Ranas Lunares (MM B: 105591)

[Maida Black Yaxley]

El cuerpo de Maida poco a poco se adecuaba a la temperatura del local, y con ayuda del chocolate caliente la situación mejoraba, intentaba prestar atención a las palabras del joven, sin embargo le era imposible, su cerebro no reaccionaba del todo. Se le había mezclado el miedo con el frío y la indecisión de no entender porque aún no sabía su nombre. Sacudió la cabeza y las gotas cayeron de sus cabellos salpicándolo un poco, se llevó las manos a la boca en un gesto de disculpa, y decidió aclarar sus pensamientos.

 

Él claro, no se lo permitió, todo lo contrario, pronto vio frente a ella una rosa blanca. La tomó entre sus dedos por inercia, y por la misma sensación se la llevó a la nariz para dejarse envolver por su fragancia, por fin un poco de calma en ese día tan desastroso. Sin quererlo, una sonrisa se le coló en los labios y la hizo olvidarse del frío, había que recordar que no todos los chicos querían dañarla. Que de hecho, sólo uno lo había logrado, y había que olvidar.

 

— No se preocupe, seguramente ahora que vuelva el empleado del bar, le podré pedir ayuda —dijo, sintiendo que finalmente sus pensamientos se disponían a ordenarse.

 

Perdió sus ojos azules en la blancura de los pétalos que sus dedos acaricaban, calmándose, olvidando de la túnica que empapaba el asiento del local, escuchando las palabras del chico que tenía al frente y que parecía genuinamente preocupado por ella.

 

— En realidad, me demoré haciendo unos trámites y cuando la lluvia se desató, quise buscar refugio aquí, este negocio le pertenece a mi madre —explicó, dándose cuenta que el temblor de la voz poco a poco disminuía, aunque claro, aún noera capaz de mirarlo tan directamente a los ojos —, gracias por la rosa, en general, me gustan mucho las flores.

 

Quiso sonreírle pero el empleado del bar la distrajo y ella enseguida buscó el inicio de la solución a sus problemas.

 

— Perdona, ¿crees que podrías prestarme alguna túnica de mamá que seguro ha guardado en el despacho o algo, soy Maida Ivashkov —le explicó al bartender—, soy hija de Lyra Selwyn Ivashkov.

 

Los ojos del empleado se abrieron de par en par y en cuestión de dos minutos, traía entre sus manos un bulto de ropa seca para la bruja, que se excusó de Marco, por unos minutos mientras se cambiaba en los servicios del local. Una parte de ella, esperaba que el chico se aburriera de esperar y la dejara sola, sin embargo, quería ser capaz de realmente agradecerle el gesto de tuvo de ayudarla. Mientras se colocaba la túnica seca en el cuerpo, y exprimía su cabelllera para tenerla al menos sin tanta agua, sonrió frente a su imagen en el espejo. No importaba que tan mal estuviera el día, siempre podía contar con su suerte para poder darle vuelta a las cosas.

 

Quince minutos habían pasado, hasta que al salir, aún lo vio sentado en el taburete del bar frente a la rosa blanca que le había obsequiado, bebiendo su propio chocolate, que ahora seguramente estaba tibio. Se acercó a él con paso lento, ya con una túnica negra seca, y gracias al cielo también comoda, su mamá y ella no siempre compartían los mismos gustos en ropa. Como en el color de hoy, un tono muy oscuro que generalmente ella no utilizaba,

 

— Perdone la demora —dijo antes de acomodarse en su asiento una vez más—, la verdad es que tenía que acomodar más cosas que simplemente la ropa, afortunadamente el golpe no me ha hecho ningún moretón o cardenal, es sólo un poco de dolor muscular que seguramente mañana será inexistente.

 

@@Marco Alcott

[Marco Alcott]

Lo había tomado por sorpresa tanto a él como al mozo que los atendía al saber que era hija de la dueña de aquel lugar, pera el joven vampiro era un alivio ya que significaba que ella estaría bien y mejor aun al ver que ya traían ropa para su compañera por lo menos no se enfermaría ni nada.

 

Observaba a la joven marcharse tomando aquellas para túnicas para las, mientras el bebía aquel chocolate, era gracioso siempre se encontraba con mujeres y cada una era muy diferente. Y esa chica había sido la única mas adorable que mostraba una hermosa pureza completamente además transmitiendo en el paz . inmerso en aquellos pensamientos aparece nuevamente ella ya de buen aspecto como si nada le hubiera pasado ,se ubicó de nuevo frente a el y sonriendo se dirige a ella- eres rápida Maida ,por cierto con todo esto no me presente me llamo Marcos Alcott es todo un placer así que me tiene a sus servicios- toma su mano y la besa- me deja tranquilo que este bien y que esto es de su familia salvo que mi pregunta es si quieres que te acompañe ya es tarde y podría ayudar para que llegues rápido a tu hogar-esperando una respuesta vuelve a beber ya el ultimo sorbo de aquel chocolate.

