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Syrius McGonagall

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Mensajes publicados por Syrius McGonagall

  1. Matt Ironwood.

     

     

    -Normalmente los días de trabajo a las 6 de la mañana – contestó riendo el mago entendiendo el tono de la pregunta del otro hombre que decidió no dar su nombre y a lo cual el ojiazul decidió respetar, si lo necesitara en algún momento se lo preguntaría.

     

    El otro mago propuso que recorrieran la mansión en búsqueda de otros compañeros de bandos, a lo cual el castaño respondió afirmativamente. Pese al silencio que aparentemente envolvía la edificación Matt se negaba a creer que fueran los únicos presentes, siempre había alguien en la Mansión Potter por lo que oyó, de hecho existían habitaciones para todos los miembros de la Orden del Fénix que decidieran pasar unos días en el lugar.

     

    Por lo que junto con el mago del que todavía no conocía su nombre se alejaron del vestíbulo y comenzaron a recorrer el pasillo principal de la primera planta. Mientras pasaba frente a una serie de retratos de personajes que desconocía y decoraban una sencilla pared el mago decidió entablar una pequeña conversación.

     

    -¿Es tu primera vez en la Mansión Potter? Pues la mía si, de hecho es mi primera visita al Valle de Godric, era uno de esos lugares en mi lista de debes del Reino Unido, siempre que vengo trato de recorrer alguno de esos lugares – el Ironwood debía admitir que conocía poco aquel país, pese a sus recurrentes viajes y tener familia sus visitas siempre terminaban en los mismos puntos, tendría que proponer un día a los Evans recorrer Reino Unido, estaba seguro que aceptarían encantados.

     

    El sonido de unas voces provenientes del salón detuvo la conversación entre los magos, una voz femenina y otra masculina mantenían una conversación, la voz de la mujer no la pudo reconocer pero el fuente acento irlandés del hombre le reveló que el otro participante de la charla era Rory Despard, el religioso mago amigo de los Evans.

     

    -Parece que no somos los primeros – dijo a su compañero antes de entrar al salón donde un altar con fotos de los caídos se alzaba sencillo pero ocupando un espacio central en la habitación, no pudo reconocer ningún rostro pero aun asi estaba dispuesto a brindarles su respeto. También allí junto a una pequeña estatua de un santo se encontraba una mujer rubia que no conocía y Rory.

     

    -Buenas – llamó su atención – Matt Ironwood, un placer– se presentó a la bruja mientras le estrechaba la mano - ¡Rory! Tanto tiempo – saludó alegremente al mago. –¿Encabezaras tú la ceremonia? – llegó a esa conclusión al observar la ornamentación del salón, cada detalle anunciaba a gritos que el irlandés estaba detrás de todo, sobretodo la figura del santo.

     

    -¿Has visitado últimamente la mansión Evans? – era su primera visita al Reino Unido en meses y aquella fue su primera parada, aún no había tenido tiempo de visitar al castillo familiar quería saber como estaba, conociendo la delicada situación que atravesaba el país.

     

     

     

    @@Rory Despard @ @

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  2. Matt Ironwood.

     

     

    Recorrió esa selva exuberante que era la sala que recibía a los clientes al llegar el negocio, tomo cada pequeño sendero que partían en varias direcciones de ida y de vuelta buscando a la mujer pero no la podía encontrar. ¿Habría cancelado? Esperaba que no, después de todo era una oportunidad que no debía desperdiciar.

     

    Sus zapatos ya se encontraban manchado de la tierra negra que parcialmente cubría el suelo de madera pero no le importaba, Kelcey no parecía ser una persona que le diera mucha importancia a la imagen, solo quería esas semillas. El mago se agachó mientras pasaba por debajo de un planta que se estiraba al techo con unas amplias hojas verdes del tamaño libros mientras regresaba por el sendero que tomó.

     

    Se estaba comenzando a impacientar, quizas todo hubiera sido un chiste, una broma para la risa de la mujer, engañar a los de fuera cada vez que salían de su isla podría ser una tradición. Sacudió la cabeza tratando de alejar esos pensamientos, simplemente se había retrasado era solamente eso.

     

    El sonido de unos pasos a un par de metros de distancia, un par de senderos hacia alla le indico que había alguien mas ¿Kelcey? Tendría que comprobarlo, Matt apuro la marcha hacia los pasos y al doblar por otro sendero que recorrió con anterioridad se encontró con una mujer… pero no era Kelcey. De hecho no la conocía, de todas formas se acercó a ella.

     

    -Disculpa – llamó su atención - ¿De casulidad no ha visto a una bruja de cabello negro y ojos azules? – preguntó el Ironwood observando a la mujer. Fue terminar de hablar cuando una tercera figura apareció detrás de ello, su llegada fue tan silenciosa que el castaño no se percató de su arribó hasta que la voz con el fuerte acento de Kelcey sonó tras su espalda.

