Ania Evans Weasley

Sonreí divertida observando al joven mago completar la ficha que le había dado. Mientras lo hacía decía en voz alta las posibles respuestas y las mismas, cosa que me causó un poco de gracia pero lo disimule perfectamente.

Se tomó el tiempo que necesitaba y luego de aclararse la garganta me lo devolvió. Lo examiné minuciosamente y luego de asegurarme de que todo estuviera adecuadamente respondido lo sellé y le dí una copia para quedarme con el original.

-Muy bien-dije sonriendo mientras lo revisaba-evidentemente está todo perfectamente respondido...-miré su nombre en el papel-Leandro-concluí y lo sellé finalmente para pasarle la copia.

-ésto es suyo.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

Confederación Internacional de Magos, Sede Británica

 

 

 

Ficha de registro de Brujas y Magos inmigrantes

 

 

 

 

Nombre: Leandro Delacour

Ficha: Ficha de Leandro

Nacionalidad: Argentino

Motivo de inmigración: Motivos estudiantiles, de hecho, vine de pequeño a Inglaterra con mis padres. Unos años posteriores yo había empezado el colegio de hechicería y mis padres tuvieron que regresar a Argentina, para no perder la actividad escolar la familia Delacour me adoptó para poder permanecer en el país. Acabo de graduarme en la Academia, así que estoy buscando empleo para poder seguir viviendo acá.

Situación actual en Gran Bretaña: Recién graduado, buscando empleo.

http://i.imgur.com/05vIo.png

Hospital mágico con Bodrik.

Esperamos unos minutos mientras ella me tomaba presión entre otras cosas, supongo que tenía que hacerme un chequeo general y todo lo que corresponde para eliminar otras hipótesis para los síntomas que presentaba.

Después de que terminó de hacerme el chequeo, sacó un aparato parecido a una vara, lo hizo pasar por sobre mi vientre un par de veces y unas imágenes aparecieron en frente de nosotras. Definitivamente estaba embarazada, las imágenes mostraban lo que parecía ser siluetas de un par de criaturas que apenas empezaban a formarse.

Bodrik me felicitó animada-mente y yo no supe como reaccionar, me sentía feliz claro por estar esperando bebés, por tener dos vidas dentro de mi pero me asustaba el hecho de que me encontraba sola en ese momento, mis ojos se humedecieron y una sonrisa se formo en mis labios, la emoción me ganó y me causaba tanta ternura mirar esas imágenes, además no solo era una criatura, sino dos.

-Gracias Bodrik, voy a ser mamá!-exclame con los ojos llenos y emocionada.

Estaba detrás de mi escritorio esperando al trabajo llegar caminando hasta mi y así fue, un joven mago llegó hasta mi y me preguntó donde podría encontrar un formulario. Sonreí amablemente.

-Claro, aquí lo tiene-respondí al sacar una hoja y entregársela-la completa y me la devuelve-volví a decir mientras le entregaba una pluma y un tintero-puede sentarse-lo invité en la silla que se encontraba al otro lado de mi escritorio.

Ministerio de Magia

Departamento de Cooperación Mágica Internacional

Confederación Internacional de Magos, Sede Británica

 

 

Ficha de registro de Brujas y Magos inmigrantes

 

 

 

Nombre: (del personaje)

Ficha: (link a la ficha del personaje)

Nacionalidad: (nacionalidad del personaje)

Motivo de inmigración: (¿Por qué inmigró? De esta forma podemos tener más controlados a los extranjeros y saber si se inmigró por problemas con la ley o por asuntos económicos, sociales, políticos o familiares)

Situación actual en Gran Bretaña: (del personaje| si trabaja, estudia, etc...)

Rol con Huntress, tiempo atras

Mi respiración se mantuvo un poco agitada mientras observaba a mi compañera de casa, pensé que se sentiría ofendida o en el peor de los casos me daría una cachetada pero ella no decía absolutamente ni una palabra y eso me preocupaba de sobremanera. Caminó hacía mi aun sin decir nada y yo sentía morirme mil veces de curiosidad con cada paso que daba en mi dirección, los latidos de mi corazón seguían aumentando el ritmo.

Mi cuerpo se tensó aun más a ver su reacción, abrí mis ojos de par en par sorprendida por lo que estaba haciendo, ella simplemente sonrió y acto seguido su pulgar acarició mis labios haciendo que mi respiración se agitara un poco mas.

