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Sherlyn Stark

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Todo lo publicado por Sherlyn Stark

  1. ¿Hola! ¿Qué tal? Tengo una consulta con respecto a fechas. Si bien, el lunes me inscribí para cursar la clase de el Libro de la Sangre y ese mismo día se abrió el tópic, pero horas después. Sin embargo, no me llegó ninguna notificación para saber si la clase me corresponde o no cursarla, o si debo esperar a que se inicie una nueva el próximo mes. Espero que sea el lugar indicado para preguntar estas cuestiones, porque tampoco me gustaría cursarla y que al final resulte otra cosa. Así que, la pregunta es esta, ¿me corresponde cursar la clase o debo esperara que se me notifique? Desde ya, gracias.
  2. Durante los últimos días y luego de registrarse en el sistema mágico había recibido diferentes invitaciones, cada una de ellas de diferentes organizaciones que necesitaban su colaboración para obtener aportes sobre criaturas mágicas. Si bien, nunca había escrito un artículo que se relacionara con éste tema, pero con frecuencia leía las revistas más importantes. De todas maneras, la consideraba una tarea compleja, se requería de la información suficiente para comenzar a redactar, además de la utilización de fuentes de confianza. Sostenía la carta que provenía del director del santuario de dragones, en Rumania. No lo conocía, lo único que podía pensar era que se trataba de una persona que sabía mucho de dragones y suponía que si llegaba a tener la posibilidad de conocerlo le realizaría una serie de preguntas que giraban en torno a los cuidados que requerían. En el mundo mágico había personas que los tenían como mascotas; por otra parte, también los utilizaban para los duelos o redadas, además de que estaba segura que en el pasado durante guerras mágicas habían sido utilizados como piezas claves. Quizás el querer tener conocimiento de cómo el santuario maneja esas cuestiones fue la razón por la cual emprendió su camino hacía el Ministerio de la Magia a reunirse con Kritzai. Hacía tiempo que no pisaba esas instalaciones, aún así no olvidaba cómo era que se sentía estar ahí, el frescor y la humedad de los pasillos, que el exterior se encontraba en condiciones diferentes. Sentía como la piel de sus brazos se erizaba y no era algo de extrañar debido a que llevaba sólo un vestido de seda. —¿Será muy tarde? —murmuró, preguntándose a sí misma. Había trascurrido minutos de la hora escrita en la carta por lo que pudo imaginar que sí. Aceleró su caminata tanto como pudo y como le permitían sus zapatos. Al acercarse unos metros pudo oír unos gritos que, si dudar, provenían de la dirección donde se dirigía. Fue en ese omento cuando su paso se incrementó. Al llegar pudo notar dos mujeres con el pelo rojo y otra azul, de fondo se encontraba quien parecía ser el director. — ¿Refugios?—suponía que sería para las criaturas que por lo que pudo suponer ya que estaban en peligro. Se adentró un poco más pudiendo distinguir a las personas ´presentes, estaba Tauro quien había sido una de sus influencias más fuertes en su momento, por otra parte, Hayame que parecía ser la más exaltada y Lady, quien acababa de llegar al igual que ella. En su mente repasaba la lista de hechizos. Alguna solución encontraría.
  3. ID: 113426 Libro de Hechizos: Libro de la Sangre Justificante de compra del Libro: Aquí Link a la Bóveda: Nº 101718 Link a la Ficha: Nº 101696
  4. Los últimos rayos de sol caían sobre las plantas de jazmín, indicando que el atardecer se aproximaba. Hacía tiempo que no visitaba Aethonan’s House, a pesar de eso, visitarlo le seguía provocando la misma sensación, calma. Sus únicos pensamientos eran sobre las renovaciones de las instalaciones, especialmente del jardín donde se encontraba en ese momento. Creía que no sería importante consultar a Helen sobre las compras de unas simples plantas, después de todo, su idea era sólo comprar pocas y de tamaño reducido, de esa manera las vería crecer. Con sus dedos tocó el tallo frondoso que le daba forma a la planta de cerezo, pudiendo identificar sus características y el estado en el que se encontraba en esos momentos; parecía crecer de manera favorable. Por otra parte, había otras que no se encontraban así, carecían del brillo que emanaba la anterior y eso se debía a los malos cuidados que les estaban brindando. Para ella as plantas eran igual de importantes que cualquier criatura viva y era terrible que no se les respetara de la misma manera. Sólo esperaba que las criaturas no corrieran el mismo destino que éstas. — ¿Blondie? —murmuró, mientras se erguía para buscar a la elfa domestica. Durante su ausencia una de las criaturas que se habían mantenido a cargo del local era ella y suponía que podía tener una respuesta sobre lo que había sucedido. Se dispuso a caminar hacía la mesa de entrada para seguir con el recorrido. Era trágico pensar que incluso su ausencia era la culpable de lo que estaba sucediendo, por otra parte, consideraba soluciones inmediatas. —¿Blondie? —Volvió a decir, ésta vez en la sala. Registró el lugar con una mirada y luego se dirigió a la caja donde registraban las ventas, estaba vacía, aún así no se sorprendió porque era lógico que se encontrara en esa situación los primeros días de la semana. Otra cosa era creer que las elfas y Helen se habían fugado con las pocas recaudaciones que recibían. Sonrió al pensarlo. Era tan ridículo como pensar en instalar una fuente de veinte metros en el jardín; si el lugar se ampliara podría hacerlo pero no sería una de sus prioridades en ese momento. Observó la lista que registraba todas las compras de los meses recientes, eran pocos, lo que indicaba que el local no estaba teniendo la misma visibilidad que meses atrás. Sin embargo, no era sólo eso, necesitaban ofrecer algo nuevo pero, ¿qué podría ser? Volvió a girar hacía la entrada creyendo haber oído algo. * * * * Terror en Arthonan's House El silencio se había instalado en el lugar y, en cierta forma, daba la sensación que se intensificaban. Y, eso no sólo le provocaba cierta incomodidad, sino que también estremecimiento. Se acercó hacía unos muebles antiguos y llenos de polvo y, sin dudar, los transformó en instrumentos musicales, luego les hizo un encantamiento para que sonaran melodías clásicas y leves en volumen bajo. Sherlyn había decidido realizar una reunión en su pequeño local del Callejón Diagón y por ese motivo el ambiente estaba decorado para la ocasión. Había transformado las decoraciones ya instaladas a otras de aspecto tétrico, asegurándose que tendrían ese aspecto durante la jornada. También se había atrevido a adquirir decoraciones tales como arañas de juguete, para ser precisos, un centenar de ellas, y estaban dispersas por el local. La lámpara luminosa de la sala de espera se había transformado en un candelabro de extensas dimensiones y con velas grasientas que eran lo único que brindaría luz, dado que el encuentro se llevaría a cabo luego de el sol cayera. — Está todo listo. Su mirada se dirigía hacía las mesas largas que contenía diferentes tipos de aperitivos, dulces y bebidas mágicas, la cantidad suficiente. Ella se había asegurado que en el lugar no se infiltraran sustancias que pudieran considerarse tóxicas para los invitados, esto incluía bebidas alcohólicas. Debajo se encontraba una manta negra de textura gruesa y relieves góticos. Sólo el mostrador, la sala de espera y el jardín estaban habilitados para el evento. Se había encargado de que el ruido no molestara a las criaturas mágicas que se hospedaban en el edificio, por lo tanto, el segundo, tercer y cuarto piso estaban cerrados con llave, así mismo la escalera que los dirigía. Si bien, no era una fiesta de disfraces, cualquiera podía optar por algún distintivo como vestimenta oscura y artículos que pudieran hacer la diferencia, como sombreros o antifaces. Ella llevaba un vestido largo y oscuro, con un antifaz en su rostro. Los elfos que eran empleados se habían dispuesto a cooperar en los preparativos.
