Casita Snape (MM B: 104851)

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame se sobresaltó al escuchar aquella voz aguda, justo cuando estaba toda tensa preguntándose si la loca de su hermana estaría por ahí todavía dando tumbos.

Pero esa voz en específico...

 

Emitió un quejido y pasó a rascarse una oreja con aire entre irritado y confundido, los ojos a media luna y un tic en una ceja; a ese paso los tics comenzarían a convertirse en alguna clase de enfermedad que de seguro llevaría su nombre puesto que le salían cada cinco minutos.

El retrato de Severus Snape bufó y gruñó ante la chiquilla insolente que había atrevido a aparecerse a su lado al tiempo que una mirada de curiosidad maligna aparecía en el brillo rojizo de los ojos del Señor Tenebroso, que sonrió mostrando todos sus dientecillos.

-Pero qué sorpresa...!

-Te importaría!? -se quejó un fstidiado maestro de pociones intentando quitarse a la rubia de encima

Hayame por su parte hizo girar su varita y se la guardó, acercandose aún con cara de desconcierto al cuadro donde había aparecido la figura de la chiquilla de vestido amplio... toda una buena niña como siempre y rodeada de tantas flores, que podría hacer un brebaje con ellas y hasta estaba segura de que sobrarían.

-Ashley... -suspiró la vampiro pasandose una mano por encima de los ojos- no te era más fácil venir aquí a mi casa a tocar la puerta? o bueno...- frunció el ceño viendo hacia un lado- ahora que se activó el hechizo anti-aparición...

Se rió y una enorme gota de sudor cayó por su cabeza

-En todo caso, qué haces metida en una de mis cuadros? -volvió a decir la pelirroja colocándose las manos en la cadera al tiempo que golpeteaba con un pie el suelo alfombrado y semi-húmedo de la casita- quién te dió permiso de hacer eso??

[Ashley Peverell]

La chiquilla se sacudió las faldas unos momentos y la ratita amarilla saltó sobre su hombro dejando salir un fuerte PIKACHU al tiempo que movía sus encantadoras orejitas.

 

-No tiene nada de malo ¿no es éste método el más sencillo?

 

Levantó la cabeza para ver a la bruja que no parecía muy feliz de verla en su casa al menos, en pintura ¿quién la entendía? se suponía que la adoraba

 

-Tú me enviaste una invitación a venir

 

Dijo mientras que desde el cuadro pintado levantaba una hoja de pergamino con el sellito de los Vladimir en cera roja apretada, imaginándose que la mayor no recordaba que le había escrito esa carta para que fuera a verla ¡y ella que se tomaba las molestias! la haría pagar el precio del cuadrito mágico con el que estaban pudiendo hablar.

 

-¿Qué pasó con tu castillo?

Movió la cabeza hacia los lados abriendo mucho los ojos por la sorpresa de ver tanto polvo y manchas por todas partes, definitivamente no se parecía en nada al precioso castillo que ella tenía o su hermana. Casi le caía la boca hasta el piso de la impresión.

-¡Mi sobrino Akira no puede vivir aquí! no cuando quiero casarlo pronto

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro gruñó y encogió la cabeza por entre los hombros, dejando ver una pequeña aura rojiza ante la molestia que le provocaba su llamativa y rubia hermana... claro, como ella siempre se creía la más bonita del montón!! Pero no era su culpa que mientras la obviamente Slytherin siempre se había sentido atraída por las cosas oscuras, la otra niña siempre pareciese estar rodeada de florecitas y mariposas por todas partes.

Incluso sentía que con cada paso que daba, el pasto crecía hasta verde y suave, como en las pinturas (o quizás como en los jardines de la Ojo Loco, fuera una a saber)

Y mejor iba haciendo algo respecto a esa situación porque Severus estaba cada vez más mosqueado y como siguieran irritándole, seguro se desaparecía del sitio y no volvía a verlo en un buen rato; solo faltaría que el ex-mortífago se fuese a mudar a la Taberna de a Tía con el otro cuadro de su Señor Tenebroso y no quería una cantaleta de quejas aquí y allá.

