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→~*Mansión Delacour*~← (MM B: 94786)


Lisa Weasley Delacour
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Cuando el último de sus hijos se hubiera dormido, incluído el pequeño Richard, Kamra Ashryver Delacour soltó un sonoro suspiro. Siempre era una labor ardua hacer que cayeran en los brazos de Morfeo, pero la vista al final siempre le transmitía paz y un amor tan inmenso que apenas podía contenerlo. Apoyada en los barrotes de la cuna de los quintillizos, siempre tardaba unos minutos más para contemplarlos junto a Alessandra...pero ella no estaba a su lado esa noches.

 

La peliblanca agitó su varita para poner a andar el velador de sus hijos. Al instante figuras de animales mágicos bailando inundaron la habitación y ,con una última mirada hacia quienes sostenían su corazón, cerró la puerta con un leve chasquido.

 

- Ya están dormidos Cara - podía ver la melena de Alessandra en la sala de estar y se acercó por detrás para rodearla con ambos brazos - No has ido a hacerlos dormir conmigo hoy ¿Algo anda mal?

 

Kamra enterró el rostro en el cuello de la Delacour dando pequeños besos y atrayendola más hacia si, cuando la puerta de la mansión sonó - ¿Quién será a estas horas? - sostuvo a Alessandra en su lugar, girandola para darle a entender que se quedará allí. Ahora estaban en una posición de peligro y aunque tenía el mismo rango que lisa... proteger a la familia Delacour era una de las cosas por las que había jurado al aceptar su entrada a Hunyad. Así que de acercó a la entrada a grandes zancadas para abrirla y encontrar...

 

- Maksim - la vista de el en persona era pasmante. Si no era por su gran altura, lo era con la belleza por la que había sido bendecido - ¿Qué estás haciendo aquí? - después de que la hubiese contactado no habían estado en contacto más de lo necesario aunque el pelinegro había exteriorizado sus intenciones de conocerla más. Apenas podía resistir mirarlo más de la cuenta. No es que tuvieran el mayor parecido, pero viendolo en movimiento no se podía negar las similitudes - Hermano - dijo mirando hacia donde sabía estaba Alessandra.

 

La oportunidad de contarle sobre el no había llegado. La peliblanca había optado por omitir pequeños detalles sobre su subida al trono Escocés y no sabía a qué llevaría su pequeña mentira.

 

Maksim Salvaterre Ashryver

 

La noche era hermosa a las afueras de la Mansión Delacour. Maksim Salvaterre esperaba frente a la puerta de entrada con ambas manos tras la espalda.

 

La que quería hacer era una reunión informal y sabía que sus maneras del viejo mundo ponía a las personas incómodas en su presencia. Lo que menos deseaba era ahuyentar al único vestigio de familia que le quedaba y, considerando lo vacía que se encontraba su lechuceria sobre cualquier otro tema que no fuera política, a Kamra no le hacía mucho entusiasmo conocerlo.

 

Un chasquido anunció la apertura de la puerta y el cuerpo de Maksim se puso rígido. Había esperado ser recibido por elfos domésticos, no por la belleza peliblanca que tenía frente a él. Con la barbilla una pulgada más arriba de lo necesario y desafío escrito en cada centímetro de su cuerpo, Kamra lo miró haciéndolo sentir no tan poderoso en comparación.

 

- Kamra Ashryver ¿O debería decir hermana? - luchó por no delatar el repentino nerviosismo que se había apoderado de el - Vine a verte para hablar. Déjame decirte que no eres fácil de localizar... ésta es la tercera vez que toco una puerta hoy.

 

Maksim reveló sus dientes blancos en con una sonrisa. Cómo era de esperarse, la peliblanca era igual sino mas inexpresiva que el, delatando su nerviosismo solo con algunas miradas en dirección a quien estuviera adentro con ella.

 

- ¿Y bien? ¿Puedo pasar?