     

    Se giró y allí estaba, enmarcada en esa aura de misterio y foraneidad vestía una larga túnica colo crema que se sostenía en la cintura con un delicado cinturón de runas, su cabello caia largo y espeso color de la noche tras su espalda y sus ojos claros parecían observar el alma del resto. Una digna aparición.

     

    -¿Trajiste el dinero? – Kelcey observó al mago.

     

    -Si – el mago asintió.

     

    La mujer sonrió – Bien, mi pueblo necesita de esas semillas, en la isla no pueden crecer por el clima, nos estas dando un gran mano y como agradecimiento yo te daré respuestestas – la bruja acercó sus manos a la cintura y se quitó dos runas de sus cinturon – Su pasaje, ambos – entregó las runas tanto a Matt como a la otra mujer que no tenía nada que ver con aquella reunión.

     

    -Gracias – el Ironwood tomó la runa que era mas pesada de lo que parecía – Pero ella no viene conmigo – trató de socorrer a la pobre bruja que de una extraña forma terminó involucrada en aquella reunión –Simplemente nos encontramos… -

     

    Pero no pudo continuar porque Kelcey lo interrumpió – También es bienvenida – zanjó el asunto con una agradable sonrisa – Ambos -

     

     

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  3. Matt Ironwood.

     

     

    Su llegada al Valle de Godric era por una invitación. Nunca antes visitó el famoso poblado ingles, como tampoco obviamente la Mansión Potter. Aquel lugar tenía una historia conocida mundialmente por la población mágica pero en la actualidad también contaba con otra, aquella pequeña casa servía como lugar secreto de reunión para los miembros de la Orden del Fénix.

    Personas ajenas al bando solo verían ruinas donde una vez se alzó el acogedor hogar de los Potter pero para los defensores de la organización creada décadas atrás por Albus Dumbledore la edificación se encontraba renovada y recuperada y lista para darles la bienvenida.

     

    El mago recorría las tranquilas calles del pueblo en una luminosa tarde de otoño, quedaría menos de media hora para que el sol se ocultara y una brisa fresca del norte removía las hojas amarillas y rojizas caídas de los arboles. Mientras pasaba por encima de un grupo de hojas color ocre bostezó, se sentía cansado, no solo por los dos vuelos que tuvo que tomar para llegar a Reino Unido sino porque últimamente había estado teniendo malas noches. Varias veces en la semana se despertó agitado en la cama mucho antes del amanecer tras tener pesadillas, todas ellas seguían un mismo patrón que lo dejaba pensativo. Los sueños comenzaban como agradables repeticiones de memorias de la infancia pero poco a poco los mismos comenzaban a corromperse hasta convertirse en tétricas experiencias. El castaño aún no entendía porque pero tenía tantas actividades con las que cumplir que tiempo para analizar sueños no era algo con lo que contara.

     

    Por delante tenía una pequeña ceremonia con la que compartir con compañero de bando la memoria de los caídos, posiblemente no conociera a mucho de ellos pero eso no importaba, fueron miembros de la Orden del Fénix al igual que él y eso era motivo mas que suficiente para brindarles homenaje.

     

    El ojiazul recorrió los prolijos jardines del terreno de los Potter, admirando cuanto pudiese del mismo, la casa una modesta construcción de dos plantas y con un aire inglés típico le daba un aura de calidez. Y pese a ser su primera vez en aquel lugar, Matt se sentía como en casa.

     

     

    No se detuvo a tocar la puerta, simplemente la empujó con cuidado e ingresó a la casa de la Orden del Fénix. Dentro se encontró con un mago que parecía esperar a que alguien fuera a recibirlo, el Ironwood no lo conocía pero no podía ser nadie mas que otro miembro de la Orden del Fénix.

     

    -Buenos Días – saludó al mago – Matt Ironwood – se presentó mientras estiraba su mano para estrechar la del mago -¿Eres el primero en llegar? – le preguntó tratando de observar mas alla del vestíbulo por si veía algo de movimiento que señalara que había alguien mas en la casa.

     

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  4. Matt Ironwood.

     

     

    El alcalde Levaugnex los aguarda tras su escritorio con una cara de que demostraba infinito cansancio aún así sonrió al verlos ingresar y se incorporó como un resorte de su asiento para acercarse a estrecharles la mano. La sala se encontraba exquisitamente ambientada hasta el último detalle en los años cincuenta como el resto de todo el pueblo, hasta el elegante traje que llevaba el alcalde era de época.

