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Libro de los Druidas


Badru
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Casi era tierno el modo de actuar de la joven aprendiz, se sentía ofendida por mis actitudes (porque lo dejaba reflejar en su actitud y forma de actuar) sin saber que era el más comprensible de todos los Uzza que habíamos aceptado el brindarles entrenamiento a su pueblo, sería interesante ver el comportamiento de la misma frente a Runihura, por ejemplo, conocida por ser la más dura al momento de entrenar a sus pupilos.

 

Guardé silencio mientras veía como se enfrentaba al reto que le acaba de poner para que aprendiera a utilizar de forma correcta ambos artefactos que se conseguían con los poderes del libro de los druidas, su compañero varón sería el siguiente en realizar su pequeña prueba y, antes de que realizara algún movimiento, una mujer se acercó hasta mi posición.

 

Otra aprendiz.

 

- Observa a tus compañeros, - respondí de inmediato mientras me giraba para ver a la bruja llegar al portal y al caballero comenzar su recorrido - ¿puedes notar lo que están haciendo?, ¿qué están usando?, ¿por qué los mandé hacia ese portal?

 

Primero era la observación, necesitaba saber lo que conocía la nueva aprendiz antes de iniciar su entrenamiento porque no podíamos suponer que todos tenían la misma experiencia, ya lo había comprobado en innumerables ocasiones con varios de los entrenamientos con sus compañeros ingleses.

 

Era momento de utilizar mi habilidad de legeremante en la mente de Jessie Black Lestrange para transmitirle un mensaje muy claro: encuentra a tu compañero de misión y atácalo. Las lecciones debían de continuar sin descanso, así era como se entrenaba en ese lugar.

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Agotada como estaba tras haber obtenido las flores sus defensas oclumansia bajaron. Sabía que entre más las usaba su mente se fortalecía más pero el agotamiento físico era un factor importante para.poder mantener la barrera todo el tiempo.

 

Por eso no le sorprendió el escuchar la voz de Badru en su mente. Lo que le pedía hacer era extraño. ¿Porque ella atacaría a Emmet? Sin embargo se puso de pie para regresar por el portal que había llegado.

 

Aún sentía los poderes de su anillo actuando sobre ella pero no veía a Emmet por ningún lado desde las gradas donde estaba. Así que tal vez este había optado por hacer lo mismo que Jessie.

 

-Busquemos otra opción

 

Comenzó a caminar teniendo cuidando de no toparse con nadie, podría volverse intangible de nuevo pero prefería esperar a que realmente lo necesitará.

 

Cerca de donde Jessie estaba, un muchacho alto de tez oscura practicaba solo con su espada. Atacarlo por la espalda era desleal pero ella no lo conocía y Badru le había dicho que encontrará a un compañero y lo atacara...

 

Unos filamentos de fuego salieron de la punta de la varita de Jessie viajando a gran velocidad para impactar de lleno en el torso desnudo del hombre a quien Jessie había escogido como objetivo

 

No sabía cómo pero el hombre había escuchado a las llamas o tal vez algo le había dicho que estaba en peligro porque se giró en el acto creando un Cerco mágico al rededor de él que absorbió los filamentos de fuego que Jessie le había enviado

 

-¿Qué crees que haces?-pregunto con una voz grave sobresaltado a Jessie.

 

- Badru me dijo que atacara a un compañero como parte de mi entrenamiento

 

-¿Y acaso yo soy tu compañero?- pregunto clavando sus inexpresiva ojos en Jessie.

 

-Quiero que lo seas- alzó su varita colocándose a una prudente distancia del hombre, lo suficientemente cerca para alcanzar a atacarlo.

 

-Si así lo quieres.

 

Antes de que Jessie pudiera reaccionar el hombre ya había creado un portal y entrado por él para reaparecer detrás de Jessie y atacarla por la espalda.

 

Unas aves de fuego viajaban hacia ella, debía de actuar rápido.

 

-Ignea- mascullo viendo como una lluvia de polen de lirios de fuego salía de la punta de su varita y caía sobre ella. Las aves de fuego impactaron de lleno moviéndose un par de centímetros de su lugar pero sin ocasionarle daño alguno.

