Libro de los Druidas

[Anthony R. Dracony M.]

El ojimiel tuvo tiempo para repasar recuerdos de sus vivencias y se esforzaba en analizarlos, solo que la falta de práctica no le era tan sencillo hacerlo. Una voz le hizo darse cuenta que no se encontraba solo, otras dos chicas se encontraban ahí, de la primera no se percato de cuando llego, ¿o quizás ya estaba anterior a su llegada? como no dijo nada, él tampoco. La otra joven si expreso una pregunta:

 

--Disculpen, ¿también esperan a Badru?

 

Por lo que se levanto y solo dio una respuesta sencilla.

 

--Si él es el instructor, si.

 

 

No paso mucho de ese acercamiento, cuando llego a ellos un hombre que solo hizo una petición:

 

- Síganme.

 

Con algunos profesores también era de esa forma, se trasladaban a algún sitio especifico para la clase. Así que mejor fui detrás de él. Fui observando para tratar de reconocer el sitio al que nos llevaba pero en verdad no supe que plaza era esta.

 

 

Me encontraba viendo el entorno, por lo que al girar mi rostro vi la lluvia de estrellas, era como si una cúpula de luz mágica se cirniera sobre nosotros...malo comenzaba esto pues no era algo que hubiese visto antes. Un movimiento rápido de mi brazo y "cobra" se deslizo a mi mano diestra, solo que no sabía que debía hacer...tal vez lo más obvio, esperar el golpe mortal y morir de pie, apreté con más fuerza la varita de arce...tal vez mis sentidos me dieran la clave de que estaba ocurriendo, mucho se dijo en la clase anterior de ser uno con la naturaleza y "leer" lo que en ella acontece.

 

 

El desconocer que esperar, solo me hacía pensar que debía mantenerme tranquilo...el miedo es lo primero que debe vencerse. También era previsto que el profesor nos mostrara su poder para ser capaz de advertir que tan grande era. No era ningún hechizo de tipo efecto, porque de ser así ya sentiría que provoca, pero entonces ¿qué era?

 

 

Avance unos pasos, lanzando una mirada de reojo a mi alrededor con la varita al ristre, si era una magia más álla de mi alcance, un simple protego sería inútil. Lo dificultaba el hecho de ser hechizos no verbales...ya que no pronuncio palabra alguna. Mire a la arena, tal vez era para llamar a alguna criatura mágica...era posible ¿no?

 

 

--Estrellas...¿un hechizo de meteorología? las estrellas son cuerpos celestes, masa luminosa de plasma...--Lo malo era no entender como debía atacar o defenderse...¿sería algo que ocurriría en los próximos segundos?

 

 

Mi propia respuesta me hizo comprender algo sumamente importante...fue ahora o después pero debía sobrevivir fue el ataque que fue, requería una defensa, ¡ahora! No era momento de paralizarme, era justo el momento de canalizar mi magia y ocupar una de las defensas que describía el libro: Obsistens...algo fácil que cualquiera puede hacer, solo canalizar a través de mi varita y hacer la invocación mentalmente...Obsistens ...un rayo luminoso verde agua creo un cerco a mi alrededor, mire al hombre para decirle mi pensar:

 

 

--Dice usted que el ambiente es hostil, la hostilidad no se desvanece al ignorarla, se enfrenta, pero si no se que es solo me queda utilizar una defensa que me de la oportunidad de elegir que usar para atacar.

 

 

Me gire a ver a la compañera @@Athena Rouvás ...tal vez ella si estuviera al conocimiento de que era lo que estaba ocurriendo, podría ser que por sus vivencias reconociera que nos estaba afectando, a la otra joven no la vi cerca...

Editado 8 de Octubre del 2017 por Antoni Ryvak Dracony

[Cissy Macnair]

Alguna vez me había entrenado en la Arena de Combate junto a los Guerreros, mucho tiempo atrás cuando Sybilla había sido entrenada por ellos. Ahora me miraban como si fuera una extraña en medio de ellos.

 

Badru apareció por medio de un portal y no pude menos que mirarlo con recelo. No era que no confiara en él, sino que él no confiaba en nosotros, ni siquiera que íbamos a hacerlo o a intentar hacerlo bien. Simplemente nos descalificaba porque éramos occidentales y él se creía totalmente superior. Quizá sus habilidades con la varita, las batallas y las guerras era superior, pero nosotros teníamos mucha valía también.

