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Ania Evans Weasley

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Mensajes publicados por Ania Evans Weasley

  1. El ojigris aún no terminaba de vestirse, me ruboricé imaginando el cómico acto de vestirse a la apurada mientras lo escuchaba a penas detrás de la puerta, su voz a pesar de que era obvio que intentaba suavizarla para que no lo oyeran, era grave y con un poco de ingenio pude adivinar sus palabras. Pobre hombre, y pobre yo porque no sabía cómo mirarlo.

     

    -Si, tranquilo, tómate tu tiempo- dije desde afuera y bebí otro sorbo de mi delicioso chocolate -esta muy rico- susurré y me pasé la punta de la lengua por mis labios.

     

    Justo cuando tomé el siguiente trago se abrió la puerta y apareció Brendon con su camisa semiabierta y su cabello aún húmedo pero siempre con aire de elegancia, o así es como yo lo veía.

     

    -Disculpa si interrumpo su tranquilidad- comencé y tras una breve pausa asentí ante sus últimas palabras- efectivamente - mis ojos se encontraron nuevamente con sus Orbea grises- no es que me moleste que me regalen vestidos o chocolates, al contrario, es muy bonito detalle. Sin embargo, es un poco extraño que un desconocido se tome tantas molestias por alguien que apenas acaba de conocer- bebí un poco de chocolate- por esa razón es que quiero que le pido por favor que me diga cuánto le cobraron por el vestido y el servicio a la habitación - terminé con seguridad y tomé otro poco de mi chocolate que estaba terminando.

     

    -Y espero que no me tome a mal, no quiero que gaste demás su dinero- le di una de mis mejores sonrisas suavizando mi mirada y esperé que entendiera lo que quería decirle. No estaba enojada, increíblemente no me sentía incómoda por aquellas atenciones. No sabía qué pensaba de mi ahora Brendon, no sabía si lo ofendi, no tenía idea de si seguir la plática en su habitación o invitarlo a otro lugar, no sabía nada. Pero esperaba no incomodarlo o aburrirlo o asustarlo. Terminé mi chocolate.

     

    -Tendré que pedir más después- susurré para mí aunque bien el nórdico pudo escucharlo, quien sabe...

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  2. Subí las escaleras y tras cada paso susurraba -Tergeo- y el rayo que salía de mi varita absorbia el agua que dejaban mis pies descalzos.

     

    Ya adentro de mi habitación, busqué rápidamente la ducha, me quité la ropa que traía puesta y me entregué a aquella sensacion de bienestar y comodidad que me daba el agua tibia sobre mi piel nivelando mi temperatura corporal. Cierro mis ojos y mi mente empieza a recordar todo lo que acaba de pasar con el enigmático mago -Aunque oportuno- susurré para mi y luego de unos largos minutos giré la manija de la ducha.

     

    -Bueno, creo que Brendon tendrá que esperar que mi ropa se seque porque no pienso ponerme de vuelta toda empapada, tendré que pedir que me lo laven...- cuando salí del baño alguien tocó a mi puerta - No puede ser él- dije un poco asustada y sorprendida.

     

    -¿Señorita Ania?- escuché a alguien del otro lado - Le traigo su vestido...

     

    - Yo no pedí ningún vestido- respondí alzando la voz para que me escuchara.

     

    -El señor Brandon lo encargó para usted.

     

    No lo podía creer, era demasiado -Aunque una vez más muy oportuno- volví a decir en voz baja mientras habría la puerta. Yo estaba envuelta con las toallas de color beige, de todos modos me daba vergüenza que me vean así, en mi interior sólo pedía al cielo que me hubiera mandado un vestido lindo.

     

    -Disculpe, antes de que se retire, por favor, ¿puede poner a mi cuenta el vsetido?- Si bien el detalle de Brendon era muy bonito y le agradeceria cuando lo vea de nuevo pero no podía permitir tantas atenciones de un desconocido.

     

    - No se preocupe señorita, ya está pagado.

     

    -Bueno, gracias de todos modos- solté un suspiro, estaba un poco frustrada, no quería parecer una mujer superficial o a quien pueden conseguir por un precio, apenas lo había conocido, insisto.

     

    Cerré la puerta y me puse aquel vestido que por cierto me quedaba perfecto, su color violeta contrastaba muy bien con mi piel. Era sencillo pero muy hermoso, me llegaba hasta las rodillas y me sentía muy cómoda con él. - Al menos tiene buen gusto- susurré.

     

     

    -Señorita Ania- otra voz llamó a mi puerta y está vez abrí sin pensarlo ya que era una mujer y yo estaba vestida.

     

    - Si, ¿en que le ayudo?

     

    - Le traigo su chocolate

     

    -Déjeme adivinar, ¿Brendon?

     

    -Sí- la chica dejó la bandeja sobre la mesita al lado de mi cama - con permiso.

     

    -Propio, pero antes, dígame ¿cuál es su habitación?

     

    -Tome, éste mapa la guiará.

     

    Agarré el pequeño pergamino y luego tomé la taza para salir en busca de Brendon.

     

    -Tantos mapas para una simple posada- caminé unos cuantos segundos hasta encontrar su puerta -Brendon- lo llamé luego de dar un par de golpes con los nudillos de mis dedos -Soy Ania.

     

    @@Brendon Ravenclaw

  3. Ya que nadie había respondido a mi pregunta, tal vez pensando en algún plan o en el posible responsable de los huevos dorados. Rompí de nuevo el silencio para dar una idea de lo que podíamos hacer para atrapar al bromista.

