Ranas Lunares (MM B: 105591)

[Seba Granger]

Escuche sobre la poción que le ponía a sus bebidas, creo que no sabia mucho de que trataba, siempre estaba saliendo una y otra cosa en este mundo así que a veces me perdía un poco de todo, ademas que no solía usar casi nada, si hasta la magia a veces se me olvidaba usar, siendo que se supone que era un mago.

-¿Que tanto hace esa poción?, ¿me la recomiendas?- pregunte a Lyra mientras bebía un poco de la malteada que me había traído su empleada, -Pues sabes que eres bienvenida cuando quieras en nuestro local- reí con el comentario de los escobazos, -Pues no creo que los elfos te corran, no si saben que eres mi amiga, aunque si te cruzan con mi elfina Nana, pues puede que las cosas cambien, pero solo le dices que te di permiso y me rezongara a mi luego- jamas había podido cambiarle el genio a la elfina, pero aun así la quería junto a mi.

-La sección de regalos me interesa, siempre ando en busca de algo nuevo para darle a Darla, ademas que se que le gustan algunas cosas en particular, sobre el vestuario ¿Tienes trajes formales?, se viene una fecha especial y necesitare uno- aclare a la bruja, hacia ya un tiempo le había comentado los planes que teníamos con la Potter Black.

Escuche en silencio sobre sus clases, pese a que tenia mas tiempo desde que estaba trabajando, aun no lo podía tomar para buscar alguna clase que se acomodara a mi, sabia que tenia el derecho a tomar al menos 2 mas.

-Me encantaría conocer a tu mascota, cuando tu quieras me la enseñas- dije mientras le daba un nuevo sorbo a la bebida.

 

 

@@Lyra Katara Selwyn

Segui el rol que teníamos. Disculpa por no pasar antes.

[Lyra Katara Selwyn]

Con Seba.

 

-La poción si te ayuda bastante. Te ayuda a recuperar la resistencia y la fuerta si te sientes cansado y débil- Comenté.-En mi caso es lo que me ha ayudado a resistir tanta clase, aunque si soy sincera, empieza a ganarme el cansancio a veces por más que la tomo.

 

Quizás era señal de que debía tomar un descanso y no solo fingir que me sentia bien gracias a la poción. Cuando se tomaban muy seguido un medicamento o poción podía hacer daño también. A lo mejor necesitaba descansar de verdad.

 

-Prometo regresar pronto, ¿Nana es entonces la elfina que te cuida más? Supongo que es como mi Winky.- Escuché su comentario sobre los regalos y las ropas.-Claro que si, tenemos todo completo, zapatos, el traje, corbatas, las camisas, ¿prefieres un traje o esmoquín?

 

Espere la respuesta dde Seba, pensando primero en los trajes, afortunadamente nos había llegado ese tipo de ropa recientemente.

 

-Mientras lo piensas, ¿que prefieres ver primero? ¿Regalos o los trajes?- Pregunté.- Prometo que te presentaríe a mis runespoor. Una de ellas la tengo en Chrookshans, es mejor ese sitio para ella, parece que no se acostumbra a un sitio con muchas criaturas.

 

@@Seba Ganger

No te preocupes, Seba lindo.Al contrario, gracias por pasar de nuevo.

[Seba Granger]

Me preocupo de cierto modo el escuchar que Lyra se sintiera muy cansada a veces, ahora que lo pensaba pues si necesitaba un descanso, desde que la conocía sabia que había tenido muchos negocios, y en muchas partes no solo en el callejón, ademas que había estado en varios de los departamentos del ministerio, ademas del Mall, que siempre me había parecido un poco estresante con tanta gente entrando y saliendo del lugar.

-Pues creo que me comprare un par de esas pociones, pero no soy mucho de tomar cosas, supongo que por lo mismo cuando caigo rendido no me levanto en días- levante un poco los hombros mientras sonreía un poco.

-Debes intentar cuidarte mas, recuerda que no somos eternos- luego que dije esas palabras lo dude, sabia que en aquel mundo mágico habían muchas razas, y mas de algunas de ellas eran inmortales.

Reí con lo de Nana, -Pues no lo diría así, la verdad es que Nana es muy gruñona, como que nunca nos hemos llevado del todo bien, o mas bien ella no me quiere mucho, al menos eso quiere dar a entender, pero se que en el fondo, muuuuy en el fondo, me quiere- talle mi barbilla por unos instantes con la pregunta de los trajes.

-Creo que el esmoquin es como muy formal, me refiero a para una iglesia o algo así ¿No?- no me veía vestido de pinguino.