 

Luego que fuimos a la Plaza del Árbol de Fuego -una belleza natural- Badru nos enfrentó preguntándonos qué haríamos para enfrentarnos a él.

 

-Es una completa estupidez enfrentarnos a tí- sentencié, sin importar lo que Antoni a mi lado, dijera-. Tienes más experiencia en batalla, conoces muchos más hechizos y magias avanzadas que nosotros referentes a los duelos y a la guerra, ¿por qué siguiera pensaríamos en enfrentarte? Y si lo hiciéramos porque no tuviéramos opción, no lo haríamos en un terreno que te fuera favorable. Lo primero que se necesita para desestabilizar a un oponente es sacarlo de su zona de confort. Enfrentarte en la Plaza o en la Arena no haría más que dejarnos en ridículo, así fuéramos diez contra ti- concluí, sacando también mi varita.

 

No estaba segura de que esa fuera la respuesta que esperaba y tampoco me importaba. Si había algo que sabía es que yo no era ninguna tonta y había conocido a suficientes Guerreros Uzza para no subestimarlos.

[Anthony R. Dracony M.]

Los ojos negros del profesor nos observaban, de momento no pronunció palabra, su mirada es como la de Reacon, eran muy parecidas y me hizo recordar esa época en que me llenaba de miedo cuando me miraba fijamente...eso porque él me revelo ser un vampiro y muchas cosas terribles había escuchado sobre ellos. Descarte la idea de que el profesor fuese vampiro pero su mirada era dura y al menos yo no he conocido a alguien que mire de ese modo.

 

 

El estar viendo lo, me hizo notar que alguien llamaba su atención repentinamente, miré a la dirección que él veía y fue que vi a la compañera de ojos verdes de la que no se su nombre y seguramente que ella a mi no me conocía tampoco. La escuche dar su respuesta de la que tome un punto importante y que podía ser preocupante: no estaba en su idea combatir juntos. Algo que seguramente se debía a que somos desconocidos porque antes de esta clase no nos habíamos topado realmente . Estábamos aquí por el curso, pero desde mi experiencia anterior, era muy marcado que la mayoría no venía a hacer amigos y menos en estas clases que eran impartidas por los guerreros Uzza.

 

 

Así que no me hice ilusión de crear alianza con las compañeras...por ahora. Otro punto que la compañera menciono, fue que el profesor Uzza tenía "mayor experiencia en batallas y la guerra", nada más cierto! porque...¿que experiencia tengo? si des-afortunadamente desconozco que es ser paladín...sin nadie que me orientara o me hablará sobre el tema...y un muy escaso esfuerzo logre al buscar por mi cuenta; como ir al local de Axel para la compra de una espada...una ligera práctica ese día con el danés que fue tan amable en obsequiarme esas dos espadas y del que obtuve su promesa que me llevará a entrenar a Prada con su amigo...solo era cuestión de esperar su aviso. Otro que también prometió ayudarme fue Delta, mi "hermano de guerra"...un encuentro inesperado en una taberna cuando aquellos mercenarios se enfrentaron con él y quede en medio de ese enfrentamiento. Use una daga comprada antes de mi incursión a la academia mágica, mucho no había hecho con ella y de notar el peligro tan eminente, cambie la daga a usar la varita...no, mucha experiencia no tenía, pero en algún momento debía iniciar.

 

 

Las armas que me obsequio Axel Rexmort no las traía, pero ademas de la varita y de todos los colgantes, anillos y demás, tenía algo que solo bastaba invocar y fue entonces que lo pensé, invocación de la daga de sacrificio para tenerla a mano y ocupar la si era necesario.

[Badru]

¿Acaso... tenían miedo? Dos de los aprendices habían respondido de manera inmediato, uno de ellos lanzaba el conjuro de obsistens como modo de defensa sin que realmente lo protegiera de algún conjuro del cual defenderse y una de las mujeres estaba pronunciándose a un imposible modo de defensa. Ninguno de los dos me había resultado decepcionante, al menos tenían fijo en su mente el modo de responder, mal, pero tenían cierta iniciativa... ¿qué pasaría por la mente de los tres? No podía esperar la respuesta de la otra mujer, debía de aclarar el ambiente en esos momentos antes de perder a los jóvenes.

