Kiosko: Una mordida rapidita (MM B: 95066)

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

Creo que se notaba a leguas que seguia adormilada, habia sido un fracaso intentar presentar un semblante fresco y normal frente a los clientes. Solo esperaba que Only no me este dando reproches luego (XD). Las dos jóvenes brujas tomaron con agrado aquellas bebidas y comenzaron a platicar entre ellas.

 

Hice un movimiento con la mano a uno de los elfos que estaba en ese momento libre de deberes y tareas, este al ver que indicaba a aquella mesa que las dos jovenes estaban charlando amenamente entendió el mensaje. Unos pocos minutos después llegaba con una bandeja de bocadillos.

 

-Disculpen interrupir -dije un poco apenada por estar molestando un poco las dos clientes -pero sirvanse estos dulces, no se preocupen que solo queremos la opinión de ustedes para estos nuevos dulces... ante alguna cosa que deseen se lo hacen llegar a los elfos o a mí. También existe varios ajedrez en aquella esquina, si desean jugar alguna partida. Con su permiso.

 

Retrosedí unos metros pues había llegado una familia que necesitaba algunos asientos y necesitaba ubicarlos en un lugar para que esten más comodos.

[Binny Evans]

Me concentré demasiado en la conversación que casi había olvidado que estaban alrededor escuchandonos.

Antes de poder responder a Andro, me ví interrumpida por nuetra nueva anfitriona.

Aunque no se había presentado, pues creo que dejando eso de lado, era muy cortes.

 

Los elfos llegaron con las bandejas y aunque me moría por hablar con cada una de estas criaturas no podía hace mi escenita de nuevo.

 

*Que verguenza Bínfeyd, controlate* pensé conteniendo mis ganas de coger los panecillos y regalarselos a los elfos.

 

-Gracias- respondí he hice una señal a Andro para que cogiera el primero- que amable.

 

* Esas ternuritas, que lindas que son* Miré a los elfos y sonreí tiernamente. Y luego pensé

 

*Que pasa si esperan que tambien les dé bocadillos* no podía herirlos de esa manera o al menos eso pensaba yo.

 

*Calma Bínfeyd piensa con claridad que deberias hacer en un momento como esteQuería darles bocadillos a los elfos pero no quería que se dieran cuenta que estaba loca por las criaturas mágicas.

 

Y una idea vino a mi mente como mandada del cielo para salvarme de la situacion en que me habia metido *Talvés los elfos ya comieron suficientes bocadillos hoy, además ellos ayudan a prepararlos no? Talvés y estan hostigados de tantos bocadillos* Intenté calmarme porque de seguro Andro, Only o la otra chica se habrían dado cuenta de que algo andaba mal conmigo.

[Only Marauder]

-Mirad quien aparece....

 

Era Gabi, quien había hecho acto de presencia ya, desde luego, su amabilidad salía a relucir y no tardó en hablar con las señoritas. Only posó su mano en el hombro de su amiga para llamar su atención, antes de que se vaya.

 

-Dejé algo sobre la mesa, dijo, refiriéndose a una copia de unos pergaminos que se llevaría, y que era mejor guardaran, en caso de que el perdiera los suyos, cosa que no era tan probable, a fin en cuentas, al menos no si estaba en sus 5 sentidos.

 

-Ella es Gabi, ´ dejó saber cuando esta ya se hubo retirado a atender a una pareja de esposos de mediana edad. La encontrareis seguramente en otra ocasión, casi tanto como Betty o Queathon.... entonces recordó parte de las palabras de Andro, en quien posó su mirada. No quería alargar la conversación ya que tenía que retirarse, y las podría invitar a otro de sus tantos buenos locales. ¿Es cierto lo de Sol?, es una amiga, de seguro os irá fabuloso en su clase auguró, extendiendo una mano para alcanzar una volante informativa del local y dejarla a un lado sobre la bandeja de los bocadillos. La podríamos invitar un día de estos, podríais preguntárselo antes de que acabe la clase.

 

-Andro, Bynfeyd, he de retirarme, tengan un buen día- dijo Only, dandolés el tiempo necesario a cada una para dejar sus bebidas y despedirse como debía ser, de hecho, tal y como al principio. -No se porten mal, bromeó con permiso, hasta luego. Había pasado olímpicamente el como volver a encontrarlas, más no era así, ya que con lo de la clase, sabría a quien preguntarles, después de todo, también era profesor. Tras despedirse brevemente de Gabi y ya fuera del local, desapareció en la mitad de la callejuela.