 

-Te regreso el favor- sonrió el hombre mostrándole su varita a Jessie en forma de reverencia.

 

La chica lo observó, sabía que debía de dar lo mejor de sí misma, Badru la estaba observando ¿Hasta donde tenía permitido llegar?

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Se contuvo de lanzar un silbido, sí que estaba apurado, o mejor dicho, era de los que iban directo al grano, asintió observando hacia donde Badru le decía. Los oscuros ojos del guerrero Uzza se habían clavado en ella al momento en que se giró y sin una respuesta a su saludo le había dado las primeras indicaciones para que empezara su tarea volviéndole la espalda. Escuchó con atención las indicaciones, observando hacia dónde él lo hacía.

 

Al otro lado de la plaza, sorteando los grupos que practicaban otras artes había un portal. ¿Lo habría abierto Badru? Sabía que el mago era especialista en fulgura noxs ya que había nacido con esa habilidad. Pero no tenía idea de a dónde podría genera él los portales.

 

--¿A dónde lleva ese fulgura nox? No creo que sea un portal hacia el pasado o el futuro, ni a la tierra de los muertos.

 

Se calló al darse cuenta que no era lo que él quería saber. Y se concentró mejor en lo que sus compañeros estaban haciendo. Respecto a Emmet le resultaba un poco más complejo, ya que el mago parecía aún no haber decidido acercarse al portal.

 

—Creo que Jessie se volvió intangible con una salvaguarda mágica, eso es un hechizo del libro de la Fortaleza el primero que aprendemos. Pero… —la observó con más detenimiento antes de agregar —pero no es lo único, las personas parecieran no notarla a ella, casi cincuenta metros a su redonda, nosotros estamos más lejos, supongo que por eso podemos saber lo que hace —desvió su vista de Jessie a Badru para decir en una pregunta que en cierta forma era una afirmación —está usando el anillo salvaguarda contra miradas indiscretas ¿verdad?

 

Observó el portal creado con fulgura nox que Jessie había cruzado, era curioso y le atraía la atención. Al otro lado parecía haber un infierno, pero observándolo con más detalle, a la distancia, parecía más bien que fuera un cráter en erupción.

 

--¿Ellos no crearon el portal con fulgura nox verdad? —preguntó a su tutor, aunque ya sospechando su respuesta —hay un volcán al otro lado, supongo que en su cráter debe haber flores de fuego, las buscan a ellas o a su polen me imagino ¿podemos hacer eso siempre? ¿abrir portales para obtener más polen de flores de fuego para impermeabilizarnos contra el fuego? Leí que el frasco que portábamos se iba agotando pero se reponía con las horas ¿sería más efectivo tener el polen de la propia flor y así que la reserva fuera mayor o duran más?

 

Estaba haciendo demasiadas preguntas, si bien había respondido las que su profesore le había indicado. ¿Debería pensar en él como un profesor, un tutor o cómo? Sacudió la cabeza, no debía distraerse aún no había respondido lo que hacía Emmet, pero para ser sincera él no se había movido demasiado desde que ella había llegado.

 

De pronto Darla vio como Jessie atacaba a un hombre que estaba practicando en el lugar. La pelirroja se acercó a Badru, preocupada.

 

—Jessie está atacando a aquel guerrero, le ha lanzado flechas de fuego ¿eso debo describirte? ¿Sus ataques? Las aprendí en el libro del equilibrio, su quemadura es doloroso y necesita aquamenti, al menos el mago se supo defender a tiempo —se sentía un poco ridícula, como una relatora deportiva, pero tras espiar de reojo a Emmet, él parecía también perdido en su mundo ¿o era observando lo que pasaba?

 

—Se defendió bien de esas aves de fuego, creo que si no se quemó es porque utilizó un ígnea ¿verdad? Por lo menos la invocación que salió de su varita parecía una lluvia de polen de lirios de fuego —se quedó observando a Badru esperando lo que el Guerrero tenía para seguir.