 

- La lluvia de estrellas que acaban de presenciar es una de las auras, la de poder, que brinda mayor ventaja a sus contrincantes en una batalla... no la aprenderán conmigo, como lo deben de saber si tuvieron un poco de curiosidad antes de venir a su entrenamiento conmigo, pero no es excusa para que desconozcan de los males que se pueden enfrentar.

 

Un ligero brillo en la punta de mi vara apareció antes de que la clavara en el suelo, acto seguido tres estatuas salieron del suelo de antiguos guerreros Uzza, uno para cada uno de ellos.

 

- La vara de cristal hace que su varita se vuelva más poderosa tomando la forma de un bastón, provocando que los conjuros tipo rayo se vuelvan más poderosos... convirtiéndolos en un efecto. Deberían de haber reconocido ambos movimientos que realicé en el camino, la atención a lo que sucede en el campo de batalla es primordial para sobrevivir o, en su caso, huir sin sufrir tantos daños.

 

Clavé mi mirada en esos momentos específicamente en el mago presente, el de cabellos verdes.

 

- Un obsistens es un buen método de defensa cuando te lanzan algún conjuro que tengas tiempo para defenderte, recuerda que es una invocación y se toma el tiempo para crear la protección. Ten cuidado, es posible que seas de los primeros en caer si no conoces a fondo los conjuros que tienes a tu disposición. - Miré ahora a la mujer que había pronunciado palabra. - Recuerda que es un entrenamiento y brindarles ventaja sería menospreciar sus propias capacidades, cuando sea el momento tendrán que enfrentarse contra mi no para buscar ganar, sino para crecer.

 

Suspiré tranquilamente cuando levanté mi vara del suelo y las tres estatuas levantaban sus brazos al mismo tiempo, dispuestos para iniciar con su enfrentamiento.

 

- El libro de los Druidas es defensivo, si es que no se habían dado cuenta, sus conjuros les brindarán una ventaja ante magos más poderosos, por lo que primeramente... ¡defiéndanse! ¡Pensar, hablar, actuar!

 

Cada una de las estatuas lanzó un fuego maldito siendo un fénix el que volaba hacia Athena, un basilisco el que se lanzaba hacia Cissy y un hipogrifo el que se enfrentaría contra Antoni, cada bestia de fuego representaba el reflejo del alma de sus contrincantes aunque estos no lo supieran conscientemente. Se enfrentarían contra un ser reflejado de si mismos, más poderoso, mejor entrenado, más rápido. Se tendrían que defender de sus propios miedos.

[Anthony R. Dracony M.]

A la expectativa me encontraba esperando lo que iba a ocurrir, solo entonces fue que escuchamos hablar al profesor y era para aclararnos sobre la lluvia de estrellas...una de las auras...entonces existen más. Por lo menos ya tenía despejada la duda sobre cual era su propósito. Era lógico, lo había mencionado que nuestro poder no era como el suyo, así que lo que explicaba era sumamente interesante.

 

 

Seguí sus movimientos cuando el guerrero clavo su varita en el suelo y brotaron del suelos tres estatuas. Se asemejaban a una que se veía en la plaza del árbol de fuego, así que seguramente eran representaciones guerreras. Frente a mi había una, la veía mientras escuche al guerrero hablar sobre lo que aconteció al entrar a ese lugar de entrenamiento..."la atención a lo que sucede en el campo de batalla es primordial para sobrevivir..." una advertencia que debía tomar muy en cuenta.

 

 

Sus ojos negros se clavaron en mi, pues fue lo siguiente una aclaración que me marcaba lo que no considere al hacer uso del obsistens...

 

 

--Pondré más empeño de recordar antes de actuar.

 

 

 

Hice unas exhalaciones para concentrarme en lo que había leído al mismo tiempo que escuche lo que le decía a la compañera de ojos verdes, sujete con firmeza mi varita de arce, el entrenamiento exigía nuestro esfuerzo.

 

 

Las estatuas levantaron sus brazos...mágicamente se convertían en nuestros contrincantes, así que era momento de responder. La que estaba frente a mi, hizo surgir un magnifico hipogrifo de fuego, su desplazar era de ataque, mire alrededor, no había objetos grandes para colocarlos frente a mi y que chocara ese hipogrifo que se acerco hasta mi...bueno, de momento solo quedaba quitarme de su camino.

