Prueba - Libro del Equilibrio

[Hades Ragnarok]

El movimiento de Lisa lo había tomado por sorpresa, definitivamente aquello le pasaba por ser un caballero. Se había quedado allí esperando a quien seria su contrincante y había bajado al guardia mientras observaba algunas sombras recorrer el sitio. Entrecerró los ojos al ver a Valkyria junto a su compañera, ¿es que acaso le iban a atacar 2 personas en vez de una? Maldijo por lo bajo al ver su ataque y si este le daba seguramente recorrería su cuerpo un ardor terrible y las quemaduras serian realmente graves.

 

-<<Salvaguarda Mágica>> –pensó el vampiro. Aquel efecto fue inmediato provocando que se volviera intangible y las flechas de fuego atravesaran su cuerpo provocando que se clavaran en la pared detrás de él.

 

-Muy divertido –susurro, hubiera podido defenderse con evanesco pero aun así aquel ataque le hubiera dado, así que pensó rápido en lo que podía hacer y se le había ocurrido hacer el salvaguarda, en cualquier otra circunstancia hubiera usado algún otro conjuro, pero allí estaba limitado gracias a la magia ancestral que encerraban aquellas paredes.

 

Le sonrió a Lisa mostrando los filosos y ponzoñosos colmillos vampíricos, quizás la chica se esperaba aquello o pensaba que el cainita iba a dejar que aquellas flechas el dieran para curarse después. Pensó unos segundos, la estrategia en aquel punto lo era todo, aun así no aparto la vista de Lisa ni de Valkiria por si esta le atacaba también.

 

-¡Silencius! –dijo apuntando a Lisa para evitar que pudiera pronunciar su siguiente encantamiento.

 

-¿Soy yo o Badru quería que nos encontráramos en este lugar y en esta situación simplemente para que nos matáramos los unos a los otros? –Le preguntó a Lisa- y algo me dice que nos está viendo desde algún lugar, quizás espere ver un gran derramamiento de sangre, solo que es tierra sagrada y capaz haya que limpiar –comento divertido.

[Lisa Weasley Delacour]

Mi mente se desactivo un segundo, dejando que fuese mi instinto quien tomase el control. Después de que el cainita usas el salvaguarda mágica para librarse de mi ataque y antes de que pudiese pronunciar su segundo conjuro, en este caso un silencius, volví a atacar – Cinaide – Un veneno gaseoso e incoloro se introdujo en el sistema respiratorio de Hades. Primero lo paralizara, luego lo mataría. Era rápido y el mas letal del mundo, gracias a los pétalos que los Uzzas nos habían entregado.

Sentí como mi garganta se resecaba. Notaba como me era imposible hablar, por mucho que lo intentase. Maldije al Ragnarok, para luego volver a levantar a Kim y invocar lo que mas me gustaba de todo el libro diez – Flechas de fuego – El elemento primigenio, con varias de aquellas armas blancas voladoras, impacto en el tórax del vampiro. Tendría que eliminar el fuego, luego curarse de las diferentes heridas que la amenaza le dejaba. Me moví, fijando mi vista en los laterales del domo con curiosidad.

- Tengo que darte la razón esta vez compañero – Mi lengua por fin se separo del paladar – Su clase va a ser peor que esta, asúmelo. El amante del Nilo era un ser desconfiado y negativo. Nada comparado con la vitalidad y carisma de Runihura. A la pequeña le había tomado cariño, era especial y desentrañar sus misterios era algo que me traía de cabeza. ¿De verdad tenia los años que decía? ¿Que poderes tenia esa vara mágica que siempre llevaba?

[Valky]

—No me avergüenzo... es solo que me molesta —Dijo la castaña encogiéndose de hombros para luego beber un poco del agua que Lisa le ofrecía. Hizo una mueca de asco pero se obligó a beber al menos un trago, no tenía sangre a la mano y el agua refrescaría en algo su garganta.

