Detective Mágico Consultor (B: 106711)

[Hessenordwood Crouch]

Garry M. Ollivander

 

Lentamente se inclinó hacia adelante, colocando sus codos sobre sus muslos y formando un gran puño con sus manos unidad por debajo de su barbilla, exhaló mientras se acomodaba, se escuchaba cansado, como si su cuerpo le reclamara el maltrato que el brujo ha tenido consigo, él por supuesto ignoró el malestar en sus coyunturas y pareció por primera vez hacer un esfuerzo para mantener en todo momento el rostro sobrio, las cicatrices en su rostro lo ayudaron a simular la media sonrisa que se quiso escapar y los ojos de colores distintos se centraron nuevamente en la bolsa llena de galeones sobre la mesita ratona del centro.

 

Pareciera como si Garry se estuviera de pronto saboreando la oferta que el brujo Grayson le arrojaba ahora.

 

Por otro lado, no se atreve a ver el rostro de Charlotte.

 

Garry, cómo siempre, se toma su tiempo para responder, es demasiado meditativo, silencioso, se ha hecho así con el paso del tiempo, ha perdido la gracia de gesticular y la fluidez en sus palabras, aun en sus momentos más lúcidos. Y es que no puede pasar de largo del todo la intromisión de Grayson en Baker el dia de hoy, sin duda ha dicho un puñado de cosas desconcertantes, pero a Grelliam eso le preocupa poco, luego tendría tiempo para prejuicios ajenos, era sin embargo su marca lo que tenía su atención ahora, sin duda, algo que difícilmente alguien como él pueda encontrar de nuevo.

 

La marca de Caín.

 

Sabe del mito como en variaciones de un cuento. Nada más sobre él. Pero, ¿qué tan privilegiado era alguien cómo Grayson por cargar con una marca como esa? Sobre él, su propia maldición comenzó a doler en la palma de su mano, deseosa de experimentar aquella magia de la inmortalidad. Se concentró mejor en el muchacho y en lo que realmente quería. A Garry le parece desconcertante, que alguien como Grayson, con magia cómo aquella en él, aún conserve tanta bondad humanitaria. Él por supuesto no habría podido con ello.

 

―No, no, ciertamente Charlotte no es mi mucama, señor-, se puso de pie y pasando de largo a la muchachita Garry se dirigió hasta un de las mesas llenas de pergaminos, libros y objetos extraños. ―Es mi compañera de trabajo, mi tutela. Y tampoco es una niña-, Garry hablaba desganado, como si dar explicaciones innecesarias lo fastidiara. ― ¿Por que tendría una niña como trabajadora? la mayoría de las personas es inútil a una edad tan joven-, pudo sentir la mirada de Charlotte en su espalda, la mujer tenía un carácter fuerte y Garry se imagina que ella se va a desquitar en cualquier momento. ―Como sea, no puedo venderle algo que no tengo.

 

Distraído en el mapa que extiende sobre la mesa, los adormilados ojos de Garry observan detenidamente los detalles pintados a manos sobre él; son como notas escritas en diferente tiempo, por diferentes personas, entre ellas puede reconocer incluso la caligrafía de su amada Evans.

 

―Entonces, volviendo a lo que nos compete, no está pensando realmente en matar usted mismo a esa persona, ¿o si ? A quién asesinó a su padre, quiero decir-, reconoce que el mapa es de Diagon y los callejones adjuntos a este y las notas escritas sobre él revelan pasadizos ocultos que han sido descubiertos. ―Lo que usted tiene ahí es algo verdaderamente valioso sir Grayson, de ser usted mejor mantendría un perfil bajo-, Garry se giró para encarar nuevamente al brujo, perezosamente se sentó al borde de la mesa, preguntándose que tan lejos estaría dispuesto a llegar el hombre Grayson para encontrar al asesino de su padre. ―Por que dígame, ¿qué es lo que pasa si ese asesino acaba con todos los descendientes de esa marca? si no tuviera a nadie más a quien transferirse.

 

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[Kiyotaka Ayanokouji]

El mago sencillamente guardó silencio ante sus comentarios... Un silencio que se hizo algo eterno para todos los presentes... En verdad quería venganza... Su padre era todo lo que tenía... Desde el momento en que su familia murió a manos de un mago tenebroso sencillamente Sherlock había estado con el, le había dado un techo... Comida y un nuevo apellido... Por supuesto quería matarlo... Pero era el, el que pensaba eso?... O era la maldición... Fue entonces que colocándose de pie miro a detalle el mapa que el garry había soltado sobre el escritorio y suspirando sencillamente tomo un sorbo del té que la niña había traído...

 

--Vera señor garry cierto? Todo diagon... Todo ottery... Todo el ministerio ya los eh recorrido... y le puedo garantizar que el no se encuentra aqui... la última conjetura que tengo es que se fue al único lugar donde el no existe aunque sea el más conocido por todos... es decir Para el mundo muggle Sherlock Holmes es solo un mito... por lo tantk... porque te molestarías a buscar a alguien donde todo mundo lo que conoce y dónde todos lo pueden encontrar?--

 

Fue entonces que sonriendo sintió un pinchazo en el brazo... la marca estaba despertando nuevamente... por lo que el mago se tocó la cabeza por un instante el dolor estaba aumentando... había algo en ese sitio que la había activado... una obscuridad que la marca deseaba consumir... por lo que Dick intentando mantener la cordura comenzó a respirar agitadamente...