     

    - Se me ocurrió una idea, sólo que puede ser peligroso, al parecer tras cada broma- hice señas con mis dedos como haciendo comillas a la palabra- son más peligrosas las sorpresas dentro del huevo. En vez de buscar al responsable, ¿porqué no hacer que él venga a nosotros?- sonreí- el quiere que lo busquemos, estoy segura de que ya repartió una docena de huevos más en el castillo esperándolos -fruncí mi ceño un poco- aunque no se si los que ya caímos podremos volver a verlo, pero de todos modos, podemos llamar a un elfo o alguien que no haya caído aún para asegurar, escondernos y mantenernos cerca para poder atraparlo cuando quiera jugarle la broma a nuestra carnad...-kutsy me interrumpió antes de terminar mi explicación y cuando me gire a verla me sorprendió que aún no se haya cambiado.

     

    Reí de nuevo cuando la escuché y me acerqué a ella para sujetar la toalla que había dejado caer sobre el césped luego de asegurarme de que el resto de los presentes voltearan -Tú cada vez con menos pudor eh- le dije a mi amiga riendo mientras se cambiaba- oh...y la maternidad te favoreció bastante al parecer- sonreí mirando su expresión, era un halago y una broma a la vez, esperaba que se ruborizara al menos un poquito, hacia mucho que no nos hablábamos pero la confianza que sentía yo hacía ella seguía intacta.

     

    -Bueno, vamos que tenemos un plan divertido- hablé mientras le daba la toalla doblada a Brina quien era obvio que sentía vergüenza ajena, no se si por el acto de kutsy o por mis piropos a mi amiga. Volvi a reír mientras nos acercamos nuevamente a los demás.

     

    @ @ @@Kutsy Stroud Lenteric @@Syrius McGonagall

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  4. Fruncí el ceño ante su respuesta y quise devolverle de inmediato el paraguas puesto que aquel mago era un total desconocido para mi, y que me lo regale así nada más me parecía muy raro, además nadie había tenido antes esas atenciones conmigo, menos si acababan de conocerme. Sin embargo me quedé mirando cómo dejaba que la lluvia le caiga sobre su rostro y me pareció tierno ya que un hombre con ese monumental cuerpo normalmente preferiría un vaso de wisky en frente de una chimenea en su mansión o castillo. Y es que el ojigris me pasaba por unas dos o tres cabezas más y sus brazos, que pude divisar a través de su ahora empapada camisa, eran musculosos y fuertes a simple vista. Tenía mucho que presumir.

     

    - Bueno, eso pude notarlo- sonreí sin dejar de mirar sus ojos que realmente hipnotizarian a cualquiera empezando por el color. Di un leve suspiro antes de dejar de mirarlo.

     

    Cada vez me costaba más ignorar el frío que sentía y maldije en mis pensamientos el hecho de ser tan frágil. Pronto mi piel se erizó y sentí cómo comenzaba a temblar de frío, aún no era notorio pero yo ya lo estaba sintiendo.

     

    -Hola Brendon- dije aún con la sonrisa en mis labios cuando él me develó su nombre - Oh, pues en efecto, creo que ya empecé a enfermarme, a veces reniego un poco por esta fragilidad de mi cuerpo -proseguí- pero te aseguro que mi espíritu es mucho más fuerte y peligroso que esté conjunto de piel y hueso- solté una pequeña risa tímida y me abracé con uno de mis brazos. Eso debió llamar su atención porque de inmediato buscó un refugio, lo deduje por sus palabras.

     

    -Tranquilo, es una Posada, al entrar me dieron un mapa, creo que lo tengo aquí- busqué en los bolsillos de mis jeans y luego de encontrar el pequeño pergamino pude ver donde estábamos ubicados- Los hospedajes deben quedar más al fondo- estiré un poco mi cuello para seguir el sendero con mis ojos y luego volví a mirar a Brendon.

     

    -Salí de mi casa justamente porque estaba aburrida allí todo el tiempo, quise dar un paseo y aún no quiero volver- sus dientes blancos relucian rodeados de aquella barba tupida.

     

    -Creo que será mejor que busque la Posada- murmuré mirando mis pies descalzos- No sé si está con alguien más, pero ya que me prestó su paraguas, lo mínimo que puedo hacer es invitarlo a que me acompañe, por lo menos lo que dure la caminata- me volví a sonrojar y empecé a seguir el sendero.

     

    Caminamos un par de minutos más por la senda hasta llegar a un galpón, inmediatamente estaba la puerta y detrás se encontraban los funcionarios del local, en el segundo piso se encontraban las habitaciones. Todo muy rústico, hermoso y acogedor.

     

    -Voy a ver si puedo tomar una ducha caliente porque siento mucho frio- le expliqué al mago. Mis temblores ya eran mucho más marcados para ese entonces y mis labios se volvieron de un color morado pálido- puede hacer lo mismo y luego nos encontramos de nuevo aquí para seguir la plática, si gusta, claro- le sonreí otra vez con las mejillas rosadas- por cierto, mi nombre es Ania.

     

    Cerré el paraguas y entre al lugar dejando un pequeño charco de agua tras cada paso.

     

    -Buenas, disculpe, quisiera alquilar una habitación, sólo será una noche- en realidad sólo quería bañarme pero no estaba segura si me prestarian el baño, muy probablemente no, así que hice mi pedido.

  5. Sonreí al ver cómo Arcanus se defendía de las cuerdas que le había enviado. Recordé en ese momento que él lo había utilizado contra mi la primera vez que nos vimos y me defendí de la misma manera.

     

    Sin embargo, la sonrisa se me borró del rostro cuando lo vi apuntarme, sabía que tenía que ser rápida, así que sin más miramientos volví a disparar.

