→~*Mansión Delacour*~← (MM B: 94786)

[Darla G Dumbledore]

Scarlet Akane

 

Definitivamente no esperaba que aquello se poblara más aún, maldecía por dentro tener que cumplir la promesa de estar junto a la Orden cada vez que le necesitaran. ¿Si Darla quería aquello por qué no se había quedado ella? Y fue ridícula la pregunta, porque sabía muy bien el por qué la Potter Black deseaba morir, y no era ese ni el momento ni el lugar para tener una discusión dentro de su mente entre las dos almas que ocupaban aquel espacio.

 

Quiso utilizar el phanton para llegar junto a Sagitas, la bruja ya lucía bastante mal y sospechaba que necesitaría alguna curación para sanar sus heridas. Podía notar el uso de la magia oscura y maldiciones sobre ella pero fue tarde. Maldijo cuándo la bruja que había descuidado se acercó a la Potter Blue antes que ella y le apuntó sin dudarlo [Alessa].

 

—Cinaede —el veneno surgiría alrededor de ella [Alessa] como un gas invisible y lenaría sus vías respiratorias, cortándolas hasta pasar a la sangre y provocar la paralización del sistema nervioso.

 

Invocó la daga del sacrificio en su mano libre e inmediatamente se infringió con ella un corte en el cuello mientras murmuraba furiosa Immolo oppugnare/i], se había sacrificado para agredir a la bruja, llegaría al otro lado con Sagitas pero verdaderamente muerta, loque le daría una oportunidadse dijo mientras pensaba en una curación para su propio cuello, esa maldita cosa no le dejaría cicatriz.

El lugar se estaba llenando de gente y era mejor si intentaban salir de allí

[Valky]

Kaori M.

No tuvo que esperar mucho tiempo, apenas sus pies habían tocado el césped del jardín de su familia, cuando la figura de un mago al que conocía muy bien se materializo de la nada. No le sorprendió que fuera él quien acudiera primero a su llamado. Era un mago extraordinario y siempre dispuesto a ayudar. Lo saludó con un asentimiento de cabeza, similar al que él había hecho y es que apenas un par de horas atrás habían estado trabajando juntos.

—Siempre…—Le respondió a la pregunta que le hacía.

En su mano ya tenía su varita, se arremangó las mangas del buzo rojo que llevaba puesta y empezaron a caminar. No muy lejos de donde ellos se encontraban, pudo distinguir la figura de un hombre, pero la escasa luz de la noche no le permitía reconocer si era aliado o enemigo. Para suerte de la pelinegra, Nathan si lo reconoció pues le hacía un gesto con la mano para llamar la atención del mago, más los gritos que salían con claridad de la Mansión no podían esperar a que se reunieran.

Sin saber con lo que se encontrarían ingresaron. No les fue difícil encontrar el lugar exacto en donde estaban torturando a Sagitas, conocía bien la mansión y los gritos provenían de la biblioteca, extraño lugar habían elegido para hacer de las suyas. La imagen que encontró fue realmente desagradable, la pelivioleta parecía indefensa rodeada por dos mujeres y un hombre alto. Por un momento el avanzado estado de embarazo de una de ellas, la descolocó por completo ¿Cómo era posible que se pusiera y pusiera al bebé que esperaba en esas circunstancias?

Movió la cabeza para aclarar sus ideas justo en el momento en que otra enmascarada aparecía en escena e intentaba aprisionarla con unas cuerdas. Hubiera podido librarse fácilmente, pero no fue necesario, puesto que Scarlet, se unía al rescate y la ayudaba con las cuerdas. Cosa que agradeció en silenció y luego fijo su mirada en la bruja (Alessa) que estaba más próxima a Sagitas.

—Cineade—Dijo y un gas venenoso la envolvería cortándole la respiración, entrando peligrosamente al sistema envenenándola.

