♔ The Ramen Kingdom ♔ (MM B: 106259)

[Roman A. Gaunt]

Lee Ji Sang

 

 

El coreano se encontraba absorto, con la vista perdida en el exterior a través de la ventana que daba hacia la callejuela, observando y sin hacerlo a los compradores que entraban y salían de los diferentes comercios que allí estaban enfilados. El restaurante aún no estaba abierto, pero no faltaba mucho para comenzar a dar servicio. Incluso ya podía percibir el aroma de la sopa desde la cocina, llenando con su reconfortante fragancia y llamando a los hambrientos estómagos de quienes se paseaban por enfrente.

 

Sang se regocijaba de ser partícipe de una empresa tan ambiciosa como lo era The Ramen Kingdom, la cual había estado dando buenos frutos desde el día de su inauguración. Habían ganado ya clientes fieles, y buenas críticas, y aunque eso ya se esperaba, al oriental lo que mas le preocupaba el futuro del restaurante. En las últimas semanas, se habían suscitado demasiadas cosas extrañas con los consumales, y se habían propagado ciertos rumores.

 

El mago no queria dar crédito al principio, pero ahora se sentía humillado y traicionado. Todo había estado pasando bajo sus narices y no sabía como abordar el tema con Kenzo, quien cada vez mas se hacía mas ajeno a los asuntos del negocio; interrogar y confrontar a Takeshi, sin tener toda la fuente correcta le parecía incorrecto. Había demasiado de por medio, pero lo mas importante era que no deseaba que algo se interpusiera para que él siguiera haciendo lo que mas amaba en el mundo.

 

El sonido de la puerta le sacó de sus cavilaciones de pronto, y observó rápidamente al primer cliente del día. Le pareció curioso su aspecto oriental, y por sus rasgos no necesitó adivinar de donde provenía y el gusto que le daría a Kenzo darle un recibimiento apropiado (si este se levantara alguna vez de la cama durante el día). Se acercó hacia el ---Annyong ---saludó, en coreano, inclinando respetuosamente la cabeza. Con un chasquido Sang hico que todas las sillas se acomodaran mágicamente en las mesas de forma correcta ---Mi nombre es Sang, ¿en que le puedo servir?

 

 

 

@@Katsumoto Kobayashi

[Galery Grindelwald Malfoy]

Takeshi Kaenshiro

 

Los días habían pasado sin contratiempos, Takeshi había logrado su cometido, tenia en su poder la varita del mago que había sucumbido a sus pociones, lastimosamente la varita era débil, Takeshi no lograba extraer el poder de esta; el squib no estaba tomando en cuenta las reglas de las varitas, la varita elegía al mago, y era deficiente para otro mago, si este no la había conquistado, Takeshi no era mago, y había robado la varita, por lo tanto por mas efectivas que fueran sus argucias y sus pociones, no lograría extraer nada de esa varita, que en sus manos era solo un trozo de madera inútil.

 

Ademas de haber elegido mal, el muchacho dueño de la varita era solo un jovencito y su varita estaba vieja y en mal estado, Takeshi había fracasado una vez mas. La quietud de la mañana parecía calmarlo, el fresco viento invernal se percibía en los jardines del Ramen Kingdom, como una cálida brisa de verano, todo eso gracias a los hechizos que los tres dueños del negocio habían efectuado, el olor a bambú fresco ejercía un efecto tranquilizador en el joven oriental, ofreciéndole una paz que desde hacia meses no disfrutaba; camino sin rumbo fijo hasta llegar al manantial, las carpas doradas y rojas se acercaron a él, buscando ser alimentadas, la rubia las había acostumbrado a eso.

 

- largo de aquí pequeñas glotonas - murmuro, su reflejo taciturno le regreso la mirada triste, desde las quietas aguas del riachuelo, se sentía peor que nunca, había perdido la confianza de Galery, en pos de sus ambiciones, y no había logrado absolutamente nada, mas que sumirse a si mismo en una profunda desesperación y soledad; tomo la varita sustraída y la enterró cerca del manantial, quedando más de la mitad fuera de la tierra, el chino se alejo del manantial, frente a la mirada ansiosa de las carpas doradas, al acercarse a la entrada posterior, logro escuchar a Shang saludando animadamente a un hombre, al girarse para verlo se percato que era japones, sintió un tirón en medio del estomago, seria ese hombre su reemplazo?