-Pasa, que me mudé- resopló Hayame- y tú creo recordar dejaste tu castillo semi caído por ese duelito con otro chico y por eso pasaron los bulldozer a llevárselo entero

Gruñó observando como la otra seguramente iniciaría un berrinche de los grandes

Quién mandaba que fuera la niña consentida de la casa, uff

Negó varias veces con la cabeza y le pareció percibir que su elfo hablaba a lo lejos, quizá un piso arriba? alzó una ceja y la mirada como si pudiera ver a través del piso y compuso nuevamente una expresión de seriedad

-Hablamos luego Ash... tengo que asegurar el lugar porque hay otra personita metida aquí... seguro que recuerdas a Sagitas, verdad? todavía conservas la banderita que te regalé y que tanto gorro me pusiste para que te diera con su nombre, así que halá, tengo que ir a ver que no la haya mordido alguna de las ratas que corren arriba... o la tuya, si no se te ha escapado del cuadro

Sonrió y se dirigó al cuadro y antes de que la rubia pudier seguirse quejando, lo giró con todo y Snape que emitió una exclamación

-Y la siguiente vez... por Voldemort!!... ven directamente a pie, prometo añadirte a las excepciones de la Aparición, niña!!

Soltó para acto seguido andarse a donde su elfo parecía vérselas con alguien

OFF.- Thankyuuuu for la help TwT

[Ashley Peverell]

La más joven emitió un grito desde la parte de atrás del cuadro donde la habían dejado apretándose con el sujeto de cabello negro que parecía de muy mal humor y que ahora se iba casi plantando pies por un extraño túnel que la rubia imaginó que era para que las pinturas pudieran visitarse entre ellas cuando estaban aburridas. Ashley Ketchum no era una chica mala pero tampoco permitía que la gente la maltratara así que aunque su otra hermana no podía verla, sacó la lengua con los brazos estirados a los lados y los puños cerrados.

 

-¡Tonta!

 

Dejó salir con fuerza sin saber si la habían escuchado o si había sido ignorada. Cualquiera de las dos maneras no le importaba un rábano pintado, pronto se apersonaría en esa casa y ya verían las personas cuál de las dos era más salvaje. No importaba que su hermana fuera un mago oscuro, ella se encargaría de hacerla pagar un día de esos.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame se detuvo en seco por la sorpresa de haber escuchado ese ultimo grito desde el cuadro donde solía estar su querido Severus Snape.

Parpadeó varias veces y se giró pudiendo ver como el retrato del Señor Tenebroso también clavaba sus malévolos ojillos en el sitio donde la madera del cuadro y el lienzo posterior se dejaban percibir en lugar de la pintura que debía de mostrar; durante un segundo las miradas de los dos presentes se cruzaron (bueno, si se puede considerar presente a un personaje en una pintura) y entonces, al mismo tiempo dejaron salir un suspiro.

-Dé dónde nació la chiquilla esa, decías?

 

El gran lord acariciaba con flojera la cabeza de Nagini que se había asomado dejando ver su viperina lenguita conforme el hombre se apoyaba en el regio sillón mostrado en la pintura, ahora con expresión casina.

La pelirroja inclinó brevemente la cabeza, mira que la costumbre de presentarle sus respetos a un cuadro...

-Es... de la época en que madame Antara estaba...- hizo una mueca sin estar muy segura de cómo el lord se tomaría el mencionar a una ex lider de la Orden del Fénix pero aquel sujeto no se mostró siquiera mínimamente impresionado o preocupado

 

-Ya veo... -respondió el mago tenebroso entornando los peligrosos ojos a pesar de que no lucía agresivo- las personas que quieren tratar de suplir a Dumbledore- rió con falsa emoción y continuó pasando sus dedos por el cráneo de la enorme serpiente que observaba a Hayame- sin lugar a dudas, esa chiquilla parece auror

 

Compuso una mueca de asco

 

-Demasiado... poder de la luz- respiró profundo- te va a contaminar, Hayame... deberías matarla

 

Los párpados de la pelirroja cayeron a la mitad casi con aburrición

 

-Claro mi señor -musitó por lo bajo para acto seguido girarse y encaminarse hacia donde pensaba hacerlo desde un principio. No le iba a decir a su señor que no le apatecía matar a la cría por más que a veces la tentase su comportamiento de niña pequeña pero en esos momentos, lo principal era encontrar a Sagitas antes de que se accidentase aún peor.