—Zancadilla—Pensó luego de aquello, pero esta vez en dirección a su propia compañera de bando Sagitas, su hechizo la haría caer si, pero evitaría que cruzara el portal por el que intentaban escapar los mortifagos y llevársela.

Era un intento algo desesperado para que no se la volvieran a llevar esperaba que fuera suficiente de momento. Había llegado más mortifagos y todo indicaba que la situación podía salirse aun más de control.

[Darla G Dumbledore]

Scarlet Akane

 

Respiró profundo, no había notado que un nuevo miembro de los motoqueros mortífagos había llegado, inclinó su cabeza y lo observó. ¿Intentaba desarmar a su compañero [Nathan] o ella estaba equivocada? Sus ojos destellaron en un tono verdoso y se preguntó si debía sacarlo o no de allí, aquello se había convertido de repente en una batalla campal sin sentido. Más aún si había logrado matar a la bruja que se había intentado llevar a Sagitas por el portal.

 

Por un momento supo que eso era malo, no sabrían en dónde estaba ella ahora, ni cómo la rescatarían, Elvis, Kaori y Nathan habían venido a intentarlo y en medio de aquel caos no habían logrado obtener el mejor de los resultados. Sus ojos se clavaron de repente en uno de los pocos seres vivos que había permanecido “tranquilo” y lo supo, debía intentarlo.

 

Se posicionó rápidamente tras el mortifago [Aaron] gracias al phanton y con la daga del sacrificio le hizo una marca de sangre mientras pronunciaba —Obedire—jamás había intentado que alguien le obedeciera con esa magia, sabía que podía controlarlo por una acción al menos.

 

—Tú y yo nos vamos —susurró agarrando con fuerza el brazo del mago y jalándolo hacia ella a la vez que pronunciaba —haz de la noche—segundos después el portal los tragaba a ella y al mortifago [@Aaron Black Lestrange]

[Ada Camille Dumbledore]

La verdad solos me importaba ver a mis hermanas afuera de hay, no sacrificaria a mi familia por nadie y menos por gente que no valía la pena. Mis cuerdas fueron desvanecidas por una joven que llegó tras de nosotros, blanquee los ojos y lance un protego para defenderme me lance hacia atras contra una pared para evitar que me afectara su hechizo, lance mi varita hacia mi espalda y toqué mi marca tenebrosa que estaba a nivel de mi cintura para llamar a los mortifagos.

 

Tras ello me lancé por entre los hechizos pasando hasta donde estaba @ móvil la varita con un anapneo y dirigido a su cuello y luego empujándola por el hoyo que había creado con su magia junto con @@Sagitas Potter Blue a quien tampoco quería que hirieran.

 

Ahora estaba dentro de la biblioteca me puse detrás de un estante para resguardarme de los hechizos

[Lisa Weasley Delacour]

Lisa

 

Corría veloz por los bosques que rodean a Hunyad. Últimamente pasaba mas tiempo en mi forma lobuna que en la humana. Era mejor, no pensaba apenas y sobrevivía con los instintos animales que tan bien conocía. Poca era la comunicación que mantenía con lo que un día considere mi hogar; Londres estaba sumida en el caos y Luca, como buen mago y guardián de Rumanía se había infiltrado en los recónditos y mas oscuros agujeros de Gran Bretaña para poder confortar y destruir el mal que amenazaba con acabar con la paz y la luz del mundo. Él era mi único contacto. Por protección sobretodo.

 

Sabia que los hijos de Alesandra y Kamra crecían fuertes y sanos. Que Aries era el nuevo líder de la orden, mera fachada, pues ambos sabíamos que el verdadero comandante de tan justo grupo era el hijo que Mei y el Van Halen habían engendrado años atrás. Las cosas se tambaleaban. Los amigos cambiaban y las lealtades nunca habían estado tan frágiles. Así era el planeta donde nos movíamos, pero no fue eso lo que me hizo moverme, sino el tan apremiante pitido del pinganillo que solo un miembro del clan Luna Negra podía poseer. Mi coneja sobrina estaba herida y necesitaba mi ayuda. Nunca me había desaparecido tan rápidamente.

