Jump to content

๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)


Mia.
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Las palabras habían sonado con más gravedad de la que hubiera querido pero habían despertado el interés suficiente en ella como para despabilar por completo el sueño remanente que suele quedar luego de una noche bastante movida. Perdió por un momento la idea de lo que tenía que decirle al ver su inmaculado cuerpo desnudo caminar hasta el armario y volvió en si al verla sentarse lejos de la cama. Tomaba el café cuando escuchó las últimas palabras, que le hicieron casi tirarlo al piso

 

—¡No, cariño! —exclamó dejando la taza a un lado—, al contrario Mía, amanecer a tu lado es lo mejor que me ha podido pasar en los últimos meses, por no decir años —hizo una pausa y se puso de pie, de nuevo frente a la ventana—. Es solo que anoche me di cuenta de algo, y si queremos empezar lo que creo que queremos empezar, es mejor dejar las cosas lo más clara posibles.

 

Por más que tratara enlazar las palabras de forma ordenada en una frase, no lograba articular lo que había sentido al momento de despedirse de Jessie. Mucho menos, tratar de explicar el porque no se lo dijo en ese momento, así que si él no era capaz de hacerse entender a si mismo, mucho menos iba a lograr que alguien más lo hiciera. Solo necesitaba encontrar la forma de hacerlo. Muchos años habían pasado y no sería fácil lograr que le creyera.

 

Para ninguno de los dos es un secreto el pasado que corre sobre nuestros hombros. Tenemos años en diferentes instituciones y conocimos mucha gente allí —se alejó de la ventana al percatarse que aún estaba desnudo y que ya empezaban a transitar elfos por el jardín trasero de la casa. Con un sutil movimiento de la varita materializó una bata se de negra, parecida la de Mía—. Y créeme, no es mi intención cuestionar nada de lo que haya sucedido en ese pasado, pero hay algo que me carcome por dentro y si estoy en lo correcto, es necesario que ambos sepamos la verdad.

 

Se acercó a la silla donde descansaba la Black Lestrange y la miró directamente a los ojos.

 

Mía, ¿Quien es el padre de Jessie?

Editado por León Crowley
tgNogmU.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Las palabras que segundos antes habían salido de sus labios, le costaron más de lo que podría admitir. No se sentía lista para escuchar la respuesta, por lo que solamente unos segundos se permitió pensar que todo estaba bien y nada podría salir mal, y con ese pensamiento sus ojos se perdieron en la espalda del Crowley que estaba aún desnuda, bajando por su cintura y justo cuando iba a continuar mirando prefirió darle un sorbo a su bebida.

Comenzaba a estar habituada a su presencia en ese estado y extrañamente le agradaba, algo que con ninguna otra de sus parejas había ocurrido. Solía salir corriendo después de algunas horas en su compañía y eso estaba siendo diferente, motivo por el cual en cuanto escuchó las palabras que le aseguraban que estar en su compañía se había convertido en algo bueno, su corazón casi sintió un pequeño golpeteo de felicidad y en sus labios apareció una sonrisa sincera.

—Me dejas un poco más tranquila —soltó con un suspiro, dándose cuenta que había estado conteniendo el aire—. Eres alguien habitual en mi vida y créeme que me gustaría comenzar sin secretos a tu lado.

Sabía que lo que sus palabras estaban externando, podía no ser lo mejor pero al continuar escuchando sus palabras tuvo que soportar el soltar una risotada. Claro que los dos tenían un pasado, uno que podía llegarles a pisar las espaldas sino lo dejaban del todo claro, ninguno había sido precisamente un santo a lo largo de los últimos años pero eso eran pequeños detalles que posteriormente podrían tratar, no entendía del todo el punto al que quería llegar.

Cuando lo supo, no pudo mantener la taza entre sus manos y observó directamente sus ojos. ¿Quién era el padre de Jessie? No lo sabía, nunca había podido asegurarlo… ese embarazo había sido tan extraño porque simplemente pasó, y no es que fuese alguien que no disfrutara de su sexualidad, sino todo lo contrario, pero el no saberlo significaba una mancha en sus principios, que no iba a admitir con él.

—No es algo que sea de tu incumbencia amor. —respondió intentando no sonar a la defensiva— ¿Por qué te interesa saberlo? No es alguien importante, al menos no para nosotros. —añadió posando su diestra en su cuello y mirándolo fijamente.