 

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Últimamente su vientre parecía crecer con más rapidez lo que hacía que Alessandra se opusiera al casi contacto con su esposa, al menos en la intimidad y de estar desnuda se tratase, ¿como explicarle que había caído en los encantos de Kraven nuevamente y que estaba embarazada después de perder a su hijo?, aquello era imposible que le cayera bien y no tratase de matarles o mínimo la escuchara, para colmo su nuevo bebé parecía burlarse de ella a la medida que sus antojos crecían y su sensibilidad también. Ni siquiera había podido ir con Kamra a dormir a los quintillizos porque se había encerrado en el baño a llorar.

 

Pero ahí estaba en el hall a punto de decirle a su esposa, el amor de su vida que estaba embarazada pero no de ella, la bata negra hacía resaltar su cabello rubio bajo el fuego de la chimenea de la sala, su piel estaba más pálida y bajo sus ojos se había comenzado a formar ojeras a causa del estrés, se estremeció al sentir el tacto de Kamra envolverla, el deseo de apegarse a ella más era insufrible pero debía resistir, ya que de lo que se hablara en ese momento sería lo que definiría su relación

 

-No me he sentido bien- se excusó dando ligeros golpecitos con su pulgar en su mano izquierda -Ma Petite, debemos hablar- pero no pudo continuar porque el sonido de la puerta anunció la llegada de un huésped.

 

Desde hace tiempo que temía que Kraven apareciera a anunciar que estaba embarazada de él, por lo que al divisar una figura masculina en la entrada de la mansión hizo que su corazón se acelerara y el horror la envolviera, quería llorar y disculparse con desesperación con su esposa pero sus piernas fallaron al escuchar otra vos que no era la de Von Alexandros. Mareada se acercó tambaleando a donde estaba Kamra consternada ante la visita que ella parecía conocer.

 

Aunque no deberia, siendo que ella la había engañado también, sintió unos celos irrasibles contra aquel desconocido, lo fulmino con la mirada y paso de un brazo por la cintura de Kamra con ademán posesivo, dejando en claro que era suya por mas engaño que hubiera, siempre volverian la una a la otra. Alessandra quedo de piedra al escuchar que eran hermanos, vale, una parte de su enojo habia bloqueado su capacidad de escuchar porque se sintió tonta pero aun asi no quito el brazo al rededor de la cintura de su esposa.

 

-Claro pasa....el hermano de mi esposa es parte de la familia también- le dijo haciendo un movimiento con su mano en señal que pasara sin problema -no me habias dicho que tenias un hermano aparte de Aries- le dijo en un susurro bajo a su esposa.

 

 

 

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Kamra se sobresaltó al oír la voz de Alessandra desde atrás. La peliblanca conocía a su esposa estando celosa, y allí estaba en todo su esplendor. Una sonrisa apareció en su rostro y sabía que en cuanto se riera la Delacour la haría ver el infierno en esos hermosos ojos zafiro.


No recordaba la última vez que Alessandra la había sujetado tan cerca voluntariamente, que al sentirla apoyó ligeramente su peso en ella...pero la rubia no estaba preparada para el peso y ambas se balancearon. Disparó una mirada preocupada a su esposa para luego volver su atención a Maksim.


El pelinegro aguardaba en el umbral de la puerta con el porte más elegante que Kamra podría haber visto jamás...luego de ella claro estaba. Haciendo un ademán para que su hermano entrara, sostuvo la muñeca de Alessandra para tener una pequeña conversación.


- Se que es sorpresivo. Solo que...- abrió la boca y la cerró ¿Cómo explicarlo? - No te lo dije porque no tengo tiempo para indagar en mi pasado. Tengo una familia aquí conmigo, son nuestros hijos y tú.


Sostuvo ambos lados del rostro de Alessandra con sus manos antes de darle un suave beso - ¿Qué querías decirme tu? ¿Te sientes mejor?


Un ruido sonó desde las escaleras y un borrón de cabello dorado pasó a su lado - ¡Richard! - el pequeño derrapó al llegar junto al sofá y se estrelló contra las piernas de la belleza pelinegra que esperaba por ellas.


- ¿Qué tenemos aquí? - en un fluido movimiento, Maksim levantó al primogénito del matrimonio Ashryver-Delacour, poniéndolo de pie y arrodillándose frente a el - Eres veloz pequeño ¿Cuál es tu nombre?


