♔ The Ramen Kingdom ♔ (MM B: 106259)

[Roman A. Gaunt]

Huang Taki-Tou
Elfo

Sus grandes ojos vieron caer el cuerpo de Takeshi, enmedio de bruscas convulsiones de dolor y golpeando duramente el suelo. Por un instante el elfo quedó paralizado ante lo que el mismo había buscado, observando aquélla escena de horror hasta que pudo apartar la mirada, sintiendo en el fondo de sus entrañas el nacimiento de un ligero remordimiento. Muy ligero, pero también muy presente dentro de él en ese momento.

El Gaunt era un mago fuerte, diestro, poderoso y purasangre, y parecía ser totalmente consciente de ello porque no se andaba entre las ramas; pero hasta ese momento Taki-Tou no había medido el alcance de la situación de lo que habría podido ocasionar con su plan de muchas fases. Se sintió acobardado por un momento, a sabiendas de que no podría hacer frente a la culpa de haber causado una muerte, aún cuando el oriental bien merecida tenía la reprimenda. El solo había querido que lo pusieran en su lugar.

Y afortunadamente el mago no fue mas allá de la tortura cuando parecía tener el deseo de exterminar a Takeshi, devolviéndole al elfo su consciencia tranquila. Si, tranquila y sin culpa alguna, aún cuando dejaron al pobre oriental en el suelo al trasladarse a las instalaciones del Gaunt dentro del restaurante; lo único que preocupaba a todos era la salud de la señorita Grindelwald, pues apenas la conmoción había pasado, ella había desmayado en los brazos de su amado mago.

Se veía mal, y su condición era desfavorable, y ello era la único que había detenido las miradas recliminatorias de Tofu, quien era el mas allegado a la bruja. Taki esperaba que el llegase a entender, para que la amistad entre ambos no de viese afectada, que todo lo que había causado era, en primera instancia, detener a Takeshi con la contaminación, a base de pociones experimentales, del cuerpo de la rubia. Tan solo esperaba no haber actuado demasiado tarde.

Ella no recobraba el conocimiento, y el Gaunt se le veía más que nervioso. Les ordenó traer al oriental, aún en su estado, y así lo hicieron. Al regresar por el a los jardines, apenas recobraba las fuerzas y había logrado sentarse a duras penas. Dio una sacudida al verles aparecer, pero al mencionar el nombre de la Grindelwald comprendió lo que pasaba y no puso objeción en ser llevado ante la presencia del Gaunt nuevamente.

Al ver el estado de la bruja Takeshi cobró fuerzas y el elfo vio la pena que invadió al oriental. No se acobardó ante su verdugo, y le mandó a él por el antídoto. Fue a buscar el bolso, notando en el viaje que Sang ya no estaba en el almacén, y regresó lo más rápido que pudo. Puso la bolsa en manos del Gaunt directamente. Taki-Tou notó que le miró antes de abrir el frasco que Takeshi le indicó, con la duda brillando en sus pupilas; dudar del hombre que había envenenado a su novia le demostraba como un hombre cuerdo y prudente.

Pero en ese momento no había que temer, y para demostrárselo el elfo abrió el frasco y olfateó la poción, logrando percibir el aroma de varias plantas e ingredientes curativas. Además, Takeshi parecía realmente acongojado por la bruja, aunado a eso que cualquier otro paso en falso podía causarle la muerte en manos del Gaunt, no había otra razón para pensar que aquélla fuera otra treta del oriental. Taki-Tou asintió con la cabeza hacia el rumano, y puso la poción en su mano.

Roman Gaunt

La mano le temblaba, deseando volver a empuñar la varita contra aquél hombre, pero en ese momento lo único que le importaba era hacer volver en si a Galery. Tomó el frasco azul de las manos de Taki-Tou, aún habiendo un dejo de duda en su interior pero en una ocasión como esa lo único que podía hacer era un salto de fe. No había tiempo para más, por lo que, tal y como le indicó aquél hombre oriental, dejó que tres gotas del antídoto fueran a la garganta de la Grindelwald.

---Vamos, mi luna, despierta ---susurró, tomando su cuerpo en sus brazos, sosteniendo su cabeza verticalmente para que el antídoto resbalara más rápido e hiciera efecto. El corazón parecía no latir dentro de su propio pecho, a la expectativa también de la reacción de la húngara; estaba completamente paralizado por la sola idea de perderle por segunda ocasión, y esta vez para siempre. Sin haberle dicho que la amaba, sin haberle propuesto una vida junto a él, sin haberle hecho saber toda la verdad.