Sabiendo que debía ceder un poco, dejó el café en la mesa y respiró profundamente.

—Sinceramente, no sé quien sea… debió ser una noche de excesos, pero no es algo importante. Jessie lo ha aceptado bastante bien y aprendí la lección o al menos eso creo. —sin querer revelar que eso esperaba, el tener el control de Rusalka el demonio que cohabitaba en su interior.

Esperando que eso no significara un cambio en su relación, continuó con aquella postura relajada y dejando en claro que ese hecho no importaba, era solamente alguien pasajero en su vida que había ayudado en la concepción de su hija y que no tenía relevancia.
5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Finalmente ya era esposa de Otto Black, después de todo ya era la señora Black pero seguiría siendo la hija de Mía Black Lestrange hasta que muriera y por ese motivo se encontraba en ese momento en su habitación en la mansión familiar.

 

No es que no quisiera estar con Otto sino que Mía le había informado que su padre estaba ahí. De lo más extraño ya que ella no lo recordaba o no del todo.

 

Sabía cuál era su nombre y también sabía los cargos que había ostentado en el pasado pero de ahí a verlo... Solo de pasada el día de su boda.

 

Suspiró dejando sus maletas en la cama mientras Bipa, su elfina doméstica iba de un lado a otro acomodando todo en su lugar.

 

Jessie se dejó caer en la cama soltando su largo cabello rojo dejando caer en cascada por su espalda.

 

-¿Dónde estará mi madre?- pregunto Jessie a la nada soltando un suspiró.

 

 

Se puso de pie y camino hasta el balcón de su habitación, dejando que su vista se perdiera en el paisaje que poco a poco comenzaba a cambiar sus colores.

ojrlZad.png


http://i1008.photobucket.com/albums/af203/kath603/hufflepuff.gif http://i.imgur.com/5Sd2r7R.gif http://i45.tinypic.com/wuo67r.jpg


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Flashback - Regreso de la expedición en el desierto del Sahara

 

Si alguien le hubiese dicho que sería recibido por un puñado de césped en la cara, seguramente habría protestado sobre el medio de transporte para sacarlo de allí. Recordaba fragmentos de la última etapa, en la que se había desmayado sin previo aviso. Algo de enfrentarse a unas criaturas, y a su madre conjurando un Fulgura Nox para sacarlos a todos de ahí. Su sobrino, Aries, le había ayudado a cruzar, pero quizá Eobard fue el último en salir del portal, que lo expulsó como bala de cañón a los jardines familiares.

 

Horace, Horace... Maldición, ven aquí.

 

Con los ojos entrecerrados, cegado por exponerse a la luz solar, llamó a su elfo personal, que no tardó en aproximarse con cautela a su amo. Dando un chasquido de dedos, le hizo levitar, para después conjurar una camilla que lo llevara levitando a su habitación. A juzgar por la túnica que portaba, hecha jirones, y los mechones rubios que habían aparecido en su cabello, ese viaje le había cobrado una cuota física razonable. Black Lestrange reposó los brazos sobre la manta de seda, llevando en uno de ellos el amuleto que le había entregado Jocker, y con el cual podía conocer la ubicación de cualquiera de los cuatro miembros que habían conformado el equipo de expedición.

 

Tiene que descansar, amo. anunció Horace, una vez que el aludido se encontró sobre su cama circular, la cual había sido perfectamente emulada en la tienda de campaña familiar. Al parecer, el esfuerzo continuo durante el viaje, sumado al desmesurado consumo de alcohol y la poca experiencia que tiene con la varita de su padre, le han mermado.

 

El joven Black Lestrange gruñó, simplemente dejándose llevar por el cansancio y la necesidad de un debido descanso.

 

Época actual

 

Bueno, ¿qué te parece?

 

Desvió la mirada del espejo que había en su baño, para contemplar el contenedor cilíndrico, de casi dos metros de alto, que reposaba a un costado de la bañera. El grindylow parecía más interesado en jugar con el cultivo de alga que había puesto en su pecera. Encogió los hombros, mascullando un ¿Para qué me molesto? antes de abandonar el habitáculo. Su cabello, ya no resultaba tan desastroso; había encontrado la razón que respondía al cambio en su tonalidad. Recordaba que Mia era metamorfomaga, y si bien él no había dado signos de serlo, lo había atribuido a un cierto estrés por el uso de la magia; en cuanto a edad, era demasiado joven como para preocuparse por detalles así.