No podía reaccionar, quería salir corriendo y olvidarlo todo, eso es lo que haría normalmente Ania, pero mi nueva naturaleza no me lo permitía, lo que sentía hacía Huntress no me lo estaba permitiendo, al contrario. Me deje llevar nuevamente por mis sentimientos y cerré de nuevo al sentir como mis labios se volvían a ajustar a los suyos, nuestros cuerpos se pegaron con sus brazos alrededor de mi y los míos acariciando su espalda.

Nuestros labios se separaron una vez mas y me susurró en el oído, me ericé al instante y no permití que se alejara de mi, la volví a abrazar y besé su cuello cálidamente para después tragar con dificultad resistiéndome al deseo de beber su sangre, seguí besando su cuello subiendo por él hasta sus labios donde nuevamente besé con ternura.

Por fin pude apartarme de ella y tomé la palabra-esto...puede ser posible?-dije en un hilo de voz mientras sentía mis pómulos enrojecerse.

Rol actual con Kutsy

Antes de que Bel pudiera contestarme, Kutsy apareció en el salón y nos saludó a ambas-para nada, apenas nos saludábamos-respondí con una sonrisa en mi rostro cuando ella me abrazó felicitándome por ser la nueva prefecta.

-Gracias Kutsy, de hecho quería festejarlo, le pedía permiso a Bel para hacer una fiesta aquí, me ayudas con los preparativos?-pregunté entusiasmada.

Hospital mágico con Bodrik.

Me encogí de hombros ante el primer comentario de Bodrik, la verdad no tenía idea de cómo eran estas cosas así que la seguí escuchando con atención. Ella me indicó lo que tenía que hacer, entonces me acosté en la camilla que se encontraba en frente nuestro y me levanté la blusa hasta dejando al descubierto mi panza. Mis pómulos se enrojecieron muy levemente, casi ni se notaba, era un tanto incómoda esa situación pero era necesario.

Después de hacer lo que me dijo, me dio un líquido amarillento y me pidió que bebiera, no tenía un sabor específico, por lo que mi cuerpo no se resistió a él, o no en el momento.

<<mujeres gestantes>> me repetí en la cabeza lo que había dicho la pelinegra y me asusté, de pronto miles de preguntas volvieron a mi cabeza, un hijo...un bebé de él, será mejor decirle o callarlo ante todos, mi familia que dirá, mi madre como reaccionará ante tal noticia?

Trate de tranquilizarme mientras miraba mi panza desnuda.

En el hospital mágico con Bodrik

Sonreí de nuevo ante la pregunta de Bodrik y asentí como diciendo "ok, te lo diré" para tomar la palabra-Veras...se que sonará imposible, pero creo que estoy embarazada, es ilógico, lo se, soy vampiro, pero he tenido unos síntomas muy extraños, la verdad, me suelen dar nauceas, mareos, a veces muero por chocolates, admito que los chocolates me gustan mucho pero estas veces siento que tengo que comerlos, sino nose que pasaría de mi-respondí un poco preocupada-por lo que deduje que estaría embarazada, pero como soy vampiro se que es imposible-me retracté-también pensé un poco en la posibilidad de que esto sea posible...ya que con la única persona que he estado es un demonio, por esa razón, primero vine aquí-finalicé mirándola a los ojos.

Era verdad, todo lo que le había dicho era la absoluta verdad, pero si era cierto que estaba embarazada, que sería del padre de mi bebé? él seguro ya tiene a otra, habíamos quedado que era una despedida, que seríamos solo amigos, nada más. Cerré mi mente a todo tipo de pensamientos y me limité a ponerle atención a Bodrik.

Rol con Huntress tiempo atrás.

Me senté en la cama de Huntress luego de que me dijera que saldría un momento. Volví a asentir con la cabeza después de que volviera a tomar la palabra. Me quedé en mi lugar mientras la esperaba y mi mente daba mil rodeos, no sabía que sentía, no, mejor dicho, si tenía la sospecha pero no quería aceptarlo y lo que más me preguntaba era porqué.

