Libro de los Druidas

[Anthony R. Dracony M.]

Estaba realizando la escalada por la ladera del volcán que quedo cubierta de hielo, cuando algo que ocurrió entonces me dejo sorprendido...volví a ver nuevamente como la roca volcánica se levantaba...mis labios delgados formaron una o muy redonda...no solo era una mano como esa vez que caí en ese extraño lugar con un río de magma... era un ser antropomorfo entero! su cuerpo de roca, lava y fuego era de cuidado, a pesar de que lo vi antes, aún así me sorprendió. No se como fue que el viento me llevo aquel grito:

 

-- ¡Cherufes!-- Fue lo que la compañera dijo ante la presencia de esos seres, porque era más de uno.

 

--Oh!....así que así se llaman! ....vaya, mejor actuar rápido -- Hice un alto en mi ascenso, estaba uno muy cerca mio con la intención de detenerme, enarbole la varita y apuntando al centro del ser lance el hechizo que podía regalarme unos minutos de tiempo para trabajar seguro:

 

--Semillas de hielo --Fue saliendo de la punta de mi varita un viento helado que recubrió de hielo a ese ser paralizando lo y por lo cual no me ataco, lo que era ahora necesario era usar un hechizo que excavara en la roca, apunte enfrente de mi:

 

--Defodio -- El rayo impacto en ese punto de la pared del volcán lo que hizo una abertura considerable, volví a hacer otros dos lanzamientos--Defodio...defodio -- Esto con la intención de hacer más ancho aquel agujero, pronto terminaría el efecto del recubrimiento de hielo sobre aquel ser, por lo que extraje de mi bolsillo interno la figurilla de metal que me obsequiará ese elfo encargado de la librería a la que acudo con bastante frecuencia, use la varita para hacerlo aumentar su tamaño -- Engorgio -- después era momento de usar el hechizo que me enseño mi primo Matt, jefe del Departamento de Accidentes y catástrofes mágicos --Draconiffors -- El dragón de pronto se movió, sacudió la cabeza seguidamente extendió las alas y con un gruñido emprendió el vuelo hacia el cherufe que se estaba librando del hielo, el dragón giraba a su alrededor lanzando le fuego, lo distraería mientras conjuraba unas cuerdas --Incárcereus -- las cuales se ataron a una roca saliente de aquella superficie, serviría para entrar al interior, solo debía descolgarme, un movimiento elegante con mi varita para invocar de nuevo aquel poder tan útil:

 

--Ignea -- Ahora que mi cuerpo estaba protegido, solo era continuar con el plan.

[Mentita]

Tuvo que esperar un par de largas semanas antes de iniciar el entrenamiento de otro Libro de Hechizo, el último le había dejado un sabor amargo y prefirió estudiarse un poco más lo que contenían antes de aventurarse a querer hacer uso de sus ventajas cuando sabía que su camino estaba lleno de obstáculos. De modo que, una semana antes, se enfrascó en lecturas y lecturas hasta convencerse de que, sin la práctica, no lograría mucho realmente. Según tenía entendido, el próximo entrenamiento generaría un poco más de dificultad, por lo que ató su cabello en una coleta y llegó a la Arena de Combate de los Uzza con paso un tanto inseguro.

 

Candela tenía la impresión de estar metiéndose en camisa de once varas cuando llegó al lugar repleto de alumnos listos para el combate. Pero, ¿dónde estaría el Uzza que tenía que iniciarla en el Libro del Druida? La Triviani estiró el cuello pero sólo se topó con rostros desconocidos. Aunque quizás era porque estaban lejos y por eso no les reconocía, de otro modo se hubiese acercado a saludar.

 

>, pensó.

 

Hizo una visera con su mano para protegerse del sol que amenazaba un poco fuerte y colocó la otra en la cintura para apoyar un poco de su peso a un lado. Pensaba que tendría que haberse calzado algo, pero es que la mala costumbre no la dejó y prefirió estar allí con los pies desnudos. Esperaba que, quien fuese su maestro, no encontrara un inconveniente en ese detalle. Además, el vuelo de su maltrecho vestido se ocupaba bastante bien de ocultar todo hasta sus pies.

 

Sólo restaba esperar.