 

--Cada día que pasa... la marca se vuelve más y más fuerte... nunca comprendí la carga tan pesada que llevaba mi padre hasta este momento... Ahora respondiendo a su pregunta... No no soy la última descendencia de caín... Mi padre como buen mujeriego que es tiene hijos regados por todo el mundo... Supongo que al ser el mayor me toca a mi cargar con esto--

 

Le decía mientras respiraba agitadamente y pidiendo una disculpa sencillamente se puso de pie y se acercó a la puerta... Sentía su brazo quemar... Por lo que sentía como su fuerza física incrementaban... A tal punto que de un puñetazo su mano había atravesado la puerta como si de una hoja de papel se tratase...

 

--Que clase de magia negra manejas aquí...--

[Rory Despard]

― Esos recuerdos nos han dado más de lo que podría haber esperado― admitió Rory intentando recuperarse del mareo provocado por el retorno al mundo real― la tarea que nos espera, no obstante, será también más dificultosa señorita Hannity.

Y había algo más que le inquietaba, quizá de una manera distinta a la rubia, pero estaba seguro que ella no era indiferente al hecho. Entre ambos recuerdos un periodo indeterminado de tiempo había pasado, pero había sido el suficiente como para que Evans estuviese más alterada, y tomase una decisión un tanto radical a ojos del predicador.

― A menos que le preguntáramos a su padrino, no creo que podamos saber qué es lo que pudo haberle dicho ― Rory se apoyó en la repisa sobre la chimenea, intentando dar un orden al cúmulo de datos que habían recibido de sopetón― creo que podría escribirle a P-ko y preguntar por alguna húesped que Bel alojara en sus tiempos de directora de Transportes. De seguro la elfina lo recordará, es sumamente metódica.

No quería soltar esa información todavía, pero aquel nombre, Bladvak, Rory tenía el vago recuerdo de haberlo ya escuchado antes ¿en dónde? ¿había sido un diario o alguna confesión en el centro de emergencia londinense donde solía apoyar cada 15 días? Sin poderlo precisar, tenía reparos en compartirlo con Hann, así que se quedó en silencio un momento más, y asintiendo a lo que ella señalaba, de los datos sobre la planta y la poción, compartió con ella sus propias teorías respecto a ello.

― Evans quería que se sembraran las semillas, germinarlas, tener la planta ¿pero solo por su condición de rareza o como parte de su investigación sobre esa poción, la fantasía patentada? ― la siguiente pregunta era mucho más personal, pero Rory sabía que tenía que hacerla ― Su madrina habló de sobredosis, lo que me lleva a pensar que ella debía conocer la cantidad que podías administrar, y eso únicamente podía saberlo si la habían experimentado previamente, ella o él, o ambos ¿cierto?

¿Pero había sido experimentación con un fin...bueno? No quería pensar mal de la mujer que era su benefactora, pero para Rory el proceder de ella no dejaba de ser extraño. La imagen de decencia que tenía de Evans, comenzaba a empalidecer ante toda esa evidencia que el recuerdo le había dado: Ella no había tenido reparos en hacer abuso de su posición de directora de departamento, para obtener información de un tema personal totalmente fuera de su competencia, ni tampoco había dudado en emplear los recursos humanos del ministerio para hacerse con muestras de la poción que iba quedarse para sí misma.

― No es la primera vez que oigo de fantasías patentadas, porque es un producto conocido de Sortilegios Weasley & Weasley, pero nunca escuché que fuese una poción, que es lo que al parecer Evans y su padrino querían re-crear. Lo que me pregunto ahora es que si ambos no dudaron en usar métodos "cuestionables" para seguir con esto ¿qué tuvo que hacer Evans para conseguir las semillas? Yo creía que su fin era la investigación, que quería proteger estas semillas de malos elementos, pero...― tragó saliva antes de girar hacia la ventana para ver a esos mismos duendes que Hannity había visto antes, y luego volver la vista a ella, con el nerviosismo a flor de piel por la acusación velada que iba a hacer― ¿podría ser posible que ellos tuviesen una adicción y solo estuviesen buscando estas semillas a cómo de lugar, para tener una planta que les proveyese permanentemente?

Todavía junto a la ventana, Rory tomó entre sus manos el crucifijo que siempre portaba al cuello. No era como si pensara en Evans como una mala persona, pero había visto demasiado daño provocado por adicciones en otros, como para justificarlo en alguien, así fuese la mujer gracias a la cual podía haber empezado una nueva vida.

― Sea cual sea su respuesta Hannity, ha de saber que le acompañaré hasta el final. No sería un buen cristiano si la juzgo por los fallos de sus tutores. Pero solo seguiré adelante, si usted también desea hacerlo.

