La Creación del Nuevo Ministerio

[Arya Macnair]

Ingresar no fue difícil, ni mucho menos una peripecia, Aaron y su erradicación del estatuto de la magia se habían encargado de ello. Y de todos modos me resultó sumamente extraño estar allí, se notaba a leguas que el cambio de Ministro dejaría huellas, Sagitas y Black eran personalidades totalmente opuestas. Miré una vez más la nota que arrugaba con la diestra, los bordes del papel me hacían cosquillas en la piel pero eso no era lo que removía mis entrañas sino el saber que la firma de Potter Blue era fidedigna, completamente legal, cosa que volvía aun más válido el llamado hasta su nueva oficina con un importante puesto a medio cocinar.

 

Hacia donde voltease había funcionarios yendo y viniendo, cargaban papeles, otros herramientas. Podía distinguir a algunos empleados del Departamento de Accidentes intentando reconstruir partes erosionadas por los ataques, a los de Seguridad Mágica flanqueando todas las chimeneas —por donde yo había ingresado— de brazos cruzados pero alerta a cualquier posible ataque. Tanto revuelo solo podía significar una cosa, la mamá de los pollitos estaba en casa, o mejor dicho actualmente, mi jefa.

 

—D-disculpe— traté de llamar la atención de un mago que chocó con mi hombro, aun más desorientado que yo —¿Podría decirme dónde encontrar la oficina de la Ministro, por favor?

 

Pero el hombre me ignoró buscando su propio camino. Lo mismo sucedió con tres personas más mientras me preguntaba ¿Por qué yo? de tantas personas de confianza que bien sabía Sagitas tenía a su alrededor por qué me escogería a mi como su Directora de Imagen y Prensa mágica, una parte de mi quería desconfiar, la que miraba cada dos segundos a sus espaldas esperando la emboscada, y la otra parte, la que detestaba e intentaba suprimir daba saltos de colegiala por poder compartir cuatro paredes con tan legendaria mujer.

 

>Eres despreciable, Macnair. Si tu padre te viera. Me dije

 

Guardé el bollito de papel en un bolsillo del blazer y giré sobre los finos tacones intentando ser una brújula en aquel mar de novedades. Descubrí unas escaleras flanqueadas, a diferencia de otras, por dos enormes hombres que casi parecían parientes lejanos de gigantes ¡Ahí debe ser! pensé chasqueando los dedos y enfilando mis pasos hacía allí. Recibí más de una mirada cruzando el Ministerio por la mitad, mi larga cabellera rojiza colindaba con la cintura del pantalón gris que se pegaba a mis piernas como una segunda capa de piel, más gruesa e impenetrable. La gracilidad de cada movimiento me caracterizaba, me gustaba provocar.

 

—Disculpe, buenos días, tengo cita con la Ministra de Magia ¿Me podría llevar con ella?

 

El hombre-bestia me miró por sobre unos anteojos oscuros que ocultaban sus pequeños y achinados ojos negros. Tragué grueso, no despertaba temores en mi interior más no tenía deseo alguno de ser juzgada como asesina en mi primer día de trabajo. Entonces recordé la nota que había llegado el día anterior a la Mansión Macnair mediante lechuza, la saqué del bolsillo impresentable, arrugada y con los bordes ya roídos, y se la tendí para que examinase —de ser aun posible— la firma de Sagitas al pie.

 

Luego se hizo a un costado y me señaló una puerta varios pisos más arriba. Mal día para vestir zapatos altos, pensé mordiéndome el labio inferior, lo que mi interlocutor quizás interpretó como una insinuación y respondió con un gruñido animal. Pelé los ojos y me sonrojé, quería llenar la sala principal del Ministerio con carcajadas burlonas pero tenía cosas más importantes que hacer por lo que simplemente le agradecí y continué mi ruta sin mirar atrás.

 

De haberlo hecho, de tan solo haber girado un instante, lo habría visto cruzar la chimenea, tan maravilloso y elegante como siempre me parecía.

