Familia Granger (MM B: 86794)

[Sophie Elizabeth Granger]

El portal se abrió justo a lado del lago donde había dejado a Leilan, pero esta no estaba ahi, seguro estaba investigando mas sobre su familia y eso la hacia ausentarse a veces unos días. Ella había estado yendo y viniendo mientras preparaba la mudanza de la Mansión a un lugar mas seguro y con lo que acababa de pasar era lo mejor. No quería explicarle nada a nadie que no fuera necesario. Camino unos cuantos pasos como si estuviese desorientada y lo estaba, el horror y el dolor luchaban dentro de ella por ser quien se sentía mas fuerte. Toco su pecho, se sentía como si alguien le hubiese arrancado el corazón y estuviese un enorme hueco en su lugar.

 

- Polo...yo...necesito ropa y...yo...llevame a mi cuarto- dijo cayendo al suelo sin fuerzas para caminar por ella misma. Su Elfo la tomo de la mano visiblemente preocupado y la apareció en su casa de campaña. La dejo un momento y no solo le llevo ropa sino que le preparo un baño y la dejo sola.

 

Mientras se daba un baño la Granger se quedo pensando en lo que acaba de pasar y en como iba a decírselo a los demás y en como iba a darle caza a ese maldito. Salió de la ducha un poco mas calmada y entonces se le vino el mundo abajo, creía que iba a tener mas tiempo pero como si adivinara que algo estaba mal, su prima Valeskya acababa de llegar a casa. Se sostuvo unos instantes de la pared y se miro en el espejo, sus ojos aun eran negros como la noche y Zahil seguia escondida en el fondo, por lo que le tocaba a ella, Sofia darle las malas noticias a V.

 

- Siempre has sido una debilucha Z, jamás debiste regresar al mando de este cuerpo - dijo en un vano intento de sacar a su otra yo del letargo pero no funciono - Maldita sea...

 

- Hola V soy Sofia, Z se ha tomado unas vacaciones- dijo finalmente saliendo de su tienda mientras la abrazaba y la sostenia un momento entre sus brazos para darse fuerza - sera mejor que entremos, tengo malas noticias y mejor que estemos sentadas - dijo señalando la cocina y caminando hacia adentro.

[Ernest Dumbledore Prior]

Ernest se quedo pensativo fuera de la casa Granger por un rato pensando que lo que estaba por hacer era una locura total, habia ido primero a la Gryffindor a sacar varias cosas que ahi tenia olvidadas y guardadas entre ellas que el patriarca habia muerto y que varios habitantes habian abandonado el hogar, entre ellos una de las chicas que el apreciaba mucho de la casa Gryffindor

 

Se tardo bastante pero llego al ultimo lugar en donde se sabia que habia estado la chica, de nombre sofia, llevaba el antifaz que momentos antes habia usado en la fiesta de mascaras del Castillo, no queria que por el momento fuera reconocido, eso lo dejaria para la Gala de San Valentin. El verdadero romanticismo siempre contaba con un pequeño toque de misterio y eso era lo que le agradaba al hechicero.

 

No pensaba tocar el timbre ni nada por el estilo en ese momento, pues queria llegar de sorpresa, pero tenia un poco de miedo de caer en alguna de las plantas del jardin porque podia notar que habia unas cuantas mandragoras guardadas o lo que parecia algo asi y no queria morir intentando sus maniobras.

 

 

Por fortuna no iba a intentar escalar la reja, sino que iba a volar por los terrenos y procurar caer en la fuente que estaba en el jardin, tambien por ese motivo llevaba los amuletos y joyas que te daba el primer libro.

 

Suspiro y movio la cabeza mirando el cielo mientras se reia para si mismo.

 

-No se que locura estoy haciendo- dijo y sonrio mostrando todos los dientes. dejo la escoba en el piso y despues de unos momentos se calmo y empezo la faena.

 

Con una mano le dijo arriba a la escoba y esta obedecio. Rapidamente se sento en ella y empezo a acostumbrarse al viento.