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[Hannity Ollivander Evans]

 

Había intentado con todas sus fuerzas darle un sentido a lo que ella había dicho y esperar fervientemente que las suposiciones del pelirrojo no tuvieran coherencia, pero mientras más lo pensaba era más inminente la verdad, era como si la imagen que tuviera de su madre se fuera como agua entre sus dedos... En este momento era cuando más deseaba salir a buscarla donde los Sohma y pedir explicaciones, pero, una parte de ella le decía que probablemente por ello se había marchado, por evitar darlas.

 

Su rostro seguía sin expresión, escuchaba todo lo que decía Despard, a pesar de todo lo que sentía en su interior al ver la verdad materializada era incapaz de reflejar algún sentimiento, probablemente pudiera esperarlo del Ollivander, aunque no del todo, se sentía mareada con tanta información, y a pesar de todo seguía en pie, había dejado de dar vueltas, de la ventana al laboratorio, y miró a Despard -Sí, tiene mucha lógica sus suposiciones, seguramente ocuparon las semillas para germinar y con aquella planta recrear la poción, los dos son muy buenos en el área de pociones.- No quería creerlo, pero todo indicaba que así era, tanto Bel como Garry, al recordar el aspecto de ambos en el último recuerdo, parecían dependientes de aquella sustancia y por tanto la recreaban para su uso personal -Seguramente al tenerla lista no desperdiciaron la oportunidad de probarla y esa sustancia o su efecto fue adictivo...- Su semblante seguía sin expresión y su voz tan tenue y tranquila, que no expresaba el enojo que realmente sentía.

 

Hubiera querido ver a ambos, tener la oportunidad de preguntar a los dos acerca de lo que había pasado con las semillas ¿dónde las habían conseguido o con qué fin lo habían probado? Que ellos tuvieran una oportunidad de explicarle antes de que ella hiciera sus propias conjeturas, las cuales iban a ser las más duras, a pesar de que se tratara de las dos personas que más amaba, su madre y su padrino. Pero aquello no sucedería, no en esta ocasión y duda mucho de que si se presentara la oportunidad ellos fueran sinceros, puesto que sabe que no lo harían.

 

Aún trata de recordar lo que ha olvidado con tantos hechizos desmemorizadores por los que ha tenido que pasar a lo largo del corto tiempo que ha pasado en Ottery, por lo cual el tratar de hacerlo solo le genera más dolor de cabeza, aún así tiene la misma duda que el pelirrojo ¿Qué hizo Evans para obtener aquel paquete de semillas? Por un momento no quiso expresar lo que ella también se preguntaba, fue hasta que el joven dijo que la acompañaría.

 

-Si eso es lo que desea, yo no me opongo, es bueno tener compañía en este camino tan incierto- volteó a mirarlo directamente a los ojos -... aunque también puede retirarse de esto en lo que mi madre lo metió (supongo) sin imaginarse de las consecuencias que le traería, como usted imaginará Rory, yo debo saber qué es en lo que se metió mi familia, mi madre y mi padrino son importantes para mí y debo de asegurarme que ellos estén bien.

 

 

Una vez más las preguntas invadían su mente y creía que probablemente el hecho de que Evans cambiará su magia no era sólo por el deseo de concebir una hija, eso pudo haber sido por muchas otras cosas, que, probablemente no le gustaría saber... Al escuchar la respuesta de que él se quedaría a ayudarle a resolver todo este místerio asintió - Creo que en esta ocasión si será bueno que tomarnos la posibilidad de que P-ko nos cuente un poco sobre la chica que albergó el castillo Evans McGonagall y sobre su ama Bel

 

@@Rory Despard

[Rory Despard]

― ¿Estás completamente seguro?― aunque era poco probable que alguien prestase atención en su conversación la pregunta había sido pronunciada con toda rapidez en duendigonza― ¿no podría tratarse de otras personas?

 

El duende negó con firmeza, y dos de sus compañeros, apostados en la esquina del frente lo secundaron. Ninguno de ellos, en concreto, estaba en ese callejón con la intención de vigilar a quienes en ese momento se encontraban en el 221B de Baker Street, y hubiesen tomado como una ofensa que alguien pudiese estar sospechando que su vida o acciones se limitaban por vigilar insulsos magos. No, aquello simplemente se trataba de un trabajillo extra, o incluso más que un trabajo, una compensación a quien sabían, les había hecho la vida más llevadera a costa de su propio sufrimiento.

 

― Pongo a Gringott por testigo, que estos ojos reconocieron la identidad del pelirrojo y esa muchachita, con la misma facilidad con que se reconoce la falsedad del oro Leprechaun.

 

Todo mundo sabía que lo último con lo que podían jugarse los duendes era con el tema del dinero, así que no había mayor motivo para seguir poniendo en duda lo que ellos le estaban diciendo. Lo único verdaderamente malo era que, pese a saber que ese día llegaría, Lëna aun no sabía de qué manera cumplir el último favor que Bel Evans Ollivander le había pedido.

