Castillo Karlštejn (MM: 108937)

[Sol Lestrange Black]

El día había comenzado muy bien, había pasado la mañana en la oficina y más tarde tendría que ir a ver cómo iban las cosas en el hotel, pero ahora me había tomado un par de horas para hacer una visita que tenía pendiente. Me había esmerado en mi atuendo aquella mañana que como siempre era perfecto, muggle y elegante Sonreí mientras un halo de luz blanca me hacía desaparecer del callejón, para llevarme a mi nuevo destino.

 

 

Cuando mis pequeños pies tocaron tierra, sonreí era la primera vez que estaba ahí, pero no me sentía extraña, después de aquella estadía en el hotel, sentía como si lo conociera de siempre, la empatía que había surgido entre nosotros era lo que me decía.

 

 

Pocas veces había tenido esa química con alguien desde el primer instante, normalmente era bastante quisquillosa y recelosa en cuanto a nuevas personas se refería, pero con aquel joven todo protocolo de precaución y protección parecían haber quedado de lado. Sonreí divertida al recordarlo, el chico tenía un ángel que pocas personas.

 

 

Levanté la vista ante aquella imponente construcción, estaba acostumbrada a ver aquel tipo de maravillas, pero en aquel lugar más que su opulencia se sentía un ambiente agradable y de tranquilidad. Continúe mi camino hasta llegar a la puerta, me alegre de haber aparecido a unos metros ya que no haber sido así hubiera tenido que subir la colina, no me disgustaba el ejercicio, pero mi atuendo en botas de tacón alto y mi pequeña falda no eran lo indicado para el campismo.

 

 

Mis rizados cabellos se removieron con la fría brisa del otoño, de forma automática mis manos fueron al interior de mi abrigo buscando algo de calor.Subí la pequeña escalinata y me encontré frente a la puerta, la cual llame un par de veces, hasta que un pequeño elfo apareció tras la puerta haciendo la bien conocida reverencia educada.

 

 

-Buenos días, busco al señor Ethan Lenteric…- indiqué sonriendo al pequeño ser.

 

 

@@Ethan Lenteric

Editado 25 de Octubre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Ethan Lenteric]

La mañana iba bien hasta ese momento, se había levantado temprano como de costumbre y salido a correr por los terrenos de su castillo. Era importante el mantenerse saludable sobre todo porque últimamente se sentía... viejo? Si, esa era la palabra. Se sentía incómodo en su propia piel y no sabía bien el motivo, sentía que poco a poco entraba en una etapa de madurez algo extraña debido a los acontecimientos que habían ocurrido anteriormente y con el simple hecho de poco a poco volver a su rutina tenía la esperanza de volver a sentirse como él mismo.

 

Después de correr y desayunar algo tomó una ducha relajante, se vistió casual con un par de jeans y una camiseta de mangas larga en color blanco, para complementar su atuendo se colocó unas botas militares y un saco negro de gabardina tan solo para mantenerse en su estilo recatado.

 

Se encontraba leyendo sobre runas antiguas, un tema que últimamente le interesaba demasiado. Quizá después iría al campus a tomar ese conocimiento, su hambre de aprendizaje era ilimitado y quería poseer todas las artes mágicas que pudiera mientras estuviese vivo. Después de casi doscientos años pensaba que todo el tiempo de antes había sido desperdiciado en ciertos aspectos y odiaba el pensar aquello.

 

De pronto Needles su elfo doméstico de confianza apareció en su estudio, Ethan lo miró y alzó una de sus cejas expectante.

 

-Señor... una mujer lo busca en la sala de estar principal, no se identificó pero al tratarse de una mujer pensé que sin dudarlo la recibiría. Es sumamente bella, señor.-Comentó el elfo inclinando la cabeza después de hablar en señal de respeto.

 

Ethan después de las palabras de su viejo amigo comenzó a reír, era bien sabido por Needles que el asiático tenía cierta preferencia por las féminas y como nunca le ocultaba nada se sentía en confianza de exponerlo en cada oportunidad que tuviese.