 

Estaba interesado en entablar una charla con la joven a pesar de su timidez la observaba como alguien interesante con rasgos muy particulares que llamaban su atención .habia sido un buen accidente para conocer a tan interesante dama.

 

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[Maida Black Yaxley]

Cuando el mago se presentó, Maida le respondió al gesto de brindarle su nombre con una sonrisa, pero al sentir que tomaba su mano y encima de todo, posaba sus labios sobre la piel, no pudo evitar dar un respingo con el cual, la mano salió del contacto casi dándole una bofetada suave, y haciendola sentir un poco fuera de lugar. Se llevó ambas manos a la boca, incapaz de disculparse por la torpeza que acababa de cometer.

 

— Perdón Marco, yo no ...yo no quise —se atropelló con las palabras, mientras a él no parecía importarle aquello y es más le ofrecía acompañarla a su casa. Sus rostro se había encendido por completo, completamente avergonzada, retiró sus manos de la boca, dejandole ver el temblor en sus labios, y el brillo de sus ojos, anegados en lágrimas de culpabilidad—. Perdón nuevamente, ha sucedido mucho el día de hoy, no sé ni cómo me tengo en pie.

 

La Ivashkov comenzó a girar sus manos, como si las estuviera lavando bajo un chorro de agua, tratando de pensar en una manera más eficaz de pedirle disculpas.

 

— Si, claro, le agradecería mucho que pudiera llevarme a casa —añadió de pronto—, seguramente el empleado se encargará de decirle a mi madre que estuve aquí.

 

@@Marco Alcott

[Marco Alcott]

Ríe gracioso tras lo sucedido pero al ver una lagrima en aquella joven tan preocupada –tranquila no te pongas así no pasa nada ni dolió , tranquila de verdad- con su dedo pulgar sacaba la lagrima de la joven .

 

El vampiro pensaba gracioso luego de lo sucedido quería volver a ver a la señorita por lo cual recordó que había escuchado que se daría un gala navideña así que se predisponía a invitarla-pensándolo bien te perdono con una condición y solo así te acompañare a tu casa-sonreí gracioso ante la dama- quisiera que aceptaras ser mi pareja para la gala de navidad no conozco a chicas tan interesantes como vos para llevar –

 

Esperaba una respuesta favorable mientras se levantaba de su asiento para marcharse con o sin ella según fuera la respuesta ,aunque realmente quería acompañarla no le gustaría que le sucediera algo a tan bella señorita ,

la miraba ansioso y preocupado porque no respondía? , porque lo pensaba? a lo mejor había dado mala impresión ,en el se desataban miles de dudas. queri volver a ver aquellos ojos azules

 

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[Lyra Katara Selwyn]

Estaba comiendo en mi oficina un pedazo de rosca de reyes, pan que había conocido en un viaje a México. Era una fortuna tener el haz de la noche como medio de transporte, solo tuve que abrir el portal para ir a una panadería y traerla, ya que solo se conseguia en fechas cercanas al día de reyes, una tradición principalmente de España y muchos países de america latina.

 

Me entere que Maida estaba en el local, ¿en la cafetería o en el bar? No me acordaba de esa parte, pero no tarde en ir hacia donde estaba ella y su acompañante, finalmente encontrados en el bar.

 

-¿Te dieron la ropa, Maida? Aunque tendrá que ser una túnica nueva de la tienda, sabes que yo suelo usar ropa muggle, deberías intentarlo.- Le comenté, mirando a su acompañante.-Perdone la interrupción, caballero. Soy Lyra Katara Selwyn o mejor dicho Lyra Katara Ivashkov.

 

Sabia que mi hija conocía la ropa muggle a la perfección por el tiempo en que vivió con su padre, pero a lo mejor por eso no le agradaba tanto. En cuanto a mi, solo utilizaba la túnica que formaba parte del uniforme de la logia.

 

Espere la respuesta de ambos, deseando no interrumpir. En caso de que no le faltara nada a mi hija, me iría a seguir comiendo la tan preciada rosca de reyes.

 

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@@Marco Alcott

[Maida Black Yaxley]

Sólo una adivina como la vieja Circe podría saber como, en pleno estado de shock por el contacto del dedo pulgar de Marco sobre su mejilla, ella logró seguir escuchando lo que él le proponía. Llevarla sana y salva a casa era una cosa, pero, invitarla a la Gala de Navidad, era otral, otra totalmente fuera de las posibilidades que Maida podía ofrecerle. Ella jamás había asistido a alguno de esos eventos extraños, ni siquiera cuando estaba con...no, jamás. Su mente evitó casi a propósito mencionar su nombre. Iba a contestarle, más por temor a parecerle aún más torpe que por convicción, cuando el rostro familiar de su madre se apareció ahí mismo.