 

 

Galery Grindelwald

 

 

La nube gris que envolvía su cuerpo se disipo lentamente, la larga cabellera platinada de Galery Grindelwald, sobresalía notablemente de entre esa parcial oscuridad, sus pasos sutiles fueron escuchados por el tímido elfo, Tofu se acerco a la puerta de la oficina de la rubia, toco suavemente y espero el permiso para entrar - pasa Tofu - la infantil voz de Galery se escucho tranquila desde el interior, el elfo informo a la rubia del arribo de un visitante especial, la muchacha se puso de pie y salio, paso su mano suavemente por la calva del elfo, este casi se desmaya, había vivido días de angustia al verse visto obligado a ayudar a Takeshi con sus planes.

 

Rápidamente bajo las escaleras y llego a el salón recibidor, en este se encontraba Shang acomodando el mobiliario, Takeshi y un joven oriental, al que escucho saludar en un perfecto japones, el joven caía como caído del cielo, la Grindelwald observo con indiferencia a Takeshi, este joven podría ser su administrador, claro, si buscaba trabajo - Konnichiwa ohayō, kangei, buenos días Shang, Takeshi...- (Hola buenos días, bienvenido) saludo inclinándose ligeramente al saludarlo - Watashi nonamaeha gerari desu - (Mi nombre es Galery) dijo al recién llegado, después se acerco y extendió su mano para saludarlo - espero que hables mi idioma, mi japones es pobre pero como veras, amo su cultura, por ello edifique este negocio con la ayuda de Anne y Roman Gaunt , que es lo que te trae a Ottery? - converso con él, esperando que el motivo fuere quedarse a vivir ahí, para poder ofrecerle un empleo como administrador del restaurante.

 

- por favor, acompáñenme al jardín, Tofu lleva un servicio de té y algo para desayunar, Takeshi, contigo hablare después - excluyo al chino pues deseaba hablar con Shang sobre el desempeño del hombre, aun estaba muy molesta por su conducta, después guió al invitado al jardín en compañía del joven Shang.

 

 

@@Katsumoto Kobayashi

@@Roman A. Gaunt

[Katsumoto Kobayashi]

Katsumoto se sentía algo incómodo a sentirse solo en ese lugar, en verdad se sentía incómodo desde que llegó a Londres, vistiendo ropas occidentales, pantalones de tela y camisas con demasiados botones, siempre fue para él un gran misterio el como los "ojo redondo" podían arreglarse con eso todo el día.

 

Cuando estaba decidido a salir de aquel lugar un saludo en un idioma no tan familiar pero si conocido lo detuvo. Era un coreano que lo saludaba, luego lo confirmó al verlo, aún si no hubiera saludado, su fisonomía lo delataba. Había siempre un poco de tensión entre coreanos y japoneses ya que a principios del siglo pasado, Japón los invadió y estuvo bajo el control nipón hasta cuando se sucumbió en la segunda guerra mundial, aunque la política era lo de menos para el Kobayashi, siempre existiría ese roce ancestral.

 

Un japonés observaba con recelo desde lejos, no saludó, por lo cual Katsumoto fingió no verlo, se sintió ofendido ya que recibió un saludo cordial por parte del coreano y alguien de su propia tierra no lo hizo.

 

Cuando Katsumoto estaba por responder el saludo, apareció una mujer blanca, por la forma de hablar conmigo y con el resto me di cuenta que debía ser la dueña del lugar o al menos una de ellos. Le habló en japonés lo que hiso dibujar una sonrisa en sus labios ya que el que sepan querer y apreciar la cultura de su tierra le llenaba de orgullo, aunque todo lo tomaba de quien venía, pero sintió en cada uno de los gestos admiración más no burla.

 

- Konnichiwa - repetí el saludo inclinándose levemente en señal de respeto a sus anfitriones...- La verdad es que su japonés seguramente es mejor que mi español- le dijo a manera de romper el hielo, se sentía un poco tenso el ambiente, seguramente existían problemas con aquel japonés, no era su asunto por lo que mejor le restó importancia.

 

Salimos del lugar y fuimos a caminar por un jardín interno hermosamente decorado, cada detalle de su cultura japonesa se encontraba plasmado, desde los riachuelos que corrían hasta las imágenes grabadas en piedra, me sentía en casa.

