Jump to content

Libro de la Fortaleza — Grupo 2


Jank Dayne
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Aquella era una experiencia que quería repetir mil veces más, pero que probablemente nunca olvidaría por ser su primera vez. Sentía el fresco viento golpearle en la cara y alborotarle los cabellos, colarse por entre los espacios de su ropa y enfriar cada centímetro de su cuerpo, más ahora su organismo estaba dominado por la adrenalina, que hacía que cada fibra y cada nervio de su cuerpo estuviese extasiado por lo que estaba viviendo. Asía fuertemente el amuleto, y a pesar de que estaba inseguro de si este amortiguaría en verdad su caída, estaba ya en un punto donde no había vuelta atrás.

 

Cuando estaba cerca del suelo, sintió como su amuleto vibraba y expedía un calor reconfortante, que hizo que la fuerza peso que atraía su cuerpo hacia el centro de la tierra se viese sobreseída por una que lo empujaba en dirección opuesta. Después de eso, la tercera ley de Newton hizo su magia y el cuerpo de Nathan aterrizó en el suelo suavemente, ileso. Varios de sus compañeros aterrizaron luego de él, más a Nathan le llamó la atención una de ellas, que se dirigió hacia la cueva de hielo que les antecedía.

 

Guardó el amuleto en la bolsa que cargaba en la espalda y extrajo su varita del bolsillo, asiéndola con seguridad. Pasó por delante de sus instructores y siguió curiosamente a su compañera dentro de la cueva, que estaba sumergida en una densa oscuridad, rota únicamente por el encantamiento que la mujer, a quien reconoció como Madeleine, había convocado. La edificación estaba moteada de tanto en tanto por estalactitas y estalagmitas, más sus paredes estaban hechas de un hielo tan denso que dudaba que un encantamiento explosivo pudiese destruirla.

 

- Stark. - dijo Nathan, refiriéndose a su compañera, a quien había tomado por costumbre referir por su apellido desde su última expedición en el bosque - ¡Lumos! - agregó, imitandola, más su encantamiento no hizo mucho más que el de su compañera.

 

Escuchó la pregunta que su compañera profirió, y fue ahí que le asaltó la curiosidad sobre la tarea que buscarían cumplir aquel día: capturar la aurora boreal en un recipiente. Nathan, ducho en las ciencias tanto muggles como mágicas, sabía que eso era físicamente imposible, más una parte de sí era consciente de que la magia muchas veces desafiaba las leyes de la física y la química.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- ¡Ahhhhhhhhhhhh!

 

Poom. Un golpe seco se escuchó en medio de aquel lugar al caer de manera violenta sobre la nieve cerca de mis compañeros. No me dolía, o al menos no tanto como hubiera pensado, por lo que me levanté en seguida sacudiéndome mi ropa y acomodaba mi maletin donde tenía el resto de artefactos que ocuparíamos en esa ocasión, por ello me los fui colocando en las manos y en el cuello (todos los amuletos y anillos) para no tener más sorpresas y solo dedicarme a activar sus poderes.

 

- Bien, entonces tenemos que volar hacia las auroras, ¿no? - Dije depués de escuchar un par de lumos de mis compañeros, por lo que tomé mi varita en seguida - Supongo que tendremos que volar hasta allá, ¿con el amuleto? ¿Puedo invocar a mi escoba? Me siento más cómodo en mi escoba, la seguridad de tener algo entre mis manos y piernas al moverme por los aires da... pues, cierta seguridad... O mejor me callo,, sí, creo que ese plan me gusta más.

 

No podía creer que todos los presentes se notaran tan "finos", a pesar de mis años de experiencia me sentía torpe con aquello que nunca había utilizado, es decir, no era un Dios en el aprendizaje o erudito, o como se diga.

 

- Lo bueno es que me traje 'esto' del castillo...