Editado por Darla Potter Black
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El pueblo era algo que Emmet jamás había pensado en conocer o visitar. No creía tener la posibilidad de conocer la cultura de aquél Uzza del cual estaba aprendiendo los usos del Libro del Druida. ¿Cómo podían vivir bajo este sol abrasador? ¿Como era posible que, sin un resguardo a la sombra, estuvieran entrenando y traspirando de esa manera? Algo que para Emmet era inentendible. El vampiro sólo deseaba meterse en un estanque de agua fresca y no salir jamás.

 

Antes de pasar por en medio de aquél entrenamiento procuró tener a mano todos sus anillos. Todo estaba en su lugar.

 

Podía notar algunas miradas sobre su nuca. Era más que obvio que se iban a sentir amenazados por alguien ajeno a su cultura y a su pueblo aunque Emmet no dejaría que avanzaran así porque sí sobre él; el vampiro iba a defenderse y, si tenía que matar por eso, no tendría problemas.

 

-- Salvaguarda Mágica --

 

Pensó lo que haría que su cuerpo se volviese intangible. Nada ni nadie iba a poder afectarlo con algún ataque o poder, simplemente lo traspasaría como si de aire se tratara.

 

Una de sus cualidades de vampiro era que podía recorrer grandes distancias en pequeño tiempo gracias a la velocidad que podía alcanzar. Este era un buen momento para hacer uso de aquella habilidad sin demorar un segundo más. Fue como un simple tramo en pocos segundos y Emmet ya se encontraba al otro lado de las gradas; traspasó cualquier estructura y persona como si nada. Miró a un lado y al otro tratando de encontrar el portal hallándolo justo a unos metros frente a él.

 

Del otro lado el calor volvía a ser el protagonista de la aventura. Estaba a centímetros de la entrada de un volcán el cual lanzaba un rugido de vez en cuando; parecía estar vivo y que quería hacer erupción prontamente. Necesitaba apurarse y eso era justo lo que quería hacer. Emmet se acercó para ubicar algunos lirios de fuego.

 

- Allí

 

Gritó, aunque sabía que nadie iba a escucharlo. Un pequeño ramillete de tres lirios estaba ubicado en el costado de la entrada del volcán. Por dentro Emmet daba gracias por el lugar en donde habían crecido y que no tuviera que meterse dentro del volcán pero sí tuvo que ponerse de rodillas para poder alcanzarlo.

 

El calor que despedía aquél accidente geográfico era insoportable. La lava se movía y, algunas veces, salpicaba de un lado. El olor a azufre lograba que la pesadez del ambiente.

 

Miró hacia atrás para corroborar que el portal siguiera abierto mientras terminaba de agarrar los lirios.

 

Cruzó el portal y volvió a las gradas. Todo seguía igual. Los guerreros entrenando y… Jessie peleando con uno de ellos. Podía notarse a la distancia porque pudo notar un hechizo que salió de la fémina y, además de eso, resaltaba porque no era la vestimenta que los demás tenían.

 

¿Debía ayudarla? El vampiro salió a toda velocidad de nuevo llegando cerca de aquél enfrentamiento e intentó hacerle señas a Jessie para que lo viera y entendiera las señas que tenía que salir de allí.

Editado por Emmet Haughton Gaunt

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Mientras esperaba la respuesta de Badru vio moverse a Emmet y por poco dice en voz alta lo que pensaba ”Ey, mira, se movió” pero la pelirroja se contuvo justo a tiempo, observando con detenimiento sus movimientos, después de todo aún tenía una tarea, informar al Guerrero Uzza que sabía que hechizos utilizaban sus compañeros para sortear su propia misión.


El vampiro avanzaba entre los restantes guerreros, parecía querer terminar rápido su misión, al menos así parecía por sus gestos. Los guerreros Uzzas y sus aprendices lo observaban, hasta que el mago pareció hacerse intangible, invisible para ellos.


—Parece que la Salvaguarda mágica es la mejor opción para atravesar entre los guerreros que practican y dirigirse hacia tu portal —pensó si le molestaría que lo tutease, pero al verlo tan joven, no, al sentirlo como lo sentía se había atrevido a tratarlo así.


Era impresionante ver cómo el mago atravesaba gradas y personas, casi daba un poco de impresión. Darla sabía que ese era el efecto de la Salvaguarda, pero solo la había visto actuar con hechizos, no había tenido oportunidad de verla de esa manera, atravesando cosas y personas. Aunque creía haber sentido alguna vez el efecto de ser atravesada por alguien que utilizaba el hechizo nunca había podido verificar si eso había sido realmente así.