 

Hice acto de presencia en mis terrenos, en mi hogar, con la cara descubierta, la varita en la mano y con evidentes ganas de asesinar a todo aquel que se atreviese a tocar a un Delacour. Ni me moleste en apreciar a los que allí estaban. En mi interior rugía la adrenalina de los antiguos asaltos. Había estado ausente, muchos creían que muerta, sin embargo seguía en forma, entrenada y con mas poder del que jamas creyeron. Mi deber era custodiar a los míos y así lo haría. No tenia bandos, sin embargo, si ideales. La esencia de la rubia era nítida pero se estaba alejando con cada segundo que pasaba. Me acerque a su cuerpo y la apoye contra la pared.

 

- Episkey – Susurre con voz ronca. Las heridas del cuello se cerraron – Morphos – Volví a decir, esta vez para transmutar un bezoar de lo que anteriormente había sido mi zapato – est****a niña, haciéndose la valiente con vete tu a saber que cosas – El cabreo era enorme en mi ser. Cuando estuve segura que sobreviviria, mande a través del emisor un mensaje a Luca. Una redada en la mansión ¿A quien miércoles se le ocurre? Entendía que con su disfraz de mortifago perfecto debería asumir ciertos riesgos, pero ¿esto? Se salia de mi entendimiento. Avance hasta otro de los encapuchados y sin temor alguno pregunte . ¿Quien es el jefe de tan infame espectaculo?

[Valky]

Kaori M.

 

La mortifaga (Alessa) seguramente moriría a causa de los cineades que tanto Scarlet como ella le habían enviado y si eso no era así, el corte en la garganta le daría el toque final matándola. Eso al menos le daría algo de tiempo a Sagitas, para poder escapar y esperaba que supiera aprovechar la oportunidad. Eso era el mejor escenario que se le pudiera ocurrir a Kaori en ese momento. Estaba molesta consigo misma por no haber podido ayudar a la pelivioleta.

 

Observó a su alrededor, no había sentido el quedarse ahí una vez que su objetivo había fallado, podían quedarse a enfrentar a los otros mortifagos, pero había la posibilidad de que llegaran más y ellos de momento solo eran tres. Miró a su alrededor y no todo estaba perdido. Todo el rato el mago (Aaron) que había estado desde quieto desde el comienzo, cayó presa de uno de los rápidos movimientos de su compañera Scarlet. Ahora al menos tenían una moneda de cambio para recuperar a Sagitas, en caso de que siguiera en las garras de los mortifagos. Aunque nada le garantizaba que aquel hombre, fuera valioso para ellos, aunque claro, no perdían nada con intentarlo.

 

—Hora de marcharnos…—Dijo la pelinegra más su mirada se poso en una de las mujeres (Ada) y penso Maldición justo después de que lanzara un protego totalmente inútil. —Confundus—Pensó seguido a eso, pero esta vez en dirección a una mortifaga que acababa de unirse al espectáculo, causandole confusión y desorientación.

 

Al parecer tenía que esperar un poco más para poder marcharse de ese lugar.

[Hades Ragnarok]

Apareció en la mansión Delacour lejos de los hechizos anti aparición, aunque hubiera podido aparecerse dentro de ella, ya que era amigo de la familia, era el padrino de Luna, su ahijada adorada quien se había ido junto a Mei quien recordaba era la matriarca de la mansión y a su hermano a algún sitio escondido. Había sentido la marca tenebrosa arder, no lo había dudado, iba a ayudar a los suyos. El Ragnarok estaba dispuesto a eliminar a cuanto sangre sucia y traidor a la sangre encontrara, dibujo una mueca divertida tras aquella mascara blanca con dibujos negros que el caracterizaba, tras la máscara dibujo una sonrisa malévola mostrando los filosos colmillos, con la varita en mano la cual pedía sangre. Si, el Ragnarok sabia del deseo de aniquilar a todo lo que se cruzara a su paso que tenía aquella varita cuyo núcleo tenía también sangre, quizás perfecta para un vampiro oscuro.

