Tienda P.B. de Material Escolar (MM B: 96638)

[Sagitas E. Potter Blue]

Lo más molesto de aquella resaca era ver con colorines, signo de que aún no me había librado del todo de la intoxicación. Además, me entraron unas ganas horrorosas de eliminar los fluidos que había acumulado. Eso era bueno, claro, sólo que ni me tenía en pie como para ir al lavabo. Así que tomé las muestras para pociones que me daba mi hijo y empecé a mezclarlas para sacar dos vasos de recobra-lucidez.

 

-- Juro que no vuelvo a beb... comer tanto, porque me siento fatal. ¿Quieres no chillar tanto, Matt?

 

En realidad había querido decir que no le dijera que entrara, que se largara, pero en el Amor no hay caso alguno a las pobres mamis y llamó a Heliké para que supiera que estábamos en la trastienda. Me enfadé y dejé de remover.

 

-- Que no he bebido, leñes.

 

Me senté y me crucé de brazos, de forma muy notoria, para que supiera que ESTABA ENFADADA. Y así seguía cuando entró mi sobrina y se puso al lado de Matt. No la miré, ni a ella ni a Matt, con la barbilla bien alta, hasta que sentí algo de una poción reabastecedora de sangre.

 

-- ¿Lo cuálo...?

 

Sólo en ese momento vi que a mi hijo le sangraba la nariz. Salté sobre mis pies, olvidando toda resaca y me acerqué a ellos. Le di una leve torta a Heliké y le saqué el algodón.

 

-- So bruta... Es un algodón absorbente... Le absorberá la sangre sin parar. ¿No sabes que lo mejor es que tire la cabeza hacia atrás para no ahogarse? Dioses... ¿Qué hicimos ayer noche para que estemos en este estado?

[Matt Blackner]

"Vas a matarlo.

La habitación en penumbra del niño estaba manchada de sangre, que tras formar un charco a mis pies, había comenzado a coagularse por los bordes.

 

"No. Mejor déjala morir"

El suelo, de piedra clara, se encontraba manchado de sangre.

 

Miré mis manos, cubiertas de sangre...la izquierda entre sombras, la derecha sobre un suelo claro. Olía a sangre, sentía el sabor de la sangre. No quería ninguna de aquellas dos opciones, pero...alcé la vista, en una encrucijada con un tercer camino, frente a mi, sumido en la oscuridad total.

 

Abrí los ojos. Me encontraba sentado en una silla, algo mareado. La cabeza me zumbaba, y por un instante la luz me molestó horrores, obligándome a volver a cerrar los ojos. Oía las voces de @ y Sagitas junto a mi, discutiendo por algo mientras hacían vete a saber qeu conmigo.

 

En qué momento decidí que era buena hora para iniciarme en la videncia...

 

- Si vais a matarme no discutais y que sea rápido murmuré, abriendo los ojos de nuevo, notando qeu una de las dos me había echado la cabeza hacia atrás

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Cariño... ¿Te encuentras bien...?

 

En aquel momento no es que quisiera desprestigiar a Heliké y su trabajo como sanadora. Supongo que entendería que era una madre preocupada por su heredero, quien aparecía completamente blanco, mucho más allá que la sencilla pérdida de sangre por una leve hemorragia en la nariz. Algo me decía que allá pasaba algo más grave. ¿Quién no se preocuparía de eso, siendo su madre?

 

-- Matt, cielo...

 

No entendí bien lo que murmuraba. ¿Matarle...? Fruncí el ceño y le di un leve zape en la cabeza.

 

-- ¿Quién quiere matarte? Yo no. Tal vez esta sobrina rara que tengo quiera hacerlo. Tú sabes que yo soy buen. Venga, mantén la cabeza hacia atrás a ver si te para la nariz. Tal vez debieras tomar una infusión de centella asiática con manzanilla y una cataplasma de Aloe Vera. Ya sabes que yo confío mucho en la herbología... ¿Quieres que te prepare algo calentito, cielo...?

 

Pero no me decidía a moverme, puesto que su cara no había mejorado. Estaba blanco como la nieve... Bueno, eso es un tópico, más bien estaba gris como la ceniza. ¿Qué le pasaría? ¿Tendría que llevarlo al hospital a que le hicieran un chequeo?