 

Saqué del interior de mi abrigo un pequeño frasco con vodka glacial y le di un pequeño codazo a Edmund, de camaradas, antes de darle un buen trago. El líquido me daba calor, por algo el vodka tenía ese nombre, ayudaba a calentar el cuerpo en climas bastante fríos y, hasta donde sentían mis mejillas, nos encontrábamos en el sitio perfecto. Miré a mi alrededor y ofrecí mi frasco a los compañeros de aventura, por supuesto, no quería parecer mal educado.

 

- ¿Alguien gusta? ¿Nadie se sintió mareado? ¿Todos bien? ¿Nadie?

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¡Cierto! —suelta Madeleine, al escuchar a Ishaya. Para bajar, había pensado que tendrían que improvisar un equipo para escalada o algo por el estilo. ¿Cómo es que no había pensado en el amuleto volador, cuando acababa de usarlo? De inmediato se lleva una mano a la frente. Se supone que, aunque no es la mejor bruja de su generación, a veces tiene buenas ideas y suele usar las cosas que tiene a la mano... oh, pero cuando está en una actividad relacionada con estudios, termina luciendo como una i******. No sé cómo sobreviví a Hogwarts, piensa, sacudiendo la cabeza— No creo que lo de la escoba sea una buena idea, Tonks —añade en voz más baja. Al igual que Ishaya, ella también se siente cómoda sobre una, especialmente cuando es una Nimbus 3000. Sin embargo, piensa que lo mejor es viajar ligero. ¿Y por eso trajiste a Melle, no?, se dice irónicamente, refiriéndose a su espada—. Aunque deberíamos pensar en algo para iluminar, antes de bajar... el Lumos no es que sea muy efectivo.

 

Supone que ya Nathan tuvo que haberse dado cuenta de ello, puesto que también lo había intentado, y el efecto fue el mismo.

 

—Ahmm... ¿será peligroso armar algunas antorchas? —sugiere, puesto que no se le ocurren muchos encantamientos iluminadores— ¡Oh! ¿Qué tal si transformamos algunas cosas en luciérganas? —dice, aunque no está segura de que puedan aplicar morphos a la nieve.

 

Sin embargo, mientras medita en su duda, se agacha y comienza a rebuscar en su mochila. Deben haber plumas viejas o pergaminos olvidados que puedan servir. Mientras lo hace, escucha a Ishaya ofrecer algo. Al alzar la mirada, ve que es una botella con algo transparente. Ah, trajo agua, dice. Sabía que olvidaba algo. Así que le hace un gesto para que le pase el recipiente, y traga un sorbo, puesto que siente repentinamente la garganta seca. Pero de inmediato arruga la cara, y siente cómo le quema la garganta.

 

—Agh —se queja, cabizbaja, y tose un par de veces—. G-gr... cof... gracias, Tonks —dice, devolviéndole la botella, con los ojos llenos de lágrimas—. Sólo algo fuerte.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sonreí cuando mi compañera Stark se animó a dar un sorbo de mi bebida, me reconfortaba ser de ayuda aunque los dos profesores seguían analizando el siguiente movimiento. Verifiqué todos los amuletos y los anillos, seguramente estaríamos utilizándolos de alguna manera... y me preocupé. Amuleto de la curación. Curación. ¿Acaso era un aviso de posibles peligros? Y más si considerábamos el anillo salvaguarda para oídos indiscretos.

 

- Chicos... creo que antes de preocuparnos por alcanzar a ver, tenemos que preocuparnos por estar seguros... con esto.

 

Alcé mi mano y enseñé tres objetos, el anillo salvaguarda, el amuleto de curación y el de escucha, esperando que todos pudieran llegar a la misma conclusión que yo deduje en mi cabeza. Guardé el frasco y sostuve mi varita fuertemente.