 

-Mi padre y sensei falleció hace unos meses y él me contó en alguna ocasión de este lugar- el hablar de su padre aún le afectaba pero trató de que sus anfitriones no se dieran cuenta de aquello –Así que al llegar a Londres lo primero que pensé es venir acá, vengo por estudios, voy a pasar algún tiempo por estas tierras…-

[Galery Grindelwald Malfoy]

Mientras Galery y Katsumoto caminaban por el angosto sendero del jardín, Takeshi les seguía sigilosamente y a una distancia prudente, el oriental sentía la punzante necesidad de escuchar lo que la rubia tenia que proponer al japones, su puesto en la torre seguramente, ahora no solo se trataba de su confianza, sino de su puesto, su vida estaba por dar un giro extraordinario, el cual el mismo había provocado.

 

- Lamento escuchar esto, tu padre fue un buen amigo, lo conocí poco pero dejo grandes enseñanzas en mi - declaro mientras llegaron a cierta parte del jardín, dedicado a la meditación, ahí se encontraba un jardín zen - El me enseño que los Jardines Zen Representan el universo y están concebidos para inspirar vitalidad y serenidad. Representan también el camino de la vida, constantemente lleno de cambios, diversos surcos, altas y bajas, tropiezos y obstáculos, brillo y oscuridad, sombra y luz. Permite dar descanso a nuestra mente, concentrarla en un solo punto. Tranquilizar la ansiedad, la angustia y los miedos - decía mientas le mostraba el hermoso diseño.

- La filosofía Zen tiene como objetivo la expansión de nuestra conciencia, que aparentemente no existe porque no se puede tocar, pero existe en realidad. El hombre físicamente camina en el elemento del tiempo, pero en ocasiones es como si atravesara un espeso lodo, que le hace arrastrar sus pies. El Zen nos enseña que debemos de comprometernos y reconocer los pasos que nos llevan a progresar hacia un entendimiento que nos acerca a la supuesta distante iluminación, por ese motivo, esta este jardin aquí, este jardín lo construyo tu padre - musito con solemnidad, esperando que fuera del agrado del muchacho.

@@Katsumoto Kobayashi

[Anne Gaunt M.]

«Irresponsable». Ésa era la única palabra que le rondaba por la cabeza mientras caminaba en dirección a The Ramen Kingdom, el negocio que ayudó a montar en el Callejón Diagon con aquellos nativos asiáticos que se habían animado a trasladar sus costumbres culinarias a aquella parte de occidente. Había intentado acercarse hasta el lugar varias veces, pero siempre le había surgido alguna otra cuestión que le había apartado la idea de la cabeza. Hasta que aquel día, su hijo le había pedido encarecidamente que ambos almorzaran juntos en el lugar.

 

— Me tratarán a patadas si voy sólo a comer, y no a interesarme por el negocio. Al fin y al cabo, parte de la inversión de apertura fue mía —le había dicho ella con pesar mientras ambos caminaban en dirección al restaurante.

 

— ¿Cómo dices? Eso no me lo pierdo —exclamó, animado, Erik. Anne le miró sorprendida.

 

— ¿Qué te hace tanta gracia, chico?

 

— Me encantaría ver cómo alguien intenta tratarte a patadas. O sea, me encanta cuando se te pone cara de psicópata. Siempre que no vaya conmigo el tema, claro —aclaró él rápidamente, gesticulando con las manos.

 

Anne sonrió para sí e hizo amago de soltarle un zape a su hijo, que le esquivó echándose a un lado mientras soltaba una carcajada. Todos los que conocían mínimamente a la Gaunt sabían del mal humor que normalmente imperada en ella, y por eso procuraban no hacerle perder la paciencia. Sus hijos conocían mejor que nadie dicho carácter, pero también sabían controlarla y bromearle sobre el tema sin desatar la furia de la pelicastaña.

 

Alcanzaron la fachada de The Ramen Kingdom mientras ambos caminaban uno al lado del otro, en silencio. La Gaunt se detuvo y Erik avanzó un par de pasos sin ella, aunque luego paró y se giró parcialmente.

 

— Vaaaaaamos, venga. Adentro, este sitio tiene muy buena pinta. ¡Veamos qué tomar!

 

Anne suspiró, poniendo los ojos en blanco y luego siguió a su hijo hacia el interior del negocio. Una vez en el recibidor, ambos esperaron para ver si alguien les atendía. No quería llegar imponiéndose de ninguna forma.

[Katsumoto Kobayashi]

Katsumoto al escucharla y al descubrir que aquel jardín donde se encontraba fue obra de la mente de su padre, comprendió porque se sentía en casa, era una copia de mi pueblo, seguramente en los años que su padre pasó en Londres, tuvo la necesidad, al igual que el joven nippon sentía en ese momento, de estar en casa. En ese jardín se podía respirar paz, sentir equilibrio, perfecto para meditar y un lugar único como para conversar.