     

    -DESMAIUS-pronuncié claramente y vi cómo mi rayo impactaba contra mi oponente a la vez que el suyo me llegaba a mi. Arcanus cayó inmóvil al suelo y quedó inconsciente mientras yo empezaba a bailar de una manera descontrolada y escandalosa para mi gusto, aunque de seguro era todo un espectáculo para cualquier ojo. Sin embargo sabía que no podía sólo esperar que termine el efecto del hechizo. Mientras bailaba busqué la manera de seguir el duelo y me percaté de que entre los árboles habían animales mirándonos atentos, así que los aproveché.

     

    -OPPUGNO- grité y un gato Montes adulto emergió de entre los árboles para atacar a Arcanus, sólo lo despojaria de su varita y el duelo acabaría si el mago no impedia su ataque.

     

     

    OFF.

     

    Tienes razón, me había olvidado de ese detalle, lo siento.

  6. El lugar era especial para un duelo, estábamos en lo alto de un cerro, rodeados de árboles pero pisabamos piedras, la veneración se encontraba a unos doce metros de distancia a la redonda y el sol empezaba a meterse.

     

    -El paisaje es bello, al menos vamos a tener un duelo en un bello jugar- le sonreí a mi compañero.

     

    Habíamos acordado practicar un poco para mejorar nuestras técnicas duelisticas.

     

    -¿Preparado?-dije una vez que ambos nos encontrabamos en nuestros respectivos lugares a unos ocho metros de distancia el uno del otro.

     

    -INCARCERUS- vociferé apuntando al mago antes de que tres cuerdas separadas se dirigieran hacia mi oponente para inmovilizarlo de modo que una atara sus tobillos para que perdiera el equilibro, otra se aferraria a sus manos en sus costados para que no pudiera apuntarme y la última rodeara su cuello para asfixiarlo y que no pueda decir ningún hechizo.

     

    -AVIS- volví a hablar y de inmediato un grupo de aves salieron disparadas hacia Arcanus para atacarlo.

  7. Aquel ataque de risa había durado unos largos minutos, mi cara estaba roja como un tomate y mi abdomen dolía horrores pero por fin me había calmado. La bruja, Mel, ya había recuperado su varita y los monos habían desaparecido. Yo respire profundamente y me acerqué a los recién llegados para saludar.

     

    -Hola Mel, soy Ania, mucho gusto- le saludé con un beso en cada mejilla antes de dirigirme a Richard, que al igual que yo acababa de recuperarse de un ataque de risa -Tio Richard, tanto tiempo- le sonreí y luego lo saludé de la misma manera que saludé a su acompañante.

     

    Estábamos analizando los recientes acontecimientos cuando escuchamos un grito proveniente del patio y todos corrimos hasta el lugar.

     

    -¡Kutsy!- dije en un hilo de voz preocupada por mi mejor amiga, había aparecido en la piscina, y mi primo tenía razón, podría haber muerto, las bromas ya no eran graciosas.

     

    Ayudé a Kutsy a incorporarse y luego pedí a Brina una toalla y ropa seca.

     

    -Aquí tienes, espero que te quede mi ropa- le sonreí - no te abrazo todavía porque estas mojada- le expliqué a la pelinegra con una mirada pícara, bromas que sólo nosotras entendíamos - me alegra verte, ya no te alejes- dije la última frase con un tono de reproche y luego hice puchero - bueno, cambiate mujer que no quiero que te me enfermes justo Ahora.

     

    Deje que Brina la acompañara y luego me dirigí a los demás presentes -tenemos que parar esto, no puede seguir así, tenemos que hacer algo, tienen idea de cómo podemos atrapar a esa cosa que deja los huevos?- pregunté

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  8. Hacía mucho tiempo no me daba el lujo de caminar por las calles de Diagon, tenía mucho tiempo ya que todavía no me habían mandado las respuestas a mis solicitudes de empleo y me sentía aburrida en el Castillo todo el tiempo. Aunque en el día ordeñaba a mi vaca, pero no era la gran cosa, me tomaba un par de horas nada más y luego me pasaba leyendo o cantando, y claro, también comiendo.

     

    El día estaba muy bonito para salir a dar un paseo y ver como estaban las cosas en el mundo mágico últimamente así que me vestí sin mucha importancia en lo que iba a lucir, algo sencillo y casual, un jeans y una blusa de color verde, guardé mi varita y salí de la casa.

     

    Ya en el callejón Diagon vi muchos negocios que me llamaron la atención, pero entré en uno que me encantó por todo su ambiente, la tranquilidad y los árboles, era la naturaleza en todo su esplendor así que decidí quedarme en "Mi Edén Salvaje"

     

    Caminé por su largo pero muy bonito sendero hasta que llegue hasta un claro que a un lado tenía un pequeño naciente rodeado de piedras grandes, era tan perfecto para mi en ese momento que me quité las sandalias y me senté sobre una de las piedras para mojar mis pies en el pequeño riachuelo que se había formado a causa del naciente.

     

    Mientras me sentaba sobre la roca, rodeada de árboles y naturaleza, pensaba en pocas cosas en realidad sólo quería disfrutar de aquel paraíso y me limité a respirar profundamente, cada respiro era como un año de vida que me sumaba así que instintivamente cerré mis ojos e incliné mi cabeza para que los rayos del sol tocara mi rostro y mis labios se curvaron levemente. Di un gran suspiro y fue como si llamara a las nubes, pues de repente taparon al sol y cayeron las primeras gotas de lluvia sobre mi cara. Al principio me molestó pero luego lo disfruté y sólo abracé mis piernas y dejé que la lluvia me mojara.