[Badru]

- ¡No tarden demasiado, - grité a los tres aprendices mientras veía como se les dificultaba el defenderse de los cherufes y concluir con la misión de recolección de polen - cuando logren su objetivo realicen un fulgura nox y regresen a la plaza!

 

Inmediatamente después de cruzar el portal que habría creado desaparecería, por supuesto, no quería facilitarles su entrenamiento en aquellos momentos, ni después, porque no sería correcto de mi parte como guía; de todas formas estaría al pendiente de los peligros a los que se enfrentaban, confiando en que ninguno fuera demasiado despistado como para tener que regresar por su cuerpo inconsciente para no tener problemas con su pueblo inglés.

 

Regresaba por dos razones, la primera es que la prueba de Arya Macnair, la señorita ignea, estaba finalizando y tenía que dejarla libre; la segunda era simplemente porque tenía una nueva aprendiz presente para conocer los misterios del libro de los druidas y debía de ser puntual con su solicitud para que todo el entrenamiento fluyera de manera libre.

 

Cuando estuve frente a la nueva alumna, Candela, pude notar que venía sin calzado alguno y con un trapo de cuerpo entero a modo de vestimenta. sonreí aunque ella no lo notara debido a que traía mi boca cubierta, pero me parecía que esta inglesa venía más preparada que los anteriores alumnos: estaba dispuesta a ensuciarse con el entrenamiento. Esperaba, al menos, que esa idea que me había forjado en la mente fuese la correcta.

 

- ¿Dudas de los misterios del libro? - Hablé sin más, no necesitábamos presentaciones absurdas. - Lo mejor sería comenzar por la parte práctica cuanto antes, así que si tienes alguna duda sobre el uso de los amuletos o la forma en realizar los hechizos, ahora es cuando las haces.

[Anthony R. Dracony M.]

--¡No tarden demasiado, cuando logren su objetivo realicen un fulgura Nox y regresen a la plaza!-- Escuchen que nos comunicaba el guerrero. No me extraño su voz o su presencia, lo que si era importante, es que ya era tiempo de conseguir esos lirios. Fue entonces que entre por aquella abertura usando las cuerdas para ir descendiendo, el interior es bastante impresionante, con cuidado voy soltando me y uso mis piernas para separarme de la pared interna del volcán. En el viaje que hice en Historia de la magia, también tuve que descender del techo de una librería usando una cuerda, como tengo esa protección que da el Ignea, es casi igual. No falta mucho...creo, de pronto se siente que la cuerda se troza y toco instintivamente mi amuleto Volador, de ese modo caigo de forma segura, veo que el extremo de la cuerda esta quemado, seguramente un cherufe lo hizo, pero eso ya no me preocupa. A dos metros de mi posición se ve la lava, me acerco a observarla con atención, avanzo unos minutos y al fin descubro los famosos lirios de fuego, su color es tan similar a la lava que se confunden con esta.

 

 

Tomo en mi mano la daga que guarde en mi bolsillo interno de mi capa negra y con ella corto varios lirios, después guardo en el bolsillo algunos de ellos y en mi mano izquierda los otros, un total de 7 lirios de fuego...me agrada ese número, como las veces en que Cindy dibuja corazones al firmar las cartas que me envía: "te amo 7 veces 7", miro hacia arriba donde esta la improvisada entrada que utilice y por un instante pienso la forma para llegar a ella. Pero recuerdo que el guerrero nos recomendó usar un fulgura nox....

 

 

Me toco la sien....he de recordar lo que leí sobre el fulgura nox...si...ahora lo veo claramente en mi mente...inhalando profundo cierro los ojos miel un momento, es lo que me ayuda a concentrarse...pienso en aquella plaza, es ahí donde iré, tal cual nos solicito el guía guerrero. Tensó los músculos y con un movimiento rápido y seguro en el aire antes de pronunciar el hechizo:

 

 

-- Fulgura Nox -- Siento mi poder mágico fluir por las mismísimas venas...con los dedos extendidos de la mano, trazo en el aire una línea vertical frente a mi, no se podía decir que dejará una línea visible, como esa vez en que use una tiza mágica para trazar una puerta en el muro de la tienda en aquella aventura en el pasado con el profesor Nathaniel Malfoy..., esta línea corta el espacio tiempo, una franja se abrió y empezó a expandirse creando un círculo llamativo.

