Jump to content

Mansión de la Familia Potter Black (MM B: 90394)


Sagitas E. Potter Blue
 Compartir

Publicaciones recomendadas

EN LA MANSION

 

El caballo con alas había resoplado un poco al ver como aquel pájaro se había metido a la mansión y ahora, se sacudía adentro con sus esponjosas plumas como si no fuera a ensuciar nada

 

Pero el caballo era una criatura muy limpia e hizo una mueca al notar que aquella ventana aunque era grande no era demasiado gruesa para que cupiera su parte trasera muy bien y mucho menos sus alas

 

-A los humanos no les gusta tener caballos en sus salas sabes? si nos ven en verdad nos vamos a meter en problemas y la verdad es que nunca me han regañado hasta ahora

 

Había avisado al pájaro pero entonces un rugido lo hizo saltar hacia adentro sin pensarlo, ni siquiera había meditado y había dado el salto quedando atorado a la mitad por culpa de las alas y su parte de atrás, queriendo apretarse para meterse del todo

 

-Ayudame augurey, no sé lo que está afuera pero no quiero que me coman de esta manera, la ama no tiene mucho tiempo que me compró y no quiero verla llorar!

 

Le reclamó al ave y siguió apretándose hasta que con un fuerte pop entró del todo a la sala, volcándose sobre la espalda y luego pataleando mientras trataba de ponerse de pie

 

-Qué fue eso?

ALzVIjq.gif
http://i.imgur.com/7WhajUW.gif ♥ TE AMAMOS SAGITAS ♥

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Santa Tecla, pasado:

No podía pensar con claridad. Elentari se había puesto a llorar y yo la mecí de forma automática, pero sin pensar en qué podía hacer. Me sentía muy perdida, muy presionada por lo sucedido, por lo que sucedería y por lo que podía no suceder si interveníamos. Aquello había sido una locura, no debíamos haber venido al pasado. La niña gritó más fuerte y me di la vuelta justo para ver que una sombra gris nos atacaba. Matt fue rápido y la destruyó. Yo me sentía una inútil, no sabía cómo actuar, excepto apretar al bebito contra mi pecho y rezar a la Diosa para que nos protegiera.

 

¡La Diosa!

 

Todos mis poderes de sacerdotisa, ligados a la Diosa, se podían hacer sin varita. ¿Cómo había podido olvidarlo? ¿Cómo es que me había bloqueado tanto con el miedo que había olvidado cómo defenderme, cómo defender a los míos?

 

-- Sí, Matt. Ahora mismo.

 

Agarré a Elentari con la mano izquierda y extendí la derecha, apelando a mi poder de sacerdotisa. Del suelo crecían plantas que nos abrían paso, enredándose de manera que a nuestros atacantes, vivos o muertos, almas o sombras, no pudiera atravesarlas o, al menos, los detuvieran mientras me acercaba al altar. Allá, sin explicación, también había un bebé. También estaba ella. Intenté no comprender y hacer lo que me decía Matt: poner a ambas juntas sobre aquel altar de piedra.

 

-- ¿Y ahora qué, Matt?

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Santa Tecla, pasado. Con Sagitas y Elentari

 

Sagitas hizo crecer las plantas a nuestro alrededor. Lo entendí cuando comenzaron a alzarse, trenzadas y firmes a nuestro alrededor, abriéndonos un estrecho paso hasta el altar. Sonreí por un momento de medio lado al ver su poder, mientras corríamos hasta aquella gran mesa de piedra.

 

Sobre su superficie, una Elentari idéntica a la que sostenía Sagitas en brazos lloraba también. Las dos se movían al unísono, gesticulaban igual. Cuando las puso juntas las miré un momento, confuso, intentando pensar.

- No lo se. El Diario decía que esa - señalé la niña a la izquierda, la que ya estaba allí cuando llegamos - Es una parte del alma de Elentari. La han atrapado aquí para intentar matarla. Pero no se... - deberían unirse, no? Eso creía yo...de pronto pensé. Los antiguos dioses, rituales de sangre, como el que habíamos usado para viajar. Tal vez...

 

De un salto, me subí al altar. De pie, sobre ambas, volví a sacar mi cuchillo de caza, cortándome la palma de la mano. Apretando el puño, comencé a gotear sobre el bebé de la izquierda, trazando un pequeño camino de sangre hasta que quedó unida a la niña de la derecha. Pedí a los dioses, repetí las palabras que Jack había pronunciado en el exterior.

