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El Parque de las Lamentaciones y Circ dels Joglars (MM B: 102350)


Sagitas E. Potter Blue
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Fruncí el ceño en cuento sentí las palabras de la vampiro. Lisa aparecía con su tranquilidad habitual, como si las cosas no fueran con ella o le resbalasen. Esa pasividad ficticia me ponía de los nervios, puesto que yo sabía que era mentira. Su capacidad de reacción era inmediata, rapídisima, algo que siempre me sorprendía.

-- Dile a tu Van Halen que ponga bien los relojes. Llegas tarde y punto. -- Sí, así me gusta a mí, ser boba y discutirle, cuando sé que es imposible ganarle en una discusión. Pero supongo que era como @ Lisa Weasley Delacour  y yo acostumbrábamos a vernos, siempre con ese rifi-rafe continuo. -- ¡¡Y no estoy de morros!!

Sí, lo estaba, sólo que no lo confesaría nunca. ¿Para qué, si los que me conocían, sabían que yo era así, refunfuñona? 

-- A ver, esperemos a Xell. Quería hablar de cierto objeto que... -- Tragué saliva y esperé a que le trajeran el chocolate que había pedido. Aspiré el aroma y me relajé un poco; me incliné hacia ella para hablar en susurros. En aquel momento, alguien nos interrumpió.-- ¡Vaya, ya era hora que llegar...! ¡Ah, eres tú, Heliké!

La miré a los ojos, esperando a ver qué hacía. Se sentó y me dijo que venía a hablar de un negocio. Fruncí levemente el ceño, pero después accedí a que se quedara. No sabía si a Lisa le daba igual o no que ella también fuera partícipe de lo que quería hablar, así que volví a reiniciar el diálogo. Al fin y al cabo, era mi sobrina, era de la marca y tenía tan mala hostia como yo, así que seguro que me diría que sí a lo que les iba a pedir.

-- Pues resulta que, cuando el Ministerio...

La puerta se abrió y esta vez sí, era Xell. Así que volví a colocarme la mueca de enfado y refunfuñé:

-- ¡Vaya, ya era hora que llegaras! ¡Tú no sabes lo que es respetar la hora de una cita! Ese "casi" es llegar tarde. ¡Huuuum!

Vale, ya les había demostrado que estaba cansada, furiosa, nerviosa y malhumorada. Vamos, como siempre, casi. Volví a hablar de lo que me interesaba.

-- Me dejé un objeto... importante... en el  Ministerio. Pensé que lo había recogido cuando me fui pero... No quiero que es nuevo "ministro", ese Maldito Predicador, pueda encontrarlo y hacer uso de él. Quiero entrar a buscarlo. Y hasta aquí llegó. ¿Cómo lo planeamos?

Por supuesto, ya contaba con ellas dos a las que había citado y con Heliké, por fisgona.

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- Sí, soy yo. Siento no ser la persona que esperabas... pero puedo apartarme y - me levanté y cogí la silla, pero justo en esos momentos había llegado Xell. No me hacía gracia meterme en asuntos turbios (¡tenía suficientes con los míos!) pero, cierta bombilla se me iluminó dentro de mi cabeza... ¡Claro! Sería una buena recompensa... Sin poder evitarlo una media sonrisa fastidiosa la mostré en el rostro, justo cuando en esos momentos el camarero me trajo la bebida. Apuré el vaso y le indiqué:

- Trae la botella y hielo, creo que me hará falta... tengo la impresión de que será larga la tarde - el chico asintió con la cabeza y saqué un pequeño saquito de oro que le lancé rápidamente y el mesero lo recogió con agilidad- también hay para pagar lo que consuman éstas dos (dije por Lisa y Xell) ésta tarde - y bebí otro trago más de ese whisky escocés muggle, que aunque no era de fuego estaba tan rico como el otro y a decir verdad, los nomajs tenían buen gusto para la elaboración de todo tipo de bebidas alcóholicas.

Coloqué bien la silla y crucé las piernas.

- Cosas de tu tía Xell... ni idea de lo que pretende - así que, mientras esperaba a que hablase con un par de toques de varita, extraje un cigarrillo del interior del morral de moke y lo encendí con mi arma mágica. A los segundos un ligero y denso olor a tabaco ya estaba en el ambiente- ni me bufes por fumar Sagitas... 