 

@@Sagitas Potter Blue @ (no podía dejar de darte amor ;o;)

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Miré a mi madre con el ceño arrugado y la mirada fija por unos cuantos segundo escuchándola como ponía a disposición la fortuna familiar como préstamo ante el Ministerio para cubrir los huecos fiscales y monetarios que había dejado el Ex Ministro Aaron, incline la cabeza esperando que alguno declinara la propuesta de mi madre pero ninguno, ni siquiera Sean se quiso meter con la fortuna de mamá. fruncí el ceño nuevamente y me mordí la lengua, sabia que mi madre lo estaba haciendo para evitar que colapsara el Ministerio o que tuviéramos una huelga interna por el no pago de los salarios, arrugue la boca y termine metiendo yo la baza:

 

-Esta bien, si va a usar tu fortuna entonces vamos a hacer las cosas bien, primero: vamos a redactar un documento legal donde se vea el desembolso del dinero y otro de parte de la tesorería que redacten ellos que recibieron el dinero, para que haya una prenda legal y cuando el ministerio este un poco mas recuperado financieramente que se te haga la devolución del dinero y segundo: Quiero poner yo también el dinero de mi bóveda a disposición, no he tocado la fortuna que me dejo mi padre y se que se revolcara en su tumba si la uso para esto. -

 

Espere que mi madre me respondiera algo, que me diera señales de algo de si estaba de acuerdo o no pero se enfrascaron en el vaivén que tenían entre Sean, Luna, Elvis y mi madre por el asunto del propio Exministro, me quede mirando el vaivén sin opinar porque no tenia conocimiento de que repercusiones traería esto, escuché los golpes de la puerta del despacho ministerial y salí de la carpa de circo para abrir la puerta.

 

Abrí los ojos al ver quien era el que estaba en la recepción, no me lo esperaba sobre todo porque acababa de recibir su carta de dimisión, cerré la puerta detrás de mi y le tendí la mano:

 

-Señor Weasley, soy Perenela la asistente de la Ministra, discúlpeme no lo tengo en agenda el día de hoy, aunque le estuve escribiendo innumerables veces para organizar una Reunión con ella. hasta que recibí su carta de Dimisión - fruncí el ceño porque se me hacia extraño verle aquí cuando había sido tan explicito de dejar el cargo - En este momento la Ministra esta en Reunión con el Director de Seguridad Mágica y la Jefa de Aurores, si gusta esperarla en el sofá, voy a anunciarle a ver si puede sacar un espacio para usted. -Iba a darme media vuelta para entrar de nuevo en la oficina cuando la vi acercarse, le sonreí, la encontré a medio camino y le tendí la mano:

 

-Señorita Macnair bienvenida, llega usted temprano, mi madre... Errrr la ministra esta esperándola, pero si gusta puede esperar junto al señor Weasley mientras le anuncio- me dirigí de nuevo a la oficina de mi madre y tomé dos trozos de pergamino con el logo Ministerial, hice notas iguales:

Estimados señores @@Hades Ragnarok y @:

 

Por medio de la presente solicito su presencia en la sala de conferencias de Ministerio, para consultar sobre los procesos llevados a cabo para revertir los efectos de la píldora de anulación de la Magia, espero su respuesta y colaboración.

 

Muy Sinceramente,

 

 

Perenela Arya Grindewald Potter Blue

Directora de Servicios Ministeriales

 

 

Mande a volar las notas interdepartamentales y volví a ingresar en la carpa con todos, me aclaré la garganta y le dije a mi madre:-

 

-@ y @@Arya Macnair se encuentran en la recepción, solicitaron verte, Arya si tiene cita programada aunque ha venido algo temprano ¿Vas a querer recibirlos?

[Nate Weasley]

Nathan aguardó detrás de la puerta. Varios segundos pasaron. Estaba a punto de golpear nuevamente hasta que la puerta se abrió, y detrás de ella apareció una joven muchacha de tez blanca y cabellos oscuros. Su asistente. >> Nathan asumió. Había algo en su rostro que le incomodaba: ¿acaso había hecho mal en venir sin cita previa? ¿o era que estaba enojada por recordar su carta de renuncia que había enviado días atrás? ¿estaría enojada también Sagitas? Había tanto que explicar, tanto había ocurrido desde entonces e incluso antes de eso que estaba seguro la Ministra no sabía... esperaba que no fuese demasiado tarde: a pesar de que el Banco Mágico de Gringotts fuese una entidad independiente, siempre había disfrutado de una buena relación con el gobierno, fuese cual fuese su Ministro, y Nathan estaba por demás dispuesto a reinstaurar las buenas relaciones. Sólo esperaba que Sagitas fuese capaz de ver eso.