 

-Needles mi viejo amigo... nadie me conoce mejor que tu, ahora mismo bajo. Gracias.-Cerró su libro y se puso de pie, salió de la habitación y bajó hasta la sala de estar principal en donde ella lo esperaba sentada. De inmediato su sonrisa se amplió, no era una dama común y corriente, se trataba de...

 

-Madame Lestrange, es un placer saludarla.-Saludó de manera formal acercándose a ella, al verla levantarse se acercó lo suficiente para rodearla con ambos brazos y seguir sonriendo.-Como estás? Te he extrañado, es maravilloso el que me visites. Como siempre estás bellísima.-Dijo a su invitada antes de soltarla y tomar asiento con ella en el sofá más largo.

 

-Gustas beber una taza de té o una copa de vino?-Definitivamente la visita de Sol era sumamente grata para su humor, había apreciado mucho el tiempo con ella en su hotel y estaba seguro de que con esa visita crearían más memorias juntos.

 

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[Sol Lestrange Black]

El elfo me dirigió a una suntuosa sala, me recordaba bastante a la mismo salón de mi castillo, aquello era señal de opulencia, pero sobre todo de un exquisito gusto por las antigüedades. Tome asiento en el primer sillón, mientras el elfo volvía a desaparecer con la promesa de de traer a Ethan de vuelta.

 

Hasta ese momento me di cuenta de que no me había identificado, aquello había sido un grave error, ya era demasiado haber venido por sorpresa, para que después no supieran ni de quien se trataba, esperaba que al menos estuviera en casa.

 

 

Me entretuve mirando los detalles de la habitación, hermosos jarrones llenos de flores exóticas de una gran variedad de colores, finísimos muebles antiguos llenos de pequeños detalles, me gustaba aquel estilo, aunque muchas veces había deseado comprar un departamento muggle al más puro estilo moderno, quizás minimalista para tener un contraste con mi actual hogar.

 

 

En ese instante aquella conocida voz me saco de mis pensamientos, en los cuales me había sumergido, giré un poco la cabeza para encontrarme con su franca sonrisa, me levanté para saludarle.

 

 

-Madame Lestrange, es un placer saludarla-Saludó de manera formal, mientras nos dábamos un cálido abrazo -¿Cómo estás? Te he extrañado, es maravilloso el que me visites. Como siempre estás bellísima-Dijo caballerosamente. Sonreí agradecida por el cumplido, adoraba su frescura y la manera cálida y franca que tenía de decir las cosas.

 

-¿Gustas beber una taza de té o una copa de vino?-Me preguntó mientras volvíamos a sentarnos en el mismo sillón. Cruce la pierna y me senté en orilla.

 

-Hola cariño, muchas gracias por el cumplido, espero no ser inoportuna, pero yo también te extrañaba, y tenia muchas ganas de verte- admití con una flamante sonrisa en mis finos labios- Estoy perfectamente, y ya que insistes me encantaría algo de beber, quizás una limonada si no es molestia….- sugerí.- ¿Me alegro tanto de verte, que haz hecho? ¿Ya estas mas tranquilo?- alargué mi mano para tomar la suya y darle un cariñoso apretón, sabia que estaba pasando por un momento anímico no muy agradable, recordaba aquel momento de mi vida y sentía que si en algo podía ayudarle no dudaría un segundo.

 

@@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

Escuchar su voz era relajante, era una sensación cálida que podía quitarle cualquier mal y se sentía dichoso de contar con personas como ella. En poco tiempo, Sol había robado el corazón del castaño y ganado un lugar muy alto en su estima. Sonrió ante sus palabras y asintió un par de veces chasqueando sus dedos llamando así a uno de los elfos en la cocina.