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

Antes de irme, una mano se posó en mi hombro. Esperaba que Only no vaya a hablarme de alguna cosa (XD), me indicó unos papiros que yacían en una mesa despejada. Asenté con la cabeza indicando que tomaría aquellos papeles y los guardaría. Caminé varios pasos hacia la gente que había llegado.

 

Gracias a los elfos que no menos de 5 minutos entregaron las ordenes a la gente. Observaba que unos se retiraban del lugar con una sonrisa u otros quedaban conversando amenamente y uno que otro jugaba con el ajedrez magico. Me había dado cuenta que el bullicio que había en el Callejon Diagon, en este lugar era minimo, supuse que sería algun tipo de encantamiento que habría colocado Only.

 

Unos minutos después de haber atendido a los clientes, hubo el momento de relax por parte de los elfos y mio. Algunos elfos se dirigieron a las cocinas para descansar un poco antes que una nueva tanda de gente llegara al lugar. Ya temía que llegara la hora pico pues de seguro sería mucho trabajo.

 

La imagen de los papiros me hizo recordar que no los había tomado de aquella mesa que Only me había indicado. Me dirigí rapidamente hacia el lugar pues esperaba que el viento no las haya desparramado o peor aun hecho perder. Pero la suerte estaba de mi lado, alli permanecían intactos y los tomé. Di una ojeada a cada uno que eran datos sobre el local que debía investigar.

 

-Señorita gabyxlllsiby... disculpe alguien la llama... -dijo la voz fina de una elfina

 

-Eh? a mi? -pregunté extraña mientras giraba con los papiros en mano donde la elfina extendía su brazo a la afuera del lugar.

 

La silueta de aquella persona se me hizo inconfundible quien estaba de pie a algunos metros de la entrada del lugar. No pude evitar mirar sorprendida y doblar un poco los pergaminos que tenía en mi mano por la reacción. Con paso rapido me dirigí hacia él. Tenía un traje impecable de color negro, su cabello castaño oscuro parecía brillar, al detenerme a unos metros de el, parecía que iba a decir algo pero lo impedí.

 

-Que haces en estos lados... -dije en un susurro para evitar que la gente escuchara -... Hay mucha gente conocida y no quiero habladurias.

 

-Buenas tardes... La educación ante todo -expresó radiante aquel hombre mientras hacia un movimiento con la mano que tenía un sombrero de color negro -solo venía para saludarte. Eso es un crimen?

-No te hagas el gracioso... -dije perdiendo un poco los estribos -si no te vas ahora mismo, no dudaré en un hechizo para convertirte en una cucaracha o mandarte lejos de aqui...

 

Lo tomé del brazo intentando que camine hacia la salida y que se mezclara con la gente que pasaba, esperando que se alejara del lugar.

[Binny Evans]

- Andro? Que crees que debamos hacer? - pregunté mientras terminaba de comer mi último panecillo.

 

El tiempo pasaba más lento que de costumbre, me sentí con ganas d explorar.

 

<<Nos dejarán entrar a la cocina>> Pensaba mientras miraba la puerta por donde salían los elfos y elfinas con todas las delicias que ofrecían.

 

- Tienes ganas de explorar? - Pregunté mirándola con entusiasmo y ganas de aplastarla para que me dijera que sí

 

- Hay muchos lugares en el Callejón Diagón no creo que a alguien no le provoque averiguar que se esconde en cada uno de los rincones del callejón- me apresuré a decir antes de escuchar que opinaba, esperaba una respuesta afirmativa. Sonreí mirándola a los ojos.

[Akiza Ravenclaw H.]

Al volver a mi antiguo negocio, parecía que ha pasado años la última vez que he pisado ese sitio. Esperaba que me iba a perder mucho más pero al menos volvió a la normalidad. Con un leve suspiro caminé por el Callejón Diagon, no tenía ánimo de ir, sabía que lo que quedaba era algo extraño pero me emocionaba ir al menos un momento a ese lugar. Tenía un poco de temor ir a ese lugar, ya no sabía que hacer, pero no importaba. Sabía que iba a estar una de mis hijas en el Kiosco y eso me tranquilizaba un montón.

