Galería de Arte-Rindo (MM B: 109841)

[Tamarindo]

--Así que solo te interesa que cargo tengo, ni te interesa presentarte ni que yo me presente. Que atento por tu parte... Me da a mi que no me agrada mucho tu actitud, y si, ya te tuteo, porque parece que tu me tomas el pelo.

 

Habia pasado a la defensiva. Era la primera vez (y eso que candela habia estado en la galería) que un cliente era tan desagradable conmigo, aunque si, lo confieso, su idea de que hiciera la croqueta pr el suelo para limpiar la pintura era muy divertida, a lo mejor es un nuevo tipo de arte que puedo probar con este señor si deja de ser un petulante (?)

 

--Quiere hablar con la artista y ni siquiera sabes quien es o como se llama? Eso dice muy poco de lo que sabes sobre arte, pero bueno...

 

Le extiendo la mano en forma de pressentación, de esta vez mas formal que la anterior, ya que esta vez iba mas en serio.

 

--Me llamo Tamarindo, como te dije antes, soy la artista y dueña de la galería. Pero por ahora no es un gran placer conocerte, señor... ? Cómo dijo que se llamaba?

 

La ultima pregunta es un poco para dejarle entrever que por muchos aires de conocer a todo el mundo no le iba a funcionar conmigo, ya que no le conocía de nada, ni siquiera de cluzarmelo por el callejón o verlo por ottery.

 

@

[David Augustus Lestrange]

—Con sinceridad… ¿cuándo entras a un negocio te interesa el nombre de todo el mundo?

 

No. Seguro que no. Y si decía que sí mentía o tenía el suficiente tiempo libre como para poder gastar el valioso tiempo en conversaciones banales que no llevaban a ningún lado.

 

—¿Sólo te lo parece? Vaya…

 

Dijo sonriendo. En realidad bromeaba, no quería tomarle el pelo. No llegaba a entender esa actitud suya, no le había hecho nada que pudiera haberle ofendido. Debería controlar mejor ese carácter, esa actitud tan defensiva que sólo podía traer problemas y discusiones.

 

—Apenas poseo conocimientos sobre arte, pero ese no es motivo para que seas así de ofensiva conmigo. ¿Acaso debo ser un experto para poder ser tratado con respeto?

 

Preguntó haciéndose la víctima, con una cara que demostraba cierta decepción por su manera de tratarlo e incluso se podía apreciar tristeza en su rostro. Todo bien fingido, por supuesto. Suspiró mirándola directamente a los ojos. Bien, al fin sabía quién era y de qué se encargaba. Era la dueña, eso explicaba las manchas aunque lo de rodar seguía siendo más divertido. Estaba ante la artista, dibujaba bien, ojalá su trato con los clientes fuese igual de exquisito.

 

—De momento mi nombre no importa y menos si para ti no es un placer conocerme… Así que vamos a centrarnos en ti, la artista… ¿Estás dispuesta a hacerme un cuadro? Tengo una idea en la cabeza y si los resultados me agradan tengo otro o un par de encargos más que me gustaría que me hicieras en un futuro próximo…

 

Atento esperó su respuesta. Si la respuesta era afirmativa no tardaría en contarle su idea, si la respuesta era negativa puede que insistiera o tratarla de convencerla un poco, sino buscaría una artista mejor, eso teniendo en cuenta que no estaba muy seguro de que hubiera más por el Callejón Diagon.

[Tamarindo]

Sus pucheritos de tristeza no me afectaban en nada, eran mas finjidos que nada, que ademas ahoranome sale una comparativa biena, pro que eran finjidos y que se notaba estaba claro. Aun porencima de ser tan mal educado, quiere hacerme chantaje emocional, pues asi no se puede ir por lavida,perolo dejé pasar, no queria meterme mas aun con una persona que no conocía aun de nada. Y algo me decía que...

 

 

Efectivamente, este viene a hacrme un encargo, pero es que el muy señoritingo ni se presenta ante mi, que modales son esos...

