† Mansion Ragnaventus † (MM B: 88988)

[Romina Black Lestrange]

Sonrió al ver la presencia de una de sus compañeras, se trataba de Ley. Ambas eran templarios y casi siempre iban a dar batalla juntas. También practicaban teniendo duelos de entrenamiento, por lo que desde el principio habían ascendido juntas. Jank había atacado con anterioridad al Ragnarok y Ley al llegar solo se disculpó y procedió a actuar. De momento aprovecharía para hacer defensas, por si alguno de los mortífagos o él mismo se dignaba a luchar.

 

—Corpus Patronus— apuntó con su varita por delante de ella haciendo que de su varita salieran miles de hilos plateados que en cuestión de segundos formaron un patronus corpóreo. Se trataba de un oso adulto que casi llegaba a duplicarla no solo en altura, sino en masa corporal. El animal tenía la orden de atacar o defenderla, pero todo dependía de la circunstancia en la que se encontraba y si Hades se defendía o aparecían más mortífagos.

 

—Morphos— apuntó con su varita en dirección a un plato de porcelana que se encontraba sobre una mesa. Inmediatamente la masa del plato comenzó a tomar otra forma hasta transformarse en un alacrán. El animal era capaz de inyectar el veneno que traía en su cola y matar a cualquier ser vivo, por lo que tendría que tener cuidado al momento de darle la orden al animal.

[Ley Gryffindor Rosier]

Hades cayó al suelo, muerto, tal vez se había impresionado con los ataques que se le lanzaron o ya no quería vivir. Negué con la cabeza y guardé mi varita en mi bolsillo. Era hora de ir a casa, tal vez Jank se encargaría del cadáver.

 

-Fue un gusto estar una vez más con ustedes- asentí a cada uno, a Jank y a Romina. Luego me di la vuelta, pero antes de irme saqué la varita nuevamente y con una floritura la moví en el aire, dejando con letras de fuego la frase "Lealtad y Sacrificio" y una vez hecho ésto y sintiéndome satisfecha me di la vuelta encaminándome a la salida de la mansión. No quedaba tan lejos la mansión Gryffindor, pero no quise llegar allí por si alguien me seguía. Me alejé 50 metros y luego desaparecí en camino al pueblo muggle donde estaba quedándome desde hacía unos días, luego podría aparecer dentro de la Gryffindor sin problemas.

 

Nadie se presentó, por lo que una vez más fue una noche tranquila para todos, menos para los habitantes de la mansión Ragnaventus.

[Romina Black Lestrange]

Al parecer no había nada más que hacer, Hades no se había defendido y tampoco se había ocupado de mandarles un ataque, por lo que sería solo cuestión de tiempo para que los hechizos lo llevaran a una muerte lenta, pero segura. No sabía si sonreír ante aquello o qué, pero el hecho de ver morir a una persona no le agradaba, la muerte era algo que no le gustaba, pero que presenciaba muy seguido.

 

En el interior del bolsillo de su pantalón tenía unas banderas, las cuales solía colgar cuando iban de cateo, o como en ese caso que nadie se presentaba a dar batalla. Por lo que, con ayuda de magia, colgó el cartel en una de las paredes.

 

Se quedó unos minutos más, por si algo llegaba a pasar, pero nada, por lo que se despidió de sus compañeros y se dirigió a la salida, no tenía nada más que hacer ahí adentro, o al menos no le habían ordenado que se quedara. Ya era un poco tarde, el frío del exterior se notaba más que cuando había llegado, pero no le importó, ya que caminaría un par de metros para después poder desaparecer.

 

http://i.imgur.com/JKLyCWa.png

[Jank Dayne]

- Sí, sí, váyanse. Buen trabajo.

 

Jank se aproximó hasta Hades, muy lentamente. Emilia se había perdido de su campo visual, y tras las escaleras podía sentir las miradas temerosas de los elfos domésticos esperando que se retiraran para empezar con la ronda de reparaciones y limpieza. Jank supuso que se encargarían de sanarle las heridas a su amo. Cuando llegó a éste, se agachó frente a él y le arrebató un cabello de su cabeza, guardándolo dentro de su bota derecha. Los guardianes de The Hunters estarían satisfechos ante tal adquisición.

 

Al notar que Romina y Ley se encontraban a salvo, Jank se dispuso a tronar los dedos de sus manos y pies. Lamentaba la situación, por más que le sonara irónico dentro de su cabeza. Por un momento, había nacido en él un impulso prácticamente incontrolable para impedir el rayo de Ley, pero una parte de su voluntad se negó. Eso le perturbaba hasta los huesos. ¿Empezaba a volverse inmune al asesinato? ¿Lo estaba empezando a ver normal? Y aunque no fue cierto, para ese entonces, el temor de que sí lo fuera le carcomería por las noches. No era alguien malvado. No mataba porque se le daba la gana. ¿O.. ?

 

- ¡Por favor!

 

Su voz espabiló a los elfos a sus espaldas. No le importó. Se sacudió el suéter de lana (a pesar de no existir ninguna partícula de la cual debía deshacerse) y llegó hasta el jardín principal. Una vez allí, encontró su bicicleta y, sin necesidad de sujetar las manijas, las ruedas empezaron a rodar, rumbo a su nuevo destino.

