Libro de los Druidas

[Mentita]

Se sorprendió un poco cuando vio aparecer al Uzza así, sin más. Sus manos cayeron a sus costados abandonando su cintura y se encontró a sí misma haciendo una especie de posición de firme para el guerrero que, lejos de reparar en sus fachas, le hizo una pregunta bastante particular. No es que no le hubiesen hecho esa pregunta ya antes, pero llegados a este punto, quizás el significado adquiría otro significado.

 

Pero la Triviani no tuvo tiempo de responder inmediatamente, al cabo de escasos minutos, aparecieron dos personas más y la gitana aprovechó el momento para relajar los hombros. Estiró la cabeza para encontrarse con un par de rostros conocidos, recordaba tanto al muchacho como a la joven que, en ese entonces, se dedicaba a hacer sus preguntas en voz alta.

 

― Supongo que mis dudas pueden ir surgiendo en el camino... ―respondió al fin mientras cruzaba las manos en la espalda.

 

Candela se agachó un poco para subir el faldón de su vestido y acomodarlo un poco a unos centímetros de altura, de modo que, si tenía que caminar apresurada o correr, no le hiciese tropezar. Afianzó la coleta en su cabeza y acomodó los amuletos que le colgaban del cuello y los anillos que llevaba como pulsera.

 

― Lista, ¿por dónde empiezo? ―su posición en ese momento resultaba algo, quizás, cómica. Había separado los pies e hizo de sus manos dos puños que acomodó a la altura de su cintura, como si estuviese por ir de combate.― Aunque, ya que estamos, sí me gustaría saber qué implica la vinculación con un Libro. Lo pregunto porque muchos cuestionan la forma en que se utilizan sus poderes y, realmente, es cansino. ¿Se controla eso?

 

Miró con fijeza al Uzza, pero no podía adivinar mucho a menos que lo mirase por mucho tiempo ya que la mitad de su rostro estaba cubierto.

[Cissy Macnair]

Me metí por una fisura en la ladera del volcán justo cuando el bicho de lava y piedra más cercano salía de su estado de petrificación por las semillas de hielo. Lanzó una enorme piedra hacia mi, pero al ser pequeña y ágil logré escabullirme justo a tiempo cuando la enorme roca impactaba en mi única salida. Salté ante el impacto y el calor y terminé cayendo de bruces dentro de una oscura cueva que ardía como los mil infiernos.

 

-Ca.rajo- me quejé, poniéndome de pie con prisa y apretando fuerte la varita en mis sudorosas manos.

 

Encima de mi labio superior se había comenzado a formar un río de transpiración que goteaba salado hacia mi labio y mi frente estaba empapada, además de llena de hollín. Seguro que me veía terrible pero no era nada comparado con lo que iba a pasarme si no salía de allí a tiempo con los Lirios.

 

-Lumos- la varita se encendió y descubrí que estaba en una enorme caverna. Quizá aquello no fuera el volcán, pero la lava crujía por debajo y la más mínima alteración del terreno iba a hacer que el volcán entrara en erupción. Quizá contaba con unos veinte o veinticinco minutos antes de que los cherufes enfadados me siguieran allí adentro para hacerse con mi chamuscada cabeza.

 

Comencé a avanzar sin pensar demasiado en lo que me esperaba... una muerte lenta y dolorosa con quemaduras de tercer grado o incineración de mis órganos internos. El aire allí olía a azufre y estaba cien por ciento segura que me traería problemas respiratorios cuando el polen que recubría mis órganos se agotara. El camino era recto y subía, así que no tenía nada más que hacer que ir hacia adelante, hacia el calor y una muerte segura. Me maldije por creerme capaz de hacer eso y comencé a avanzar.

 

Habían pasado unos cuantos minutos cuando me encontré con un risco que subía. Era, probablemente, uno de los tubos que se habían formado por la expulsión de lava, así que debía estar tan arriba que pudiera salir a la boca del volcán y encontrarme con algo de lava. Si tenía suerte, no moriría chamuscada. Si no la tenía, me caería por allí y terminaría siendo cocida por la lava que se movía en el profundo agujero que había debajo de mi. Si tardaba demasiado, la lava ascendería y me mataría de todos modos.

 

-Excelente plan- murmuré con ironía, mientras hacía aparecer una cuerda lo suficientemente resistente como para intentar hacer escalada... sin nada más que eso.

 

Podía utilizar magia, desde luego... pero seguro que si lo intentaba las condiciones de aquel lugar me harían perder el control. Así que ascendí a paso muggle por la pared de piedra del tubo de roca y lava, lastimando mis manos desnudas con la roca puntiaguda y respirando tanto hollín que un enfermo de cáncer pulmonar estaría como nuevo al lado de mi. Pero seguí, aún así.. con la esperanza de respirar aire fresco. Y ya estaba alcanzando el tope cuando un enorme estruendo estremeció la montaña...