 

Aun con la botella en la mano observó a Hades quien se encontraba a cierta distancia de donde las dos brujas se encontraban. No le quedaba más que espera a que Anne llegara y así terminar con aquella prueba, aunque lo que de verdad quería la ojimiel era saber que su cuñada estaba ilesa. Tan concentrada estaba en sus pensamientos que no pudo evitar sobresaltarse un poco cuando Lisa empezó a atacar al Ragnarok.

 

Los hechizos dentro de poco empezarían a ir y venir, por lo que optó por alejarse de la batalla, después de todo no tenía con quien enfrentarse y todos los demás estaban entretenidos en sus propias luchas. Se sentó en un lugar estratégico en el cual poder observar todo. No había pasado mucho tiempo cuando de la nada pareció un inferi, el cual sediento de sangre se abalanzo a atacarla.

 

> se limitó a pensar la bruja sin siquiera moverse de su sitio, el inferí la atravesó sin causarle daño alguno, ya que gracias al efecto del hechizo se había vuelto intangible, lo vio caer de bruces cerca de ella. Volviéndose tangible nuevamente toco con su mano el tobillo putrefacto mientras decía — Obedire —Colocando de esta manera una marca de sangre en su objetivo.

 

—Ve al centro del laberinto saltando... —le ordenó la Kakarov. EL inferi que había caído en su poder no tenía otra opción que cumplir con la orden dada.

 

> pensó la bruja mientras observaba al cadáver alejarse hasta perderse en el interior del laberinto.

 

[Hades Ragnarok]

El Ragnarok sonrió ante aquel encuentro, sabía perfectamente que no sería nada fácil y que ambos estaban en igualdad de condiciones. Badru seguro se estaría divirtiendo viendo como ambos profesores se lanzaban ataques e intentaban conseguir una defensa efectiva ante todo aquello. Solo un segundo pasó cuando el cainita sintió aquel aroma pasar por sus pulmones, maldijo, no necesitaba respirar al ser vampiro pero eso no valía en aquella circunstancia.

 

Aquellas flechas de fuego habían golpeado ya su cuerpo cuando le había dirigido aquellas palabras a la Weasley Delacour solo que no hizo señas de dolor, aunque podía sentir como su cuerpo comenzaba a quemarse. él era de elemento fuego, amaba el fuego y con suerte en algún momento podría controlarlo, pero aquel ardor era quizás igual o peor al del Gubraith.

 

-Aguamenti –dijo el vampiro después de quitarse todas aquellas flechas que se habían clavado en su cuerpo. Gracias a aquel encantamiento el agua habia curado cada una de sus heridas, aunque estaba todo mojado, se encontraba sano y salvo por el momento

 

-Anapneo –susurro apuntándose así mismo provocando que gracias a aquel efecto instantáneo sus vías respiratorias se destaparan y quedara a salvo del letal veneno gaseoso.

 

-prefiero el perfume –dijo divertido ante aquello- la verdad es que los pétalos son hermosos pero a veces la hermosura trae cosas mucho más letales de las que pensamos –comento observando los ojos de Lisa.

[Mei Black Delacour]

Salió del lugar, efectivamente había encontrado la salida, ¡por fin! Rápidamente se alejó de allí, deseando cuanto antes poder encontrarse lejos de aquella bruma tan extraña y que definitivamente era un real problema para todos los que pasaran por el laberinto. Soltó un largo suspiro para cuando se quitó el casco-burbuja que la cubría y pudo respirar aire fresco nuevamente.

 

Y sólo en ese momento se centró en su alrededor. Había salido a un área despejada, donde ya varios de sus compañeros se hallaban allí, luchando entre sí. Al parecer ahora era el momento de demostrar de lo que estaban hechos, como siempre sucedía cuando la clase estaba por llegar a su fin. Lo cual quería decir que debía dar todo de sí para poder conseguir la vinculación con el libro.

 

A medida que se iba acercando, miraba a su alrededor. No había nada demasiado cerca como para transformar, lo único que había eran dos estatuas con la representación de la misma deidad antigua en distintas poses, aunque las mismas se hallaban a siete metros a derecha e izquierda detrás de quien en ese momento le hablaba: Elvis. Sonrió, acercándose a él hasta quedar a diez metros.