 

 

Observo como la oscuridad verdosa se arremolina y me dejo absorber por ella para usar el portal para ir al sitio que se me ha encomendado y llevando en mi mano izquierda los lirios de fuego.

 

 

Llego de nuevo a la plaza y observo con curiosidad que hay una nueva chica con el guía guerrero.

[Athena Rouvas]

—¡Aquí no hay ningún lirio! —Exclamó luego de un rato con los brazos en jarra y el ceño fruncido.

 

Estuvo dando vueltas, buscando alrededor de piedras, fijándose en las partes altas de la roca que conformaba el cono volcánico por dentro pero no había rastro de ninguna flor o planta viva por el lugar. El calor era ya insoportable y Rouvás sudaba como si no hubiese un mañana. Se pasó la mano por la frente un par de veces con la esperanza de que las gotas no volvieran a aparecer; algo imposible. Intentó no pensar en lo sofocada que se sentía y seguir concentrándose en su objetivo, solo que mientras más se adentraba más denso era el aire y el calor del suelo comenzaba a traspasar las zapatillas, no al punto de quemarle, pero si era más obvio.

 

Allí tampoco había señales de sus compañeros o del Uzza y se notaba que los clanes tenían el suficiente respeto al volcán como para ingresar en sus dominios. El tiempo no paraba de correr y cada segundo significa un paso más cerca de que el polen dejara de cumplir su efecto que era impedir las quemaduras no que el calor no afectara su estado.

 

Decidió parar y solo mirar a su alrededor; solo rocas, vapor y lava en el fondo... Aguzó los ojos, no era lava, todavía era magma, pero no era un magma totalmente quieto. Había una especie de vaivén en las orillas diferente al ritmo del centro.

 

—¿Será que...? —Se inclinó para intentar tener una mejor vista.

 

¿Cómo podían desarrollarse allí? ¿De qué estaban echos esos lirios? Con sumo cuidado fue sorteando las rocas que le separaban de la parte más baja. Con gusto se hubiese quitado prendas de ropa para aminorar el calor pero no podía darse el lujo de perder el tiempo. Podría haber usado la varita y con un accio llamarlas, o podría haber usado algún conjuro para acercarse con más facilidad, pero algo le decía que el guerrero quería que se esforzaran un poco más por ello. Luego de varias escaramuzas los alcanzó y sin dudarlo estiró las manos para cortar un par, las manos se le chamuscaron pero no sintió dolor de quemaduras, y de echo, la piel estaba intacta.

 

Estaba celebrando mentalmente cuando tras de si siente un ruido, como de un la tierra rompiéndose de a poco, al girar puede ver un cherufe de un tamaño descomunal, algo así como un troll pero mucho más fiero e intimidante. Busca inmediatamente su varita y cambia las flores hacia la mano izquierda, no puede permitir que se las arrebate luego de tardarse tanto en encontrarlas.

 

—Yo juraba que eran más pequeños... —No recordaba siquiera si se fijó en el tamaño o en sus detalles. —¡Aaaaay! —Retrocedió un poco.

 

>>"Si le arrojo las semillas de hielo estas se van a volver agua antes de tocarlo..." Pensó mientras lo evadía pues el cherufe no tardó en arrojarle un par de golpes. Se veía que lo suyo eran los ataques físicos. "No tengo más opción que ponerme a resguardo..." —Veamos... Obsistens —algo la envolvió y los ataque no surgieron efecto, pero no podía detenerse en ello. —¡Aguamenti! —Mencionó varias veces hasta que fue enfriándolo, no acabaría con él, podía ser una especie de guardián del lugar, pero le daría el tiempo necesario para huir.

 

Otros más estaban allí y Rouvás tuvo que repetir la táctica inicial, protegerse y luego ir apagándolos con varios Aguamenti.

 

No supo cuanto tiempo estuvo en esas condiciones solo que ellos también iban agotandose y cayendo de vuelta en la tierra. Conforme iba luchando contra ellos iba también acercándose a la salida en donde una brisa algo tibia le devolvía un poco el aire y la frescura. Exclamó por última vez un Aguamenti y tuvo que afirmarse de una piedra para no caer, fue entonces que escuchó a Badru indicando que debían volver a la plaza al finalizar.