De un momento para el otro, Huntress me atraía de una manera que no podía evitar sentir placer con tan solo mirarla y el olor de su sangre me atraía aun más, tanto que al tenerla cerca deseaba beberla con todas mis fuerzas y mi cuerpo se tensaba de inmediato. No quería mirarla mucho cuando hablaba porque si miraba sus labios quería besarlos. No podía creerlo, me asustaba lo que sentía, pensaba alejarme de ella pero tampoco quería hacerlo, no viviría ni un día lejos de ella, de un momento para otro ella se convirtió en mi vida, mi vitalidad.

Ella abrió la puerta nuevamente y mi mirada se iluminó, una sonrisa se formó en la comisura de mis labios y mi corazón palpitó rápidamente de nuevo. Sentí el impulso de ir corriendo a abrazarla y así lo hice.

Como era de imaginarse, mis pómulos se enrojecieron de inmediato y cerré mis ojos con fuerza y no pude evitar ese sentimiento de querer probar sus labios, esta vez se intensificó y besé sus labios, mi corazón me palpitó a mil revoluciones por segundo, mi respiración se agitó y parecía estar entre las nubes. Mientras cerraba los ojos sentía mis labios ajustarse a los suyos, no me importaba nada ya, no importaba lo que me decía la razón, lo que ella pensaba, lo que pensaban los demás, era como estar en éxtasis. Mis manos subieron lentamente hasta su nuca y sentí como algo muy parecido al amor crecía en mi interior.

De nuevo me asusté y toque tierra, abrí mis ojos y me aleje de ella, sentí como se me enrojecían de nuevo los pómulos y no supe como reaccionar, que decir, que hacer -perdóname- dije por fin, más helada aun esperando su reacción.

Rol actual con Bel

-Hey!, jefita, donde va?- dije alzando un poco la voz desde el tercer escalón de la escalera, había bajado de inmediato al escuchar la voz de Bel. Me acerqué hasta ella y le di un fuerte abrazo -ya te extrañaba- volví a decir.

Miré el tablón de anuncios y vi nombre bajo el título de prefecta, una vez más ese cargo era mío y me sentía orgullosa de ello -wow, no me lo esperaba, de verdad, esto hay que festejarlo- exclamé -pido permiso para hacer una pequeña fiesta entre los dragones, puedo?- pregunté finalmente y me limité a esperar su respuesta mientras esperaba también que alguien más bajara.

Era mi primer día de trabajo, estaba muy emocionada ya que trabajaría en la misma planta que mi madre y mi tía Niqqui. Me levanté temprano por la mañana sin rechistar, sabía que me esperaba un día por vivirlo intensamente, parecía todo muy bueno ese día, hasta la naturaleza hizo de su parte.

Me levanté de la cama y me estiré al lado de ella en frente de la ventana y el sol dio a mi cara cálidamente, sonreí agradecida y fui al baño saltando cuan niña pequeña.

Luego de salir de la ducha, me vestí tranquilamente tarareando la makarena con una sonrisa en los labios y después de estar lista bajé las escaleras a la cocina para desayunar, Emi aun seguía durmiendo, le dije a Timo que cuando despierte le dé su ración de chocolate y me despedí para ir con Brina al ministerio.

Fui hasta el salón principal de la mansión y tomé la mano de mi elfina para desaparecer de mi casa y al otro segundo estábamos en frente del imponente edificio del ministerio de magia.

Subí hasta la quinta planta y fui junto a la oficina de mi madre para que me ponga al tanto de todo y me guiara, ya que no sabía como funcionaba todo esto, peor aprendería muy rápido, de eso estaba segura.

-Hola hola-exclame casi gritando para darle un pequeño susto a mi progenitora-como está la jefa más linda y buena de todo el mundo?-volví a decir con una sonrisa mientras me acercaba a ella para darle un abrazo.

Con Bodrik en el hospital mágico

Me calme un poco al escuchar que ya se estaba trabajando con el tema de las pequeñas criaturas que amenazaban con morder a todo el plantel médico y a mi por supuesto. Me dieron una manta para cubrirme y de ese modo protegerme de alguna manera. Agradecí y me tape con ella.

Después de un momento, Bodrik me invitó a pasar a su oficina, donde suponía que me atendería-No te preocupes, no me la quitaré-dije con una sonrisa amable ante sus indicaciones y la seguí por el pasillo, el cual me costó un poco atravesar hasta llegar a la puerta de la oficina.

-Hay!-dije del susto cuando escuché a la pelinegra lanzar su hechizo-casi-exclamé divertida y con los pómulos levemente enrojecidos.

