.: Castillo Triviani :. (MM B: 78361)

[Etoile Black]

En cuanto me adentré a la habitación noté un poco tenso a mi acompañante, sus palabras eran titubeantes, como si se excusara, lo que me dio ternura que otra cosa. De momento me enseñó el libro que llevaba en su mano izquierda, ladeé la cabeza unos centímetros y logré leer el titulo con claridad. – Interesante… tus gustos no cambian. – Sentencié – Fui a buscar algo de comer, mi elfo está oxidado después de tanto tiempo de no verme – Bufé respondiendo su pregunta mientras sujetaba su mano.

 

Reaccioné enseguida por su señal y comencé a caminar al fondo de la Biblioteca, hasta llegar a unas mesas de lectura; en el pequeño transcurso pude notar como iba guardando su varita lentamente, rodeé los ojos y decidí accionar. En un ágil movimiento me interpuse en su camino, haciendo que su cuerpo chocara con el mío, sonreí traviesa y sujete con brusquedad sus dos manos, haciendo que tirara todo lo que tenía agarrado, giré con el apegado a mi cuerpo sobre nuestro propio eje y de un momento a otro él ya se encontraba contra la mesa y mi cuerpo.

 

- ¿No crees que estás exagerando un poco tu alerta?... Digo, estás conmigo… en mi hogar y la única persona peligrosa que hay en estos momentos soy yo… por las increíbles ganas que tengo de… – Comenté paseando mi mano derecha sobre su nuca y parte de su cabello, manteniendo tan de cerca posible su rostro del mío para poder observar la comisura de sus labios tan dulces. – De comerte… - Complete mi oración comenzando a agitarme. Me encontraba fuera de mi en estos momentos.

 

Al caer en cuenta de la escena que estaba causando quería detenerme, pero a la vez no. Mis mejillas se sentían acaloradas, por lo que suponía que me encontraba sonrojada, comencé a pasear mi otra mano por su pecho hasta llegar a su estómago y detenerla en el broche de su cinturón. Sonreí nerviosa – No crees que… te estás tardando en pedirme algo? – Pregunté con la voz más tierna que pude sacar en ese momento, tratando de ocultar mi deseo y el placer que estaba dispuesta a darle al vampiro.

[Mentita]

Lo miró con intriga, dudaba que estuviese siendo sincero en su respuesta respecto a las guerras familiares, pero tampoco empezaría un debate en ese momento, por demás, innecesario, así que simplemente asintió a la afirmación y estiró los brazos para relajarse un poco. Llevaba varios días sin pegar un ojo, quizás debería aprovechar ahora que el castillo estaba medianamente en silencio y respiraba tranquilidad.

 

― Oh, pierde cuidado. ―se apresuró a decir cuando Neos le ofreció su ayuda.― A pesar de mi edad, mis dos manos aún funcionan perfectamente bien. ―intentó bromear, aunque quizás no tuviese éxito― De igual modo lo más seguro es que moleste a alguien por si yo no puedo seguir con los arreglos.

 

Estiró el cuello para ver entrar a otro elfo a la cocina, a ese tampoco lo conocía.

 

― Da la impresión que en este castillo hay más elfos de los que conozco, y eso no me gusta. Tendría que hacer un censo, pero me da flojera. ―se encogió de hombros.― De nada, me aseguraré de cobrar el favor algún día.

 

Candela le dedicó una media sonrisa al muchacho y se puso de pie, tenía sensación de que la charla protocolar de familia ya se había alargado por mucho y tampoco quería ser una molestia. Aunque la molestia era más para ella, claro.

 

― Si necesitas algo sólo tienes que chiflar a alguno de los elfos, ya sabes cómo es eso. Manéjate. ―empezó a caminar en dirección a la ventana y la abrió.― Y si tienes algún problema con tu habitación, pues puedes arreglarla tú mismo. ―dio un salto por el marco y salió a los jardines traseros.