     

    Luego de algunos minutos una voz me sobresaltó, yo tenía ya mis manos tapando mi nariz porque había estornudado. Miré al mago, antes de hacerlo pensé que era un encargado del local que me iba a pedir que me vaya pero luego me di cuenta de que no lo era.

     

    -Gracias, aunque ya estoy empapada- le dije un poco ruborizada al caballero que me prestó su paraguas -¿y usted no lo va a usar?- pregunté mientras me bajaba de la piedra y tomaba mis sandalias. El mago era muy alto y tenía una mirada muy enigmática.

  9. -Edward- exclamé mientras me abrazaba a mi primo -Estoy mucho mejor en comparación a la última vez que vine- respondí sonriente.

     

    Asentí ante la pregu ya de mi tía y pide notar que efectivamente las canicas estaban desapareciendo de a poco, así también la música iba bajando el volumen y el humo era cada vez menos denso. Entonces me percaté de que era una broma en la que todos habíamos caído y empecé a reírme imaginando como había sido la caída de Edward y la sorpresa de tía Bel.

     

    -Entonces es una broma- me sostuve por el pequeño hombro de mi pobre elfina.

     

    -Nosotros también caímos- dijo ella con su voz ronca nada divertida y eso me hizo reír aún más.

     

    -Rayos Brina, caímos en una broma y vaya broma.

     

    Mientras reía escuché que el Evans dijo que había otra víctima y corrimos hacia las voces, grande fue mi sorpresa cuando vi a dos personas en el corredor. La escena era demasiado cómica y no pude aguantar mi risa al ver a la mujer en el suelo y los monos con su sujetador.

     

    - ¡Por Merlín!- dije entre carcajadas y me recoste está vez por el hombro de mi tía, sentía adolorido el estómago de tanto reirme así que tuve que inclinarme sobre el levemente mientras seguía riendome y mis lágrimas que ya brotaban de mis ojos dejó notar que ya no podía más con tanta risa.

     

    -Basta por favor- decía mientras Edward se deshacía de los monos.

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  10. Planilla de compras para PERSONAJES

     

    ID: 115870

    Nick: Ania Evans Weasley. Ficha: http://www.harrylatino.org/topic/97262-ficha-de-ania-evans-weasley/

     

    Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/topic/97673-boveda-de-ania-evans-weasley/

    Nivel Mágico: 1

    Fecha: 2018-04-08

     

    Criatura:Micropuff

    Puntos:10P

    Precio: 500G

     

     

    Total de puntos:10P

    Total de Galeones:500G

     

    Edito: para proporcionar el Link a la ficha de personaje.

  11. Hola! Quiero solicitar la actualización de mi ficha de personaje en los siguientes campos:

     

    Dice:

     

    [citar] Conocimientos especiales: Defensa contra las Artes Oscuras. [/citar]

     

    Y quiero pedir el segundo ya que soy de la generación 50 de la Academia y no había pedido mis dos conocimientos, por ese motivo ahora quiero solicitar el de idiomas, por favor.

     

    Que diga así:

     

    [citar] Conocimientos especiales: Defensa contra las Artes Oscuras.

    Idiomas. [/citar]

     

    También en la historia, dice:

     

    [citar] Historia:

    Ania Nació en los suburbios de la ciudad de Caaguazú, una pequeña ciudad en el País de Paraguay, su madre, Kassandra Weasley tuvo que refugiarse con los muggles ya que en el mundo mágico había una persecución mortífaga y ella en ese estado no podía arriesgarse, pero apenas su hija nació, ella tuvo que volver para cumplir con los suyos, su bando la necesitaba más que nunca y debía ayudar por sus votos mismos de lealtad y sacrificio.

     

    Por razones obvias no llevó a Ania con ella, la quería demasiado para arriesgarla de esa manera, por lo tanto la dejó con los muggles con quienes ella se había refugiado, los Candia, era una familia humilde pero numerosa, sabía que su hija se quedaba en buenas manos y antes de marcharse dejó una carta que en su debido momento llegaría a las manos de su pequeña, explicándole todo y quien era en realidad ella.

     

    Ania creció como cualquier niña muggle, fue a la escuela a los cinco años de edad, luego paso a la secundaria, como cualquier persona, tuvo sus problemas, algunos que otros accidentes de niña que no fueron significativos pero que ya formaron parte de su vida, por ejemplo cuando se cayó de un árbol a los seis años, su “padre”, el señor muggle que se encargó de ella, pensó que no era grave y termino su labor rutinario para volver a casa donde la encontró con un enorme chichón en la cabeza y vomitando a más no poder, se asustó de sobremanera y de inmediato la llevó a su pediatra, ella no pudo hacer mucho, no pensó mucho y llamo al hospital de la capital del país para que prepararan todo ya que mandaría a una pequeña paciente de urgencia.

     

    -vamos a irnos de paseo Ania, vamos a Asunción-dijo la tía Nena derramando amor en cada palabra, tal y como la caracterizaban. La niña no quería saber nada de viajes en ese momento, ella seguía vomitando y el dolor en la cabeza se intensificaba cada vez más, pero ella no era una niña tonta, sabía que no era un simple paseo de aventura, nunca su padre la había llevado de “paseo” y ese no era un buen momento para hacerlo, así que se dejó y la trasladaron de inmediato hasta el hospital donde luego de una rigurosa investigación, sesiones de tomografías, radiografías y hasta electrocardiogramas lograron refutar cualquier tipo de gravedad, los síntomas que presentaba la niña era solo por el golpe en la cabeza que se dio al estrellarla contra el concreto.

