Atraco en los puertos de Londres

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Derhorm-bar en el puerto.

 

Si, quedar de idi*** de esta manera no me pasaba desde hace mucho. O sea ni siquiera cuando perdi y vine a parar aqui, en esta realidad, en ese entonces al menos habia sido un encuentro magnifico. Como consolacion, si se queria pensar asi, algo que no queria, quedaba la idea de que el pez gordo era alguien con muchos recursos y poder, porque esa magia era de alto nivel. Bien lo sabia yo. Dirigi por un momentos mis orbes rojos sobre los presentes y me encogi de hombros, no habia nadie de mi interes ahi, pero lo cierto es que entre los presentes no era el unico enojado, la chica parecia estar con ganas de crucear a alguien. Como no era menester mantenerlos encerrado ahi, una vez que percibio la magia del local y saco la varita, con un chasquido de dedois..desactive el encantamiento por lo que pudo salir. Sin mas tome asiento y tome una bebida recien servida para alguien.

 

-Supongo que siempre vientos y recogeras tempestades -sonrei burlandome de mi mismo.

 

Justo para que una voz alzada en el exterior daba orden a los egipcios de abandonar su actuacion, me rasque en palido menton y cuando oi la respuesta sabia que esta no seria una simple tempestad. Ahora, al menos yo esperaria aqui, como buen jugador en este ambito de los negocios...conocia muy bien que cuando dos bestias estan por pelear es mejor dejarlas hacer...a fin de cuentas cuando una elimine a la otra solo es cuestion de llegar y matar a una restante disminuida y llevarte los titulares de heroe. Si, por ahora apremiaba esperar...mientras Sean no hiciese alguna de sus locuras pues todo iria bien.

[Thoth]

Los magos y brujas se encontraban influenciado por un ser que habitaba en todos, y era alguien que motivaba a todos despertar la avaricia, era algo diferente en cada uno, pues ella hablaba, era un espíritu, un fantasma sin rostro, una sombra que poseía una careta que ocultaba una boca grande con dientes molares, no sería tan amenazante, pero si devoraba algo, tenía la capacidad de cambiar según aquello que debore.

 

Sin rostro con @@Sean -Ojo Loco- Linmer | Extendiendo la Magia de Ghibli

 

El juego del Titiritero era apoyado sin saberlo por algo que se movía para ofrecer a quien aceptaba el trato, una papita frita de oro, murmurando al oido de tantos, susurrando a muchos, y haciendo lo posible para lograr sus cometidos, esta era alguien que le hablaba a cada ser según sus necesidades, por eso era famosa, aunque los magizologos y magizocritozologos aún se debatían si ese se existía o no, pero quizás el mundo era más complejo de lo que aparecía, por eso diciéndole a ese mercader, a ese ladrón le murmura al oído.

-Sean, Sean, aprovecha la debilidad de los Egipcios, busca aliados en el MACUSA, vamos que todos lo puedes tener, es tu oportunidad de ser alguien con nombre, aliate con el Gryffindor, ese hombre es incorruptible, pero ante esa nueva guerra busca aliados, tu puedes darle oro, mucho oro, solo dime si aceptas el trato y yo te daré todos los recursos.-

[Danny Lestrange]

Danny se sentía confundido, había visto como saqueaban un barco que previamente habían hecho volar en pedazos haciendo añicos el cargamento. De pronto se había desatado una batalla en la que él había sido espectador. Odiaba la guerra, la odiaba con todas sus fuerzas. De ser posible desmemorizaría a todos aquellos que perturbaban la paz mundial con semejantes tonterías.

"¿Quién es mejor que otro? ¿Los que tenenos magia? ¿Los que carecen de ella? ¡Es toda una locura!"

Estaba furioso. Poco a poco se desmoronaba el mundo que él conocía, sumergiéndolo en una horrible confusión y estado de ansiedad tal, que bien podría ser capaz de ingeniar algo... Y de pronto la furia se desvanece cuando se le viene una idea a la cabeza. El joven mago camina por el lugar varias horas después de que los atentados se dieran lugar y no sé daba cuenta de que un par de pequeños gatos que habían sobrevivido lo seguían en silencio. Si todo salía bien, pronto vendría ejecutando su plan.

