.: Castillo Triviani :. (MM B: 78361)

[Noah Lockhart]

La aventura que llevaba a cabo su familia era de lo mas genial y especial que se les habia ocurrido, le encantaba la idea de repartir amor y felicidad en esas fechas y su siguiente visita seria la mas especial de todas y claramente se notaba como subia el animo en Bodrik se le veia mucho mas animada que de costumbre aunque era comprensible siendo que irian a visitar la familia de su abuelo y su padre.

Ahora se dirigian a castillo triviani, nunca habia estado cerca ni mucho menos habia podido ir alli por lo que todo por completo era desconocido para el rubio, habia conocido a una mujer que llevaba aquel apellido pero nunca habia visitado su hogar, bueno no era como si hubieran hablado mucho como para visitarla, y no sabia como reaccionaria al verlo alli pero no le imporataba nada con tal de ir con su familia a tan importante aventura.

 

El rubio tomo la mano de su pequeño hermano para cuidarlo y acompañarlo al interior del castillo, no iban solos pues sujetando la otra mano del pequeño iba su adorada Rei era muy divertido y feliz poder ir con ella tambien en esa aventura, el rubio llevo de la mano al pequeño teniendo cuidado de no tirar los regalos que dejaria, escucho la suave voz de rei cantando, la cancion sonaba tan linda y alegre que incluso al ojiazul le dieron ganas de cantar aunque claro el rubio era un tanto desafinado por lo que no se animo a hacerlo en voz alta, entro al lugar junto con todos y mientras todos acomodaban todos los regalos el chico dejo una botella envuelta como un regalo con una tarjeta que tenia el nombre Candela dejando en claro que el regalo era para ella.

[Zoella Triviani]

Caminando por las calles de Ottery observando el papel donde anoté de manera apresurada aquella dirección que me dio Candela, pasando mi inquisitiva mirada por mi alrededor, visualizo un imponente castillo que supuse sería el Castillo Triviani. Acelerando mi paso hacia la entrada de dicho castillo observo todo a mi alrededor fijando mi vista en el amplio jardín que posee aquel terreno, a paso decidido me encamino hasta allá dándome cuenta que el lugar está talmente vació y decido entonces sentarme en el pasto a observar detalladamente todo a mi alrededor, escuchando todo los murmullos silenciosos del viento que hacen de mi cabello un pequeño desastre del cual no doy importancia alguna sintiendo el pasto bajo mis manos, cierro mis ojos dejándome llevar

 

 

 

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@@Candela Triviani

[Mentita]

― ¿No estás muy tranquila? ―su voz podría haberse confundido tranquilamente con el viento, pero sabía que ella la había escuchado.

 

Candela se apareció frente a la muchacha, la había estado observando desde la ventana de su habitación. Se sorprendió un poco con su llegada, pues la esperaba mucho antes, en realidad, y ya a esas alturas, hasta había olvidado que tendría que recibirla en algún momento. Mas le dedicó una ligera sonrisa, casi imperceptible, al reconocer ese "no sé qué" que le recordaba a ella misma.

 

― Veo que te has tomado tu tiempo en llegar, Zoella. ―pronunció su nombre con un toque de malicia, mientras se sentaba junto a ella.― Ignoro qué te entretuvo en el camino, pero es un alivio saber que ya estás aquí. ¿Qué tal el viaje? ―No, no tenía mucho interés en saber cómo fue la travesía de la muchacha, pero lo disimulaba bastante bien.

 

Hacía muchos años que la había encontrado en una de sus visitas a Italia, y desde entonces tuvo la necesidad de frecuentar su país de nacimiento, sólo para verla. Ya sabemos que Candela aprovecha las situaciones de las que puede obtener algún beneficio y, pues, tener a Zoella bajo su ala, quizás fuese una de esas.

 

― ¿Algo interesante que reportar? ―preguntó por fin, curiosa por algún descubrimiento.

