Jump to content

Familia Granger (MM B: 86794)


Sophie Elizabeth Granger
 Compartir

Publicaciones recomendadas

“¿Por qué a nosotros?” Se preguntó Valeskya con hastío, pues claramente parecía que las cosas más extrañas le ocurrían a los Granger. Quizás en algún momento de tranquilidad, sería un gran tema de conversación para entretener a la gente; mientras tanto ahora tendrían que ocuparse por el aire gélido que comenzaba a salir de aquel extraño portal que Zahil había abierto de forma accidental. Hubiera deseado quedarse a analizar aquella runa y ver en qué problema se habían metido todos nuevamente, pero ahora tenían que preocuparse por el alcance que estaba teniendo aquel aire gélido.

 

Sorprendida, notó que las paredes parecían que tenían hielo, el agua empezaba a congelarse, aunque no a gran velocidad, lo que les daría tiempo de ver qué es lo que iban a hacer. Sin embargo, había algo más, aquel vibrar de la mansión como si ésta estuviera a punto de derrumbarse, o quizás…. Había algo que intentaba salir de aquel misterioso portal, y el hecho de no poder hacerlo era lo que provocaba el movimiento de todo alrededor. El salir del sótano implicaba que el problema se había acabado, sino que había que hacer algo al respecto y al llegar a la cocina de la mansión, pudo ver que los hijos de Zahil ya estaban esperándola.

 

Se limitó a sonreír brevemente, en un intento de saludar y hacer creer a los gemelos que todo estaba en orden, aunque el frío y el hielo comenzaban a llegar a la cocina con más rapidez de la que habían pensado. El hecho de ver que los hijos de la rubia se llevarían a Seishiro, hablaba de la gravedad de la situación. La ojivioleta empuñó su varita, dispuesta a quedarse para intentar ver qué era lo que podrían hacer al respecto, aunque enfrentarse a algo de lo que no tenían idea, no era la mejor forma de intentar solucionar las cosas.

 

- ¿Saben? Aun no estamos en condiciones de perder la mansión. – Exclamó la Granger. - Si continuamos así, terminaremos durmiendo en el jardín justo al lado del lazo del diablo. –

 

Una segunda oleada de aire gélido, más fuerte que la anterior, llegó hasta donde ellos se encontraban, aunque esta vez no solo se trataba de aire, sino que venía acompañado de una serie de enredaderas que al inicio Valeskya pensó que se trataba de la misma planta que ellos tenían en el jardín, aunque pronto quedó claro que había una clara diferencia: los tallos eran espinosos y unas rosas de color azul comenzaron a florecer. Esa extraña planta comenzó a adherirse a las paredes y a cubrirlas poco a poco.

 

- Esto es… extraño. – Murmuró la joven en voz baja, al tiempo que una serie de espinas salieron disparadas hacia la dirección en donde los Granger estaban de pie. Se hizo a un lado rápidamente y comenzó a retroceder, sin perder la vista de aquellos tallos. - Bueno… creo que debemos hablar de esto, en otro lado… -

 

Antes de que pudiera decir otra cosa, apareció otra persona en la cocina donde se encontraban. “¿Qué hace aquí?” Pensó la ojivioleta mientras lo miró con extrañeza, pues no parecía ser el mismo de siempre, había algo extraño en la mirada de Garry aunque no sabía determinar lo que era. No tuvo tiempo de preguntar, pues las enredaderas sujetaron los pies de la joven y la tiraron al suelo, intentando arrastrarla con dirección al sótano.

 

- ¡AYUDAAAA! – Alcanzó a gritar mientras se sujetó a la puerta, en un intento de oponer resistencia.

JadWPHk.jpg

t3sv4zC.gif||s7f4HjH.gif||vo95jWq.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Un remolino mágico se apareció en el camino que daba a la puerta de la Mansión. Cargaba la espada que había usado en la Potter Blue, esta vez sobre la espalda. En ese momento llevaba una máscara de cuervo y, una larga túnica gris con capucha que lo cubría de pies a cabeza. Entrecerró la mirada cuando sintió un aire excesivamente frío al momento de aparecerse. Caminó con cautela, llevando una bota a la vez y aferrando su varita en la mano izquierda.