[That is not my name]

Después de un tiempo lejos del castillo Triviani, era momento de regresar.

 

Me parecía muy extraño el estar presente en este sitio, no podía negarlo, y creo que Candela, mi hermana adoptiva, se había dado cuenta desde hace mucho tiempo ya que no era difícil notar la incomodidad en mi rostro, provocada por la incomodidad que ella me transmitía. No entendía, únicamente quería que el linaje de los Triviani se fortalecería, por supuesto, para tener un apellido fuerte en el alto círculo social de la sociedad inglesa.

 

Era obvio que no negaba mi parentesco con los Lockhart, mi familia, pero ellos habían surgido por mi unión con mi amada esposa Cye, además de que el apellido Tonks, el que utilizaba anteriormente, tenía una reputación que no quería que se viera reflejada con altos mandatarios. Mejor darle prioridad a otra familia.

 

Aparecí en la entrada de aquel sitio para ingresar como cualquier persona civilizada en vez de andar apareciendo y desapareciendo por cualquier sitio como primitivo.

[Neos Triviani Malfoy]

Asintió. No iba a insistir en su ofrecimiento si Candela no lo deseaba, era una mujer muy independiente aunque algo le decía que tampoco abusaría de su orgullo.―Si, y yo necesito encontrar a uno―dijo como comentario casual, pues aún no sabía nada de Aang.

 

Volvió a asentir.―Si, descuida, ya puedo manejarme a partir de aquí―igual la Triviani había tenido bastante paciencia, se preguntaba si la tendría con todos o de verdad le habría alegrado en algo el regreso de Neos al castillo.―Gracias nuevamente―alcanzó a decir antes de que saltara hacia los jardines, desapareciendo de su vista.

 

Soltó un suspiro de cansancio, sentía que habían pasado años desde que regresara, pero no... aún le quedaba mucho que hacer.

 

***

 

Las semanas desde su regreso habían pasado, y Neos ya podía decir que se había acostumbrado en algo al castillo una vez más. Ya había hecho varias cosas para la Marca, e incluso se había arreglado su situación con aquella Malfoy tan especial que le reveló nada menos de que habían tenido un hijo antes de que el Triviani iniciara su viaje.

 

Al bajar al vestíbulo uno de los elfos le dijo que tenían una visita especial, aunque Neos no entendió muy bien a que se refería. Sin embargo, al ver a Ishaya entrar comprendió en parte a que se había referido Chuck.―Bienvenido―le saludó, acercándose a él, aunque no sabía si estaría allí para ver a alguien en específico le pareció cortés saludar, no hacía mucho se habían visto en la mansión Riddle después de todo.

 

@ Zamolódchikova

[Jeremy Triviani]

Jeremy salió de Hogwarts caminando todo el trayecto que separaba el castillo escolar del famoso barrio de magos Ottery St. Catchpole hasta el imponente Castillo Triviani. Estaba decidido a visitar a su segunda familia. No los conocía mucho en verdad, pero quería recomponer los lazos con su padre @@Neos Triviani Malfoy

 

Asi que el vampiro no tardo en encontrar el lugar. Se quedó impactado con la enormidad de la estructura y su belleza italiana marcada en cada piedra. No esperaba que salieran a recibirlo ya que no había avisado de su visita. Cruzó la fuente frente a la entrada principal y sintió un repentino escalofrío que recorrio su espina dorsal.

 

El golpe en la puerta sonó con un gran estrépito a oídos del rubio. Su corazón acompañaba el compás del sonido hasta que terminó en un eco lejano. El ruido de la puerta al abrirse, lo puso en alerta máxima. Sonrió al elfo que lo atendió.

 

-Soy Jeremy Myrddin Triviani…-le dijo con voz ronca- avisale a mi padre que llegue de visita.

 

El mago no espero la respuesta del sirviente sino que cruzó por su lado como si no existiera. Se adentro en las profundidades del castillo sin mirar hacia atrás. Esperaba no haber hecho mal en pasar de visita sin anunciarse.