La dejé seguir y escuché atentamente lo que quería de nosotras. Levanté una ceja, sorprendida...

- ¿Quieres que forcemos la entrada del despacho del primer ministro para robar? ¿Por quién nos tomas? - negué con la cabeza y aún así, tenía nuevamente una sonrisa en el rostro- desde luego... grave tiene que ser ese objeto para tener que recuperarlo a la fuerza bien, de acuerdo. Yo lo haré con una condición. Que me dejes atracar un barco que he comprado y que no preguntes lo que guardo en él, además de hacer excursiones por el lago... A cambio por supuesto, tendrás el cinco por ciento del valor que traiga en las bodegas incluído el alquiler de amarre que te será entregado a final de mes, eso siendo mercancía, no personas. Ahí se rebajaría al dos por ciento... ¿Trato? Y por supuesto, crearé un seguro de accidentes por si acaso. Aunque el barco sea antiincendios y antihundimientos, no quiero arriesgarme... 

Y casi sin dejarle terminar, saqué una pluma vuela pluma y pergamino. Ésta fue rasgueando todas las indicaciones del contrato para que quedaran escritas. Cuando terminé dejé el documento encima de la mesa y volví nuevamente a guardar la vuelapluma en su sitio.

- Pero, lo que me extraña es que no hayas conseguido mover a tu gente para ello. Yo puedo hacerlo en un periquete, más que nada para conseguir información antes de hacer algo y tener las posiciones claras. Quizás hay que lanzar un par de maldiciones en el acceso y hay que tener en cuenta que ese Predicador del demonio debe tener guardaespaldas. Quizás espere un ataque o no. Pero antes de arriesgarme a más, ¿porqué es tan peligroso ese objeto? ¿no crees que ya habrán limpiado a éstas alturas el despacho del primer ministro? -pregunté, dándole una calada al cigarrillo - por mi parte, podemos ir cuando queráis por supuesto. Pero hay que planificar bien el asalto, habrá que destruír primero las defensas del Ministerio antes de acceder a él e ir directas a esa oficina... Y es más, no me apetece cargarme a nadie, es malo para los negocios - dije, elevando mis hombros y bebiendo un trago de whisky. 

 

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Aquella cafetería en las afueras del callejón, había pasado de ser un lugar tranquilo y acogedor a un reencuentro, no buscado, de viejas “amigas” Parecía y no me equivocaba que el destino estaba gracioso, pues la llegada a cuentas gotas de las implicadas en el asunto parecía poner de peor humor a la peli violeta. No negaba que eso me tentaba a picarla, pero la presencia de una rubia y mas tan cerca de mi figura, me tenia la esencia revolucionada. Habían pasado muchos años desde nuestro ultimo encuentro, pero mi parte sacerdotal, aquella que sentía removerse con ahincó, seguía cantando al mismo son que la de Xell. Odiaba admitirlo, pero era la verdad. Salude a las integrantes de aquella mesa con un movimiento sutil de mi cabeza y me centre en beber de mi chocolate.

Mi, de normal por si, expresión seria, ayudo a que nadie quisiera interferir y sacarme de mi burbuja personal. Lo que era tener una reputación, Habia sido y era una de las Hunters mas conocidas en Londres y alrededores. El alabardero que me había acompañado y estaba a cargo de mi bienestar murmuraba a través del intercomunicador lo que sucedía al cuerpo de seguridad al completo, distribuido por el circo de forma sutil. Adoraba que me quisiesen tanto y me cuidasen, como yo lo hacia con ellos, pero tener a una mosca en mi odio no ayudaba a que mi energía se aplacase. Lo mire mal durante unos segundos y este cerro el pico de forma inmediata, cosa que agradecí. No me había acostumbrado aun a tener que lidiar con varias personas a mi alrededor. Luca me mataría si supiese que me había intentado escaquear sola, una vez mas.