[Thoth]

 

El ser sin rostro se marcho de aquel lugar donde se encontraba y se desplazaba sin ser visto, simplemente mostrándose en el muelle en el suelo, como una careta que se encontraba desplazando rodeada de algo oscuro, quizás macabro que la movía, para muchos pasaría como una criatura más, no sería extraño, ya que muchas no son conocidas, pero por el momento, era eso, algo tenebroso que se movía rumbo a la taberna, al llegar a ese se sitio, comienza a levantarse, saliendo del suelo y al estar de pie regurgita a dos aves blancas, las cuales salen volando, allí camina a la barra donde se encontraba un pie, éste se dispone a comerlo. Y para ello, saca sus brazos desde la sombra, y toma los cubiertos con sus manos, cortando con el tenedor una pieza, y comienza ingerir, levantando su mascará, para dejar por donde estaría su cuella una boca pequeña, y desde allí comienza a comer.

 

Los otros presentes se encontraban enfocados sólo en ver lo que ocurría en los puertos, para ese ser de sombra era simplemente llenar su apetito, otros seres al verle se le acerca porque poseía oro, una gran fortuna que nunca se acaba. Aunque, mientras muchos se ocupaban en el caos, este simplemente se dedicaba a comer.

[Ada Camille Dumbledore]

Puerto, lugar del desembarco

 

Los hombres al servicio de Egipto nos habían retenido en el lugar a mi junto a mi hermano @@David James Dumbledore, ninguna de mis tretas habían funcionado para salir de allí y apartarnos para seguir a @@Lady Luxure Grindelwald y saber que no estaba en peligro al estar junto a aquellos hombres con los que había abandonado el desembarcó, no tenía mayor idea y necesitaba salir de allí, con mi mano derecha tome la mano de mi hermano y haciendo una cuenta con mi dedo, así podría transmitirle el momento de atacar a los dos magos delante de nosotros. Disimuladamente saque la varita por la manda de mi capa de camaleón y lance el hechizo punzante al que estaba a mi lado derecho y logre sobrepasarlo, sentí a mi hermano James a mi lado y nos alejamos lo más posible de la entrada del puerto.

 

- No sabía si me entenderías... Pero salimos de hay. James debo ir en busca de Lady, es mejor que vaya sola no quiero que te lastimen

 

Bese su mejilla y me dirigí caminando en busca del bar del puerto pues había escuchado que allí estarían reunidos, solo esperaba que la pelirroja estuviera bien. Ingrese al bar, la verdad se veía de mala pinta. Suspiré para disimular mi cansancio y fue entonces cuando note que estaban aquellos hombre y ella no, conociéndola estaba segura que se había escabullido de allí. Era momento que fuera a casa con mi familia.

[Thoth]

 

El ser sin rostro había regurgitado antes a esa persona que le había permitido hablar, por lo que por ahora no podía hacerlo, Aunque, ello no le preocupaba porque seguía comiendo, escuchando y observando a todos esos hombres en ese lugar, pero la influencia de esos seres, comienza hacer pensar al mismo que lo mejor era devorar alguno de ellos, y así poder comprenderles, dado que esos hombres eran diferentes, y quizás con ello pudiera comprender lo que ocurre fuera de ese lugar, el motivo del porque de esa guerra.

 

En eso comienza a pensar, e imaginar lo que pudiera pasar por la mente de esos seres, el mismo no estaba seguro si era lo mejor, pero algo en él, lo motivaba hacerlo, quizás sea parte de su personalidad, por lo que pronto en la taberna una mujer comenzó a tocar un piano, ésto ocasiona que el mismo se detenga de comer, ya que el tocar parecía agradar a los demás, el observo a la misma, y por un largo tiempo, al irse ella, éste comienza a tocar el piano al mismo nivel que esa mujer, simplemente le tomo unos minutos hacerlo.

[Malum Luxure]

Respire hondo ya estaba lejos de la vitas de todos así que cambie mi ropa por una mas casual, debía apoyar mi mentira de una manera magistral para demostrar al Titiritero que podía ser una aliada muy útil, si bien no me interesaba la política de los puertos a quien pertenecían, si no el hecho de poder mover mi mercancía con total calma.

 

-Hora de la mascara social...-Solté una risita divertida, quien diría que Lady Luxure era una verdadera rata oscura cuando a la luz es una persona tan distinta.