  5. Nick: Sherlyn Stark ID: 113426 Conocimiento: Herbología Nivel de Magia: VII Link a la Bóveda: Nº 101718 Link a la Ficha: Nº 101696
  6. Planilla de compra: ID: 113426 Nick: Sherlyn Stark Link a la Bóveda Trastero: Nº 107552 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Nº 101718 Link a Tópic de la clase o a la prueba: -- Nivel Mágico: VII Fecha: 2019-08-24 Nombre del producto: Libro de la Sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de hechizo Nivel (del libro): VII Precio: 7000 G Precio total: 7000 G
  7. ¡Hola! ¿Qué tal? Tengo una duda con respecto a la nueva normativa, no sé si debo consultar acá, pero quizás me aclaran un poco, específicamente con la compra de libros. Si bien, desde ayer rige la reforma en el formulario para la compra de estos objetos, por lo que se agregó un campo nuevo que es donde se debe agregar una clase o prueba. Lo que yo no entiendo es si se refiere a la clase ya comenzada del libro que aspiro tener (que es el Libro de Sangre), o la última clase que asistí para obtener el Libro de la Fortaleza. Desde ya, muchas gracias. ♥
  8. ID: 113426 Nick: Sherlyn Stark Link a la Bóveda Trastero: Nº107552 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Nº 101718 Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: VII Fecha: 2019-08-22 Nombre del producto: Libro de la Sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de hechizo Nivel (del libro): VII Precio: 7000 G Precio total: 7000 G
  9. Nick: Sherlyn Stark Link a la Bóveda: 101718 Rol de Personaje: Magizoologa Información Adicional: Investigación.
  10. Habían sido semana complicadas debido a que las tareas que demandaban cuidar mascotas ajenas y propias. Creía que lo ideal era presentarse a su trabajo en el Concilio de Mercaderes, donde trabajaba hacía más de un mes, de lo contrario no tendría galeones. Tenía el deseo de satisfacer todas las necesidades de sus mascotas, además de brindarle felicidad a todas aquellas que se presentara en su camino. Sólo era una de razones, por otra parte deseaba ayudar a sus compañeros los cuales aún no conocía. - Manos a la obra –murmuró la bruja para sí misma dirigiéndose a las ventanillas con la intención de recoger una de las compras de los miembros de la comunidad mágica. Resultaba ser un día perfecto para recorrer esas inmediaciones en búsqueda de algún objeto de interés, por esa razón no le impresionó al ver que había una gran cantidad de personas a sus alrededores. Al ver una planilla reposada sobre el mostrador lo recogió tan rápido que no tuvo tiempo para ver que detrás se encontraba uno de sus antiguos estudiantes. Le agradaba saber que de a poco ellos estaban encontrando su lugar en el mundo mágico y a la vez le impresionaba el nivel de crecimiento. Una vez que se dispuso a leer cuidadosamente lo que se precisaba, realizó una leve sonrisa, la cual indicaba que todo estaba en orden. - Perfecto. – dijo la bruja, leyendo una vez más. – Vuelve pronto. * * * * * * @ Compra aceptada.