     

    -Encantado en recibirlos nuevamente agentes Ironwood y Bay – los recibió Levaugnex con su fuerte acento sureño que revelaba que no era de las islas. -¿Señorita Honeybee que hace aquí? – preguntó extrañado el hombre mientras saludaba también a la mujer.

     

    -La señorita Honeybee fue atacada por dementores ayer en la noche – se apresuró a responder Matt mientras observaba a la bruja y dejó que la mujer contara el suceso.

     

    -¿Dementores en Sunshine Valley? Pero eso es imposible – farfulló el hombre visiblemente cansado, se llevó los dedos a la frente exteriorizando ese sentimiento y sacudió la cabeza –No sé que está sucediendo en el pueblo, tenemos la noticia de que han vandalizado una casa deshabitada en “New France Street”, la policía y mi esposa ya se encuentran en el lugar… el asunto de Chase y ahora dementores – el alcalde se alejó y silenció el tocador de discos que emitía una suave melodía de jazz.

     

    -Señor Levaugnex necesitó enviarle una nota a la Oficina del FBI en Honolulu para que se comuniquen con San Francisco y averigüen si han tenido problemas con los dementores que guardan Alcatraz, es la cárcel más cercana que los utiliza – Alan pidió.

     

    -Claro, claro, tenemos unas lechuzas para mensajes, hablen con la recepcionista y ella les preverá de pergamino y tinta – respondió el hombre de Baton Rouge aun con la mirada clavada en la ventana que daba el jardín del exterior.

     

    Matt podía sentir el pesar de aquellas noticias en el alcalde y podía entenderlo, Sunshine Valley era un sueño hecho realidad para él y su esposa y ahora parecía estar minado de problemas.

     

    -Señor Alcalde cuenta con nosotros para lo que necesite, es nuestro deber velar por la seguridad y el orden en todo el estado – el Ironwood se adelantó con firmeza.

     

    -Gracias, hay que llegar al fondo de todo este asunto, Sunshine Valley debe ser un ejemplo para el mundo de buena fe y cooperación entre el mundo mágico y el mundo no mágico – el hombre se giró hacia ellos – Los habitantes de Sunshine Valley no deben tener miedo en recorrer sus calles, llegaron escapando de la locura del mundo en búsqueda de un lugar que les brindara paz y la oportunidad de prosperar y eso les daré –

     

    -La celebración de la Noche Azul será en tres días, nada tiene que salir mal, quiere que mi pueblo disfrute en paz y con seguridad, resolveremos esto – finalizó con seguridad el hombre y por unos segundos pareció recuperar todo la energía que hasta el momento no había mostrado.

     

     

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  5. Matt Ironwood.

     

     

    El lugar de la reunión le pareció muy novedoso, pero al descubrir que el motivo de haber escogido aquel negocio era mas bien por motivos practicos que por elección caprichosa de la mujer lo hizo todo mas lógico. El mago recorría el camino empredrado que parecía mantenerse ajeno al paso del tiempo mientras el sol se ocultaba por el oeste, las luces naranjas y rojizas del atardecer pintaban las fachadas del sinfín de negocios de Diagon ocultando sus verdaderos colores.

     

     

    Para ser un anochecer de otoño aquella jornada se presentó con una temperatura mas que agradable, el americano solo llevaba una fina campera por encima del canguro color crema, unos pantalones oscuros y un simple par de zapatos deportivos. En un bolsillo guardaba su varita, en otro un poco de dinero para la compra que debía de hacer, y en un tercero una libreta para anotar lo interesante que se pudiera escuchar de aquel encuentro.

     

    Como llegó a concretar aquella entrevista fue mas suerte que esfuerzo, fue la curiosidad y los azares del destino. Escuchó desde niño la historia de esa isla en pleno Mar de Irlanda, los Ironwood originales un familia nacida de los asentamientos vikingos en la Isla de Shetland al norte de Escocia en el siglo VIII se vieron envueltos en variados conflictos cuasi fantásticos con los habitantes de aquella isla.

     

    Los Ironwood de Shetland eran muy pocos, la familia ahora se extendida a lo largo del todo el mundo, donde el mar pudiera encontrarse con al tierra los Ironwood se asentaban, o asi decía el viejo dicho familiar. Pero aquella isla entre la isla de Gran Bretaña y la Isla de Irlanda se había logrado mantener cerrada al resto del mundo, sus habitantes no eran propensos a recibir visitas y las salidas de los mismos al exterior eran exclusivamente para hacerse con productos o necesidades que ellos no podían generar en sus tierras.

     

    Por eso llevaba dinero en el bolsillo, la mujer de mediana edad con que se encontraría necesitaba unas semillas de una extraña planta cuyo nombre olvidó, Kelcey solo accedió a entrevistarse si le ayudaba a comprar aquellas semillas.