-Bien, pues ya logramos entrar, por fin-reí un poco, pero volví a ponerme un tanto nerviosa al recordar a qué venía pero me limité a escucharla.

Hospital Mágico con Bodrik y las demás chicas.

No tardó mucho para que la calma que reinaba en el hospital se perdiera por completo, la recepcionista, que si mal no recuerdo lleva por nombre Carolina, o eso fue lo que vi en su identificación que se situaba en su pecho. La castaña me había atendido muy amablemente y dijo que la sanadora vendría en un momento, pero apenas me hube sentado, una voz irrumpió el silencio en la habitación anunciando que había una plaga.

Me paré de inmediato y tomé con fuerza mi varita <<genial! un poco de acción>> pensé para mirar de nuevo a la recepcionista en el momento en que Bodrik apareció preguntando si ya estaban tratando de solucionar el problema.

Sonreí ante su saludo y le correspondí devolviendole el beso en la mejilla-pues sí, ya ves, aquí viniendo para una consulta, pero primero creo que debemos ver que pasa-concluí con una amable sonrisa.

-Protego-pronuncié claramente y un escudo mágico me protegió de un par de esas diminutas criaturas que empezaban a invadir el salón.

Varias personas aparecieron de un momento a otro y yo me limité a escuchar las posibles soluciones.

-Por mi no te preocupes, puedo esperar-volví a dirigirme a Bodrik con una sonrisa.

Hospital Mágico-Maternidad y pediatría.

Caminaba por las calles de Ottery dirigiéndome al Hospital San Mungo, no sabía exactamente lo que sucedía en mi cuerpo, últimamente tenía mareos y ganas de vomitar. No sabía que los vampiros también nos enfermábamos, aunque puede ser que sea justamente por la transformación, hacía un mes me había transformado y los síntomas se presentaron hace dos meses, pensé que me curaría pero al parecer empeoró.

Llegué al hospital y me dirigí a la sala de maternidad, sabía que era algo absurdo pensar que podría estar embarazada por la simple razón de mi nueva naturaleza pero los síntomas no me dejaron pensar en otra cosa.

Cuando llegué a la recepción pregunté por la sanadora Bodrik y luego me senté a esperar. Me sentía nerviosa, no sabía que pensar, solo quería salir de ahí cuanto antes con una prescripción que dijera Tomar diariamente un té caliente y reposar hasta mañana. O algo así de sencillo.

Permanecí en el suelo escuchando las palabras de Huntress, en mi interior, mi mente se negaba rotundamente a ellas, sabía que lo que ella decía lo cumpliría, pero me preocupaba de sobremanera el saber que cuidaría de mi y de los demás pero no de ella.

Se sentó a mi lado depositando un beso en mi mejilla y pude escuchar los latidos de su corazón, éste latía rápidamente, por un momento pensé que se sentía mal y casi le pregunto pero ella volvió a tomar la palabra estrechándome su mano la cual sostuve mientras la veía sonrojarse levemente, y luego me encontré en sus brazos.

Un frió besó mi nuca bajando por mi espina dorsal haciendo que me erizara y cerrara mis ojos entregándome a sus brazos, mi cuerpo me pedía quedarse ahí, mi mente pidió que saliera corriendo, mi corazón pedía algo más fuerte y absurdo para la razón. Sin notarlo, pasé más de veinte segundos abrazándola mientras pensaba qué hacer.

Cerré con fuerza mis ojos haciendo que mis pensamientos desaparezcan y me aparté para mirarla de nuevo a los ojos y tomar la palabra.

-Huntress, se que cuidarás de mi y de los demás pero quiero que te cuides también...-suspiré-ahora...-tomé una pausa para pensar las palabras exactas-tu me importas de una manera aterradora, no quiero que te pase nada, por eso quiero que te cuides de mi porque yo no podré cuidarte, sé que aun no puedo, por...-bajé la mirada un momento y luego volví mi vista a sus profundos orbes negros-tu presencia me pone nerviosa pero tampoco quiero alejarme de ti, me siento impotente porque quiero ser capaz de cuidarte pero el olor de tu sangre insiste en beberla y no-quiero-hacerte-daño-dije las cuatro últimas palabras pausadamente.