  11. Las patas de las acromántulas llamaban completamente su atención, parecían ser de una textura áspera; pero no podía estar segura ya que jamás había las había tocado. Se mantuvo atenta a cada movimiento de esas criaturas mientras se levantaba del suelo y trataba de recuperar el equilibrio. Justo en ese instante se percató del peligro que había a su alrededor considerando que esas criaturas eran capaces de quitarles la vida en sólo unos segundos. Aún así, tenían la ventaja de que aún estaban a metros de ellas. Se preguntaba de dónde habían llegado las demás. No recordaba cómo había planeado esa actividad ni qué era lo que planeaba enseñarle a Zahil. Creía que el temor estaba apoderándose de ella y, en consecuencia, se le dificultaba realizar un movimiento. Inhaló aire cerrando lentamente sus ojos para intentar tranquilizarse pero las palabras de su alumna provocó que recuperara la conciencia y, así, prestar atención a lo que sucedía. — Oh, no, no sé —susurró sin escuchar la pregunta y mirando a su alrededor mostrándose aterrada. Aún desconocía la razón por la cual habían aparecido tantas, ¿sería que habían tenido hijos luego de colocarlas en ese lugar? De cualquier manera, era una situación terrible y deseaba escapar de ese lugar. Antes de actuar ante la situación escuchó la voz de Weasley. Podía tener alguna idea del espíritu de su compañero así que supuso que si habían finalizado la clase de Herbología ayudaría a que las arañas se fueran de ese lugar. Aunque, también estaban interrumpiendo su área donde vivían y estaban demasiado cerca para salvarse de las acromántulas. Tenía entendido que cuando estás observaban a su presa no las dejaban libres con facilidad. Poseían una memoria asombrosa. Preparó su varita y la sostuvo sobre su mano tratando de que sus nervios no hicieran que ésta saliera de sus manos. — Reducio —exclamó en dirección de la acromántula que tenía frente a ella. Ese hechizo provocaría que el tamaño de ésta se disminuya por unos instantes. Eso les daría tiempo para escapar. — Utilicen hechizos que no las lastimen —pidió la bruja. al ver que las acromántulas comenzaban a lanzar telas de araña supo que debía apresurarse. @
  12. Sus pensamientos se enfocaron a la acción que había realizado su alumna instantes atrás, la cual no había prestado suficiente atención. Se preguntaba cómo sería capaz de subirse a la rama de un árbol en tan pocos segundos, o quizás sus reflejos estaban atrofiados y había sido sólo una percepción visual errónea. Decidió dejar esa cuestión de lado y se dedicó a observar su alrededor intentando descubrir qué sería útil para la próxima actividad. Al mismo tiempo, escuchaba con atención las palabras de su alumna para averiguar cuánto sabía acerca del tema, aunque principalmente eran temas personales. Para apresurar la situación, le hizo una señal a su vuelapluma para que se guardara en su bolso. Creía que no había temas para desarrollar y ya habían sido demasiada teoría. Se levantó de un salto con la intención de ir en búsqueda de una aventura en las profundidades del bosque. Siguiendo los pasos de su compañero, quien se había retirado del lugar mucho tiempo antes. — Muy bien, Zahil —respondió la bruja que se conformaba que su alumna supiera distinguir acerca de los Seres, Espíritus y Bestias. Aunque aún no había aclarado el asunto: — Los Seres, Espíritus y Bestias son consideradas criaturas, pero no pueden pertenecer a alguien. —Comentaba la bruja mientras invitaba a su alumna a adentrarse al bosque que tenían delante de ellas. Quería dejar de lado el tema de las criaturas peligrosas ya que no se sentía cómoda. Tampoco trabajaría con ellas sabiendo que eran capaces de generar daños. Desconocía los métodos que utilizaban los profesores que la suplantaban, pero lo averiguaría más adelante. Siguió avanzando permitiéndose inhalar el aire puro del bosque pero al mismo tiempo esquivando todo aquello que pudiese intervenir su caminata. Estaban rodeadas de vegetación; pero aún no había rastros de criaturas exóticas. Al llegar hasta la ubicación donde creía que comenzaría la actividad se percató que no había rastro de lo que esperaba encontrar. — Se suponía que habría criaturas por aquí —dijo la bruja observando su alrededor. Sin embargo, el fuerte ruido de un derrumbe interrumpió su búsqueda. Inmediatamente comenzó a preguntarse qué podía haberlo causado y comenzó a buscar una respuesta. Había sido el techo de un túnel que estaba a unos metros de ellas. Si bien, no se había percatado que existía uno de esos en el bosque por lo que se encontraba sorprendida. — Mantente cerca —pidió Sherlyn, aunque sabía la experiencia que Zahil podía tener en el mundo mágico. Era preferible no separarse ya que el causante del ruido podía ser cualquier cosa, incluyendo una criatura peligrosa. Si el túnel había surgido de repente, ¿qué otras cosas podían aparecer? Tras la desesperación la bruja hizo unos pasos en dirección del túnel y tropezó contra una piedra. Fue en ese instante cuando recordó de al llegar ahí aparecerían las criaturas. Apareció una magnifica acromantula cerca de ellas. @
  13. Sus manos comenzaron a temblar a causa de los nervios que le causaba esa situación. Sería la primera compra que recibiría, la primera actividad que tendría en su nuevo empleo y, por supuesto, era una experiencia que no olvidaría. Como tampoco olvidaba el primer día en el trabajo donde había estado durante más de un año muchos meses atrás. Tras la reforma ministerial no había podido adaptarse, más porque tenía otras obligaciones. Observó el panorama de la trastienda desde el otro lado de la ventanilla. Jamás había considerado la opción de ayudar al Concilio de Mercaderes, aun así, era fascinante trabajar cerca de las criaturas. Advertiría acerca de las posibles problemáticas de tener ciertas criaturas y pediría que la cuiden como si fuera parte de su familia. Conocía personas que no eran de confianza. Se preguntaba qué debía hacer en esos casos y si era posible denegar la compra. Se sobresaltó al ver un formulario delante pero rápidamente la sostuvo para leerla con atención y verificar que estuviera en condiciones de ser aceptada. — Todo en orden —sonrió la bruja girando su cabeza para saber con quién estaba hablando—. Tienes suerte, es el último Augurey que en stock. ¡Cuídalo mucho! El nombre del mago se le hacía familiar, como si lo hubiera leído en algún otro lugar. Sin recordar la lista de los nombres de sus nuevos compañeros y sin intenciones de preguntar, decidió olvidar el tema. Tampoco era el lugar correcto para esas cuestiones. Debía prestar atención si aparecía algún comprador. * * * * * • Off: @@Ernest Macnair Wilfred Compra aceptada. Enseguida la llevaré a la oficina.