Los saludos iban y venían así como el intercambio de conversaciones insignificantes. Nada altamente importante como para que la Potter Blue hubiese reclamado nuestra presencia. Con la paciencia ya perdida y a punto de preguntar porque tanto misterio, fue cuando Sagitas hablo y soltó la bomba que tenia contenida en ser - ¿Que es? ¿Estas segura que esta en el ministerio? ¿Como sabes que no ha llegado hasta el ya? ¿Cuan peligroso es? Si voy a a arriesgarme a ingresar a ese sitio para ir en busca de algo, quiero saberlo todo, por si no lo recuerdas desde que saque un corpus patronus en ese lugar, estoy bajo el punto de mira, tanto de mortifagos como aurores. Mi cara había empapelado la ciudad en varias ocasiones. No me gustan las sorpresas. Una misión como esta debe estar planeada al mínimo detalle – Mi lado comandante hablo, a una rapidez y con una determinación apabullante.

La Rambaldi también colaboro en hacerle un rápido interrogatorio. Muchas de sus cuestiones estaban acertadas. Como anterior empleada gubernamental me conocía algunos trucos para ingresar a la oficina sin ser vista. Cuando Mei era la líder de aquella locura de burócratas absurdos tenia mucha utilidad tener puertas ocultas a lo largo de edificio. No tendríamos problemas en entrar, la cuestión era salir y sin dejar heridos de por medio. La secta que rodeada a aquel seudo cura era muy pasional, tanto era así que estaban dispuesto a enfrentarse a quien fuese para defender sus ineptas ideas acerca del mundo y la magia. Quise seguir con la discusión, cuando algo que deje pasar por alto segundos atrás, llamo poderosamente mi atención, prendiendo una bombilla en mi cabeza y elevando mi tensión – Alto – Mis ojos se quedaron clavados en la sacerdotisa - ¿Que significa eso de tu gente?

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No pude evitarlo y estallé en carcajadas. Negué con la cabeza ante la pregunta de Lisa...

- Perdón querida, no he querido ofender pero... - cerré los ojos durante un segundo tras lo cuál aproveché a mojarme los labios con un delicioso trago.

- Verás querida... trabajando para la oficina del primer ministro ya deberías saberlo -dije con cierta obviedad y continué con mi charla hacia Lisa- tanto en la política muggle como mágica hay magos que trabajan en secreto para los gabinetes de gobierno. ¿Te crees que en la Marca Tenebrosa no hay espías? Estoy casi segura de ello, sólo hace falta apretar un poco las tuercas y seguro que salen unos cuántos... Pero eso no es importante ahora, ya lo retomaremos más tarde. El MACUSA la poderosa organización americana de seguro que también tiene oídos en nuestro gobierno... Si Sagitas no ha tomado precauciones seguro que ya estarían informados antes de la gente común, de los edictos que ha ido publicando antes de las elecciones. Es una medida de seguridad. En el gobierno muggle el MI5 y el MI6 se encargan de todos esos asuntos, relacionados tanto en política exterior como interior... Sí aquí mi tía no ha sabido proteger información confidencial estamos en un serio aprieto, si se ha dejado algo grave e importante, también; sobre todo porque es seguridad nacional -hablaba con cierta experiencia y eso me servía para turbios negocios que me ampliaban mis galeones no declarados en Gringotts- la información es poder. Si la sabe el enemigo puede usarla en nuestra contra, puede soltar medias verdades o perjudicar a los ingleses con burdas mentiras soltadas en El Profeta o en cualquier otro medio. Los agentes secretos velan por la seguridad de los primeros ministros y reyes cuando no están de servicio en el exterior... Pero, seguro que has tenido contacto con ellos, ¿no? -miré ahora a Sagitas. Aunque a decir verdad, mucho me temía que la respuesta iba a ser negativa.

- Yo puedo ofrecerte a los míos. En cuánto dea el aviso se pondrán enseguida en marcha. Puedo desplegar a la mitad de mi gente, el Consejo Vulturi no se opondrá por supuesto, por la cuenta que les trae... - y ahora miré a Lisa - y lo mismo digo de ti. Como regente en Rumanía aunque tengas un alabardero real aquí, seguro que tendrán los oídos en todo lo que hagas para deponerte a la mínima. Nosotros debemos movernos con rapidez y actuar deprisa. Y para empezar, no deberíamos de hablar de cosas tan importantes como éstas en un lugar público, al menos, deberíamos aplicar hechizos insonoros y vigilar cualquier intrusión mágica tanto humano como animago... Son muchas variables a tener en cuenta. Puedo dar órdenes a Antinoo y a Cesarión para que se encarguen de ese trabajo. 