- Richard - la voz de Kamra se escuchó autoritaria y profunda. Abandonó su lugar junto a Alessandra para llegar hasta el pequeño Rambaldi y tomarlo en brazos. Sus ojos conectaron con los de Maksim en el proceso y su corazón detuvo toda acción por una milésima de segundo.


No deseaba enfrentar su pasado. La mayor parte de su vida se había tratado de seguir pistas sobre sus raíces...de país en país y aunque Kamra no denegaba sus actuales deberes como Regente de Escocia, de alguna manera era más sencillo que conocer a la persona que tuvo la vida que también debería pertenecerle. La peliblanca suspiró y sonrió hacia su hijo mayor - Piccolo ¿Qué ha sido todo eso?


- No me gustan esas sombras en la habitación Mami - con una mirada hacia Alessandra llevó al Rambaldi escaleras arriba.


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Maksim observaba a la familia frente a el mientras se ponía en pié una vez más. Siguió con la mirada a Kamra mientras se encargaba de la versión en pequeño de su esposa. La mujer en cuestión sostenía su bata negra con nerviosismo y cansancio tallado en cada poro de su ser. El aristócrata podría haberlo atribuido a una amplia familia con la que lidiar, pero la expresión de culpabilidad cuando sus ojos se posaban en Kamra decía lo contrario.


Con paso elegante se acercó a ella, ambas manos pegadas a su espalda baja.


- Maksim Salvaterre, es un gusto - hizo una pausa mientras realizaba una pequeña reverencia - Disculpe que me entrometa, pero ¿Se encuentra bien?


Ser amable con ella no era algo que le costara. Después de todo era la esposa de su hermana y quizás - solo quizás - atraves de ella podría afianzar su relación con Kamra y ser una familia después de todo.


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  • 2 semanas más tarde...

Alessandra miro con preocupación a su esposa, pero no insistió solo asintió con la cabeza, no quería atosigarla con muchas cosas y menos cuando se trataba de su familia, aunque sabía que su esposa nunca le haría daño físicamente no significaba que estaba exenta de sus miradas fulminantes o sus silencios fríos.

 

Sus ojos azules no se separaron del amor de su vida, Kamra había tomado su rostro entre sus dos manos para besarle y preguntarle que le iba a decir, pero no tenía el valor y menos se dijo era el momento siendo que estaba su cuñado.

 

-No es nada, no te preocupes- le dijo besándola nuevamente.

 

Un mareo la hizo tambalearse unos pasos para atrás justo en el momento que su esposa tenía la atención puesta en su hijo mayor que por correr se había tropezado con el hermano de su esposa, <<a buenas horas vienes a darme los síntomas bebé>> pensó, aspirando aire por la nariz y soltarla por la boca se acercó a todos los presentes en el momento que su esposa tomaba a Richard en brazos e intercambiaba unas palabras con el niño se lo llevó arriba nuevamente no sin antes darle una mirada para que se quedara ahí.

 

Alessandra le sonrió y los vio marcharse escaleras arriba, de reojo vio que el pelinegro la observaba y eso la puso nerviosa, si era tan observador como su esposa algo sospechaba, pero se le acercó con cuidado, como si meditara cada paso que daba hasta presentarse y preguntarle si estaba bien.

 

-Alessandra Delacour- se presentó ella también - estoy bien, solo un poco cansada...no he dormido bien en días- le dijo recordando cuando comenzaron las nauseas ella sin que su esposa lo supiera se iba a cuartos vacíos descansar.

 

-Quieres un poco de te?, debes venir de muy lejos buscando a Kamra- le pregunto curiosa de saber más del muchacho.

 

 

 

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  • 1 mes más tarde...

Había regresado, y por lo visto todo el desmadre de la guerra había tomado un matiz peligroso. Entendia que Perenela dejase a SJ con su abuela Sagitas. Puede que no fuese sacerdotisa de mi devoción (no como Xell que era un encanto), pero en cuanto a seguridad familiar sin duda que era muy confiable. Claro no ella misma sabia donde estaba Perenela, y que tuviese el indicativo de "desaparecida" en el contexto actual como que daba algo de miedo. O sea, ser padre posiblemente viudo (ni que Merlin lo que quisiera...solavaya) tenia un aliciente para atrae cierto publico femenino...pero tambien entorpeceria mi actual estilo de vida. Y claro ahora era un padre responsable....si señor...