Fueron segundos eternos hasta que los pálidos labios de Galery comenzaron a recobrar su color, al igual que su rostro. El pulso volvió a la normalidad y junto con el suyo, su corazón volvió a latir con fuerza...

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[Galery Grindelwald Malfoy]

La escena parecía un afiche recortado, de un libro cursi de historias de amor para pubertos, era la verdad, pero Galery estaba muy afectada por las pocimas experimentales de Takeshi, para poder notarlo, siempre se burlo de esas cosas, pero desde que Roman Gaunt apareció en su panorama, se veía involucrada con frecuencia en ese tipo de situaciones cursis y ridículas; en esta ocasión se trataba de su vida, vida que realmente no disfruto los meses en los que el rumano se había desaparecido de su vida, pero eso él no lo sabia, y quien sabe si algún día reuniría el valor para decirle, que sin él, su vida carecía de sentido.

ni siquiera su misión importaba tanto ya, para ser honestos, desde la repentina aparición de su familia, un gran peso había resbalado de sus hombros, ahora no estaba segura de los verdaderos motivos de su padre para casarla con ese familiar, que aún no tenia el disgusto de conocer, ahora realmente nada importaba, ni siquiera la posibilidad que lo que pasaba ahora, era producto de su mente, igual que tantas otras situaciones que inconscientemente creaba, donde él aparecía, para decirle que la amaba y que estaba arrepentido de hacerla sufrir tanto-

El cálido liquido resbalo por su lengua, produciendole un ligero cosquilleo, llenando sus pulmones de aire y disipando se extraña bruma que parecía cubrir su razón desde hacia un par de meses, tosió un poco antes de abrir los ojos, quería retener solo un poco mas esa tibieza de sus brazos, donde se había sentido segura por única vez en su vida, fue su aterciopelada voz, la que la hizo reaccionar y comprobar que no era un sueño, él realmente estaba ahí; fue entonces que la cascada de recuerdos golpeo como bofetadas en su rostro, sus ojos se perdieron por un par de instantes en ese azul exquisito y frío, como el hielo le los lagos de Hungría.

- realmente eres tu, as regresado - susurro con un brillo poco común en sus ojos verdes, no dijo más, por miedo a haber escuchado mal, y que fueran sus deseos locos de ser amada por ese hombre, los que le jugaran la cruel broma, de hacerla creer que le hablaba cariñosamente, y preocupado, se sostuvo de él para ponerse de pie, y concentrar sus emociones en Takeshi, empuño su varita y la clavo en su garganta, lastimandolo un poco - como te atreviste? Confié en ti Takeshi! como en pocas personas, y así recompensas mi fé? Me eres tan despreciable, que considero un desperdicio de magia, si te castigo, considérate despedido - se aparto de el y le dio la espalda.

los elfos estaban nerviosos también, la voz le temblaba y las manos parecían no ser las suyas, seria que aun estaba débil por los efectos de la poción, o seria la rabia, la emoción y su corazón que hacia que su voluntad flaqueara frente a esos hombres, a uno le amaba, al otro lo llego a llamar *Amigo* y eso para él debió estar para serle leal, se apoyo sobre el respaldo de un sillón y respiro - necesito aire fresco, discúlpame Roman, tengo que salir y, gracias, te debo la vida o tal vez mas, nos vemos en tu castillo, asta luego - susurro para no dejar escuchar el quiebre de su voz, cerro los ojos y visualizo el jardín del castillo Grindelwald, fue envuelta por una bruma oscura y desapareció.

Takeshi Kaeshiro

Su cerebro martilleaba y su corazón dolía por las violentas palpitaciones, no podía decirse que tenia miedo de morir, tenia miedo de haber causado un daño irreparable en la bruja, deseaba acercarse y cerciorarse de que la dosis era suministrada adecuadamente, aun no comprendía que había salido mal, la había probado ya con docenas de clientes y todos estaban sanos, a no ser que había algo más fuerte que los efectos de esa poción, algo que luchara contra ellos, al grado de debilitar mortalmente al huésped, que poderoso era el amor real, medito el chino, mientras veía como se recuperaba lentamente la Grindelwald.