 

--Creo que conocer el nombre de tu interlocutor es algo básico en una conversación civilizada, pero bueno, señor tú, por ahora no conoceré tu nombre, no pasa nada.

 

Vamos a centrarnos en lo que viene, que al menos vienea pedir que trabaje en algo.

 

--Hablemos de negocio, pues si, me interesa pintarle un cuadro, aunque seas un poco desagradable de tratar. Una cosa no quita la otra. De qué se trata ese encargo? Cuentame. Quieres sentarte en mi taller a tomar una taza de té mientras me lo cuentas?

 

Con el brazo extendido le ofrecí pasar a mi parte de atrás de la galería, donde había dos sofás cómodos y una mesa cuadrada baja delante de ellos, donde estaba todomi material de trabajo.

 

@ (me habia olvidado mencionarte, para que puedas venir XD)

Editado 26 de Diciembre del 2017 por Tamarindo

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¿Harapos...?

 

La vi feliz de comerse las galletas y me retiré un poco. ¿Por qué le llamaría Harapos a mi pobre elfo Harpo? Era curioso porque era cierto que le caía bien aunque siempre decía que era la ladrona de las galletas. Supongo que ese apelativo no era sólo de ella sino que también era atribuible a mi hermana Amya.

 

Le iba a dar la bandeja pero cada vez que la miraba la retrocedía un poco, como si no me diera cuenta que se moría de ganas de comer una. Pero como tenía otros clientes decidí que no le daría las galletas de mi elfo hasta que acabara con ellos. De atenderles, no que los matara, que nadie piense mal, que soy mala pero no tanto.

 

La esperé sentada en el sofacito, haciendo cabriolas con la bandeja en el aire, esperando que ella mirara de vez en cuando y se asustara porque las galletas pudieran acabar en el suelo. Aunque estuviera haciendo barrabasadas con la bandeja de dulces, lanzando de vez en cuando algún hechizo para que levitara y volara cerquita de Tama, para que no olvidara que yo estaba allá esperándola, no se me escapaba la conversación que tenía con aquel muchacho, alguien que conocía de algún lado, por cierto. Era un diálogo algo alocado pero no me sorprendía, ¿quién no conoce la locura de la familia que frecuenta? Y no me refiero a la "Ojo Loco", que la tiene, sino a la de mi hermana, la familia Adler.

 

Sólo me levanté cuando hablaban de trabajo. Corrí hacia ella, perseguida por la bandeja de galletas que ahora estaba en plan "nadie me toca" y ni siquiera me dejaba coger una galleta para mí.

 

-- ¡eh, eh, eeeeeeh! Un momento, que sé que cuando te pones con un cuadro no haces ningún otro y yo estaba antes.

 

Arrugué el ceño y lancé un zarpazo hacia la bandeja, que saltó hacia atrás, esquiva.

 

-- Creo... Estaba antes, ¿verdad?

[Tamarindo]

Ya me habia olvidado de ella, que raro, que no me diera cuenta que molestaba, estaba tan inmersa en la conversación con el nuevo personaje este que estaba siendo un poco desagradable, que por completo habia olvidado las galletas. El resto daba un poco igual, pero las galletas... ¿Cómo me las había podido olvidar?

 

Me giré cuando noté su presencia al hablar. Me costó entender qué hacía alli, ni lo recordaba, hasta que vi las galletas detrás de ella flotar sin dejar que se cogiera ninguna.

 

--Anda, sigues aqui? No te habías ido? Que despiste el mio.

 

No creo que colara mi despiste, pero bueno, no pasa nada, es una amiga que sabe que estoy un poco pallá, seguro que no se enfada conmigo.

 

--Esas galletas empiezan a pedir que se coman ya eh?

 

Pero mi sugerencia cayó en saco roto, que nadie me hizo caso, ni el nuevo ni sagitas ni el plato de galletas. Ese aun porencima se recochineó de mi acercandose y alejandose para que no pudiera alcanzar ninguna. que malvado.

 

--Pues, como pense que ya no estabas, pensé que ya no querias el cuadro de las galletas. Pero emmm, claro, irás tu primero, si... bueno.... claro...