 

Debia tener cuidado en que nadie que no fuera de la familia Granger lo viera volando, eran tiempos violentos y podria provocar algun altercado asi que volaba bajo pero lo suficiente para poder traspasar la reja.

 

De pronto nuevamente los nervios se apoderaron del joven hechicero en el peor momento pues hizo que perdiera el control de la escoba haciendo que volara sin control por los terrenos de la familia Granger.

 

Por dos veces logro evitar el salir de estos terrenos y tambien evito varios choques que serian catastroficos....Sabia que en algun momento lograria recuperar el control o tendria que soltar la escoba y saltar cosa, o la tercera que era el pedir ayuda que era la que menos queria recurrir.

 

El recuperar el control era lo que menos podia hacer el joven mago pues su mente estaba bastante distraida....Tanto que esa vez se veia que se acercaba a la fuente pero no podia ya controlar la escoba. Con mucho esfuerzo y evitando por poco un accidente chocando contra el castillo ya tenia la varita en mano, no iba a lograr esquivar la fuente asi que lo que hizo para evitar un golpe fue en el momento en el que veia que el golpe iba a ser casi inminente grito.

 

-!Confringo!- Ernest lo ultimo que pudo ver fue un rayo de luz amarilla y luego la onda expansiva lo hizo caer de la escoba cayendo en el pasto raspandole todas las rodillas.

 

El ruido y la explosion de seguro habia alertado a todos que habia un intruso en la casa o alguien que no vivia por ahi.

 

Un poco desconcertado y ya sin el antifaz aterrizado en el jardin dijo medio desconcertado..

 

-Perdon por todos los destrozos, necesito hablar con Sozia, digo....Sofia- dijo sacando una mediana sonrisa- Sobre la fuente ya luego les pagare las reparaciones....- dijo un poco avergonzado......

 

@@Sophia Elvira Mackenzie

[Sophie Elizabeth Granger]

La vampira de pelos multicolor se encontraba ultimando los detalles de su partida, Elizabeth ya tenia los papeles que necesitaba para hacerse cargo de todo en su ausencia y ya solo le faltaba mandar algunas cosas por el portal que había abierto en el sótano de las ruinas de la mansión. Había comprado una casa bastante grande cerca del MACUSA, después de todo Goderic había ofrecido ayudar a los refugiados y que mejor lugar que estar a unas cuadras de la institución que se había ofrecido tan amablemente.

 

Mientras sacaba una de las maletas pudo ver a alguien sobrevolando torpemente lo que quedaba de la mansión, llamo a Polo para que metiera la maleta y la transportara hacia el portal mientras ella vigilaba que no fuese un enemigo que hubiese logrado evadir la protección. Aunque estaba muy segura que un mortifago no seria tan obvio y los muggles no sabían volar. De pronto todo se descontrolo y el joven brujo había caído sobre lo que quedaba de fuente y juraba que iba a pagar el destroso.

 

- Me agrada eso de que pagues aunque debo ser honesta, esa fuente tiene mas de un año hecha añicos pero no me vendría mal cambiarla por una nueva. Dime enmascarado, que quieres aquí, que se te perdió en la muy gloriosa pero destruida Mansión de los Granger - dijo apuntandole con la varita solo por si acaso.

 

Aunque por dentro le causaba gracia lo que estaba pasando, tenia que poner cara neutral. De cierta manera, tenia que agradecerle al hombre que le trajera un poco de alegría en sus últimos días en Inglaterra después de la terrible perdida que estaban viviendo los Gryffindor y los Granger.

 

 

 

@@Ernest Macnair Wilfred

[Ernest Dumbledore Prior]

El joven aun se sentia algo atarantado por el golpe que se habia dado, era obvio que su escoba habia terminado destruida con la explosion y que tendria que ir al Magic Mall para comprar otra, pero eso era cosa para otro momento.

 

El joven hechicero salio de su ensimismamiento al oir la voz de Sofia y por un momento se quedo callado viendo la varita de la joven apuntandolo.