—Las ha encontrado —dijo al escuchar a lo lejos, gracias a sus habilidades vampíricas, el grito que el mago había lanzado del otro lado del portal, junto al volcán.


Lo vio arrodillarse y un poco se sorprendió ¿no sería útil un accio? Quizás el guerrero no lo había permitido y pretendía solo se usasen los hechizos de los libros o el propio cuerpo de los alumnos. Emmet parecía preocupado al ver hacia atrás pero luego pareció relajarse y finalmente volvió a cruzar el portal con un ramillete de lirios de fuego.


Al regresar a la plaza del árbol de fuego el Haughton descubrió a la Jessie peleando con uno de los guerreros que entrenaba y corrió hacia ellos, haciendo señas, intentando atraer la atención de la bruja. Espero que ella no se distraiga, pensó, aunque quizás Emmet tenía un plan.


--¿Es normal que Jessie buscara pelea con el guerrero? —preguntó de golpe, descubriendo algo que en su mente bullía hacía rato, no era lógico, conocía a la Black Lestrange y aquello no podía haber salido de la nada.


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Observa y escucha. El paño que cubre su rostro oculta una sonrisa. No se espera que Darla se tome sus instrucciones de forma tan literal. No es su intención escuchar la narrativa de lo que sucedía. Pero es lo que sucede. Él mismo observa lo que sus otros dos aprendices hacen y al mismo tiempo se hace una idea paralela con las palabras que la más nueva suelta conforme los otros hacen lo que sea.

 

Aveces la ambición se apodera de él, otras veces -algún vestigio de su antigua cultura, de aquel estricto honor de su pueblo- se limita a cumplir el contrato que los antepasados firmaron con Merlín. Son los días en que se limita a cumplir. En realidad lo hace para evitar las sospechas, para evitar que desconfíen. Le gusta que hayan tantos que han pagado un precio como los que no.

 

No pretende dar explicaciones de como lleva la enseñanza, jamás lo hace y no tiene pensado comenzar a hacerlo. Mueve la varita mágica haciendo que esta crezca en su mano. Mantiene su color más es ahora una vara. Se puede ver su núcleo, poderoso. Golpea el suelo con la vara sin dar mucho tiempo a sus aprendices. No les da tiempo a pensar, no les de tiempo a evitarlo.

 

Lo primero que sucede es que, justo en el lugar en dónde Darla está de pie se abre un portal que la transporta a varios metros sobre el cráter de un volcán. La trayectoria es bastante clara, justo en el medio del cráter, sobre la lava: una caída mortal. Un segundo y tercer portal aparecen, respectivamente, debajo de Emmet y Jessie. Ambos son trasportados a la arena en dónde lucharan para demostrar lo que saben de verdad. Es su prueba, una prueba en dónde cualquiera de ellos puede morir.

 

Y finalmente, delante de él, un cuarto portal. Lo atraviesa, aparece en el mismo volcán pero de pie al borde del cráter.

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De reojo vio como el mago hacía crecer su varita, parecía cristal negro y su oscuridad y brillo era a la vez un efecto mágico. Observó las plumas que conformaban a la vez el núcleo, casi se podía presentir lo magnífico del hipogrifo que había sido dueño de ellas. Concentrada como estaba en observar el oscuro objeto y las plumas que lo adornaban el golpe en el suelo la tomó por sorpresa, quizás no tanto como lo que siguió…

 

El suelo bajo ella desapareció, estaba en caída libre y lo más gracioso, bueno, no era precisamente gracioso sino más bien dramático, es que estaba cayendo hacia el volcán que había visto antes donde Emmet y Jessie habían buscado sus flores. La imagen de las flores vino a su mente junto con un insulto y presionó más sobre en su diestra la varita que estaba ahora vibrando entre sus dedos. Debía pensar en algo y rápido. Lo primero que le vino a la mente de la lectura previa del libro fueron las flores precisamente.