 

–Bien, veo que al fin aceptaste mi propuesta – le respondió, sonriendo y haciendo una leve inclinación a modo de presentar sus respetos al Gryffindor.

 

Entonces, él fue el primero en moverse, quien rápidamente invocó la daga del sacrificio, cortándose él mismo y pronunciando las palabras adecuadas para lograr de esa forma que el mismo corte que se acababa de realizar, apareciera en su brazo derecho, pero haciendo caso omiso, la Delacour levantó el brazo y apuntó directamente al pecho del hombre.

 

–Expelliarmus – inmediatamente, un rayo salió en dirección a Elvis, con la intensión de hacer que expresamente su varita saltara de su mano y cayese a unos cinco metros de distancia, justo a su propia izquierda – Cinaede – dijo a continuación.

 

Inmediatamente, un gas surgió alrededor del Gryffindor, justo por sobre su cabeza, el cual inmediatamente aspiraría, produciéndole un efecto totalmente distinto a cualquier veneno nunca antes utilizado. Este no requeriría de un bezoar, sino muy por el contrario, otro hechizo para liberar sus vías respiratorias.

 

Curación pensó por último, logrando curarse de esa forma de la herida que Elvis le había efectuado con la daga del sacrificio. La misma no era demasiado profunda, por lo que con aquel hechizo sencillo pudo lograr sanarse por completo y permanecer lista para seguir con el duelo improvisado.

[Lisa Weasley Delacour]

- Silencius – Antes que el Ragnarok pudiese siquiera pensar en el anapneo, mi efecto llego a su ser, negandole la posibilidad de hablar y por ende la facultad para conjurar el antes mencionado hechizo, el anapneo. Había intercalado hábilmente. Su aguamenti le había salvado de mis flechas, no obstante, seguía intoxicándose con la niebla debido a mi adelantamiento. Podía saber lo que estaba pensando Hades. El duelo se veía parejo. El Uzza, seguramente, estaría conforme con las habilidades que demostrábamos en combate.

Le regale una reverencia en señal de mofa ante lo dicho. El vampiro admiraba lo bello y yo lo era y mucho – Sectusempra – Usar los conjuros de los libros era divertido, pero usar aquel rayo era parte de mi naturaleza. Me había traído muchas alegrías y dominaba todas sus facetas. Hades sentiría el dolor punzante de las brechas grandes y profundas que aparecerían en su tórax. Perdería liquido vital a borbollonees, lo que me llevara a una victoria asegurada – Vamos, puedes hacerlo mucho mejor compañero…. - Lo provoqué.

Al ver que la rival de la Karkarov no llegaba, me preocupe, así se lo hice a ver al profesor - ¿Vamos en su búsqueda? Esta tardando mucho - No era la guardiana de nadie, pero la Gaunt era una vieja amiga y eso conllevaba que la preocupación hacia su persona existiese - No creo le haya pasado nada, es una bruja excelente, aun así.... - Y era cierto. Yo la había visto luchar en las cátedras que había impartido y la fémina era buena - Es nuestro deber como guías de estos libros tan arcaicos a veces - Tenia la certeza de que Badru me escuchaba y así lo quería.

[Anne Gaunt M.]

Parpadeó varias veces mientras, en su mente, se hacía a la idea de algo que había sabido desde el principio. Una vez más, no obtendrían el poder de aquel endemoniado libro si no superaban antes otra de aquellas pruebas de los guerreros uzza. Chasqueó la lengua y sacudió la cabeza, no podía decir que le pillara de sorpresa. Pero tampoco le apetecía tener que volver a enfrentarse con cualquiera de aquellas personas que tenía cerca de ella misma. En las anteriores ocasiones, había tenido que enfrentar a su cuñada Valkyria. ¿Qué pasaría si debía hacerlo contra su hermano Hades? ¿O su prima Tauro? ¿Y su amiga Lisa? Sería complicado, en cualquiera de los casos.