[Matt Blackner]

- Auch! - me quejé, puesto qeu Sagitas me dio un zape al oirme quejarme y pedir qeu me matasen.

 

MIré a las chicas, @ estaba en silencio, y Sagitas estaba claramente preocupada. Se lo noté en la mirada, por la forma en que me echaba el ojo...suponía qeu estaba pálido, pero no parecía haberme puesto a hablar en voz alta.

 

Dudé un segundo mientras miraba a mi madre. Estaba preocupada aun sin saber por qué debía estarlo. Curioso como podia llegar a reaccionar asi. Pero...debía decírselo?

 

No. Hasta ahora había callado, desde qeu aquellas visiones comenzaron durante las clases de videncia. Me habían impulsado a seguir con la habilidad hasta despertarla, y con eso solo había provocado que se intensificaran las visiones, pero seguía sin decirle nada a ninguna de las dos. Y asi seguiría.

- Un caldo de pollo - dije, poniendo cara de niño bueno, mirandola a los ojos. Sagitas quería darme infusiones, aunqeu ella sabía que no me gustaban....y no habíamos comido nada desde el día anterior. - Si vas a darme infusiones...

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Vale, ahora sí que estoy asustada.

 

No era para menos, Matt nunca pedía caldo de pollo. Desde que se había espabilado para sobrevivir solito de pequeño, no había pedido nada a nadie. Cuando regresó a Ottery y descubrimos su pasado, se había apoyado mucho en mí, tanto como yo en él. Pero nunca había dado muestras de flaqueza. Su debilidad no le permitía pedir mimos y calditos de pollo. Tal vez fuera una petición sencilla pero, a la vez, me indicaban algo más.

 

Algo le pasaba a Matt.

 

Y como no soy de dar muchos mimos sino de buscar soluciones, llamé a Harpo para que me trajera caldo de pollo, sí, calentito para que le hiciera bien. Pero también que me trajera una poción pimentónica dentro para él y una poción herbovigorizante para mí. En cuanto se fue, me senté a su lado y le acaricié la mejilla.

 

-- Ahora descansa esa cabezota dura que tienes pero, en cuanto te tomes el caldito, me explicas qué demonios está pasando. Tú nunca bebes tanto así que algo sucede que no me quieres contar. Y sabes que a mami no se le tiene secretos. Si te molesta Heliké me lo dices. ¿Quieres que la eche?

 

Y ahora fui yo quien puso cara de niña buena.

[Matt Blackner]

Fue Harpo el encargado de traer el caldo de pollo. Al fin dejé de sangrar por la nariz, porque me dejaron recuperar una posición normal en la silla mientras el elfo me dejaba el bol humeante en las manos. La verdad es qeu daba una sensación reconfortante sujetarlo entre las manos.

 

Miré el líquido pensativo. Sagitas se había preocupado, algo sospechaba. No, yo no me quejaba nunca y siempre me las apañaba...ni siquiera cuando me desangraba pedía ayuda, aunqeu la acabara aceptando a regañadientes. Tendía a apañármelas solo, a pesar que, desde mi llegada a la Potter Black, había aprendido a apoyarme en ella, y poco a poco iba dejando qeu me ayudasen, no era propio de mi pedir ayuda.

 

Aunqeu esa ayuda fuera un simple caldo de pollo.

 

- Creo que la cabeza dura la saco de alguien - contesté, riendo levemente. El calor comenzaba a extenderse....le habría puesto Harpo a la sopa algo más que fideos y pollo? - No hay secretos. - mentí, convencido. - Tal vez fuera solo un mal día...tu tampoco sueles beber y caiste antes que yo, recuerdas?

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¿Me estás llamando cabeza dura, muchacho? Mira que le doy un cabezazo a la pared y te hago un bollo para que tengas que llamar a un albañil y rellenarlo, hum...

 

Sí, lo dije sonriendo y con un tono claramente de broma pero mi hijo sabía que estaba seria y que no iba a ceder, por muchos chistes que contara a mi costa. No le iba a permitir que se callara. Porque algo pasaba, estaba segura.

 

-- Txe, txe, txeeee... Yo no bebo. Y lo puntualizo y punto. Si me dormí es porque ... ejem... estaba cansada.