-Creo que podemos empezar por los trajes, ¿Te parece?-

[Lyra Katara Selwyn]

Asentí al escuchar el comentario de Seba sobre cuidarme un poco más.

 

-Sé que tienes razón y lo único que necesito es un descanso de tanto curso, pero me da miedo perder el ritmo si dejo de tomar clases un mes o dos.- Bomeé.-Creo que me he vuelto un poco compulsiva con los libros, pero ya me falta poco para conseguir el que quiero. Deberías ir al Mall, nunca se sabe cuando pueden subir de stock los productos y a lo mejor encuentras una poción que te haga falta.

 

Sonreí a sus comentarios sobre su elfina, a veces los elfos que más nos cuidaban eran los que más nos regañaban, como a veces solían hacer los padres. Me quede un poco pensativa al escuchar su pregunta sobre el esmoquin.

 

-Ahora que lo mencionas, creo que si es muy formal el esmoquin para una iglesia, asi que pasemos a los trajes.- Dije llevándolo a la sección correspondiente.-Aqui están todos los trajes de caballero, junto con lo que necesites, zapatos, cinturón, camisas, corbatas, lo encuentras aqui. Y el probador lo encuentras al final de este pasillo, del lado izquierdo.

 

Habían tres probadores por lo menos para caballeros y otros tanto para dama, en su sección correspondiente. Obviamente no lo iba a dejar solo, lo iba a aconsejar y ayudar a buscar las cosas.

 

-¿Ya saben entonces en que iglesia se van a casar?- Pregunté.

 

@@Seba Granger

[Balderik Von Alexandros]

<<Algunos meses atrás...>>

 

 

Sobre las calles de Londres la lluvia no dejaba de caer. Techos, ventanas y la acera donde caminaba las personas estaban empapadas y goteando a causa de la lluvia. Esta misma era ligera como si lo peor de la tormenta ya hubiera pasado. Cada algún momento pasaba un vehículo muggle aparecía sobre la calle y se desvanecía a lo lejos. Todo se encontraba vacío por la ya avanzada noche, negocios cerrados y ninguna persona a la vista... salvo una.

 

Kritzai lucía una túnica de color negro, su cabello castaño estaba totalmente empapado por la lluvia al igual que su túnica y su traje debajo de ella, como si hubiera caminado por horas en la tormenta. Al acercarse a un punto de las calles de Londres se detuvo en la puerta de un negocio. No se limitó en saludar a tom el cantinero del caldero chorreante, entró lentamente hasta llegar a lo que era un patio trasero.

Al introducir la clave en un muro de ladrillos el callejón Diagon se aparecio ante el. Kritzai había pedido hablar a Lyra Katara, en un par de lechuzas con mensajes habian quedado de verse en uno de sus negocios. Ahora estando frente a su local su mirada se quedó fija en el picaporte rte la puerta, pensando en ese momento.

 

Lo había hecho, algo muy brutal con lo que no había podido esperarse hacer. Recordaba tener su varita apuntandoles, ellos suplicaban que los dejaran en paz, pero después de que el castaño aplicará una terrible tortura en los mayores ellos mismos rogaban dejara a los menores en paz.

 

Solo sentía rencor y odio, lo que le habían hecho no tenía perdón de el, le habían arrebatado lo que más amaba y por ello todos debían pagar, en ese momento Kritzai no se reconocía a si mismo. Tocó levemente en la puerta esperando por ver a Lyra, pero entre la lluvia y el llanto no se diferenciaban. Necesitaba su ayuda para hacerlo, deseaba olvidar.

[Lyra Katara Selwyn]

Con Kritzai. En un tiempo diferente al del rol con Seba.

 

La lluvia parecía no querer detenerse por nada, aunque no por eso no me había ido al castillo Selwyn, podría hacerlo con la desaparición o la red flú sin mojarme, aunque ahora dudaba por haber contratado esta última, si de todas formas nadie la usaba.

 

Se veía una luz en el interior del local, sin embargo ya estaba el letrero de "cerrado" colocado en la puerta, esa noche no quería más distracciones para poder atender a la persona que vería. Escuché que tocaban y fui a abrir, los elfos estaban ordenando el bar y mis empleados se habían ido. Tenía mi varita en la mano derecha.

 

-Kritzai, te dije que aunque estaría el letrero de "cerrado" la puerta estaría abierta.- No pude evitar darle un abrazo esperando no molestarlo.-Creo que no estás tan mojado, pero ahorita lo solucionamos.