 

Si alguien conocía de lo difícil que podía ser la vida en el mundo mágico, era ella. Su vida había sido un hilado de claroscuros, de excesos, de fama en los "lugares incorrectos", y también, por largo tiempo, de mucha cobardía, hasta el día en que el asesinato de su amiga la había orillado a tomar el valor para hacer las cosas en memoria de ella, que nunca se había atrevido a hacer para sí misma.

 

Sabía lo suficiente de cobardía en la gente entonces, y de huidas, como para haberlas reconocido en la matriarca del Castillo Evans McGonagall, aun cuando aquella mujer había tenido experiencias y una clase social en las antípodas respecto a la suya. Ni la apariencia firme, ni sus modales maternales, habían conseguido que Lëna no reconociese la profunda oscuridad que la mujer cargaba consigo, en silencio.

 

Pero comprender el por qué, cuando este le fue revelado, sí que había sido un desafío.

 

― Maldita mujer cobarde― bufó por lo bajo― tendré que arreglar esto a mi manera.

Presentarse de buenas a primeras iba ser chocante ¿pero de qué otra manera podía hacer las cosas? Cruzó la calle que la separaba de la entrada del local a zancadas, y respirando hondo se detuvo en el umbral antes de tocar con tres golpes secos la puerta. Solo unos segundos pasaron antes que desde la ventana, alcanzase a ver una mancha rojiza, que supuso, debía ser el predicador.

En su abrigo traía las dos cosas que la matriarca Evans le había dejado: En el bolsillo interior, a la altura de su pecho, traía un frasco pequeño, de base achatada y tapón de corcho, que contenía una poderosa fantasía patentada; mientras que en el bolsillo derecho externo, asomaba una carta, dirigida a Hannity Ollivander.

"Deberás entregarle la carta, pero no revelar que cargas la poción, a menos que ella ya sepa de ella" había dicho crípticamente Bel, y Lëna pensó que incluso en ese pedido quedaba totalmente reflejado el modo insano en que esa mujer se complicaba la vida.

Rory Despard

― Sé que fue decisión del Divino redentor traerme hasta aquí contigo Hannity Ollivander. Y como él dijo en Samuel 22:23 "Quédate conmigo, no temas, porque el que busca mi vida, busca tu vida; pues conmigo estarás a salvo"

Dar con la cita correcta, cuando a él mismo se le terminaban las palabras para hacerse entender, apaciguaba el corazón de Rory. Esta vez, puesto en la encrucijada de acompañar o no en ese turbio secreto familiar a la joven, él estaba decidido a seguir, pero quería que ella notase que la acompañaba con determinación, más que con pena, ante el rumbo que todo ese "pequeño encargo" había tomado. Aunque no lo hubiese experimentado en carne propia, podía imaginar lo duro que estaba siendo para ella comenzar a ver cosas sobre su familia que hasta ese momento le eran desconocidas, cosas que podían trastocar la imagen que ella tenía de lo que habían sido, pero antes que pudiese decir algo más, unos golpes en la puerta del primer piso lo sorprendieron. El intercambio de miradas con Hannity mostraba en los ojos de ella su misma sorpresa.

¿Cómo podían saber que alguien se encontraba dentro, si por semanas el local había estado abandonado? Con discreción, apenas movió la cortina para observar fugazmente hacia fuera, y notar allí en los escalones a una mujer, que directamente veía hacia la ventana, lo turbó tanto, que se apartó de inmediato.

― Usted quédese aquí. Bajaré a ver de quien se trata.

Era imposible, con esas maderas viejas y que crujían bajo el peso de su cuerpo, descender en silencio. Imbuido de la adrenalina que lo invadía, Rory estaba convencido que con todo ese ruido, había revelado su presencia a la mujer de castaños cabellos, del otro lado de la puerta. Solo eso podía explicar que, faltando dos escalones, su voz de una inexplicable musicalidad se dejase oír, con una seguridad en su petición, que solo confirmó sus peores sospechas.

Dio media vuelta, dispuesto a subir y decirle a Hannity en ese mismo instante que lo mejor era que desaparecieran de allí, pero entonces vio a la rubia, allí en lo alto, envuelta en las sombras que proyectaba la luz de la punta de su varita (que era todo lo que los alumbraba).

¿Había escuchado ella, a esa distancia, lo que la mujer de fuera acababa de decir? Antes de poder preguntárselo, mucha más fuerte, la voz insistió en su pregunta desde fuera.

― Sé que estás dentro Hannity, y si tienes un poco más de valentía que la que tenía tu madre, me abrirás la puerta y dejarás que te cuente el pequeño secretito que ella estuvo ocultando de ti todo este tiempo.

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[Hessenordwood Crouch]

Garry M. Ollivander

 

―Oh, Dios. ¿te sientes bien?-, Charlotte pegó un grito y corrió a ayudar al mago Grayson, tendria un caracter fuerte, pero la muchachita siempre se había mostrado solidaria con cualquiera a quien ella pudiera ayudar. Ella comparte una mirada con Garry antes de intentar ayudar al hombre a sostenerse de pie, pero nada en el rostro del alquimista le dice nada. Parece tan confundida por las palabras de Dick ¿a que se refería con magia uso de magia negra?