 

Llevaba una túnica de seda, cuya tonalidad crema sumada a la apariencia de bata oriental, lo hacía parecer un sujeto que recién venía de entrenar en los Himalaya o algo parecido. Se había abstraído tanto del exterior, que hasta parecía ajeno a la comunidad mágica que le rodeaba. Quizá era así. Tomó asiento frente a su escritorio personal, colocando los pies sobre el baúl de siete cerrojos que reposaba a un lado. Éste emitió una especie de quejido, seguido de un sobresalto, al detectar el peso de las piernas.

 

¿De qué tanto me habré perdido? inquirió, escudriñando por la ventana abierta que le ofrecía una modesta vista de los terrenos.

 

Arania.gif
ObiFirma.png
Gringotts.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Yo sé que no es de mi incumbencia mi amor —se sorprendió a si mismo llamándola de tal forma—, y perdóname si estoy metiéndome en tema que no debo pero....


Estaba seguro que con palabras no iba a lograr que Mía le creyera y si le creía, no le iba a entender. Solo había una forma de convencerla de lo que estaba pasando y era eso precisamente lo que había estado evitando los últimos meses. La presencia del senescal de Garuda se había disminuido desde que había empezado a salir con Mía y estaba seguro que de abrirle un mínimo de luz al demonio, no sería fácil volverlo a encerrar. Puso en una balanza el nuevamente tener que luchar por controlar a Baphomet o correr el riesgo de Perder a Mía. La decisión fue más sencilla de lo que pensó.


Ok Mía, hay algo que debes saber antes —depositó un beso en los labios de la ojiverde y se puso de pie ante ella despojándose de la bata.


Cerró los ojos por unos minutos y abrió el sello de Dohko que mantenía al demonio atrapado en su interior. En la piel del holandés se empezaron a notar líneas que dibujaban patrones aleatorios que subían por su torso hasta la base del cuello. El cabello negro se tornó plateado y creció casi hasta la mitad de su espalda. Sus parpados se levantaron suavemente para revelar un par de ojos amarillos y desorientados que vagaban de un lado a otro hasta posarse en las piernas contorneadas de la rubia.


**AGHH AGHH, ¿Qué? ¡¿Ahh?! ¡¿Estoy afuera?!... JAJAJA ¡Jo**dos africanos! ¿No decían que nunca iba a salir de nuevo? HAHAHA ¡Insecto!**


—Él es Baphomet. Íncubo del Garuda y demonio que habita en mi desde hace muchos más años de los que querría aceptar —Tenía ganas de lanzarse hacia ella y tomarla de las manos, pero ignorante de la reacción de su otra mitad, prefirió mantener la distancia. Su voz sonaba más grave de lo normal y con eco, como si dos personas hablaran al mismo tiempo—. Él es la razón por la que me ausentara tanto tiempo y que abandonara la academia. Su único objetivo en la tierra es reproducir su semilla e infestar de demonios todo el mundo mágico, haciendo el terreno para una invasión apocalíptica o eso es lo que él dice.


**Ñomi ñomi, has estado ocupado Crowley. Esta mujer se ve sencillamente deliciosa... anda déjame acercarme**


>>Por mucho tiempo fui cómplice de esa misión, inconsciente de lo que estaba haciendo. Desde que me fui de Londres hace un par de años he luchado internamente con él para detener su plan y la última vez, casi me costó la vida. Tu fuiste de la primera persona que me vio cuando volví y puedes dar fe del estado en que me encontraba. No me puedo librar nunca de él, eso significaría mi muerte. Buscar como encerrarlo me llevó a recorrer muchos sitios hasta que al fin lo logré, pero requiere mucho trabajo. Y no sé porqué pero desde que estoy contigo, me ha sido más fácil controlarlo.


**Ohh, veo que sientes cosas por ella. ¿Ella lo sabe? ¿Has tenido los pantalones decirle? ¡OYE, RUBIA! !ESTE i****** TE... ¡NOO! ¡NO OTRA VEZ!**


Nuevamente bajó la mirada ignorando los gritos del demonio en su cabeza y se concentró en si mismo, en lo que había aprendido de los hermanos de la escuela de magia africana Uagadou en Las Montañas de la Luna. Lentamente el color de su piel volvió a la normalidad y sus ojos y cabello tomaron el color oscuro característico de los Crowley. Agotado se dejó caer al piso cerca de la bata la cual volvió a tomar para cubrir su cuerpo. El trazo que habían dibujado las lineas por su espalda y torso, eran ahora heridas abiertas que emanaban sangre. Abrir el sello era fácil, pero cerrarlo nuevamente no era sencillo y consumía bastante energía la cual no tenía. Tomó la varita y detuvo el sangrado con un conjuro de sanación. Levantó la mirada cansada para contemplar a Mía nuevamente.