     

    De todos modos Ania estaba internada durante un mes en el cual dejó de asistir a la escuela, pero luego todo fue un simple recuerdo del pasado. Cuando la tímida, inocente e introvertida niña llegó a la adolescencia, llegaron los problemas mayores, era tiempo de que ella supiera la verdad y su “padre” tenía que lidiar noche tras noche con los pensamientos que no le permitían conciliar el sueño pensando en cómo lo tomaría su hija. Una noche no pudo más con tanta carga y llamó a su hija a su cuarto para contarle toda la verdad.

     

    -Tengo que decirte algo muy importante, hija-comenzó con un hilo de voz.

     

    -Dime papi, que pasó?

     

    -No sé como lo tomes, pero pase lo que pase, quiero sepas que yo siempre te quise y siempre estaré contigo, nunca te abandonaré y las puertas de mi corazón siempre estarán abiertas para ti.

     

    Los ojos de Ania se llenaron de lágrimas al escuchar esas palabras de su papá, pensó que él le diría que moriría pronto o algo así por lo que le acaba de decir.

     

    -no me asustes papi, que pasa-dijo con un hilo de voz

     

    -no quiero asustarte, mi hija, solo quiero decirte la verdad de una buena vez

     

    -pues dilo que quiero saber papi

     

    -tu…no eres mi hija-soltó de una vez antes de romperse en llanto.

     

    Ania se quedó como en el aire, no sabía si creerlo, no quería hacerlo en absoluto, ella al igual que Ernesto, se rompió en llanto y contestó:

     

    -como puedes decir eso? Me niegas, padre?

     

    -no! No hija, claro que no, no te estoy negando, solo quería acabar de una buena vez con este martirio y decirte la verdad.

     

    -no creo papi, yo soy tu hija y de nadie más!-replicó al abrazarlo.

     

    -no sabes como quisiera que eso fuera verdad mi niña, pero lastimosamente no es así-dijo acariciando el pelo de la joven y luego se separo de ella y le entregó la carta que su verdadera madre había dejado para cuando ella tenía la edad suficiente de entenderlo.

     

    Ania tomo la carta y la leyó entre lágrimas y sin decir una sola palabra, luego de terminar la lectura, comprendió todo y después de unos días decidió ir en busca de su madre y de su verdadera vida.

     

    A los quince años, la vida de Ania había sufrido un cambio radical, no le costó llegar hasta el mundo mágico, en la carta que le había dejado Kassandra, estaba detallado cómo llegar hasta su casa, siguió paso a paso lo explicado y pudo llegar hasta la magnífica mansión Weasley, la cual le gustó desde un principio, conoció a su madre, quien desde el primer momento la llenó de amor y cariño, por fin pudo sentir el amor de una madre, de su verdadera madre, estaba en su casa, ella pertenecía al mundo mágico, la magia corría por sus venas, estaba en su gen.

     

    Apenas llegó a su nuevo mundo y volvió a tomar clases, pero clases de magia, claro, donde su propia madre fue su maestra, conoció nueva gente, fue adaptándose rápidamente a esa vida llena de misterios y magia, se hizo muy amiga de una pareja joven que la adopto como hija, Laimi y Lestat. Después de un tiempo, dejó la familia Myrddin para volver al Castillo Evans McGonagall, fue la primera familia que la había acogido durante unos días al llegar al mundo mágico, Laimi pertenecía a ella y fue la misma quien la dirigió hasta Pandora, ahora madre adoptiva de Ania. La chica le contó a su madre adoptiva lo que había pasado y ésta la llevó hasta Kassandra.

     

    En la academia de magia y Hechicería conoció a quien ahora es su novia y su futura esposa, Huntress, quien desde el primer momento la atrajo de una manera aterradoramente irresistible y no tuvo otro remedio que aceptar lo que sentía por ella, la amaba tanto que inclusive fue quien la convirtió en lo que ahora era, una vampiresa, aunque le costó convencerla.

     

    Tenía dos familias reconocidas por la sociedad mágica, hermanos, primos, madres de sobra, una novia a quien amaba con todo su ser, dos elfos que además de servirle eran dos amigos incondicionales, una mascota que la llamaba mamá y una larga vida por vivir, llena de aventuras mágicas y de obstáculos como cualquier vida sobre la faz de la tierra. [/citar]

     

    Que diga asi:

     

    [Citar] Historia:

    Ania Nació en los suburbios de la ciudad de Caaguazú, una pequeña ciudad en el País de Paraguay, su madre, Kassandra Weasley tuvo que refugiarse con los muggles ya que en el mundo mágico había una persecución mortífaga y ella en ese estado no podía arriesgarse, pero apenas su hija nació, ella tuvo que volver para cumplir con los suyos, su bando la necesitaba más que nunca y debía ayudar por sus votos mismos de lealtad y sacrificio.

     

    Por razones obvias no llevó a Ania con ella, la quería demasiado para arriesgarla de esa manera, por lo tanto la dejó con los muggles con quienes ella se había refugiado, los Candia, era una familia humilde pero numerosa, sabía que su hija se quedaba en buenas manos y antes de marcharse dejó una carta que en su debido momento llegaría a las manos de su pequeña, explicándole todo y quien era en realidad ella.

     

    Ania creció como cualquier niña muggle, fue a la escuela a los cinco años de edad, luego paso a la secundaria, como cualquier persona, tuvo sus problemas, algunos que otros accidentes de niña que no fueron significativos pero que ya formaron parte de su vida, por ejemplo cuando se cayó de un árbol a los seis años, su “padre”, el señor muggle que se encargó de ella, pensó que no era grave y termino su labor rutinario para volver a casa donde la encontró con un enorme chichón en la cabeza y vomitando a más no poder, se asustó de sobremanera y de inmediato la llevó a su pediatra, ella no pudo hacer mucho, no pensó mucho y llamo al hospital de la capital del país para que prepararan todo ya que mandaría a una pequeña paciente de urgencia.