 

Camine sobre mis pasos volviendo al puerto, escuche la voz potente del mago auror que daba ordenes a sus subalternos, me puse seria por que no podía demostrar otra cosa que no sea un profesionalismo, ocultar la mentira de que fui enviada por el ministerio, aunque si podría actuar por mi misma con total libertad, en cierta manera mi departamento había actuado muchas veces así bajo mis ordenes, siempre teniendo el cuidado necesario.

 

-Espero sinceramente que mi plan funcione...bailar con con los ángeles y con los demonios no es fácil.- Susurre para mi misma casi llegando a mi destino.

 

Mire una vez a toda la gente allí hasta que encontré a quien buscaba, aquella persona amigo de mi tío que había visto un par de veces otra vez pero solo de lejos, un ser con experiencia a quien esperaba engañar con un poco de mis encantos, ganar su confianza y darle algo a cambio pero ganar mas yo que él.

 

-Buenas...busco quien me pueda informar que sucede realmente.- Dije llegando donde Elvis llegando aun con mi varita en mano.

 

Mire fijamente al mago esperando una respuesta, sabia que puede que no le guste que no interrumpa en su trabajo pero bueno ahí estaba yo con mi supuesta mejor intención dispuesta a ayudar a las criaturas allí capturada....pobres seres indefensos...verdad?.

 

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@ @@AZRAEL Licaón

[Mael Blackfyre]

Muelle.~
No era un momento para realizar sociales y reuniones. Pero si de algo me caracterizaba a lo largo de mis extensos años, era que podíamos armar grupos reducidos para llenar al núcleo del problema. Tenía que admitir que era la primera vez que me alegraba de ver a Sean Linmer. Aquel joven siempre portaba una actitud de soberbia o tal vez desinterés. Pero sus palabras me tomaron por sorpresa.

¿Desde cuándo me había convertido en un viejo tan amargado y desconfiado? Muy en el fondo había un Elvis aún paternal ante desconocidos.

— Joven Linmer. ¡Fue usted! Jamás lo hubiera sospechado. Haz hecho muy bien —le guiñe un ojo mientras lo escuchaba. Asentí ante sus palabras tal vez no se estaba dando cuenta que eran demasiado sabias para incluso él mismo—. Estoy de acuerdo contigo. Escúchame claramente… trabajes donde trabajes, vas a necesitar tu varita…

Aquella distracción, no me había hecho percatar que una jovencita que había cruzado algunas palabras en su propia mansión, había llegado ante nosotros. Me daba la sensación de que éramos unas pocas personas, cuando correspondía que la totalidad de la comunidad mágica estuviera ante éste hecho.

¿Qué les ocurría a las otras personas que no se presentaban?

— Señorita Lady, que honor verla aquí. Es difícil describirle toda la situación en pocas palabras. Pero todo está delante de sus ojos. Los egipcios tomaron el puerto, quieren derrocar a Sagitas de su puesto y devolvérselo a Aaron Yaxley —miré a Lady. “Vas a tener que hacer uso de tu varita. De eso estate segura” le comenté como hacía segundos que le había dicho al joven Sean.

El protagonista de todo aquello, el Titiritero, Uriel Luxure para él mismo, estaba hablando con la mayor de las altanerías posibles. Se burlaba de los presentes ingleses y miré a mí alrededor. Aunque eso tenía que admitir que tenía razón. Para aquella situación hubiéramos necesitamos a todo el Ministerio desplegando sus fuerzas. Pero si de algo estaba seguro es que necesitábamos aprovechar ése momento de subestimación del bando opuesto.

Un estallido se revolvió en el cielo, a unos cuantos metros por encima de nosotros, oscureciendo todo. Y la Marca Tenebrosa brilló. Mis ojos se agrandaron. No solo que subestimaban a las personas, sino que subestimaban a los mortífagos. Antes utilizaban aquella señal cuando cometían un asesinato. Ahora todo era un show. Estaban rebajando aquel estilo con el que se habían manejado.

Miré a ambos lados. Éramos 3. Pero podríamos al menos presentar batalla.

— Pónganse al cubierto. Avisenle a quien crean necesario —comentaba aquello mientras sacaba mi varita—. Si pueden cubrirme la espalda, mejor —no quería dar órdenes pero ambos se habían acercado a mí por alguna razón.