 

Estaban entre la espada y la pared, y casi literalmente hablando. La voz de Hades no hizo más que confirmar lo que se veía venir, y es que no sólo tendrían que mantener un enfrentamiento entre ellos, sino que tendrían que superar algunos obstáculos antes de llegar a dicho enfrentamiento. Sus ojos se habían quedado clavados en la lava que había debajo de donde se encontraban, tras ese acantilado que debían superar primero para continuar hasta el lugar donde llevarían a cabo el enfrentamiento que terminaría determinando quién adquiría las habilidades del libro del equilibrio y quién no. Cuando consiguió dejar de observar la escena mientras pensaba en cuál sería la mejor manera de cruzarlo, se dio cuenta de que ya no había nadie a su lado.

 

— ¡mi**...! ¿Dónde están todos? —exclamó en voz alta casi sin pensarlo. Ni siquiera alcanzó a ver a Valkyria, que siempre solía andar cerca en aquellas clases. «idi***, te has quedado atrás», se regañó a sí misma, frunciendo el ceño.

 

Arqueó aún más las cejas al ver el río de lava que debía pasar, aunque no le resultaba tan difícil: tenía recursos de sobra para poder afrontar aquella cosa. Se distanció lo que pudo del borde de la tierra y luego comenzó a correr, aprovechándose de sus cualidades físicas bien trabajadas desde joven. En el último instante, saltó con todas sus fuerzas y no pudo evitar cerrar los ojos por un instante, sabiéndose volando sobre el río de lava y sin posibilidad de alcanzar la tierra (y por tanto, la "seguridad") sin utilizar algo de magia.

 

— ¡Ascendio!

 

Sintió cómo algo tiraba de su cuerpo hacia arriba y en diagonal, otorgándole el impulso que necesitaba para superar aquella distancia. A la vez, su mente se desvió hacia uno de los amuletos que portaba bajo su ropa y se llevó la mano derecha al pecho, activándolo. El amuleto volador comenzó a funcionar enseguida y, en lugar de caer en picado hacia la lava, la Gaunt comenzó a efectuar aquel descenso mucho más lentamente y planeando con suavidad hacia la tierra. Solo tardó unos segundos en apoyar los pies en el suelo, aunque no fue tan suave como había parecido en un principio y terminó cayendo de bruces, haciéndose bastante daño en el brazo derecho.. Resopló con indignación y luego, justo cuando se había quedado inmóvil y en silencio pensando que tendría unos instantes para recuperarse de la caída, vio cómo algo se movía cerca de ella.

 

Levantó la mirada para ver cómo tres inferis se acercaban hasta ella y, enseguida, se puso en pie de un salto olvidándose del dolor de su extremidad. «Flechas de fuego», pensó al instante. Varios filamentos de fuego salieron de su varita y alcanzaron a los inferis uno tras otro, que cesaron su avance y cayeron abatidos unos segundos después de los impactos. Anne suspiró. No había sido complicado... pero sí bastante rápido. Tanto que le costaba asimilarlo. Giró la cabeza buscando algo más que se acercase hasta ella para acabar con su vida pero no lo encontró, así que lo mejor sería continuar con el camino y buscar a sus compañeros.

[Hades Ragnarok]

El vampiro maldijo por lo bajo, Lisa le estaba dando con todo lo que tenia, pero él estaba ahora mas preocupado por su hermana Anne que por su propia seguridad. Lisa había evitado que el se curara de aquel veneno que prácticamente lo estaba matando lenta y dolorosamente aunque no era necesario que lo respirara. No perdió mucho tiempo algo se le tenía que ocurrir antes de que fuera demasiado tarde y aquello fuera inevitable. Sin embargo al sentir como aquel rayo le golpeaba y las heridas del sectusempra comenzaban a notarse sabía lo que debía hacer. Pensó -<<Curación>> -el efecto de aquello había sido inmediato provocando que las heridas del sectusempra comenzaran a sanarse.

 

-vale, ¿primero dices que estas preocupada por mi hermana y deseas matarme antes de que la encuentre? –le pregunto a la Weasley Delacour- pero tienes razón, ya me estoy preocupando y debería ir a buscarla –comento.