 

Llegué al sitio, y vi algo que me dejó algo extrañada, Gaby estaba sacando a un tipo raro, no lo conocía y al ver la expresión del rostro de mi hija, sabía que era un sujeto no deseado para ella, pero no me iba a quedar con las manos cruzadas, tenía que saber quién era aquél sujeto. Caminé un poco más rápido y llegué justo a tiempo antes de que le vote a aquella persona del Kiosko. Me dio un leve escalofrío al ver a aquél hombre, en mi interior mis dos partes susurraron lo siguiente "Ten cuidado...no es de confiar". Así que entrecerré mis ojos y lo miré directamente a los ojos.

 

-Hija...¿Quién es este sujeto?.- pregunté sin dejar de mirarlo.

 

Una sensación me salió de mi interior y me pasó un estremecimiento, no sabía que pasaba pero sabía una cosa...aquél hombre tenía la culpa de lo que estaba pasando. Y eso no me gustaba, tenía que estar alerta o sino me sorprendería con algo.

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

Justo estaba en la salida del local, parecía que ningun cliente se había dado cuenta de mi cambio tan drastico al ver a aquella persona.

 

-La primera bebida es gratis... quiero mi bebida gratis -decía muy ufano mientras se resistia a salir

 

-En otra vida será esa bebida... ahora vete -dije mientras que con mi mano derecha le empujaba la espalda y la izquierda tenía mi varita empuñada en su costado, si hacía un movimiento en falso no dudaría en mandarlo a volar.

 

-Hija...¿Quién es este sujeto?

 

Era mi madre que por fin se había presentado al lugar y porque justo ahora? (XD). Guardé rapidamente la varita en uno de los bolsillos de mi túnica e intenté parecer tranquila.

 

-Madre... cuanto tiempo... hay muchos clientes, que bien que estes por aqui...

 

Mi madre miró inquisitivamente a sujeto que intentaba sacarlo del lugar y volvió a mirarme con aquella mirada como si quisiera usar oclumancia.

 

-Ahhh... este señor es... un conocido... Sora, ella es mi madre estefanime. Mamá el es Sora Ryuyama.

 

El hombre hizo una inclinación y posteriormente extendió la mano a estefanime.

 

-Mucho gusto, conozco a su hija desde hace años, cuando se fue a entrenar en las cuevas de Hokkaido.

-Mucha conversación -interrumpí -Sora solo vino a saludar y hacer algunas diligencias que me comentó

 

-Así es... pero me entero que invitan una bebida no puedo desechar tal tentadora oferta.

 

Si que pudiera evitarlo giró y tomó asiento de una de las mesas del lugar. No tuve más remedio que llamar a uno de los elfos para que tomara orden de lo que quisiera pedir. Miré a mi madre y tenía una rara expresión, supuse que se había dado cuenta que no era un invitado grato.

 

-Calmate mamá... solo es un conocido, y no te preocupes, no es un mago, es un squib... mi molestia es que se presentó de la nada dandome semejante susto y supuse que quería conversar pero es horarios de trabajo, por eso le indicaba la salida -finalice esperando que mi madre se lo creyera (XD)

[Only Marauder]

** elfos òo

 

-Pero.... la elfina Betty infló el pecho, al mismo tiempo en que su compañero de labores, Queathon, se armaba de una pesada cuchara de madera.

 

-Le ha pedido que se fuera! bramó Betty, abordando al sujeto a quien Gabi , una de las propietarias había intentado sacar del local.

 

-No queremos.... indesebles.... aquí.... Decía el elfo, arremetiendo con un puntapié al extraño que tirado como un monigote inanimado en el suelo, se cubría de los golpes como podía, arratrando su curpo hacia la salida.

 

Los elfos, tanto la elfina, persiguieron al sujeto varios metros afuera del local, hasta asegurarse que no tenía intenciones de volver. Queathon fue a la cocina a dejar el pesado utensilio y al igual que Betty, acudieron al llamado de la joven bruja, como si nada hubiera pasado.

 

-Eh.... ¿si ama? Que desea que le sirvamos....

[Gabyxlllsiby Rambaldi Tao]

Lo que sucedió fue tan rapido que no tuve reacción alguna, permanecí estática pues no podía moverme, los dos elfos se habían acercado, (uno con una gran cuchara que parecía que por el peso se caería en cualquier momento) y mediante la fuerza estaban sacando a Sora del local. Miré al rededor un poco aterrada sobre la reacciones de los clientes.