 

Intentando quitar un poco lo tenso del ambiente y disimulando un poco lo nervioso que se encontraba dio una mirada al jardin de la granger y al que era antes el castillo Granger.

 

-Podria ayudar a remodelar esta castillo, junto con la fuente- dijo para si mismo y luego volvio hacia la chica. El ver la cara de sofia despues de mucho tiempo le emocionaba.

 

-Hola Sofia- dijo cambiando un poco el tono de su voz haciendolo mas suave- Vengo en son de paz, no pienso destruir nada mas, vengo....- dijo y se quedo callado mirandola, sin embargo en ese momento se le quedo viendo a los ojos.

 

Se paro sin separar la mirada de los ojos de la joven

 

-Vengo por que me entere de varias cosas, Sofia, entre ellas que te vas a ir....- dijo el mortifago mientras sentia su corazon latir al mil por hora.

 

Al mortifago le causaba bastante dificultad expresar lo que sentia, pero era ese momento o nunca, Sofia no lo sabia pero para Ernest habia significado mucho.

 

-No te vayas Sofia- dijo el muchacho mientras que podia notar que se le quebraba un poco la voz y suspiro, penso en quitarse el antifaz, tal vez asi lo podria reconocer, pero ¿Si habia rechazo?, No, tenia que ser valiente, se decia para si mismo asi que quitando toda cobardia de su ser se quito el antifaz revelandose ante la joven.

 

-Me recuerdas, fui antiguo compañero tuyo de la Gryffindor, no digo ya familiar porque no desciendo de esta familia, pero....no quiero que te vayas- repitio el chico mirandola a los ojos y descubrio algo en el piso, una rosa roja sin espinas. Se sorprendio bastante, pues era la segunda que veia.

 

Se agacho y la tomo y descubrio que no era la segunda sino la primera que habia tomado del castillo Dumbledore, luego investigaria las propiedades de esa flor, en ese momento era el perfecto para hacer lo que se proponia a hacer.

 

-Esta flor proviene de una leyenda antigua, es una rosa sin espinas, pues esta rosa guarda el espiritu de una pareja que se quiso hasta el final y no hay espinas porque esas simbolizan el dolor y eso es algo que yo jamas podre causarte, asi que esta rosa te la regalare a ti y tambien te soltare la pregunta de una vez, se esta organizando una gala a la que ya me inscribi pero no tengo pareja...-¿Me harias el honor de acompañarme?, Si me dices que no me ire de una vez y ya no volvere a molestar y si me dices que si...- hizo una sonrisa bastante pacifica y empatica. - Si me dices que si, pasaras el dia mas perfecto que jamas puedas imaginar. de eso me encargare yo...¿Que dices?- dijo mientras lanzaba la sonrisa mas coqueta que podia encontrar. Solo faltaba saber la respuesta de la Granger y esperar que la rosa rojas sin espinas le gustara.

 

@@Sophia Elvira Mackenzie

[Sophie Elizabeth Granger]

La Granger bajo la varita pues recordaba al Macnair del tiempo en que este había pertenecido a la Orden. Suspiro y tomo la rosa como muestra de amabilidad hacia el, después de todo el no sabia el porque no podía quedarse ni un día mas en aquel país. Muchas cosas habían cambiado desde que el joven había estado en Inglaterra por última vez y era mas que claro o si no ni se le pasaría por la mente pedirle semejante cosa

 

- Ven, acompáñame a la cocina, que es lo único que queda en pie - dijo dándose la vuelta y comenzando a caminar hacia el lugar señalado y una vez que estuvieron ahí le ofreció un poco de te y galletas

 

- Ernest, no puedo quedarme, ni tu presencia ni la de nadie mas cambiara la decisión, demasiadas cosas han pasado en Londres en estos últimos años y el est****o edicto de Sagitas pone en riesgo a demasiada gente, además el asesinato de Elvis, no puedo quedarme mas aquí- le explico al mago tras lo cual guardo silencio unos instantes.

