba puesta lo habitual, camisa, pantalones y zapatos todos de color oscuro. Al fin ingresaba al bar que últimamente estuvo algo abandonado por él. Todo parecía estar en orden a primera vista, los grupos presentándose y animando con la música a los clientes.

 

Entretanto May ya lo estaba esperando. Y lo primero que le llamó la atención fue el atuendo que llevaba, le hizo recordar el momento que la conoció en aquel bar de su hermana Joa del que no recordaba el nombre. —Ya hace mucho tiempo— dijo en voz alta antes de acercarse. No sabia porque pero estaba esperando que se pusiera ella a servir los tragos como aquella vez.

 

Se arreglo el cuello de la camisa y camino para sentarse a su lado y ordenar un vaso de whisky. —La verdad no tengo ninguna idea de quien sera el jefe. pero dicen que es por completo alguien que no le gusta trabajar— dijo con una sonrisa, mirándola a los ojos y tomando el vaso agregó—¿puedo acompañarla mientras lo espera?

Un grupo de música empezó con alguna tonada, que nada tenia que ver con el momento que ambas personas disfrutaban, pero aun así no parecía quitarle seriedad al asunto.

—Prometo no aburrirla, o por lo menos lo intentare— finalizó el Crowley.

off:

jajaja esa estuvo buena, ahora te haré rolear en los dos lados (? xD

https://www.youtube.com/watch?v=Le_vzJ7k7zU

[Juliene Black Lestrange]

Sonrió.

Dejavu, solían llamar al momento en que experimentas una situación vivida con anterioridad, fue eso lo que experimentó al tiempo en que su socio hacia acto de aparición en el local actuando como un desconocido. Un antiguo negocio al que tenía demasiado tiempo sin visitar sobrevino a su mente y enfocó su mirada esmeralda sobre el Crowley sin quitar esa expresión divertida de sus facciones, encogiéndose de hombros como simple respuesta a su propuesta. Tener conversaciones con desconocidos no era, particularmente, su fuerte pero conocía demasiado bien al hombre frente a ella como para seguirle el juego y no utilizar su mordaz personalidad.

Ella misma tomó el trago de vodka entre sus manos disponiéndose a detallar el vestuario de su socio, negó, nunca dejaba su estampa juvenil y muggle. Era Cygnus, simplemente, nunca iba a cambiar y eso cualquiera lo sabía. Ingirió parte de su trago, antes de empezar a hablar.

― Parece muy informado sobre lo que sucede con este local y sus dueño, señor…― se mordió la lengua para evitar llamarlo como lo solía hacer siempre y fijó su vista en el Rambaldi, una vez más, instándolo a que le dijera como debería dirigirse a él a partir de ese momento. ― Y, por supuesto, puede acompañarme cuanto desee, pero le advierto que no suelo ser una compañía muy interesante.

Le resultaba bastante difícil no echarse a reír ahí mismo, hacer cualquier pequeño destrozo en el local y mandarlo a que se encargara de arreglarlo, se mordió el labio inferior para reprimir la carcajada que pugnaba por salir, era casi un pecado no estar cumpliendo con el sagrado ritual que siempre se alzaba entre ambos.

Y aun así le gustaba esa pequeña locura de su socio.

― Promete usted demasiado, ¿seguro que puede cumplirlo?― enarcó una de sus cejas al momento que llevaba el trago nuevamente a sus labios― Debo admitir que soy bastante difícil de entretener, ¿qué propone?

[Fokker]

—Al contrario, no creo ser buena compañía para nadie, pero... —Tampoco sabia como llamarla— ...de usted lo dudo, estoy seguro que su compañía sera muy interesante.

 

No era su plan tener una conversación así, pero jugar un poco a ser unos completos desconocidos le parecía una idea interesante, una manera de completar la reunión inconclusa que tuvieron hace mucho. Dejo la copa sobre la barra y la miro directo a los ojos.

 

—Dime Henry— dijo el primer nombre que le vino a la mente —Pues no conozco personalmente a los dueños, pero es lo que escuchado en mi corta estancia por Londres.

 

Esperaba que algún otro grupo de música reemplazara al que estaba en ese momento, pero eso no era lo importante por ese instante. Sonrió ante la pregunta de ella, y se dio cuenta que nunca tenia nada planeado, y que así iba a ser siempre, pero mantuvo la seriedad en su expresión.

 

—Si lo cumpla o no, solo lo puedes decir tú al final de la noche. Lo que puedo asegurar es que hasta ahora no faltado a mis promesas.

 

Tomo otro buen sorbo de su bebida —Puedo proponer muchas cosas, pero preferiría que me dijeras algunas cosas antes— desvió la vista de los de ella por algunos segundos apoyándonos en la barra entreteniendo la vista con las diferentes bebidas que allí se tenían —¿Qué te gusta?¿Cuáles son tu intereses? ¿deporte favorito, familia, novio? cosas simples que me ayudaran a decidir que podemos hacer por el resto de la velada.