—Tantos años cargando con su presencia, me ha otorgado algunas habilidades propias de él. Entre esas, reconocer sus hijos Mía, y anoche, cuando abracé a Jessie... sentí que... —Reunió la poca energía que le quedaba y se sentó frente a ella tomándola de las manos soltando las cosas como—. Amor, lo que te quiero decir es que... Jessie es mi hija.

Editado por León Crowley
tgNogmU.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Mi amor.

Esas dos palabras bastaron para que en su interior se esfumaran todas las dudas que minutos antes había tenido con respecto a León. Estaba ahí y su mirada le decía que no tuviera miedo pero que era necesario que comprendiera ciertas cuestiones, intentando mantener la calma lo miró a los ojos y le regaló una sonrisa intentando demostrarle que dijera lo que dijera no cambiarían las bases de aquellos sentimientos que crecían con cada minuto que pasaba a su lado, aunque eso le costará parte del poco corazón que conservaba.

¿Hay alguien más? no pudo evitar preguntar, después del beso casto beso que compartió con él.

Sabía que era casi improbable y se lamentó en cuanto las palabras salieron de sus labios y justo cuando iba a pedirle perdón, se quedó callada porque vio como la bata caía de su cuerpo y quedaba nuevamente desnudo delante de ella y segundos después tras ver el movimiento que realizó el Crowley supo que era para romper el sello que mantenía en una prisión mágica a ciertas entidades espirituales, por lo que en ese momento simplemente abrió un poco más los ojos y negó con lentitud.

La transformación de la parte superior del hombre la dejó completamente sorprendida, y más cuando en su interior comenzó a moverse algo rápidamente recorriendo cada una de las células de su cuerpo, queriendo demostrar que había algo o alguien que ansiaba dejarse ver: Rusalka. Cerrando unos segundos los ojos, apretó las manos sobre los posabrazos de la silla, intentando mantener el control de su cuerpo y no permitiendo que aquello que le había costado tanto ocultar los últimos años saliera a la luz.

Comprendía por completo las palabras que le estaba diciendo, era victima de ciertas dolencias de la misma naturaleza, Artemisa había cobrado un alma más de los hijos de Alyssa para los mismos fines o sino, los mismos si parecidos.

Sé que no es fácil lidiar con ellos, pero eres lo suficientemente fuerte para controlarlo respondió levantándose rápidamente y se acercó hasta él para tocar con sus manos el rostro del demonio Porque estamos juntos en esto, no tienes que luchar más solo. soltó y lo beso.

En cuanto se separó y vio las heridas que aquellas líneas le habían provocado negó con lentitud. Haciendo uso de su propia magia comenzó a ayudar a curarlas, una a una y segundos después, lo ayudó a levantarse y lo traslado nuevamente a la cama. Se veía tan débil y tan cansado que se asustó, y más cuando su cuerpo se estremeció y sintió un pinchazo en la espalda baja, sabía lo que significaba, pero no, no podía pasar tenía que controlar las ansias de Rusalka por salir.

No, Jessie no puede ser tu hija. soltó de manera tajante También tengo a un demonio en mi interior y eso vuelve imposible que sea nuestra hija lo sabes, los tiempos no cuadran.

Intentó recordar con exactitud cuando había sido la última vez que se habían algún encuentro en las instalaciones de la Academia de Magia y Hechicería, dos años si la memoria no le fallaban habían pasado para que naciera la pelirroja.

Dos años después de nuestro último encuentro en tu despacho nació. explicó con tranquilidad dejando que en sus labios se dibujara una sonrisa al recordar aquellos encuentros clandestinos por los lazos que unían a León con cierta fémina de manera formal Los meses no cuadran, y seguramente lo que esta sintiendo Baphomet es la presencia de Rusalka. añadió mirándolo a los ojos Quiere reclamar el alma de Jessie para su causa al ser hija de un súcubo.