Se alegro al ver que abría los ojos, mas aún al verle ponerse de pie, lo que siguió después, fue su peor pesadilla, leía en esos ojos que tanto le gustaban, el odio y el desprecio, más aún, el dolor de la decepción, fue lo que le dolió, jamás creyó que la rubia sintiera algún afecto real por él, conociéndola, sabia de su desprecio por los sangres sucias y los seres sin magia, ahora comprobaba dolorosamente, que ella, sentía afecto por él, y que el est****amente, lo había echado a perder.

- Galery por favor, déjeme explicar!! Lo lamento!! no me eche de aquí esto es todo lo que tengo - grito con desesperación, no mas por miedo a verse en la calle, por miedo a no lograr su perdón.

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[Roman A. Gaunt]

Roman Gaunt

La Grindelwald se había marchado y el rumano no intento detenerla. De alguna u otra forma entendía que necesitaba espacio para despejar su mente y dejar que pasaran los últimos estragos de las pociones que había ingerido todo aquél tiempo; Takeshi había hecho un esfuerzo ridículo y humillante pidiendo el perdón de la rubia, pero esta se había negado a escucharlo más, dejándoles a solas nuevamente. Roman le dirigió una mirada de desprecio al oriental, con ganas aún de matarlo allí mismo.

---Tofu, dirígete al castillo Grindelwald e informa de la situación a Coin; necesito que estén al tanto de todo para que se encarguen del óptimo cuidado de Galery.

El elfo desapareció inmediatamente después de asentir y mostrar una reverencia al rumano. Takeshi aún no se recobraba de la pesadumbre que le había causado la reacción de la bruja, pero no dio más síntomas de debilidad ante el Gaunt a pesar de que este podría hacerlo escarmentar una vez más. La húngara le había despedido justo antes de desaparecer, y Roman vio muestras en su rostro de querer irse al no tener nada más que hacer allí, más el rumano tenía otros planes.

---Siéntate Takeshi ---su voz careció de expresión, pero sonó enérgica. Rodeó el escritorio y él mismo tomo asiento en su cómodo sillón reclinable. Cavilaba en todo lo sucedido, y habiendo controlado la furia, se dio el lujo de hacerlo con la cabeza fría. Frente a si mismo veía a un hombre, de familia mágica pero sin una gota de magia en sus venas; no obstante, había llegado lejos sin ella; leyó la duda en su expresión, y antes de que dijese cualquier cosa, sus labios se abrieron de nuevo

---Créeme que nada me gustaría más que hacer que te retuerzas de dolor una vez más, pero reconozco cuando una mujer labra en un hombre el peor de los castigos con tan solo darle una muerte moral ---borró la imagen evocada de su padre en su mente, y continuó tras una pausa ---, de modo que puedo darme cuenta de que nada de lo que yo haga provocará en ti mas dolor, y entonces ¿porque perder el tiempo?

Frunció el ceño y miró hacia otro lado de la habitación. Taki-Tou aún se hallaba allí, aguardando, y entonces recordó que el incidente le había negado probar aquéllos platillos que el elfo le había preparado ---Huang, me gustaría de verdad comer algo ---aquéllas palabras fueron suficientes para deshacerse de él un momento, quedando completamente a solas con Takeshi. Volvió su cerúlea mirada nuevamente hacia él.

---Tienes la habilidad ---le concedió tras un momento ---. Muchos tienen el talento, pero jamás demuestran tener una pizca de habilidad para engrandecerlo... pero tú, squib, la tienes. Y resulta que a mi me favorece tu habilidad ---esbozó una sonrisa apenas perceptible ---, y resulta también que yo puedo ofrecerte muchas cosas que ambicionas, porque se qué es lo que motiva a un hombre habilidoso y esa es la ambición; y veo ambición pura reflejada en tus ojos---hizo una pausa sin dejar de mirarle fijamente a los ojos ---. Entonces, que te parece si dejas de lado todas estás... estu.pideces en las que has estado desperdiciando tu tiempo, y prestas oídos a una buena y real oportunidad?