 

Grelliam en cambio se mantiene sentado al filo de la mesa, con las manos en los bolsillos, escondiendo la propina necesidad que hay de saber más acerca de esa “bendita” marca de Caín de la que Grayson habla. Se sobresalta tras el ruido que hace el mago al romper la puerta sin el mayor esfuerzo ¿sería esa habilidad otorgada por la misma marca? tal vez, o es que el muchacho simplemente tenía una fuerza contundente. Ya lo sabría después, además lo que le interesa saber ahora es si la pregunta de Grayson es más por llegar al límite en la búsqueda de su padre o por que la marca ha detectado algo.

 

La sonrisa, aunque torcida y forzada por las cicatrices en su rostro, finalmente se hizo evidente. Apartó la mirada del par de magos y observó fugazmente la puerta altamente sellada al final del pasillo dentro del consultorio antes de pasar la vista al suelo y luego a la estantería que queda entre los dos grandes ventanales que dan hacia la calle.

 

Grell es un practicante de magia oscura desde sus últimos días como elemento de la (según cree él) extinta Orden del Fénix. Lo había intentado al principio solo como un método para resolver las catástrofes que el paso de los verdaderos llamados magos oscuros dejaban, pero tras la desaparición de la orden y sus líderes, sus estudios sobre magia oscura se habían torcido, desorientado habían tomado otros caminos, convirtiéndolo en el estropeado brujo que es ahora.

 

En cuanto artefactos oscuros, bueno, Garry siempre ha tenido una tendencia por coleccionar objetos de todo tipo.

 

Así que Grayson estaba siendo muy general sobre su pregunta.

 

―¿Qué pasa con eso?-, al fin se levantó y comenzó a caminar en dirección al brujo, examinandolo mejor de pies a cabeza, repasando mentalmente todo lo que el mago le ha dicho hasta ahora. ―¿Es que le hace daño sir Grayson?-, Charlotte lo atacó nuevamente con la mirada. ―¿Qué es exactamente esa marca? Además de mantenerlo vivo por tanto tiempo, ¿Habria alguna otra razón para que alguien quisiera deshacerse de ella? De cualquier heredero de que pudiera tenerla.

 

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[Hannity Ollivander Evans]

 

Una mueca se dibujó en su rostro, lo que hubiera podido ser una sonrisa al escuchar lo que decía el predicador, al parecer tenía la palabra precisa para el momento adecuado, suspiró. De repente el sonido de los toquidos de la puerta la hicieron mirar al pelirrojo, él se asomó a la ventana y le dijo que no se moviera de allí, el bajaría a ver qué era lo que pasaba, sin embargo, la rubia no era de los que obedecían cuando alguien se ponía en peligro por ella, bajó un par de escalones procurando no hacer ruido y mezclada entre las sombras, proyectando la tenue luz de la varita, la cual tiene firmemente agarrada, preparada para atacar. Vió al pelirrojo querer subir y un gesto asustadizo en su rostro.

 

Sabía de la expresión del rostro del hombre, el cual quería irse de allí antes de que fueran atacados, pero, por la voz que provenía de fuera parecía que esa no era la intención, al menos no por ahora.

 

¿Ella conocía a su madre? ¿De que pequeño secreto hablaba? Suspiró, a estás alturas no creía que aquel secreto fuera tan pequeño, y a todo esto... ¿Por qué lo ocultaba de ella?

 

Una y mil vueltas le daba la cabeza, así que se fijó en los azules ojos de Rory - Supongo señor Despard que entiende lo que debo hacer... Si usted gusta, este es el momento oportuno para irse, creo que el lugar no tiene hechizo anti-desaparición, pero si sigue con su fervientemente decisión de quedarse le prometo que lo protegeré de todo peligro al que sea expuesto...

 

Bajó las escaleras y mientras pasaba iba encendiendo las lámparas polvorientas que estaban en una mesa cercana a la puerta... ¿Qué o quién sería lo que encontraría al abrir la puerta? No lo sabía, pero no permitiría a nadie llamar cobarde a su madre.

 

La puerta se abrió y Hannity dió un paso atrás para dejar pasar a la chica de cabello castaño que estaba fuera, con un -Adelante... indicó a la mujer a qué pasará, al igual que a quienes la acompañaban, señaló con la mano con la que no sostenía la varita le mostró el lugar en donde podían sentarse a hablar, al cerrar la puerta la rubia, quién seguía sin expresión alguna se acercó a la mujer -Y bien... ¿Qué es lo que tienes que decir acerca del secretito de mi madre?

 

@@Rory Despard

[Kiyotaka Ayanokouji]

Era demasiado... Dick nunca había estado ante tanta magia obscura podía sentirla en los armarios, las puertas al final del pasillo, el mismo mago al cual estaba hablándole en ese momento... La marca lo quería... Quería absorber todo... El hambre era insoportable... Dick recargado en el muro sencillamente batallaba contra el mismo... Veía como su piel poco a poco se tornaba palida... Como si fuera un vampiro... Sus músculos se tensaban... Las venas que iban desde su arteria hasta su cerebro se notaban más y más...