Y tras terminar ahora sí, con el hielo en el vaso rellené un poco más de licor y di un trago largo además de fumar un poco más. Tal y cómo pensaba, la tarde iba a ser larga.

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No me esperaba el recibimiento de la tía Sagis. Bueno, sí, ella es así, una bronca por llegar tarde aunque sea temprano, sólo si ella está ya sentada de antemano. Lo contrario no puedes hacerlo, siempre tiene una excusa. Por eso, no me molestaban su palabras de riña. Aunque esta vez sí, puesto que había dos  personas en la cita y me produjo cierta desazón que lo hiciera delante de Lisa y de Helike.

- Tú siempre tan amable, tía Sagitas. Me confundí y te fui a buscar al Circo, no esperaba que fuera aquí, en la cafetería del Parque. Para otra vez, sé más clara en tus instrucciones

Ya no era la niña que se quedaba callada. Había aprendido de la vida en el pueblo, a base de golpes, de corajes y alguna que otra escena alegre, eso no lo voy a negar. Ahora no me dejaba reñir como si fuera una chiquilla despistada.

- A ver, cuéntanos qué quieres en vez de reñirnos. - Le hice un guiño a @ Helike R V PB por su comentario con la tia sobre fumar, algo que a ella no le agradaba nada.

Escuchamos lo del objeto importante en el Ministerio; su petición extraña era de ayuda, aunque no sonó a eso sino más bien a obligación de ayudarla. Sagis era así, por lo que no le di mayora importancia. Los que la conocíamos sabíamos que ni se daba cuenta de que era una mandona. La prima me dejó anonadada con su petición a cambio de la ayuda:

- ¿Te compraste el barco? A mí no me llegaba el dinero. Debes de ser muy rica, prima. Claro que te lo dejamos poner en el lago, sería maravilloso. No hace falta el permiso de la tía. Yo también soy dueña de la mitad del negocio y te dejo ponerlo, ¿lo  sabías?

Helike le daba a todo una impresión de facilidad que casi me entraron ganas  de ir al Ministerio y recoger lo que fuera sin más, como si fuera entrar, coger lo que fuera y salir. Sin embargo, si la tía no lo había hecho es que no era tan fácil como lo presentaba la prima.

- Espera, prima, pienso lo mismo que @ Lisa Weasley Delacour  - un leve hormigueó me hizo bajar la cabeza hacia la mesa para darme cuenta que no tenía vaso, no había pedido nada de beber al entrar. Hice un gesto al camarero y señalé la taza de chocolate de la rumana para que me trajeran otra a mí. - ¿De qué se trata? No puede ser cualquier cosa si la quieres en vez de comprarla de nuevo en el Magic Mall.

Casi salté de la silla cuando Lisa pareció exaltarse, casi había olvidado lo rápido que podía pasar de ser amable a estar tensa por algo. Pero tenía razón, Helike había dicho "mover a tu gente", ¿a qué gente? ¿Se refería a los mortífagos? ¿A los miembros del Staff del circo, a la familia...?

- ¿Y si dejamos escapar algunos bichos en el atrio, para causar alboroto? - intenté decir con algo de  recelo. Seguro que decían que no era buena idea.

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Tras soltar mi petición, me quedé esperando sus respuestas. Por supuesto, no tardaron en hablar, casi a la vez, exponiendo sus dudas, preguntas y sugerencias. Me apoyé bien en el respaldo de la silla y esperé que soltaran el chaparrón de palabras hasta que me dejaran hablar. Yo sabía que tendrían mucho que decir sobre lo sucedido, sobre todo con respeto a mi cabeza y mi memoria. Así que me crucé de brazos mientras me caía la bronca de las tres y aguardé. Cuando pude ir contestando, me apuré, antes de que me dejaran sin espacio.

-- A ver, @ Helike R V PB , sí, quiero forzar la entrada del despacho del Ministro y recupera mi objeto. Os tomo por grandes amigas que me ayudaréis en lo que os pida, porque me queréis mucho y porque os puedo pagar si necesitáis algo, tanto sea en galeones como en... favores. ¡Y deja de fumar, viciosa, que apestas el lugar!