  14. Tras saludar a Nathan, sonrió levemente al recién llegado quien había sido su alumno en una de las clases de Introducción a la Magia que también impartía. Las clases comenzarían de manera individual y aún no había realizado ningún acuerdo con él sobre si en alguna actividad se unirían. Sin preocuparse demasiado fijó su mirada al frente en la espera de la respuesta de Zahil. Escuchó con atención cada una de las palabras y analizó mentalmente la respuesta. Curvó sus labios tras calificarla debido a que sabía qué era lo que seguiría a continuación y era algo que, aunque intentara, no podía detenerlo. Miró el frasco que se encontraba delante de su alumna, la araña se había desvanecido pero a medida que los segundos transcurrían el tamaño del sapo se incrementaba llegando a romper el recipiente donde estaba. A continuación, se oyó un ruido proveniente del segundo frasco, donde se encontraba la araña, el cual se caía al suelo y se rompía en mil pedazos. Al oírlo sintió preocupación ya que éstos podían haber lastimado a Zahil y porque el crecimiento del sapo no cesaba. « ¿Cuál era la solución?» trataba de recordar mientras sostenía su varita firmemente sobre su mano y ojeaba, desesperadamente, el libro que tenía delante de ella. — Oh, no, ¡debes besarlo! —Exclamó tras leer el primer párrafo—. O lanzarle un «Reducio» —prosiguió esperando que la defensa sea lanzada por parte de ella. Si bien saber defenderse de criaturas hechizadas no era uno de los temas que entraban en la clase pero tampoco estaba de más. Como aún no le había entregado una devolución a Zahil, indicó a su vuelapluma que escribiera en la pizarra flotante cómo podían diferenciarse las criaturas muggles y no mágicas. Y por qué solía confundirse aquellas que estaban en los frascos con criaturas mágicas. Carraspeó y le dictó, sin prestar atención al resultado de las acciones de Zahil, quien posiblemente, leería la pizarra y tomaría apuntes una vez que se encontrara tranquila. Diferencias entre criaturas mágicas y muggles. » Las criaturas mágicas y muggles tienen características similares a simple vista, sin embargo, cualidades cómo desaparecer, hablar, curar, entre otros, son una de los principales factores por lo que se los puede diferenciar. No sólo el tamaño, pueden haber criaturas muggles gigantes y otras mágicas de tamaño diminuto. Pero está claro que a pesar de que las arañas y acromántulas son similares en apariencia éstas últimas tienen la capacidad de comunicarse con humanos y viven de diferente forma. Se desconoce si pertenecen a la misma familia. » Desde la antigüedad de ha dicho que los sapos son personas atrapadas en aquel cuerpo; como en los cuentos infantiles, te has dado cuenta que al besarlos pueden transformarse en galantes príncipes. Pero hasta hoy no está comprobado. » Una de las razones por la cual se suelen equivocar es porque algunas partes de arañas y sapos son utilizados para la realización de pociones. Al terminar observó a su alrededor en espera de lo que sabía que sucedería tras pronunciar esas últimas palabras. Las ramas de los árboles comenzaron a moverse permitiendo que se cayeran algunas hojas secas. Una de ellas de tamaño considerable caería delante de su asiento asignándole una actividad. « - Criaturas altamente peligrosas. Menciona dos y explica la razón por la cual le tendrías miedo. Seres, Espíritus y Bestias. ¿Has convivido con alguna?». Se sentó sobre su asiento con un ojo en la otra clase.
  15. El amanecer significaba que sólo faltaban unos instantes para que la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas diera comienzo. Había decidido impartirla durante una jornada matutina ya que permitiría que su alumna tuviera tiempo para relajarse, considerando que no siempre las actividades eran leves. Una de las mejores maneras de adquirir un conocimiento era a través de experiencias. Se decía que cuanto más peligrosas era mejor, pero la bruja no estaba a gusto con ese mensaje ya que le desagradaba la idea de que alguien resultase herido. Al ver los primeros rayos de sol decidió avanzar con la clase; volvería a leer la lista de los alumnos que tendría en esa ocasión y trataría de ubicarlo en un sitio donde éste se sintiera cómodo, de esa forma su alumna prestaría atención a la información de la clase. Visualizó su alrededor, esperando la aparición del profesor de Herbología a pesar que no habían tenido comunicación. Creía que éste aparecería en ese mismo lugar pero también podía hacerlo en cualquier ubicación de ese bosque. Dejó caer sus párpados tratando de sentir el aire puro que un sitio como aquel le permitía, éste le transmitía paz y le ayudaba a pensar con claridad. Una vez que los abrió pudo visualizar su alrededor por segunda vez y con más atención. Había ideado cada una de las pruebas a las que se enfrentarían, o por lo menos eso creía. Tan solo esperaba que saliera según sus planes. Sin mover sus pies del lugar observó que enfrente de ella había cierta cantidad de árboles al lado de un sendero de piedra que conduciría al alumno hasta donde se encontraba ella. Lo esperaría un asiento de roca, detrás de una mesa del mismo material donde podría apoyar sus apuntes en caso de que lo necesitara. Sonrió a si misma al ver que el ambiente estaba en condiciones y, lo único que faltaba era el detalle de una lindas flores que podían decorar el escenario. Así que, paso seguido, realizó ese pequeño cumplido. Una fragancia de rosas comenzó a invadir ese pequeño sector desviando, por unos minutos, la atención de Sherlyn. Comenzó a sentirse intranquila al ver que en el cielo se formaban diferentes formas de nubes grises. Aquello sólo podía significar que una tormenta se avecinaba. Curvó sus labios en señal de preocupación esperando que la lluvia no llegara antes de su único alumno. * * * * * — Bienvenida a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas —saludó la bruja con una amplia sonrisa para que su alumna se sintiera cómoda. Sherlyn pudo reconocer el rostro de Zahil Granger por ser uno de los miembros recientes de la Orden del Fénix al cual no había tenido la oportunidad de conocer. — La primera actividad constituye en saber diferenciar entre las criaturas mágicas y las no lo son – dicho esto aparecieron dos frascos de vidrios enfrente de la alumna. En una de ellas se encontraba un sapo de un tamaño fuera de lo común mientras que en el otro había una enorme araña. — Dime, Zahil, ¿por qué crees se suele confundir estas criaturas con criaturas mágicas? ¿Conoces alguna diferencia? Ella no lo sabía pero cada segundo que tardaba en responder a su pregunta éstas criaturas se volvían más grandes hasta el punto de llegar a ser capaces de romper el frasco.