[Sagitas E. Potter Blue]

Creo que alguno de aquellos bichos me mordió, estoy segura, porque me entró un parálisis que juro que no era el miedo, nono, seguro que fueron las arañas con malos pensamientos. Me quedé así, quietecita, hasta que, de repente, alguien se abrazó a mis piernas y me hizo gritar. Sí, grité, ¿qué pasa?

-- No me mates, no me mates. Soy una bruja buena y no mato arañas.

Espera, un momento... Quien me agarraba tenía brazos pequeños pero más grandes que la paticas endebles de los arácnidos... Abrí un ojo y vi que eran los brazos de un elfo. Sólo que éstos no los conocía. ¿Quién sería?

-- ¿Eres... hum... un elfo caníbal?

Aquello me tranquilizó. Odio las arañas pero sé defenderme contra los elfos que se agarran a las rodillas de una para comérselas.

-- Soy algo dulce , te aconsejo que no me muerdas o te subirá el azúcar.

Hice un movimiento de des-agarre al notar que él se sorprendía por algo y decía un "¡oohhh!". Salté hacia adelante y después me volví (sin varita, no la tenía a mano, seguro que me la dejé encima de la mesa de aquella habitación con los cuadros del fundador de aquella mansión, ¿o la tendría en el pelo?)

-- A ver, ¿quién eres? Yo soy la matriarca, bueno, casi... La hermana de la matriarca . -- Sus ojos... -- ¿Te conozco...? Anda mira, aquí está mi varita...

La cual debía estar algo estropeada, digo yo, o asustada como su dueña, porque fue tocarla y un rayito de color púrpura salió disparada al techo.

-- ¡Glups! -- un trozo de él cayó con gran estrépitO y una de las tejas por poco me mata, al menos del susto. -- ¡Yo no fui!

Si el elfo era caníbal, ahora tenía de qué vengarse.

 

 

 

OFF: Te dije que rompería las tejas de tu casita, muajuajuajua!

[Hayame Snape Potter Black]

El elfo parecía bastante impresionado por las actitudes que llevaba la bruja pero más aún cuando se lanzó ese hechizo que desembocó hasta el último de los pisos; de principio el pobre ser creía que solo haría un agujero en el suelo del siguiente piso... pero no imaginaba que se colaría la luz del sol hasta arriba.

Abrió y cerró la boca varias veces, el anciano ser mágico no podía creer lo ocurrido.

Y cuando su ama lo viese...

-SAGITAS ERICEN PAYAPUPAS DE LA POTTER BLACK BLUE ADLER Y DEMÁS!!

El cabello rojizo de Hayame se ondulaba desde el final de las escaleras por las cuáles había subido conforme observaba el inocente rayo luminoso que caía sobre la bruja de cabello púrpura algo empolvado por los trocitos de escombro que aún caían, dandole en cierta forma un aire de santa

Que de santa tenía tanto como de cuerda

-Porqué estás demoliendo mi pobre casa!!? -chilló la pelirroja agitando un brazo aceleradamente- más aún... porque demueles la casa de Severus!!?

Siguió

Aunque estaba totalmente feliz de ver a su hermana en aquel sitio tampoco era como que hubiese esperado tener que hacer reparaciones mayores tan pronto; y casi le pareció escuchar una exclamación del piso de abajo donde el retrato del antiguo maestro seguramente había percibido la explosión.

Un pedazo más grande de teja cruzó los pisos superiores hasta llegar a ellos, siendo seguido por los ojos de ambas mujeres hasta su final entre ambas

El pobre elfo retrocedió un poco y comenzó a frotarse las manos nerviosamente

De aquello no podía salir nada nuevo

-Eso era...