 

-Anapneo –repitió el cainita para que el veneno si saliera esta vez de sus vías respiratorias y quedara completamente curado, aun así prefería no cometer muchos más errores así que se volvió a apuntar para pensar aquel encantamiento sanador -<<episkey>> -dijo en su mente para curar completamente las heridas que le había causado el sectusempra de lisa.

 

-Creo que mejor vamos a buscarla, Badru ya debe haber visto mucha sangre de nuestra parte –dijo divertido- aunque creo que ha sido toda mía

[Tauro M.]

Su contrincante ya había aparecido, pero no parecía dispuesta a hacer mucho y la espera se le estaba haciendo insoportable, además de que las barreras que los mantenían alejados de los inferis no eran del todo seguras y era cuestión de minutos para que alguno cruzara a través de ella y atacase a alguno. La Crouchs fácilmente pudo seguir atacando a la Malfoy, pero sus intenciones no eran derrotarla o matarla, ni siquiera dejarla gravemente herida, pues su único interés seguía siendo probar los poderes del nuevo libro antes de avanzar al siguiente donde se vería cara a cara con el guerrero Uzza.

Ni bien pasaron un par de minutos cuando el primer inferi cruzó la barrera a su espalda. La mirada en el rostro de su novia fue lo que la alertó, pues nunca había dejado de mirarla con el rabillo del ojo vigilando que estuviera bien, como ella también lo hacía. Tauro dio una media vuelta muy brusca, pero se sostuvo firmemente en sus piernas y antes de dejar que el inferi siguiera acortando terreno, apuntó directamente a su pecho con la varita.

«Semillas de Hielo» bastó con pensar el hechizo para que de su varita emergiera un rayo azul, que en realidad se trataba de un viento helado que al impactar en el Inferi, lo recubrió de hielo por completo. El hechizo a ese punto era muy útil, pues había servido para paralizarlo en lo que la Crouchs terminaba de una buena vez con él. ¿Quién había sido el Inferi en su vida pasada? ¿Se trataría de alguna persona digna de recordar? Definitivamente no, pues haya sido una persona o de cualquier otra raza, ahora no era más que una simple marioneta que no merecía vivir.

«Flechas de Fuego» Un segundo pensamiento tomó lugar en la mente de la Líder Mortífaga y un conjunto de filamentos de fuego disparados uno tras otro se clavaron en el pecho del inferi congelado, atravesando incluso el fuego. Ya había realizado el hechizo con anterioridad varias veces, por lo que sabía cómo usarlo a la perfección. El fuego terminaría por derretir el hielo, para luego quemar su cuerpo (o lo que quedara de él) en su totalidad.

[Mei Black Delacour]

Justo después de que respondiera ante el ataque de Elvis, la castaña notó que algo justo a su derecha comenzaba a removerse del piso. Al principio no le prestó atención, pues comprobaba si su herida se había sanado completamente.

 

Pero entonces, el movimiento fue cada vez más violento y a través del rabillo de su ojo notó que algo emergía a unos tres metros de su posición, por lo que sólo en ese momento se giró y observó lo que sucedía: un inferi acababa de salir de la tierra, y con unos movimientos totalmente antinaturales se lanzó en dirección a ella.

 

No podía describir el hedor y la repugnancia que aquel ser provocaba en su anatomía, era incluso incontrolable. Sin darse cuenta, había arrugado la nariz en señal de desagrado y su rostro se contrajo, fue la primera reacción, lo cual hizo que su habitual instinto de dirigir su varita hacia su atacante surgiese.

 

–¡Maldición! – exclamó, al sentir sus putrefactas manos sobre sus brazos, haciendo que un escalofrío recorriera su espalda en el momento exacto en el que intentaba atacar. Flechas de fuego pensó, haciendo que las mismas salieran de la punta de Aukan y tuvieran un efecto inmediato en aquel ser repulsivo.

 

La soltó, alejándose a los tumbos y retrocediendo de una forma terrorífica debido a que el fuego había hecho contacto sobre sí, y como si de un muñeco de cera se tratara, su piel comenzó a caer de forma derretida, hasta que se perdió de vista entre la oscuridad del laberinto en un intento de huir de aquel fuego que debía ser una tortura.

 

–Merlín, qué asco…