Mansión de la Familia Potter Black (MM B: 90394)

[Sagitas E. Potter Blue]

Matt me miró y noté que su mirada era extraña, casi de... dolor... No lo entendí y me dio miedo preguntar. Todo allá me daba miedo pues aquello era un recuerdo doloroso que se repetía de forma frecuente en mis pesadillas y ahora lo estaba reviviendo en la realidad. Intentaba no dejarme golpear por el pánico y respiraba de forma controlada, contando hasta cuatro antes de dejar salir el aire. Del grupo, la niña era la única que parecía estar bien, o al menos no lloraba, mirando alrededor como si pudiera distinguir aquel lugar.

 

-- No sé si es buena idea -- le dije a Matt. ¡Pues vaya momento de decirlo, cuando ya estábamos en el pasado y a punto de vernos, de verle, de ver a tu padre, de ver al causante de todo aquel daño! -- Tal vez no debiéramos... acercarnos...

 

Sagitas gritó de dolor y yo sentí aquel dolor en mis entrañas. Matt estaba a punto de nacer. Matt estaba allá, procurando salvar la vida de su retoño. Y Elentari estaba medio dormida ya en mis brazos, ajenos a lo que sucedía. La apreté un poco más entre mis brazos, ella protestó levemente.

 

-- ¿Y si le pasa algo?

 

Vale, eso lo debiera haber dicho antes. Además, ya le estaba pasando algo. Aspiré con fuerza y retuve una lágrima mientras otro grito más prolongado salía de aquella cabaña. La Abué se oyó claramente desde allá.

 

-- Venga, Sagitas, no pretenderás estar ahí todo el día...

 

Supe que era lo que me había dicho momentos antes de que Matt asomara la cabeza pero... ¿Y si me lo estaba diciendo ahora? Me estaba volviendo loca, no podía perder la cabeza si quería que Elentari siguiera viva.

 

-- Vamos...

 

Y avancé aunque no con un paso decidido.

[Hayame Snape Potter Black]

Un viejo augurey comenzó a sobrevolar por encima de la mansión de los Potter Black con sus tristes ojos mirando los alrededores como si estuviese buscando algo; desde que se hubiese puesto de cabeza el pueblo, su ama se había vueto todavía más paranóica por lo que en muchas ocasiones enviaba a sus animales voladores para averiguar si era seguro el que la vampiro se acercara aunque fuera un poco a ver a sus familiares en momentos como aquellos

 

Revoloteó un poco más antes de descender lo mejor posible para empezar a moverse por los laterales de las ventanas, esperando al menos poder ver una cara conocida y entregar el pequeño pergamino donde la Snape les preguntaba a los demás si era posible que les fuera a visitar aunque fuera tan solo para saber cómo se encontraban todos

[Matt Blackner]

Santa Tecla, pasado. Con Sagitas

 

Miré a Sagitas, notando escozor en los ojos, hasta el punto de que creía que se me saltarían las lágrimas en cualquier momento. Trataba de cerrarme a aquellas sensaciones, pero eran tan intensas y se acumulaban de tal manera que se hacía más difícil de lo normal.

 

- Creo que si nos quedamos aquí mirando eternamente lo que le va a pasar será mucho peor. - contesté.

 

En ese momento, la voz de la abue llegó hasta nosotros, clara, llena de comprensión por el momento en que la Sagitas de aquel entonces se encontraba, pero por un momento parecía que aquella frase llegaba justamente para animarnos también a nosotros.

 

Avanzamos en silencio. La distancia que nos separaba no era demasiada, pero al mismo tiempo dar cada paso se hacía un mundo. En aquella cabaña estaba...estaba naciendo. Jack aparecería en cualquier momento. Y si...

 

Una sombra pasó a nuestro lado, oscura, densa y rápida. Varias más las siguieron, provocando que la niña comenzara a hacer pucheros. De ahí a llorar, solo lo separaban unos segundos...

 

Gruñí.

 

Las sombras iban en dirección al altar, peor se detuvieron.

 

- No tenemos tiempo. - dije, alzando la varita. Pero cuando traté de utilizarla....no pasó nada. Volví a agitarla pero el resultado seguía siendo nulo. Gruñí de nuevo, guardándola...

 

- Espero qeu puedas hacer algo para atacar porque estamos sin varitas. - comenté. Tracé los sellos necesarios en un movimiento rápido antes de colocar la mano en el suelo. Un rayo recorrió mi brazo, tocó el suelo y tomó la forma de un lobo que se lanzó contra aquellos demonios.

 

- Mejor terminar antes de que estemos en problemas

[Sagitas E. Potter Blue]

Santa Tecla, pasado:

 

-- ¿Cómo que estamos sin varitas? Yo la tengo aquí -- pregunté a Matt, sin entenderle. ¿Es que se la había dejado en casa, en el presente?