[Sagitas E. Potter Blue]

Fruncí el ceño e hice un mohín con los labios, disgustada por sus palabras.

 

-- ¿Cómo que qué hago aquí? ¿Cómo que si no me había ido...? ¡Pero si aún no me has dicho si pintarás a mi hijo! Eres una maleducada, ¿sabes? Encima que vengo a verte a la galería. La próxima vez, te mandaré una lechuza que rompa todos los cuadros a picotazos para que vengan a verme, aunque sea para cobrar daños y perjuicios.

 

Me iba a cruzar de brazos pero recordé que la bandeja de galletas estaba allá, burlándose de mí, así que di otro salto para intentar agarrarla desprevenida. Imposible, era demasiado lista.

 

Me volví hacia mi amiga.

 

-- La culpa es tuya, si hubieras hecho el cuadro antes, ahora estaríamos comiendo galletas en vez de estar pegando saltos. Esto podría haberse solucionado si no fueras tan lenta ni estuvieras coqueteando con otros clientes, que te he visto como le intentabas sacar el número de la casa de donde vive a este mozalbete.

 

Pero como no iba a seguir saltando a costa de romperme un tobillo, saqué la varita y...

 

[continuará]

[Tamarindo]

--Eh eh eh, de que hablas? Con este señor nada de coqueteos, que está siendo un desagradable. Sin ofender --dije dirigiendome al nuevo, a ver si iba a pagar el la discusión que tenia con sagitas--. Y solo han pasado unos minutos desde que pensé que te habias ido por que ni te vi por la galería, habias desaparecido. En ese tiempo no me da para pintar nada, ni siquiera hacerte un bigote.

 

Pero esa idea que acababa de pasar por mi cabeza era depasiado tentadora para dejarla pasa. Cogí mi varita y con dos florituras le dibujé un bigote elegante a Sagitas en la cara. Un mostacho de esos de señores elegantes. Le daba clase, le faltaba un monóculo y todo. ¡Y la chistera!

 

--No dije que no te iba a hacer el cuadro, pero en tres segundos no me da tiempo a hacerte nada, así que paciencia, que esto lleva tiempo. Solo me fui a ver que habia un cliente nuevo.

 

Vaya con la sugus, que se habia puesto refunfuñona. Así no hay quien aguante su mal humor. Además el plato de galletas estaba por ahi danzando. Volvi a levantar mi varita y le disparé al plato que cayó al suelo y se rompió, dejando las galletas por el suelo. Bueno, sé que el suelo estaba limpio, eso no es problema, podrán comerse aun. Pero el plato murió, se lo tenia bien merecido, JUM

Editado 1 de Enero del 2018 por Tamarindo

[David Augustus Lestrange]

—¡Eh! Pues claro que me ofende...

 

Dijo alzando una ceja. ¿Cómo no le iba a ofender que le dijeran que estaba siendo un desagradable? Cada vez se confirmaba más que el punto fuerte de la dueña de la galería no era el trato con los clientes. Podría dibujar muy bien y todo lo que quisiera, pero si no tenía ni idea de cómo debía dirigirse a las personas que le hacían tener ganancias le iría muy mal en el mundo de los negocios. Y eso lo repetiría las veces que hiciera falta hasta que aprendiera a no ofender a sus clientes.

 

—Supongo que está claro que seré el primero al que le dibujes el cuadro, ¿verdad? No deberías consentir que ella te amenazase de esa forma.

 

Comentó mirando a ambas mujeres, manteniéndose a un par de metros de ambas, escuchando la "pequeña" discusión que estaban teniendo -que además le estaba divirtiendo- y metiendo cizaña. Vio que la otra clienta sacó la varita y en un acto reflejo sacó la suya, pero manteniéndola oculta detrás de su espalda. No sabía con qué propósitos la mujer la había sacado además de para utilizarla contra esa bandeja tan juguetona, quizá sólo la querría para eso, pero si cambiaba de idea y la utilizaba para atacarle a él estaría más que preparado para poder defenderse de lo que hiciera falta.