 

- Tal vez ese par - señalé a Jank y a Hades, que se encontraban muy por delante de nosotros - nos están indicando las cosas pero con una voz muy baja o casi imperceptible... - comencé a murmurar - quizás lo más pertinente sería que estemos cuidando de que esta sea la entrada de alguna extraña criatura o ser maligno.

 

Todos estábamos acostumbrados a las batallas, eso era un hecho, el vivir en constantes ataques en el pueblo mágico de Ottery nos había preparado para las grandes guerras que todavía no nos habían tocado y de las cuales procedíamos, ocurridas en los setentas y en los noventas.

 

Era claro que no podíamos utilizar los hechizos de la Orden del Fénix, o al menos mis compañeros que tenían una cantidad de poder mucho mayor, ya que los míos se podían confundir fácilmente con los de un simple ciudadano promedio. Y teníamos que aprender a usar el libro de la Fortaleza, para ello nos encontrábamos reunidos, para ello estaban esos dos magos guiándonos en aquel momento.

SfuMfvY.gif7h7ZSBT.gif80NOUjM.gif


p7PNraO.png


kbJcSlc.gifGyhyROf.gifxdFxo1G.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El cainita esperaba que los aprendices de aquel libro llegaran. Observo a Jank quien parecía estar en otro mundo, al parecer el chico estaba mucho más emocionado que el vampiro, sin embargo, alguien tenía que ser la persona que controlara la mayoría de las situaciones, tal como había hecho Elvis la última clase. Suspiro y dibujo una mueca una vez que comenzaron a aterrizar, al parecer con miedo o no se habían atrevido a aquello. Bueno, seguramente ninguno quería ser caca de dragón.

 

Ser había adentrado un poco de la cueva esperando que Jank no se pusiera hacer tonterías y se perdiera en ella. Al escuchar la voz de Madeleine gracias al anillo de la escucha supo que debía regresar. Negó con la cabeza, el era quien debía ser el arriesgado y el que debía meterse en problemas, ahora tenía que ser el responsable de aquellos alumnos que tenía a su cargo. Bufo, su maestro seguro se debía estar siendo en aquel momento de él.

 

-Si están preparados –dijo en respuesta a la pregunta de Madeleine- llegaremos siguiendo el camino –comento señalando a la cueva- pero no deben confiarse, nadie que haya llegado hasta la aurora boreal ha regresado con vida, ni siquiera se saben los peligros que se puedan encontrar –dijo en tono serio- así que si es que ustedes logran llegar y regresar se puede decir que habrán aprendido alguna cosa.

 

Observo a Madeleine quien había hecho un lumus para poder ver lo que estaba a su alrededor. Sonrió, el no necesitaba aquello pero seguro que los chicos si, por lo que sin perder un segundo saco unos cuantos frascos y moviendo al varita realizo aquel conjuro para fuego transportable, por lo que no necesitarían antorchar ni nada, simplemente debían seguir aquella luz que poco a poco iba flotando delante de ellos iluminando el camino que tenían en frente. Escucho lo que había dicho ishaya pero no le prestó la mayor atención, por lo menos no por el momento.

 

-Deben tener cuidado –observo el techo donde las estalactitas de hielo colgaban- no quiero tener que recoger brochetas de estudiantes, por lo que sí es posible intenten hablar menos y concentrarse mas.

 

Caminaron por unos cuantos minutos hasta que llegaron a una bifurcación. Observo Jank quien parecía estar pensando lo mismo que él. Se detuvo un segundo sosteniendo al varita… -Homenum Revelio –susurro. El efecto fue lo que el vampiro esperaba, al menos por el momento no había ningún ser “humano” aparte de ellos por allí. Le hizo señas al Dayne y tomaron el camino de la derecha. Caminaron un buen rato. Esperaba que los chicos el siguieran y no se fueran por otro lado, aunque de ser él quizás hubiera hecho lo que le diera la gana y no seguiría las instrucciones de sus superiores.

 

-Todo está demasiado tranquilo y no me gusta –comento- y hay una luz allá adelante, lo mejor será investigar.