 

Pero no bastaba. Para colmo, mi lobo terminó por desaparecer, lo que provocó que los demonios que acechaban a mi hija se nos acercaran cada vez más.

 

Bajé del altar, situándome junto a Sagitas, cuando alguien más salió de la cabaña. No conocía a esa mujer, pero llamó a Jack hasta que este detuvo su paso. Sus palabras hacia él fueron duras, pero cuando se volvió, los ojos de Jack eran totalmente negros. Reconocí aquella marca como la de alguien poseido, alguien que ha perdido su alma y el total control de su ser. Realmente no era consciente de lo qeu había hecho.

 

Se mantuvo totalmente inexpresivo ante las palabras y amenazas de la mujer. Con n simple gesto de su mano, mandó a que sus demonios sombra atacasen a la mujer.

- Crees...te ha mirado? - pregunté, porque por un segundo había captado una mirada hacia donde estábamos nosotros...pero nadie debería poder vernos, no? No lo sabía, pero me parecía un gesto cómplice antes de que fuera ella quien comenzara un ritual

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Santa Tecla, pasado:

La angustia creció en mi interior. Estábamos en peligro de encontrarnos con nuestro pasado, a saber qué podría suceder ahora que había dos Elentaris en el altar y no sabía qué hacer. Matt pareció tener una idea y sacó un cuchillo de caza, de esos enormes. Grité al verlo y varias sombras se sintieron atraídas por mi chillido. También Jack, aquel Jack vivo que acababa de secuestrar a mi Matt recién nacido en aquella choza.

 

-- ¡No, Matt, un sacrificio...! -- Matt se cortó en la mano y esparció su sangre uniendo a las dos bebés que se movían al unísono, como si fuera un reflejo la una de la otra. ¿Cómo había podido pensar que iba a hacer otra cosa? Me sentí avergonzada. -- ¿No funciona?

 

Entonces, las sombras se acercaron. Dudé en coger a la niña y huir pero... ¡Ahora habían dos! ¿Qué hacer?

 

-- ¡¡Diosa!! -- Exclamé, con miedo. Abué acababa de salir de la choza, aún con restos de sangre en el mandilón, gritando a Jack para que devolviera a Matt a mi vera. Eso nunca lo había sabido. En realidad, poco supe de aquel día porque fue un día negro en el que perdí mucho más que un bébé, perdí mi futuro y perdí a gente querida que murió en aquella batalla.

 

Jack ya no era Jack. Sus ojos negros me dieron mucha pena y casi salto en su búsqueda para quitarle de aquella subyugación que la demonio Yasmina le había hecho. Pero permanecí quieta porque...

 

-- ¡Oh, Diosa! -- repetí, pero esta vez con entendimiento. Abué me había mirado. Y me había visto. Algo imposible. ¿Pero era seguro que era imposible? Siempre fue una gran sacerdotisa, mil veces mejor que yo. Y su mirada había sido una clara invitación a que la imitara, como cuando me enseñaba a hacer crecer margaritas en la orilla del lago. Juro que sentí un aullido de lobo y entonces sonreí. Entendido.

 

Asentí a Matt. Sí, me había mirado. Levanté la mano para decirle adiós cuando acabó aquel ritual y murmuré un "Que la Diosa te bendiga con su presencia en el cielo" porque estaba segura que allá se había ido cuando nos dejó en este mundo.

 

-- Deja, Matt. Ya sé...

 

No dije más, sólo me situé al lado de las dos niñas y cerré los ojos. Se oían las sombras, cada vez más cerca, cada vez más fuertes, rompiendo mi hechizo de plantas protectoras. Pero yo me concentré en lo que había visto hacer a la abué y, como si ella me estuviera susurrando las palabras en el oído, me puse a recitar un ritual desconocido para mí hasta es momento y a mover las manos como si bailara con el aire. Me dio la sensación que era mucho más largo que el que Abué había hecho. De repente, un aullido chiquito y unas sonrisitas me hicieron brincar sobre los pies y abrí los ojos. En el altar, Elentari sonreía y extendía las manitas hacia un lobezno chiquito, como recién nacido, todo blanco, como Fenrir. Hasta diría que era él si no fuera porque tenía pelitos violetas en las orejas.

 

Solté un "ooooh" muy sorprendida.