 

Yo no podía moverla con normalidad porque la niña parecía hacer pucheros de nuevo pero me la cambié de brazos y moví la varita para poner un muro de protección pero... ¡No salió nada! ¿Es qué no funcionaban en el pasado? Empecé a hiperventilar y la niña lo notó. Empezó a llorar de forma más fuerte y aquellas sombras nos miraron.

 

Retrocedí un paso porque me di cuenta que no podía usar la varita y eso me hacía sentir desvalida. Sin embargo, soy una bruja muy buena y tengo muchos hechizos en la manga que no la necesitan. Así que extendí la mano y creé una bola de energía, invocando a un Elemental de Fuego que apareció delante de nosotros y extendió un círculo de fuego entre el altar y nosotros.

 

-- ¿Ese escudo que has creado funcionará, hijo? -- Le pregunté a Matt.

 

No entendía bien lo de los sellos, era una Habilidad que se me escapaba. Entonces le vi. Jack se alejaba de la cabaña con un bebé en los brazos, huyendo a hurtadillas y acercándose a nosotros sin darse cuenta. Las piernas me empezaron a temblar y apreté a Elentari junto a mi pecho, como si pudiera evitar así que robara a Matt bebé. Después, me acordé que mi hijo adulto no podía encontrarse con su esencia pequeña.

 

-- Huye, Matt. -- No sabía qué hacer ahora, la verdad.

[Lisette Ryddleturn]

No solamente era el pájaro que poseía la vampiro la única criatura que en esos momentos sobrevolaba por encima de la mansión de la familia Potter Black como si buscara algo

 

Una sombra todavía más grande se dejó pasar por encima de aquella ave negruzca y de aspecto débil, cubriéndola por completo mientras que el suave sonido de unas alas gigantes lo llenaba todo

 

El aetonan de la bruja rubia había ido a acompañar a aquella criatura que provenía de las propiedades Snape para entregar su mensaje, el caballo planeando suavemente como una especie de buitre

 

-Has encontrado a alguien? a mi me parece que no hay personas en casa en este momento, no estoy segura de si nuestras amas sabían que quizá todos estaban ocupados

 

Dijo el enorme caballo volador bajando a un nivel cercano al piso pero sin dejar de flotar, acompañándo al pájaro en su vuelo alrededor para asomarse por todas las ventanas

[Hayame Snape Potter Black]

Con el Aethonan

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-Bueno... si cuentas tu propio reflejo como el "haber encontrado a alguien..."

 

Comentó el ave sintiendose de repente un poco tonta al recordar los comentarios que solían hacer los magos acerca de que las aves de su tipo no tenían cerebro y no eran capaces de reconocerse a sí mismas; si pudiera pedir un deseo en aquellos momentos, sería el de poder transformarse en uno de esos humanos nada más para hacerles saber lo que se sentía y lo que le dolía pero al mismo tiempo era consciente de que probablemente solo se burlarían de él

 

Los humanos eran raros, se reían entre ellos mismos...

 

Volvió a revolotear hasta otra ventana, una que parecía levemente abierta así que comenzó a remeter el pico con fuerza, esperando hacer la presión suficiente para abrirla y entonces, poderse colar al interior...

 

Quien sabe y si llegaba hasta las cocinas no solamente conseguiría un poco de esa comida especial que tenían los humanos y que rara vez compartian con ellos sino que podría explorar un poco; torció la cabeza de lado y dejó escapar un pequeño graznido, agitando sus oscuras alas hasta que con un gesto de satisfacción hizo resonar un fuerte click, empujando las dos partes de la ventana para hacerse espacio

[Sagitas E. Potter Blue]

Draco, Dragón Azul de Antara.

 

Draco no era un dragón apacible. Era orgulloso y altivo y odiaba a mucha gente. No le gustaba que le molestasen y solía encontrarse en las colinas, fuera de la vista de los visitantes de la Potter Black. Era el más antiguo de los habitantes de aquella mansión, más incluso que la matriarca. Tal vez por eso no le hacía mucho caso. El Patriarca también era un huevo aún pero, al menos, había congeniado al instante con él y le había dejado montarle.

 

Draco gustaba de dormir cerca de lo que era la cueva que un día contuvo el cadáver de la matriarca fundadora. Aunque ésta había aparecido una vez y abandonado aquellos terrenos, él seguía hiendo al lugar a descansar, por rutina o por añoranza. Aquella mujer era todo un carácter, fuerte y dominante, que acallaba a todos los que intentaban levantarle la voz, una líder entre las líderes, alguien a quien obedecer. Draco era su dragón y la amaba. La matriarca actual era una "xandemandelas", que todo el mundo puede tomarle el pelo, débil y pusilánime a su entender.