 

- Pero...te diré algo, me agradas así que acepto tu invitación a la Gala, prometo volver a la ciudad para acompañarte pero después de eso me iré de nuevo, no puedo ofrecerte mas que eso, lo siento y entenderé si prefieres buscar una cita mas estable - dijo.

[Ernest Dumbledore Prior]

Ernest se tranquilizo al ver que la joven Granger bajaba la varita, por un momento penso que iba a perder en ese momento alguna extremidad, la joven lo habia reconocido. La muchacha lo dirigio hacia la cocina y le ofrecio galletas y un poco de te, el mago tomo una de las galletas y la remojo en el te para luego morderla.

 

El mago no habia dicho palabra puesto que lo educado era primero dejar hablar a la chica y luego el ya agregaria comentarios o le surgirian dudas, cualquiera de las dos le parecia posible.

 

Oyo todo con atencion y las razones de porque se tenia que ir y sus ojos se llenaron de lagrimas, sin embargo una sonrisa le cruzo por la cara al hechicero, puesto que tambien habia aceptado el ir con el a la gala y sonrio.

 

-Me siento demasiado retrasado con noticias del mundo magico, sabia del Edicto, pero no tenia idea de la muerte de Elvis- dijo y sonrio- Y sobre lo otro, no, no buscare una pareja mas estable, ire contigo, pero antes me hiciste acordar del mito de la caja de Pandora...- dijo el chico- De regalo de bodas a Pandora le regalan una caja, con instrucciones de no abrirla por ningun motivo y ella mas que nada por curiosidad decidio abrirla, de esa caja salieron todos los males, enfermedadez, pobreza, corrupcion, acoso, discriminacion, etc. y se dispersaron por el mundo, cuando pandora se disponia a cerrar la caja, vio que lo ultimo que habia ahi era una pequeña hadita amarilla de nombre esperanza que rapidamente al verse libre salio volando, de ahi proviene el dicho, "La esperanza es lo ultimo que se pierde"- dijo bastante convencido el hechicero y de repente cambio a una expresion mas decidida y miro a la joven sonriendo.

 

-Tengo tres cosas por seguro.- dijo dirigiendose a ella- La primera, en la muerte de Elvis hay gato encerrado, Elvis era muy inteligente y para ser asesinado, no me la creo, me huele a algun plan- dijo el chico- La segunda, o el edicto o Sagitas muere primero, esto solo esta causando problemas y la tercera....- dijo y en un susurro medio coqueto dijo - Despues de la gala, que lo dictare como el mejor dia para Sofia, ya no querras irte....- dijo sonriendo- O tal vez si te iras, pero te iras....recordandome y eso me agrada bastante.- dijo el chico ruborizandose. - Y como dice ese tipico mito la esperanza es lo ultimo que se pierde....-dijo sonriendo.

 

@@Sophia Elvira Mackenzie

Editado 7 de Febrero del 2021 por Ernest Macnair Wilfred

[Mica Gryffindor]

Los recuerdos habían sido un bombardeo en su cerebro. Poco a poco momentos, rostros, nombres, se iban instalando en lo que se había sentido como un blanco pergamino por llenar. Era abrumador y, al mismo tiempo, un alivio. Sin embargo, había demasiado dolor en esos recuerdos que se marcaban como con fuego. Otra pérdida y ya iban… prefería no detenerse en ello, si bien estaba tomándose el tiempo que necesitaba para llorar a su mellizo.

Los últimos días habían sido terribles, realmente. Más allá de que llevaba años vagando y sin un hogar al que pertenecer, el hecho de saber que realmente su hogar ya no le pertenecía, era difícil de superar. Se había refugiado en un antiguo local perteneciente a la familia, el único lugar al que había atinado a recurrir, con la esperanza de poder estar sola. Pero no lo había logrado.

Mael se había hecho presente, cargando un título de propiedad que indicaba que el joven había estado haciendo mucho a espaldas del resto de la familia. Imposibilitada de hacer más, había accedido a un trato con el desconocido, proponiéndose ser socios.