     

    Natural Poison era un negocio mas que original, parecía ser una colina nacida entre dos edificios, no conocía el negocio pero solo con la fachada le convenció de que disfrutaría mucho aquel lugar, si el exterior era curioso la densa selva del interior hacia pensar que uno ya no se encontraba en Reino Unido. El castaño se detuvo unos segundos maravillado con aquel paisaje exuberante, la tierra negra y la temperatura un poco mas elevada que el exterior invitaba a que se quitara la campera y hasta de descalzara pero se contuvo, necesita encontrar a Kelcey en aquel laberinto selvático ¿Ya se encontraría alli la mujer? Esperaba que no hubiera llegado tarde, no podía perder aquella oportunidad.

     

     

    @@Ariadna Macnair Gyrffindor

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  6. Matt Ironwood.

     

     

    La barbacoa estaba yendo de los mas bien, el día colaboraba para que la misma fuera más disfrutable, no hacía demasiado calor ni ninguna nube amenazaba con los clásicos chaparrones hawaiianos que duraban apenas unos minutos pero que eran muy capaces de arruinar una comida al aire libre. Matt se movía de grupo en grupo a lo largo de la larga mesa que instalaron en el patio trasero para que todos pudieran comer juntos, el mago realmente se sentía embargado por una inmensa felicidad al ver que aquello realmente estuviera sucediendo.

     

    Magos y nomajs juntos, como iguales, compañeros con una única misión; “prestar un servicio a la sociedad”, así debería de ser la norma en todo el mundo. De todas formas el Ironwood era muy consciente que la 184 era una excepción, una isla en medio del mar agitado en el que se convirtió el planeta una vez cayó el Estatuto del Secreto, solo esperaba que las olas no la cubrieran antes de que pudiera extenderse un poco más.

     

    Ellie, compañera de la Orden fue de las últimas en llegar a la estación, ver que otro miembro de la Orden del Fénix decidiera aventurarse en aquella campaña al otro lado del mundo le generaba al ojiazul una inmensa gratitud para con el bando. Al ser un miembro activo en el extranjero del bando muchas veces se sentía relativamente ajeno a las filas principales que trabajaban en el Reino Unido, pero ver tantos compañeros británicos apoyando el emprendimiento en su país volvía aquellas dudas en nimiedades sin sentido.

     

    -Matt – el llamado por parte de Alex lo sacó de sus pensamientos. El castaño se giró hacia la parilla donde el policía le hacía señas con la mano y se levantó de su asiento.

     

    -Ayúdame con estas costillas – el hombre señaló con las pinzas los cortes que chorreaban jugos sobre los carbones encendidos que había debajo. El aroma hacia agua a la boca a cualquiera. –Espero que haya más de un vegetariano en el grupo – comentó el mago mientras que con su varita hacia levitar las costillas y la colocaba en una gran tabla de madera para asado.

     

    -Y yo esperó que tus amigos británicos hayan traído una buena pantalla solar, son cada vez más – Alex señaló a una nueva integrante que acaba de arribar, Matt no conocía a la mujer que se presentó como Maida Yaxley pero su acento revelaba que era inglesa.

     

    -Mejor asegurémonos de que tengamos té en las despensas – bromeó el mago lo que arrancó una carcajada de su compañero, eran junto a Arzux y Mykhaila lo únicos locales, el resto provenía de otras partes del país o del extranjero, deberían pensar en una forma de hacerles una gran bienvenida a la hawaiiana.

     

    -Iré a recibirla – con la tabla cargada de carne flotando tras de sí el mago se dirigió hacia la recién llegada, Tolleman el capitán no se encontraba en la mesa por lo que optó por darle la bienvenida él.

     

    -Bienvenida a la 184 – saludó a la bruja mientras le estrechaba la mano –Soy Matt Ironwood, el Capitán Tolleman ya regresará para darte una propia bienvenida a la estación, pero por el momento eres libre de tomar un asiento y disfrutar de la barbacoa, esta deliciosa – le confió con una sonrisa.

     

     

    @ @@Rory Despard @ @ @@Ellie Moody @

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  7. Matt Ironwood.

     

     

    Era impresionante el legajo de Bel, al escucharla hablar sobre su periodo en el Departamento de Criaturas Mágicas del Ministerio del Reino Unido donde no solo trabajó sino que lo lideró demostraba lo experimentada, hábil y llena de conocimientos que era la bruja, sin duda un miembro invaluable y sumamente necesario para el proyecto de la 184.

     

    -Si, aunemos fuerzas, además toda estación de bomberos debe tener un perro – sonrió el mago observando a las tres mujeres.