 

--No... La... Niña!!!!--

 

Era lo único que podía hacer... Preocuparse por los demás... El ya no tenía control... Se había convertido en la personificación del doctor Jekyll y Mr... HYDE... Pero este me Mr. HYDE es como si hubiera tenido un mal día... Ya que en el momento en que sintió a Garry lo suficientemente cerca sencillamente se volteo completamente cambiado...

 

--Apestas a sangre... Apestas a magia negra... Tu mataste a mi padre!!!--

 

Ni siquiera su voz era la misma... Se notaba la ira que en su interior se encontraba... Por lo que sin dudarlo ni por un instante busco darle un golpe en la quijada... En caso de acertar era importante mencionar que una vez alcanzado el modo berseker Dick adoptaba una fuerza equiparable a la de un hombre lobo, siendo el completamente humano... Por lo que un hombre lobo con la marca de caín... Su fuerza podría equipararse a la de un gigante...por lo que en caso de acertar el cuerpo de garry saldría volando hacia el otro lado de la habitación suponiendo que garry también sea humano XD

[Rory Despard]

Bel Evans McGonagall

Para confrontarlo, tenía primero que recordarlo. De la misma manera en que había aprendido a desprenderme de las culpas que no eran únicamente mías, a tientas en la penumbra, caminé por el empolvado sendero que conducía al establo del Castillo Evans McGonagall. Un hilo de pensamiento, más fino que mis propios cabellos, era todo lo que me quedaba para no olvidar que estaba dentro de una fantasía patentada. Que lo sería en tanto Jawn siguiese sobre mi hombro, tibio y cálido.

 

Desde antes de entrar, el canto de los gallos me dio la bienvenida. Con un movimiento de la varita, abrí la puerta de par en par, y entonces no solo distinguí a los caballos y los hipogrifos, recostados con comodidad sobre el heno, sino también encontré a Pakami, con la vista perdida, babeante e indudablemente inconsciente de mi presencia. Al menos de esta presencia.

 

Porque tomada de su mano, a su lado, otra yo, con la melena revuelta y oscuras ojeras, reposaba en similar posición.

 

― Ya entiendo. ¿Aquí la consumiste por primera vez?― la rubia cabeza de Lëna asomó por detrás de mí para husmear con desconfianza hacia dentro― que movimiento audaz señorita Evans. Como se nota que tienes el "absoluto control" sobre esto.

 

― Si está saliendo de tu boca, que en el fondo soy yo misma recriminándome, supongo que tienes razón― era desagradable seguir observando ese triste espectáculo, pero me recliné sobre mi pecho, y el de Pakami para corroborar el sonido de sus latidos. Eran tan tenues que casi no se notaban, y en mi caso, las mejillas empezaban a mostrar un preocupante enrojecimiento― pero necesito comprobar si...― tirando de mí misma, desabroché la blusa y entonces observé sobre mi pecho la marca del manzanillo de la muerte, que en esos momentos parecía delineada con sangre y ardía con intensidad― la potencia de la poción está en función a tus niveles de magia.

 

Quería revisar a Pakami, y gateé sobre el heno para acercarme a él, pero al llegar hasta el cuerpo, ya no era más a mi viejo amigo al que tenía delante, sino que este se había convertido en Garry. Lo peor era que su mano, en lugar de sujetar la mano de mi yo inconsciente sobre el heno, estaba tomándome la mano a mí.

 

― La idea de cómo esto puede ser más corrompido inunda mi mente― soltó divertido, con un lúbrico brillo en los ojos, atrapados en una mirada fija que se extendió durante varios segundos durante los cuales todo lo que pude hacer fue contener el aire, revolviéndome nerviosa, hasta que conseguí soltarme de su agarre, y retrocedí, sentada, apoyando el pesos sobre mis manos, en un vano intento por tomar distancia de él, lo que no funcionó porque con un rápido y salvaje movimiento, Garry volvió a acortar la distancia, y además, terminó por colocarse a horcajadas sobre mí ― Dígame entonces, Bel ¿Qué puedo hacer ahora?

El eco de la risa de Lëna, apostada todavía junto a la puerta resonó en mis oídos, pero ni siquiera eso consiguió sacarme el aturdimiento del tibio aliento de Garry justo sobre mis labios, momento en el cual, dejé de forcejear, dispuesta a comprobar efectivamente, todo lo que él podía hacer.

No conté con que Jawn se le abalanzaría en ese preciso instante.

Y entonces reaccioné. La luz del sol se colaba a chorros por una ventana sin cortinas, y la mesa a mi lado era un estropicio de cuencos sucios y calderos con alguna clase de líquidos encostrados a la base.