 

Una vez que llegaron a la luz, el cainita se sorprendió. El grupo había llegado a una especie de paraje, se veía un claro con nieve y alguna clase de vegetación extraña. Recorrió con los orbes negros aquel lugar. ¿Qué era aquello o que creían los Uzzas que era aquello, viaje al centro de la tierra? Bufo molesto.

 

-Lo mejor será llegar hasta aquel sitio -hizo señas para que se adentrarán un poco mas- pero tengan cuidado, no me fio de nada aquí –comento esperando que no les recibieran con ninguna sorpresa, tal como habían sucedido en aquella selva amazónica donde habían ido a parar pro ultima vez.

vkDq3f1.png

 

kNTUx8c.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Libertad. Adrenalina. Estaba sintiendo ambas cosas.

 

En ese instante en el que sus pies despegaron el acantilado para dejarse caer, por un momento no está del todo seguro, pero después de darse cuenta que están planeando el aire, como un pájaro en lo más alto del cielo. Ahí, en ese momento, sintió libertad. En ese momento su ego se infló como un globo, sentía que podía hacer lo que quisiera.

 

Después de dirigirse correctamente al lugar donde habían aterrizado todos. Sintió su corazón palpitar aceleradamente, como si acabara de terminar un maratón de diez kilómetros, como si acabara de terminar de... Tenías ganas de seguir, de volver a experimentarlo. La adrenalina que estaba recorriendo su cuerpo le incitaba a hacer cualquier cosa, necesitaba seguir ese tipo de acción.

 

Pero eso no pasó.

 

Tuvo que calmarse por un momento para ajustarse a lo que estaba sucediendo a su alrededor. Su respiración volvió a la normalidad al igual que su corazón desenfrenado. Vio a Madeleine hacer un Lumos para tratar de alumbrar el camino de la cueva. Una cueva que por cierto se veía aterradora, desconfiada de sus visitantes, solitaria.

 

No entendía mucho de el porque estaban allí para apreciar unas auroras boreales. Aún así sitios curiosidad tras las palabras de Hades que confirmaba que nadie había sobrevivido después de haber visto aquellas luces, eso puso una duda en su cabeza. ¿Qué era tan peligroso en esa cueva? ¿Por que la gente no podía salir vivo de allí?.

 

Caviló en sus pensamientos por un tiempo, tratando de encontrar una respuesta. Hasta que el profesor pretendía que íbamos a morir por la caída de unas estalactitas. Rio, imprudentemente.

 

- Estoy seguro que no vamos a morir por unas estalactitas, habiendo tanta magia entre nosotros - respondió. Si iban a morir sería por algo mucho más grande, poderoso, aterrador.

 

Caminaron largo y tendido, prácticamente en silencio por temor a que aquella cueva se les viniera encima. Cada vez que se adentraban, se podía sentir un aire gélido, pero la luz que servía para iluminar el camino gracias al profesor estaba haciendo que no se sintiera tanto. Desconfiados de lo que pudiese haber más allá, realizaron un hechizo esperando revelar algún humano más adentro, al parecer el encantamiento no detectó nada.

 

Cuando se detuvieron para escuchar las instrucciones de los profesores, diciendo que tenían que llegar a un claro donde al parecer había nieve... ¿Nieve dentro de una cueva? Su única explicación era que allí se podía observar el cielo, un hueco, una entrada, una posible salida. Se preguntaba también si los profesores sabían con exactitud hacia donde se dirigían. La desconfianza de uno de ellos le preocupaba, tal vez sólo estaba asustado.