 

El Nigromante ya estaba dispuesto a entrar en la batalla y a divertirse un poco. Solamente faltaba entrar a la mansión y buscar donde estaría la acción. Sintió como sus dedos tomaban con fuerza la varita mientras el calor en el guante de fina seda que usaba para las batallas recorría la palma de su mano. Iba vestido con aquella túnica negra de seda, sin zapatos por lo que al estar descalzo podía sentir las piedrecillas del suelo o donde pisara y los guantes también de fina seda que cubrían su nívea piel.

 

-<<un, dos, tres pollito ingles>> -canturreo para sí mismo el Ragnarok aquel mantra infantil cerrando por unos segundos los ojos para concentrarse.

 

Al abrir los ojos ya había aparecido aquella chispa malévola en ellos. Estaba preparado. En su mano izquierda habia aparecido su kansho. Corrió son detenerse, cruzo las puertas. Observo a Akane (Darla) quien intentaba llevarse a uno de los suyos por lo que movió rápidamente la varita.

 

-<<Flechas de Fuego>> -Penso. Aquella invocación hizo lo que debía hacer. Los filamentos de fuego se clavaron en la espalda de Akane provocando muy serias heridas y que esta cayera de bruces mientras estas le quemaban la piel. Luego de aquello volteo hasta Kaori quien parecía que se estaba divirtiendo atacando a sus compañeros, por lo que apunto hasta ella. –Cineade –susurro. Inmediatamente aquel gas venenoso la envolviera a Kaori cortándole completamente la respiración entrando en sus pulmones.

[Danny Lestrange]

De acuerdo, al parecer todo era cruza de hechizos de un lado a otro, mientras unos querían llevarse a Sagitas, otros estaban pensando a secuestrar al líder de los mortífagos aunque Danny ni siquiera sabía que se trataba de él. Aún así por como iban las cosas se daba cuenta de que estaba del lado de los secuestradores de la ministro.

 

¡Silencius!

 

Exclama apuntando a [scarlet Akane], a quien dejaría muda para que no pronuncie ningún hechizo que se le ocurriera para escaparse con [Aaron Black Lestrange]. A ella tampoco la había visto nunca, pero tampoco dejaría que se llevara a uno de los miembros del bando del que próximamente formaría parte, eso si es que lo dejaban después de hacer de forma nada prudente lo que estaba haciendo ahora. Aún así lo consideraba entretenido.

 

 

 

 

[Cissy Macnair]

Kore por fin se había dormido y estaba dispuesta a servirme una copa de vino cuando la marca ardió ferozmente en mi antebrazo derecho. Me estremecí. No la había sentido arder desde hacía mucho tiempo, más del que podía recordar siquiera y aquella sensación había desaparecido casi por completo con el pasar de los meses. Pero ahora, parada en medio de la habitación de mi pequeña hija, el ardor me supo amargo cuando antes había sido una llamada codiciada.

 

-La copa tendrá que esperar- musité.

 

Tomé mi varita, la cual había apoyado sobre la cómoda un momento y con ella invoqué la capa negra que usaba cuando me llamaban. Lo curioso es que el llamado no provenía de Aaron, podía saberlo porque la forma en la que ardía era totalmente distinta y, aún así, se intuía el peligro. ¿En qué andaban mis compañeros? Pronto iba a averiguarlo. Una parte de mí deseaba que aquello no fuera más que un llamado "amistoso" para presentarme en la Fortaleza, quizá incluso en la Mansión Riddle, para alguna charla de esas motivacionales políticas que solía darnos Yaxley. Por otra parte, era muy consciente de que eso probablemente no era más que un deseo absurdo de mi parte.