 

 

 

--Salvaguarda Mágica-- Me volví intangible y el primer embiste paso atravesando mi incorpóreo cuerpo, era una lástima no contar con el polen de los lirios de fuego, si los tuviera podría utilizar el Ignea. Pero debía ocupar alguna otra estrategia, al menos el guerrero dijo que nuestras varitas se pondrían más poderosas y los conjuros tipo rayo se convertirían más poderosos al ser como un efecto...

 

 

El hipogrifo regresaba de nuevo hacía mi al volverme tangible así que ejecute el movimiento con mi brazo y mano para llevar a cabo mi ataque dirigiendo directamente sobre el hipogrifo.

 

 

--¡Flechas de fuego!--Los filamentos de fuego iban al cuerpo del hipogrifo pero al ser de fuego no sufría daño, era momento de usar un hechizo que detuviera a la criatura formada por ese fuego --Forticus!! -- El muro de acero se interpuso entre la figura de fuego y yo y al igual que en aquella extraña clase de duelo, el hipogrifo choco contra el muro y se consumió por entero.

Un hechizo que Sagitas me advirtió que cuidara de no usarlo, a menos que consiguiera esos lirios de fuego, no veía el modo de utilizar la invocación del poder de Ignea.

[Athena Rouvas]

¿Que qué haría? Bueno, defenderse. ¿Con qué? Eso dependería de con que era atacada. Por lo general, ella no es mucho de llevar una táctica pensada por mucho tiempo antes, más bien de ir haciendo estrategia como una acción-reacción sin caer en los nervios, sin doblegarse al nerviosismo, sin temer a quien tiene al frente. Lanzar un primer ataque no garantiza nada, pensar demasiado tampoco cuando es la experiencia la que va ganando campo cuando se debe enfrentar a alguien; aunque ella lo evada siempre que se pueda.

 

Al final cae en su propio error pues todo eso queda como un pensamiento muy largo en vez de salir en palabras. Tal vez se concentró demasiado en buscar las palabras que expresaran lo que quería decir. Apenas escuchó a Cissy, y a Antoni lo vio casi de reojo. Para cuando se decidió a abrir la boca el Uzza ya tenía otra vez la palabra y aclaraba la generalidad del Libro. Defenderse, ese era el objetivo.

 

Badru utilizó la vara de cristal para que tres estatuas los atacaran. Sus ideas volaron a mil por segundo pues una de ellas dirigía su ataque (un fuego maldito con forma de Fénix) contra Rouvás.

 

Pensó en varias maneras de defenderse, nunca de atacar, hechizos básicos y algunos avanzados. Incluso alcanzó a evaluar hechizos en los que ella era más diestra con los Libros más bajos. Al final recordó lo leído en el Druida, como estudiante era muy buena, capaz de memorizar información y comprenderla en su totalidad, era en la práctica donde a veces erraba, solo que luego de cada caída aprendía y repetía ese aprendizaje hasta que resultara. La paciencia y la perseverancia son virtudes, dicen. Además había visto de primera mano el leve avance que eso significa para quienes acuden a aprender frente a la adversidad. Al final, toma a su Niké, su varita de Roble Inglés, y ejecuta un movimiento limpio.

 

—Ignea. —Menciona. Lo ha visto antes, en su práctica con algunos Guerreros Uzzas.

 

Recuerda también un termino en medio de la explicación "Fuego compacto". El fénix de fuego ya está demasiado cerca y la lluvia de polen hecha de lirios de fuego sale sin filtro desde la varita, va contra la estatua que es el invocador y constituye una defensa férrea contra el fuego, aún así no puede evitar preguntar. Tal vez a la próxima recuerde hacerlo antes de actuar tan precipitada.

 

—Exactamente ¿a qué se refiere con compacto? —Intenta hacer sonar su voz, sin gritar, por sobre el jaleo que se arma cuando los tres alumnos están en lo suyo. Con algo de suerte Badru la debe haber escuchado.

[Anthony R. Dracony M.]

Aquel hipogrifo de fuego se consumio al impactar repentinamente con el muro de acero que conjure, seguí observando a la estatua guerrera, yo tenía el brazo en alto al igual que ella, un solo hechizo no iba a ser lo único en aquel entrenamiento, mi sentido común me aseguraba que habría mucho más.

 

En lo que esperaba su siguiente ataque, no pude evitar pensar que había actuado muy parecido a como transcurrio mi vida: en el principio de mi educación formal, mi falta de seguridad en lo poco que conocía, me había yo "desaparecido" o llanamente, huí de enfrentamientos. Después, al ganar un poco más de confianza, use aquellos hechizos que considere más poderosos pero más de una vez equivoque lo que emplee, ahora me debatia más en que postura tomar...tres opciones se me ponían frente a mi y era quizas mi mayor miedo: elegir lo correcto.