 

– En efecto, usted recibió mi carta de renuncia a mi puesto de Embajador del Fondo Monetario Internacional Mágico. – aceptó el Weasley, acariciándose la parte de atrás de la cabeza presa de los nervios – Sin embargo, hoy vengo en calidad de Funcionario del Banco Mágico de Gringotts. Me informan mis duendes que la Ministra solicitó una reunión con nosotros a razón de nuestra declaración de cese de operaciones. – agregó a continuación, por poco olvidándose de ello. – Esperaré, sin problema.

 

Caminó en dirección a uno de los sofás a los que había apuntado la muchacha, agradecido por el tiempo extra de re-acomodar sus ideas hasta ver a Sagitas. En su camino a él, escuchó a la asistente hablar nuevamente, más no hacia él sino a una "señorita Macnair"; presa de sus más primitivos instintos, Nathan se giró sobre sus pies y confirmó sus sospechas: allí, parada donde él había estado momentos atrás y conversando con la muchacha, se encontraba Arya. Su cabellera rojiza teñida con hilos plateados acompañaba las curvas que jamás se cansaba de admirar, y a Nathan solo le quedaba procurar que el tinte rojizo que había aparecido en sus mejillas desapareciese para en cuanto ella lo viese, dado que a duras penas había logrado volver a cerrar su boca que involuntariamente se había abierto en la tan franca admiración que le tenía.

 

Nathan tomó asiento en el sillón, y escuchó como la muchacha le decía a Arya que también podía tomar asiento. ¿Lo haría? ¿O esperaría de pie al ver que él estaba allí?

 

@@Arya Macnair @@Sagitas Potter Blue @@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Mael Blackfyre]

Ministerio de Magia.~
Reunión con Primera Ministra.

Miré atentamente a las personas que estaban presentes allí. Miré de la manera más seria que pude las palabra de Perenela, porque la mujer quería ayudar a organizar todo lo más rápido posible y eso me agradaba. Era lo que necesitábamos, aprovechar el tiempo. Hasta ése entonces Sagitas parecía querer reacomodar todo en su cabeza. O quizás ni siquiera estaba mentalmente allí, pero la que me había convocado a ésa reunión era ella como Primera Ministro

— Agradezco sus palabras y opiniones. Pero verán, la que me convocó es la Primera Ministra para utilizar mis servicios y mis conocimientos para el puesto —les dije aquello con la voz lo más calmada que pude. Aunque cabía destacar que especialmente iba dirigida a Sean, porque parecía que quería cuestionar cada una de mis palabras—. No estoy aquí aquí para escuchar opiniones, solamente de informar a la Señorita Ministra de cómo voy a proseguir —les dirigí una reverencia. Aunque tenía que cerrar el tema de alguna manera.

— Verá, joven Macnair. Usted aún estaba babeando en su cuna cuando ya me encontraba trabajando y capturando a personas relacionadas con las artes oscuras. Azkaban y Abaddon se encontraban casi llenas gracias a mi trabajo. Y manejo poderes que usted ni siquiera imagina. ¿Si? Sé cuando alguien está donde no tiene que estar ni hacer lo que no tiene que hacer —levanté la ceja al claramente dirigirme por sus negocios sucios que realizaba—. Asi que tenga cuidado. Si usted tiene dos dedos de frente, sabrá que esperar a que todos estén de acuerdo es la mayor pérdida de tiempo. Si digo que Aaron Yaxley está tramando algo, lo está haciendo. Y deberán confiar en mi. Yo me encargaré de la conseguir las cabezas que desee, porque ésa es la paz que necesitamos.

Claramente no iba a revelarme como miembros de la Orden, pero el joven no entendía lo que era pertenecer a un bando y poseer toda la información que cada uno de los miembros podía depositar. Abarcábamos bastante así que teníamos ciertas ideas de aquellos planes. Les dirigí una reverencia, y aproveché ése momento que algunas personas tocaban la puerta. Me di la vuelta y me acerqué a Perenela.

— Arya… Nathan… —la figura de mi hija Arya se encontraba del otro lado de la puerta Y a otro lado, estaba Nathan. La última vez que lo había visto, era en aquel acto que intentaba hacer ver a toda a prensa los problemas que la institución mágica se había enfrentado al gobierno anterior—. Por mi parte ya terminé, estoy seguro que ya pueden encontrarse con la Ministra —les comenté, poniéndome al lado de Perenela depositando mi mano sobre su hombro—. ¿Necesitas que me quede, Sagitas?