 

Estaba segura que si tenía que cambiarse, en la tercera planta encontraríamos algo que le gustara. Cerre la puerta una vez que entró con un sencillo hechizo y lo invité a subir.

 

-Vamos a mi oficina, ahi hablaremos mejor.- Le pedi.

 

Subimos al tercer piso, siguiendo el pasillo que llevaba a la derecha. Se encontraba una puerta sencilla de madera que impedía el acceso al público. En el centro se podía ver una sala de espera y tres puertas. La de la derecha era mi sala de descanso, ahi platicaríamos mejor que en la oficina.

 

-Pasa por favor, pero déjame proteger primero la conversación.- Mencioné.

 

Utilice sin dudar el anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos y el anillo de salvaguarda contra miradas indiscretas.. Siempre llevaba puestos todos los anillos y amuletos que había ganado con los libros, aunque los anilos estaban también acomodados en las cadenas de los colgantes.En la mano derecha solo utilizaba los anillos de las habiidades que podía usar.

 

-¿Seguro que no te quieres secar o cambiar? ¿O algo de comer o beber?- Pregunté por fin.

 

Espere su respuesta, para dejar que me explicará mejor el motivo de su visita.

[Little G.]

Tanto la mayor como la niña se dejaron llevar por las atenciones afectuosas de la dueña del local. Mientras uno de los elfos se aproximaba solicito a recibir la orden, Little ubicó a la pequeña rubia en el asiento donde Lyra les había indicado. Esperaba que Evarela y Caterine no se tomaran mal la intromisión porque habían llegado en plena comida. Las Karkarov observaron atentamente el menú, decidiendo cual sería la mejor opción entre la variedad de platillos.

 

-Mamá, deberíamos aceptar la sugerencia de la señorita Lyra – comentó Naunet en un murmullo, apegándose contra el cuerpo de su progenitora como si quisiera disculparse por algo indebido. Le costaba mucho tomar decisiones frente a otras personas. Little la rodeó con un brazo sin desviar su mirada dorada del papel impreso con letras y fotografías.

 

-Estoy de acuerdo contigo, cariño, pero creo que podemos añadir a esa orden un par de malteadas de chocolate – sabía que la sugerencia alegraría a la niña. Si algo tenían en común era precisamente el gusto por lo dulce y el desdén por las calorías y los carbohidratos. Georgina dirigió su atención a Stormy – Dos hamburguesas especiales, papas fritas y unas malteadas de chocolate nos vendrían bien, ¿verdad, Naunet?

 

-Sí, sí – asintió la susodicha con un gorgojeo infantil. Desvió sus ojos verdes hacia Lyra, añadiendo una sonrisa satisfecha – Gracias – alegó entonces para despedir al elfo que ya se encaminaba hacia la cocina.

 

-Lyra, ¿hace cuánto abriste este local? No recuerdo habervenido en otra ocasión – Little procuró buscar un tema de conversación ameno para compartir con la bruja, a quien no veía desde hacía años. Tal vez existían mejores temas, pero a ciencia cierta no sabía qué decirle a la Selwyn sin sonar impertinente. Naunet se bamboleaba delicadamente a su lado, contenta; vigilaba el regreso de la criatura con su pedido. – Tiene un muy buen ambiente, especialmente para las familias.

 

En el callejón existían pocos lugares destinados al entretenimiento infantil, era difícil encontrar un espacio verdaderamente familiar. Por ello aplaudía la iniciativa de Lyra y, quizás, tomaría por costumbre visitar con mayor frecuencia a la animaga en aquel sitio donde podía enajenarse del lujo y la apariencia de otros restaurantes y locales.

 

@@Lyra Katara Selwyn

[Lyra Katara Selwyn]

Con Little y Naunet, en otro tiempo diferente a Seba y Kritzai.

 

Escuché el pedido que le hacian a uno de los elfos y asentí sin darme cuenta, era una excelente elección. Las hubiera acompañado también. Miré extrañada donde estaban Evarela y Caterina, era como si se hubieran quedado dormidas o perdidas en sus pensamientos, sin hacer nada.

 

-El local no tiene mucho, lo abri apenas en enero del año pasado, igual que el otro.- Comenté.-Me alegra mucho que te guste,precisamente buscaba algo familiar, aunque sin olvidar a los que se divierten más sin la familia, para ellos esta el segundo piso.

 

Sonreí al pensar en el bar. Estaba bien planeado aunque no lo visitaba, era muy raro que me gustará alguna bebida alcohoólica.