 

@Zoella

Editado 11 de Enero del 2018 por Candela Triviani

[Susan V. Goldstein]

Sentada en las escaleras del castillo leía su tercer libro del día, había tanta calma en aquel lugar que solo podía pensar en qué hacer para derretir el frío silencio. Hacía mucho que no hablaba con su madre adoptiva o veía a su hermano Marco rondar por ahí, ella estaba sola en aquel gran lugar y eso comenzaba a fastidiarle. Extrañaba las noches en que los aduladores se sentaban en los aterciopelados muebles y aportaban infinidades de cosas para la mafia, cuando el castillo se vestía de gala para ocultar la fachada de saguinarios. Añoraba las cosas que hacían ver a su hogar tan imponente, extrañaba a su familia.

 

De una forma algo retorcida, pero lo hacía.

 

Susan lucía inmarcesible, los años eran vanos para ella. Su nuevo color de cabello la hacía parecer más joven, había llegado el momento en que el color negro de sus bucles la aburría así que invirtió aquella tonalidad dejandólo tan blanco y suave como las nubes. Era algo radical y tal vez no duraría mucho con ello pero lo disfrutaría en su pequeño momento, debía aprovechar que el cambio lograba ocultarle gran parte de su impía naturaleza. Sería vilipendíar su dinastía si dejaba de ser quien era por un nuevo color de cabello.

 

Suspiró con la esperanza de que eso le quitara parte de su pereza, se levantó del escalón y terminó de bajar las escaleras. Sus pies sintieron el frio suelo y la tunica de su pijama se arrastró por el, lo bueno de la soledad es la confianza que te brinda. Aquel suelo reflejaba su silueta mientras andaba, los Chucks habían hecho un buen trabajo ese día, pero ¿Donde estaban?

 

― Chuck, tráeme una copa de vino de sauco.

 

Aquellos elfos estaban tan bien domesticados que ni siquiera tuvo la necesidad de gritar, la pequeña criatura de no más de medio metro traía la bandeja con una copa del vino, tomó de la copa y en su lugar colocó el libro.

 

― Dime Chuck ¿Donde están todos?

 

El elfo solo pudo señalar un ventanal que estaba cerca, alguien había tomado prestada su lengua como castigo. Asintió en forma de agradecimiento y acarició una de sus orejas para que se retirara. Al acercarse al ventanal efectivamente miró a Candela con una nueva persona a su lado ¿Una nueva integrante para la mafia? ¿O solo otra aduladora? Bebió de su copa esperando ver la respuesta en algún momento.

Editado 11 de Enero del 2018 por Susan V. Goldstein

[Zoella Triviani]

- ¿No estás muy tranquila? - Escuche esa voz de nuevo, hace ya unos meses que no la había visto y aquella carta avisando mi regreso a Hogwarts me incito a contactarla y avisarle que pronto iría a Ottery mas no creí que me retrasara tanto; Hacia ya unos años que Candela me había encontrado en las calles de Italia y desde entonces solia verla de manera frecuente con el pasar de los años. - Te recuerdo que sentir el viento me relaja, el viaje ha sido algo estresante asi que aprovecho que aqui tienen un clima agradable. Me gusta la macion ansio verla por dentro - Respondo despacio, tras un suspiro giro mi cabeza para ver que en su rostro aparece una pequeña sonrisa,

 

- Veo que te has tomado tu tiempo en llegar, Zoella. - Le escucho decir con aquel tono que usa normalmente cuando pronuncia mi nombre y es cuando se sienta a mi lado. - Ignoro qué te entretuvo en el camino, pero es un alivio saber que ya estás aquí. ¿Qué tal el viaje? - Dando un leve asentimiento le respondo - Perdí el vuelo la semana pasada, así que me toco esperar - Tomo una pausa y tomando una respiración - El viaje estuvo algo pesado, pero no hubo nada fuera de lo común -

 

Teniendo aquella sensación de ser observado, pasado la mirada sobre el bosque y me doy cuenta de que es un perfecto lugar para salir a cazar .

 

- ¿Algo interesante que reportar? - Me pregunta, y soltando una leve risa un tanto fastidiada respondo - Mis cosas no llegaron en el mismo vuelo que yo - pongo los ojos en blanco - así que me toca esperar a que se dignen a aparecer en alguna parte del mundo -

 

 

 

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@@Candela Triviani

[Luisitha Black M.]

http://i.imgur.com/pBxy5cT.png

 

 

 

-Jooooo, yo instalaría red flú para ir de un cuarto a otro- Pensó para si la joven de cabellos azules al ver el tamaño de semejante castillo que se divisaba a lo lejos a un lado de un estanque y un bosquecillo.