  16. Existían personas cuyos pensamientos acerca de la vida eran realmente profundos, más de los que ella había podido tener a lo largo de su vida, aunque no habían transcurrido tantos años desde su nacimiento. No consideraba apasionante a la filosofía, de hecho, se conformaba tan sólo con las explicaciones de libros y lo escuchado durante su infancia. Aun así, le parecía fascinante la idea de conocer las perspectivas que otros tenían y a la vez le era tan sorprendente el hecho de que utilizaban propiedades de la Aritmancia para construir sus teorías. Sentía interés por conocer cómo realizaban las predicciones a través de los números. Esa curiosidad le impulsó a tomar el conocimiento una vez que se encontraba preparada para ese desafío. Imaginaba el nivel de dificultad de la clase y le daba temor el hecho de creer que podría llegar a costarle, ¿sería así? Lo único que esperaba era emplear la valentía y confianza que sabía que, en el fondo de su ser, las tenía y debía potenciar para que resultara notorio. Esas características, además de su predisposición podrían ser los principales requisitos según ella. Mordió el lateral de su labio inferior, gesto que denotaba inquietud, al leer la misiva que había llegado por parte del Ateneo de Conocimientos. Durante sus meses de labor en la Universidad Mágica jamás había oído el nombre de aquel profesor por lo que llegó a pensar que podría tratarse de alguien nuevo. A pesar de que en circunstancias su memoria se nublaba el apellido, Passim, le resonaba dentro de ésta. A la vez que forzaba su mente para recordar esto último comenzaba a realizar los preparativos. La carta no informaba mucho; pero creía que una vestimenta cómoda sería lo ideal y, como el verano llegaría a su fin en unas semanas, ella aprovecharía para lucir un vestido de seda, sencillo y de una tonalidad turquesa. Como en situaciones similares, no llevaría artículos decorativos pero sí dejaría que su cabellera cayera sobre sus hombros; la única diferencia era que en ese caso sí llevaría zapatos, suaves por sí debía aumentar su velocidad. Le interesaba aún más le hecho de que en esa ocasión estaría unida junto con Astronomía pero se lamentaba porque no había podido leer siquiera una mínima información acerca de la asignatura, por lo que debía contar con lo poco que conocía. Disfrutaría la clase de todas maneras. Así que, una vez que se sintió lista emprendió su viaje por medio del método de la aparición. El ambiente sería un bosque y, quizás, lo encontraría gracias a la iluminación que su profesor ofrecería. Al ser de noche necesitaría para reconocer su alrededor. Las situaciones transcurrieron tal como las había planeado, reconoció el lugar y próximamente se acercó al grupo. La clase se encontraba avanzada por lo que no tuvo el tiempo para presentarse, aunque tal parecía que ese detalle no era de importancia. Había logrado escuchar la consigna de lo que parecía ser el profesor, un centauro. Le llamaban la atención los centauros por lo que su mirada no se separó de la figura que poco se podía distinguir a causa de la poca claridad de las fogatas. Sus compañeros de adelantaron y fue en ese instante cuando prestó atención a lo que le rodeaba. Le agradaba volver a encontrarse con Amya. Cualquiera la reconocería por su forma de expresarse, con tanta libertad, por eso no era sorprendente su respuesta. De hecho, ésta última le había dejado dudas que esperaba que se pudieran responder en el transcurso de la clase. Desconocía de quienes se trataban las otras dos personas pero por los tonos de su voz se confirmaba que no los conocía. — ¿Es posible que la Astronomía también pueda predecir el carácter de nuestros días? —no le gustaba realizar una interrogación delante de otra pero no podía afirmar algo de lo que no tenía conocimiento. Ella creía que lo mejor era utilizarlas por separado ya que, como decían sus compañeros, no tenían ningún parentesco salvo el fin con el que era posible utilizarlas. De haber una forma en la que pudieran emplearse a la vez sería fascinante. Sin nada más que aportar siguió en su posición en la espera de una respuesta.
  17. Naipes ingleses. Podría haber sido obra de una magia superior aquella que provocó que esas dos personas tomaran las características físicas de ese tipo de cartas o, si bien, se empeñaron para lucir exactamente como tales. Lo que estaba fuera de sus planes era la alocada personalidad que ambos adoptaron una vez que se pusieran en la piel de sus personajes. Se consideraban como actores con grandes capacidades pero no por eso se acoplaban tanto a una protagonización como en esos momentos. — ¿Sería hoy? ¿Hoy sería? —el “A de corazones” no paraba de realizar ciertas indagaciones a su compañero con la intención de obtener una afirmación. Estaba claro que se encontraba fuera de sí no atendía a lo que su subconsciente trataba de decir ni tampoco le avergonzaba las miradas de la gente. Realizaba exclamaciones innecesarias en voz alta. Afortunadamente para su dignidad llevaba sus ojos tapados ya que se dirigía firmemente a la mascarada de la cual le habían hablado hacía unas semanas. Prometía muchísima diversión, por lo que se podía interpretar. Sería la oportunidad perfecta para demostrar sus habilidades exhibiendo sus mejores trucos. — Así es —confirmó el “A de pica” con la misma impaciencia de su voz denotaba—. ¡Debemos darnos prisa! Se podía decir que no soportaba ni un segundo más la actitud que su acompañante tenía, y si no fuera porque estaba ansioso de observar todos los preparativos que se habían realizado en el ambiente, donde se llevaría a cabo la fiesta, podría haber tratado de amagarle con el hacha papel que llevaba sobre sus manos. Éste sólo esperaba no llegar a utilizar tales medidas para regularizar las emociones exageradas del otro, quien no se encontraba indefenso ya que llevaba una enorme flecha. La calidez que sólo los meses de más calor era capaz de ofrecer desfavorecía sus trajes ya que de a poco se iban llenando de sudor. Con semejante inquietud uno de ellos tuvo que decir algo al respecto: — ¡Espero que haya calefacción! — Debemos apresurarnos —seguía soltando el otro estrellando su arma contra el suelo provocando un irritante sonido. Se encontraban a unos pasos de Ars & Vita cuando sus personalidades cambiaron por completo haciendo que se comportaran de una manera más tranquila; no querían quedar mal con el anfitrión. No sólo por cortesía sino porque él podía ofrecerles una beca para actuar en ese prestigioso establecimiento. Cualquier quedaría maravillado al ver el jardín que estaba delante de la puerta principal, era fresco y hermoso aunque ellos no le darían ese calificativo sólo les llamaba la atención. Aquel cuyo aspecto tenía una tonalidad colorada sólo se quedó unos segundos admirando las piedras que constituían el sendero. Siguieron éste hasta adentrarse al establecimiento con nervios y entusiasmo, los cuales no habían podido disimular. — Debe ser un elfo muy eficiente —murmuró uno al ver a la criatura que los anunciaba. La sala parecía enorme desde esa perspectiva, aunque también creía que lo sería desde las otras. Era elegante y ninguno de los dos podía quitar sus miradas de su alrededor y a la vez estaban expectantes de lo que sucedería. http://i.imgur.com/l2jE4yX.png