 

- Vamos, ¿qué es lo peor que puede pasar? - Dijo, empezando a caminar...

bjxi4fX.jpg


http://i.imgur.com/h1u8wGR.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—¿Se supone que podemos usarlos? —suelta, cuando Tonks muestra los amuletos del Libro de la Fortaleza— Aunque, bueh, quizás esperan a que un Yeti nos muerda el trasero para explicarnos qué hacer con ellos —murmura, dándose cuenta de que aquello no parece en nada una clase. Igual, prefiero las aventuras. Si quisiera leer un libro gordo de hechizos, me quedaría en Winterfall—. De todas formas, parece ser que son ellos los que nos quieren llevar hacia los seres malignos —responde al comentario de Ishaya, cuando Hades les indica que hay que continuar la marcha.

 

Madeleine pone los ojos en blanco. "Nadie ha regresado con vida". Sí, no es la primera vez que alguien le dice eso... y generalmente, aunque quizás con un par de heridas y algo cansada, logra "regresar con vida" (afortunadamente, nunca ha regresado con muerte. No debe ser muy agradable ser un zombie). Sin embargo, esa forma de hablar sería más adecuada para impresionar y alertar a chicos de quinto o sexto año; allí, no obstante, todos son graduados, e incluso miembros de la Orden del Fénix. Aquel disfemismo sólo significa que será una aventura difícil, una verdadera odisea, pero que definitivamente podrán lograr con suficiente compromiso y valentía. Como de costumbre, se dice, mientras se echa a andar tras los demás.

 

El suelo está bastante resbaloso, por lo que, utilizando su amuleto volador, se asegura de flotar por encima de las zonas más "peligrosas". Por supuesto, se asegura de mantenerse a no más de medio metro sobre el suelo, ya que tampoco quiere que su cabeza choque contra una de las estalactitas... algo le dice que, así estén en San Mungo, Jank y Hades se asegurarían de reprobarla. Luego de un par de minutos, el ambiente no cambia; los únicos sonidos provienen del grupo. Cada vez hace más frío. Por fortuna, el fuego (¿fatuo?) que los guía es pura magia, ya que una antorcha normal seguramente ya se habría apagado; o peor aún, su calor hubiera debilitado el hielo sobre ellos.

 

Finalmente, sin provocar ningún accidente, llegar a un lugar que promete ser relevante en la travesía. Es un claro iluminado, con una capa de nieve sin tocar e incluso una vegetación que Madeleine, que nunca ha estudiado Herbología, ni siquiera intenta distinguir, ya que sabe que será un intento en vano. En cambio, se lleva una mano a la empuñadura de Melle (aunque no la saca de su vaina), mientras camina hasta que sus pies alcanzan la nieve. Sus botas quedan enterradas.

 

—¿Este lugar está en el mapa? —pregunta son insolencia, recordando de repente que la respuesta de Hades no incluía la mención de un mapa. Mientras espera una respuesta, alza el rostro. La luz es clara y blanca, así que no está segura de si es alguna especie de iluminación especial o es el cielo del Polo Norte—Ésa frase nunca trae nada bueno—comenta, al escuchar a Fined—. Supongo que no queda nada más que seguir la luz— suspira al cabo de unos momentos, mientras sus pies juegan con la nieve, puesto que los otros caminos, los que rodean el claro, los lleven a un lugar importante. Por lo menos, a un lugar que los ayude a encontrar las luces.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Meditó la escena por varios segundos: su Lumos no parecía surtir ningún efecto, dado que la oscuridad de la cueva era impenetrable, y ciertamente la idea de prender unas antorchas no resultaba muy atractiva, teniendo que toda la estructura podía colapsar sobre ellos. Miró a Hank, quien no parecía querer participar en el asunto dado que se mantenía callado, impasible y sin ejecutar acción alguna, el Weasley le dedicó una mirada furibunda antes de dirigir la mirada hacia uno de sus compañeros, que de repente había sacado de su capa una botella de lo que parecía agua y terminó siendo vodka.