 

-¿Y tú? ¿Qué has hecho desde que regresaste, además de abrir muchos negocios?- Pregunté.

 

Alguna vez también tuve esa mania de querer abrir todos los negocios que podía, pero ahora era diferente, deseando primero que estos dos tuvieran más clientela y enotnces, podría pensar en algún otro.

 

-¿Cómo te ha ido con tus familias?- Pregunté.

 

A veces uno no tenía suerte al regresar aa las familias cuando se habia alejado mucho tiempo, pero deseaba que ese no fuera el caso de ella.

 

@@Little G.

[Balderik Von Alexandros]

<<Algunos meses atrás>>

 

 

 

Cuando la puerta del negocio se abrió el castaño emitió una ligera sonrisa hacia su recibidora Lyra. Hacia bastante tiempo que no la veía y eso le trajo ligeros recuerdos de una antigua familia. Pero enseguida Lyra le emitio un pequeño regaño, ella se lo había dicho pero él no recordó solo entrar, su cortesía había ganado y ppr ende habia tocado la puerta. — No pude evitarlo y si creo que estoy un poco mojado— Ambos entraron y para una mayor comodidad Lyra sugirió ir hacia su oficina privada, el castaño asintió.

 

Por inercia Kritzai la siguió sin dejar de pensar en lo sucedido hace un par de días. Aquello que era tan doloroso que babia tenido que llegar a estaa circunstancias. No se habia percatado de que el lugar estaba siendo limpiado por algunos elfos en el cierra del día, mientras subia las escaleras junto con Lyra. Tiempo atras le intrigaria subir hacia su oficina pero ahora esa curiosidad estaba de lado solo queria terminar con esto .

 

Llegaron a su destino y tras escuchar las palabras de ella el castaño le miro intuitivo, mencionaba acerca de no ser escuchados y de tener una mayor privacidad. Lo que hizo le dejó más cómodo, eso sabía Kritzai que su confesion le llevaría directo a Azkabán por lo que había hecho.

 

— Veo que son de gran ayuda esos anillos que portas Lyra— Dijo Kritzai y kos miro por un segundo para luego sentarse en una de las sillas mientras ella le ofrecía algo que beber.

 

— Así estoy bien gracias y de lo empapado...— Saco su varita y la agito sobre su cuerpo, enseguida su cabello y ropa se estaban secando.— Ya esta resuelto.—

 

— Aún soy mortifago... y gracias por tu comprensión Lyra y tu discreción pero...— Le miro a los

 

 

— Hizo algo que deseo olvidar y necesito tu ayuda... Puesto que lo que hice me llevaria directo a Azkaban.—Dijo Kritzai sin apartar su mirada de ella. — ¿Tienes algún pensadero? Deseo mostrarte y que entiendas con exactitud...— Saco su varita pensando en mostrarle todo lo que había hecho.

[Lyra Katara Selwyn]

Meses atrás con Kritzai.

 

En la sala de descanso había un sillón de tres plazas y dos de una plaza a los lados de la mesa de centro. Había dos closets en las paredes izquierda y derecha, en el lado donde se encontraba el sillón de tres plazas, aunque ocultos por unas puertas de madera.

 

-Son bastante útiles, los anillos y los amuletos, algo bueno que hizo el gobierno para que los neutrales nos podamos defender en caso de ser necesario, pero no es momento de hablar de ellos.- Sonreí al decir esto, sabia que podía hablar de ellos por horas.-Me alegro que ya estes seco.

 

Escuché las palabras de Kritzai, bastante intrigada. No podía reprocharle que quisiera olvidar , pero al final uno acababa queriendo reordar todo. A mi me habia pasado eso alguna vez por lo que nunca más intente olvidar. Era mejor enfrentar eso que queríamos olvidar, pero cada persona era diferente y no lo iba a juzgar por eso.

 

-Agradezco tu confianza y sabes que nunca te delataría.- Comenté. -Efectivamente, tengo un pensadero y está en este armario, del lado derecho, junto a la ventana.

 

Me acerque al armario y realice un hechizo para abrirla, no era el tradicional alohomora, sino algo más potente. El armario se abrió y dejo ver una especie de luz azulada que salía del fondo.

 

-Ahi lo tienes. ¿Qué me quieres mostrar?- Pregunté.

 

Era una lástima no tener el conocimiento que me faltaba para poder uso del haz de la noche y viajar al pasado por este medio. De todas formas, el pensadero funcionaba muy bien para lo que quería hacer Kritzai.