Le pregunté a la pelivioleta. No me molestaría estar en cada una de las reuniones que la payasa tuviera, aunque tenía que admitir que tenía que organizar muchas cosas más.


@@Sagitas Potter Blue @@Perenela Arya Grindewald Potter Blue @ @@Arya Macnair @ @@Sean -Ojo Loco- Linmer

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Lo bueno de tener a Perenela como esposa es que pese a que se mandaba el genio de la madre podria ser mesurada y practica. Y en este entorno de caos ministerial eso se apreciaba y mucho. Sonrei ante su idea de crear un pagare para restituir lo prestado de los fondos personales. Muy bien. Le sonrei y le subi los pulgares... para cercarme

 

-Ya te dije que te amo???- le guiñe el ojo y la abrace a mi lado- Sagitas,- me referi a la Ministra- sin dudas has hecho la eleccion correcta con Perenela. Tiene una sabiduria innata al parecer para conservar el patrimonio familiar.

 

Y ahi estaba yo todo orgulloso de mi esposa, y de incluso estar de acuerdo con algun que otro postulado de Elvis cuando recibi el cubo de agua fria de la boca del propio Elvis. Aun no sabia que tenia que ver mi juventud con el tema en cuestion, y mas cuando era puro sentido comun de que si ahora estaba Sagitas en el poder de que al menos hiciera las cosas bien y le diese algo de institucionalidad a Ministerio Britanico. Y no parecer simples crios que iban solo a perseguir al que detento el poder anteriormente. Es que acaso no se podia hacer politica en este ambito?? Y solo cabria el dividirnos aun mas para llevar una preocupacion adicional a la comunidad magica??

 

Si, me entristecion bastante ese argumento...que de argumento tenia poco. Ya no importaba que hubiese o no pruebas en lo de Aaron. Y de haberlas..porque no hacerlas publicas??? Que secretismo era ese. Por culpa de ese secretismo y ese acusar sin pruebas fue que se inicio todo este asunto. Porque no me olvidaba que el Macusa habia acusado de Aaron de mortifago. Pruebas....ninguna. O al menos no una que saliese a la luz publica. Si, a este paso no dudaria que pronto, tal como lo hizo Aaron, las prisiones estarian llenas de aquellos que pensaran diferentes....posiblemente sin pruebas..solo esa intuicion y sentido de lo correcto que personalmente me asqueaba. O sea yo sospechaba que Elvis era de la Orden...pero eso era suficiente para acusarlo??? NO.

 

-Sin dudas es un placer saber que @ es casi Dios. Su omnipresencia y omnisapiencia me ha dejado en mute. -Me encogi de hombros- no tienes una cuna y un biberon por ahi Perenela...que creo que despues de estas nalgaditas he regresado a modo bebe...aunque claro siempre es preferible la lactancia. -y ahora si la hice un guiño pervertido a mi esposa....si...ella sabria que quise decir con eso.

 

Sin mas me deje caer sobre un cojin mullido esperando a ver si podria decir lo que queria decirle a Sagitas. Porque basicamente la discusion politica que habia tenido en nada tenia que ver con mi presencia. Claro como todo es variable la idea que hace poco habia tenido como inspirada por Merlin, ahora habia echado raices. Sin dudas me enfrascaria en llevar mi proyecto hasta el final. Aunque no le gustase a nadie...algo en comun tenian que tener...por el bien de la comunidad magica..tanto los de la Orden como Aaron...o quien sabe si los Mortifagos.

 

@@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue@@Arya Macnair@@Sagitas Potter Blue@

[Arya Macnair]

—Oh, buenos días ¿Cómo estás?

 

La llegada de Perenela me tomó totalmente por sorpresa, de haber tenido los pies en diferentes escalones seguramente habría caído provocando un show en mi primer día de trabajo. Por suerte el gigantesco hombre que me gruñó segundos atrás tenía buenos reflejos, además de musculatura, así que no tardó en sostenerme por el codo justo cuando la hija de Sagitas me informaba que su madre me esperaba pero que en ese momento ya se encontraba reunida con alguien más, por consiguiente, si quería esperarla, podía hacerlo en un área cómodamente preparada para ello.

 

Miré los sillones, Potter Blue tenía buen gusto ¿aquel hombre vendría con el amoblado? más tarde debería pedirle el número de la tienda donde compró todo aquello.