― ¿Lo conseguiste?― Cath acababa de entrar, y traía una cierta culpa en la mirada que me hizo de inmediato dilucidar que había tenido que "despertarme"― comenzabas a murmurar su nombre― añadió, inquieta, mientras me tendía la mano para que me levantase de la silla mecedora― entonces pensé que debía despertarte. Aparte que llevabas casi 72 horas...

 

― ¡72 horas! ― abrí los ojos de forma desmesurada, incapaz de creer que tanto tiempo hubiese transcurrido― pero si antes, podía tener una fantasía de horas de duración y en cambio esta, y la vez anterior en Baker, el momento fue tan corto...― me sentí contrariada, hasta que de pronto caí en cuenta de lo que eso estaba significando y una inexplicable algarabía se coló con fuerza en mi corazón― ¡Ahhh, he podido comprobarlo! ¡La poción funciona de acuerdo al nivel de magia! Y como no tengo nada ahora, solo soy capaz de "fantasear" pocos segundos, por causa de la resistencia física del cuerpo.

 

― Pues ve escribiéndole a esa conocida tuya Bel, porque este ha sido el último experimento y como acordamos, saldremos de viaje.

 

El tono con que Cath lo había dicho sonaba a una sentencia, y supe, que por mi propio bien, era mejor no replicarle. Yo misma sabía que haber continuado con la investigación sobre las fantasías patentadas era un riesgo muy grande, en mi actual condición de squib, pero me debía a las promesas, incluso si estas exponían mi salud a esos niveles. Así que saliendo de la cocina (cuyas tres cuartas partes había convertido en un extraño espacio de experimentación), me dirigí a la biblioteca.

 

En la mano sujetaba el frasco que contenía lo último de aquella poción. Cuando había entregado el sobre a Rory Despard, conteniendo las semillas de silfio, no había estado plenamente segura de que estas fueran reales, pero ahora que lo sabía, era necesario pagar la deuda que había contraído para conseguirla, pero además, pedirle perdón a mi hija por involucrarla en ese asunto.

 

Lëna

― Yo no diré nada del secretito, porque puede leerlo por usted misma― replicó Lëna, con una sonrisa divertida, para luego comenzar a curiosear entre los objetos del espacio donde estaba― en el fondo, tampoco es que yo sepa por completo esta historia y me sorprendió que ella mandase desde su "retiro muggle" esta misiva― su sonrisa se enganchó cuando tendió la carta a Hannity, mientras confesaba, con las manos cruzadas atrás, su pequeña travesura― Bel Evans siempre ha sido muy reservada, pero necesitaba decirle algo que llamase su atención, o no me hubiese abierto la puerta.

 

A Lëna le divertía la expresión de desaprobación que el hombre pelirrojo (que ella suponía era el predicador Despard) le dirigía por lo acababa de confesar. Por un momento, el gesto le hizo recordar los tiempos del cabaret y todos las condenas que habían recaído en bailarinas como ella, acusadas de ser mujeres de virtud fácil y conciencia ennegrecida, aun cuando más hipócritas resultaban los "hombres de fe" que "religiosamente" acudían por sus servicios una vez a la semana.

 

― ¿Se conocen mucho tiempo ustedes dos? ― inquirió mientras veía a Hannity revisar los sellos postales y la caligrafía, como si comprobase la autenticidad del mensaje― no me queda claro la clase de relación que tienen ― agregó con suspicacia, sin esforzarse por disimular sus intuiciones― pero si no se tienen una confianza profunda, dudo que puedan salir bien librados de esto, porque cuando están los duendes involucrados, nunca les falla el dinero para comprar hasta la más "cara" conciencia.

 

Era una suerte que los duendes, conocidos suyos, se hubiesen quedado afuera todavía vendiendo sus mercancías ilegales, y no escuchasen lo que acababa de decir de los de su raza.

 

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[Hessenordwood Crouch]

Garry M. Ollivander

 

―!Grelliam!-, chilló Charlotte, quien casi tuvo que dar un salto para esquivar cualquier ataque colateral que le alcanzara. Sus brillantes ojos se abrieron del espanto y su corazón se había agitado con desesperación. No obstante, alerta en su mano ya empuñaba su varita intercalando su puntería entre Dick y Garry, si tiembla de nervios es por que la muchachita apenas ha aprendido a controlar hechizos de sanación, de ocupar defenderse o atacar el arma le sería completamente inútil.

 

En cuanto a Garry, el salvaguarda magia había protegido al brujo del ataque. Dick, o la personificación que estaba adoptando ahora había terminado por traspasarlo, y del mismo impulso del golpe fallido había dejado a Grayson justo del otro lado de la habitación. Garry se apresura entonces, por qué se imagina que no tienen mucho tiempo antes de que la marca en Dick vuelva querer a atacar.