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[Galery Grindelwald Malfoy]

Takeshi Kaneshiro

 

Lentamente caía en el gélido lago del desprecio, la bruja marcó su sentencia y parecía ser inapelable, que importaba ahora el dolor físico, que ya ni siquiera sentía, era el ser más vil y despreciable y la rubia ya lo sabía, se maldijo a sí mismo, y al momento en el que creyo que por medio de pociones, lograra que la Grindelwald lo amara, o que por lo menos se olvidara del rumano, pero la sola presencia de ese hombre había tirado por tierra todos sus planes. Se puso de pie lenta y pesadamente, con el dolor del orgullo hecho trizas y sin ánimo de encarar de nuevo a Roman Gaunt.

 

La vio partir, y con ella su esperanza de una mejor vida, si, esa mujer no solo representaba el amor que el hombre quería, sino el estatus social, detro del circulo de magos, los magos mas poderosos del mundo mágico, saldria de ahi, con las ganancias de su vida y sus cuatro extremidades completas, si es que tenia suerte, pero de alguna forma estaba seguro que el rumano lo destrozaria, él lo hubiese hecho, exhaló y se irguió, dio la cara al Gaunt y espero su sentencia, viéndolo a los ojos y quizá maldiciendo, por tener todo lo que él añoraba.

 

sin embargo lo que escucho lo tomó por sorpresa, jamás espero que le perdonase la vida, y menos aún que quisiera tratar con el algun trato, seria una trampo? quería hacerle sufrir más, mostrándole la posibilidad de seguir ahí, de seguir cerca de ella, y poder verla, aunque ella jamás lo voltease a ver de nuevo, solo por esa posibilidad sopeso la propuesta del mago, aunque debía irse con pies de plomo, ya no contaba con la confianza de ninguno de ellos, y tampoco estaba dispuesto a ser una especie de sirviente.

 

- lo escucho - murmuró finalmente ante la propuesta del Rumano, la curiosidad era ahora parte de ese paquete de posibilidades que se presentaba inesperadamente frente a él.

 

 

 

 

Semanas después

 

 

 

El oriental termino de cubrir la fosa, aunque solo seria una solución momentánea, planeaba regresar por la noche para disponer del par de cadáveres como era necesario, afortunadamente solo eran un par de turistas que cometieron el error de toparse con el oriental, en el concurrido Londres, donde el chino, había acudido para surtirse de ingredientes para continuar con sus planes, afortunadamente el rumano le permitió quedarse, y si, le pasaba reportes de sus descubrimientos, pero Takeshi aun albergaba la esperanza de lograr sustraer la varita de alguno de los asiduos clientes del Ramen Kingdom.

 

Se escurrió por el jardín sin ser visto por los elfos, que desde aquel incidente, lo vigilaban cual perros guardianes, sin embargo el squib era hábil y talentoso, la poción se encontraba a salvo, y lista para ser probada en alguno de los magos que acudirían ese día a degustar los deliciosos platillos, lo que el oriental sabia, era que si el mago o bruja en cuestión no era compatible con alguno de los ingredientes, fallecería en un par de horas. Justo en ese momento, un cliente comenzó a toser y a quejarse de fuertes dolores musculares, el oriental sonrió maleficamente, pronto seria poseedor de la varita de ese desdichado; los engranes del plan comenzaban a girar.

 

 

 

 

@@Roman A. Gaunt

@Juv Malfoy Crof

@@Stephen Malfoy

Editado 12 de Noviembre del 2015 por Galery Grindelwald Malfoy

[Kahlan Blackthorn]

-¿Experimentación con magos?...-inquirió dubitativa la Malfoy-Y se supone que nosotros somos los criminales…-rodeando sus ojos recorrió con la mirada la tonelada de tomos que tenia sobre su escritorio. Si que se había propuesto retomar ese viejo hábito, leer, leer y leer hasta volver a comprender todo lo que deseaban contarle esas hojas roídas por el tiempo-Todo ha sucedido dentro de un local de Diagón, ¿no?...-desvío su vista hacia su esposo Stephen-Me imagino que por eso Anne y Darla, nos han pedido ir a investigar con el resto de los guardianes…-poco le apetecía recorrer las calles de ese lugar, ya que hacía tiempo que no lo pisaba y le restaba interés al mismo.

 

-Pues veamos de que es capaz de sujeto, yo no pienso dejarle la libertad de que robe la magia con artilugios tan baratos como esos…-cubriendo sus brazos con una elegante capa de viaje enfiló sus pasos hacia donde estaba su amado-Veamos qué podemos hacer para frenarlo…-entrelazando su mano con la del vampiro sintió aquella conexión que entablarán desde que se conocieron-Me interesa saber que menjurjes emplea, tal vez use cosas que no están permitidas por el Ministerio y como directora del departamento de misterios, no puedo pasar por alto dicho asuntito…-dejando un beso en los labios del padre de sus ojos se apartó de este un momento.