  18. Era hora de que este momento llegara y me siento muy contenta. *-* Me llevó mucho trabajo decidirme por cuál conocimiento tomaría, todos son interesantes, pero ya al fin encontré el que considero apropiado para mi personaje. A continuación dejaré la ficha. Espero que todo esté en orden. Nick: Sherlyn Stark ID: 113426 Conocimiento: Aritmancia Nivel de Magia: VII Link a la Bóveda: Nº 101696 Link a la Ficha: Nº 101718
  19. Había estado tan sumida en sus pensamientos que no se percató de lo fabuloso que lucía el cartel hasta las exclamaciones que realizó Cye, revelando su admiración. Era verdad que mantenía una imagen llamativa sin perder su toque cordial y serio; los contrastes utilizados podían ser una clara muestra del buen gusto que podía tener una persona. Cuando el anfitrión confesó que había sido el artista no pudo más que pensar que cualquier persona podía tener tales habilidades para generar una obra. Suponía que éste, al ser el dueño de un local donde se centraba en el arte tenía más posibilidades de generar cierta actividad con tanta simpleza. Su inquietud de a poco mermaba haciéndole sentir más segura y reconfortante, esto debía deberse a su cercanía a la de Cye. Estudiaba cada una de las palabras que realizaban los presentes en esa hermosa azotea, de tan manera que no le había quedado tiempo para escudriñar su alrededor. Debía admitir que ese lugar le agradaba bastante y si no fuera por el prejuicio que le tenía a su propietario podría pasar largas tardes allí, perder la noción del tiempo pero nunca de las circunstancias. De repente la imagen de su elfa cruzó por su mente, la pequeña sabía cómo volver al hogar pero el hecho de que no le había dicho ni una palabra de dónde estaría. Se sentía realmente preocupada por esa situación, por lo tanto se vio obligada a retirarse de ese establecimiento antes de lo que creía y cuando fuese el momento más indicado. En ese instante su mirada se dirigió hacía el director del departamento de Transportes. No había escuchado ninguna palabra de su parte y temía que fuera porque le molestara la presencia de ella. ¿Sería posible? — Ayudaré en lo que pueda —reafirmó su comentario dirigiéndose, esta vez, a Adrián quien parecía asombrado de su actitud. ¿Cómo no sería capaz de ofrecer su ayuda a quien se la pedía de buena manera? Solía ser una persona muy servicial y quizás podía ser una desventaja a la hora de mantener una imagen sensata de sí misma. Hasta podría llegar a estar en peligro si ésta actitud propia llegaba a agravarse. Aun así, al estudiar la situación de una forma más determinada se dio cuenta que estaba obrando para mí. Después de todo no perdía a cambio de una tarde fantástica repartiendo folletos, le daría la oportunidad de escudriñar los locales de Diagón. — Estoy segura de que el amable elfo te traerá una crema crema batida —dijo en dirección de Cye para que ella se quedase más tranquila ya que no había nada más que estuviera a su alcance para ofrecerle—. Lamentablemente, ya es hora de irme. — Estoy segura que a mi hermana le encantará la idea de La Mascarada —añadió para que el asunto no le quedase en el aire—. Siempre es un gusto verte, Cye, y fue un placer conocerle, señor ¿Black Lestrange? —las insignias departamentales delataban la identidad de cualquier persona. Antes de oír las respuestas de los presentes, la bruja se puso de pie con la intención de retirarse. Pero, antes, sus ojos buscaron la figura de algún elfo que estuviese a una distancia considerable de ella para que pudiese escuchar su petición: — ¿Serías tan amable de acompañarme a la entrada? —indagó; no le agradaba la idea de que fuese Wild quien se viera obligado.
  20. Se preguntaba cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que había visitado su local y no podía llegar a la conclusión de los meses fueron, seis, o quizás siete. Posiblemente el lugar correría la misma suerte en el futuro por más que en ese momento una nube de culpa invadía su interior haciéndole sentir la peor persona del universo. Podía remediar los hechos realizando esos trabajos que quedaron abandonados en el negocio: brindar apoyo a sus empleados y obtener nuevas adquisiciones para ofrecer al público. Esto último fue de lo que se encargó esa mañana. — Es un excelente día, ¿no es así? —indagó dedicándole una amplia sonrisa a uno de los elfos que trabajan voluntariamente en Aethonan’s House -no se aceptaban humanos a menos que ella tuviera una buena impresión de su persona-. Sobre un cielo índigo se elevaban nubes de diversas figuras y lucían una perfecta tonalidad blanca gracias a sus componentes el cual, claro, no era algodón como antes solía pensar. Sus recuerdos hicieron que su sonrisa se ampliara aún más. No habían sido los mejores años de su vida los de su niñez pero fue como sobrellevó esa situación lo que hizo que se renovara su visión de esa etapa. Para ella lo importante era la parte beneficiosa de una circunstancia porque a pesar de que algunos eran malos podía sabía que había aprendido algo de ellos. Frenó su mirada sobre una de las lechuzas que se exponían en el mostrador y la escudriñó hasta el punto de preguntarse cuáles eran los recuerdos que podía haber tenido una criatura como tal, podrían haber llevado mensajes de suma importancia o vivido diversas aventuras en el aire. Uno de sus mayores deseos personales era interpretar lo que ellos sentían, así tendría la posibilidad de ayudarlos mejor. — Este luce perfecto, ¿verdad? —soltó la bruja detrás del mostrador apoyando con sus manos el jarrón rustico que estaba en frente de ella. Había dado el día libre a los demás empleados así que se encontraba a cargo de todas las tareas internas por lo que le recaía una gran responsabilidad sobre sus hombros. Podía asegurarse de la seguridad del local, jamás debía olvidar a qué bando pertenecía y cuáles eran sus ideales. Se creía lo suficiente capaz de proteger esas instalaciones. Antes de que la paranoia apareciera sintió el fuerte estruendo que hacía la puerta al cerrar y esto despertó su inquietud. « No podía ser» Su pulso cardiaco comenzó a aumentar hasta oír la pintoresca voz de un payaso –sólo era una persona-. — ¡Están invitados…! —éste comenzó a promocionar el siguiente evento: http://i67.tinypic.com/dxogtf.png (Pincha en la imagen para más información) Por supuesto Sherlyn tenía conocimiento de lo que se llevaría a cabo en ese lugar aun así tomó el folleto que amablemente entregaba. El sujeto debía tener más cuidado con las propiedades ajenas y aquello le hacía creer que todo formaba parte de una conspiración personal en contra de ella. Pero, era imposible. A pesar del acontecimiento que hizo que se le pusieran los pelos de punta, lo dejó pasar. Una vez que la presencia se hubo retirado dejó el aviso publicitario encima del escritorio para que quienes entrasen pudiesen informarse sobre esto. Se apartó unos centímetros para luego seguir examinando cada uno de los detalles de su alrededor porque debía saber cuáles eran los que tenía que modificar. Sin embargo, esperaba que pronto llegara alguien así podía brindarle ayuda. — ¿Hay alguien?