Un tic cada vez más rapido nacía arroba de la ceja de la vampiro sin prestar atención a la varita de su hermana, que era la causante de todo; esas varitas y sus personalidades a veces tan independientes a las de sus dueñas!!

[Ashley Peverell]

Una voz volvió a brotar de los cuadros en el piso de abajo donde algo golpeteaba de forma insistente ante el lienzo que se había girado por lo cuál, la niña rubia ya no podía ver nuevamente la casa de su hermana. Y eso la hacía enojar en cierta manera puesto que no había un motivo que ella sintiera justo como para verse colocada en esa situación.

-¡Hermana!

Gritó la niña en vestido rosa aunque fuera solo una pintura encantada no se sentía contenta, sobre todo porque cada emoción la extendía hacia su versión real que dormitaba cómoda y fresca sobre uno de los sillones del castillo Ketchum que en verdad lucía triste y abandonado por el deterioro.

Esperaba que Hayame pudiera ayudarla a recobrar su casa, siempre los ayudaba a todos. ¿Porqué sería diferente con ella?

Haciendo un gesto donde inflaba los cachetes y se cruzaba de brazos, la niña pequeña se sentó en el suelo cruzando las piernas de manera que las faldas caían grácilmente sobre sus rodillas mientras tapaba con esto cualquiera indiscreción.

@ ¿así se llama a la gente? @

[Hayame Snape Potter Black]

En el piso superior Hayame no percibía ni escuchaba nada de nada, solo estaba concentrada en su hermana que parecía dispuesta a dejarle caer no solo las tejas sino el techo completo en un intento de obligar a los Snape a remodelar por completo la estancia; la bruja de cabellos rojizos se pasó una mano por el rostro y emitió un gruñido de mala gana hasta que finalmente inspiró con fuerza y le dió un vistazo al elfo que nervioso, se inclinó rápidamente y haciendo un sonido de CRACK se esfumó repentinamente

Hayame podía ser bastante paciente si la pillaban de buen humor pero parecía que últimamente todo el mundo buscaba ponerla de malas a posta

Y lo último que había ocurrido... le hacía hervir la sangre (y no precisamente por las tejas)

-Sagitas... puedes explicarme en menos de cien palabras... o trescientas, qué es lo que ha ocurrido? -inquirió aún con el ceño fruncido de a quien han estado a punto de robarle un riñón

Mientras lado en la planta de abajo, los cuadros se removían y hacían ruído ante la presencia de la chiquilla rubia que después de sus corajes parecía haber vuelto a escena (o a casa) en plan bélico todavía

-Chiquilla... haz el favor de no alborotar en mi pintura- un Severus Snape tan de mal humor como la vampira intentaba alejarse pero no quería cruzar al cuadro de Voldemort que se asomaba con interés- porqué estás cosas me tienen que pasar a mí!?

[Ashley Peverell]

La niña de largos cabellos rubios y enorme moño rosado aún seguía con los brazos cruzados pero no por eso no volteó a ver a ese hombre de nariz en forma de gancho que parecía no estar muy contento con su presencia.

Bueno, en ese caso eran dos con un sentimiento de incomodidad al tener que estar apretados en una pintura bastante vieja, al grado que la niña sentía como si le estuvieran saliendo arrugas cada cierto tiempo y eso la preocupaba verdaderamente, no quería terminar con la apariencia de una abuelita para los hijos de su hermana sobre todo pensando que la mayor era una vampiro y por lo tanto siempre lucían jóvenes.

Ahora se preguntaba si su hermana era de esas criaturas que bebían sangre de mujeres vírgenes para permanecer lozanas.

-Solamente quiero que giren la pintura, deseo volver a hablar con mi hermana

Aclaró la bruja emitiendo una respiración sonora al sentir como si comenzara a ahogarse dentro de las oscuras formas del lienzo. No le gustaba, ni siquiera un poco el hecho de tener que esperar como todos a ser atendida. Que no era solo una visita ¡era la hermana menor de la dueña!

En pintura. Obvio.