     

    -vamos a irnos de paseo Ania, vamos a Asunción-dijo la tía Nena derramando amor en cada palabra, tal y como la caracterizaban. La niña no quería saber nada de viajes en ese momento, ella seguía vomitando y el dolor en la cabeza se intensificaba cada vez más, pero ella no era una niña tonta, sabía que no era un simple paseo de aventura, nunca su padre la había llevado de “paseo” y ese no era un buen momento para hacerlo, así que se dejó y la trasladaron de inmediato hasta el hospital donde luego de una rigurosa investigación, sesiones de tomografías, radiografías y hasta electrocardiogramas lograron refutar cualquier tipo de gravedad, los síntomas que presentaba la niña era solo por el golpe en la cabeza que se dio al estrellarla contra el concreto.

     

    De todos modos Ania estaba internada durante un mes en el cual dejó de asistir a la escuela, pero luego todo fue un simple recuerdo del pasado. Cuando la tímida, inocente e introvertida niña llegó a la adolescencia, llegaron los problemas mayores, era tiempo de que ella supiera la verdad y su “padre” tenía que lidiar noche tras noche con los pensamientos que no le permitían conciliar el sueño pensando en cómo lo tomaría su hija. Una noche no pudo más con tanta carga y llamó a su hija a su cuarto para contarle toda la verdad.

     

    -Tengo que decirte algo muy importante, hija-comenzó con un hilo de voz.

     

    -Dime papi, que pasó?

     

    -No sé como lo tomes, pero pase lo que pase, quiero sepas que yo siempre te quise y siempre estaré contigo, nunca te abandonaré y las puertas de mi corazón siempre estarán abiertas para ti.

     

    Los ojos de Ania se llenaron de lágrimas al escuchar esas palabras de su papá, pensó que él le diría que moriría pronto o algo así por lo que le acaba de decir.

     

    -no me asustes papi, que pasa-dijo con un hilo de voz

     

    -no quiero asustarte, mi hija, solo quiero decirte la verdad de una buena vez

     

    -pues dilo que quiero saber papi

     

    -tu…no eres mi hija-soltó de una vez antes de romperse en llanto.

     

    Ania se quedó como en el aire, no sabía si creerlo, no quería hacerlo en absoluto, ella al igual que Ernesto, se rompió en llanto y contestó:

     

    -como puedes decir eso? Me niegas, padre?

     

    -no! No hija, claro que no, no te estoy negando, solo quería acabar de una buena vez con este martirio y decirte la verdad.

     

    -no creo papi, yo soy tu hija y de nadie más!-replicó al abrazarlo.

     

    -no sabes como quisiera que eso fuera verdad mi niña, pero lastimosamente no es así-dijo acariciando el pelo de la joven y luego se separo de ella y le entregó la carta que su verdadera madre había dejado para cuando ella tenía la edad suficiente de entenderlo.

     

    Ania tomo la carta y la leyó entre lágrimas y sin decir una sola palabra, luego de terminar la lectura, comprendió todo y después de unos días decidió ir en busca de su madre y de su verdadera vida.

     

    A los quince años, la vida de Ania había sufrido un cambio radical, no le costó llegar hasta el mundo mágico, en la carta que le había dejado Kassandra, estaba detallado cómo llegar hasta su casa, siguió paso a paso lo explicado y pudo llegar hasta la magnífica mansión Weasley, la cual le gustó desde un principio, conoció a su madre, quien desde el primer momento la llenó de amor y cariño, por fin pudo sentir el amor de una madre, de su verdadera madre, estaba en su casa, ella pertenecía al mundo mágico, la magia corría por sus venas, estaba en su gen.

     

    Apenas llegó a su nuevo mundo y volvió a tomar clases, pero clases de magia, claro, donde su propia madre fue su maestra, conoció nueva gente, fue adaptándose rápidamente a esa vida llena de misterios y magia, se hizo muy amiga de una pareja joven que la adopto como hija, Laimi y Lestat. Después de un tiempo, dejó la familia Myrddin para volver al Castillo Evans McGonagall, fue la primera familia que la había acogido durante unos días al llegar al mundo mágico, Laimi pertenecía a ella y fue la misma quien la dirigió hasta Pandora, ahora madre adoptiva de Ania. La chica le contó a su madre adoptiva lo que había pasado y ésta la llevó hasta Kassandra.

     

     

    Tenía dos familias reconocidas por la sociedad mágica, hermanos, primos, madres de sobra, dos elfos que además de servirle eran dos amigos incondicionales, una mascota que la llamaba mamá y una larga vida por vivir, llena de aventuras mágicas y de obstáculos como cualquier vida sobre la faz de la tierra. [/citar]

     

    Desde ya, muchas gracias. Espero no causar demasiadas molestias.

  12. Abrí la puerta del Castillo muy emocionada y pase de largo el salón principal ya que escuché unas voces provenientes del pasillo, era de tía Bel, sentí el cosquilleo en mi estómago y corrí para llegar cuanto antes hasta ella, se alejaba.

     

    - ¡Al patio superior entonces!- grité y tomé un atajo. Desde abajo habían varias formas de llegar a todas partes y conocia el castillo así que apresuré mis pasos para llegar antes que ella, suponía que ella iría con toda calma, caminando con la elegancia que la caracterizaba, así que yo sonriente daba saltos de felicidad mientras me dirigía al punto de encuentro.

     

    De pronto vi algo que brillaba en un pasillo lateral, me llamó tanto la atención que quise saber qué Era, cuando me quise acercar, éste pasó con gran velocidad entre mis piernas, era tan veloz que sólo vi su brillo como una ráfaga y obviamente grité del susto, el eco me devolvió el grito y con él apareció Brina, mi elfina.