 

Buscó el polen de lirios de fuego que llevaba colgando en su cuello y con la zurda lo destapó aspirando una buena cantidad y echando el resto sobre su cuerpo. Era difícil soplar sobre sí misma pero se las arregló, sintió como su piel sentía con menor intensidad el calor que se aproximaba y sintió ganas de lanzar un insulto más. Dentro de ella podía sentir como sus pulmones y sus órganos internos parecían más protegidos, incluso los aromas se intensificaron aún más si se puede pensar que ello ocurriera en un vampiro, pero obviamente la magia de los guerreros uzza era más poderosa que lo que uno puede imaginar. Pensó que si Badru se hubiera tomado la molestia en enseñarle los movimientos correctos, ya que leerlos no te hace experto, podría haber pronunciado un Ignea e invocado el polen que había tenido que consumir de sus reservas.

 

¿Qué seguía ahora?, estaba a menos de cinco metros de la lava y si bien el calor se había disipado y sabía era inmune a las quemaduras no tenía intenciones de caer dentro de ella para darse un baño. No era un anillo. No supo por qué pensó en eso pero sabía que no tenía más tiempo para la concentración ¿o sí? Se concentró lo más que pudo, sobre todo pensando en salvar su vida, no le hacía gracia la idea de una Darla rostizada.

 

—Fulgura Nox –susurró pensando que a Badrú no le había hecho falta decirlo en voz alta, solo con su mente había abierto el portal bajo ella.

 

Su mano se movió con velocidad mientras pensaba en una runa antigua, la del tiempo y el espacio, claro que ella no era especialista en Historia de la Magia, pero le bastaba con desear estar junto al guerrero Uzza y dos segundos después caía de pie, junto a él al borde del cráter. La vampiresa lo observó y apuntándole con la varita, moviendo su mano como una madre que reprende a su hijo no tuvo reparos en ver a los oscuros ojos del guerrero Uzza mientras decía en voz alta.

 

—¿Nunca le han dicho que es peligroso jugar con fuego? Sobre todo cuando arroja a sus propios alumnos dentro de ellos, creo que la Universidad preferiría no enfrentar un juicio por resurrección —su voz era una mezcla de gruñido y tono de risa, sí, odiaba reconocer que había estado al borde de la muerte… una vez más… pero se había salvado, por ahora. Solo Merlín podía saber qué pasaba por la mente del guerrero y lo expresó en voz alta —por Merlín, sí que me va a enseñar en la práctica ¿eh? ¿Al menos podría enseñarme los movimientos correctos con la varita para invocar los hechizos? Creo que sería un poco más práctico que hacerme barbacoa.

 

¿Sería malo cuestionar al guerrero? A lo lejos en la arena vio a sus compañeros ¿estaban por tener un duelo? Miró al mago con curiosidad. No sabía por cuál de los tres preocuparse más, por lo cual optó por ocuparse de su propia persona.

 

--¿Al menos me dirá si lo hice bien? –y ella insistía.

 

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Los llamados para tener la atención de Jessie no hiceron fruto. Pues la bruja continuaba enfrentándose a aquél guerrero.

 

Los lirios continuaban en la diestra del vampiro. Claramente se podía notar que no era uno flor común y corriente porque, si a una flor silvestre, la arracaban de su medio ambiente a los minutos comenzaba a demostrar signos de perecer. En cambio, los lirios de fuego continuaban como los había visto hace minutos atrás.

 

- Jess ...

 

El grito del Gaunt se vio interrumpido debido a que debajo de sus pies se había abierto un portal que lo abdujo de manera sorpresiva. El grito ahogado ahora se expresaba en manotazos al vació intentando acomodarse para caer en una buena posición sea a donde sea que se dirigía. ¿Qué maña tenían los Uzzas y Arcanos de hacer aparecer portales por todos lados e ir manejando a la gente así como así?

 

Sólo unos segundo bastaron para que aquella pregunta saliera de su mente ya que ahora estaba de cara en el suelo caliente y lleno de tierra. Se sacudió su cara con la mano para quitar el polvo que se había alojado allí. Se colocó de pie y agarró los Lirios de Fuego que cayeron a escasos centímetros del vampiro.