 

-mi**.... no...- maldije, apresurándome.

 

Como mucho, tenía unos diez minutos antes de morir.

[Anthony R. Dracony M.]

El ojimiel se mueve intranquilo....el guerrero dijo que tendrían que reabastecer su propia porción de polen...

 

 

"Iremos hasta una zona de guerra donde dos clanes de cherufes están peleando un territorio, por lo que debemos de pasar inadvertidos de principio para que recolectemos polen de lirios de fuego, el suficiente para que tengan en su propio colgante."

 

Si...eso había dicho el guerrero cuando fueron al volcán y logro obtener estos siete lirios de fuego....

Bien, veamos...debía utilizar lo que aprendió con su tía Sagitas en su clase de herbología...ya que no es una materia que le atraiga mucho, pero recuerda como si la hubiese tomado la semana pasada...

 

 

Las flores tienen estambres y dentro de ellos se almacena el polen, los lirios de fuego tienen estambres tornasoles, habrá que tomar el polen. Los estambres tienen dos partes: antera y filamento, las anteras llevan el polen, así que de algún modo debe sacarlo. Se sienta en el suelo y saca una de las flores, la observa y piensa que debe ser cauteloso y delicado, como cuando pinta sobre un lienzo húmedo...paciencia y delicadeza de movimientos. Tiene que ponerlo en su colgante...¡oh! ¡el colgante! lo extrae de su bolsillo interno...un milagro que este intacto y salvo....tal vez sea irrompible, espera que si.

 

 

Se alegra de haber tomado siete flores...servirá para ese ensayo y error de extraer el polen. Toma una de las anteras y se llenan sus dedos de polen...no, a de hacerlo de otro modo, lo observa y se queda pensando...si al menos su tía Sagitas le hubiera puesto a una tarea semejante, pero lo que le pidió fue trasplantar bulbos de esa planta...ahora que se acuerda! ...nunca le respondió donde se hallan los arbustos d fuego....

[Badru]

- Rouvás, el polen de los lirios se va reponiendo conforme pasan las horas si lo mantienen en su frasco, así que no tengan que preocuparse por regresar hasta ese sitio. Tranquilos. Y sobre tu duda de las defensas... nosotros solo los ayudamos a crecer como guerreros, ustedes estarán en conflicto con su moral y su ética, no podemos entrenarlos en esas cuestiones.

 

Y era cierto, el amuleto les ayudaba a ciertos movimientos que moralmente se podrían considerar como incorrectos para el pueblo inglés, pero éticamente podría ser correcto, era una fina línea que cada uno de los aprendices debía de tener siempre presente y decidir conforme a lo que aquí se había aprendido.

 

- Rouvás y Ryvak, es momento de su prueba final, vayan hasta el estadio de entrenamiento Uzza mientras prosigo con Triviani. Apúrense.

 

Rápidamente sentí el peligro que tenía Macnair en su entrenamiento, por lo que enseguida cree un haz de la noche para tomar su cuerpo y transportarlo hasta el estadio, dándole el tiempo suficiente para que se recuperara en lo que llegaban sus dos compañeros de prueba. Tal vez mi pueblo diría que estaba siendo blando, lo que no comprendían era la situación en específica de estos magos y brujas, siendo yo quien evaluaba el camino de cada uno.

 

Ahora sí, regresaba mi atención directamente con la única aprendiz que me quedaba en esos momentos, para poder comenzar sin mayores retrasos.

 

- La vinculación se hace después de todo el entrenamiento que estamos a punto de comenzar, - mi voz sonaba despreocupada, estaba satisfecho de que aquella mujer tuviera este tipo de preocupaciones - los poderes se activan cuando nosotros, los guerrero Uzza, decidimos que están listos para usarlos como ustedes quieran. El bien y el mal es un concepto trivial que depende de cada sociedad... como la suya.

 

Alcé mi varita en esos momentos, apuntando directamente a Candela.

 

- Ahora, usa dichos poderes. - Y acto seguido lancé un flechas de fuego, conjuro mental que lanzaba desde mi varita una serie de filamentos de fuego que atravesarían la distancia que nos separa, esperando impactar sobre todo su torso.

[Cissy Macnair]

Salir viva de allí ya no era prioridad, sino una opción del destino. Si el maldito quería, yo saldría con vida, sino me calcinaría en aquel tubo. Pero la rapidez con la que me movía me decía que quizá tenía una posibilidad y, cuando por fin respiré un poco de aire fresco, supe que lo había logrado. La montaña se estremeció de nuevo debajo de mis pies y miré sobre mi hombro, hacia abajo del volcán, donde unos enormes monstruos de piedra y lava se tiraban con enormes rocas que rebotaban en sus cuerpos gigantes y se esparcían. Poco les importaba que el volcán estuviera por entrar en erupción.