 

Maida apenas atinó a ruborizarse un poco para poder contestarle.

 

— Buenas, Mamin... —pero se interrumpió, no fuera que Marco la viera aún más infantil si oía el apodo que le tenía a su madre—, si, gracias, me han ayudado por completo, la verdad, no entiendo como es que salí de casa sin mi varita.

 

Exhaló, y su rostro perdió todo color cuando se dio cuenta que había comenzado a hablar y aún no los había presentado. ¡Estaba tan en la luna ese día!

 

— Él es Marco Alcott...mi....mi —y su mente se quedó en blanco—...él es mi ...es mí pareja para la Gala de Navidad —en ese preciso instante, la Ivashkov habría preferido quedarse muda, había aceptado la invitación de la manera más inusual que podía existir— eh...no, claro que no interrumpes nada. Ella es mi madre —dijo dirigiendose a Marco, pero sin atreverse a buscar sus ojos—, Lyra Ivashkov.

 

Se había puesto tan de los nervios, que había pasado por completo que su propia madre ya se había presentado. Sin darse cuenta, una vez más, buscó desesperada al empleado de Lyra para ver si la rescataba con un refrescante vaso de agua, o una chimenea con conexiones de Red Flú, lo que tuviera más a mano.

 

@@Marco Alcott @@Lyra Katara Selwyn

[Kathy Daray Van Halen]

Avery Harnois

 

Sola, nuevamente enfrentaba ese triste vacío de la soledad en que no tenía ni idea de qué había pasado antes. No sabía si quiera si había despertado hace mucho, es más ¿acaso había dormido? ¿Había comido algo? No llevaba cuentas de días ni de horas, estaba perdida en un limbo en el cual lo único que sabía era que caminaba sin rumbo alguno por las calles aferrándose a su túnica y a aquel guardapelo que, aunque no sabía bien por qué, atesoraba con su vida entera. Algo en su memoria, un vago recuerdo quizá, le decía que debía cuidarlo con cada parte de su ser. Sabía también que de alguna forma este contenía una magia oscura que no se atrevía a develar, ella prefería quedarse con la curiosidad.

 

Recordaba también, como si de un sueño se tratara, como un elfo doméstico le indicaba que si alguna vez perdía todos sus recuerdos y se encontraba en problemas, acudiera a una bruja de nombre Lyra. Este dibujó un escudo, ella desconocía que se trataba de la antigua familia que la recibió y con cuyo patriarca inicial contrajo matrimonio antes de desaparecer ambos. Pero ¿había sido ella quien en realidad se había casado con Deiwan Rambaldi? A los ojos de todos Kathy Daray, hija de Alucard Van Halen fue quien se casó con el joven vampiro italiano. Ni ella ni nadie, salvo dos elfos domésticos de nombre Edward y Beetlejuice, se daban por enterados de que Avery y Kathy compartían el mismo cuerpo. Avery era la luz mientras que Kathy era la oscuridad. El temible Alucard quiso encerrar la bondad y todo lo bueno de la joven, pues solo así ella podía progresar en sus conocimientos y alcanzar el poder que él quería para su aprendiz e hija, de tal manera que con secretos muy avanzados logró crear el guardapelo que contendría a Avery encerrada.

 

Por alguna extraña razón Avery, quien era la única parte de ella que recordaba compartir su cuerpo con otra personalidad, había olvidado todo por completo. Vagabundeaba de arriba abajo, y a pesar de que se veía un poco cansada no dejaba de verse tan bella como siempre con sus hermosos cabellos dorados cayendo cual cascadas por sus hombros y sus brazos cubiertos por su vestido blanco de princesa. Finalmente llegó hasta donde se le indicó que Lyra podría encontrarse. No tenía muy claro qué le iba a decir o preguntar, pero al menos quería encontrarse con alguien que supiera algo de ella. Entró por la puerta y esperó a que sus ojos se acomodaran a la luz del lugar.

 

@@Lyra Katara Selwyn

Editado 18 de Enero del 2017 por Kathy Daray Van Halen

[Marco Alcott]

Las palabras de la joven hacia la sra que se había presentado como madre de la misma, lo habían tomado por sorpresa, la respuesta a su pregunta había sido respondida de una manera bastante original, algo que nunca le había pasado . Sonriendo feliz por la respuesta y por como se comportaba la muchacha le causaba ternura o un gusto especial por cómo se mostraba, pero ya era el momento de dirigirse hacia la madre de la joven.