 

-- ¿Así surgió Fenrir? ¡Y yo acabo de hacer un lobito protector para Elentari! -- estaba tan maravillada que me olvidaba del peligro que aún estábamos corriendo.

 

 

 

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Santa Tecla, pasado. Con Sagitas

 

Fruncí ligeramente el ceño. La expresión de mi madre había cambiado, como si entendiera algo que a mi se me escapaba, pero...acepté. Simplemente acepté, dejando que esta vez fuera Sagitas quien actuara. Ella movía las manos, murmuraba palabras extrañas en un ritual que, según intuí, ni ella sabía exactamente. Era como si lo acabara de aprender de la propia Abue.

 

Pero tardaba. Lo que en las manos de aquella mujer parecían solo segundos, de pronto con Sagitas parecían minutos. Unos minutos que no teníamos a juzgar por como las niñas lloraban y los demonios gruñían y se deshacían de las defensas que nos rodeaban.

 

Me preparaba para atacar cuando sentí un aullido. Uno lejano, casi apagado, pero...era un aullido que sonaba diferente. A este le siguió un segundo, más agudo y mucho más cercano que me provocó una punzada en el pecho e hizo que los oidos me zumbaran. Confundido, parpadeé un momento resistiéndome a caer de rodillas. Con la respiración entrecortada, me giré para observar sobre la mesa de ceremonias como solo quedaba una Elentari, una niña feliz, riendo y alargando sus manitas hacia una pequeña lobita de color blanco, un cachorrito muy parecido a Fenrir, pero de ojos marrones y con pelitos de color violeta en las orejas.

 

Observé a Sagitas, asintiendo ligeramente. De pronto entendíamos como había surgido Fenrir. Y ahora ella también tenía su propio Daemon.

 

Fue entre aquella mezcla de alegría, sorpresa y miedo, las barreras cayeron. Los demonios nos rodearon, pero aquella pequeña bolita de pelo blanca se abalanzó sobre ellas. De pronto era tremenda, tan grande como Fenrir, de pelo erizado y gruñendo. Acabó con las sombras, con todas y cada una de ellas mientras la niña reía...

 

Noté un tirón en la boca del estómago. Olía a salvia, a lavanda, a...

 

Abrí los ojos sobresaltado, encontrándome con los ojos preocupados de Jack. El fantasma levitaba sobre nosotros con el ceño fruncido, mostrando verdadera intranquilidad mientras estábamos "fuera". Me senté de golpe, notando una gran presión en el pecho y un dolor punzante en la cabeza que me hizo cerrar los ojos y llevarme una mano a los ojos.

 

Pero cuando los abrí...la lobita seguía ahí.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Llegando a la mansión.

 

Miré con rabia el bastón que usaba para apoyarme, me hacia sentir vieja, aunque fuera resistente y estable me disgustaba tener que usarlo, aun cuando mis piernas y mis brazos estuvieran resentidos, sin contar mi espalda que trabajaba 24 horas al día, los 7 días de la semana en la recuperación de mi cuerpo, poco a poco. Odiaba tener que caminar, odiaba tener que ver aun sobre la piel las heridas y las cicatrices de lo vivido, pero si quería recuperarme y si quería salir a buscar venganza tenia que estar a punto y aun no era capaz si quiera de poder coger una espada, no digamos pelear.

 

Caminé paso por paso pendiente del camino de entrada para no tropezar con nada, para no tener que humillarme a mi misma intentando levantarme del suelo. Apreté los dientes y alce la vista hacia la entrada de la mansión viendo como se acercaba paso por paso, sonreí con rabia intentando impulsarme poco a poco para poder desplomarme en uno de los sillones de la entrada, mis piernas quemaban, los puntos que me habían tomado en la parte interna de los muslos se sentían tirantes y los músculos ardían.

 

-Llegué! - masculle en victoria sintiendo la respiración un poco agitada por una caminata de menos de un kilómetro, apreté los dientes nuevamente y me desplomé en la silla, no creía tener la energía para tocar la puerta... a lo mejor, me quedaba acá admirando el paisaje.

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

firma pere.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tenía rato recorriendo todo Ottery, buscando algún indicio que me luciera familiar, y lo había encontrado, solo que ahora no sabía como llegar. Tenía años desaparecida y lo peor de todo es que no recordaba todo, solo vagos recuerdos que mágicamente había guardado por ahí, antes de desaparecer del mapa. Era la primera vez que perdía así la memoria, aunque no sabía si era gusto propio, o por algo que me había sucedido, el caso es que ahora era una simple pelirroja más den el mundo, que debía iniciar de cero. Sin hogar, sin familia, sin más que un simple nombre guardado en el fondo de mi memoria.