 

―Detenle ahí-, Charlotte se paraliza un momento, ¿cómo se supone que lo haría? No le queda más que armarse de valor y con la varita en mano ponerse en medio del par de brujos, apuntando a Dick o a lo que se ha convertido, con sus manos temblorosas, ella no ha aprendido magia para hacer daño a nadie, se siente que sus piernas flaquearían en cualquier momento, pero desafiante

 

Garry se deshace rápidamente del broche en sus enguantadas manos deja al descubierto las maltratadas palmas pálidas, manchadas de químicos, cicatrices y otras marcas de magia, la daga que aparece en su mano es solo para cortarse a sí misma en la palma derecha y salpicar un rastro de sangre que llega hasta los pies de Dick, sin salpicar a la muchachita frente a él. Luego se deja caer al suelo de rodillas, con ambas palmas conectado entre él i Grayson a través del apenas existente rastro de sangre.

 

No habría querido conjurar tan pronto, sin embargo lo hace. El beleño tatuado como una herida abierta en su mano segrega sobre la sangre los restos de la última magia que ha absorvido, es una magia oscura que al abandonarlo hace que Garry se sienta mareado, pero es al mismo tiempo una garantía para él. La habitación de Baker se oscurece de pronto debido a la luz que comienza a emanar desde el suelo viejo de Baker, alrededor de Dick y casi quemando el alfombrado antiguo, se dibuja un antiguo pentagrama alquímico que termina por encerrar a Dick en una jaula de energía.

 

Luego del shock, Charlotte corre a lado de Garry, sin dejar de observar al brujo Grayson en medio del pentagrama sin poder salir de ahí, la muchacha se apresuró a ayudar a Garry a ponerse de pie y sanó su herida con un díctamo que guardaba en uno de los bolsillos de sus ropas.

 

―¿Que rayos es eso?, ¿Por que tienes algo como esto aquí?-, Charlotte se asomó nuevamente, no puede evitar preocuparse por el bienestar del mago Grayson, aun cuando es él quien los ha atacado primero.

―¿Sirve de algo decir que yo no lo puse ahí?-, nuevamente enfundo en guantes sus manos.

―Ah, ¿fue la sanadora Evans?-, los brillantes orbes de la mujer observaron cuidadosamente al brujo, cada vez más extrañada de él, de sus arrebatos de insania que parece padecer cuando nadie lo mira.

―… Entonces, señor Grayson, será mejor que controle esa marca suya si no quiere morir siete veces-, en realidad, aunque la protección mágica que ha levantado alrededor del brujo es buena, la errática magia del Ollivander la hace imprecisa. Garry arrastró sus pasos hasta la mesa ratona y terminó de beber el contenido de la tasa que Charlotte había servido, aún seguía caliente, pero parece despertar al taciturno brujo. ―Se que es difícil, pero se que puede escucharme, tra-te de con-tro-lar-se-, arrastró las salivas con menos pereza de lo habitual.

 

Por supuesto que está preocupado por la reacción de Dick, aunque no lo parezca, pero ciertamente no estaba preparado para algo cómo esto, por lo que cualquier cosa que quiera hacer para ayudar al muchacho le tomará más tiempo.

 

―¿Tu...tu mataste a su padre?-, preguntó finalmente Charlotte, se sintió como un alivio finalmente soltarlo y es que Dick parecía tan convencido de su acusación.

―No-, los pálidos ojos del brujo, buscaban localizar sobre el mago Grayson la marca que les había mostrado anteriormente.

―Pero el dijo que…-

―No,

 

Con la misma desesperante calma Garry tomó un baúl sobre uno de las mesas llenas de objetos y artefactos armados y desarmados por igual, tomo entre sus brazos además algunos materiales extras, unas pinzas raras y sacándole la vuelta a la magia que contiene a Dick dentro del círculo justo en medio del piso de Baker, consigue llegar hasta la estantería y tomar un par de gruesos volúmenes de la colección de ocultismo muggle.

 

―¿Que estás haciendo? ¿L-lo vas a dejar ahí?

―Confío en Bel,

―P-pero se oye muy molesto,

―Puedes irte a casa Charlotte, dejaremos la tutoría para después.

―No creas que te voy a dejar, eres capaz de matarte a ti mismo intentándolo antes de detener a esa cosa.

―Como quieras entonces-, sus manos son hábiles mientras comienzan a armar algo parecido a un collar con cuarzos de piedras preciosas y un cordón que parece de plata. ―Puedes intentar calmarlo? tómalo como una prueba, imagina que es un paciente que ha llegado con urgencia a San Mungo.

 

Charlotte pareció ofenderse primeramente por la petición del mago, sin embargo lo sopeso rápidamente, porque siendo Charlotte cómo es, no podía fiarse siempre de la magia y si quería hacerse con el título de medimaga tendría que enfrentarse a cosas como estas eventualmente, aun cuando no fuera algo tan común. Además ¿Garry no dejaría que Dick le hiciera daño, verdad?

 

―Oye Grayson, tranquilo-, comenzó a hablarle acercándose solo un par de pasos hacia él, Charlotte intentaba convencer al brujo del otro lado del muro de energía que los separaba y el cual parecía apunto de estallar. ―T-tu no quieres hacer esto realmente, no dejes que esa magia te corrompa también-, Garry levantó la mirada brevemente, curioso por saber si las palabras de ella conseguían algún efecto en Dick.

 

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