Negué levemente con la cabeza-no quiero salir...-dije notándose en mi voz la tristeza y mirando el suelo

Estaba en el lugar donde habíamos quedado con mi madrina fenixiana, miré mi reloj por última vez y me di cuenta de que solo faltaban unos minutos para que llegue el momento, no estaba nerviosa para nada porque sabía que era una simple práctica, pero sabía también que estaba en este lugar con un propósito y para lograrlo tenía que dar todo de mi.

El travieso viento de otoño sopló haciendo ondear la capa negra que traía sobre mi túnica del mismo color, estaba vestida para la ocasión, túnica negra, capa negra, botas negras y mi infaltable muñequera negra, aparte de mi varita claro.

Caminé unos pasos hacía la roca que se encontraba a unos metros de mi, miré el cielo despejado, lleno de estrellas, y la luna brillaba con su máximo resplandor iluminando el paisaje, una montaña verde a unos kilómetros, un puñado de flores a los pies de cada árbol a unos 15 metros de mi lugar, el césped que se mecía con cada ráfaga de viento que soplaba, una noche hermosa, lamenté un poco el hecho de tener un duelo en una noche así, perfecta para mí.

Unos minutos más tarde, contemplando las estrellas, apareció Binfeyd, la saludé con un cálido abrazo y luego me dispuse a practicar duelo, lo que era mi finalidad después de todo.

Me coloqué a unos siete u ocho metro de ella para hacer una pequeña reverencia y apuntar de inmediato hacía su cuerpo pensando-Embrujo Punzante-y un rayo salió despedido de la punta de mi varita en dirección a ella, si éste llegara a darle, le desconfiguraría la cara produciéndole a la vez un agudo dolor en el rostro impidiéndole ver con claridad.

Sonreí ante sus palabras, agradecí al cielo el hecho de que se quedara en su lugar y que no se acerque tanto, no sabía si lo resistiría, su sangre me seguía llamando pero tampoco podía darme el lujo de beber todo y dejarla más descolorida de lo que ya era.

Asentí con la cabeza sin expresión alguna, la verdad me sentía más vulnerable que nunca, pensé que al ser una vampiresa sentiría más seguridad de mi misma, más fuerza, confianza...pero no era así, era totalmente lo contrario, me sentía frágil ante cualquier movimiento de cualquier persona y más de los suyos. Tenía miedo, miedo de mi trato para con los demás, sabía que sería difícil, lo había imaginado, pero lo que imaginé ni siquiera se acercaba a lo que realmente sentía en ese momento.

-Tengo miedo-dije en un hilo de voz mientras me dejaba caer lentamente al suelo pegando mi espalda por la pared hasta quedar finalmente sentada y abrazando mis rodillas-se que me dijiste que están a salvo, pero...-volví a levantar mi vista buscando sus ojos-tu? tu sangre me llama constantemente, no quiero hacerte daño-sonreí vagamente ante mis palabras, hacerle daño? sonaba como si yo fuera más fuerte que ella, cosa que era imposible, pero aun así, sabía que podía hacerlo, ella no se negaría jamas a darme su sangre y yo no se hasta cuando podría aguantar.

-Se que suena est****o pero también sé que puede ser posible-me levanté y me volví a acercar a ella mirándola fijo a los ojos-prométeme que si me paso de la raya tu me detendrás a como de lugar-dije mientras la desesperación creía en mi-prométemelo! aunque tengas que matarme para ello-mientras mis ojos se llenaban.

Mientras más nos acercábamos a la casa, más olía sangre humana y más sed me daba pero sabía que no tenía que hacer ningún tipo de ataque a nadie, deseaba con el alma el que mi cuerpo me obedeciera por lo que apreté fuerte su mano como pidiéndole que me controlara. No estaba segura de poder controlarme yo sola, sentía miedo de hacer daño a otra persona.

Al llegar a la sala común, casi ataco a una chica, pero Huntress me llevó de inmediato a su cuarto sin darme tiempo de forcejear. Una vez hubimos llegado, ella me pasó una bolsa con sangre, la observé con analíticamente en mis manos, la acerqué a mi nariz y la tiré al suelo, mi cuerpo se negaba rotundamente a beberlo.

La volví a mirar y ella solo sonreía sentada en la cama, mis pensamientos se volvieron turbios y lo único que quería era más de ese exquisito líquido rojo que corría por sus venas, tragué con dificultad al oler su fragancia ya que un leve viento que entró por la ventana lo trajo a mis narices y al otro instante me encontraba a unos centímetros de su cuerpo.