 

-Al escucharla era como escuchar la voz de mi padre, mucho más dulce claro esta...-un esbozo de sonrisa se dibujaron en los labios del japonés pero la borró enseguida, la verdad no quería demostrar un poco sus sentimientos en frente de alguien que aún no conocía, pero un torrente de emociones embargaban su corazón ya que el recuerdo la partida de su padre, aún le causaba dolor y a pesar de los años estaba todavía fresca...-en verdad le digo que en cada paso que he dado en este lugar me he sentido como en casa, desde que he llegué a Londres me ha sentido como un gaijin...-

 

Mientras caminaban por los senderos de piedra que serpenteaban entre riachuelos, brincándolas con hermosos pequeños puentes de madera, Katzumoto no dejaba de asombrarse como la imagen de una persona puede impregnarse en una obra de arte, como cada hoja parecía tener la firma de su padre, aquel lugar era perfecto, si fuera por él, haría una carpa para quedarse a vivir en aquel lugar y no sentirse extraño, sentirse vacío y solo, pero debía cumplir la promesa que le hizo a su padre y esconder en lo más profundo de su corazón aquellas ganas irrefrenables de correr y regresar a donde los suyos.

 

-Quería preguntarle algo, si no es molestarla...-inclinó su cabeza esperando que la pregunta no fuera inoportuna...-¿cómo conoció usted a mi padre?...- la duda le invadía al oriental ya que en cada palabra que la rubia dijo, estaban cargadas de respeto y enseñanzas de todo lo que su padre le había conversado.

 

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[Roman A. Gaunt]

Roman Gaunt

 

 

 

Hacía un día peculiarmente luminoso para un cielo poblado de nubes, como si alguna fuerza del universo predigera un provechoso día a pesar del frío y las amenazas de lluvia. El rumano se dirigía con paso firme y a buen ritmo hacia el restaurante del que era socio, y la expresión de su rostro podía leerse un evidente gesto de esperanza y entusiasmo. No era para menos. Se había pasado los últimos meses en su gran búsqueda, y por fin esta había dado frutos.

 

Si Takeshi lograba crear la poción, y aquéllo resultaba... podía sentir los cuervos en su estómago de los nervios y la emoción de tan solo pensarlo. No podía esperar para decírselo también a ella, aunque tenía cosas mas apremiantes de las cuales hablar con su hermosa Grindelwald; otro asunto que disparaba más aún sus nervios, usualmente de plomo.

 

Se abrió paso por el local, atravesando el recibidor y el pasillo que desembocaba en los jardines. Chinasky lo interceptó en medio camino hacia su oficina privada ---Dile a Takeshi que le estaré esperando en mi oficina ---el elfo se alisó el bigote postizo al hacer una reverencia ---, ah y... traeme de esas "enchuladas".

 

---Se llaman enchiladas, jefe ---le corrigió, haciendo un mohín con sus enormes ojos.

 

El Gaunt le dirigió una mirada.

 

---...Pero si le quiere decir enchuladas, enchuladas serán.

 

Y desapareció. El rubio sonrió y continuó su camino. Dentro de su oficina se sacó un grupo de pergaminos enrollados con un elegante atado de plata y los extendió sobre su escritorio; sus azules ojos brillaron al ver lo que la tinta formaba en ellos...

 

 

 

@@Galery Grindelwald Malfoy

[Galery Grindelwald Malfoy]

La pregunta del oriental era de esperarse, tal vez las palabras de la joven Húngara le resultaron confusas, así que exhalo para tratar de explicarse mejor, se acerco al barandal de uno de los puentes y se puso frente al joven, quien parecía turbado por las declaraciones de la Grindelwald - en mi niñez tuve la fortuna de ser educada en varias artes, mi padre pretendía crear un líder, una guía para la familia, y me rodeo de los mejores maestros e instructores de varias artes, entre ellas el ninjitsu, por medio de magia el maestro Masaaki Hatsumi, heredero de nueve tradiciones marciales antiguas del japón, entre ellas tres de origen ninja fue uno de ellos, otro, tu padre, yo era muy pequeña, pero lo recuerdo con respeto - declaro con tono sereno.