 

—¡Por Zeus, ya no quiero más! ¡Aguamenti! —Ya no habían cherufes en pie pero se lo lanzó al más cercano para que no la siguiera por el portal. —¡Haz de la noche!

 

Lo vio en su cabeza, el sitio de donde habían partido, el lugar donde Badru los hizo defenderse primero y donde ella realizó el primer hechizo del Libro del Druida. Imaginó también el aire fresco de allí, y el cielo, y recordó a las personas que estaban en el lugar antes de partir a aquella prueba. Con eso debía ser suficiente, dio un paso al frente y se metió en el Fulgura Nox mirando hacia atrás para tener la visión de si algún cherufe se le ocurría seguirla, pero no fue así.

 

Segundos después cayó en la plaza con los lirios en una mano y la varita en la otra.

 

—¡Dioses, que calor! —Se abanicó con la mano en donde estaba Niké. —Creo que me deshidraté demasiado. —Mencionó para si misma pues era más un pensamiento en voz alta.

[Anthony R. Dracony M.]

Aguardo respetuosamente, el guía guerrero hablaba con la nueva joven que llegaba al lugar para iniciar su entrenamiento, podía mirar por mientras detenidamente sus lirios, así que los acerco a su cara...eran como los lirios normales pero con unos estambres que parecían tornasol...además de que los pétalos son del color de la lava. Bastante llamativos, ahora que no se encontraban entre la lava.

 

 

Un minuto después apareció la compañera Rouvás, así que solo faltaba una persona de las que fuimos al volcán...seguro y el guerrero nos indicaría que hacer apenas llegará la segunda compañera...hice un gesto al darme cuenta que era el único varón, casi siempre me toca ser en suerte "bendito entre las mujeres"....pero eso no me da ventaja, a mis escasas experiencias de mis 16 años, poco puedo alardear y tal parece que mejor es continuar así, con un bajo perfil...aunque me empeño que pronto sea diferente.

 

 

Fijo la vista en los lirios que tengo en la mano, al mismo tiempo que trato de recordar sobre lo que documenta sobre el polen, muy necesario para hacer el hechizo Ignea...la imagen del guerrero viene a mi mente...su frasco esta lleno de polen, me percate de ello cuando nos rociaba con él...en cambio mi frasco esta por ahora vacío (la cantidad que el guerrero nos dio ya la ocupamos) y me vienen preguntas sobre el polen....¿será que hay que conseguir los lirios de fuego cada vez que se agoten? me pregunto cuál es su duración...pero aguardo para hacer aquellas preguntas.

[Badru]

La nueva aprendiz estaba un tanto anonadada y, antes de que pudiera formular cualquier palabra, tanto Athena como Antoni regresaron hasta donde me encontraba esperando las siguientes instrucciones. Todavía faltaba una mujer, por lo que decidí esperarla un poco más.

 

- Descansen un poco, - les hablé a los dos recién llegados - hidrátense antes de que continuemos.

 

No quería verme suave con el trato a los ingleses, pero sabía que el esfuerzo que había hecho era suficiente para probarse como guerreros en la última prueba y lo que tenía preparado para ellos no sería nada sencillo.

 

- ¿El silencio me dice que no tienes dudas entonces?

 

Por mi mejor, de esa forma no perderíamos el tiempo con la Triviani, solo necesitaba un poco de respuesta de su parte.

[Anthony R. Dracony M.]

La voz del guerrero me hizo buscar su cara, sus ojos negros no estaban fijos en mi o la compañera de ojos verdes, pero entonces supe que nos capto por el sonido de roce de nuestras ropas y nuestros pasos ya que al menos yo no emití palabra alguna. Mi compañera Rouvás si hablo, pero más bien se dijo aquella frase a sí misma.

 

 

Entonces me convencí que era muy útil ese aspecto...un oído fino con el cuál estar alerta sobre todo lo que me rodeaba...en eso no había reparado antes, tengo mi Anillo de Escucha y podría ocupar lo para escuchar conversaciones lejanas pero me interesa más captar algunas otras cosas....pensándolo un poco, tengo a mi servicio otro poder, de eso me acuerdo ahora. El Cantar de Eleboro, protege los sentidos y los agudiza...