 

-Limonada para la señorita y una copa de ajenjo para mi por favor.-Pidió al pequeño ser quien después de reverenciar desapareció, a los segundos volvió con la orden de su amo y posteriormente volvió a esfumarse.

 

Ethan sonrió ante la pregunta de la Lestrange, ¿realmente tenía una respuesta?

 

-He de confesarte que mientras estaba en el hotel todo fue maravilloso, incluso me levantaba con una energía diferente. Ahora estando en casa me he sentido... cansado, como si tuviera un cuerpo viejo y cansado.-Confesó mientras preparaba su bebida haciendola pasar por el terrón de azucar, al terminar bebió un poco del líquido verde y relamió sus labios mirandola.

 

-Vi a mis hijas, también a mi todavía esposa, tuvimos una convivencia los cuatro y no fue para nada mala. La verdad es que nos comportamos muy bien ella y yo, después de todo siempre vamos a estar unidos por nuestros hijos y no te niego que verla de nuevo me provocó un revoloteo por dentro. No dudo que dentro de mi todavía haya amor por ella, lo acepto por completo sin embargo no me atrevo a mirar mi propio futuro...-Comentó sabiendo que charlaba con alguien de suma confianza. Uno de sus poderes al ser un demonio de jerarquía era el poder saber lo que deparaba el futuro sin embargo tenía miedo de saber que era lo que iba a suceder con Kutsy y con él.

 

Balanceó su copa entre sus dedos fijando la mirada en el contenido, de pronto recordó a Emma y sonrió. Tenía una conexión especial con la penúltima de sus hijas y el haberla visto le había dado nueva vida, tan siquiera en el plano anímico.

 

-Emma está enorme, hace poco cumplió años y le regalé una joya que perteneció a mi madre... no a Marabella, si no a quien me crió como su hijo. Y Dalí... bueno ella es muy pequeña para comprender lo que pasa así que solo disfrutó de volver a ver a su padre.-Hablar de ellas lo colocaba diferente, sus ojos brillaban al recordar a sus hijas. Esperaba que algún día cercano ellas conocieran a Sol.

 

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[Sol Lestrange Black]

Aquel mago se veía triste, entendía perfectamente su sentimiento, yo lo había vivido, podía sentir aquella empatía, el triste momento en que todo lo que habías soñado con aquella persona se derrumbaba dejando en ruinas tu corazón, suspiré escuchando su relato, volver a ver a esa persona era una de las pruebas más difíciles, el amor era un sentimiento tan ambiguo, podía hacerte vivir o matarte en un segundo.

 

 

-Siento tanto que estés pasando por esto, créeme que se lo que es, ese sentimiento de pérdida, pero a la vez de liberación, el sentirte culpable por tus hijos, pero también saber que no hay más por hacer…- busque su mano y le di un cariñoso apretón.

 

 

Di un sorbo a mi limonada, mientras buscaba algún argumento que pudiera hacerle sentir mejor, pero también sabía que eso no existía, que dijera lo que dijera solamente el tiempo podía calmar ese desasosiego en su corazón.

 

 

- Es bueno saber que los niños están bien, a veces ellos son lo que más sufren y no nos damos cuenta, tienes que estar cerca de ellos para que no sientan tanto tu ausencia, cuando yo pase por mi divorcio me enfrasque tanto en mi misma que me olvide del mundo y bueno pague caras las consecuencias, se que fue lo mejor, pero a veces cuesta mucho trabajo y tiempo convencernos de que así es. –Suspiré- mi historia es demasiado triste y no quiero ponerte mal, así que ya te la contare en otro momento, ahora lo que quiero es que te sientas mejor, y si puedo ayudarte en algo cuenta conmigo, lo que sea, lo que necesites, hablar, reír, salir, llorar, aquí estaré cariño…todo va ha estar bien-

 

Lo abrace con fuerza, sabia que en aquello momentos eso era lo mejor que podías recibir, mas allá de las palabras y los consejos era apoyo y cariño, esa era la mejor medicina.