 

Tomando su mano como era costumbre deposita un beso – es un placer señora, soy Marcos Alcott y como bien menciona su hija seremos pareja para la gala de navidad ya que por culpa de mi distracción cause que su pequeña se embarrara peor – volviendo su mirada a la bella muchacha brindándole una sonrisa

 

-bueno con la presencia de tu madre si quieres marcharte ya y que te acompañe, no tengo problema por hacerlo, así también quedamos de acuerdo sobre la gala –

 

No entendía la causa pero estaba realmente feliz de asistir al evento acompañado de la señorita que había conocido en minutos ,brindándole una ternura totalmente única con una inocencia y timidez realmente especial para el vampiro

 

@ @@Lyra Katara Selwyn

[Lyra Katara Selwyn]

Con Maida y Marco

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@@Marco Alcott

 

-¿Sin varita? ¿Cómo es posible que salieras sin una?- Le pregunté, más con curiosidad que con enojo. De inmediato llame a mi elfina personal, antes de seguir conversando con el invitado de mi hija.-Winky, trae la varita de repuesto que tengo en la oficina.

 

El joven me saludo con un beso en la mano, algo que considere como un gesto caballeroso. Vaya dilema, ¿tendría que empezar a espantar ya a los chicos para que no se acercaran a Maida? Por esta vez no lo haría.

 

-Asi que irán a la gala de Navidad, ¿verdad? Tendrá que contarme joven Alcott como logro convencer a mi hija de acompañarlo. Maida, no te irás sin esto.- Dije, tomando de la mano de mi elfina mi varita de repuesto.-Cuando hayas recuperado la tuya, dejala en mi cuarto en la Ivashkov, por favor.

 

Aun me extrañaba que no le hubiera pedido a su elfo que le llevará la de ella, seguramente no la neceisto hasta ahora, pero yo no la iba a dejar r desprotegida, por lo que tampoco aceptaría una negativa al préstamo de la misma.

 

-Espero que disfruten la gala. Gracias por hacerle compañía a mi hija.- Comenté.-Pero no pienses que te has salvado de un interrogatorio para conocerte mejor.

 

~~~*~~~

@@Kathy Daray Van Halen

En otro momento con Kathy. Avery Harnois

 

Una joven que traia un vestido como el de una princesa de cuentos de hada entro al negocio, llamando mi atención. Me encontraba en ese momento tomando una malteada de fresa, nerviosa por varias cosas, una de ellas esperando la certificación de la habilidad de metamorfomagia y la otra, pensando si llegaría a esperar tres meses antes de que alguien de Transportes viniera a activar los servicios que ya estaban cobrados hace mucho.

 

La visión de la joven cliente distrajo mi mente de una carta nada amable a a las personas encargadas de ambas cosas, ya que era muy raro que alguien vistiera asi. A lo mejor pasaba rápidamente a comprar un regalo y por eso el motivo de la vestimente. Sin soltar mi varita, como era mi costumbre y jugando con los amuletos y anillos ganados, puestos como dijes.

 

-Bienvenida a Ranas Lunares. Soy Lyra Katara Ivashkov, ¿puedo ayudarte en algo?- Le pregunté.

 

Espere la respuesta de la joven, me recordaba a alguien, pero no podía en esos momentos saber a quien. O si solo creia saber quien era.

[Kathy Daray Van Halen]

Avery Harnois

 

Al menos no tendría que buscar por mucho tiempo a la bruja cuyo nombre retumbaba en su memoria. Caminó hasta encontrarse frente a ella y con ojos suplicantes se presentó.

 

-Espero que si pueda ayudarme, mi nombre es Avery Harnois- dijo la joven rubia. En su voz se notaba un tono de duda mezclado con temor, casi podría sentirse lástima por la muchacha que parecía un cachorrito perdido. Su ansiedad hacía que sus dedos no dejaran de jugar con la cadena del guardapelo que empuñaba en sus manos. Lo abrió y extrajo de este un pequeño trozo de papel que contenía el nombre de Lyra y unos garabatos con el antiguo escudo Rambaldi.

 

-He encontrado esto en mi guardapelo, después de mucho buscar he dado con este lugar donde me han dicho que podría encontrarla. No sé qué sea esto, ni mucho menos sé de dónde le conozco, pero apenas tengo el vago recuerdo de que una pequeña criatura, un elfo doméstico creo, que me hacía entrega de esto. Sé que no es mucho, pero no poseo muchos otros recuerdos de nada más y esperaba que pudiese ayudarme con ello o brindarme alguna información de cualquier otra cosa.

 

Avery esperaba que la bruja no pensara que ella estaba loca y la corriese del lugar, al menos esperaba que le invitasen a quedarse allí un rato pues temía que empezara a llover, y siendo sinceros, ella no tenía muchos lugares donde quedarse, apenas si había podido pasar los pocos días que recordaba estar consiente. Aunque no lo decía, sus ojos verdes eran quienes pedían una cierta piedad a la bruja y a cualquier otro que se encontrara con ella.

 

@@Lyra Katara Selwyn