     

    Estaba por volver a retomar la limpieza de los baños cuando un fulgor de luz blanca apareció de la nada frente a el interponiéndose en su avance, la calidez del Patronus lo envolvió y una voz conocida emergió de la luz anunciando un arribo. Hobbamock, ex líder de la Orden del Fénix, compañero de bando y hermano Paladín se encontraba fuera, el castaño se giró hacia Catherine y Bel, no les había informado de su invitación a la Orden del Fénix a colaborar en aquel proyecto.

     

    Pero antes de que tuviera oportunidad de hacerlo Bel se le adelantó, diciendo que ella se ofrecía a darle la bienvenida al Graves – Bien, pero voy avisarle al Capitán de la llegada de Hobbamock – replicó el castaño. Mientras Bel se alejaba rumbo a la entrada para recibir el mago, el ojiazul dejó los baldes cargados de productos de limpieza junto a Catherine y se fue hacia la cocina donde Tolleman se encontraba trabajando.

     

    Tolleman junto a Theseus y Marie Anne una ex miembro de las Fuerzas Armadas trataban de reparar el viejo refrigerador. Por su aspecto y aquel espantoso color azul de la pintura parecía ser un modelo que nació y murió en los 80s y desde entonces parecía no estar dispuesto a que lo molestara en su retiro.

     

    -La mejor forma de repararlo es comprando un nuevo – se anunció desde la entrada Matt y los tres se giraron al escucharlo, todavía sonriendo el mago se acercó al grupo – Pero seguramente alguna que otra cosa de este amigo podemos aprovechar –

     

    -El problema es que el presupuesto que manejamos para la 184 no deja mucho margen para gastos extras – Tolleman cerró la puerta del dañado electrodoméstico – Es un lindo proyecto pero ni el gobierno mágico ni el gobierno no mágico quieren arriesgar mucho, no los culpó algo como esto nunca se hizo antes, de todas formas buscaremos como solucionar el problema del refrigerador –

    -¿Qué sucede Matt? ¿Otras criaturas mágicas en el baño? – preguntó el Capitán.

     

    -Tenemos visitas, un nuevo compañero ha llegado, Bel lo está recibiendo en este momento –

     

    Momentos más tarde Matt caminaba junto al Capitán Tolleman rumbo hacia Bel que para sorpresa del mago no solo se encontraba acompañada por Hobbamock sino que por nada más ni nada menos que Nathan Weasley, ex candidato a Ministro de Magia en las pasadas elecciones, además el miembro del FMI Mágico era un compañero de bando, era una grata sorpresa para Matt encontrarse con el par de magos, no esperaba que la Orden aceptara la invitación tan pronto sabiendo de los problemas que sacudían las islas británicas.

    -Capitán Tolleman, ellos son Hobbamock Graves con el cual he trabajado en varias ocasiones y Nathan Weasley miembro del Fondo Monetario Internacional Mágico – Matt presentó al par de magos mientras estrechaba sus manos.

     

    -Bienvenidos a la 184, soy Clark Tolleman Capitán del Escuadrón, un placer recibirlos – el experimentado bombero se acercó a saludar a los recién llegados – Como podrán notar nos encontramos rehabilitando la estación, pero si gustan hay café en la cocina y una barbacoa de bienvenida se está cocinando en el patio trasero, allí podremos presentarle al resto del equipo y conocernos un poco más – terminó de recibir a los magos.


     

     

    @@Rory Despard @ @ @

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  8. Matt Ironwood.

     

    Al llegar a la cocina y ver a los causantes de todo aquel alboroto no pudo contener la carcajada, un grupo de siete crups se debatía entre mover la cola a los magos y enseñar los dientes a los nomajs. –Son crups – le explicó a sus compañeros nomajs mientras se arrodillaba junto a uno y le acarició la cabeza lo que tuvo como respuesta una lamida del pequeño animal en la mejilla.

     

    -¿Por qué nos gruñen a nosotros y a ustedes no? – preguntó el capitán Tolleman mientras trataba de guardar una distancia segura con el crup mas próximo que no dejaba de enseñarle los colmillos.

     

    -Es una raza de perro creada por magos, es totalmente fiel a los hechiceros pero desconfía totalmente en los no mágicos – explicó Matt mientras se volvía erguir del suelo al escuchar la sugerencia de Catherine –Creo que lo mejor si, saquémoslos de la cocina y busquemos un lugar donde dejarlos hasta que le podamos encontrar hogar – el castaño se giró hacia Theseus un mago que al igual que Matt formaba parte del FBI pero hasta su transferencia a la 184 trabajaba en la Oficina Regional en San Francisco -¿Me das una mano para llevar a estos pequeños, tiernos y prejuiciosos demonios abajo? –

     

    -Claro – contestó el pelirrojo mientras alzaba a los dos crups mas próximos que pronto comenzaron a lamerle el rostro –Parecen ser hermanos, una camada – comentó el mago mirando a Matt.