 

@@Ethan Lenteric

Editado 26 de Octubre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Ethan Lenteric]

El que sintiera empatía con él lo hacia sentir comprendido, no se sentía tan solo después de todo y eso era lo que más necesitaba en esos momentos. Sentirse como el Ethan que todavía podía proteger a los suyos y que siempre era confiable en los peores momentos, así era como quería sentirse para volver a ser él.

 

-Te agradezco mucho que estés aquí, no se si llore pero creeme que trataré de distraerme del asunto. Creo que es mejor no mover las aguas y dejar que solas se calmen.- Comentó correspondiendo a su abrazo que sintió tan reconfortante que un nudo se hizo presente en su garganta, carraspeó un poco y después cuando se separaron sonrió tomándola de la mano.

 

-He estado leyendo sobre runas antiguas, ¿sabes? Quiero adquirir unas y aprender a leerlas. Mi hija Anne sabe leerlas pero sería vergonzoso que su padre le pidiera tutoría, mi orgullo puede más.-Rió con diversión alzando una de sus cejas después y recordó lo que había pasado a la llegada de ella.

 

-Por cierto, Needles mi elfo, pensó que eras una de mis conquistas. Tiene la idea de que toda mujer que entre aquí tiene un lazo romántico conmigo, eso se debe a todos los años que me acompañó siendo yo soltero... al parecer cree que sigo siendo el de antes.- Entrecerró sus ojos pensando en las veces que Needles había creído que Anne, su hija, era una visita amorosa y después negó con la cabeza un par de veces sonriendo ante esa ironía.

 

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[Sol Lestrange Black]

Era momento de cambiar de tema, o comenzaríamos a deprimirnos los dos, y para nada aquella era una buena idea. Ethan fue el primero en comenzar con el tema de las runas, aquello en esos momentos era también un tema que yo tenia fresco, ya que acababa de terminar mi especialización en ellas. Intercambiamos un par de ideas antes de que el tema volviera a cambiar.

 

 

Reí divertida ante la mención de la percepción del elfo, no me sorprendía, imaginaba que con el carácter y le buen trato de aquel mago seguramente aquel castillo estaría lleno de bellas mujeres, y ahora mucho mas, ya que estaba libre para poder disfrutar y darse ciertos "gustos".

 

 

-¿Vaya así que eres todo un Don Juan? pregunte divertida ante el comentario- tu elfo debe conocerte muy bien según veo- Aunque no lo culpo, uno nunca sabe donde y cuando va a conocer al amor de su vida, así que mientras llega la "media naranja" se deben probar varias frutas- solté una suave risa ante mi propio comentario- Y volviendo a los elfos, mi elfina es prácticamente como mi madre, me crió desde recién nacida, es la única imagen de "madre" que puedo tener. Así que no me sorprende que tu elfo sea también tu amigo y confidente.

 

 

Di un nuevo sorbo a mi bebida, y cruce la pierna para estar mas cómoda, acomode uno de mis rizos tras de mi oreja y continué con la agradable y mas relajada charla.

 

 

-Si me permites darte un consejo cariño, que puede que no deba, pero igual te lo daré- volví a reír- disfruta de tu soltería, no por el miedo a estar solo tomes lo primero que venga, a ciertas alturas de la vida, uno debe aprender a ser selectivo y mas aun a valorase y saber que no todo lo que se acerque a nosotros es una "buena opción" por así llamarle, tomate tu tiempo y disfruta en el trayecto.- afirmé sonriendo y volviendo a tomar su mano- La vida esta llena de sorpresas y señales si aprendemos a observar con calma...

 

 

@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

"La vida esta llena de sorpresas y señales si aprendemos a observar con calma..."

 

Esas habían sido sus palabras, palabras que eran lógicas desde su perspectiva y que se habían clavado en su ideología años atrás en su soltería. Sin embargo últimamente las había olvidado y ella como un ángel las había traído de vuelta. Dio una caricia a su mano con la que tenía libre y sonrió ampliamente, la compañía de quien en su árbol familiar resultaba ser su bisabuela lo llenaba de sentimientos positivos ante las adversidades.