 

 

--Cantar de Eleboro -- Surge de mi varita una vibración musical que apenas es audible y entonces todos mis sentidos se agudizan. Me alegro de haberlo recordado, esta acción me será útil, lo sé. El guerrero nos aconseja hidratar nos...¡oh por supuesto! seguiremos practicando en el lugar y si que es caluroso. Ahueco la palma de mi mano izquierda como si se tratara de un cuenco y usando de nuevo mi varita conjuro agua.

 

 

--Aguamenti -- Aprovecho para beber y abro un poco más mi compás de las piernas, igual que hace Reacon, cuando esta en la estación de cruz roja y "descansa un poco" antes de que le avisen por radio que debe salir en la ambulancia a un nuevo servicio.

 

 

Solo falta una compañera, así que pronto sabré que sigue hacer...y como el guerrero a aconsejado, bebo agua que me sabe a gloria.

[Athena Rouvas]

Antes que buscar agua Rouvás se quedó en el mismo sitio solo que se sentó en el suelo con las piernas en posición india. Dejó los lirios en frente a ella y pasó la varita a la mano izquierda, con la derecha comenzó a abanicarse frenéticamente para que aminorara la sensación de calor que aún la rondaba pese a estar en un ambiente mucho más cómodo, al menos para ella.

 

Otra persona se unía a la clase a quien reconoció Candela Triviani, hasta hace poco miembro del Concilio de Mercaderes. Supuso que Badru estaba comenzando con su insrucción, aparte de esperar por Cissy que era la única ausente todavía. No pudo ver a Antoni durante la prueba pese a que todos estaban en el mismo sitio con los cherufes, eso solo indicaba que no todos tomaron un mismo camino para sortear el volcán y obtener los preciados lirios. A propósito, aún tenía una duda respecto a ellos.

 

—Badru... —Se aclaró un poco la garganta al volver a hablar. —¿Cada vez que necesitemos "recargar" el polen tendremos que ir a un volcán a buscar lirios? Porque asumo que se pueden obtener de cualquiera y no solo de ese. —No le hacía ninguna gracia siquiera imaginar tener que luchar cada vez con aquellos clanes para obtener un poco.

 

Luego recordó que tenía otra duda desde antes de iniciar el curso.

 

—Tengo otra duda, que esperé preguntar aquí la verdad. Es sobre el amuleto contra defensas carcelarias, ¿no sería un problema eso? Porque en realidad nadie sabe con qué objetivo una persona aprende la magia Uzza, y al preguntar incluso se puede mentir, o no sé cambiar de idea con el tiempo. Una persona con este amuleto y en Azkabán es peligroso, ¿ustedes no consideran algo en esos casos? Porque tengo entendido que la desvinculación con los Libros no es posible.

 

No estaba segura si lo preguntó bien o se daba a entender cuál era su punto.

 

Ya había pasado bastante tiempo así que se puso de pie y con la varita conjuró un Aguamenti intentando que no saliera como un chorro potente. Aprovechó de beber abundante agua y luego se lavó un poco las manos y la cara y se mojó un poco el cabello en la parte arriba. Los rizos bajaron considerablemente su volumen en esa parte pero no tardarían en regresar a su estado natural apenas se secaran lo suficiente.

[Anthony R. Dracony M.]

El chico Ryvak escucho a la compañera Rouvás....porque su duda sobre el amuleto contra defensas carcelarias le interesaba...un mes de octubre fue apresado tres veces por unas momias...solo por estar con la idea de ir a una celebración cerca de una pirámide...muy útil le hubiese sido ese amuleto. También en otra ocasión, fue llevado a un calabozo de una mansión...solo porque tenía un tripoide que se cree ayuda a crear una varita letal (...la de saúco según otros magos la denominan) aquella vez también recibió ayuda, pero....muy útil sería contar con la ayuda que presta ese amuleto...

 

 

Empezó a entender el punto que enunciaba la joven....¡lastima que los principios éticos sean rotos tantas veces! era preocupante, pero a su modo de ver, si pudiera conocerse quienes están en esos "grupos" se les pudiera condicionar, pero era un secreto y eso dificulta las cosas. Volteo a ver al guerrero, pero apostaba a que su respuesta sería como la de Reacon: "el conocimiento es importante, es bueno o malo dependiendo de la intención de quien lo posee".