Apunté mi varita a mi garganta para potenciar mi voz, necesitaba que escuche cada una de las palabras, porque si no se había dado cuenta, de alguna manera, había tocado mi orgullo y había encendido aquella chispa que siempre intentaba esconder.

— Soy Elvis Gryffindor, sangre de leones. Subestimarme a mi es subestimar a cualquier persona de ésta nación y me encargaré de hacerte ver lo equivocado que estás —sonreí mientras mi herida en el pecho ardia y dolía, aunque con cierto ardor de adrenalina. Las ideas se habían revoloteado en mi cabeza y solamente esperaba que Sean y Lady hicieran caso de mis palabras, al menos de unos cuantos metros, muchos.

Sonreí y apunté mi varita al suelo. Me sentía pícaro porque después de tanto tiempo de esperar, había logrado darle un uso a aquel Cuerno de Erumpent Ancestral que había logrado conseguir. Algunas personas tal vez lo consideraban robar, pero de eso se trataba mi negocio: me pagaban por realizar alguna tarea o resolver alguna situación que no podían (o no querían) y en el camino a veces me aprovecha para conseguir algo más para mi propio beneficio.

Allí en el suelo apareció el cuerno. Emitía un brillo azulado, porque me había encargado de protegerlo. Aquel elemento era uno de los más destructivos del mundo mágico. Y sensible, no debíamos olvidarnos de aquello. Mi tamaño humano empezó a disminuir a un pequeño búho, mis ropas se transformaron en plumas que estaban listas a despegar. Pegué un salto, aleteé dos veces y aferré mis garras al cuerno y me elevé en el cielo. Un metro, diez metros, veinte metros. La marca tenebrosa brillaba enfrente.

Me dirigí al medio de todo aquel grupo de aurores y barcos extranjeros que se habían agrupado en el centro. Había tenido que esquivar algunos hechizos. Eran magos est****0s que no entendían la situación. Emití un chillido, no tenía demasiado tiempo que editar. Cuando el destello del cuerno dejó de brillar, lo solté.

Lo solté justo en el sitio donde estaba aquella figura, el Titiritero, que me había provocado a aquella manera. El cuerno caía gracias a la gravedad, caía y giraba cayendo. Con una simple intención. Si alguien se atrevía siquiera a mover la varita contra el objeto mágico, su daño sería igual o peor. Me encargué de aletear por donde había venido. Me tenía que alejar por una simple razón:

El Cuerno de Erumpent Ancestral tocó el suelo. La onda expansiva fue de unos cien metros. No me fijé a quien alcanzo, porque había escapado por segundos, pero había alcanzado aurores, barcos y todo aquel ejército que se había encargado de querer usurpar el territorio. Habían presentado guerra y eso habían tenido.

"Un Gryffindor siempre presenta batalla" pensé, manteniéndome aún en el aire, volando en círculos.


@@Sean -Ojo Loco- Linmer @@AZRAEL Licaón @@Lady Luxure Grindelwald

[Thoth]

Un portal comenzaba a crearse y del mismo verse a un hombre vestido de blanco, cuyo rostro se encontraba cubierto por la máscara de un zorro. Éste al llegar escucho el discurso del Gryffindor. Y usando Parálisis Temporal y Círculo Astral en todo ese ambiente hizo que el cuerno lentamente cayera, casi congelandose en el aire, sin impactar en el suelo, de igual forma los otros seres ajenos a él se detuvieron, casi a una velocidad tan lenta, que pareciera no moverse, el egipcio que llegó camino lentamente y creo portales, dejando movilidad sólo a quienes formaban parte de los U.P.A

 

-El Inquisidor y Santo tiene otros planes Titiritero.-

 

En ello crea un portal y los egipcios y otros aurores de los diferentes países se marchan por éste, llegando a otra locación de ese país. Ése puerto pronto sería destruido. En eso el Titiritero con rostro de mujer responde.

 

-Bien Tiritero, entonces es mejor que nos marchemos y el Gryffindor tenga la muerte en sus manos, esa que pidió Black para regresar al poder.- Éste ser miente para intentar envenenar la mente del mismo.

 

En ese instante para los legeremance una memoria de Licaón se deja ver, éste era una reunión com tres hombres reunidos, cada uno con diferente máscara, uno con el rostro de una mujer, el otro zorro y el último con la máscara de la comedia y tragedia griega, sólo los mortífagos identificará la última como que esa reunión se encontraba Demian Luxure. Incluso el del zorro nombra ese nombre, y le dice que su traición sería pagada con su muerte, y alli la memoria se desvanece.