[Alyssa Black Triviani]

Saber que en algún lugar del mundo te espera un hogar al cual regresar otorga una paz mental que pocas cosas en la vida logran equiparar. Sus viajes podían alejarla por meses e incluso años, pero al final siempre encontraba su camino de regreso a casa y allí siempre le esperaba aquel viejo castillo que resguardaba entre sus paredes un sinfín de recuerdos. No paso por alto el detalle de que en esta ocasión percibía más vida y movimiento que de la última vez que estuvo allí. La residencia Triviani había pasado muchos años prácticamente abandonada, alojando ocasionalmente a algún que otro miembro de la familia que decidía dar una visita temporal, pero esta vez se sentía diferente. El castillo vibraba con la energía propia de un hogar concurrido, en cada rincón podían percibirse rastros de la presencia de sus miembros y su rutina diaria.

 

Era extraño pero reconfortante, una grata sorpresa y la mejor bienvenida que podía esperar. Más tarde hablaría con Candela al respecto, tenía que admitir que la Zingara había hecho un buen trabajo manteniendo la familia a flote en su ausencia, aunque claro esas palabras jamás saldrían de su boca. Una vez en sus aposentos comenzó a despojarse de sus ropas de viaje mientras que se encaminaba al cuarto de baño, llevaba días deseando un buen baño de agua caliente para quitarse de encima los trajines del camino. Pero cuando ya solo le restaban las ligeras prendas de su ropa interior un sonoro “crack” le detuvo en su andar.

 

- ¿Qué fue lo que te dije al llegar Chuck? – masculló la Black en un feroz siseo - ¡NO QUIERO QUE ME MOLESTEN! – su rugido fue acompañado con el primer objeto solido que encontró a su alcance, el cual atravesó el cuarto de baño hasta impactar en la cabeza del elfo que asomaba por la puerta.

 

- Pe… pe… ¡pero ama! Es una emergencia – balbuceó la criatura retorciendo sus mugrientos dedos – Su… su prima, Afrodita, muy grave. Sangre, mucha sangre…

 

Aquellas palabras consiguieron detenerle en seco, su rabia pronto se evaporó dejándola con una gélida sensación que descendía por su estómago: miedo. Se puso su bata a toda prisa y salió de la habitación como si le llevara un rayo, a los pocos minutos las puertas de los aposentos de la Malfoy se abrieron de par en par revelando una escena macabra: la banshee yacía inconsciente sobre el sofá blanco que con vertiginosa rapidez comenzaba a teñirse de rojo debido al ininterrumpido flujo de sangre que despedía la bruja.

 

- ¡Tráeme a Candela, AHORA! – exclamó la Triviani mientras que sus ojos desorbitados recorrían la escena con rapidez tratando de determinar un plan de acción.

 

@@Afrodita. @@Candela Triviani

[Mentita]

La puerta de su habitación se abrió en el momento justo en el que ocurría una explosión allí dentro. Candela había decidido experimentar con pólvora en algunas pociones que, claramente, decían que no podía agregársele nada más; mas ella, de actitud imperiosa, intentó llevarle la contraria a las recetas y terminó con el vestido chorreando un líquido espeso y caliente. Por supuesto, le tuvo sin cuidado el que la puerta estuviese abierta y Chuck la observase sin poder cerrar la boca. Se quitó los harapos y los reemplazó por unos limpios y menos envejecidos.

 

― ¿Te vas a quedar mucho tiempo allí parado? ―le preguntó al elfo mientras se quitaba la manta de la cabeza, objeto que había utilizado para protección de sus enmarañados cabellos.― Es mi tía, ¿verdad? ―Candela ya lo sabía.

 

Había reconocido su esencia momentos atrás, pero decidió ignorarla. No era quién para interrumpir su momento de placer de estar nuevamente en casa y tampoco tenía ganas de hablar con ella. Después de todo, algo le decía que terminaría siendo convocada a su presencia.