     

    -Deben tener casi un año a juzgar por su tamaño – observó el Ironwood mientras luchaba por sostener a dos de ellos en sus brazos. Al final dejaron a los siete crups en la primera planta, Alex encontró una pequeña cerca en uno de los depósitos y armaron un espacio improvisado para los animales con agua comida y unas mantas.

     

    -¿Saben que sería interesante? – comentó a Bel y a Catherine al regresar de darle de beber a los crups – Lograr que alguno de ellos se encariñe con los nomajs, lo podríamos tener como mascota de la estación y sería un gran símbolo en esta unión mágica – no mágica, ¿Qué opinan? –

     

    -Que es una gran idea Ironwood – una voz hizo que el ojiazul levantara la vista hacia la escalera que conducía a la segunda planta, descendiendo por la misma cargando con unas cubetas llenas con productos de limpieza se acercaba Myhkaila sonriendo, era la chica que recientemente se formó como paramédico para trabajar con el cuerpo de bomberos de Honolulu –Me encantan los animales, estoy dispuesta a darte una mano con los crups -

     

     

    @ @@Rory Despard

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  9. Matt Ironwood.

     

     

    Siguió con la mirada el extraño e ido accionar de la bruja que se llamaba Catherine, jamás la vio por el castillo, ni siquiera recordaba haber escuchado su nombre en alguna conversación pero parecía ser una vieja conocida para Bel. La mujer anunció que una compañera de bando pronto arribaría a la cocina ¿Cómo sabia aquello? ¿Había recibido un mensaje de la Moody? Si giró con la taza humeante de café y miro confundido a Bel antes de volver a centrar su atención hacia la Moody que observaba tras las cortinas como todavía algunos insectos impactaban mortalmente contra la ventana.

     

     

    La visión de los insectos reencauzó la atención del mago al verdadero asunto de aquella improvisada reunión, algo sucedía en los terrenos familiares y debían encontrar una solución, pero el entorno no lo estaba haciendo fácil, demasiadas cosas extrañas estaban sucediendo en la cocina. Trató de no imaginarse cuál sería el contenido de la sospechosa copa de la cual bebía Catherine y que recientemente le entregó una pequeña elfina doméstica y la llegada de Madeleine tampoco ayudó en la concentración.

     

    -Buenos días Madeleine – saludó a la bruja de baja estatura que acaba de llegar, conocía a la Moody de algunas de la Orden del Fénix, era una buena compañera aunque un poco hosca. Aprovechó a beber otro sorbo de su taza de café mientras Bel le explicaba a la bruja lo que acontecía desde hacía unos días en el castillo, mientras observaba a las mujeres hablar no pudo dejar de notar que Madeleine parecía confundida, no por lo que le contaba la Evans sino por algo más que no lograba descifrar, en cierto punto notaba una actitud algo similar a la que mostraba Catherine ¿Qué le estaba sucediendo a las Moody?

     

    -Bien, ya estando todos al tanto de la situación, manos a la obra – Matt se levantó de la gran mesada central sujetando su taza vacía de café y la dejó en el fregadero, el sonido de los insectos impactando contra las ventanas se detuvo pero por lo que comentó Bel aquel extraño comportamiento en animales y plantas sucedía desde hacía un tiempo. El Ironwood se dirigió a la pequeña puerta que conducía al exterior desde la cocina y la abrió, del otro lado una hermosa mañana de otoño le dio la bienvenida.

     

    El sol ya se alzaba por encima del horizonte y bañaba de luz dorada los arboles de los bosques que rodeaban el extenso predio familiar, la luz llegaba hasta el castillo y daba una agradable sensación de calidez. Los pájaros llenaban el aire matutino con una sinfonía de diversos cantos, el castillo Evans McGonagall y sus terrenos era un lugar muy hermoso y aquella postal que les regalaba la mañana no hacía más que confirmarlo. ¿Cómo era posible que sucedieran aquellas cosas que comentó Bel en un lugar como aquel?

     

    Pero solo bastó con que Matt se girara hacia las ventanas de la cocina que tenía a su espalda para ver el revoltijo de insectos estrellados que chorreaban líquidos por los vidrios hasta el césped que había debajo. Aquello no era normal. El castaño se acercó hasta las ventanas y tocó unos de los pequeños cuerpos, debían ser cerca de un centenar, era como un enjambre. -¿Ha sucedido algo así antes? – preguntó a nadie en particular, aunque posiblemente la que persona que tuviera una respuesta fuera Bel.

     

    El mago se apartó de la ventana y se limpió los dedos en su pantalón -¿Dónde están las plantas marchitas? – preguntó a Bel.