 

Acto seguido, el nuevo ser toma del hombre al que portaba la máscara de mujer y se vuelve una estela oscura, la cual destruye toda la flota de barcos del U. P. A éstos ya no poseían tripulantes, simplemente ahora solo se encuentran ardiendo en el mar. Y al final, esa estela se pierde en el firmamento y dejando solo en el mismo la Marca Tenebrosa. Aunque, antes de irse termina el control del tiempo, haciendo que una explosión destruya todo a su paso, ocasionando la muerte de inocentes.

Editado 20 de Diciembre del 2020 por Azrael Licaón

[Kahlan Blackthorn]

Escudriñaba todo desde su escondite, si que se había tomado demasiado tiempo para aparecer detrás de esas cajas de carga que estaban cerca del puerto. Los barcos entraban y salían cada dos o tres horas, respetando el horario como un reloj suizo bien aceitado y recién lustrado. El brillo que brotaba de sus ojos era poco común en la Vidente, sentir el deseo de hacerse con algunas criaturas y objetos sin tener que pagar por ellos, solamente tomarlos y llevarlos a un sitio donde nadie jamás pudiera encontrarlos.

— Justo en el talón de Aquiles—respingo notando que se comenzaba aglomerar la gente. La voz de Elvis le hizo recordar uno de sus encuentros en el pasado, pero el mismo no departían amenamente. Siempre que se topaban terminaban enfrascados en una encarnizada batalla, aunque no podía negar que tenerlo como compañero de profesorado había sido una experiencia por demás enriquecedora. Ahora las cosas pintaban muy diferentes, colocando a ambos hechiceros en lados opuestos de la balanza.

Hasani siempre buscaba obtener su beneficio personal ante todo, dejando por debajo los intereses de los que le rodeaban o necesitaban una mano amiga dentro del mundo mágico. Sus pensamientos rondaban entorno a robarse unas cuantas criaturas, porque no incluir en el pack algunos objetos que fácilmente remataría con sus contrabandistas al doble de lo que valían en realidad.

— Preservar o hurtar, he ahí la cuestión—se cuestionaba sin importarle el resultado de su mención. Jamás podría conducirse por el camino del bien, porque por sus venas corría la maldad pura. Asesina que iba dejando cuerpos ahí por donde iba, asegurándose de aniquilar a todos los testigos de sus actos atroces—Los buenos espías saben como borrar hasta el más mínimo rastro—esbozando una lóbrega en sus labios, intentaba no perder de vista su único objetivo.

— Si le hacen caso y se retiran, no volveré a poner en tela de juicio su poder dentro del mundo mágico—bromeaba al imaginarse excusándose con el Gryffindor. Sería como rendirle pleitesía al peor de sus enemigos, inconcebible era considerar esa est****a posibilidad. Preferiría mil veces ser devorada por una hidra enfurecida que doblar las manos y dar por sentado el triunfo del hombre. Deslizándose con cuidado mantenía oculto parte de su cuerpo, sintiendo la brisa marina agitar un poco su cabellera.

Las olas rompían con fuerza contra la madera, sirviéndole como un camuflaje improvisado. Avanzando poco a poco hasta situarse cerca de donde estaba Elvis, negando con la cabeza lamentaba que ninguno prestará atención a las advertencias lanzadas por el hombre. Quizás había perdido su poder de convencimiento, nada era para siempre y ella pudo comprobarlo en carne propia, renunciar a lo conocido y tener que empezar casi desde cero.

— El comienzo no es el problema, sino saber como ascender de nueva cuenta hacia la cima y mantenerse ahí eternamente—concluyó su perorata apareciendo su varita en su surda—Como miembro del MACUSA de Neozelandes, no puedo permitir que se cumplan está clase de delitos. Todos los implicados en el robo o desaparición de criaturas o objetos mágicos, serán puestos bajo custodia y enjuiciados de encontrarse alguna clase de culpabilidad en su contra—fingía a la perfección su papel como un miembro que buscaba el bien, pero detrás de la cortina de humo escondía sus verdaderas intenciones.

Editado 28 de Diciembre del 2020 por Juv Macnair Hasani