Había pasado bastante tiempo desde su última visita a la Mansión Granger. Desde ya, no tenía tantas expectativas de una recibida cálida, pero no podía dilatar más el asunto. Lo notó cuando sacó un viejo pergamino de uno de sus bolsillos, exponiendo la derecha y leyendo fugaz el contenido. Bufó mientras lo guardaba. Se acercó hasta la puerta y golpeó un par de veces. Golpeó otra vez. Nada. Pegó un leve salto cuando vio que un unas enredaderas con flores azules querían trepar por los talones.


- F**k modales.


Arremetió un tackle con todo su cuerpo a la puerta que cedió, debilitada por los cambios que estaba sufriendo la mansión. No quiso preguntar, ya tendría oportunidad de hablar con la familia sobre temas… más importantes.


Sacó la espada de su funda y arrastró al punta por la entrada del lugar.


- ¿Grangers? Vengo con una propuesta. ¿Amigo o enemigo? Eso lo terminan decidiendo ustedes.


Nuevamente el mismo aire gélido. Lo peor que le podía pasar era que hubiese hecho todo ese viaje para nada. Buscó alguna abertura esperando que algún compañero se le uniera. Él, por su parte, tenía que mostrar una cordialidad inicial. Ya había pasado en la última familia que toda la parafernalia que se habían montado había causado un poco de malestar. Capaz mostrando un poquito de civilización, los Grangers estarían abiertos a lo que él tenía para decirles ese día.

Editado por Orión Yaxley

QlJxtuG.png
3wkkc9v.gif

ZREaNtC.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

De todas las cosas que podían sucederle a Maida en los últimos días, verse arrastrada en la ola de "adrenalina" de su tío, seguramente era la última en su lista. Sin embargo, incapaz de negarle un poco de diversión ahora que no tenía papeleo que chantarle en el Ministerio, ahí estaba. Apareciendo dos segundos después de él, y cubriéndose el rostro por la mitad con un antifaz de cobre, con aplicaciones de plumaje y bisutería marrones, bastante recargada, un souvenir de su último viaje en solitario. Tenía la varita en alto y cada tanto se le podía oír resoplar con fuerza.

 

— Sería bastante curioso que termines muerto por unas florecillas azules —musitó dejando que él viera su humanidad—, ¿qué hacemos aquí?

 

Su curiosidad era más que nada, para determinar si tenía que cuidarle el cádaver o jalarlo de las orejas e internarlo en algún establecimiento para que recupere la paz interior, ese tipo de métodos alternativos solían ser de su agrado. Con Orión no iban la pociones herbovitalizantes o de olvido, no, no, él tenía que meterse en alguna sesión de chamanería para sentirse realizado. Y la bruja, estas alturas, ya se había resignado. Miró a su alrededor y descubrió que se había acostumbrado la austeridad de la Manor, tanto lujo la mareaba y la hacía sentirse dentro de un museo. Y un museo, no sirve como morada.

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Llegar tarde ya sería parte de una costumbre; a la Potter Blue había llegado unos minutos después que los demás; capa de viaje gris, lo suficientemente larga como para envolver todo el atuendo ligero y oscuro que llevaba debajo- una camiseta de cuello largo, jeans negros y botines rudos y a malgastar- sin obviar la máscara del lobo tallada en madera, una muy peculiar pues mantenía un encantamiento que le hacía parecer quemada, con algunas grietas en un anaranjado intenso (nada que me hiciera daño la verdad), magia genuina y confidente de mi identidad.

 

-Tuve el mismo problema con las est****as flores...-contesté molesto a Maida, bruja que reconocí por el simple hecho de ser familia mas no por el atuendo que llevaba. La idea era no ser descubiertos- ...¡mira! si todavía quieren...malditas plantas...-sacudí una pierna y finalmente saqué un trazo de enredadera con mis manos-... enredarse... ¿por dónde entraron?, yo vi la verja abierta. Parecen no tener mucha seguridad aquí...