 

-Me recuerda al experimento que emplearon para volver a la vida a cierto seres…-curvándose en sus labios una picara sonrisa se mostraba inocente ante su comentario-El trabajo es el trabajo…-tomando por el cuello al castaño le invitó a seguirla en su investigación-Puede ser divertido…-sentenció altiva-¿Me acompañarás?...-le cuestionó sintiendo el frio metal de su katana rozarle la espalda-Extraño que trabajemos juntos…-reconoció que echaba de menos las travesías que emprendieron en el pasado como guardianes de la marca tenebrosa. Esperando ansiosa su respuesta, sabía que luego de eso podrían salir camino al dichoso local.

 

@@Stephen Malfoy, @@Nats Rambaldi Crowley, @Galery Grindelwald Malfoy , @@Roman A. Gaunt, @@Andy Greyback

[Stephen Malfoy]

¾ Exactamente señorita ¾le contesto con una media sonrisa al mismo tiempo que me encojo de hombros quitándole importancia al asunto¾. Manos a la obra.

 

Cruzado de brazos me apoyo junto al marco de la puerta pensando sobre aquella tarea, aunque sin saber a ciencia cierta sobre lo que debemos hacer con ese tipo. Al ver como ella se levanta mis ojos se depositan en su “presencia”, percatándome a la vez que se dirige hacia mí regalándome un beso, el cual se lo regreso gustoso y de la misma manera acariciando su mejilla.

 

¾ ¿Por qué será que tu inocencia no me sorprende? ¾Siento como me toma por el cuello dejándome llevar ante su tentación¾. Lo sé nena, la persona que no extrañe mi persona es porque algo no está bien en su cabeza…en este caso el diagnostico indica que la tuya se encuentra muy bien.

 

Sonrío con suficiencia.

 

¾ Sabes que iré contigo hasta la muerte ¾ Besando su frente terminamos en desaparecernos para luego acabar dentro de las calles del Callejón Diagón, caminando unos cuantos minutos hasta llegar al local que nos habían indicado. Recorro la mirada sobre la fachada asintiendo inconscientemente ante la vista.

 

Entramos al lugar, sin perderme la oportunidad de chequear los detalles siendo la primera vez que ponía un pie adentro, admitiendo en mi interior que después de todo era un buen establecimiento.

 

¾ ¿Alguien por aquí?

[Arya Macnair]

—The – Ramen – Kingdom

 

No es que fuese bruta pero no acababa de comprender el letrero. Arya amaba la pasta y sentía cierto cariño por los pescados y mariscos así que al encontrar aquel nombre en la lista del nuevo empleo adquirido decidió realizar una visita sorpresa con el estómago vacío, varita en mano y luz en el rostro; ¿quién era uno de los propietarios de aquel magnífico lugar?, la misma muchacha que ahora estaba bajo la lupa de La Orden del Fénix, más la pelirroja no sabía con qué se encontraría una vez arribado al lugar y podría decirse que se sorprendió.

 

Escondida tras un callejón oscuro y desierto divisó la gente entraba y salía del establecimiento, alzó su mano derecha y la maga de su túnica negra dejó entre ver la blancura de su piel. Agitó a sombra con fervor y exclamó un perfecto —Expecto Patronum— al instante cientos de hilos plateados conformaron un ejemplar de huargo adulto, éste aulló a su creadora y se marchó entre callejuelas en busca de miembros de La Orden del Fénix con ánimos de batalla, o más bien de cateo.

 

—Veremos que tan limpia está— Musitó Macnair, con la luz cubriéndole el rostro, cruzando la calle e ingresando sin más, abriendo la puerta de un golpe con la voz firme y el paso seguro. —Damas y caballeros, éste negocio será sitio, les pedimos cordialmente que guarden sus varitas y se queden donde están— expresó desafiante y acabó por llegar al centro del local.