[Badru]

No entendía lo que estaba realizando el mago presente, mostrando desde el inicio que no era su fuerte el combate mágico, realizando su primer movimiento de manera correcta con un salvaguarda pero, por alguna extraña razón, intentó realizar un movimiento ofensivo hacia las estatuas sin que tuviera efecto sobre ellas. Inmediatamente después quizo realizar un tercer movimiento, como si se adelantara a la respuesta de su adversario, un conjuro que no podía realizar debido a que sus conocimientos mágicos no eran capaces de hacerlo.

 

- Ryvak, - después de aclarar mi garganta alcé la voz - ¿conoces los hechizos que puedes llegar a manejar? El fortificum, si es el hechizo que quisiste usar, es una invocación de magia oscura, tus habilidades están limitadas en ese aspecto... de igual forma quieres lanzar conjuros por lanzarlos, tienes que calmarte, recuerda los principios básicos de los duelos.

 

Estaba en verdad sorprendido, no había conocido a un aprendiz en entrenamiento que hubiera llegado hasta este punto con nulos conocimientos de batalla como aquel joven, dudaba de la capacidad de los ingleses que daban los cursos de los libros de la fortaleza, la sangre y el equilibrio. Teniendo a una de ellas frente a mi, defendiéndose de su propio ataque de llamarada de fénix con un conjuro muy útil, el ignea, para que no le afectara.

 

- Muy bien Rouvas, - dirigí mi atención a la bruja en esos momentos - si logran continuar con su entrenamiento y llegan a descubrir los secretos del libro de Hermes Trimegisto podrán realizar el conjuro "fuego compacto", el único hechizo con el que el ignea no te podrá ayudar. El conjuro es mortal.

 

Las estatuas estaban nuevamente con varita en alto, listas para volver a atacar a los tres presentes siendo su primer movimiento un séneca que afectaría de inmediato la garganta de cada uno de ellos antes de que otra llamarada de fuego maldito, repitiendo el mismo animal que en el ataque pasado, surgiera de sus varitas para intentar impactar en los diferentes torsos.

 

- Recuerden que están entrenándose en el libro de los druidas, apliquen los conocimientos. - Sentencié tranquilamente antes de realizar un fulgura nox a mi lado, esperando que lograran identificar al menos ese movimiento. Debíamos de avanzar y rescatar a la señorita ignea que seguía perdida en aquel campo de batalla.

[Anthony R. Dracony M.]

Seguramente que han escuchado ese dicho mundano que reza: "Una acción dice más que mil palabras" ...muy bien se aplicaba a su persona, no tenía que aburrir a nadie contando sobre lo que había sido su vida y lo que le disgustaba medirse con otros, mucho menos en duelo, pero era algo que necesitaba conocer. Por su empleo, por las personas que desea proteger, tenía que poseer algo más que solo frases extraídas de libros.

 

 

Mucho tenía que cambiar en su actuar, callo mientras el guerrero le marcaba su fallo. No podía comenzar a buscar pretextos¿para que? lo que si era necesario, era seguir su consejo: calmarse. Respiro de forma profunda, sin bajar la varita en su diestra y solo respondió de forma corta.

 

 

--Si señor.

 

 

¡Tenía tanto que no usaba ese hechizo! hasta había olvidado como pronunciarlo...esos hechizos que prometió olvidar...pero que le llamaban tanto la atención...si su tía Sagitas por lo menos lo escuchara con todas sus dudas....pero no, siempre calla cuando él le cuestiona...igual que cuando le suplico le hablará sobre Adriano Wellace...su padre sanguíneo. Un desconocido, un nombre sin rostro...el misterio de que nadie le recordaba....o al menos eso le hacían creer.

 

 

 

Mantenía fija la mirada en aquel guerrero surgido del suelo mientras el guerrero hablaba con la compañera, Rouvas según escucho que el guerrero la llamo. El guerrero Uzza mencionaba otro libro y solo me dije: "Cruzaré ese puente cuando llegue a estar frente a él...ahora es lo que ejercito aquí lo que importa".