 

Y así parecíamos estar en un lugar solitario, es decir, tampoco es que viéramos gente en el acto de llegada, más bien podrían estar escondidos al ver figuras extrañas invadiendo propiedad privada. Desenvainé mi varita en un segundo zumbido que envolvió el lugar, ¿qué sería aquello?, luego posé la punta del arma mágica sobre el antifaz de Maida y el mismo ¡pareció cobrar vida!. Las plumas danzaban y la bisutería parecía alternar colores.

 

-Hay que darle algo de vida sino parecerá que venimos de un pantano más que de un bosque...- pasee por el salón donde nos encontrábamos y deslicé la yema del índice sobre un mesón- ¡vaya! aquí si limpian los muebles...sería una pena tener que incinerar todo...- comenté con un dejo de ironía. Observé a mi padrino quien había cambiado la máscara de oso por una de cuervo, luego posé la gélida mirada gris en mi muñeca haciendo ademán sarcástico de ver la hora- ¿y bien?

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Parecía ser que su familia se unía nuevamente en la secta para sembrar terror sobre algunas mansiones de Ottery. Como todos sabían, él era un muchacho que amaba los misterios y lugares peligrosos, casi que a muerte siempre estaba pisando sus talones y hasta ahora la veía como una buena amiga, más que alguien a quien temerle.

 

Una ataviada túnica que cubría hasta los pies de Triviani, una mascara de cabra, con los ojos cruzados y unos pequeños cuernos, era todo lo que vestía al momento de aparecer a las afueras del recinto Granger. Le daba un poco de gracia el tener que estar de esta manera disfrazados, varios de sus parientes habían llegado al lugar antes que él y bueno, a decir verdad no era un chico demasiado puntual y no se preocupaba mucho por esas cosas, después de todo, la magia solucionaba la mayoría de sus problemas.

 

Ya, pueden parar de discutir como infantes. resoplo el gitano ante quien era su padre y su tía preferida. Oh serán cena para los cocodrilos. hizo una seña con las manos, si, era ridículo, pero daba emoción No, no tenemos cocodrilos... O si. dudo y observo las malditas Lazo del Diablo.

 

Apretó el paso y con un gesto preocupado bajo su mascara se adentro a la residencia, ¿Donde esta la cocina? se acerco a un ventanal e intento levantar el cristal, no pudo, lo rompio y se subió por una enredadera (?) mientras preguntaba en sus adentros y giro la cabeza varias veces mientras caminaba. La panza le gruñía y mientras se encargaban de hacer quien sabe que, Matthew robaría comida.

Editado por Matthew Triviani

x2YiSbT.png

HdDMuO2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Giró los ojos y resopló.

 

- ¿Están seguros de hacer esto muchachos?

 

Le seguía el paso a Aaron, con la varita ya empuñada en su mano derecha, una capa negra con capucha que sólo dejaba entrever unos mechones de cabello color azabache y la cara cubierta con lo más parecido a una cáscara de huevo de dragón perforada a la altura de los ojos. Todos llevaban máscaras hermosamente elaboradas, pero la Black había llegado tarde a la fiesta y tuvo que improvisar con lo que encontró.

 

Pegué un pequeño salto para evitar tropezar con la enredadera de la que se había librado Aaron y siguió caminando hasta cruzarse al resto de lo Yaxley. No podía reconocer al Triviani, más allá de que llevara una máscara al igual que el resto su voz no le resultaba familiar como las demás.

 

Mi corazón dio un vuelco al ver reaccionar la máscara de Maida. Es que estaba acostumbrada a ver encantamientos, pero esas reacciones la sobresaltaban sin excepción. Demasiado tiempo en el mundo muggle.

 

Giró de inmediato hacia Aaron.

 

- Ni te atrevas a convertir esto en algo vivo... Que no sé ni de qué trata. -Lo amenazó a punta de varita. Tenía miedo que se despertara un dragón o un basilisco de su cara, podía ser cualquier cosa que tuviera escamas.