Tras sus palabras, intentó relajarse pero se llevó la mano al tatuaje de mariposa que minutos antes estaba bien oculto en su espalda, comenzaba a delinearse lentamente de color rosa casi tirándole a rojo en algunas zonas y eso lo pudo comprobar al caminar hacia el espejo y ver como unas gotitas de sangre comenzaban a salir y manchar la bata que cubría su cuerpo.

No tiene lógica lo que me dicespidió casi en una súplica interior al demonio de que la dejará en paz No es que no te crea, pero los tiempos son exactos en estas cosas y aunque me gustaría tener algún recuerdo físico de todo aquello que vivimos y que por gracia divina estamos repitiendo pero sin nadie más que nosotros dos. lo observó con determinación y deseando que aquello no desencadenará una discusión.

Estaba un poco molesta porque no creía lo que le estaba diciendo, no lo creía y menos porque era algo que no podía tener sentido al menos no conociendo bien su condición.
Editado por Mia.
5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No amor, aún no soy lo suficientemente fuerte —respondió al sentir sus labios tibios y suaves—, y sé bien que no cuadran los tiempos, yo tampoco tengo claros los tiempos, pero esa sensación jamas ha fallado.


Podía notar como la expresión de Mía cambiaba de compasiva a combativa con el simple hecho de debatir lo que León le acababa de soltar. No, no era una noticia fácil para nadie y menos 20 años después de su última aventura en el despacho del director de la academia. Con una floritura de la varita que aún tenía en la mano, acercó hacia él una botella de plata del interior del abrigo que traía la noche anterior y que contenía una pócima herbovitalizante africana de la cual tomo un largo sorbo. Dejó que la sustancia recorriera cada uno de los recónditos rincones de su cuerpo, alimentando células, tejidos y órganos. El cuerpo se relajó y sintió alivio al fin. Necesitaba toda la energía posible para convencer a Mía sin que ella se disgustara más.


—Mía, yo abandoné la academia hace 19 años, y un año más tarde me fui de Londres —tomó un nuevo sorbo y se sentó al lado de la matriarca, tomando su mano con firmeza—, eso quiere decir que al menos hace 20 años que estuvimos juntos en el despacho, ¿No es así?.


Escuchó con atención la replica de la ojiverde, notando como cada vez atenuaba más su voz y el énfasis de sus palabras se hacía más fuerte e intenso. Notaba a simple vista el disgusto en su expresión y soltó su mano, consiente de que tal vez necesitaba un tiempo para similar lo que le estaba diciendo. Notó como su mano se deslizó a la parte anterior de sus espalda y oprimía su propio sello. Sabía que Mía también había sido poseída por una demonio, pero no tenía muy claro qué clase de súcubo era. Cuando escuchó el nombre, retumbó algo en su cabeza.


**¡¿Qué?! ¿Rusalka? ¿Que está haciendo esa buscaniños acá? ¡Vaya que las consigues averiadas cachorro!**


Destestaba infinitamente que lo llamara así. De alguna forma, el nombre de la demonio había sacado de sus cabales a Baphometh y había buscado la forma de hacerse sentir. El sello seguía vigente pero la voz del ente se hacía sentir lo suficiente como para desconcertar a León. Tomó otro sorbo de la botella y se puso de pie frente a la ventana. Por alguna extraña razón, la vista de los álamos despejaba su mente y le permitía pensar con un poco más de claridad. El senescal seguía maldiciendo en su cabeza disparates hasta que algo llamó la atención: Artemisa. La posesión de Mía era filial. Eso aclaraba un poco las cosas.


—Si, es cierto, los tiempos son exactos cuando las dos partes son equivalentes —Volvió a mirar a Mía con una leve sonrisa en su rostro—. Mía, ¿Hace cuanto que Rusalka habita en ti?

Editado por León Crowley
tgNogmU.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

«Baphomet, ¿qué hace aquí? ¿Cómo te atreves a mencionarlo en mi presencia? No vale la pena si quiera tu tiempo escucharlo»

 

Podía escuchar cada vez con mayor claridad el sonido de la voz de Rusalka mientras el tatuaje en forma de mariposa terminaba de adquirir el tono totalmente rojizo que delineaba por completo el contornó de la figura. Era cuestión de minutos para que el súcubo tomará el control de la situación y dejará delegada en un segundo plano a la Black Lestrange, pero ella se negaba a cederle la voluntad de su cuerpo y acciones, no había pasado en años y no ocurriría en esos momentos, al menos no si podía evitarlo.