     

    -Brina, hay algo aquí, creo que es una criatura, ¡ahí esta!- grité cuando vi lo que era, un huevi dorado, hermoso, era un huevo de oro.

     

    - Sólo no lo toque- escuché decir a Brina pero era tarde.

     

    Apenas toqué el huevo éste se rompió y el pasillo se llenó de humo que se expandia rápidamente y con él empezó a soñar una música fuerte pero era buena, y el humo aunque casi no dejaba ver nada no parecía ser tóxica.

     

    -¡Miércoles! ¿Brina, qué está pasando aquí ?- comencé a agitar mis brazos para disipar el humo y seguí mi camino hasta llegar donde Edward.

     

    -¿Hola, que pasa?- dije alzando mi vozya que la musica era muy alta - !Cuidado!- ayudé al Evans a ponerse de pie.

     

    @@Syrius McGonagall @

     

    Off: me disculpo por no poner las negritas y demás, roleo desde el cel. Es por eso. Los quiero!

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  13. Hola! Soy integrante del grupo de Binny y Zahil Potter y paso para avisar que tenemos unos pedazos :3

     

    2.- En el quinto día, un borracho les preguntará: Tenemos un depósito de cerveza de 48 m3 de capacidad con dos tuberías de llenado y una de vaciado. La primera tubería de llenado abierta sola tardaría 12 horas en llenar el depósito. La segunda tubería de llenado abierta sola tardaría 6 horas en llenar el depósito. Con el depósito totalmente lleno y las dos tuberías de llenado cerradas, la tubería de vaciado tardaría 8 horas en sacar todo la cerveza y dejar el depósito vacío. Si partimos del depósito vacío y abrimos las tres tuberías ¿cuanto tiempo tardaría en llenarse el depósito ? Cuando encuentren la respuesta encontrarán la pieza del portal.

     

    http://m.imgur.com/m8OCzCt?r

     

    En ela siguiente post: http://www.harrylatino.org/topic/96292-comite-de-borrachos/?p=4384722

     

    Como habla de borrachos pues era el comité de borrachos Y como decía quinto día fui a la 5ta página xDDD

     

    El tercero.

     

    3.- Debes recordar tus orígenes, solo el conocimiento les ayudará a encontrar el tercer trozo... si no saben de qué hablo recuerden dónde han oído: ¿Qué ser es el que anda por la mañana en cuatro pies, a medio día en dos, y por las noches en tres?

     

    http://i.imgur.com/e2UYpFU.png

     

    En el siguiente post:

     

    http://www.harrylatino.org/topic/107019-hermandad-omega-phi/?p=4907329

     

    Lo busamos ahí porque dice algo de conocimiento y de buscar donde el origen y esas cosas. Así que se me ocurrió que podría ser en la universidad.

     

    El sexto.

     

    6.- Cuatro magos observarán el río que brillará bajo el resplandor de la luna. Solo tres magos saldrán ilesos de allí.

     

    http://i.imgur.com/5q7WLNr.png

     

    En el siguiente post: http://www.harrylatino.org/topic/106455-moon-river-mm-b-92941/?p=4837010

     

    Está fue más difícil puesto que realmente había que descifrar, pero lo hallamos al final xD

     

    Bueno, creo que es todo...espero que todo esté en su lugar y me despido por ahora :3

     

    Hasta lueguito.

     

    XDDDD ok, ya hice el oso jajaja como sea. No había actualizado la pagina y pensé que estaba a tiempo xD para la proxima...

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  14. -Hola ya...-No pude terminar la frase, todos murmuraban, en susu rostros sólo se notaba la preocupación y empezaban a dispersarse por todo el lugar-Pero que pasó...- pensé en voz alta mientras apresuraba mis pasos para encontrar a alguien que me explique exactamente lo que había pasado.

     

    Lo que sabía era que Ekrisdis había vuelto, cosa que era imposible a no ser que hubiera dejado algún horrocruxe. Cosa que tampoco era demasiado posible, aunque no podía ser descartado. También sabía que había tratado con un mago y que hicieron un trato, estarían ahí en cualquier momento. Repasé toda la información en mi mente y luego me di cuenta de lo que ocurría, cuando vi el raro espacio vacío donde antes se encontraba el portal que llevaba a Azcaban. Ahí estaba el problema, el portal había desaparecido, me concentré en una de las tantas voces que murmuraban a mi alrededor -Sólo volaron por todos lados...tenemos que reconstruirlo, vamos!- y creí entender.

     

    Cuando alcé la vista para buscar a algún conocido, a unos metros vi a Binny quien daba el consejo de salir a buscar ya las piezas y corrí Hasta ella.

     

    -Binny! Hola, llegué, creo que entendí algo pero necesito que me expliques mejor- sabía que no era la manera de reaccionar en un reencuentro luego de varios meses pero ya habría tiempo para festejos y bienvenidas -Mientras buscamos lo que tenemos que buscar, claro- le sonreí y tome con fuerza mi varita, algo me decía que la utilizaría en cualquier momento y tenia que tenerla lista.