 

― Es... Es por un asunto...

 

― Urgente... ―lo interrumpió la gitana― Siempre son asuntos urgentes con ella. ―hizo un gesto con la mano para restarle importancia, luego de terminar de cerrar el vestido que no se había puesto del todo― Dile que estaré con ella en unos minutos.

 

― Señorita, no creo... ―Chuck no pudo terminar la frase. Candela no le había interrumpido, no lo miró ni emitió sonido alguno, simplemente dejó caer ambos brazos a sus costados y esperó, de espaldas a él.― Aguardaré afuera. ―e hizo una reverencia mientras retrocedía sus pasos.

 

Pero la Triviani ya estaba a su lado, ató un poco su cabello -aunque éste se desató de forma rebelde- y se encaminó hacia donde se encontraba Alyssa. Se sorprendió un poco cuando no pararon en la habitación de ésta y siguieron de largo hasta la puerta de una habitación que no conocía. La puerta se encontraba abierta y dejó entrever una escena a la que la gitana estaba ya, bastante acostumbrada.

 

Sin embargo, y pese al esfuerzo que hizo por contenerse, casi corrió hasta donde estaba Afrodita, tumbada en el sofá, bañada en sangre.

 

― Pero, ¿¡qué demonios!? ―su instinto primario le hizo fulminar con la mirada a Alyssa, a quien culpaba en ese momento por lo que estaba pasando. Pero entonces su conciencia le hizo recapacitar, su tía no era como Aland, Candela creía que la matriarca era demasiado blandengue con su propia familia.

 

Rasgó la tela de su vestido para hacer un paño con ella, de modo que lo utilizara como venda, e hizo presión sobre la herida para detener de forma provisoria, la hemorragia.

 

― ¡Chuck, trae agua caliente! ―primero debían limpiar la herida para aplicar Esencia de Díctamo. Ah, y que no tenía con ella en ese momento. El elfo desapareció al instante, pero Alyssa seguía, al parecer, petrificada.

 

@@Afrodita. @@Alyssa Black Triviani

[Afrodita.]

Los delirios iban y venían, su mente se encontraba entre la realidad y un pasado que ni ella misma recordaba de todo, veía diferentes formas o recordaba; ya realmente no se encontraba segura del todo que era lo que pasaba en su cabeza, pero lo cierto es que nada estaba bien. Sentía movimientos, pero no sabía quienes eran, ¿La habían movido? tampoco estaba de todo completamente segura, pero la verdad y la única verdad que su estado era deplorable y no mejoraba con el paso de los segundos que se sentía cada vez más débil.

 

-¿Alyssa?- Preguntó en voz baja, forzado sus cuerdas vocales para que funcionaran - Creo que estoy muriendo realmente- Dijo a la nada riendo en voz baja, intentado realmente percibir las esencias que se encontraban a su alrededor, eran conocidas, lo sabía... ¿Pero quienes? No quería abrir los ojos, siempre terminaba viendo sombras y prefería evitar eso.

 

-¿Estoy muriendo realmente?-Balbuceó, preguntándole a la gente que podría estar a su lado - No quiero, no quiero -Comenzó a levantar la voz hasta que se escucharon gritos de la boca de la banshee que podrían matar a cualquier mortal.

 

Ahí fue que Afrodita realmente abrió los ojos, aquellos ojos zafiro que podían ser un arma de doble filo y miro a las dos personas que tenía alrededor.

 

-¿Cande?¿Aly? -Preguntó, bajando la voz y intentado mantener el ritmo cardíaco.

 

-¿Voy a morir? -Volvió a abrir la boca, escuchándose un susurró tan suave que podría no haber sido escuchado.