 

Detrás de la máscara levantó la ceja.

 

- La tuya está bonita.

 

Dio un cuarto de vuelta hasta quedar frente a donde se encontraba ubicado Orión. Apretó la varita con fuerza y esperó a la respuesta del otro lado de la puerta.

jD8hy.gif
FdFFT8Y.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Apolo se acordó de la historia del Titán Atlas, y la imito extendiendo los brazos para darle consistencia a su hechizo. Sabía que él había sido castigado con sostener el cielo, y él podía empezar a imaginarse gracias a su encantamiento de soporte, como debía de ser la experiencia. El frio que iba saliendo cada tanto no ayudaba en nada, y parecía que estaba usando todo su poder mágico en mantener la Mansión en su forma original, pero daba la impresión de que al momento que flaqueara se le caería encima a él, y a su familia.


Sentía que el llamado de ayuda que le había dado a Garry no había sido escuchado, o no se le ocurría como ayudarlo. Y es que Apolo, sin tiempo para pensar en nada mas, había intentado salvar su hogar en un muy precario intento. Sus esperanzas comenzaron a desvanecerse rápidamente, al menos hasta que escuchó a Garry murmurar lo que parecía un hechizo.


— ¿Que estas…?


Fuera lo que fuera que estaba haciendo, el suelo empezó a temblar con tanta violencia que Apolo cayo de bruces. Cerro los ojos esperando un estruendo de madera y escombros, pero cuando los abrió se dio cuenta que había crecido unas enormes enredaderas por todas partes que hacían de soporte para la estructura. La Mansión seguía crujiendo, y tan rápido como crecieron las enredaderas empezaron a congelarse. No le dio muy buena espina, pero el peso de la capa de Garry sobre su espalda lo hizo enfocarse nuevamente en su acompañante.


Fuera lo que había hecho, no había sido magia ordinaria. Al menos, nada que él hubiese visto antes. Sintiendo la oleada de frio se abrazó a sí mismo y sintió las manos calientes de Garry sobre su cara congelada. La mirada que cruzaron ahogo cualquier agradecimiento que quiso soltar Apolo, asintiendo avergonzado y sintiendo un subidos de calor que no tenía nada de mágico.


— ¡Sabía que había visto a alguien! — soltó Apolo abrazándose a la capa y siguiendo a Garry al interior de la mansión.


No sabía si la joven nueva que habían visto los seguiría, pero no podía culparla si prefería quedarse afuera. El no podía darse el lujo sin saber que estaba ocurriendo y si su familia estaba en peligro, pero parecía que el único propósito de la Mansión actualmente era caer hecha pedazos, y luchaba con todas sus fuerzas contra las enredaderas del mago.


— ¡Garry espera! — ahogo el Granger al ver que se movía con velocidad siguiendo una especie de rastro.


La capa ondeo rápidamente a cada paso que daba para seguirlo en dirección a la cocina, pero tuvo que soltarla cuando se agarró en una de las enredaderas que el Ollivander había creado. Aun tenia frio, pero la prioridad era sacarlos a todos de la Mansión pensó, una vez que se dio cuenta que era imposible liberarla de un tirón. El grito en la cocina hizo finalmente abandonar su intento, y se abalanzo contra la puerta solo para ver un montón de flores empezar a salir de una abertura que estaba seguro, nunca había visto antes.


Parecía que si no hubiese sido por la llegada de Garry, su tia Valeskya hubiese sido arrastrada por las plantas. Zahil y Joaquin luchaban contra lo que fuera esa planta que lo estaba atacando. Apolo los encontró forcejeando y se apresuró a ayudarles entrando con dificultad a la cocina por el suelo congelado. Fueran lo que fueran, eran la que estaban causando el frio horrible y si podía asegurarlo, también de la destrucción de la mansión.


¡Diffindo! disparo Apolo soltado una cuchillada en el aire.