 

Reí, si no me lo tomaba con humor me sería sumamente difícil transitar los minutos que la Ministro de Magia tardase en acudir a mi llegada, junto a Nathan Weasley. Resulta curioso como el ser humano se vuelve la vida un nudo sin necesitar ayuda de terceros. Cuando jóvenes, o mejor dicho cuando yo era más joven, conocer a Nathan de la manera mística en que lo conocí hizo que dicho recuerdo perdurase en mi memoria, no importó cuántas veces la borré, la alteré o la violente mediante magia para arrancar vivencias que no quería formasen parte de mi.

 

Lo siguiente, cualquier vestigio de relación que uno pudiese considerar que nos precedió, simplemente no existió. Pasamos lindos momentos, esporádicos, compartimos ocasos y amaneceres, algo que verdaderamente aprecio pues en su compañía resultaban muchísimo más bellos de lo que por naturaleza ya son. El era —es— un hombre hecho y derecho que respetó y comprendió el pensamiento y actuar de una adolescente dolida y enamorada. Desaparecí de su lado en tantas oportunidades que me volví fugaz, inconstante, casi un fantasma.

 

Enfilé mis pasos hacia los sillones.

 

Mi ingreso a las filas Mortífagas había sido mucho más que fidelidad a un bando. Cuando por fin descubrí cómo era y se sentía el amor propio fue que supe que muchas cosas ya no volverían a mi vida, y una de ellas, daba por sentado, era el amor de un hombre como Nathan Weasley. Pero podría vivir con ello, ya había sobrevivido a tanto. Ahora ambos éramos adultos, curtidos, heridos y parados sobre tierra firme. Debía existir la manera de sobrellevarlo.

 

—Si no te conociera diría que me estas acechando, Weasley.

 

Le sonreí pero no tomé asiento, preferí quedarme de pie junto al sillón que él ocupaba. Me sentía segura en las alturas viendo cada uno de sus movimientos antes de que siquiera pensara en hacerlos. Evitaría el contacto físico cuanto pudiera, aunque me hirviera la sangre en las venas.

 

¿El corazón siempre me latiría desbocado cuando nos viéramos? tal vez necesitase visitar a un cardiólogo. El aire se condensó, o eso fue lo que sintieron mis pulmones. Para cuando Elvis apareció en escena yo estaba tan perdida en haberme reencontrado con aquel personaje de mi pasado que su voz me hizo pegar un buen susto. El mismo corazón que había estado latiendo cuan corcel indomable se detuvo en seco provocándome dolor. Me llevé una mano al pecho, pálida.

 

—¡Por Merlín! Elvis, casi me matas... ¿Todo está en orden?

 

La brutalidad en su tono, aun poco sereno por un aparente cruce de palabras algo acalorado, aun no amainaba. Desvié mi atención de Nathan y vislumbré a las personas que precedieron los pasos de Gryffindor, Sean y Perenela. Rodé los ojos y apreté los dientes, la oveja verde de la familia, siempre dejándonos mal parados por la vida. Lo miré casi de forma asesina y sonreí forzadamente. Fue en ese momento que noté lo rodeada y desprotegida que estaba ¿Sería aquello una trampa?

 

@@Sean -Ojo Loco- Linmer @ @

[Leslie Ashryver PB]

SAN MUNGO

-Lo siento- le dijo Milena.

 

​Alessandra le sonrió a la enfermera que le estaba atendiendo, aquel día la rubia decidió ver como estaban los gemelos por lo que le pidió a la morena que le hiciera un pequeño favor, haciendo que ambas terminaran en uno de los box Alessandra tendida en una camilla con el aparato de ultrasonido para escuchar los latidos del corazón de sus bebes mientras observaba en la pantalla como se movían por el frió del gen que le habían puesto.

 

-No te preocupes- le dijo mientras lloraba al ver a los niños crecer fuerte dentro suyo.

 

Milena asintió con la cabeza mientras seguía explicándole todo aquello pero la Delacour ya no la escuchaba sino que estaba muy concentrada en observar la pantalla, le recordó al embarazo de Richard, Jayden y Alec y demás hijos, estaba tan metida en sus pensamientos que no había escuchado que la fémina la llamaba.

 

-Disculpa, me distraje- le dijo a la bruja que le sonrió y le entrego un sobre con el sello ministral.

 

Alessandra con dificultad logro sentarse en la camilla para ver de que se trataba, se había generado mucho barullo últimamente con todo lo de su abuela como la nueva ministra, Aaron como líder de la marca, nuevas reformas en los trabajos aquello le dio un mal augurio, observo de reojo que la enfermera se había quedado quieta observando la carta.