 

¿Cómo es que planean que aprendamos a utilizar estos amuletos y anillos, si no nos dan ninguna situación para aplicarlos? >> se preguntó, un tanto molesto. Si bien era cierto que recientemente habían utilizado uno de los amuletos, ahora la situación parecía estar estancada y la bolsa con el libro y los trastos pesaba más que nunca. Trató de que la intolerancia no se plasmara en su rostro, e incluso lo logró al ver que su otro profesor, cuyo nombre no había escuchado, conjuraba una formación de fuego que iluminó la cueva y comenzó a guiar su camino hacia el interior.

 

Ansioso de vivir una ventura, Nathan se apresuró y se colocó junto a Madeleine, Ishaya y otro chico más, a quien no reconocía pero le resultaba vagamente familiar... seguramente lo había visto en la Orden del Fénix o había sido un cliente en el Concilio de Mercaderes. ¡Qué malo soy con los rostros! >> pensó, algo avergonzado de su mala memoria, más sus pensamientos se vieron rápidamente borrados a un lado dado que la cueva se había abierto en una encrucijada de dos caminos que colisionaban en un ángulo agudo. Estaba por perder la paciencia, pensando que pasarían minutos allí debatiendo sobre cual camino tomar cuando su profesor se aventuró directamente por uno de los caminos, la bola de fuego iluminando el lugar.

 

Por un segundo, cuando observó que la bola se acercaba peligrosamente a las estalactitas, pensó que el calor del fuego las derretiría y la estructura comenzaría a debilitarse progresivamente. Sin embargo, la magia de aquella invocación era tal que no parecía despedir calor alguno, sino tan solo radiación lumínica que cumplía con el sólido y único propósito de encaminar la marcha para aquella conglomeración de magos que se aventuraba por la cueva. Finalmente, ambos profesores detuvieron la marcha y Nathan se escabulló entre unos alumnos para poder llegar a la hilera del frente.

 

Se encontraban dentro de una especie de claro o expansión de la cueva, extrañamente cubierta por una densa almohada de nieve virgen que no parecía tener origen alguno. Como si ello fuera poco, la capa de nieve estaba moteada por una densa vegetación que se extendía por todo el lugar. Siendo un experto en Herbología, se acercó levemente a las hojas y comenzó a examinarlas con la mirada: el solo verlas le permitió hacer una evaluación sistemática de su constitución y de los peligros que representaban... momentáneamente su ansiedad desapareció; esto no sería fácil.

 

- Son plantas venenosas, si las tocan, lanzan vainas con un veneno letal. - dijo para sus compañeros, dirigiendo luego su mirada a la nieve... sobre ella, no podía hacer asesoramiento alguno, más dudaba que fuese tan inofensiva como parecía.

iByhMRF.giftA4DkbA.gif

nathan firma 1.png

trFd9O9.gif6UufUc5.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Brrrr - Gimió entrecerrando los ojos, Axel estaba más que emocionado, no podía creer que acababa de caer de un acantilado, por lo visto ya tenía su próximo plan para las vacaciones, y ahora su atención era observar como llegaban cada uno de sus compañeros, cruzándose se brazos y colocando su mano sobre su barbilla, al calificar como descendían por la pendiente como si se tratase una prueba olímpica.

.

Axel no pudo evitar reír un poco, al ver como Iyasha caía mal, y su rápida recuperación, ya hasta estaba ofreciendo alcohol, era sorprendente ese hombre. Pero por fin llegaba de nuevo Hades, con otro de sus elaborados discursos.

 

- Soo… - Balbuceó Axel, guardando de nueva cuenta el amuleto en su pequeña bolsa. - No es algo tonto, buscar una aurora que dicen los Uzzas nos dará increíbles poderes, si nadie ha llegado con vida.- Pensando eso mientras caminaba detrás del “equipo” quitándose los guantes para mover las manos y sentir el frio en ellas.

 

El danés caminaba por el escabroso pasillo, su curiosidad era una fuente inagotable de energía, pues a temperaturas bajo cero, el hombre se detenía cada dos segundos para observar las formaciones rocosas y después corría para no quedarse atrás, morir en una cueva no era parte del plan para el fin de semana, ya que se coloco detras de todos.