La miré a los ojos por un momento, mi corazón latió rápido, mi respiración se agitó, mis colmillos se afilaron y mis ojos se volvieron rojos; volví a tragar saliva y clavé mis colmillos en su cuello para volver a sentir eso que me aterraba, no por beber sangre sino porque la sangre era suya.

Bebí su sangre, ese líquido que me volvía loca, me sacaba de la cordura y hacía que lo tomara a como de lugar, sin importar lo que suceda, cerré mis ojos sintiendo una especie de placer que me gustaba a tal grado que me aterraba.

Cuando por fin pude parar, unos minutos después, lamí los orificios que dejaron mis colmillos, lo lamí porque recordé que eso fue lo que hizo luego de que dejara de beber de su muñeca, pero al hacerlo, sentí un extraño sentimiento hacía su persona que me asustó e hizo que al otro segundo me encontrara al otro lado de la habitación.

-Perdóname-dije ruborizada-no pude evitarlo...-suspire.

La imité al verla sonreír pero luego, de inmediato mi sonrisa desapareció con sus palabras y lo peor, era que eran ciertas me concentré en mi piel y sentí como si estuviera cerca de un incendio por lo que la obedecí y me cubrí con la capa también me puse la capucha.

Me sonrojé aun más al darme cuenta de que ella me podía leer los pensamientos, mejor dicho, porque me recordó que si tengo sangre desee que eso fuera mentira, pero la verdad era que ella jamás lo hacía, jamás mentía.

Asentí ante sus indicaciones, no quería hablar mucho, me daba una especie de vergüenza, no era yo, no me acostumbraba aun a mi nuevo ser. Me tomó de la mano, mi corazón palpitó más rápido, no entendía lo que sucedía, el contacto de su piel con la mía me producía…-No-pensé en voz alta para que de nuevo el rubor se hiciera presente en mi rostro.

Me miró sonriendo, mi mirada se topó con la suya y no pude evitar quedarme mirándola durante un par de segundos hasta que ella me dio un beso en la frente, me estremecí de inmediato y cerré los ojos al suspirar<<Ania…que haces>>me reproché por dentro y tragué con dificultad. No entendía lo que me sucedía aun, o no quería aceptarlo, me negaba a siquiera pensarlo.

Caminé justo a ella mirando su deleitante rostro, me resultaba difícil dejar de mirarla, dejar de mirar sus labios, pero así lo hice al fin, dejé de mirarlos para concentrarme en la naturaleza que nos rodeaba mientras íbamos a la casa de los dragones de Lancashire.

Suspiré de nuevo al ver cómo su brillante sonrisa también desaparecía de sus labios. Se masajeó las sienes, su mirada cambió, el color de sus ojos se tornaron un poco más rojos de lo normal y supe que por fin la había convencido.

Sonreí tratando de alivianar la culpa que tal vez sentía, bueno, no sabía que sentía ella en ese momento, supongo que sentiría una culpa infernal pero yo estaba decidida. Mi sonrisa se ensancho al pensar que por fin logre mi objetivo, pero por dentro, mi corazón latía a mil revoluciones por segundo y sentía mi sangre correr por todo mi cuerpo más caliente que nunca, llevando consigo mucha cantidad de adrenalina.

Se acercó más mostrando levemente sus filosos e intimidantes colmillos, por un momento pensé que mejor esperaría un poco más pero luego escuche sus palabras, no entendí absolutamente nada de lo que decía, lo único que supe en ese momento era que me debilitaba, perdía el control de mi cuerpo mientras me entregaba a sus brazos quedándome al fin inconsciente, o medio inconsciente, ni siquiera sé como describir ese estado.

Podía percibir todo lo que hacía mas no sentir dolor, no en ese momento, sentí su cálido aliento en mi cuello, me ericé de inmediato, o eso era lo que pensaba aunque no estaba muy segura de que mi cuerpo así lo hiciera, de un momento a otro paró de respirar, en vez de sentir su aliento sentí que perforaba mi cuello aunque no registré dolor alguno, sonreí en mis adentros, al parecer mi cuerpo ya no era mío, no me obedecía, en mis labios no se instaló la sonrisa.