 

Ahora se encontraba en una especie de arena de lucha. Pero no estaba solo, Jessie había aparecido frente a él a unos cincuenta metros. ¿También la habrá sorprendido un portal?

 

- ¿Jessie? ¿Jessie? ¿Estás bien?

 

Gritó directamente a la bruja.

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Darla desistió de obtener una respuesta del guerrero, optando por mirar hacia su alrededor, justamente estaban a la orilla de la boca del volcán, en una parte segura, obvio, el Uzza no se pondría en riesgos innecesarios. Unos metros más abajo vió algo que le llamó la atención, perdida entre un pequeño borbotón de lava que se levantaba formando lo que parecía un minúsc.ulo pero mortal lago de lava había algo que parecía más calmado que el resto. Observó con más atención, fijando su vistas y sonrió, era un ramillete de lirios de fuego.

 

Se alejó un par de pasos de Badrú tras ver que su atención estaba puesta en lo que hacían Emmet y Jessie, y tras afirmar sus pies en una roca, estiró su cuerpo, sosteniéndose con la zurda de la roca, extendiendo su cuerpo un poco en el aire.

 

--Accio lirios de fuego --dijo mientras hacía una suave y elegante floritura con Edelweiss, instantes después se enderezaba recuperando el equilibrio con un ramillete de tres bellas flores en su mano.

 

Se acercó una vez más a su profesor y carraspeó suavecito, como para llamar su atención y recordarle que ella también estaba allí. Volvió sus ojos hacia la arena mientras guardaba las flores con delicadeza tras hacerles un hechizo protector. Ante ella Emmet gritaba preocupado por Jessie y al otro lado, ella que parecía no haberle oído gritó lo mismo al principio, para luego lanzarle un sectusempra y ocuparse de su propia vida. Emmet no solo tenía que evitar el rayo de la Black Lestrange sino también que una roca lo aplastara. Aunque su ex jefa no lo estaba pasando mejor, había tenido que cubrirse y llenar sus pulmones y órganos interiores con polen de los lirios de fuego, para evitar terminar carbonizada con las llamaradas que surgían de recién formadas grietas en el suelo.

 

--¿Ellos van a estar bien? ¿Así deben probar su valía? ¿Con un duelo en un ambiente hostil? --preguntó la vampiresa con curiosidad, dándose cuenta que estaba actuando como una adolescente tonta delante del Uzza y esa no era ella, hacía tiempo ya que había pasado la adolescencia y jamás había tenido un pelo de tonta.

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—Lo hiciste bien, no te preocupes por eso.

 

Badru no es una persona a la que le guste elogiar la forma en que los aprendices aprenden a utilizar la magia del libro que tiene a bien enseñar. La única forma que conoce de enseñar es la difícil, es la forma que de la nada aparece en la mente ante un peligro real, ante algo que no se ve como una práctica carente de peligros. En su pueblo a nadie le importa la muerte de un aprendiz pues eso significa que no era lo suficientemente poderoso para hacerse cargo de la magia Uzza. En Gran Bretaña, aunque nadie se lo dijo, sabe que causaría que más de uno se molestara. Causaría que investigara, que metieran las narices en lugares en que lo comprometerían a niveles que ni si quiera puede prever.

 

—Nuestro pueblo no se preocupa por el entrenamiento de otros guerreros, céntrate en aprender lo que debes aprender. Obsistens es uno de los hechizos más poderosos del libro, al menos a mi parecer

 

Hace una seña con la mano indicando a Darla que se aparte, él hace lo mismo; se aparta de Darla la distancia necesaria para no causarle ningún daño. Dibuja varios círculos en el aire con la varita. Con cada círculo que dibuja un camino de luz (si a un haz negro se le puede llamar luz) que en unos segundos se convierte en una circunferencia perfecta.

 

—Este cerco de luz es indestructible y poderoso. Puede absorber cualquier ataque o criatura y destruirlos sin dejar rastro.

 

El cerco de luz del hechizo desaparece en cuanto deja de moverla. Un nuevo movimiento, delicado, e invoca desde las sombras un enorme dragón cuyo único objetivo es atacar a Darla.

 

—Debes defenderte del dragón, intentará estrellarse contra ti para matarte. Ya conoces el hechizo para defenderte, utilízalo.

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