La Cueva del Horcrux

[toji]

isla 2

PV: 80

La desesperación en el rostro de sus familiares iba en aumento, cada minuto era crucial para los tres y no solo por culpa de la pócima maldita que había bebido Tazz, si no por que cada instante que pasan dentro de las cuevas la oscuridad les consumen. No le mortifica al mismo nivel que al pequeño Malfoy la poción, si no que a su manera la oscuridad se colaba por los poros de la piel de el trio de magos que intentaba sobrevivir minuto a minuto. —Padre, paadreee… — tosió fuerte nuevamente y escupió sangre al suelo. —ayúdame a levantarme, por favor… —en un arranque de fortaleza quiso volver a ponerse de pie. Pidió ayuda a su padre quien estaba más cerca en ese momento para levantarse. El rubio se acercó hacia Tazz y tendiéndole la mano le ayudo a levantarse mientras el joven Malfoy se agarraba de su padre con el brazo derecho y con el izquierdo apoyado a la fuente vacía que contenía la poción. 

—Gracias, padre… — agradeció Tazz a su progenitor intentando esbozar una sonrisa. Por la expresión de desconcierto de su padre, Tazz dedujo que la sonrisa no le había salido como esperaba. Pero el gesto estaba allí, el pelinegro no podía hacer otra cosa más que ofrecer apoyo y no ser una carga para ambos brujos que intentaban con tanto ímpetu encontrar el objeto maldito. 

Su padre le dejó de pie apoyado a la fuente de la que había bebido minutos antes. Echó un vistazo rápido a algo curioso que no había visto antes, un extraño relicario sujeto a una cadena de plata. Brillaba en el fondo de la fuente vacía y le resultaba extraño, juraba que ese objeto no estaba al aterrizar en la pequeña isla, es más juraba que la magia que protegía duchos objetos se burlaba de los magos, apareciendo y desapareciendo para ser encontrados a su antojo. Parecían tener vida. Eso había escuchado de las historias de los magos y brujas que jugaban con la muerte y la desafiaban creando trozos de su alma y poniéndolas en objetos. Al parecer eso les dotaba de una parte de conciencia al objeto… o eran simples delirios de un mago que se consume preso de su maldición. —Padre, Noe… — les llamó. —Creo que esto podría ser lo que buscamos… 

[Ludwig Malfoy]

Todo el trayecto emprendido desde la huida de aquella isla hasta la segunda el Malfoy se había quedado callado absorto en sus propios pensamientos francamente bastante preocupado por la situación, sabía que tenía que mantenerse optimista y alejar aquellos pensamientos oscuros de su mente pero la influencia de aquella magia oscura no le ayudaba en lo absoluto, por el contrario causaban que todos se sintieran más apenumbraros de lo normal. Entre Ludwig y Noe pudieron colocar al hijo Malfoy en la alfombra quien viajó acostado todo el camino y de alguna manera la brisa que llegaba causaba que se refrescaran un poco la cara pues la poción de desesperación también le causaba fiebre y no sabía cuánto tiempo le quedaba al chico.

Una vez que llegaron a la isla parecía que Tazz había recuperado un poco sus energías y empezó a hablar para finalmente volverse a ofrecer como voluntario en beber aquella poción, Ludwig no quería permitírselo pero también sabía que era la única manera que todos salieran con vida, de nada les servía que dos o más personas bebieran dicho líquido, por el contrario quedarían todos imposibilitados para salir así que no tuvo otra opción más que aceptar la solicitud de su hijo y prometer algo que posiblemente destrozaría su corazón.

- Lo prometo pero no permitiremos que mueras seremos más rápido lo prometo – miró a Noe quien también estaba preocupada pero entendía a la perfección la voluntad de su hermano y el mal necesario que estaban cometiendo, estaba arrepentido por haber aceptado ir a aquella misión pero no quedaba de otra, tenían que acabar a cómo diera lugar. Esperó a que terminara de beber el líquido y acto seguido comenzó a buscar aquel objeto con desesperación. Ésta vez tenía que ser más rápido, el tiempo corría y no estaba seguro cuantos minutos aguantaría su hijo, además de eso posiblemente alguien más tendría que beber en las siguientes islas y eso limitaría las posibilidades de cargar con todos al mismo tiempo, no podían fallar.