 

Sí, creo que yo también soy una cabeza dura. Nunca reconoceré que he bebido demasiado porque odio que la gente beba y se comporte de forma indecente o impropia y no me permito beber a mí. Así que algo debió pasar para que yo bebiera. Necesitaba que Matt confesara lo que fuera para conocer mejor los hechos del día anterior.

 

-- Mira, muchachito -- me acerqué a Matt y le froté la cabeza, despeinándolo aún más de lo que solía estar. -- Tengo una botellita monísima de Veritaserum sin abrir. Así que, o confiesas por las buenas o confiesas por las malas. Tú eliges.

 

Y le mostré el frasquito que había comprado hacía poco en el Magic Mall.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro se estiró suavemente y se dejó crujir el cuello conforme caminaba lentamente en dirección de la tienda de material escolar de su hermana

No recordaba la última vez que había estado en ese sitio pero al menos sabía que no había mejor tienda para encontrar lápices y plumas nuevas, aparte de pergamino y hojas post-it que necesitaba; con las condiciones en las que se encontraba la casita que ahora era su hogar requería de hacer una buena lista de cosas para irla arreglando a como debia de ser.

Y se moría de sueño pero hasta no tener todo en órden no podía decir que se había instalado por completo y los dos cuadros que colgaban de la parte superior de la chimenea de la primer salita no dejaban de lanzar comentarios insidiosos sobre el tiempo que se había ido y cómo había dejado decaer la casa; y el dueño original al menos en retrato, era el que más derecho tenía para quejarse al respecto puesto que ni siquiera durante su estancia en el sitio el lugar se había visto tan abandonado

Suspiró y empujó un poco la puerta de la tienda esperando escuchar el peculiar y acostumbrado "tilin" que indicaba la llegada de un cliente

-Buenas noches

Llamó con languidez y quizá, un poco más de cansancio del que esperaba

[Sagitas E. Potter Blue]

No es que estuviera enfadada con Matt, por supuesto, pero sí quería que me contara lo que le pasaba. Porque algo le pasaba al muchacho, algo que no me contaba y eso me ponía furiosa. ¿Desde cuándo se callaba las cosas con su madre? Hubiera seguido con la amenaza del Veritaserum pero la campanilla avisó de que entraban clientes, así que guardé el frasquito y recompuse la figura para que no se notara que me peleaba con él. Aunque era bien tarde para atenderlos, nunca es tarde para ganar galeones.

 

Me alisé un poco el pelo con las manos para que no se notara su despeinado y salí a recibirle. Al llegar al mostrador de madera, arqueé una ceja, sorprendida al ver a Hayame allá. ¿En serio era ella? Tenía mala cara. Refunfuñé.

 

-- Buenas noches, Haya... ¿Es que como los vampiros no duermes piensas que los demás no descansamos? Estaba cerrada, aunque se me olvidó poner el hechizo para que ningún cliente despistado entrara.

 

No era cierto pero siempre es bueno dramatizar, como si mi hermana no me conociera, siempre protestona. Volví a fruncir el ceño al acercarme un poco más a ella. Había dicho que tenía mala cara. No, peor... Tenía ojeras. Y las vampiros no suelen tenerlas, ¿no? Al menos siempre recordaba a mi hermana fresca como una rosa. Bueno, sí, muerta, pero siempre fresca.

[Hayame Snape Potter Black]

Bostezó con fuerza

Si su hermana estaba de malas pulgas la vampiro no la había notado del todo, si acaso un aura peligrosa alrededor de la bruja que le instaba a no tocarle la nariz mas allá de lo que pudiera soportar; se talló un ojo para tratar de despejarse el cansancio que la abrumaba y lánguidamente sonrió de forma desvaída

-Ey!!

Levantó una mano y dejó salir una pequeña risa torpe, tambaleándose brevemente para después sacudir la cabeza

-Ufff... creo que me tomé algo que no debía

Abrió mucho los ojos como si eso pudiera despertarla y entonces, volteó a los alrededores

-En verdad estaba cerrado? -compuso un gesto de pena- lo lamento... yo solo venía a... hmm... tu sabes- con cara de cachorro pateado levantó una bandeja aparecida de la nada con un par de tazas de café