Llegó a sus oídos que Arabella se había presentado al funeral. “No podía ser de otra manera” pensó. Sabía que su prima no podría faltar ante un hecho semejante, siendo tan fuerte el vínculo y la lealtad forjada entre ella y su mellizo. Los recuerdos que tenía con ella eran algo muy valiosos para Mica, era de aquellas personas a las que querría no perder nunca, a pesar de que la tortuosa vida que mantenían las había separado ya en varias oportunidades.

Con todo eso en su mente, había estado andando por las calles de Ottery, vagando sin saber muy bien a dónde se dirigía. Los terrenos de la Gryffindor no, eso seguro, no volvería a acercarse a la mansión, pues no podía soportar el hecho de ya no encontrar allí a su hermano. Igualmente continuaría cuidando a Lunita, sabía que ella la iba a necesitar y no le fallaría.

Cuando llegó al sitio al que sin saberlo se estaba dirigiendo, se encontró con una residencia en ruinas. No pudo más, simplemente, hizo lo que tenía pensado. Sacó su varita y pronunció: -Expecto Patronum- viendo cómo de inmediato tres leonas se formaban frente a ella con hebras de plata. Las mismas no aguardaron en salir corriendo, rumbo a las ubicaciones de aquellas personas a las que convocaría: Arabella, Zahil, Annick… allí las esperaría.

Se dejó caer en la hierba y rebuscó en el morral que traía, destapó una botella al azar y le dio un intenso sorbo, sería una larga noche.

[Arabella Gryffindor]

Me encontraba vagando por un bosquecillo cerca de Ottery, desde que había vuelto no había podido quedarse mucho tiempo en la mansión, aquellas paredes que antaño habían sido para ella su hogar, ahora se le representaban como simples ladrillos fríos y huecos, la luz, el calor y el amor habían desaparecido con el hombre que había sido patriarca y cabeza de la familia por tanto naos que ya no podía decir cuántos.

 

El sonido del agua cerca de donde me encontraba me susurraba, me acerque y descalzándome introduje mis pies en el arroyo. El reflejo que es espejo de agua me devolvía, me resultaba tan extraño, mis ojos siempre de un verde brillante o un azul violáceo, eran ahora grisáceos, gélidos, suspire deseando tener la energía y el poder para volverlos alegres y vivaces, pero me sentía, cansada, vacía y completamente derrotada.

 

Me rodeé la cintura con mis brazos, mientras sentía que por mis mejillas lentas lagrimas caían, algo que es aquellos días era habitual en mí, a pesar de sentir mis ojos secos de tanto llorar, siempre que aluna imagen de Elvis volvía a mi cabeza, las lágrimas aparecían. Mientras pasaba el dorso de mi mano por una de mis mejillas y un patronus se presentó ante mí, una hermosa leona plateada, me hablo con la voz de mi prima.

 

Una vez la última palabra salió de la boca del plateado animal, este desapareció, sin perder tiempo seque mis pies con un movimiento de mi varita y me calcé, me puse de pie y me aparecí frente a los terrenos, donde se había emplazado la casa Granger, al traspasar la entrada no pude evitar que mi corazón se encogiera un poco, al ver las ruinas de lo que había sido e hogar de mis primas, aquella casa donde tanto yo como mis hijas, habíamos pasado días maravillosos llenos de risas y amor.

 

No muy lejos de donde estaba divise la silueta de Mica, camine hacia ella, nuestra relación había cambiado demasiado, pero a pesar de todo ella era sangre de mi sangre, y necesitaba su presencia, necesitaba su cercanía, por que aquello era lo único que nos quedaba del hombre que había sido nuestros hermano, primo y padre al mismo tiempo.

 

-Hola, Mica- dije cuando llegue a unos pasos de donde se encontraba- recibí tu mensaje prima, y aquí me tienes- le dirigí una sonrisa velada.