 

Solía dejar en paz al mundo siempre que le dejaran en paz a él. No toleraba a las mascotas de la casa pero solían moverse por su interior y apenas salían de los jardines, así que las ignoraba. También dejaba en paz al Ave Fénix. Era una criatura que sabía defenderse y, aunque le ganaría, no quería peleas con los dueños por cargarse al otro gran animal de la familia. Pero que metieran a animales que se movieran como si nada...

 

Olisqueó al Auguerey y al Aethonan y decidió que hacía tiempo que no cazaba. Elevó las alas y se dirigió hacia la mansión en un vuelo perfecto.

 

[Hayame Snape Potter Black]

Con el Aethonan en el interior de la Mansión

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Había dado un pequeño saltito por la ventana hasta quedar sobre la suave alfombra, sonriendo al sentir la suavidad de aquella cosa esponjosa que le daba en cierta manera alivio a sus garras; los humanos siempre tenían esa cuestión de tener objetos y materiales que utilizaban para sus nidos, como le gustaba llamarlos, y que los mantenían cómodos y frescos en verano y cálidos y protegidos en invierno.

 

A veces sentía algo de envidia por la manera tan fácil en la que podían procurarse todo lo que necesitaban, incluso utilizando poderes que muchas veces otras criaturas envidiaban; pero él solo era un augurey, le aliviaba el herido ego al menos el saber que algunos de esos poderosos magos temían de su método de avisar a sus parientes de que las lluvias estaban por llegar.

 

Para los de su especie, era un aviso para enterarse no solo de que tenían que resguardarse pero también, de que pronto habría comida abundante:

 

Mucha lluvia era igual a mucho alimento y del bueno

 

-Vas a venir?... seguramente vas a caber de alguna manera, no? no estás tan gordo.... -le dijo al aethonan girandose en pequeños y graciosos saltitos antes de agitar las alas -vamos, vamos!!... entra a la mansión, podríamos buscar en donde los humanos guardan los alimentos para comer algo rico, creo que ahorita todos estan bastante distraídos... podemos entrar en silencio y nadie se enterará nunca...

[Sagitas E. Potter Blue]

Draco, Dragón Azul de Antara.

 

Aquella mansión no había cambiado desde que él estaba allá. Habían habido ataques, reconstrucciones, ampliaciones, construcciones laterales, exteriores, en los jardines, en la lechucería... Pero aquella mansión apenas había cambiado. Mantenía la esencia que el dragón conocía muy bien. Volando sobre ella, somos sus chimeneas, sobre los tejados inclinados, el animal contempló a todos como si fueran micropuffs de pequeñitos. Reconoció a casi todos, a los elfos, a aquella humana que corría por el camino hacia el interior, a aquel jardinero que cuidaba las flores...

 

Pero no reconocía a aquel aethonan. Era un animal extraño y, por tanto, insignificante. Podía ser devorado. Además, ¿se atrevería la matriarca a venir a pedirle explicaciones? Pues eso, presa a la vista. Con ese pensamiento, Draco, el impotente dragón azul de la Mansión Potter Black, lanzó un grito de aviso antes de echarse en picado hacia la ventana de aquel lado de la mansión.

 

Le gustaba perseguir a las presas y que éstas se resistieran.

[Matt Blackner]

Santa Tecla, pasado

 

Desvié un momento la mirada hacia mi madre. Tuvo que probar la varita para entender lo que intentaba decirle. Nuestras varitas no funcionarían alli, lo cual suponía un problema temporal....teníamos la suerte de contar con otras habilidades que, si éramos inteligentes, nos ayudarían en nuestro cometido.

 

- Funcionará temporalmente. - dije, observando como el lobo que había invocado utilizando mi habilidad para controlar el rayo se abalanzaba sobre otra de aquellas sombras.

 

Pero Elentari hipó y comenzó a llorar, tanto en el altar como en brazos de Sagitas. Las sombras comenzaban a arremolinarse en gran cantidad en el pueblo, sobre la cabaña donde Sagitas estaba, y al mismo tiempo, trataban de llegar hasta la niña del altar. Cada vez estaban más cerca de ella. Teníamos que darnos prisa, porque algunas de esas smbras también habían empezado a mirarnos. Sabían que éramos extraños.

 

Avancé un paso cuando mi mirada se posó en una figura,alta y pelirroja, a la cual se le había caido la capucha. Bajo la lluvia, vi como Jack se llevaba al recién nacido. Me quedé quieto, mirando.

 

Y si lo evitaba? Y si detenía a Jack?

 

Desvié mi camino, siguiéndolo con la mirada. POdía pararlo, podía...

 

Con un gruñido, destrocé una de las sombras que por detrás se acercaba a Sagitas para atacarla. Volví a mirar a Jack con rabia, viendo como se escapaba.

- Muévete. Hay que juntarlas en el altar. - le dije, adelantándome para abrirle paso, notando como alguien más salía de la cabaña.