  21. Payaso. Habían transcurrido muchas horas desde que comenzó a recorrer el callejón. Tal parecía que necesitaría más tiempo para que todos los folletos que tenía en su poder fuesen entregados a los ciudadanos del mundo mágico. Carraspeó su garganta para poder hablar con más claridad a la señora que estaba en frente de él: — Así es, es esta semana —dijo el payaso sin perder su sonrisa en el rostro. En esa ocasión varías personas le había hecho preguntas acerca del evento que podía interesarles. Él, personalmente, sabía que éste cumpliría con lo que los magos deseaban. Podían reunirse con las personas que ellos más querían y la pasarían de una manera excelente. El payaso se detuvo en la entrada del local que ofrecía distintos ambientes, biblioteca, restaurante y espacios al aire libre. Parecía fantástico y, a la vez, un sitio donde transitaba mucha gente, así que con su mirada fija en la gente que pasaba en frente de él, les entregaba los folletos con la siguiente ilustración: http://i67.tinypic.com/dxogtf.png (Pincha en la imagen para más información) — ¡Están invitados…! —gritaba el personaje sin perder el aire. Quería llamar la atención y lo estaba logrando, sin lugar a dudas. Posiblemente, luego de que entregara todos los folletos se tomaría un tiempo para despejarse en las instalaciones que estaban detrás de él. Le llamaba la atención lo de las actividades al aire libre y el nombre del local. “La Tierra de los Faraones”, parecía como si escondiera muchos misterios dentro y necesitaba descubrirlos de una vez.
  22. Payaso. La persona que se ocultaba detrás de todo ese maquillaje pintoresco y esa vestimenta colorida se encontraba exhausta. Había recorrido kilómetros del Callejón Diagón y, realmente, ya no le alcanzaba sus pies para seguir con su tarea. Debían contratar más personas para realizar esa labor. Tragó saliva y estiró sus brazos hacía abajo. Necesitaba agua ya que sentía su garganta seca y comenzaba a picarla. Para su suerte había un negocio cerca, el cual se llamaba “Ladurée”. Tal parecía que vendían té y creía que podían ofrecerle un poco de agua. Pero, antes de adentrarse al local. Pegó el folleto que repartía sobre una de las paredes del local. Esperaba que aquello no interrumpiera la hermosa apariencia del salón, aun así, correría ese riesgo para tener sus manos libres. http://i67.tinypic.com/dxogtf.png (Pincha en la imagen para más información) — Agua, necesito agua —dijo una vez adentro del lugar. Su postura aún reflejaba su necesidad y esperaba que pronto quienes estuvieran a una distancia aproximada pudieran atender esa necesidad. Volvió a tragar saliva y de a poco fue enderezándose para que su compostura volviera a la normalidad. Aunque era un payaso, la persona que lo protagonizaba no solía llamar la atención de esa forma.
  23. Payaso. Estando detrás de ese personaje que estaba caracterizando se sentía vivo y, sin dudas, le permitía ver el mundo lejos de colores y alegrías. Quizás ser un actor por ocio no le brindaba tanta economía como se lo merecía pero a él le encantaba y le llenaba de alegría. Se sentía extraordinariamente cada vez que el público le dedicaba sonrisas y gestos de aprobación. Imaginaba que debía ser duro para ellos saber que alguien interrumpía el bienestar de la gente en la vía pública pero él no era como algunos de sus compañeros ya que mantenía la cordura. — Aquí vamos —dijo el payaso, acercándose a uno de los locales que más le llamó su atención en esos momentos. Al acercarse pudo comprobar que el local beneficiaba al medio de transporte del mundo mágico, reparaba y mantenía todo tipo de objetos que un mago podía utilizar, escobas, motos, coches voladores, entre otros. Aunque él sólo conocía esas tres y ninguna más. Se acercó y se posicionó sobre la entrada para entregar al resto de los ciudadanos el siguiente folleto: http://i67.tinypic.com/dxogtf.png (Pincha en la imagen para más información) No se atrevía a pegar los folletos sobre la pared de “Vulcanización Mágica” ya que estropearía la apariencia del local y, de verdad, no era su intención encontrar problemas. Esperaba que los magos se interesaran en aquel evento ya que podían pasar un buen rato junto con las personas más allegadas. Sería un evento espectacular y sumamente recomendado. Volteó su mirada hacia atrás para verificar que ningún propietario saliera con un palo de escoba para echarlo de allí.