 

Me encaramé a la ladera del volcán y comencé a subir la cuesta hacia la boca del mismo, donde la burbujeante lava soltaba chispazos de vez en vez. Trepé con las manos adoloridas por los cortes y las esquirlas de roca que se habían incrustado en la carne, pero continué avanzando hasta alcanzar el calor abrasador. El aire caliente me golpeó en el rostro mientras me arrastraba por el borde de la boca del volcán y me estiraba para conseguir los Lirios que crecían en su interior. Un acto suicida. Cualquier movimiento en falso y terminaría cayendo...

 

-No, yo puedo- me dije en voz alta, por encima del ensordecedor estruendo de la naturaleza.

 

Había juntado unas diez flores cuando la montaña volvió a estremecerse y me resbalé. Los Lirios asegurados en mi monedero de piel de moke no se cayeron, pero mis manos magulladas, con sangre que las convertía en un lamentable agarre, cedieron bajo mi peso y el calor me atrapó. Apenas tuve una fracción de segundo para ejecutar algún hechizo que me salvara.

 

-FULGURA NOX-

 

Debajo de mi apareció un portal creado por magia y mi cuerpo cayó en él sólo, por acción de la gravedad. Me quedé sin aire al chocar contra el suelo de la Plaza del Árbol de Fuego y comencé a toser, mientras escuchaba murmullos a mi alrededor en un idioma que aún me era incomprensible. El aire aún era cálido pero no abrasador. El cielo estaba radiante y no oscurecido por nubes de humo negro provenientes del volcán. Quizá no estuviera en la mansión Macnair, pero aquel lugar era mejor que el volcán y los cherufes.

[Mentita]

Sonrió de lado al escuchar la respuesta del Uzza. Más o menos se imaginaba que sería de esa forma el tema de la vinculación y la utilización de los poderes del libro; pero es que, en los últimos tiempos, le había tocado toparse con un par de moralistas que la tachaban de bruja poco ética por la forma en que lo hacía. No es que a Candela le importase mucho lo que pensaran de ella, claro que no, al fin y al cabo, ella estaba bastante consciente de que su moral era nula y su ética poco valorable.

 

― Perfecto, eso es lo que predico siempre a mis alumnos en Artes Oscuras. ―se enorgulleció durante un momento y materializó su varita en su mano.

 

Casi podía jurar que se le había inflado el pecho apenas un poco, pero no le duró mucho al ver que estaba siendo atacada en ese preciso instante.

 

― Espera... ―¿qué tenía que usar? No estaba segura, de modo que se aplicó un Salvaguarda Mágica a sí misma, de modo que los filamentos de fuego la traspasaron.― ¿Tengo que usar los poderes de este libro, puntualmente? ¿O puedo usar todos?

 

Le dedicó una mirada enfurruñada al guerrero y volvió a prepararse. Quizás debió probar uno de los hechizos nuevos, pero como con todo lo nuevo, tenía sus dudas.

 

― Tengo otra duda. ―levantó el índice derecho y lo meditó un segundo― Hice uso de un Salvaguarda ahora, pero he notado que los poderes del Libro de los Druidas es más defensivo; entonces, en este caso con los filamentos de fuego, ¿habría sido efectivo Ignea, de igual modo que Obsistens?

 

Esperó la respuesta del Uzza antes de volver a hablar.

[Badru]

La curiosidad en los aprendices me emocionaba, aunque me gustaba más que tomaran la iniciativa en un enfrentamiento, por es que tenía más paciencia de la que pude aparentar con muchos de los anteriores ingleses que se habían acercado para vincularse con los poderes del libro de los druidas. Miré con atención la postura de la Triviani sin que pudiera leerme el rostro, por una parte debido al trapo que cubría la mitad del mismo y, por otro lado, simplemente no permitiría que se adelantaran a mis movimientos con gestos triviales.

 

- El libro de los druidas contiene secretos mágicos que ayudan a un guerrero para defenderse mejor en una situación de batalla, - respondí de inmediato a su pregunta después de observar como los filamentos de fuego la atravesaban sin más, reconociendo el salvaguarda mágica como conjuro utilizado - creí que, en efecto, utilizarías uno de los conjuros que venían en sus páginas pero, no te preocupes, cualquier poder que utilices a modo de defensa es un buen movimiento y más cuando tienes un uso limitado de cada uno de estos en un enfrentamiento.

 

No creí necesario explicarle las nociones básicas de los duelos, sabía que su pueblo era demasiado orgulloso y soberbio para aceptarlo, ya tendría sus tropiezos en la prueba final si es que en verdad estaba demasiado perdida con el consumo de magia: por algo estaba limitado cada poder.