Quizá se había acostumbrado ya a su cómoda y destruida casa en el Mannor de la Yaxley, que con todo y maldiciones era lo suficientemente grande como para que sus escasos familiares se ubicaran cómodamente, pero no tanto como para que te diera flojera cada vez que tuvieses que ir al cuarto de tu hermano a fastidiar (una responsabilidad que como hermana menor le gustaba respetar) y pensar que ella sólo podía hacer del dos cómodamente en el baño de su cuarto… definitivamente una casa así de grande no era lo suyo.

Y aun así tenía un cierto parecido con el castillo Black. ¿Qué habrá sido de él? Quizá lo mismo que este, demasiado grande para la cada vez menor cantidad de magos que quisiesen vivir en semejante responsabilidad. Los quejidos y lamentos que podían oírse tras la puerta quizá eran una prueba de ello “yo también lloraría” se dijo al imaginarse caminando por esos largos pasillos día y noche por un vaso de leche.

Tocó tres veces a la espera de que algún miembro de la familia o elfo le atendiese para dar comienzo con la activación de servicios ministeriales.

@@Ragnar Bjorn Lodbrok BL
@@wonderfairytale
@@Ezequiel granger
@@Mia Zoeh

[Susan V. Goldstein]

Mientras los matices de la habitación se volvían cada vez más rojizos por el atardecer ella tarareaba una canción. Canción de la cual no recordaba el nombre. Sentada en un banco subía aquellas medias que llegaban casi hasta sus rodillas, el traje de esgrimista siempre le pareció que le quedaba hermoso. Estaba en una de las tantas habitaciones del castillo, amplia y alta, con un ventanal que cubría toda una pared lleno de mosaicos de figuras. No necesitaba de la iluminación mientras tenía el atardecer en ese ventanal.

 

Había ordenado a los Chucks que despejaran esa habitación lo suciente como para que dos magos pudieran tener un duelo en paz. Sonrió para sí misma con ese pensamiento ¿Desde cuando hay paz en este castillo lleno de locos? De igual manera, había arreglado que uno de sus familiares viniera a verla. Hacía mucho que Susan no entablaba algo más que una mirada con alguien más de la Triviani y ya comenzaba a fastidiarle.

 

Lo había conocido por casualidad, cerrado y peligrosamente atractivo, como todos aquellos con nuestro apellido. No sabía si apreciaría un buen duelo con ella o si era más de tomar el té en las tardes, pero lo cierto es que no podía ocultar su naturaleza por mucho más tiempo. Era una Triviani, criada y acogida por Alyssa Black Triviani, debía hacerle honor al apellido.

 

Se levantó del banco y amarró su blanca cabellera en una coleta alta. Le gustaba el esgrima aunque fuera algo muy muggle de su parte, pensó que sería buena idea cambiar el espadín por la varita ya que no sabía si su contrincante le gustaba tanto como a ella. Tomó su varita y la incrustó en su cabellera como un adorno inofensivo. Miró a su alrededor y supo que no podía esperar al mago con tanto silencio.

 

-Morphos.

 

La banca donde se encontraba sentada tomó la forma de un lobo de ojos azules que enseguida empezó a corretear la habitación. Hizo un par de trucos para la bruja mientras esta reía como resultado, hasta que a sus espaldas escuchó a la gran puerta de caoba cerrarse. Había llegado. Sin girarse ni soltar la pata del can lo miró por encima de su hombro y le dedicó una sonrisa sutil.

 

-Barton.

 

 

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[Jeremy Triviani]

Jeremy andaba tomando una rica copa de oporto en la biblioteca del Castillo Triviani. Descansado un poco de la locura de sus clases en Hogwarts y sus asistencias como aprendiz en San Mungo. Por suerte sonreía al leer que había sido aceptado como empleado en el departamento de Catástrofes en el Ministerio de la Magia.

 

Aunque no sabía nada de cómo se manejaban allí, era gracioso que tuviera que ordenar las cosas cuando amaba hacer jaleo. Se levanto y decidió ir a la cita que tenia con Susan, esa bruja tan particular que era miembro de la familia. Recorrió el camino al lugar donde debían encontrarse y cruzo la puerta sin golpear.