 

OFF:

 

Pasada la hora de los ataques hacia Hades, quedan los siguientes saldos:

 

Marca Tenebrosa

 

Muertos: Hades Ragnarok

 

Orden del Fénix

 

Todos ilesos.

 

Debe pasarse a su centro clandestino para poder rolear y participar en situaciones de batalla. Esperemos que a la próxima se dignen a responder siquiera xD saludos!

[Hades Ragnarok]

El cainita se encontraba sentado en la ventana observando el jardín interior de aquella mansión que el pertenecía. Había pasado tiempo ya desde que se había tomado un tiempo para él de su ajetreada vida en el hospital mágico donde trabajaba, aun así, había dejado ordenes de que si se le necesitara se le llamara enseguida. Suspiro mientras el cielo comenzaba a oscurecerse, ya se hacía de noche y la tranquilidad se había hecho en la mansión. Se preguntó ¿Dónde se habían metido Emilia y jessie? Una seguramente se había ido de viaje o a visitar a alguien, a la pelirroja pesar de todo se podría decir que no la había atado aun para que se quedara de una vez por todas y dejara a su otra familia, sin embargo, sabía que debía dejarla ser libre.

 

Al parecer Jessie también se había ido de viaje quien sabia a dónde, después de de atraparlo de aquella forma y dejarle una de aquellas esferas de Arquímedes, quizás la única y ultima que quedaba se había marchado sin decir ni una sola palabra, quizás temiendo las represalias si el vampiro la llegaba a atrapar, sospechaba que él se vengaría quizás mucho peor.

 

Ladeo la cabeza y dejo que su mente vagara por el cielo, esperando que apareciera alguna estrella, quizás Sirius, o quizás la constelación del dragón.

[Lestat Rambaldi]

carlos da silva.

invitando a la familia Ragnaventus.

 

 

Seguia su trote continuo y con la respiración activa como debía, pues para hacer ejercicios solo necesitaba visitar unas cuantas familias mas...

El caballero de piel morena y ojos almendrados miró la dirección de la que ahora seria donde dejaría la invitación.

 

Miró la fachada de la mansión, era un gusto visitar las mansiones de londres, pues en brasil solo veia casitas unas encima de la otra, cosa que en el viejo mundo casi no se veia, o por lo menos los magos en aquella ciudad habían escogido muy bien los artes como en aquella que tenia mas de una escultura de piedra en sus jardines.

Sin mas tomó la tarjeta de invitación. Su jefe lestat estaría contento y su hermana seguramente lo tomaría en cuenta para las proximas coreografias ya que con el ejercicio que llevaba seguramente su cuerpo estaria totalmente torneado para aquel evento.

 

En eso rapidamente escribió una nota para los patriarcas

 

 

 

Para: los patriarcas de la familia Ragnaventus...

 

"Los invitamos cordialmente a el evento que proximamente tendremos en la comunidad, esperamos la presencia de todos"

Saludos, esperamos su inscripcion.

 

anonimo

hechizó la nota para que flotara y hiciera ruido de alarma en todo el lugar ademas de que esta estuviera adjunta de la invitación oficial y que ambas flotaran frente a la puerta de aquel lugar para que los elfos fueran a recogerla y el patriarca puediera leela.

 

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[Emilia Malraux]

El tiempo corría aprisa mientras la pelirroja caminaba por entre las calles de Ottery's buscando su hogar, hacia algunos meses se había mudado a la mansión de su mejor amigo ya que odiaba saber que el vampiro vivía en soledad. Algunas cosas habían cambiado desde su llegada... al menos el vampiro ahora se la pasaba mas en casa y al fin había podido correr aquellas pesadas cortinas dejando que la luz inundara cada rincón de la mansión.

 

Una sonrisa curvo sus labios que yacían pintados con un labial carmín, mientras pensaba que prepararía para la cena, Ahora la cocina era su guarida. En los ratos libres iba a cocinar nuevas exquisiteces que aprendía en cada viaje que hacia, siempre en la compañía de su amigo el cual no perdía la oportunidad para jugarle alguna broma o arrugar la nariz ante los alimentos que la Francesa cocinaba. Cosa que para ella resultaba de lo mas divertido.

 

Se había pasado todo el camino pensando en que haría al llegar que cuando volvió a centrar su atención en la calle ya se encontraba en la entrada de aquella mansion cuya apariencia era aterradora, Entro y camino con paso presuroso hasta la puerta la cual abrió y para su sorpresa se choco con dos grandes ojos azules mirándola -Athos, que bueno verte- Dijo mientras el pequeño elfo hacia una reverencia y acomodaba su bolso y sus cosas en el armario.