[Noeline Malfoy McFarlan]

Isla 2 

 

Las lágrimas no habían cesado y el mago a su lado jadeante soltaba alaridos. Un "no" potente salió de su voz, acompañado de suplicas que ya no miraban hacia sí mismo sino que le invitaban a cobrar valor. Nunca había sido del tipo de personas valientes que se arrojaban hacia cualquier tontería, pero sí desde su calmado temperamento había demostrado valor en muchas ocasiones. No se dejaba amilanar por magia poderosa o gente cruel, en el extranjero había conocido personas muy crueles y poderosas, pero si había sido necesario enfrentarlas no había dudado. Pero, ahora las emociones estaban acorralándola podía ser el hecho de que las personas que tenía a su lado le importaban más que cualquiera, o podía ser que la magia oscura que encontraban por todos lados la estaban atacando por ese lado.

Desde que las lágrimas habían comenzado a brotar era el primer instante en que era consciente de que era capaz de contenerse. Acercó la manga del abrigo hacia el rostro intentando que las lágrimas pasen de su piel al tejido de este. Con un último suspiro comenzó a serenarse, eso y las bromas que su hermano entre tanto dolor intentaba hacer lograron enfocarla. Con una caricia en los cabellos del pelinegro se alejó de él tenían que buscar lo que se encontraba en aquella isla.

–¡Vamos!– le dijo a su padre y al igual que en la isla anterior se separaron para cubrir la superficie y encontrar el horocrux que aquel mago tenebroso había escondido en sus tiempos de gloria. Con la firmeza que pensaba había perdido comenzó a caminar sobre un montículo de rocas, en la primera búsqueda el objeto había estado escondido entre piedras, existía la posibilidad que ahora fuera similar. Sin fijarse mucho movió su mano hacia el rostro para apartar hebras de cabello, los largos mechones comenzaban a aflojarse de la ajustada trenza. La imagen impoluta con la que habían llegado ya no era tal después del desafío que se les había presentado. Ludwig y Noeline se adelantaron a registrar la isla dando con el horocrux.

[Ludwig Malfoy]

[toji]

[Noeline Malfoy McFarlan]

 

[Ludwig Malfoy]

Llegada a la tercera isla 
 

No podía creerlo, después de todos los esfuerzos finalmente habían obtenido el horcrux, ahora no quedaba otra opción más que continuar a la siguiente isla, el tiempo corría y la vida de Tazz era cada vez más débil, posiblemente no llegaría con vida a la tercera isla pero debían seguir no podían detenerse - ayúdame Noe, tenemos que llevarlo con cuidado - entre los dos agarraron al Malfoy quien ya no tenía fuerza alguna para caminar, estaba consciente si pero no era capaz de moverse así que entre los dos lo cargaron como cuando se carga a un borracho. La desesperación hizo que al arrastrarlo se le cayera un zapato y no tenían tiempo alguno para detenerse y recuperarlo. Lo colocaron con cuidado en la alfombra voladora para después ayudar a Noe y finalmente subirse a la alfombra.

El objeto comenzó a volar a toda velocidad, mientras surcaban el lugar oscuro el rubio no podía dejar de pensar en la vida que pronto le sería arrebatada, comenzó a recordar cuando Tazz y Noe llegaron a sus vidas y la manera en que el rubio había sido inmensamente feliz, ahora esa felicidad estaba a punto se arrascársele y a desgarrar a toda una familia pero por más mal que se sintiera tenía que permanecer fuerte y acabar con la misión. Miró de nuevo a Noe y trató de calmarla.

-Ahora tu hermano duerme, no sufre dolor mientras está descansando así que creo que yo beberé la poción tú tienes que salvarte, si muero déjame por favor no quiero que cargues conmigo - sus palabras eran duras pero si hija no merecía pagar por los pecados de un padre que no pudo decir que no - por ahora solo nos queda descansar y ver de qué manera abarcaremos la isla para encontrar el objeto.

Se acostó en la alfombra, por más que quería ir más rápido sabía que el objeto no tenía tanta velocidad pero cuando sintió cómo iba descendiendo supo que el momento había llegado. Bajó primero de la alfombra y luego ayudó a Noe a bajar de la misma, Tazz estaba dormido y no quería despertarlo así que comenzaron a caminar hasta llegar a el recipiente  que contenía aquella poción, Ludwig la tenía en sus manos y estuvo a punto de ingerirla hasta que recordó la promesa que le había hecho a su hijo, obligarlo a beber.