De pronto sentí como si todo mi cuerpo estallaría en cualquier momento, sentía que mis venas se rompían. Grite de dolor pero una vez más mi cuerpo se quedó sin hacer ninguna sola mueca, me quemaba, estaba agonizando, estaba muriendo por dentro, pero, ¿cómo hacerle saber si mi cuerpo no me obedecía?, ¿Como decirle que me dolía?, que se detenga, que estaba arrepentida, que ya no quería ser vampiresa.

Me doblé hacía el frente abrazando mis rodillas de tanto dolor mientras gritaba, eso era lo que quería pero mi maldito cuerpo no respondía. Maldecía todo lo que pude y parecía hacer efecto, el dolor estaba cesando y sentí como un viento fresco apagaba las llamas en mi interior dejando paz a su paso, y sed, mucha sed…

Sentí una protuberancia en mi cavidad bucal, pude escuchar unos pasos a lo lejos, murmuros, oler muchas fragancias y reconocer cada una de ellas pero la que me tentaba más estaba cerca, extremadamente cerca, tan cerca que la tomé de inmediato y mi sed empezó a cesar, sangre…una sangre especial, una escancia más que exquisita, excitante y luego una voz hizo que volviera a la “vida.”

Abrí mis ojos y pude ver todo de una perspectiva totalmente diferente, la belleza de mi amiga era inigualable, sentí algo que luego de volver a pensarlo me aterraba, cerré fuertemente mis ojos disfrutando de su exquisito liquido rojo y no podía parar, pensé que jamás lo haría hasta que mis colmillos por fin dejaron de morder su muñeca y me volví a sentar a su lado en una velocidad inmensa, apenas lo creí, pero sabía que era posible por mi nueva naturaleza.

La miré a los ojos, sus hermosos ojos y su dulce mirada hicieron que olvidara todo el dolor que hace unos minutos sentí, e hicieron que una sonrisa se dibujara de nuevo en mis labios manchados de sangre, pasé mi lengua por ellos limpiándolos lentamente disfrutando de las últimas gotas de sangre que podía.

-Gracias Huntress-me sorprendí al escucharme, mi voz había aumentado medio tono más y me alegré de no tener sangre en ese momento ya que si lo tenía estaría de nuevo ruborizada.

Sonreí al ver a los lobos salir de la espalda de mi amiga, en verdad eso era algo extraordinario, nunca lo había visto ni el propio mundo mágico, ya decían que todo tiene su primera vez. Nos sentamos de nuevo una al lado de la otra.

-Si, son fascinantes...-respondo mirándola a los ojos y luego de un incomodo silencio mi sonrisa desapareció ya que lo que diría a continuación podría ocasionar problemas.

-Huntress...-comencé luego de un suspiro-sé que no quieres, pero yo sí, y ahora ya nada puede hacerme cambiar de opinión, sabes a lo que me refiero...-me acerqué a ella y tomé sus manos-quiero que lo hagas ahora, hoy, en este momento...

Sonreí un poco sorprendida luego de dar un pequeño salto en mi lugar del susto, al ver a Huntress. Estaba concentrada en mis pensamientos mirando la fuente cuando ella apareció y me habló con una sonrisa también en sus labios.

-Digo lo mismo...veo que yo no soy la única aburrida aquí-repetí lo que dijo con una sonrisa.

Me levanté de mi lugar y elimino el espacio que nos separa para darle un abrazo y un beso en cada mejilla en modo de saludo.

-Como estas...

Me encontraba en mi habitación, dentro de la casa de los dragones de lancashire en la academia de magia y hechicería. Había vuelto porque decidí retomar las clases, mi madre no me da chocolates desde que dejé la academia, vaya motivo para retomarla...

Me levanté y tomé mi celular, mi hermana Hani me lo había regalado luego de volver del mundo muggle, no sabía que tendría señal en el mundo mágico. Me puse la capa negra que estaba en el travesaño de la cama y bajé las escaleras al salón común para ir finalmente a la salida.

Camine por los pasillos de la academia y salí en los jardines, caminé un poco más hasta llegar a la fuente de cristal que solo pocos podían ver, pocos conocían, yo lo conocí gracias a Binfeyd y Pandora, me senté en un banco en frente de la fuente y suspiré al recordar como fue que había llegado hasta ahí la primera vez.

Me puse los auriculares y empecé a escuchar música de las mías mirando la cascada cristalina de la fuente.