 

- Veamos si puedes detectar correctamente la utilización de cada uno.

 

Acto siguiente aparecieron alrededor de nosotros tres estatuas de antiguos guerreros Uzza de piedra y metal, cada uno con su varita en alto listos para lanzar ataques directamente a la bruja Candela. El primero de ellos, a su lado izquierdo, lanzaba arena del hechicero para dejarla completamente ciega; el segundo, del lado derecho, la atacaba con un fuego maldito en forma de cobra para impactarle directamente en su pecho; y por último el que se encontraba a mi lado, enfrente de ella, invocaba un erumpent que cruzaría el espacio que los separaba para golpearla con fuerza.

 

El siguiente movimiento vendría de mi, creando un fulgura nox para irnos de aquel sitio y llegar hasta los campos cercanos a la tierra de la eterna oscuridad: un páramo desértico cubierto de una tormenta oscura que en vez de relámpagos eran filamentos de fuego los que atravesaban todo el sitio. ¿Estaría lista para enfrentarse a un medio poco común? Ya vería.

[Anthony R. Dracony M.]

El encuentro en el campo de entrenamiento que parecía un coliseo, había concluído, no así el entrenamiento del ojimiel, que apenas les dieron la noticia por medio del Director, el peeliverde regreso al trote a donde el guerrero Uzza se encontraba con la compañera Candela Triviani. No iba a perder más tiempo, eso no era propio de él, lo que si sabía era esa enseñanza que ha tenido en la vida: "Un tropiezo no es el fin del camino", además él es de los que adoran terminar todo lo que emprende y lograría esa vinculación con el libro de los Druidas, el guerrero guía le metio ese deseo de conocer la forma de hacer esa lluvia de estrellas...un poder que era mucho mayor, pero primero debía conocer y dominar bien los hechizos del libro que trasmite el guerrero.

 

Vuelve a regresar al lugar y ya se encontraban ahí tres estatuas, al parecer un ejercicio semejante a lo que él realizo. Aguardo a que el guerrero hablara con la chica Candela para darle las instrucciones de lo que haría. El ojimiel espero, sabía que aunque ya había dejado su nueva inscripción, faltaba que se realizará el paapeleo y no teníendo algo más importante por hacer, aguardaría ahí hasta que le indicaran que debería realizar.

[Anthony R. Dracony M.]

El encuentro en el campo de entrenamiento que parecía un coliseo, había concluído, no así el entrenamiento del ojimiel, que apenas les dieron la noticia por medio del Director, el peeliverde regreso al trote a donde el guerrero Uzza se encontraba con la compañera Candela Triviani. No iba a perder más tiempo, eso no era propio de él, lo que si sabía era esa enseñanza que ha tenido en la vida: "Un tropiezo no es el fin del camino", además él es de los que adoran terminar todo lo que emprende y lograría esa vinculación con el libro de los Druidas, el guerrero guía le metio ese deseo de conocer la forma de hacer esa lluvia de estrellas...un poder que era mucho mayor, pero primero debía conocer y dominar bien los hechizos del libro que trasmite el guerrero.

 

Vuelve a regresar al lugar y ya se encontraban ahí tres estatuas, al parecer un ejercicio semejante a lo que él realizo. Aguardo a que el guerrero hablara con la chica Candela para darle las instrucciones de lo que haría. El ojimiel espero, sabía que aunque ya había dejado su nueva inscripción, faltaba que se realizará el paapeleo y no teníendo algo más importante por hacer, aguardaría ahí hasta que le indicaran que debería realizar.

[Badru]

Mientras la bruja se defendía de aquellos movimientos, uno de los aprendices que estaba en el coliseo apareció de nuevo frente a mi debido a que no había logrado superar la última prueba. No me sentía decepcionado, a pesar de lo que se podría pensar, sabía que los errores que había cometido en aquel enfrentamiento podrían ser solucionados con paciencia.

 

- Antoni, antes de que empecemos, ¿sabes por qué no fuiste vinculado con el libro?

 

La pregunta era bastante seria, haciendo que mi tono de voz se notara tranquilo, más como si fuese un padre que un superior porque en verdad quería entender la mente del Ryvak porque ganas de aprender tenía, su esfuerzo por superarse era notorio.

 

- Medita un poco tus acciones, - continué mientras el mago pensaba en su respuesta para guiarlo un poco con su respuesta - debes de entender las razones de todos los poderes que brinda el libro de los druidas y la forma correcta de utilizarse, no puedes usarlos como crees sino como son.

 

El entender nuestros errores nos daba la posibilidad de mejorar, comprender los fallos nos fortalecían como guerreros para evitarlos en el futuro, si desconocíamos nuestros obstáculos... jamás avanzaríamos.