 

[Marco Alcott]

Los meses había transcurrido demasiado rápido para el gusto del vampiro que debía escaparse por cuestiones de una plaga obtenida en el departamento de criaturas donde solía trabajar aun así la noticia que su madre ,con quien hasta el día no había tenido un charla extensa y necesaria donde Tenían detallarse varias cuestiones,cualquier problema no le quitaría la sed de volverla a ver.

La valija lista y con la seduccion de ese esperado regreso no dejaba que las horas siguieran pasando,antes de eso llamaba a sus recuerdos el ultimo romance transitado con la mujer que había sido su profesora en la academia y que llego a serlo en varios sentidos mas interesante.sabia que detallaría en la carta para concretar no en una simple aventura pero si algo mucho mas arriesgado que solo dibujaba una sonrisa en el vampiro cada linea que pasarían a ser entregadas por butter,el pequeño murciélago.

 

Muy bien nos vemos en casa Butter ya sabes solo a Arya de lo contrario la traes de nuevo.

 

Como se había prometido mas el tiempo que le significaba oro el joven vampiro estaba directamente en la sala principal del imperio Triviani, que lo llenaba de orgullo recordando que era su madre la mente maestra detrás de esos muros,que en ese momento necesitaban algún toque de celebración por mas que el fuerte no fueran las fiestas navideñas era el momento para ponerlas en practica para celebrar el retorno de sus miembros y a lo mejor alguna sorpresa que el vampiro pudiera darle a Alyssa;Solo que la sorpresa en ese momento para el vampiro era una presencia de alguien desconocido en sus registros llenando la desconfianza y descontento con el elfo domestico principalmente.

 

chuck ven ahora elfo inútil

 

amo que desea , no no sabia que usted estaba

 

Me doy cuenta de la incompetencia, abriste las puertas a un desconocido y antes que te mate ve por mi madre dile que regrese

 

Tirando la valija a un lado junto a la chaqueta de cuero, el vampiro con una furia indomable encara al individuo si darle tiempo que se defienda verbalmente, tomándolo del cuello para levantar del suelo y metiendo la mano en su corazón para estrujarlo en su mano recién ahí teniendo a su victima como quería es cuando le pregunta.

 

Quien eres infeliz por que estas en la mansión con que descaro te atreves a entrar

 

Dándolo con fuerza contra el piso escuchando como su cuerpo impacta contra el solido granito del suelo, sin dejar de apretar su corazón disfrutando como el sufrimiento lo doblega,sonriendo así victorioso por que sabia que no había perdido su esencia original.

 

@@Alyssa Black Triviani @Jeremy Bartom @

[Jeremy Triviani]

Jeremy ingreso a paso resuelto al espectacular Castillo Triviani, cuando de repente sus sentidos vampíricos le dieron una advertencia de movimiento. Volteo la cabeza de costado para mirar y un hombre joven se paro frente suyo. El vampiro no tuvo tiempo de reaccionar cuando una mano lo agarró del cuello, lo levanta del suelo, mientras otra de las manos se abría paso en el interior de su pecho.

 

-¡aahh! -grito Jeremy cuando el dolor que rodeaba su corazón se puso insoportable.

 

Apenas escuchó la pregunta de su atacante cuando lo golpeo contra el duro suelo de granito. Su cuerpo entero rebotó con el golpe y su laringe se lleno de sangre haciendo que escupa cuando intento responder. El otro vampiro era muy fuerte y lo manejaba como si nada, parecía dispuesto a matarlo allí mismo.

 

-Soy hijo….-intento decir Jeremy escupiendo sangre - Hijo de Neos Triviani.

 

Esperaba que eso bastará para convencer al hombre. Su corazón rodeado por la mano de su atacante le dolía como los mil demonios. No podía zafarse de su agarre y con un pequeño movimiento el vampiro podía quitarle la vida sin problemas. El rubio sabia que no tenía muchas opciones de escape.

 

-¡Suéltame…! -le dijo con voz gruesa - ¡Maldito Cabrón!

@@Marco Alcott