Hola, mi nombre es Ania Cardozo, tengo 18 años y estoy cursando el primer año de la carrera de odontología, soy paraguaya y me gusta la música, leer, escribir (aunque muchas veces me gana la vagocidad), el chocolate, el café...no se que más decir así que paso a dejar mi ficha.

Escuché unos ruidos en el salón común de la casa y supuse que se trataba de la nueva integrante de nuestra honorable casa. Yo me quedé justamente para hacer guardia, por así decirlo, si alguien necesitaba de algún dragón yo lo ayudaría.

Los demás estaban en un tipo de misión con las jefas de casa y yo mientras me quedé a hacer guardias, como ya lo había mencionado antes. Me levanté de la cama y me arreglé la capa negra sobre mi vestuario muggle, jeans ajustados, blusa negra, zapatos deportivos de color negro y mi muñequera del mismo color que nunca falta en mi vestuario. Algo casual.

Bajé las escaleras rápidamente hasta la sala común donde divisé la figura de una chica, ésta estaba de espaldas-Buenas buenas! eres la nueva integrante de la casa?-pregunté mientras me acercaba a ella con una gran sonrisa en los labios.

Hola! pasaba por aqui y vi este tópic, me parece interesante ademas de aprender a duelear, de verdad lo necesito xD es por eso que decidí practicar un poco ya que tambien he terminado con los duelos en la academia y pues estoy un poco oxidada en esto, a continuación dejo la ficha.

Nick: Ania Evans Weasley.

Padrino o miembro de la Orden con quien desean luchar: Binfeyd (mi madrina )

Disponibilidad de tiempo (diaria, día por medio, semanal): por ahora diariamente pero nose hasta cuando

Seguíamos en la habitación de mi hermana, yo insistiendo en el tema, cuando iba a salir, mi hermana se me adelantó y se puso en la puerta, puse mis ojos en blanco y luego alcé una ceja-no aguantaras...-apenas terminé de hablar y me dijo que saliera por lo que reí divertida-ves?-pero me tomó de la mano y bajamos hasta la sala común donde vi mi nombre como nueva prefecta de la casa, sonreí sorprendida y me dirigí hacía los presentes.

-Oh! no lo esperaba, pues pueden estar seguros de que daré todo de mi para que esta casa mantenga su grandeza y su honor-dije alzando la voz para que todos pudieren escuchar-muchas gracias y que siga la fiesta!-volví a decir mientras Huntres me tomaba de la mano.

-Lo dejaremos por hoy, Huntress, pero no te preocupes cielo, no se me olvidará recordartelo mañana-dije disimulando perfectamente con una sonrisa mientras tomaba la copa que mi hermana me pasaba-gracias hermanita, salud!-y bebí un sorbo del líquido.

Me sentía orgullosa de mi misma y no veía la hora de contárselo a mi familia, de nuevo recibí el cargo de prefecta, esperaba que esta vez los nuevos dragones cooperaran un poco más ya que la primera vez no lo habían hecho, aun así daría todo de mi para ejercer mi cargo y haría todo lo que estuviese a mi alcance para mantener en lo alto a los dragones.

Tomé de nuevo las manos de mi hermana y empecé a bailar la contagiosa música-muévete Huntress!-dije al reír antes de tomar otro sorbo de mi bebida.

-Sabes que no lo estoy tomando a la ligera, Huntress, ésto te lo había dicho ya hace tiempo y no he cambiado de decisión, solo te espero, pero mi paciencia se va agotando-respondí seriamente sin miramientos.

Ella volvió a hablar y luego me tomó de las manos mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, me dolía verla así pero tenía que hacer que fuera ella quien me convirtiera, pensaba que si lo hacía ella sería menos doloroso y ademas sería ella, mi hermana, a la que tanto quería y sería un honor para mi que sea ella la que bebiera mi sangre por lo que volví a insistir.

-Está bien...si necesito estar al borde de la muerte para dejar de ser una simple, miserable y debilucha mortal, pues así será y tu me convertirás, además si es por lo otro pues también tengo que pasar contigo toda la eternidad, sino quien te fastidiará?-sonreí para girar sobre mis talones y pensar en cómo hacer para estar entre la vida y la muerte<<tal vez si me caigo de arriba?o mejor...me voy a la casa de los Black, seguro sabrán que soy aspirante a la orden y tratarán de matarme>>