  24. Al levantar su mirada, luego de que leer la información del folleto, se sintió observada por los rostros de los retratos. Le parecía increíble y una excelente estrategia para captar la atención al público; tenían la posibilidad de conocer "celebridades”, aunque eso valía para quienes no se sentían intimidados. Tras algunos segundos volvió a la realidad cayendo en cuenta del lugar donde sus pies se mantenían fijos. No era su intención molestar a nadie, aunque en un principio quería respuestas por el comportamiento del payaso pero la información que del folleto hizo que se olvidara de esa situación. Tenía interés en ver a Cye, saber cómo estaba y cuál era su vestuario en esa ocasión. A pesar de que Lockhart llevaba unos meses con una criatura dentro suyo seguía teniendo un excelente gusto a la hora de tomar decisiones cuando se vestía y había podido comprobarlo en la clase en la que tuvo la posibilidad de verla. Era según el estilo de cada persona y Sherlyn creía que el de ella era el mejor que había visto en su estadía en el mundo mágico. Fue en ese instante en el que recordó el local que tenía la bruja en el Callejón Diagón y consideraría visitarlo para ver la nueva indumentaria. En el momento en que sus recuerdos cruzaron su mente vio un elfo doméstico dentro del local, el cual se había dado cuenta de su presencia pero retrocedió y tomó velocidad para caminar rápidamente, o eso le había parecido. Quizás aún estaban reformando el local para la fiesta que se realizaría días después, lo descubriría. Sin embargo, una persona pareció hacer caso al llamado del empleado y se presenció en la entrada en tan solo unos segundos. La bruja no pudo evitar expresar un gesto de disgusto y susurrar: — Oh, no —tras los diversos pensamientos que pasaron por su mente se había olvidado de que él era el anfitrión. Por más que lo intentara, hablando o reflexionando le era imposible tener una buena imagen de éste. Era demasiado paranoica para aceptar que era una buena persona. Creía que podía encontrar a Cye en algún otro lugar que no fuera allí pero no le parecía correcto alejarse sólo por temor. Deseaba demostrarse a sí misma que podía hacer frente a cualquier circunstancia que se le presentara; después de todo era parte de un bando que intentaba brindar el bienestar de esa comunidad. También aprovecharía para comprobar que nada fuera de lo común ocurría dentro de esas instalaciones. Respondió al saludo y se resignó –tras deliberar- a cruzar el umbral. Había respondido sin que le preguntara por lo que podía imaginar que ellos estaban en reformas aún. Su interior era asombroso, no sabía qué modificaciones podían darle; quizás un poco más de color en la entrada pero ¿dónde quedaría la elegancia? Varias cuestiones comenzaron a surgir por su mente pero ninguna vería la luz. Quería mantener el mínimo contacto y al oír que Cye junto con un acompañante estaban en la azotea se sintió más aliviada, más al percibir que el trayecto fue rápido. Una vez allí se ubicó al lado de Lockhart a quien se la veía en perfectas condiciones y con una copa de hidromiel en la mano. Le dedicó una sonrisa y luego miró a el director del departamento de Transportes: — Buenas tardes —podía imaginar para qué estaban reunidos en ese momento. — No —negó ante la invitación ya que podía tener ingredientes extras. Imaginaba que podía incluir alguna sustancia para ponerlos inconscientes y robarles sus pertenencias, pero a la vez no quería perder una postura educada—. Muchas gracias. Cuando el elfo llegó con los folletos de la reinauguración, el cual había podido comprobar que era el mismo que llevaba en su mano—. Es interesante —soltó, dándole dedicándole otra ojeada al folleto—. Creo que podré ayudar. — Aunque deben pedir a sus empleados que respeten al que circula por la vía pública, ¡tiran crema por doquier!
  25. Se detuvo por unos instantes para apreciar la arquitectura de uno de los negocios del Callejón Diagón. Los paseos de fin de semana eran sus favoritos y los de su elfa que la acompañaba. En los cristales de la parte frontal del lugar podía verse una cálida escena que había dejado de ser familiar para ella debido a su ausencia por esos terrenos. Aun así, debía aprender a valorar cada momento y no lamentarse, no sabía cuándo podía ser el último día. Volvió a fijar su mirada hacia adelante con la intención de seguir caminando. Realizaban sus pasos sin rumbo, ya que sólo era un paseo. No sabía cuál eran los intereses de la criatura ya que hacía semanas que no iban de compras; era una elfa que cambiaba de gustos rápidamente pero Sherlyn no la culpaba. Inclinó su cabeza para tener una visión más clara de su figura y para soltar unas palabras, pero quedaron en el aire al tiempo que ella la interrumpió para comentarle acerca de un local que estaba en la parte contraria a la que observaba. « Debía estar bromeando» No hacían veinte minutos de la llegada de ellas a ese sitio que Blondie le pedía permiso para visitar un punto de encuentro donde había muchos elfos domésticos. Dejó que su ceño se frunciera levemente dejando que éste delatara su estado de ánimo. Debía comprenderla. Hacía tiempo que la pobre no salía a la luz del sol y no deseaba privarla de nada, ni aunque aquel día fuera diferente a la de su expectativa. Había creído que caminarían hasta que el sol descendiera. — Puedes ir —cedió rápida y suavemente para impedir que su molestia se notara—. Pero no tardes. Sus sentimientos disminuirían al transcurrir el tiempo pero su elfa no le perdonaría nunca si le prohibía algo tan simple como una reunión. Cuando la elfa se perdió de vista y no quedó rastro alguno de ella, se dedicó a volverse hacía una posición donde podía seguir observando las edificaciones. Aún no podía evitar que sus gestos demostraran su descontento y quizás había sido una de las razones por la cual sintió que su rostro se enfrió antes de que su cabeza pudiera codificar la imagen que debía haber visto. Había sucedido todo en centésimas de segundos pero en su mente había sido interminable. Sentía sus ojos tapados por una capa viscosa y suave, mientras que su nariz sólo distinguía un agradable sabor a azúcar. Cuando la sustancia llegó a sus labios pudo comprobar que se trataba de crema, sólo era eso. Quizás, no era sólo eso, ya que podía oír una enorme risotada –casi llegaba al límite de parecer terrorífica-, perteneciente del causante de la situación. — ¡Estás advertida! —Alertó el payaso, manteniendo un timbre de voz alegre—, debes tener tu sonrisa siempre dibujada en tu rostro. Al tiempo que fue descubriendo la crema de sus ojos fue distinguiendo lo que le rodeaba. Tenía en frente una especie de comediante, debía ser un actor o algo similar, que había llevado su papel demasiado lejos. Ya no creía que los payasos nacían con esas características. En su infancia solía pensar que había un país donde nacían y se criaban, pero luego comprendió que sólo era una profesión. — Oh, no había por qué —comentó limpiando su rostro con el pañuelo rojo que llevaba en su muñeca, para su suerte medía varios centímetros. Una vez que detectó el lugar de donde salió aquel personaje su atención se centró en ese local. Tal como había imaginado, se trataba de un centro donde se realizaban artes teatrales y recordaba haberlo visitado en el pasado. Siguió escudriñándolo hasta ver el nombre de «Wild». Imaginaba que personas así siempre estaban detrás de todas las circunstancias extrañas. Tomó el folleto que el sujeto le entregó y se dedicó a invadir el terreno del enemigo –aunque no lo consideraba precisamente así-. Antes de llegar a la entrada recordó el folleto. ¿Una Gran Mascarada? Aquello le llamaba su atención y parecía divertido.

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