 

-Bueno...iré a mi oficina Milena, imprime las imágenes de los gemelos y déjamelas...cualquier cosa, estoy ocupada- le dijo a la enfermera tosca.

 

Con cuidado se bajo de la camilla y salio rumbo a su oficina donde abrió el sobre con rapidez para saber de su contenido con urgencia, era su madre pidiendo su presencia como la del director @@Hades Ragnarok para la píldora de anulación de la magia. Alessandra tamborileando con sus dedos avanzo hasta su sillon, se inclino un poco sobre su escritorio saco un paquete de galletitas saldas y dulces para al final dejar la nota guardada en el cajón, con su varita en mano abrió un portal al ministerio donde debía encontrarse con ambas mujeres de su familia, su madre y la ministra de magia.

 

Ministerio de Magia

​Frunció el ceño cuando unos magos se tropezaron con ella, los pateo solo por tropezarse con ella y comenzó a caminar en busca de su madre, no se había quitado la bata del hospital con el gafete por lo que muchos la miraron con extrañeza al ver a alguien de San Mungo en el lugar, sus nervios la tenían de muy mal humor pesar de haber pasado un momento muy emotivo con sus hijos.

 

-Disculpe ¿donde encuentro a Perenela Potter Blue? me han citado para hablar con la ministra...vengo de parte del Hospital San Mungo- le dijo a la recepcionista que se acomodaba los lentes para ver la identificación de la rubia.

 

-Tiene reunión en la sala de conferencias- le dijo señalando donde era aquella sala.

 

Alessandra avanzo hasta que solo empujo la puerta de la sala sin ver si había alguien o no, sus pies la estaban matando, quería irse a descansar pero antes sabia que no la dejarían en paz hasta hacer algo con aquel problema que aquel quien se llamaba "el inquisidor" fuera eliminado junto a sus planes.

 

 

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Estaba claramente alagada por todo lo que Sean estaba diciendo de mi, me hizo sonreír ante la locura de día que tenia por delante, me preocupaba que no todas las citas programadas habían llegado, sobre todo porque no tenia respuesta de los citados. Aun así era importante atender a todos los que llegaban bien sea por requerimiento de mi madre o por que solicitaban audiencia con ella. Elvis había salido de la oficina seguido de Luna dando por terminada la reunión y me quede con el sinsabor en boca de no saber en que había terminado todo el politiqueo previo pero ya le preguntaría a mi madre.

 

Volví la mirada a mi marido y le acaricie la barba incipiente que ostentaba, mire de hito a hito el palabreo que estaba teniendo con Elvis y su mención a la lactancia directa y no pude mas que poner los ojos en blanco:

 

-Compórtate Sean, estas en mi lugar de trabajo, aquí debo tratar de mantener una actitud formal o tacharan a mi madre de nepotismo, sabes como son las malas lenguas del Ministerio y se agarraran de cualquier cosa para hacer que parezca menos competente - le reñí un poco y termine dándole un beso en los labios y uno en la nariz - yo también te amo.

 

Sentí la inquietud de Arya y la miré, no se sentía del todo cómoda con toda la gente alrededor, así que trate de sonreirle a ella y al señor Weasley quien miraba embobado a la Macnair, le di un ultimo beso a mi marido y me encamine hacia ellos que ya hablaban con Elvis:

 

-No les pregunte antes si deseaban tomar alguna cosa mientras esperan - mire directamente a @ - Señor Weasley estamos a la espera de la señora @@Lucrezia Di Medici de Médici ya que su Reunión será junto con el Gabinete de Economía, así que si gusta esperar un poco mas le agradeceré eso - mire fijamente a @@Arya Macnair - Señorita Macnair la Ministra esta lista para recibirle

 

Me encaminé junto con Arya hacia la oficina de mi madre y toque antes de pasar, le señale uno de los sillones para que se acomodara mientras esperaba a ver si mi madre decidía tener esta Reunión dentro de la carpa de circo que le había traído o en la oficina propiamente dicha, uno de los elfos trajo una bandeja con pequeñas delicias y café que dejo delante de la Macnair y luego se acerco para decirme que mi hija @ ya estaba en la sala de conferencias, me dirigí a mi madre:

 

-Voy a estar en la sala de conferencias con los encargados de San Mungo, si necesitas cualquier cosa grita, así alguno de los elfos me avisara. - Me encaminé con paso presuroso hacia la sala de conferencias y abracé a mi hija que estaba gorda como un balón, sonreí y le acaricie la barriga - Pareces un conejo, cada vez que te veo estas nuevamente embarazada ¿esta todo bien con los bebes? ¿ya sabes que serán? - volví la vista hacia la puerta - ¿sabes si el Director de San Mungo vendrá o te tendré un ratito para mi antes de ponernos en modo negocios?