 

Sustituí mis zapatos de tacón por unas tenis, mis jeanes azules se volvieron negros como la noche y la blusa que cubría mi pecho ahora se encontraba oculta bajo la larga capa negra, abrochada al cuello con un prendedor de plata con una serpiente con ojos de rubí. No era mi atuendo habitual, normalmente no usaría tenis, pero tenía la ligera sensación de que, si debía correr, prefería no romperme una pierna. Como vampiro, quizá los zapatos no me hubieran molestado en absoluto. Pero como humana, eran una molestia.

 

-Fulgura Nox- el portal se abrió frente a mi y me introduje en él directo hacia el llamado realizado, como si una cuerda tirase de mí, guiándome. Eso era la marca para muchos, una brújula que nos permitía encontrar a nuestros pares cuando nos pedían ayuda.

 

La mansión en cuestión no parecía poseer defensas mágicas, porque me aparecí justo junto a una figura que reconocería en todo lugar y momento, aunque llevase la máscara. Su perfume me era inconfundible. El portal se cerró apenas terminé de pasar por él.

 

-Caelum- murmuré, llamándole por su apodo, pues si habían activado la marca tenebrosa para ir a resolver un asunto peliagudo y él estaba allí, no estaría vistiendo su rostro habitual, sino la máscara plateada.

 

Por el rabillo del ojo, un movimiento a nuestras espaldas me hizo girar rápido, mientras mi mano derecha se iba llenando de un líquido verdoso que salió expulsado directo hacia la mujer que se encontraba detrás. El mismo, una versión corrupta de mi propia sangre, le generaría quemaduras gravísimas en la piel e incluso su ropa comenzaría a deshacerse allí donde la hubiera tocado.

 

-Akane- dije a la vampiresa, a la que conocía bien por la Hermandad-. No me sorprende- agregué-. Detritus- una capa gaseosa, más parecida a una neblina, salió de mi varita y me cubrió a mí y a Aaron de posibles ataques. La misma, de tonalidades púrpuras y verdes, danzaba como una manta a nuestro alrededor, impidiendo recibir ataques-. Teníamos que venir a rescatarte, ¿no? ¿Por qué no llamaste antes...?- deslicé las palabras, que sonaron a un regaño, mientras negaba con la cabeza-. Necrohands- un par de enormes manos fantasmales surgieron del suelo y saludaron de forma obscena a los enemigos que había en el lugar.

 

 

Off: ¿esto es un asalto/redada o nos vamos a divertir con buenos roles y hechizos llamativos? XD No me arruinen el rol, que vamos bien...

[Thoth]

Luxure se encontró con su sobrino en su hogar, allí luego de una platica @@Danny Lestrange optó ir a San Mungo por lo ocurrido en la Potter Blue, el egipcio prefirió dejarlo solo en ese camino, sin embargo, prefirió seguirle entre las sombras, por lo que espero unos minutos y se volvió un haz oscuro, disparandose al firmamento y viajar en dirección a esa institución médica, este no fue tan veloz, pues conocía que Lestrange le gustaba caminar, no por desicion sino porque no tenía ciertas licencias, y fue allí que desde la distancia noto como se detuvo en la Delacour ¿Acaso todo ello era un teatro? O era que la curiosidad podía más en él. Y preocupado por el, impacta en los terrenos, allí se materializa y en su rostro portaba la máscara de sus ideales.

 

Él se preocupo por la seguridad de su familiar, y con varita en mano ingresa a ese asqueroso hogar, lentamente escucha ruidos, su audición algo desarrollada lo guía, esa era la ventaja de ser un licantropo, en la mano opuesta sostenía el Kansho pues pensó torturar o lastimar con ello a @Sagutas Potter Blue , pero lo que observó al adentrarse es algo que no espero, y fue toparse con la Orden del Fénix, y notar que su familiar estaba allí lo dejó en una encrucijada ¿Acaso debería defenderle o este sería capaz de luchar? Y le fue curioso notar que su familiar silencio a una mujer (Darla).