 

Cerro los ojos y tomo aire sintiendo el aroma de aquella mansion, la casa estaba limpia y ordenada, se apoyo en el marco de la puerta del salón donde el vampiro tenia sus libros y sonrió mientras dejaba que los minutos corrieran. Se había ido de viaje por largo tiempo y ya empezaba a extrañar aquel lugar que consideraba un hogar. Mordió su labio inferior con suavidad mientras caminaba hasta uno de los estantes y observaba los títulos, Sus dedos acariciaron las viejas tapas de cuero de cada ejemplar unos segundos antes de que tomara aire y hablara en tono de voz fuerte -Hades... ya llegue- sabia que el vampiro estaba escondido en algún lugar del hogar, solo tenia que esperar para que apareciera.

 

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El vampiro se encontraba sentado en el alféizar de la ventana leyendo aquella extraña nota que le había llevado Odín, su elfo personal. Entrecerró los ojos leyendo aquellas palabras, al menso alguien había sido lo suficientemente inteligente como para hacer levitar aquella invitación y no adentrarse en los terrenos o tocar la puerta. Odiaba a los intrusos, a los sangre sucias, traidores a la sangre y a los disque defensores del bien los cuales eran unos simples aurofagos.

 

Hizo desaparecer aquella nota y suspiro. Había paz y tranquilidad, algo muy extraño desde que Emilia se había mudado a la mansión, aunque ella se había ido quien sabia a donde sin avisarle. Negó con la cabeza, definitivamente todas las chicas que conocía, apreciaba y quería solían hacer aquello, largarse sin decir ni una mínima palabra sin importarles si él se preocuparía o no.

 

Se encogió de hombros y se movió un poco, quizás lo mejor era irse a San Mungo, había estado un tiempo sin estar allí, aunque no el habían llamado quizás debía hacer alguna otra cosa. Salió de la habitación y fue cuando escucho la voz de la Malraux. Dibujo una mueca y camino lentamente por aquel pasillo, bajo las escaleras y cuando llego a donde estaba la chica la miro a los ojos.

 

-Ya era hora rojita –dijo el vampiro de manera seria- ¿dónde estabas? –preguntó cruzándose de brazos- me tenias preocupado, ya sé que quieres ser libre y eres chica grande y hacer todo lo que quieras pero aun así deberías al menos avisarme que te vas a ausentar –comento para luego dibujar una mueca de sonrisa- me alegra que estés de vuelta

 

@@Emilia Malraux

[Emilia Malraux]

Una sonrisa cruzó los labios rojos de la francesa mientras acortaba la distancia que la separaba de su amigo, se tiró a sus brazos y sin pensarlo dos veces dejó dos marcas rojas en cada mejilla producto de los besos que había dejado allí.

 

- Lo lamento Ragnarok - dijo con una sonrisa - Necesitaba un poco de soledad, pero no te preocupes ya no me iré más tengo motivos para quedarme - dijo mientras lo miraba - te he traído un presente de las tierras egipcias, se que tu fuerte es Grecia pero esto es tan hermoso que no pude dejar de pensar que se vería hermoso en tu colección - hizo que Athos sacará de su maleta una reliquia perteneciente al templo de Hathor diosa del amor la fertilidad y señora del Oriente en la tierra de los muertos ...

 

- Tu siempre me molesta con el hecho que si no soy descendiente de Afrodita, yo me considero más descendiente de Hathor - sonrió con picardía mientras miraba la expresión de su amigo mientras detallaba aquel brazalete que según las leyendas había pertenecido a la diosa misma.

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El vampiro se sorprendió ante el arrebato de la Malraux, aunque la verdad ya debía de estar acostumbrado a esos ataques de locura de su amiga. Negó con la cabeza mientras ella se separaba de él para hablarle. Escucho las palabras de la chica y puso los ojos en blanco, aquello parecía ser un gran chiste. Entrecerró los ojos para reclamarle aquello a Emilia.

 

-A ver si entendí, ¿querías soledad y te fuiste de la mansión sabiendo que esta se la pasa la mayoría del tiempo sola? –la miro a los ojos- sabes que rojita, realmente estás loca, hay muchas habitaciones para disfrutar de la soledad, más bien yo casi no me la paso aquí y tú te vas de viaje –bufo en tono ofendido.

 

El cainita dio algunos cuantos pasos para sentarse cómodamente en el sofá observando a la pelirroja. Se encogió de hombros, ya no había caso ni remedio con su amiga, jamás sabia con lo que iba a salir la chica, más aun cuando le entrego aquella rareza egipcia. El brazalete de la diosa Hathor.

 

-vaya, ahora sí que me has dejado… mudo –dijo sonriéndole- espero no hayas tenido muchos problemas para encontrar esto –dijo detallando el brazalete- no te habrás topado con ninguna maldición o algo así ¿cierto? –pregunto preocupado porque la chica también era propensa a meterse en problemas como él cuando andaba en viajes de descubrimiento o conocimiento- la verdad es que es hermoso, muchas gracias –dijo con una sonrisa- aun así no creas que te perdonaré fácilmente por dejarme abandonado Malraux –dijo en tono divertido recordando que la chica ya le debía una y con aquella eran 2.

 

No perdió mucho tiempo, el vampiro inmediatamente paso la varita sobre aquel mágico y estupendo brazalete para guardarlo en un lugar seguro junto a la esfera de Arquímedes que hacía tiempo ya Jessie le había dado.

 

@@Emilia Malraux