Había apuntado a la raíz que parecía sujetar la pierna de Valeskya, pensando que podría detener su agarre y que Garry jalara de ella. En vez de eso, sintió un sonido silbante y su hechizo rebotar y salir despedido hacia el techo, cortando el papel tapiz que lo protegía y de paso algunas cuantas vigas. La raíz se había vuelto de hielo solido al momento que había tocado la magia de Apolo, y tal parecía que había reflejado su intento de ataque.


No alcanzo a decir mucho, solo ver como el techo empezaba a deshacerse y comenzaban a caer trozos de madera y enredaderas. Apolo le dio un empujón a Garry justo a tiempo para evitar que un trozo de tubería le partiera la cabeza en dos, pero también hizo que soltara el agarre de Valeskya. En su lugar fue él quien tomo su mano y empezar a sentir como se deslizaba siendo arrastrado, justo a tiempo que escuchaba unas voces desconocidas dentro de la Mansión, que se ahogaron con la misma rapidez con las que empezaron bajo un enorme ¡CRACK! que lo aterro hasta los huesos.


¡La Mansión se les estaba derrumbando encima! Si Apolo hubiese tenido un respiro de jalar con todas sus fuerzas, podía apostar que la Mansión y la magia de Garry había llegado a su límite, y se le estaba viniendo encima habitación por habitación desde el segundo piso. Quizá en unos momentos ya no tendrían un lugar al que llamar hogar. Necesitaban ayuda, y rapido.

PB6kIUF.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No había obtenido respuesta de Orión, como tampoco es que le hubiera dado tiempo de hacerlo, es decir, no yo, sino la interrupción de mi hijo con la inquietante máscara de cabra que traía puesta. No era que llevásemos una relación de padre e hijo tal cual dictaban las leyes del mundo, no si por tanto tiempo había desconocido de su existencia; quizás que pasión me habría llevado a su concepción, cuestión que sin lugar a duda me mantenía con cierta determinación, cual era, salvar su pellejo de ser necesario. Una debilidad.

 

- ¿Discutir? ¿quién? - cuestioné a Matthew al tiempo que volteaba a ver a Goshi de quien no me había percatado hasta su llamado de atención por mi comentario. Caminé hasta un mueble tras de ella sin miedo de la varita que me apuntaba, la cual bajé al pasar por su lado para detenerme a leer ciertos títulos de libros en una repisa que comenzaba a envolverse por la enredadera que me había liado hacía un minuto atrás. La casa volvió a crujir- ¿han escuchado eso?...- me volví nuevamente a Goshi. La máscara que yo llevaba puesta sombreaba parte de mi mentón. Sonreí e hice una mera reverencia- gracias por el cumplido, la tuya no va nada mal para ésta causa, ¿huevo de colacuerno o bola de fuego?- el lugar soltó otro estruendo y una gruesa rama, casi como un tronco, arremetió por una ventana. Busqué a Matthew con la mirada, el chico se perdía por un pasillo...

 

¿Cómo nos llamaríamos?, la última vez Orión y Gatiux se habían autoproclamado como Espada y Escudo respectivamente, Evedhiel quién era más conocida como la piñata en llamas (al menos por mí) me había nombrado Colmillos. ¡Qué clase de estupideces se me ocurrían preguntar en un momento como ese!, ¿la ligereza y confianza de saber usar una varita?...

 

-¡Muchacho ven!- llamé al mellizo de Oriánthi, mi otra hija. Menudas sopresas. Blandí mi arma mágica para extender su punta en un látigo que se aferrara al cuello, muñeca o alguna parte de mi hijo, pero el chico alcanzó a perderse fuera de mi rango de vista. De pronto parte del techo del lugar que nos cubría cedió; pensar en un salvaguarda mágica para una viga que daría de lleno en mi cabeza si no me volvía intangible, luego de tacklear a Goshi sobre un sillón fue lo único que se me ocurrió para salir ilesos al menos de eso. La casa volvió a crujir, ésta vez, en forma continua- tu máscara también está bonita, pero no queremos que se quiebre ¿no?. Ven, hay que buscar una salida. -Le di la mano para ayudarle a ponerse de pie-... ¡Espada!...