 

-Ok, no seas cobarde, entra pequeña- susurré mientras me daba una palmada en el cachete a modo de regaño.

 

Y es que ¿cómo llega uno a la casa de una antigua amistad, que para colmo, también había sido enemiga en cierto punto, pero que no recordaba el porque, ni el como ni el cuando?. Total, solo sabia que la conocía y debía de buscarla. Necesitaba una cara amiga en esos momentos de incertidumbre total.

 

Así que me arme de valor, y camine por lo que se me hizo el camino más largo para llegar a aquella mansión, a lo lejos, observé que alguien más iba llegando, no alcanzaba a distinguir, así que corrí, esperaba llegar antes de que ella entrara, la verdad es que esperaba así evitarme la vergüenza de tener que tocar la puerta yo sola.

 

-Hola - murmuré justo cuando la chica se desplomaba en uno de los sillones de la entrada, mientras yo me acicalaba el vestido después de haber corrido como si un fantasma me quisiera jalar las greñas.

 

Me senté en uno de los sillones continuos a ella. Intentando descifrar si sería buena idea quedarme ahí o tocar la puerta, al tiempo que me sacudía mis pies descalzos.

 

 

 

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Abrí los ojos al escuchar el "hola" tan impersonal de alguien lanzo desde uno de los sillones a mi lado, una pelirroja había llegado casi al mismo tiempo que yo arrugue un poco el ceño y por costumbre baje las mangas de mis brazos para evitar que vieran las cicatrices de la tortura que viví y la larga recuperación que estaba teniendo desde que volví.

 

Traté de sentarme derecha y apreté los dientes para evitar realizar una mueca de dolor al sentir los puntos tirarse, alisé la falda larga que llevaba tratando de mirar si había alguna mancha de sangre en ella, respiré profundamente y traté de sonreír a la recién llegada:

 

-Hola, ¿Estas buscando a alguien? ¿Te puedo ayudar en algo? - miré el mango del bastón que me había traído mi madre Sagitas e hice una mueca de nuevo, sintiéndome desvalida. De verdad detestaba ese bastón.

 

@*Minimin Skeeter*

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

firma pere.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Cuando termine de limpiar mis pies, apoye mi espalda sobre el respaldo de aquel sillón, haciendo que el tiempo pasara, no quería ser indiscreta y observar a mi compañera de entrada, porque tenía la mala costumbre de observar detenidamente a las personas. Pero no quería lucir tan loca, no sería una mentira, pero tampoco quería que esa fuera su primera impresión. Aunque por su expresión no lo estaba logrando muy bien.

 

-De hecho.... sí, busco a alguien... ummm ¿Sagitas? - contesté a la chica que parecía tener cierto conflicto con su bastón. Le sonreí con la esperanza de que ella supiera quien era.

 

Esperaba realmente no lucir tan rara, así que le sonreí como si le conociera de toda la vida, y pregunté:

 

-¿La conoces? ¿Sabes si aún anda por aquí? Prometo que no la quiero matar, ni mutilar ni nada.

 

Rode mis ojos para mi misma, por aquella última oración, definitivamente ahora si lucia como la pelirroja mas loca del universo. Aún así esperaba lucir encantadora y que me pudiera ayudar.

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Bueno es saber qué no la quieres mutilar, matar, torturar ni nada por el estilo - le dije sonriendo un poco más relajada, le tendí la mano mientras pasaba el bastón a la otra -Soy Perenela, la hija menor de Sagitas.

 

Volví a mirar nuevamente las facciones de la recién llegada, tratando de hacer memoria a ver si la conocía o al menos la reconocía de algún lado pero su cara no me llegaba a la mente. Aunque a decir verdad mi madre conocía demasiada gente y era normal que no recordara todas.

 

-Desconozco si mi madre está en la mansion. Aunque si no está en el ministerio debería estar aquí. -frunci el ceño, no sabía si hubiera sido mejor escribirle antes de caminar hasta aca.

 

-Tal vez mi hermano Matt o alguno de los elfos puede darnos razón. En la ojo loco no se encuentra porque vengo de allá. ¿Tal vez deberíamos llamar?

 

@@*Minimin Skeeter*

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

firma pere.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.