     

    @@Binny Evans

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  15. Madeleine me dio una cálida bienvenida y luego esperé a que se desconcentre por completo para tomar una de sus cervezas. Si era una fiesta no veia porqué no poder tomar una cerveza bien fría. Aparecieron más personas y luego nos dirigimos de nuevo adentro del edificio para planear mejor pero un gran estruendo llamó la atención de todos y corrimos escalera arriba buscando al responsable de tal ruido. Madeleine llegó primero y entro en la biblioteca de donde provenía mucho humo y un olor fétido. Me tape la nariz con mi zurda mientras sostenía con mi diestra mi varita y entre buscando el rostro de Madeleine o alguien más. Vi una silueta paralizada, no movió ningún músculo y cuando pude acercarme lo suficiente pude notar su miedo y vergüenza. No parecía un intruso, no parecía disfrutar del susto de nadie, al contrario, estaba helado y pálido. Sonreí.

     

    -No creo que sea un intruso, Madeleine, míralo, esta pálido- dije sonriente aunque seguía apuntandolo con mi varita -¿Eres aspirante? ¿Responde pronto por favor...-dije consiente de que el mago tenía miedo de hablar.

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  16. Estaba emocionada porque hoy volvería a practicar una de mis pasiones ocultas por mi insuficiente experiencia. El duelo, de un tiempo para acá vino a ser uno de mis mayores pasiones a pesar de que lo hacía en muy pocas oportunidades pero presenciar uno con contrincantes muy capaces era toda una maravilla.

     

    Bueno, ya que tenía la posibilidad de elegir a mi oponente o compañera, en este caso, de duelo. Elegí a una de las mejores, según mi perspectiva, dentro de mi bando. Y nada más y nada menos es Lisa, mi adorada tía del lado Weasley.

     

    Desaparecimos de la madriguera, que fue donde nos pusimos de acuerdo y al otro segundo aparecimos en algún lado del patio de la Orden del Fénix.

     

    Un amplio y hermoso pastizal se extendía bajo nuestros pies y el sol teñía el cielo de naranja con sus últimos rayos de luz. Esto hacia relucir la gama de colores de mi capa, a simple vista parecía negra pero cuando ondeaba por el viento dejaba ver esos colores escondidos que iban de verde a fucsia, la magia hace Muchas cosas. Dicha capa cubría el más simple vestuario que podía haberme puesto jamás. Una camisilla blanca y unos shorts de tono oscuro. Me quité la alpargata que llevaba puesto por los pies y me dejé disfrutar de la sensación de pisar el césped. Me quité la capa, empuñé mi varita y luego de ubicarme a los ocho metros más o menos de Lisa, la apunté a la altura del pecho y pronuncié mi primer hechizo.

     

    -Incárcerus.

     

    De mi varita salieron tres gruesas cuerdas que la sujetarían en diferentes lugares. La primera iba por su boca, para que no pueda pronunciar hechizo alguno. La segunda por sus manos, amarrandolas de modo que estas se queden atrás para que su puntería se viera afectada y no pueda apuntarme. Y la última a nivel de sus rodillas, porque ya que sus piernas se mantenían un poco separadas, al juntar sus rodillas podría caer de bruses, y sería fácil ganar el duelo.

     

    @@Lisa Weasley Delacour

  17.  

    Nick: Ania Evans Weasley

     

    Área de interés: Aquí tengo que aclarar algo. Me gusta el duelo pero desde el celular no puedo hacer negritas ni personalizar las letras así que no se si igual puedan agregarme a esa lista. Y Social :3

     

    Skype: Ando desde el cel, no uso más el Skype así que sólo me encuentran por wapp ahora. Mi numero Está en el grupo.

  18. Suspiré con una nostalgia tremenda y una mezcla de felicidad y emoción por volver a pisar aquellos terrenos donde me había formado por primera vez para poderme defender profesionalmente de mis adversarios.

     

    Hacía mucho tiempo no caminaba por los pasillos de la madriguera, por los jardines de la Orden del Fénix...A propósito, estaba caminando por la hermosa pradera dentro del amplio terreno de la Orden cuando a lo lejos divisé una reunión, habían varias personas platicando y riendo así que no dudó un instante en acercarme a saludar a mis ahora de nuevo, compaceros de bando.

     

    -Hola buenas noches, espero no incomodarte a nadie con mi presencia, qué se come por aquí? - pregunté sonriente mientras me acercaba a sayudar a cada uno de los presentes en el lugar.

     

    El aire suave y la luz de la luna hacían el matiz perfecto para un campamento improvisado.

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  19. Sonreí con aire de victoria cuando vi Cómo kutsy se dejaba atar por mis cuerdas y reí levemente ante el comentario que hizo luego. -Y muy valiente de tu parte- conteste.

     

    Pensaba que se quitaría el siguiente nudo pero no era así, kutuyo apuntó hacia mi con su varita y me atacó, desde un punto difícil pero al final lo hizo y el rayo venía directo a mi pecho pero fui rápida y pude defenderme.

     

    -Protego- y mi escudo absovió al rayo impidiendo que éste me haga ningún daño. -Y eso fue arriesgado- volví a sonreír.

     

    -Zancadilla- y Kutsy cayó al suelo de bruses. - a ver como te defiendes ahora?

     

    La finalidad de este duelo es aprender y compartir experiencias y conocimientos después de todo. A pesar de que quería ayudarla no podía porque podría usar mi cercanía a favor y además, sus verdaderos adversarios no la ayudarían. De todos modos si mi ayuda fuese necesario lo haría.

     

    Mientras dejaba que kutsy pensara en su siguiente ataque le expliqué algunas cosas.

     

    -Kutsy, podrías haber usado el evanesco antes de que las cuerdas se separen para que pudiera desaparecerlas por completo de una. No permitas que las cuerdas te aten si puedes de tenerlas antes. Es cierto que no puedes saber lo que tu adversario va hacer por ende no puedes anular su ataque antes de que lo haga pero tienes que defenderte y mientras más rápida y ágil seas podrás hacerlo. Para la próxima vez que te mande un Incárcerus - sonreí.

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