 

Asi pues sali a buscar respuesta....y la otra persona cercana era Alessandra. La ultima vez habiamos quedado en buenos terminos...un daddy cool en todo su explendor...asi que ahora ganaria mas puntos por ser marido preocupado..aunque admito que es probable que en un descuido mirase inconsientemente (mentira) la extension de la espalda que con hermosas ondulaciones tenian las chicas. Que podia hacer...era un alma en pena agobiado por malos habitos.

 

No demore en llegar....asi que toque fuerte la puerta de la Mansion - Hola....alguien vivo por aqui???.

 

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Alessandra estaba en su cama acostada acariciándose el vientre, llevaba casi tres meses de embarazo y su vientre tenía un pequeño bulto que le daba ternura, el silencio de la mansión le tranquilizaba pero también le preocupaba, no había nadie, desde que su abuela ya no estaba a nadie parecía preocuparse el destino de la familia, inclusive Luca había desaparecido llendose todos a Rumania, donde calculaba que estaría Mei en su exilio.

 

Suspiro.

 

Su bebé crecía y se movía dentro suyo completamente a salvo, gemelos, su vida estaba rodeada de ellos, tenía una melliza en Lady y como si aquello fuera poco había comenzado a tener bebés por dos o más, sonrió al pensar en los quintillizos y en todas sus locuras, giro sobre la cama para ver dormir a Rowan y Aeilin, ambos niños eran sus favoritos, los amaba a todos pero siempre había hijos que eran la debilidad de sus padres y eso eran ellos dos.

 

-Ama tiene visitas- le dijo Mar al ingresar a su cuarto.

 

Alessandra suspiro y giro nuevamente en la cama para levantarse, bostezo y se puso de pie para tomar una bata y colocarla encima, no estaba en pijama pero así darían la sensación de que estaban durmiendo y cansados. Bajo las escaleras hasta la puerta.

 

-Sean? que te trae por aquí?- le preguntó a su padrastro.

 

 

 

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No se hizo esperar a que un elfo abriera y me dejara en el recibidor para buscar a su ama. Supongo que era el protocolo ante extraños y de hecho suponia que no es que me dejaran al libre albedrio...de seguro habira ojos puestos en mi por si las moscas. A fin de cuentas si no lo hacian podrian pagar caro su error. demostrado estaba que me gustaba robarle cosas a Lisa, y como ella era familia aqi, pues podria extender mis practicas. Por suerte no demoro mucho en bajar Alessandra tan bella como siempre, aunque con una cara medio cansada o preocupada y claro su saludo lo revelo.

 

-Anda....que me dejas como tempano de hielo con ese saludo -digo y me acerco para abrazarla- que somos familia. O es que no puedeo venir a verte??

 

Si, evidentemente note en el abrazo el bulto en su barriga asi que la pregunta era obligatoria y mas despues de lo del confesionario. -Y como lo llevas??- dije preguntando por su embarazo, aunque aun recordaba sus palabras.

 

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  • 2 semanas más tarde...

Alessandra alzó una ceja ante las palabras de su padrastro, frunció el ceño ante la cercanía que estaban teniendo y recordó el día que su madre le contó sobre el hombre del que ella se había enamorado con solo 14 años trayendo a ella al mundo, sin mencionar que los Delacours eran su familia de sangre y no adoptivos como ella había pensado siempre, al final el hombre que había querido la había dejado y al que odiaba, con justas razones, se estaba volviendo alguien que podía echar de menos en el futuro.

 

Suspiro.

 

Pero acepto el abrazo del mago con curiosidad y con la seguridad que se estaba planeando algo, incluso las palabras de Lisa aquel dia de la fiesta por su aniversario estaban flotando en el aire, que era un ladronzuelo y que no lo quería en su casa, pero la morena había desaparecido hace tiempo junto a muchos miembros de la familia, y la visita, era una visita después de todo y de estar sola encerrada después de mucho tiempo.

 

-Creí que Lisa te había ahuyentado aquel dia de la fiesta por mi aniversario- le recordó.