[Annick McKinnon]

Annick se detuvo y observó la fachada de la mansión Granger durante algunos minutos. Desde hacía unos días una repentina idea había tomado forma en su mente: regresar a vivir a ese sitio. La casa de los Gryffindor ya no le parecía un hogar sin Elvis, y la presencia de Mael y Shelle le resultaba incómoda, incluso indeseable. La pelirroja simplemente no quería que Elros estuviera en un lugar donde ya no se sentía el amor con el que Elvis lo había llenado en vida, y en donde al parecer ya nada les pertenecía.

Cerró los ojos al sentir que se le humedecían con rapidez. Cada vez que pensaba en su difundo esposo le resultaba imposible evitar que las lágrimas brotaran. Casi de inmediato se enjugó y suspiró con profundidad antes de comenzar a adentrarse en esos terrenos que no había visitado en mucho tiempo.

Hacía un rato un patronus en forma de leona se había presentado ante ella, y no dudó en atender el llamado luego de escuchar las últimas palabras que el ente plateado le había llevado. Casi de inmediato había pedido a sus elfos domésticos que se encargaran de cuidar a su hijo y había desaparecido hacia el hogar de sus primas.

Estaba a mitad de los terrenos cuando divisó un par de siluetas a las que reconoció de inmediato. Una de ellas estaba sentada sobre la hierba, y la otra permanecía en pie como si acabase de llegar. Annick se encaminó lentamente en esa dirección, y al acercarse notó que Mica sostenía una botella; sin embargo no hizo ningún comentario como lo hubiese hecho en otros tiempos.

―Hola, Arabella. Hola, Mica ―intentó esbozar una sonrisa, pero parecía haber olvidado cómo utilizar esos músculos del rostro―. ¿Y Sophie?

Sabía que su prima Granger no faltaría al encuentro, sobre todo considerando que se encontraban en los terrenos de su residencia; no obstante, le parecía extraño que aún no estuviese ahí presente.

[Sophie Elizabeth Granger]

La rubia suspiro ante la inocencia de Ernest, esa si que no la perdía y no sería ella la que lo mortificara por el momento, mejor era dejar que disfrutara de la fiesta sin preocupaciones. Termino su bebida y espero a que Ernest hiciera lo propio, pues mientras ellos hablaban, su elfo le había susurrado al oído que sus primas estaban en los alrededores y tenia también que arreglar cosas con ellas.

 

-Escucha, tengo unos asuntos que atender, podrías atender los pormenores del registro a la fiesta y esas cosas? No quiero parecer grosera ni mucho menos pero tengo un asunto familiar que atender a solas - dijo tocando su mano amablemente como despedida - Polo, asegúrate de que Ernest no termine de tirar la casa, quieres? le dijo enseguida a su elfo y se encamino hacia la salida

 

 

-Nos vemos pronto, Ernest - dijo dejando solo al mago para reunirse con sus primas. Apenas se alejó de la puerta sus ojos comenzaron los cambios que ahora eran comunes como si de remolinos se tratasen, que hacían cambios que iban desde el azul al negro y pasando por el rojo que ante Ernest había logrado controlar pero que ante sus primas no le apetecía ocultarlo, después de todo sabia que ellas aceptarían cualquier cosa sobre ella.

 

 

Las miro a lo lejos y los recuerdos de un tiempo feliz vinieron de golpe hacia su mente y una lágrima recorrió su mejilla, que rápidamente fue borrada por un manotazo. Ya estaba harta de llorar y parecía que era lo único que sabía hacer últimamente.

 

 

 

-Aquí estoy -dijo acercándose a las tres Gryffindor -solo quiero saber porque teniendo un par de casas de campaña atrás de la casa, una cabaña frente al lago y una cocina aun en pie Mica decide que el mejor lugar para reunirnos de todo el terreno, es el pasto del jardín, digo, ya se que mi pobre casa esta en ruinas pero tirarnos en el pasto es un poco exagerado.

Editado 11 de Febrero del 2021 por Sophia Elvira Mackenzie