 

Bebió otro poco de su bebida, el dulzor del líquido lo reconfortaba y su nivel de alcohol lo hacían sentir levemente acalorado. Relamió sus labios a punto de decir algo más pero en ese instante sintió una pesadez en el pecho, un temor implícito de que algo iba a ocurrir.

 

-¿Sientes eso?- Preguntó a su acompañante a quien miró fijamente antes de que sus propios ojos cambiaran de color a un escarlata brilloso señal de su demonio interior, con esos ojos podía mirar el futuro y el pasado de toda la humanidad y sabía que algo se acercaba.

 

De pronto todo cambió, su castillo se transformó en la versión del infierno de este y todo olía a azufre. Las paredes antes perfectamente cuidadas ahora se veían bañadas con lo que parecía sangre ennegrecida con el paso del tiempo, un tono rojizo y descuidado se podía observar en todos los muebles como si el lugar se encontrara dentro del mismo infierno y así era...

 

Volteó a ver a Sol, ella ya no se encontraba a su lado y solo quedaba de ella el vaso de limonada del que había bebido, tomó este y pudo ver la estela de sus labios, con su dedo índice delineó la silueta y cerró sus ojos antes de probar de su dedo la esencia de la Lestrange. Tenía que encontrarla en el infierno y quien hubiera sido el culpable de quitarla de su lado iba a pagarlo con su vida.

 

Ethan ya transformado en Astaroth se levantó de su asiento, su cabello ahora era plateado en totalidad y sus rasgos se habían endurecido. Por todas las ánimas del infierno era conocido que cuando se enojaba El gran Duque del infierno había que temer, incluso el mismo Lucifer temía ante sus actos cuando se encontraba en ese estado.

 

Observó a su alrededor, el viento a ráfagas con olor a azufre no causaba estragos en su cabello ni en su rostro cuando comenzó a caminar por un sendero desconocido. Al parecer el castillo había sido cortado a la mitad en ese universo alterno, criaturas sin ojos y cerebro caminaban el cuatro patas emitiendo ruidos guturales parecidos a gruñidos y olfateaban cerca del demonio saliendo despedidos al reconocer de quien se trataba.

 

-¡Pruslas!- Rugió Astaroth haciendo que su voz se escuchara por todo el lugar, su fiel sirviente apareció a su lado ante la invocación sin embargo no levantó la mirada ni pronunció palabra alguna.

 

-Búscala en el abismo, tengo la sospecha de que puede estar ahí... yo iré con Belcebú.- Ordenó al sirviente pero por alguna extraña razón sentía que él iba a dar con el paradero de la bruja, no entendía el porqué El señor de las Moscas la había secuestrado pero iba a llegar al fondo de todo con tal de tenerla de vuelta a su lado. Era imposible para él la idea de perderla.

 

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[Sol Lestrange Black]

La charla y la calidez de su mirada me hicieron sonreír, nos entendíamos a la perfección y seguía teniendo aquella grata sensación de conocerlo de mucho tiempo, pocas veces había llegado a sentir un cariño tan repentino, pero aquel joven mago se lo ganaba a pulso minuto a minuto.

 

 

--¿Sientes eso?—preguntó Ethan de la nada, mirándome a los ojos, tuve que parpadear para volver a enfocarme en ellos , habían cambiado de color, con mi experiencia en demonios aquello me decía que no era una buena señal.

 

--¿Que pasa?-- intente preguntar pero ningún sonido salio de mis labios.