 

Quizá era por el ejercicio, pero Axel empezó a sentir que la temperatura estaba aumentando, quizá solo fuese cosa suya, pero ya habían pasado varios minutos y sus manos ya no se encontraban tan frías como cuando bajaron por el acantilado. – Estoy loco. – Pensó mirando la palma de su mano y moviendo la mano, ese cambio le parecía algo sospechoso.

 

Simplemente suspiro intentando ver el vaho que producía, pero la voz de Hades lo sorprendió así que dejo de hacer eso, para volver a ponerle atención. Habían llegado a un lugar donde había nieve. Axel sacó un cigarrillo y busco su varita mientras escuchaba los comentarios del hombre, el que conocía de herbologia. El danés sabía que en ese tipo de regiones el musgo y los matorrales eran escasos, siempre había vivido en un clima muy similar, pero ahora habían encontrado plantas venenosas, eso si que era raro. – Valla, valla. – Suspiró confundido, hasta que encontró su varita y esta resbalo de sus dedos, cayendo unos centímetros detrás de él. - Oh demonios. -

 

Axel se inclinó, y levanto su varita, la necesitaba si quería prender aquel cigarrillo, así que con un movimiento sencillo la punta de su varita se incendió, y el hombre se disponía a prender su cigarro, mientras observaba con detenimiento el suelo aun en cuclillas.

 

-¿Hej…. Alguno de ustedes usa zapatos de tacón? – Preguntó el hombre en un tono para que todos lo pudiera escuchar, mientras se levantaba y agitaba su varita nuevamente para apagarla.

 

– Lumus- Susurro y apunto directamente al suelo, donde la luz iluminaba perfectamente el camino recorrido. – Aquí hay más huellas de los que somos. – Comento nuevamente el hombre. – Sobretodo esas. –Apuntando con el dedo donde una "D" tatuada se apreciaba, unas extrañas huellas que asemejaban a un pequeño corazón, las cuales seguía hasta el claro que tenían enfrente y allí se volvían a perder, cerca de aquellas plantas venenosas.

 

- Pensé que estaríamos solos. – Poniéndose de pie para que los demás observaran lo que había encontrado, alli habia había mas "personas" o algo que dejara huellas, y ya habia pasado por alli.

tumblr_pc99s5DebJ1xo09zio2_75sq.png






tumblr_phak5acqf61xo09zio2_r1_400.png

http://i.imgur.com/tZhdsN8.gif G4D5FhY.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El aterrizaje había sido desastroso.

 

Por suerte, era el único testigo de su fallido aterrizaje, ese que le costó parte de sus guantes y las rasgaduras de pantalón. Al sacudirse la nieve, y mientras escuchaba el sonido de Hades al planear por el gélido aire del Polo, Jank verificó instintivamente si su varita se hallaba en buenas condiciones. La inspeccionó con la mirada varios segundos, como si se tratara de una persona herida. El mango estaba flojo, pero mantuvo la esperanza de que tuviese arreglo. Libra le había acompañado durante todas sus aventuras desde la adolescencia; estaba perdido si aquella sería la excepción.

 

Durante el trayecto, Jank prefirió callar, tratando de descifrar el significado que conservaba el camino en sí. Runihura le había advertido que sus pasos no serían vistos, y que si no cumplían con su misión, no cumplirían cualquiera otra, ninguno de los participantes. Eso le puso los pelos de punta, y mucho más porque se lo había ocultado a Hades durante todo ese tiempo. No le importaba arriesgar su vida por un cometido inconcluso, pero no se permitiría acarrear con las de sus estudiantes. Estaba seguro que los Uzza no se arriesgaban en enviar a buscarles una causa perdida, desperdiciando tanta magia y potencial, aunque se tratase de simples europeos. Pero, ¿qué los hacía especiales? ¿Por qué delegarles algo tan específico.. ?