 

 

 

Siento en mi mano el calor que me trasmite la varita de arce...la varita que Reacon me entrego y según me aseguro fue de mi difunta madre...y solo entonces me comencé a pensar en comprar me una nueva varita... aunque de muchas cosas me ha salvado "Cobra"...

 

 

Aquel mágico rival volvió a efectuar un ataque, este era un hechizo que al parecer deshidrataba en cuanto impacto en mi

persona, afectando mi garganta, al menos este si intuía como contrarrestar lo...moví mi mano y un poco el brazo para utilizar uno de los hechizos de los que estamos practicando, pronuncie lo más correctamente posible (no quiero cometer el error del Fortificum):

 

 

--Cantar del Eleboro -- apenas audible fue aquella vibración musical que al rodearme restituyo mis sentidos, seguido de ese ataque siguio otro, el hipogrifo de fuego. Debía usar el hechizo correcto, si la chica de ojos verdes lo hizo parecer posible, solo me queda utilizarlo también...hice una floritura elegante y entonces pronuncie el hechizo:

 

 

--Ignea-- Un remolino alrededor de mi cuerpo me cubrió por entero con un polvo muy fino que hizo brillar por unos instantes y me ayudo a salir airoso de aquel hipogrifo de fuego.

 

 

Mi varita en alto, porque podía la estatua de aquel guerrero, enviarme otro ataque y mejor estar listo para responder.

[Athena Rouvas]

—Oh... ya. —"Eso explica porque no me sonaba". El Libro de Hermes Trimegisto estaba mucho más arriba. De hecho ni siquiera conocía al Uzza que impartía aquella fuerza tan potente. —Entonces, creo que tendré tiempo para pensar en una defensa más efectiva para ese momento. —Lo mencionó medio en broma, medio en serio.

 

Mantuvo la varita en alto hasta que el fuego perdió su calidad frente a la lluvia de polen y Rouvás salió ilesa de esa primera parte. ¿Iba a ser un camino sin fin? ¿Las estatuas atacando y ellos usando todas las defensas que se les fueran ocurriendo o recordando? Tal vez debería defenderse aquellas primeras veces para practicar, para luego solo buscar un espacio y atacar. El Libro es defensa, pero en una batalla la victoria se queda con aquel que utiliza mejor sus herramientas y logra asestar un mejor golpe para que el rival caiga. Así lo ve ella al menos, y de todos modos, no puede adelantarse a los movimientos que harán la estatua que es su adversaria porque tendría que devolverse en el tiempo, y eso es imposible incluso para la gente que sabe de magia.

 

A uno de sus costados Antoni no parece estar teniendo una idea similar, bueno, no puede saber lo que piensa, pero puede deducir algo por los movimientos que alcanza a observar. Por el momento tendrá que seguir la dirección en que el Uzza les está llevando.

 

—Veamos... Cantar de Eleboro...—No está del todo segura de usarlo, más que nada porque no ha visto en persona el movimiento de mano, solo se guía por lo que ha leído en el Libro. Recuerda que puede usarlo también en apoyo de otro; Ryvak está a varios metros de distancia, y no se aclara que tan cerca deben estar, pero al menos lo intenta, su hechizo cuida (o refuerza en el caso de Antoni) los sentidos de ambos para que el séneca no afecte el habla y puedan seguir activos. —No hay peor que enmudecer, no podría estar mucho tiempo sin hablar, aunque sea para decir una palabra.

 

El siguiente ataque no tarda en venir, un nuevo fuego maldito pero esta vez Athena opta por moverse con algo en lo que es más diestra. —Salvaguarda Mágica. —Está consciente de que debe utilizar los hechizos que está cursando, pero en algo real no se pondrá a definir qué hechizo iba en qué Libro, solo pensará en su seguridad, y lo mejor es ir reuniendo todos los conocimientos para enlazarlos. Todos ellos forman un poder especial e inigualable.

 

Badru ha creado un portal por el otro costado, aunque no ha avanzado por el.

 

—¿Seguiremos en otro lugar? Creí que solo practicaríamos con esto, por ahora. —En realidad no lo creía, pero ya estaba dicho. —Creo que es un Fulguria Nox, ¿no? Permite atravesar hacia otro sitio, supongo que solo hay que concentrarse lo suficiente y visualizar en la cabeza el lugar al que se quiere acudir. Si muchas casas y mansiones en Ottery cuentan con protección contra invasores ¿se puede todas maneras activar un portal?. —Siempre había tenido esa duda.