Hice un ligero aspaviento delante de mi nariz mientras pensaba en su oferta. Miré el lago y miré al fantasma, Anne, que parecía hablar con alguien que se sentaría en el banco que, desde allá, no veía; seguro que su amante guardián ya estaría allá, con ella. Seguro que le daba un disgusto si ponía un bajel dentro del lago. O tal vez le gustara, a saber...

-- Trato hecho, podrás poner tu barco ahí, en el lago, aunque si lo pones muy en el centro, no te quejes si las sirenas u otros bichos acuáticos se lo agujerean. El mantenimiento corre a tu cargo. El 5% de lo que consigas es mío, sin preguntas ni condiciones.

Salía ganando con el trato, de eso estaba segura. Heliké seguía hablando sobre la forma de entrar en el Ministerio y se las daba un poco de "yo puedo, sin problemas". Susurré un "fantarrona" porque intuí que le parecía que todo iba a ser muy sencillo cuando, en realidad, no iba a ser así.

-- Sí, sí, ya lo sé que tenemos que plantear todo al mínimo detalle. Pues sé que no lo ha encontrado porque lo dejé en una habitación oculta en el despacho del Ministro, junto a uno de mis espejos comunicadores y lo veo allá aún, sin tocar. En los dos meses que lleva de mandato, aún nadie entró en ese sitio.

Me quedé mirando a @ Lisa Weasley Delacour  y después a Heliké, completamente perdida de lo que hablaban. ¿Qué decían el MI5, de los servicios de espías, de... mi gente...?

-- ¿Lo cuálo? -- en realidad, no entendía nada de lo que decían. Esperaban que me lo explicaran, pero es que no tenía tiempo. -- A ver, callarsus. Se trata de la poción creadora de los falsos recuerdos. La he perdido y es muy valiosa, tanto que sólo existen dos en el mundo entero y yo me dejé la mía allá dentro. ¿Me vais a ayudar o vais a ayudarme?

Creo que era lo mismo. @ Xell Vladimir Potter Black  parecía reírse de mí, pero estaba tan cansada que ni ganas de reñirle me dieron.

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Lisa

 

Al tiempo que Helike comentaba que allí no estábamos seguros, o al menos, no del todo, actué en consecuencia. Con un movimiento de cabeza, envié a mi alabardero a hacer una exploración mas exhaustiva de la zona. Así mismo active el anillo contra oídos indiscretos y lance al aire un encantamiento que nos cubriría de gente indeseable.

Me salio la vena guerrera y no podía, ni quería, refrenar mis instintos. Pues estos eran los que me habían salvado la vida en mas de una ocasión. Entre el fanfarroneo de una, las prisas de la otra y la rubia, que no aportaba mucho, pero que seguía influyendo en mi esencia, no hacíamos uno, y si este plan continuaba hacia delante, debíamos centrarnos y dejarnos de estupideces. ¿Porque iba a ayudarla? Porque sin mi no tenían opción y porque el ministerio londinense ya había hecho las cosas suficientemente mal para una década entera. Aquel párroco con infulas de poder no sabia mantener una iglesia, como para hacerlo con un país,

- Vamos a ver – Exprese, mientras adelantaba mi cuerpo para hacer mas hincapié en mis palabras – Punto numero uno, no uses la carta de “me queréis” porque es muy injusto por tu parte, por no decir, rastrero. Bien sabes que ingresar al edificio gubernamental es casi un suicidio, mas con la cantidad de embrujos y protecciones que yo misma cree en su día – Si, la estaba atacando, pero no me había dejado otra opción. Tenia que ponerle los puntos sobre las ies y dejarle en claro que aquello no era una broma o una simple excursionismo al zoo del pueblo. Nos estábamos jugando la vida, la reputación y sobre todo la libertad.

Mis verdes ojos seguían fijos en la mujer de pelo violeta – Punto numero dos, si es tuyo, tienes pruebas contundentes de que es así, ¿Porque no entras al lugar, como cualquier persona y lo pides con respeto? - Era quizás una de las soluciones mas factibles en cuanto a lógica, no obstante, yo misma sabia que había algo mas allá para que la bruja no quisiese hacerlo por las buenas. Cosa que me inquietaba, porque entonces no nos estaba diciendo toda la verdad – El que quieras arrasar con todo, me dice que hay algo raro en el ambiente. ¿Me podrías, amablemente, explicar que es o porque es tan valiosa esa cosa? - Añadí el amablemente por respeto, vaya.