 

Continuó - Este jardín fue triado roca por roca desde Hungría, el castillo Grindelwald encallado en las cordilleras de los cárpatos gozo de este paraíso gracias a tu padre - anuncio a su interlocutor haciendo un ademan, mostrandole todo el lugar orgullosa de su perfección, después guardo silencio por unos minutos, su primera intención al verlo, fue ofrecerle el puesto de gerente, pero debía preguntar primero - Katsumoto, te gustaría trabajar aquí? Como Gerente ? Podrías dormir aquí incluso si así lo deseas, hay habitaciones en la planta alta y aquí mismo - señalo las pequeñas cabañas que gozaban del poder de presentar al habitante con todo lo necesario para vivir cómodamente.

 

lo observo y le permitió meditar su respuesta, distrayéndose con las carpas que esperaban ser alimentadas.

 

@@Katsumoto Kobayashi

Takeshi Kaneshiro - Cheff Chino

Habían pasado varias semanas desde que el chino descubrió con tristeza, que la varita de otro mago en sus manos, solo era un pedazo de madera, sin embargo el ahínco y la ambición, sobre todo el sueño del oriental, era no solo ser mago, sino ser respetado y admirado. Las semanas no solo le trajeron al hombre la calma que necesitaba para poner sus pensamientos en orden, sino la fabulosa oportunidad que el esperaba, él no lo sabia aun pero el rumano, deseaba hacerlo participe de una aventura, una que no solo de traería dividendos económicos, sino la gloria que el tanto ansiaba.

 

 

- el Amo Gaunt quiere verte, no le hagas esperar - farfullo el elfo que apareció justo detrás de Takeshi, haciéndolo derramar varios frascos de liquido, que al mezclarse causaron mucho humo y una peste realmente desagradable, el hombre lo vio con desprecio, el elfo aprovechaba cualquier oportunidad para molestarlo y hacerlo rabiar, sabiendo que el chino poco podía hacer para librarse de sus bromas, pero eso cambiaría muy pronto, las cosas estaban por mejorar para el hombre que por ser orgulloso y lleno de ambiciones, lo había pasado tan mal los últimos meses.

 

 

El oriental llego hasta la oficina del rumano, algo nervioso pues aún se estremece al recordar el castigo recibido, cruzo la puerta y se inclino mas por respeto mas que por temor, su estomago se estremece, pero su rostro esta sereno, sus manos firmes saludan de manera occidental al mago que lo esperaba, lo noto mas que relajado entusiasmado, con un extraño brillo en los ojos y sus expectativas espesaron a mejorar - Me a llamado señor Gaunt? Dígame en que le puedo ayudar - declaro con voz pausada y tranquila, haciendo uso de los años de entrenamiento, aparentando una serenidad que estaba lejos de sentir, y esperando no se tratase de una broma de Taki-tou.

 

 

@@Roman A. Gaunt

[Roman A. Gaunt]

Roman Allan Gaunt

 

 

 

El interior de la oficina estaba impregnado de una fragancia fresca y comfortable, lo cual había alisado mejor sus sentidos mientras, sentado y reclinado en su fabulosa silla de cuero, esperaba a que el oriental acudiera a su llamado. Habían tantas cosas que meditar, que analizar, pero se mostraba sereno y confiado. Sus descubrimientos habían sido tan magnánimos que podría sentir, incluso, que muchos de sus problemas estaban acabados, pero era no era de sabios confiar en ello.

 

La puerta se abrió y por ella accesó Takeshi. Taki-Tou apareció antes de que él comentase algo, dejando frente al rumano una bebida caliente sobre un portavasos en su escritorio. Acto seguido, desapareció. El licántropo clavó la vista en su empleado y, dado su excelente humor, incluso llegó a curvar mínimamente sus labios en cordial saludo; Roman posaba muchas de sus esperanzas en aquél hombre, pero el recuerdo de sus intenciones hacia con la Grindewald aún se hallaban frescos.

 

---En mucho, Takeshi, pero cierra la puerta, por favor. Toma asiento ---no deseaba sonar tan imperativo, pero era mas una invitación que una orden. Pese a su carácter enérgico y orgullo por ser parte de una familia rumana de cuna noble, el Gaunt le satisfacía más cuando las personas hacían lo que él deseaba por decisión propia. Tenía una peculiar definición del poder. Se aclaró la garganta ---Verás, me satisface en exceso decir que recientemente he descubierto lo que por mucho tiempo he estado buscando... admito que no de la forma que deseaba pero, de igual o mayor importancia.

 

El rubio se inclinó hacia adelante sobre la silla, dirigiendo la mirada hacia los pergaminos extendidos. Su sonrisa se hizo mas amplia.