 

Todos estos giraron hacia el lugar de los hechos. Uno de los elfos le había propinado un puntapie que el hombre cayó por el peso en el suelo. Parecía que mi asombro no podía pasar a más. No tardaron mucho que Sora yacía en el suelo levantandose, su traje de color negro ahora tenía un color gris y azotó su sombrero con fuerza para sacar el polvo.

 

-Eh.... ¿si ama? Que desea que le sirvamos.... -expresó el elfo

 

No supe que contestar, quería que Sora abandonara el lugar pero tampoco de aquella manera. Sabía como se comportaba ese hombre y temía alguna reacción por parte de él. La gente que compartía el lugar volvió a sus temas propios como si nada hubiera ocurrido. Miré a los elfos pero no estaba enojada, todavía no salía de mi estupor, miré a mi madre y tenía la misma expresión que la mia.

 

-Si -contesté -Necesito un poco de agua... por favor. Después esten atentos a los clientes

 

Los dos elfos con gran velocidad se dirigieron a la cocina para mi pedido. No tardaron ni 10 segundos que me entregaban en un vaso el agua. Lo tomé y bebí mientras evitaba la mirada de mi madre que seguramente preguntaría alguna cosa. Devolví el vaso y los elfos se retiraron.

 

-Ya regreso, debo hablar con Sora... pedirles disculpas -continué hablando evitando que estef expresara alguna palabra -lo conozco de seguro estará demasiado resentido por la acción que han hecho los elfos... Regresaré en un momento...

 

Sin más me dirigí al callejón buscando a Sora. Lo encontré varios metros más abajo con agua en su mano intentando limpiar sin buenos resultados el traje. Saqué mi varita y realicé un encantamiento para dejar el traje impecable.

 

-Te pido mil disculpas... Los elfos domesticos notaron mi desagrado ante tu llegada... y no niegues que solo viniste a fastidiarme! No los culpes

-Entonces a quien debo hechar la culpa? -expresó Sora. Sus ojos habían cambiado de color, de negros a un rojo oscuro

-Si querías conversar debía haber sido en otro lugar, como pretendes estar tan campante frente a tantos magos!

 

Un viento gelido cubríó el lugar, provocando que varias bolsas por efecto de la fuerza del aire se desparramen en el suelo. Otros tuvieron que sostener sus sombreros con fuerza para evitar que se vallan volando. Miré muy seriamente a Sora, sabía que el había provocado eso; Sora mientras tanto expresaba una ligera sonrisa.

 

-Claro que tenía otras razones para visitar este singular lugar... Vi a algunos magos que me parecen muy fuertes, no sería una mala idea evitar que se involucren en nuestro objetivo.

 

El viento cruzó nuevamente y aunque las personas que habían en el lugar caminaban apresurados mientras pensaban en voz alta que aquello sería por alguna futura lluvia no me moví.

 

-Conversemos en un lugar sin tanta gente... -finalicé

 

Sora sonrió y empezó a caminar, a algunos metros indicó:

-Quiero volver a ese negocio... Una conversación entre viejos amigos y jugando ajedrez mientras tomamos una bebida no esta nada mal.

 

-Esta bien... pero sin que nadie nos escuche... -No supe que más decir. Estaba un tanto frustrada que volvería al local solo para presumirse.

 

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OFF

ok XD ando un tanto inspirada xDDDD

Editado 6 de Mayo del 2012 por gabyxlllsiby

[Only Marauder]

* elfos Betty y Queathon.

 

Ni que la propietaria tuviera que hablar dos veces repitiendo la orden, y los elfos ya habían dado media vuelta, acatando las indicaciones de esta. Betty fue a por el vaso, llenándolo enseguida con agua. Queathon por su parte, se prestó a ir a cada una de las mesas a atender a los clientes, aunque propiamente dicho habían solo dos de esas mesas especiales y únicas, con asientos que levitaban, al igual que el espacio en la barra.

 

-Sirvase señorita- dijo la elfina, aunque Gabi, una de las propietarias, tomó el vaso antes de que esta terminase de hablar.

 

-¿a a salir? pero tampoco alcanzó a recibir una respuesta, ya que efectivamente, Gabi dejó el local, a buen paso, de hecho.

 

-¿señorita, desea que le sirva algo? preguntó, esta vez a Estefanime, mientras se alizaba el floreado delantal.