[toji]

 

Rol isla 3. Bebiendo la poción 

PV: 45

El cuerpo de Tazz ya apenas tenía movimiento, intentaba de alguna manera volver a moverse, pero no lo lograba. De alguna manera la poción estaba consumiendo sus últimos minutos de vida, estaba drenando hasta el último atisbo de energía que le quedaba a su cuerpo ahora frío sin apenas calor que le reconfortase. Su padre consciente de ello ayudó al pelinegro a subir a la alfombra voladora, puesto tenían que volar hacia la siguiente ubicación, debían continuar buscando los objetos malditos para poder abandonar aquellas cuevas tenebrosas. El rubio junto con Noe subieron el cuerpo débil del joven Malfoy, lo acostaron para que descanse y pueda al menos recuperar algo de energía para poder seguir con la búsqueda. Tazz sumido en un estado de inconsciencia se dejó llevar por sus familiares, apenas podía oír lo que ellos decían, el letargo era aplastante.

El viaje hacia la siguiente isla le resultó eterno, o al menos eso le parecía a Tazz. Su padre y su hermana ayudaron al pelinegro a bajarse nuevamente de la alfombra. Ya estaban en la tercera isla y allí al igual que en las anteriores, una fuente igual a la anteriores con forma de bebedero. —no… nooo… nnnno — balbuceaba muy despacio, como si cada palabra le quitase un segundo mas de vida. —por favoorrr, no me hagáis sufrir más… — suplicaba a su padre y a su hermana que no le diesen de beber más de esa poción. 

Era el turno de su padre el de darle de beber a Tazz de la poción que lo estaba matando. Su hermana poco a poco iba cediendo ante la tristeza, ante el sufrimiento que por el que pasaba el pelinegro, apenas lo demostraba, pero era así. Ludwig se acercó para acomodar a Tazz junto al bebedero, recostado sobre la parte delantera de esté el rubio metió la mano en la fuente y con el cacharro que había dentro le sirvió un buen sorbo. El padre de Tazz intentó con la mayor de las delicadezas y a la vez firme, que su hijo bebiese la poción. El pelinegro ya no hablaba, simplemente se quejaba y negaba con la cabeza sorbo tras sorbo hasta la ultima gota de poción. Ya casi no tenia conciencia… ya poco quedaba del brujo… pocos minutos antes de cruzar el velo que separa la vida y la muerte. 

[Noeline Malfoy McFarlan]

Isla 3

 

[Ludwig Malfoy]

Isla 3

Pese a todas las adversidades y con más preocupaciones que esperanzas llegaron a la tercera isla de aquella cueva tenebrosa, aún no podía creer la fuerza que su hijo, Tazz había demostrado, aunque el viaje que habían realizado le había ayudado a recuperar un poco de energía era prácticamente imposible que el joven pudiera levantarse y aún lo hizo cumpliendo con su misión, sacrificarse por el equipo, la mirada del chico estaba perdida pero aún así Ludwig sabía lo que tenía que hacer y le destrozaba el corazón. Lo ayudó a incorporarse un poco mientras le entregaba a su hijo la poción que acabaría con su vida, pensó en tirarla al suelo y ver lo que pasaba o incluso beberla el pero tenía que cumplir con su misión. 

-Solo un poco más, pronto acabada el dolor, lo prometo - todos sabía a qué se refería el Malfoy, una muerte inevitable le esperaba a su hijo, jamas se lo perdonaría y temió que Noe también tuviera ese sentimiento de culpabilidad - hija yo, tu, vamos a estar bien, tenemos que confiar en que salvaremos a Tazz.

Dicho esto depositó al chico en la misma alfombra que lo había traído, el tendría que descansar a cómo diera lugar pues en caso de que pudiera llegar a la cuarta isla también bebería para darles a los demás un poco de posibilidad de salir vivos de la isla y conseguir atención médica. Una vez dejado en aquella superficie se limpió una lagrima y comenzó a buscar el objeto cuya presencia debía haberse descubierto al ingerirse la poción sólo era cuestión de tiempo para que lo encontraran y llegar a la siguiente isla.

Con varita en mano y la luz del hechizo de iluminación se dispuso a buscar aquel objeto con toda velocidad, sus ojos ya estaban acostumbrados a la perfección a aquella penumbra y aún así no estaba seguro de donde encontraría al horcrux, reparaba en todas las esquinas de la isla y volvía a pasar en caso de que algo se le hubiera pasado, debía conservar la calma o su desesperación no le permitía encontrar el objeto.