     

     

    @ @@Ellie Moody @@Rory Despard

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  10. Me encanto el podcast y eso que nunca escucho xD, me rei bastante con sus comentarios y me gusto conocer todo ese quilombo con Pandora que existía en la evans y que nunca termine de entender.

     

    El podcast lo escuche ayer por la noche pero como soy vago contesto hoy recién jajajaja, como dije arriba me encanto esta modalidad y realmente me parece un gesto muy lindo de compromiso por parte de ustedes con esta tutoría, nos subieron la vara jajajajaja tenemos que esforzarnos nosotros los estudiantes.

     

    Quiero que se repita si!!! Y pasar un rato aprendiendo y divirtiéndome mientras las escuchó, genias!!!

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  11. Matt Ironwood.

     

     

     

     

    Su presentación fue escueta y concisa como la consigna lo exigía, lo que realmente le interesaba al castaño en aquel momento era la presentación de la última persona, Catherine Moody. Era todo una sorpresa verla en aquel lugar, ni en su más loca posibilidad barajó la carta de la bruja, no podía negar que lucía más entera y centrada que en su último encuentro pero aún así le costaba verla trabajando en aquel grupo, ojalá estuviera equivocado.

     

    Una vez las presentaciones finalizaron y despidieran las autoridades, realizaron un pequeño tour por el edificio de dos plantas que confirmó el temor que se le cruzó por la cabeza al mago al toparse con la descuidada fachada, que el interior estuviera peor.

     

    El gimnasio daba pena, los aparatos y mancuernas que no fueron robados lucían una cobertura cobriza de óxido que resaltaba entre el polvo y las telarañas pero más desazón y hasta un poco de preocupación daban los baños, el mago no estaba seguro de si sería sano ducharse en aquel estado. La cocina y la enfermería lucían un poco mejor pero ambas presentaban claras evidencias de que no recibían atención desde hacía décadas.

     

    -Tendremos tiempo de sobra para conocernos mejor mientras limpiamos - bromeó el capitán Tolleman.

     

    -Hay mugre acumulada aquí desde los 90s, menos mal que tenemos magos de la limpieza en el equipo - el hombre que trabajaba como policía se giró hacia sus compañeros sonriendo.

     

    -Y una buena cantidad de baldes, agua lavandina y 24 manos trabajadoras - acotó rápidamente Matt escuchando las risas.

     

    El Ironwood se encontraba limpiando los baños junto con las otras Evans, el baño estaba tan deteriorado que el grupo decidió que lo mejor sería hacerlo con magia. Sus hechizos de limpieza no eran los mejores, demasiada dependencia de los elfos cuando viajaba al castillo Evans y en su pequeño apartamento en Honolulu lo más normal es que limpiara sin ella.

     

    -Tendríamos que contratar unos elfos para que nos capaciten- bromeó Matt mientras hacía levitar una especie de… no se que , no estaba seguro de que era esa maraña de pelo, tela y humedad que chorreaba agua sucia del sumidero de una de las duchas -Dios, ¿como se pudo formar esto? - exclamó mientras conducía al desparpajo chorreante a una enorme cubeta de plástico gastada.

     

    La bola de pelos dio un golpe pesado al llegar al fondo -¿Han tratado con nomajs antes? - preguntó observando a sus acompañantes, eran los únicos en el baño pero aún así bajó la voz. Estaba casi seguro de que su respuesta sería afirmativa, sino no se hubieran unido a esta causa, aunque todo podía ser. El por su lado pasó toda su vida rodeado por nomajs, nació y se crió en un barrio clase media en la ciudad de Hilo, parte de su familia era nomajs, asistió a una escuela no mágica hasta los once años, su padre pese a ser un mago trabaja de bombero en Hilo, de niño le encantaba visitarlo en la estación y ahora como agente del FBI se vio en muchas ocasiones en constante contacto con la población no mágica.

     

    Mientras hablaban se sintió un grito que llegaba desde fuera, el mago detuvo la limpieza de la ducha atento, se volvió a repetir, más voces se oyeron, gritos de "hay algo en la cocina", sonido de vasos y platos arrojados y unos gruñidos no humanos llegaron hasta ellos. El castaño observó a las brujas confundido y no se lo pensó dos veces, se levantó varita en mano y salió hacia la cocina.

     

     

    @@Rory Despard @

     

     

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  12. Matt Ironwood.

     

     

    Bel le quitó importancia al incidente con los insectos y bajo la atónita mirada del mago simplemente corrió las cortinas mientras se sentía aún el impacto de las criaturas. Al parecer aquello venía siendo algo normal en el castillo entendió mientras escuchaba el relato de la pelirroja, negó con la cabeza al tiempo que se sentaba frente a la gran isla central de la cocina al sentir la pregunta de la Evans McGonagall.