[Zack Ivashkov]

- Te dije que esperaras! -

 

Estaba a punto de abrir la puerta solo para darle una abofetada a su prima. Estaba siendo tan insistente con que él terminara rápido su ducha que comenzaba a hacerlo enojar. Trataba de limpiar su cuerpo lo más rápido que podía pero pasar todo el día haciendo inventario de las criaturas del Magic Mall lo dejaron oliendo a todas y cada una de ellas. Sentía como si todavía estuviera mezclado entre tantos animales raros, se sentía uno de ellos, por el aroma.

 

- Ya. Vamos - Dijo al salir del cuarto de baño tropezando con el hombro de Leah. Fue tan fastidiosa que ni siquiera la miró a los ojos antes de aparecer sobre su cuerpo un atuendo sencillo para la batalla: jeans, remera blanca y zapatos deportivos a juego. Colocó la típica máscara plateada sobre su rostro prucurando proteger su identidad y luego giró sobre sus talones desapareciendo. Ya llevaba consigo la varita de ébano, a pesar de haber sido presionado para partir rápidamente estaba listo.

 

Una vez tocó tierra firme de nuevo, observó su entorno. Estaba en pleno callejón Diagón, frente al local The Ramen Kingdom.

[Leah Snegovik]

-¿Se puede saber por qué tardas tanto? Entiendo que estés demasiado bueno para la humanidad, pero tengo diez minutos esperando a que te peines el copete y sinceramente no le encuentro la gracia, mi amor.

 

Por enésima vez, la mujer llevó los ojos al reloj de pared y luego los rodó con exasperación, al notar que seguían retrasándose y Zack aún se negaba a responder. Estaba convencida de que realmente estaba ejercitando la mano con Zackito más que otra cosa, pero no tenía ganas de entrar en tema. Por otro lado, también estaba de mal humor por haber sido interrumpida en medio de lo que parecía ser un descanso prometedor y ahora que tenía ganas de ver sangre, la espera no era algo que apreciara.

 

-¡Zack! –golpeó de nuevo la puerta y bufó-. Me voy a ir sola como sigas así.

 

Eso no era una problemática para ninguno de los dos, pero como parecían un llavero podría funcionar como lavado de cerebro. Y lo hizo. Los primos Ivashkov se caracterizaban por ir juntos a todos lados e ir solos no era una opción. Se limitó a sacarle la lengua como un infante y acomodó la túnica blanca que cubría su esbelta figura antes de tomar su mano para realizar una desaparición conjunta. Los mortífagos quedaron envueltos en una voluta de humo oscura al instante y minutos después, lo único visible de ellos mientras la bruma se disipaba fue el resplandor de sus máscaras de plata al aparecer en los callejones abarrotados del Diagón.

 

-¿Estás viendo lo mismo que yo? –preguntó, ladeando una sonrisa.

 

 

En The Ramen Kingdom, a veinte metros de distante, un miembro de la Orden del Fénix se adentraba con aires de grandeza a hacer de las suyas. Sin invitaciones o previo aviso (xD), los odefos parecían haberse puesto de acuerdo con ellos para actuar. La varita de almendro cayó en la palma de su mano tras deslizarse por su brazo y tras un apretón, dejó escapar pequeñas chispas esmeralda que presagiaban una tormenta. Era hora de la batalla.

[Ley Gryffindor Rosier]

-Pero qué aburrimiento- solté mientras daba un sorbo al café que me estaba tomando, era una tarde bastante tranquila para decir verdad. Estaba en uno de los tantos locales que tenía el callejón diagon leyendo el profeta y sus miles de mentiras que a diario salían a la luz... había algo de movimiento por parte de las personas que caminaban haciendo compras y de uno que otro que no iba a nada más que a causar problemas. Saqué el dinero y lo dejé en la mesa para pagar.

 

Al salir iba dando vuelta por uno de los callejones solitarios cuando el patronus de Arya, un lobo Huargo corrió deteniéndose frente a mi. Asentí mientras sacaba la varita... ya sabía qué significaba aquello "The Ramen Kingdom" y me dijo que iríamos a por Leah. Pasé la varita para conjurar luz que protegería mi rostro, luego de eso me dirigí hacia el local en donde se encontraban los mortífagos.

 

Me detuve a 50 metros del local, pude ver a Arya y me acerqué a ella -Ya estoy aquí- dije mientras hacía mi cabello hacia atrás. Llevaba puesta una mini falda, tacones y una chaqueta negra. Había salido a buscar diversión y la había encontrado.