 

---¿Cómo ha ido tus intentos de hacer funcionar varitas robadas? ---lanzó la pregunta, nuevamente fijando su profunda mirada azul en el oriental. Dada la expresión del hombre no tuvo que esperar respuestas ---Si, estoy al tanto. Y si te preguntas por que no intervine fue porque no me habrías creído si te hubiera prevenido del fracaso... quería que lo descubrieras por ti mismo. La conexión entre varita y mago, dado que jamás has tenido una, es algo que probablemente jamás llegues a entender... pero hace poco te prometí una oportunidad. Estoy seguro que la recuerdas.

 

Hizo una pausa, dejando que los pensamientos de Takeshi se asentaran. Sus dedos rosaron delicadamente uno de los pergaminos.

 

---Siempre me he enajenado en ser muy bueno para lo que sea que desee emprender ---su ceño se contrajo ligeramente ---, pero sé reconocer mis límites y a quienes tienen más habilidad que yo. Y debo decir, que para ser un squib, podrías quizá ser mejor que yo en arte de fabricar pociones... y necesito tu cooperación en esta, que es muy especial e importante para mi. Regularmente no pondría esto en manos de nadie, pero da la casualidad de que, si lo logras, no solo te dará reconocimiento internacionalmente... sino que te dará múltiples riquezas, e incluso un lugar en la inmortalidad de la historia.

 

Tomó el pergamino que había estado acariciando y lo giró hacia el oriental, invitándolo a que echara un vistazo. En ella, grabada con tinta especial, mostraba la traducción hecha por él mismo de un viejo papiro escrito en runas antiguas que mostraba a detalle el procedimiento para la fabricación, no solo de una poción, sino de una cura. La inhibición del gen de la licantropía.

 

 

@@Galery Grindelwald Malfoy

 

Lee Ji Sang

 

 

Un día ajetreado, sin duda. Los jardines estaban repletos de comensales, así como el restaurant y el bar. Podía notarse que San Valentín estaba cera, pues la tercera planta había sido reservada por múltiples parejas, pero aún podían albergar a mas clientes... a veces Sang creía que el negocio no conocía el limite.

 

Como era de esperarse, los elfos estaban vueltos locos, y debido a ello se encargó él mismo de darle la bienvenida a una pareja de clientes que acababa de llegar, pero justo antes de abrir su grande boca coreana, se percató de que no eran clientes comunes y corrientes, sino de la mismísima Anne Gaunt. Los tres socios en la casa, un día para recordar.

 

---Buen día ---saludó, haciendo una reverencia ---Que gran gusto verle por aquí, mi señora. Dígame, ¿En que le puede Sang servir? ---se fijó en su acompañante que no era mas que un muchacho, pero reconoció los rasgos familiares. Le saludó de igual forma con una reverencia.

 

 

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[Galery Grindelwald Malfoy]

Takeshi Kaneshiro - Cheff Chino

 

las palabras del rumano causaron el efecto deseado en el oriental, era como si por medio de magia la gruesa lapida de pesadumbre cayera de sus hombros, un cosquilleo recorrió su estomago hasta llegar a su rostro adusto y cetrino, haciendo aparecer algo jamas visto por los que le conocian recientemente, una sonrisa. Una vorágine de ideas inundaron su mente, pues para su fortuna golpeada últimamente, poseía la poción que el rubio añoraba, olvidada en su baúl por ser inútil para sus fines, yacía el pequeño frasco azul.

 

Su alma regreso al cuerpo, pero precavido como era, decidió no hacerle saber al mago que ya poseía esa pócima, y que solamente requería preparar mas, y algo de sangre de los futuros padres, de pronto la prematura alegría desapareció, si el Gaunt hacia planes, quien seria la futura madre de esos descendientes que quería proteger del gen lupino; la imagen de la rubia apareció en su cabeza, y el cosquilleo desaparece para dar paso a un calorcillo incomodo.

 

​- agradezco la oportunidad señor Gaunt, me pondré a trabajar en ello, por el momento el hecho de recuperar de alguna manera, parte de su confianza, vale mas que el oro, de lo demás hablaremos cuando este hecho - declaro haciendo una solemne reverencia, fama, fortuna y el respeto que siempre soñó, pese a lo que sentía por la mujer se propuso concentrarse en la preparación de la cura, por así decir, después de todo no había rumores de nada concreto entre el par de magos, poco se les veía juntos y probablemente era otra mujer, ese hombre sufría del mal de los occidentales, muchas mujeres, poco amor.

 

 

@@Roman A. Gaunt