 

A todo ésto, entre una polvareda, frío y ramas que comenzaban a comprimir el hogar de los Granger ¿Dónde se había metido Maida?... Al parecer no sería necesario entrar a destruir la casa si no se unían a la causa...

 

@GoshI @Matthew Triviani @ @Orión Yaxley

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Jadeo con la lengua fuera, callo redondo dentro de una habitación totalmente desconocida para el gitano. Se levanto y sacudió con ambas manos la túnica, quitando las partículas de polvo que en ella habitaban. Escucho la gruesa voz de su padre, la cual decidió ignorar por ahora y seguir en la travesía de buscar comida, seguramente luego lo regañaría o le haría algo por no acatar su llamado, pero bueno, no seria buen hijo si le hiciera caso siempre. (?)

 

Chasqueo los dedos y comenzó a cantar:

 

Sii túu quieres baAilaaarrr. Querrás, sabrás... Que este es el momento GuuuApOoooooo...

 

La casa había comenzado a temblar, la cara de Triviani cambio dramáticamente bajo la mascara, eso le recordaba a las catacumbas de la Manor y los rituales africanos que realizaba Orion con frecuencia. Movió su cabeza hacia atrás en un impulso de sorpresa y vio como unos cuantos cuadros caían al suelo y se rompían. Al final no tendrían que romper nada, parece ser que se robaron toda la plata de los impuestos...

 

Malditos Grangers... murmuro.

 

No les alcanzaba con tener a la cerebrito de Germashoni, porque claro, se la habían robado... Nadie sabia eso, pero Shostakóvich si. (?) Ahora también tenían una casa en ruinas ¡Todo lo que Matthew siempre soñó! una casa echa pedazos, donde poder realizar sus ventas clandestinas de hierbas psicoactivas.

 

Dance Dance Dance, hoy tu sueño es real...

 

Girando y bailando mientras chasqueaba los dedos se topo con la cocina, y con una hermosa vista al jardín. Definitivamente, se estaba cayendo a pedazos... Movió los dedos y corrió hacia lo que parecía ser un almacén de comida. Sus ojos se habían iluminado, saco un saco de papas con magia gitana y empezó a guardar todo lo que cabria dentro de el, también dando un mordisco al pan.

 

 

 

 

@ @GoshI @Maida I. Yaxley @Orión Yaxley

x2YiSbT.png

HdDMuO2.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aaron pertenecía a un grupo muy selecto de personas que, habiéndolo ganado o no, infundían en Maida una confianza ciega, por eso, cuando el arma se ciñó sobre ella ni siquiera parpadeó. De hecho, volteó los ojos y esbozó una sonrisa de cansancio. ¡Siempre con los detalles de mago adolescente que la mujer parecía olvidar! Le iba a reprochar algo, pero su sobrino y una persona que se le hizo conocida pronto irrumpieron en la casa.

 

¿Discutir con él? Perdona, enfriar el infierno es tarea más sencill...

 

Pero no tuvo tiempo de decir mucho más, un polvillo la hizo distraerse un par de segundos precediendo a un fuerte sonido. Pensó en un salvaguarda mágica pero no fue capaz de terminar el conjuro, y pronto se vio con ambas manos intentando protegerse el cráneo. Pensó en su sobrino, su tío y su primo, sin embargo fue todo tan rápido que habría sido imposible ayudar en nada. Pudo sentir un trozo de algo concreto golpearle el dorsal, y sus rodillas chocando contra el suelo, todo eso antes de que sus ojos se cubrieran con un velo negro. Se había desmayado, y su rostro ahora estaba cubierto de polvo. ¿O habría muerto? No, no, su pecho aunque levemente, aún subía y bajaba conforme el cuerpo retomaba la actividad respiratoria. Sus piernas estaban cubiertas por trozos de madera, y de ella sólo se veía la mitad de su rostro, pues el otro lado estaba cubierto por una melena desordenada.

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.