 

El enojó y la frustración que sentía por el tema que se estaba tratando con León, era de tal magnitud que se había permitido perder el control de sus emociones y manifestar en sus palabras y movimientos su sentir. Pero no podía continuar así, por lo que intentando encontrar lógica a los argumentos con los que se defendía la paternidad de Jessie, realizó un par de inhalaciones y exhalaciones. Comprendía lo que le estaba diciendo, pero era difícil creer que era cierto y por más que le explicará como a una niña pequeña seguía aferrada a no aceptarlo.

 

—Si, puedo decir que al menos veinte años pasaron para volvernos a ver. —admitió al sentir su caricia, permitiendo que el tacto de sus manos sobre su piel la ayudaran a relajarse un poco más.

 

Pero eso solo duró unos segundos, porque en cuanto se alejó el sonido potente de la voz de su némesis apareció con más potencia que antes, reclamando y dejando en claro cuál era su postura ante toda aquella situación y comenzando a tomar el control del cuerpo de Mia, logrando que el rubio de su cabello se oscureciera un poco hasta convertirse en un castaño claro.

 

«Sabes que nada de lo que dice tiene lógica, Jessie es mía y no dejaré que ese arribista intente reclamarlaaaaaaaa»

 

—Hace quince años aproximadamente. —contestó a la pregunta.

 

En ese momento, fue como si algo en su interior hiciera un pequeño click. Entendía a qué se refería, Jessie tenía diecisiete años era prácticamente imposible que la hubiese concebido cohabitando su cuerpo con Rusalka, debido a que en ese momento aún era una simple humana que podía hacer y deshacer con su cuerpo lo que le placiera. Ese descubrimiento, a la súcubo no le gustó y fue más que obvio porque tuvo que deshacerse de la bata que cubría su cuerpo para intentar acariciar y así intentar aliviar el dolor de la marca roja en forma de un latigazo que se formó a la mitad de su espalda, la cual consiguió hacerla soltar un quejido de dolor.

 

—Es posible que sea tu hija… era una simple humana, nadie compartía mi cuerpo. —admitió intentando mantenerse tranquila y permitiendo que su mirada vidriosa se perdiera en la espalda del Crowley— ¿Por qué no me dijiste antes que eso podía ocurrir? —preguntó por inercia antes de cerrar los ojos.

 

El cabello de Mia había cambiado completamente de tono, ahora era rojizo y la marca que en un inicio había sido como un latigazo se convirtió en color plateado formando un par de espirales. Rulsaka estaba presente, aún no por completo pero estaba casi a nada de salir y hacerse notar plenamente, por lo que aprovechando ese momento de debilidad que tuvo al cerrar los ojos usó su voz.

 

«—Jessie es míaaaaaaa, aléjate de ella. —espetó con voz sensual Rusalka— No la necesitas, es una pequeña insignificante… a cambio puedes seguir disfrutando de los placeres de esta hermosa rubia que poco me ha ayudado en mi misión.»

 

Cuando Mia escuchó como su voz había sido totalmente distorsionada, abrió los ojos y al girarse al espejó notó el cambio que tenía su cabello y la herida. Se asustó, puesto que lo único que reconocía de sí misma en esos momentos era el color verde de sus ojos, y aferrándose a eso… intentó mantener el control y consiguió que algunos mechones rubios aparecieran y se mezclaran con el rojo.

 

—En ese entonces, ¿estuviste conmigo por Baphomet o por ti León? ¿Quién de los dos quiso eso que vivimos hace veinte años? —se atrevió a preguntar con un susurró dejándose caer en la cama, mientras su cuerpo comenzaba a tener algunas sacudidas por el ferviente deseo de salir de Rusalka.

 

«Lo hizo solo por el demonio… lo sabes y cuando te lo confirme no podrás volverme a aprisionar, saldré y nadie me impedirá controlar por completo tu cuerpo a mi entera voluntad niñita, lo amas y eso te impedirá soportar el dolor que te causará el saber la verdad»

 

Esperaba que al escuchar las palabras de León, los temblores de su cuerpo cesaran y pudiese conseguir que el rubio platinado de sus rizos volviera. Se sentía vulnerable sabiendo que la súcubo en cualquier momento podía salir y temía que esta vez no pudiese apresarla como lo había conseguido en Alemania, sitio en el que consiguieron que aprendiera a dominar cada una de sus emociones e impulsos para no exponerse a dejar que Rusalka tomará el control en un descuido, justo como lo que estaba ocurriendo en esos momentos.