[Leslie Ashryver PB]

Mientras esperaba a que alguien apareciera Alessandra tomo asiento en una de las sillas mas cercanas, al hacerlo suspiro de alivio, cerro los ojos un momento esperando que Hades también apareciera, si los habían citado a ambos era porque sin duda seria una bomba grande lo que tuvieran de que hablar.

 

Miro sus uñas limpias y pintadas para soltar un suspiro, el silencio de la sala le permitió escuchar a lo lejos unos zapatos que iban en la dirección a la sala, gimió poniéndose de pie y espero a que la persona que iba a hablar con ella y Hades apareciera, sus ojos azules se agrandaron al ver que era su madre, abrió la boca varias veces sin poder decir nada de la sorpresa de verla pero en ese momento recordó que había sido ella quien le mando aquella nota de la reunión por parte de su abuela. Habia tenido la cabeza tan metida en otras cosas que se había olvidado de aquel pequeño detalle al final.

 

Abrazo y beso la mejilla de su madre para dejar que acariciara a sus nietos, se ruborizo al escuchar sus palabras, no podía culparla de pensar aquello, sacando a los quintillizos que los tuvo Kamra, siempre que se veían estaba embarazada.

 

-Si todo bien- le respondió sin aire en los pulmones por lo que su voz sonó bastante chillona por falta de aire -serán gemelos y falta muy poco para que nazcan- le dijo sentándose un momento en la silla donde había estado para escuchar a su madre hablar sobre su padrino.

 

-Creo que por el momento me tendrás para ti....Hades suele tardarse en llegar a las reuniones- le aviso con una sonrisa -supongo que si estas trabajando aquí Sean también?- le pregunto con una ceja levantada preguntándose si su abuela sabia aquello.

 

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Mael Blackfyre]

Ministerio de Magia.~
Reunión con Primera Ministra.

Levanté una ceja al escuchar el balbuceo que producía Sean. Claramente que el jovencito tenía nula experiencia de cómo se llevaban las cosas dentro del Ministerio, asi que era una suerte que para él, no respondiera a sus palabras sinsentido, que solamente lo hacían quedar mal. Negué con la cabeza y volví a prestar atención a los recién llegados, que también eran recibidos con Perenela, que al parecer, iba a centrar su atención para con los de San Mungo.

— Está lo mejor que se puede estar aquí dentro del Ministerio, ¿no crees? —traté de comportarme como casi siempre, dirigiéndole una leve reverencia disculpándome por haberla asustado. Aunque estaba seguro que en parte era por su desconcentración. Miré como la anfitriona de las reuniones se alejaba con una bruja en sus brazos. Asi que al parecer, podía ayudar a Sagitas con todas las reuniones que tenía de ahí en adelante—. Basicamente un caos

Concluí antes de hablar, haciéndole una seña a Nathan para que pudiera acceder al mismo sitio donde estábamos y los tres, pudiéramos ir donde estaba Sagitas, en la habitación contigua. Cerré la puerta tras nosotros y señalé con la mano la oficina donde estaba la Primera Ministra. Continué hablando porque me parecía lo correcto. Arya me estaba preguntando.

— Estaba detallando los últimos detalles para la cordinación del Departamento de Seguridad Mágica con Sagitas. Seré la persona a cargo de llevarlo —le dirigí una sonrisa—. Aunque debo admitir que es todo un reto, son demasiados problemas. Son tiempos en los que tenemos que trabajar en grupo. ¿No creen?

Intentaba de alguna manera ponerlos a hablar entre todos porque notaba cierto aire de tensión. Avancé hacia el umbral donde estaba la Potter Blue, esperando a ver qué noticias tenía del ámbito de trabajo de Arya y de Nathan.

@@Sagitas Potter Blue @@Perenela Arya Grindewald Potter Blue @ @@Arya Macnair @ @@Sean -Ojo Loco- Linmer