- Y punto numero tres, como regente de Rumanía, tengo espiás, esbirros e incluso agentes dobles dentro de los cuerpos de seguridad de esta ciudad. Toda precaución es poca en los años que corren, no obstante, son parte de mi gente, mi familia, mis amigos, no los pienso exponer y mucho menos atacar falsamente si esta idea no surte efecto como planeamos – Como alguien tocase a alguno de los míos, iba a quedarse sin algún miembro corporal y seguramente uno que fuese muy útil – La idea de Xell – Su nombre en mis labios aun ardía – Me tienta. Crear una distracción en el hall puede servir para ingresar sin que se nos preste mucha atención – Mi parte que era comandada por el fuego estaba en alza.

Editado por Lisa Weasley Delacour

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Sonreí por su regañina por fumar, negué otra vez y aproveché para tomar otro trago del whisky que había pedido. De momento aún estaba la botella entera y suerte tenía ser vampira, el alcohol en nuestro cuerpo se asimilaba mucho más rápido que un humano normal y corriente (?)

Y al menos me dió cierta alegría al ver que, Xell también tenía parte en el negocio y me daba su permiso.

- Bien, excelente, entonces el cinco por ciento de lo que recaude en mis bodegas os lo repartís entre las dos. Tal y cómo estipula el ministerio o estipulaba la mitad de las ganancias en nuestros locales - dije con sorna. Si mi tía pensaba que salía ganando estaba bastante equivocada de hecho. Podía pedir más, cierto, pero tampoco era cuestión de llamar demasiado la atención de ciertas agencias por las cosas que pudiese llevar en bodegas. Ya tenía ciertos planes para ese barco así que, mientras se adecuaba en los astilleros muggles, ahi las cuatro, seguíamos dando ideas.

Mientras la ex- ministra hablaba saqué un pergamino y tinta he indicaba en él las condiciones de lo pactado... En cuánto terminé le dije tanto a Xell como a Sagitas.

- En cuánto terminemos - vi que Lisa empezaba a poner protecciones cosa que me alegré- quiero que vosotras dos firméis aquí lo que hemos hablado, después os haré llegar una copia de éste pergamino de lo pactado. 

Para mala suerte de la pelivioleta yo tenía un oído bastante bueno gracias a mi habilidad vampírica. Y buena suerte para mí que le escuché susurrar esa palabra...

- De fanfarrona nada - protesté por lo bajo - cada edificio tiene sus partes débiles. Conductos de respiración, salidas de aire... cañerías... Obteniendo los planes del lugar podremos mirar... - Lisa había comentado la seguridad que ella misma había puesto- pero supongo que por poner señuelos no habrá problema. Lo de Xell me parece buena idea. Yo tengo un dragón, pero pensarán que habrán sido los búlgaros otra vez y no vamos a liarla de nuevo con otra guerra por otras cosas... Si Lisa puede bajar durante unas horas las defensas Ministeriales estaría bien, pero piensa que, quizás las hayan reforzado -llevé una mano a mi mentón, pensativa- sí, señuelos, animales... podría ser factible. En mi monedero llevo una puerta evanescente que, si la colocamos en una oficina, nos llevará hasta el dragón verde por si tienen los hechizos antiaparicion activados. No pienso arriesgarme a sufrir una despartición por querer salir de ahí pitando y que al final, nos pillen en San Mungo o en la Clínica familiar...

Escuché a la pelivioleta y levanté una ceja.

- ¿Arriesgarnos tanto por una poción? - bufé y le di una calada al cigarrillo. Escuchaba a Lisa hablar y no pude evitar soltar una expresión que refundaba sus palabras- en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es la más lógica... O algo así decían los muggles en cuánto a la ciencia -hice un movimiento con mi mano - me extraña que, por esa poción peligrosa, porque lo es... es como dice ella - señalé a Lisa - pides permiso para entrar y todos tan contentos. ¿Hay algo más que ocultes en esa habitación aparte de eso? No sé, objetos prohibidos por el Ministerio; oro, objetos de gran valor histórico mágico... No dudo que ese brebaje sea bueno para confundir al enemigo, pero incluso conociendo los ingredientes se puede hacer otra. Recuerda que yo fui profesora de pociones en la Universidad, puedo destilarla para intentar averigüar que ingredientes lleva - comenté, elevando mis hombros. 