5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—No sabía nada de lo que podía ocurrir mi amor. Baphometh influía en mi, me llevaba a hacer cosas que en su momento no veía problema. —Había notado ya el cambio en la actitud de la ya no tan rubia, que de vez en cambio se aquejaba de un dolor interno, de una batalla librada en su interior—. En cuanto descubrí lo que él intentaba, me fui, me perdí de todo el mundo. Avisé a mis hijos, o los que sabía que tenía de lo que estaba pasando y busque la forma de librarlos de su maldición.


**¡Jessie me pertenece a mí, no a ella! ¡Ella nisiquiera estuvo ahí! **


No había terminado de hablar cuando la voz de la súcubo se manifestó de los labios de Mía que ya había perdido el tono natural de su cabello. Debía admitir que el color rojo le quedaba muy bien pero no era el momento de perder la concentración. Rusalka estaba a punto de controlar a Mía y sería él el culpable, así nadie más lo supiera, él si y jamás podría perdonárselo. Aprovechó el instante en que la Black Lestrange le dio la espalda al dirigirse a la cama, para poner la mano sobre su espalda y conjurar algo de lo aprendido en África


—Ga terug, demon, die vol zit met kinderen

**No funcionará en ella, tendrás que esforzarte un poco más, cachorro**

—Ga terug, demon, die vol zit met kinderen


Contrario a lo que el demonio aseguraba, el conjuro había funcionado, o al menos eso creía. Algunos mechones rubios se colaban por entre el rojizo intenso que había tomado su cabello. Las palabras de la demonio seguían saliendo disparadas por entre los labios de Mía. Si algo había aprendido es que nada frustra más a este tipo de entes que ser completamente ignorados, razón por la cual obvió las palabras y se acercó hasta la cama. La pregunta, que claramente era de Mía y no de la Rusalka lo dejó de una pieza. A pesar de ser la influencia del demonio la que lo invitaba a cometer una y otra fechoría, era él quien decidía hacerlo o no.


—Fui yo el que estuvo ahí Mía, fui yo el que te invitó al despacho, fui yo el que te robó el beso —Se subió a la cama y acomodó sobre la ojiverde, conteniendo con brazos y piernas sus sacudidas. Dos palabras de Rusalka fueron las que no pudo ignorar. Ni él ni Baphometh—. Soy yo el que está hoy acá, soy yo el está contigo, soy yo el que...


**¡No tienes el coraje!**


—Soy yo el que está enamorado de ti —Susurró al fin depositando un beso en sus labios. No sabía si funcionaría o no, pero era un peso que se había quitado de encima.


**Cursi**

Editado por León Crowley
tgNogmU.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Otto por fin había terminado algunos que haceres que su amore o mejor dicho su esposa le había mandado hacer. El demonio salía del callejón rumbo a Otery para ser más preciso la Mansión Black Lestrante, el mortifago aparecía en la entrada para ponerse a caminar hacia el sitio quería avisarle a su esposa que ya termino lo que le mando hacer en cinta de colores pero también quería darle una sorpresa.

 

 

Había comprado un ramo de sus flores favoritas y había traído los chocolates mágicos que tanto le gustaban, en eso vio a la bruja o mejor dicho a su esposa en el balcón de su habitación. Otto hacia señas con la mano para que le viera-Hola amore-dice riendo en tono que ella lo escuche, sin tiempo que perder entra a la casa para caminar por el halla subiendo la escalara e ir rumbo al cuarto de su esposa. Él peliblanco tocaba la puerta no espero mucho cuando alguien abrió la puerta y miraba a Bipa que le abría en eso el Black entraba a la habitación-hola esposa mía-dijo amable dándole un tierno en sus labios-Te traje esto, para comer bien el dia-dijo amable con una sonrisa de oreja a oreja dándole la flores pero también los chocolates.

http://i.imgur.com/ZYFIXYU.gifhttp://i40.tinypic.com/2r5qj5t.gifhttp://i.imgur.com/qXM43G2.gif


JbsvzsI.png


http://i.imgur.com/KCHOT.gifhttp://i.imgur.com/OFnOy.gifhttp://i.imgur.com/lHKTz0x.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.