 

—Mira, yo lo veo muy fácil... ¡Empieza por mí! Con un cuadro de mi elfo doméstico. —pidió pensativo, tenía varias ideas en la cabeza de cómo lo quería. Además todavía no le había dicho hasta ahora qué clase de pedido quería y era ese, un cuadro para regalar a su elfo doméstico y ponérselo en el pequeño lugar donde vivía. —O empieza por el suyo y aquí habrá destrozos... —sonó amenazante, pero no fue únicamente sonido pues también mostró su varita para dejar muy clara sus intenciones.

 

Pero su amenaza careció de seriedad cuando se fijó en el bigote que le habían dibujado a la otra clienta. No pudo evitar empezar a reírse a carcajadas.

[Sagitas E. Potter Blue]

Sólo cuando dijo que aquel señor era desagradable me permití mirarle y fijarme bien. ¿De qué le conocía? Bueno, era igual porque mi "querida" amiga me acababa de pintar un bigote en la cara. Gruñí, de esa manera que sale del fondo de la garganta y que indica que se está despertando el mal genio.

 

-- ¿Cómo te atreves, mujer? -- le dije a Tamarindo. -- ¿Qué me hiciste? Al menos sería un bigote elegante, no de esos que parecen dar pena. ¡Eh, tú, que la bandeja era de las buenas!

 

No se me había escapado que el "chico desagradable" se estaba metiendo en medio de la pelea y cizañaba contra mí para que Tama le dejara ser primero en el encargo. ¿De qué me sonaba esa voz? Me rasqué el espacio entre los labios y la nariz. No sabía qué tipo de pintura usaba Tama pero picaba un montón. Le pasé la lengua para mojarlo pero sabía peor. Me pasé la manga y froté pero la tela salió limpita y el picor continuaba.

 

-- ¡Demonios desdentados! Encima será tinta indeleble, ¿verdad? Y tú, deja de reírte. Por supuesto que empezará por mi encargo, así te pongas como te pongas, como si que amenazas contra ese local me importaran un rábano. Si me hubieras amenazado a mí...

 

De repente, abrí los ojos y le señalé con el dedo y con mucha mala baba en mi voz.

 

-- ¡Túuuuuuu! ¡Eres túuuuuu! Quien dijiste que ojalá me robaran mi collar porque te lo robéeeeee en la subasta.... -- Me puse los dos brazos en jarras con las manos apoyadas en la cadera y seguí con mi voz de mal rollo. -- ¡Túuuu! Te atreviste a hacerme mal de ojo porque te quité el objeto de la Gala.... ¡Pues eso te pasa por pobretón y poco entusiasta de las pujas! ¡Te vas a enterar por amenazarme, malaje!

 

 

 

*sonido de fondo: pelea, pelea, pelea*

[Tamarindo]

Me giré a ver como el caballero desagradable se reía a carcajadas. ¿Me acababa de amenazar y ahora se reía asi? Me da que este señor no es muy cuerdo...Aunque nadie que entre a esta galería está cuerdo. Ya se debe estar muy loco para entrar aqui y aguantarme a mi. Qué paciencia deben tener. Y mas si yo tengo un día "malo" con clientes que...

Un momento, me estaban chantajeando y amenazando dos clientes para que pintara sus cosas... esto se merecía un torneo. Siiii... un torneo en el que competirían por ser el primero en tener el cuadro listo. La verdad es que eran mas fáciles de hacer laa galletas, pero una quiere diversión, que en esta galería una se aburre muchas veces (?)

--Bueno bueno, un momento de calma señores...

Me agaché, recogí las galletas del suelo y me las comí una a una,despacio, mientras hablaba con calma.

 

Pero Sagitas de repente se volvió contra el señor este y le acusó de cosas feas y que creo que ya la cosa no iba conmigo, sino que la cosa estaba entre los dos... ya me daba miedo... me fui con las galletas hacia una esquina y me quedé mirando todo lo que estaba pasando... como reaccionaría el? a saber... tenia la varita en mano, creo que se la habia visto de refilón... Yo me temo que aqui habrá pelea...

 

--pelea pelea pelea...