 

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  • 9 meses más tarde...

Respire profundo mientras me acomodaba en mi escapada. De que sirve ser agente del caos si tengo que quedarme dentro de la Mansion y no salir. Porque ya incordiar a los elfos poco tenia de gracioso...y mas si era tan facil....y claro echarle posiones crece berrugas al desayuno de Sagitas ya era chiste cotidiano. Asi como lanzarle globos con agua....echarle aceite al suelo para que resbalara y se diera un buen golpe en las pompis. Pero como buen Mini-Sean queria llevar mas alla mis planes, a fin de cuentas estaba restringido a los "dominios" de Sagitas y los dominios es un termino demasiado amplio. Asi que me propuse a probar esa hipotesis. De seguro al no notarme en la mansion se preocuparia...o tal vez alabaria su buena suerte. Claro esta...hasta que yo hiciera mi diablura. 

Asi que despues de hacer mi labor de investigacion y prestando oido a todos lo que se comentaba en la Ojo Loco fui trazando mi plan y rodeando en marcador rojo aparecia el Circo. Sin duda por las posibilidades que ofrecia. Ya despues pues los demas negocios siempre podria intercambiar papeles en lo de la agencia de viaje para que asi alguien que fuera a Paris...pues acabase llegando a Tumbuctu. Pero regresando al circo nada como aprovechar y salir hecho pelota dentro de las provisiones y mercancias que desde la mansion ahi se dirigian en un dia especifico. 

En fin, y regresando al comienzo de la revision. Una vez dejadas las provisiones sali de mi escondite. Nunca habia visitado el Circo, asi que tendria que ir flotando con cuidado. Lo principal es que mi teoria habia sido acertada. mientras estuviera en los dominios o cerca de Sagitas estaba hecho a plena capacidad. 

-Dejame husmear un poco y si....-sonrei mientras me fortaba las manos- despues que empice el SHOW.

@ Sagitas E. Potter Blue

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El circo era un caos. El problema de tener tantas cosas pendientes, entre negocios-mansiones-bando y la familia (último no, pero así ha salido en la enumeración) era que descuidabas todo un poco y se hacía la anarquía. Cuando llegué al Circo, los miembros del staff estaban en plan relax, fumando y jugando a los naipes explosivos. Los animales campaban por todo el lugar como si los rediles no existieran y en la cantina... ¡Por la Diosa Oscura, en la cantina...! La gente parecía deambular por él, sirviéndose platos y lanzando los vacíos al suelo, tirando vasos y gritando como si estuvieran posesos. Carraspeé para hacerme notar, pero nadie pareció darse cuenta. Allá hacía falta mano dura.

-- ¡¡EJEM!! -- volví a decir, subida a una de las mesas de madera. Casi clavé uno de mis tacones en ella. ¿Cómo se me había ocurrido ir allá de forma elegante? Sí, vale, había pensado cambiarme en mi carromato. Pero no me había esperado aquella situación en el negocios. -- ¿Es qué estamos de vacaciones y no me he enterado?

Sí, repliqué de mala manera, pero hay que tener en cuenta que ya estaba harta de que la gente se fuera burlando de mí. No tenía bastante con aquel desastroso poltergeist en mi mansión como escaparme al circo y encontrarme aquel desbarajuste.

-- ¡Todos en pie! Revisión en 10 minutos, animales aseados en sus habitats, todo recogido y limpio. Revisión y ensayo general. Y quien no esté listo, será despedido.

No hice caso a los silbidos de enojo a mi espalda cuando me di la vuelta. Me dirigí a la rouloutte y tiré la chaqueta y los tacones sobre la cama. Por cierto, deshecha. Así la había dejado la última vez que estuve en ella y aún seguía igual. Después me dirigí al baño. Tenía 10 minutos para ducharme y ponerme la ropa de trabajo. No podía perder el tiempo. El agua seguro que me relajaría.

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