 

 

Mi respiración se contuvo y su rostro ya no estaba frente a mí, el calor había aumentado en segundos sofocándome. No entendía que estaba pasando, pero de algo estaba segura, estaba en problemas. Intenté buscar la varita que tenía en mi abrigo, pero mi cuerpo parecía estar aletargado, no conseguía moverme, pasaba del centellar de pequeñas luces a la oscuridad absoluta en cuestión de segundos y así sucesivamente, apreté los ojos mientras sentía que todo me daba vueltas, no era una sensación agradable. El olor a azufre me provoco nauseas.

 

 

La desagradable sensación del miedo comenzó a apoderarse de mi mente, que era lo único que parecía seguir funcionando en mí, no tenía idea de donde estaba, pero estaba segura de que fuera donde fuera no era para nada un lugar confortable. Deje de sentir y todo desapareció…

 

 

Cuando volví a abrir los ojos estaba sobre una base de piedra y a donde quiera que mirara solo había ¿Fuego? Mi mente parecía estar trabajando a marchas forzadas, la cabeza me dolía, y apenas sentía el cuerpo, era una sensación extraña como si no fuera consiente de mi misma. Intente incorporarme, pero todo me daba vueltas, estaba muy mareada.

 

 

--¿Donde estoy?-- dije pensando en voz alta, y grande fue mi sorpresa cuando una voz áspera y profunda respondió mi cuestionamiento.

 

 

--En el infierno querida…en el infierno…

 

 

@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

Caminaba por ese terreno como amo y señor de esas tierras, su mirada se fijaba en la torre lejana de color negro que se alzaba en lo alto de la montaña de Baal y tenía el presentimiento de que no iba a ser fácil el llegar hasta ella.

 

En sus labios permanecía la esencia de Sol, sus labios no podían tocar nada más hasta encontrarla o ella perdería la vida o algo mucho peor ya que podría quedar atrapada en el infierno. El sabor en lengua se iba haciendo más fuerte mientras se acercaba a la torre, tenía que pensar en ella con todas sus fuerzas y no perder la cordura con demás pensamientos.

 

Al llegar al pie de la montaña se encontró con un ejercito, el ejercito de Belcebú lo esperaba con cornos de guerra y tambores retumbando junto con los gritos de batalla de los soldados. Astaroth hizo aparecer en su cuerpo la armadura negra de batalla que siempre usaba al estar en el inframundo, su casco con cuernos largos y retorcidos apareció en su cabeza cubriéndole también la boca y su fiel espada ya se encontraba en su diestra lista para partir almas y desterrarlas.

 

-Aamon!-Gritó invocando a otro de sus sirvientes quien al instante saltó a su lado junto con todo su ejercito, la tercera legión del infierno.

 

Los cornos de batalla sonaron detrás del demonio, su ejercito era más grande que el que tenía delante y una sonrisa apareció en sus labios. Alzó su espada en lo alto y al bajarla señaló a sus enemigos.

 

-ATAQUEN!-Vociferó casi en un gruñido estruendoso antes de que él junto con sus hombres comenzaran a atacar a las faldas de la montaña, la batalla desde el comienzo fue sangrienta y su mirada se encontraba perdida mientras mantenía a Sol en su mente.

 

Su espada cortaba cuerpos a diestra y siniestra, se movía con habilidad avanzando mientras su ejercito iba acompañándolo hasta que un gran minotauro con un maso del tamaño de un árbol apareció ante él. Se trataba de uno de los sirvientes del dueño de la torre de Baal, se acercó a él sin miedo alguno y justo cuando su espada iba a asestar el primer golpe todo se congeló por un segundo.

 

Oscuridad, un manto negro cubría sus ojos y no podía ver más allá de su nariz. Parpadeó varias veces respirando con rapidez, trató de no desesperarse y cerró los ojos buscandose así en donde se encontraba.

 

-El gran Duque del Infierno baja hasta aquí por una simple humana? Oh Astaroth que patético eres...-Susurró una voz espectral antes de una risa macabra que lo hizo mirar a su derecha, ahí en un trono repleto de moscas se encontraba Belcebú mirándolo fijamente.

 

-Belcebú...-

 

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