 

-Susan… -respondió con un guiño a su sonrisa, observando detalladamente el lugar - ¡oppugno!

 

Lanzo el hechizo con un movimiento de varita y ejerció el completo control con el animal. El lobo controlado por el vampiro mostro sus filosos dientes y luego se dio vuelta acostándose boca para arriba para que la bruja pueda acariciarle la tripa.

 

-Orchideus -Dijo sacando de su propia varita unas rosas rojas, para entregársela a la bruja - ¿Qué te parece si bebemos algo?

 

La bruja era muy atractiva y se notaba su fino estilo. Parecía que los Triviani tenían mucho estilo y ninguno pasaba desapercibido nunca. La verdad era que el lobo formado por el hechizo era muy encantador como su dueña.

 

 

 

@@Susan V. Goldstein

[Susan V. Goldstein]

El can dejó de servirle a Susan para divertirlo a él. Enarcó una ceja de ironía y negó con la cabeza mientras reía ¿Le regaló una sonrisa y como recompensa tiene un guiño y un robo? Se acuclilló para acariciar el can para luego mirarlo y tomar las flores. Susan nunca fue del tipo romantico, era demasiado pecaminosa y descarada como para darle tanto espacio a las situaciones romanticas. Pero entendía que era un regalo de caballerosidad y no de pretención.

 

-Gracias por las flores...-Camino hasta una mesa y las guardo en un florero- Disimulan el robo de mi lobo.-Bromeó esperando que él también le hiciera gracia.

 

Efectivamente el mago no quería un duelo, entonces su vestimenta era inapropiada. Trató de lucir amable pues Jeremy no tenía la culpa, destruiría algo luego en honor a eso. Se alejó un poco del mago y sacó la varita de su cabello, con una floritura y una demia vuelta cambió su atuendo por un vestido causal y blanco cabello hasta su cadera.

 

-Lamento eso, esperaba tener un duelo amistoso -Se sentó en un sillón con piernas cruzadas- Pero aún así jamás me negaría a una copa de vino de sauco y una charla entretenida.

 

Inspeccionó al mago con la mirada sin oportunidad de sutilezas ¿Como es que no lo había visto antes? Ni siquiera sabía cuál era el parentesco que tenía con él o de donde venía. Pero era de la familia y eso le importaba lo suficiente como para ser amable con el tipo. El lobo se acercó y Susan logró acariciarlo con ternura.

 

-Entonces... ¿Cuando me dirás si eres primo o tío? Me siento carcomida por la incertidumbre Jeremy, y eso no me permite dejar las formalidades o darte confianza. -Dejó de mirar al can para luego darle atención al mago- Almenos que quieras permancer de esta manera.

 

 

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[Saori Rambaldi Ragnarok]

Saori se encontraba en su habitación como todos los días pues no salia mucho de ella al menos que su padre estuviera con ella, pero algo si se le hizo raro y era no saber nada de su sobrina ya hace un buen tiempo que se marcho y no volvió eso la tenia algo preocupada, frente a su ventana asomo una enorme cabeza negra y plumas brillantes su hermoso cuervo negro aterrizo liviana mente en la la cornisa. Con un toque suave su mano lo misto a los ojos y reflejo una sonrisa no muy cómoda al estar allí pero un bombillo se prendió en la cabeza de saori y tenia que seguir con su tranajo morti ya que sus labores habían terminado.

 

Por un insistente quedo inmóvil y mirando hacia su pared de color salmón y bellas decoraciones de rosas en su cabeza se le cruzo el nombre de su sobrina Charlot ya era hora de que perteneciera a la marca su ensuciara perjudicaba a saori por que era su confidente aparte de su hermana, se paro de su cama y con un nota rápida en un pedazo de papel de publicidad barata escribió.

 

@@Charlot Gryffindor

Querida sobrina te espero en la casa Triviani para hablar de asuntos de la Marca ya es hora que entres y seas parte de esto, se que desde hace mucho has querido entrar y ademas tiene que decirme como te fue en tu largo viaje.

 

Semper Fidelis

Att: Saori

 

Al terminar esas cortas palabras tomo un listón azul ( color favorito ) y enrolo suave mnete sin ir a romper el papel se dirigio hacia chester para que llevara este mensaje hasta su sobrina.