 

El cambio de tema la hizo ponerse colorada, era al primero, pensando que era un sacerdote, que sabía aquello, trago en seco y se llevó una mano a su vientre, pronto, muy pronto comenzaría a notarse más siendo que había empezado su tercer mes, miró al suelo como hacía cuando era niña y se metía en problemas.

 

-La verdad no muy bien, estar encerrada y como loca con los quintillizos no es fácil- se quejó pensando en sus terremotos -espero que no le hayas dicho a nadie de lo que te conté pensando que eras sacerdote- lo miró con severidad ante la aterradora idea que fuera contarse a todo el mundo.

 

 

 

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Evidentemente la intrusion odiosa de Lisa en una oracion de nuestra conversacion me oscurecio el panorama, digamos que el odio no era mutuo, realmente me daba lo mismo Lisa, a finde cuenta nuestra relacion era mas bien provocativa. Yo le robaba el negocio y le mandaba vociferadores a su despacho. Bueno no solo su negocio, alguna que otra Mansion tambien y por mas que intentase atraparme siempre encontraba humo. Aunque claro.....siempre habia indirectas en nuestas conversaciones que atinaban a que sospechase de mi...y claro...a mi me gustaba ese juego. El otro asunto era Xell.....ya que no entendia como alguien tan angelical...pudiese ligarse con ella. Misterios de la vida. En fin.....solo le dedique a la mension de la Weasley....un momento.

 

-Nahhh Lisa no mete miedo a nadie....Si me fui fue porque con su caracter avinagrado mi presencia podria haberte aguado la fiesta..y queria que la disfrutaras a tope.

 

Sonrei y rememore en la memoria el episodio de la iglesia antes de lanzar aquella pregunta. Dada las circunstancias en las que nos habiamos despedido en la iglesia, con Alessandra bien alterada. Tenia algo de recelo con su respuesta. Por suerte esta me calmo...de hecho me permitio bromear un poco.

 

-La verdad que no es buena combinacion eso de estar encerrada con los quintillizos -me rasque la cabeza- solo es SJ y pierdo a veces la cabeza- reconoci apenado- eres toda una heroina.

 

Claro despues siguio la pregunta que de seguro mas preocupada estaba por saber.

 

-Claro que no he dicho nada....es un secreto de confesion no???- dije guiñandole el ojo. -Pero deberias hacerme caso y hablarlo...creeme es la mejor solucion..lo se por experiencia...por cierto no tendras por ahi unas bragas de Kamra??..quede impresionado aquel dia en la fiesta.

 

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Alessandra le dio varios manotazos a Linmer al mencionar las bragas de su esposa, realmente estaba loco, la idea de llamar a su abuela Sagitas le resultaba muy tentadora, ver el enojo de la Potter Blue al saber que su yerno le estaba pidiendo la ropa interior ajena a su nieta cuando estaba casado la hizo sonreír un poco, va por dentro quería saltar y bailar alguna danza rara para festejar la muerte del mago pero muy en el fondo, pero muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy, muy en un lugarcito dentro suyo sabía que le extrañaria.

 

-Te recuerdo que son las bragas de MI esposa, por lo tanto lo suyo es MÍO solamente - le dijo remarcando los pronombres propios para que supiera que la peliblanca era suya.

 

Y la posibilidad de hablarlo la aterraba, estaba loco, claro que el no conocía a Kamra y menos a Kraven, ambos eran completamente posesivos con ella, Merlín sabía que Kraven quería que dejara a la Ashryver con urgencia, siempre metía a los bebés en medio diciendo que nos quería a los tres en su familia, puso los ojos en blanco.

 

-No conoces a ninguno de los dos, no sabes lo que dices...ambos se matarian solo para que me quede con uno de ellos- y eso era solo el principio.

 

Rodó los ojos al escuchar hablar de su hermanito SJ, el niño era una ternurita y no le sorprendía que él estuviera tan perdido siendo que ni siquiera para su nieto estaba, frunció el ceño al recordar al pequeño Elan, su hija estaba desaparecida y el niño también.

 

-​Deberías de traer a SJ aqui para que estuviera con los niños- le riño pensando en el pequeño Macnair.

 

 

 

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