 

En ese momento, captó el último hilo de la conversación de Hades, antes de que se sumergiera nuevamente en la idea de aniquilar otro cigarrillo a base de tres cortas caladas.

 

- El problema no es llegar, Hades - el humo que salía del cigarro se camufló con el el que soltó sus palabras, creando varias capas que dejaron una estela a su espalda a medida que iba avanzando -. El problema es cuando tratas de encapsular su luz. Es como.. parar la lluvia con las manos, ¿no lo cree.. ? ¡Oh, ese olor!

 

Jank se llevó la mano entera hacia la cara cuando Ishaya abrió la botella de vodka. Madeleine no había tardado en reaccionar tampoco, volviendo a percatarse de su imperdible presencia. Jank no lo había tomado como una casualidad afortunada, pero nunca se quejaba de su presencia; siempre llevaba un as bajo la manga para toda situación, y dudaba que esa fuera la primera que fallara. También había visto rostros conocidos, como el de Stephanus, Edmund o el del insoportable Nathan Weasley. Magos fuertes, terreno hostil. Les vendría como anillo al dedo.

 

El claro a donde llegaron estaba fresco, dando la apariencia de un huerto ante los ojos incautos de Jank, quien parecía mucho más interesado por las maravillas que ofrecía la espontánea cueva que su compañero. Hizo oídos sordos a las advertencias de Nathan y avanzó hasta la vegetación. Cuando hubo recorrido un par de pasos, se agachó hacia unas mandrágoras mudas, después, avanzó hasta un tumulto módico de acónito y tomó algunas muestras, empleando un láser con su dedo para quemar las raíces. A la final, siguió el ejemplo de sus alumnos y miró hacia el cielo. Estaba despejado, pero tan lejano que le resultaba complicado vislumbrar lo que proporcionaba la iluminación.

 

>> El cielo había estado totalmente nublado por una tormenta hacía apenas unos minutos, ¿cómo podría haberse despejado? << se le vino a la mente, al tiempo que escuchaba las palabras de Axel. No obstante, no fue lo único que captó su atención. Jank afinó el oído y, aunque se esforzó, le resultó imposible encontrar el motivo. Alzó la mirada por arriba del grupo, luego hacia a la derecha, después a la izquierda. Más allá de la vegetación donde Jank se había embarcado, existían dos caminos oscuros, donde las luz del claro no parecía hacer afecto, pero de donde surgía la suficiente cantidad de aire para hacerle pensar que estaría su salida.

 

- Bien - se giró, utilizando el dorso de su mano enguantada para limpiarse el moco congelado de su nariz -. Hay que movernos. Tenemos tres caminos; dos viables, uno no tanto - y señaló hacia arriba - por lo que sugiero que se decidan pron...

 

La oración se cortó en su garganta. Las ramas venenosas se apartaron, y lo que yacía abajo de éstas se empezó a retorcer. Jank tuvo intensiones de extraer su varita desde la bota izquierda, pero fue demasiado tarde; algo grueso, como una cuerda, le apretó el tobillo lentamente, ejecutando tanta presión que Jank se paralizó. Si se trataba de lo que pensaba que era, la luz de arriba no era el sol, pues aquello habría aniquilado aquel cuerpo que, de un instante al otro, lo succionó hacia atrás y empezó a arrastrarlo hacia el centro del claro.

 

- ¡Lazo del Diablo! - se le escuchó decir, entre ajetreos. Mientras más se histerisaba, sentía cómo aparecían más y más tentácul0s. Muñecas, cuello, tobillos. Fue avanzando hasta el abdomen, pecho.. - ¡crucen, elijan un camino, yo lo tengo contro... MMM, MMM! - hasta que llegó a su boca.

Editado por Jank Dayne

THIS ONE.jpg

blinkie.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.