     

    -No, desde el incidente con los fantasmas he estado en casa, no estaba enterado de toda esta situación -¿El jardín envenenado? ¿Los animales comportándose extraño? Su mente rápidamente voló hacia un recuerdo, uno de sus primeros casos de campo, cuando aún se estaba formando como agente del Bureau.

     

    Fue en un pequeño pueblo a las afueras de Billing en el estado de Montana, un pueblo completamente nomajs donde cosas muy extrañas estaban sucediendo. La noticia de que el pueblo estaba "maldito" llegó hasta el Woolworth Building y el MACUSA decidió enviar a los nuevos reclutas bajo la supervisión del ya retirado Agente Atheus McArtie a investigar.

     

    Al llegar se encontraron con un ambiente pesado y denso, las plantas en los jardines se mecían marchitas bajo un viento seco y desolador, las mascotas enfermaban y morían sin explicación alguna, los pájaros, los mapaches, los insectos huyeron de aquel lugar, solo las moscas parecían estar a gusto y proliferaban formando nubarrones que atosigaban a los vecinos y los obligaban a buscar refugio en el interior de sus casas cuando el mediodía llegaba.

     

    La magia se podía casi palpar en el aire, no cabía duda de que el pueblo estaba maldito. Al final resultó ser que la maldición era una muy antigua, una que permanecía siglos enterrada y latente bajo la tierra húmeda donde el reciente vecindario había sido edificado. Aquella abierta pradera donde se construyó el pueblo era un antiguo cementerio Sioux, el encantamiento que protegía la tranquilidad de los muertos se activó cuando los ruidos de la construcción comenzaron, buscando en los antecedentes del pueblo encontraron que durante la misma extraños incidentes se sucedieron, y la maldición prosiguió cuando las personas comenzaron a mudarse.

     

    Fue un arduo trabajo de limpieza y contramaleficios pero al final lograron encontrar un equilibrio entre el descanso de las almas y la actividad del pueblo. El mago agradeció mientras Bel le dejaba una taza de café caliente frente a él, no creía que aquello estuviera sucediendo en el castillo, si hubiera un cementerio celta debajo de sus pies se hubiera percatado hace tiempo.

     

    Estaba por replicar pero la llegada de una figura lo detuvo, una mujer de aspecto cansado y consumido había ingresado a la cocina, apenas les dirigió una mirada a Bel y a él y se concentró en lo suyo mientras buscaba algo en las alacenas. Extrañado por la situación le lanzó una mirada inquisitiva a Bel como buscando una explicación ¿Quién era? -Buenos días - la saludó alzando la taza de café - ¿La despertó el temblor? - no estaba seguro de si le contestaría, parecía estar sumida en sus pensamientos, ajena totalmente de la presencia de los demás. ¿Estaría cuerda?

     

     

    @@Rory Despard @

  13. Bueno, a votar nuevamente se ha dicho!!!

     

    Lamentablemente mis tres candidatos iniciales no llegaron a esta instancia, pero estoy seguro que cualquiera de los dos que quedan trataran de hacer un gran trabajo y crearan tramas tan divertidas y globales como hizo Aaron.

     

    Siendo justo apenas conozco tanto a Nathan como a Sagitas, si he compartido aunque sea un rol con ellos es decir mucho xD, por lo tanto el que gane espero poder que se den más espacio para rolear con nuestros pjs.

     

    Creo conveniente también desligarme de toda la polémica que hay entorno a Sagitas, jamás tuve un problema con ella como jamás lo tuve con ningún otro usuario en el foro, y espero jamas tener porque a este lugar vengo a divertirme, #mipolitica xD.

     

    Bien ahora a los bifes, mi voto es pese a que los dos candidatos son de la Orden, al igual que mi pj voy a votar por aquel que he visto muy activo últimamente en el bando, ya sea creando nuevas tramas para todos los miembros como participando en las que ya existen, espero que esta actividad e iniciativa que pareció encenderle la nominación no se acabe sea cual sea el resultado, lo que todo bando necesita es gente dispuesta a trabajar, compartir y divertirse, por eso mi voto es para…..

     

    Nathan A. Weasley

     

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  14. Bueno voy a ser conciso porque es lo que mejor me sale xD. Bien apoyo la idea que esta persona tiene un perfil, un buen rol y responsabilidad para ocupar el cargo de Ministro de Magia, además de los candidatos y poniéndole en sentido on rol Matt votaría por el porque representa los ideales y actitudes que le gustarían en un lider, por lo tanto mi voto es para el señor…….

     

    Nathan A. Weasley

     

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  15. Matt Ironwood.

     

     

     

     

     

    El saludo de un abrazo amigo lo tomó por sorpresa, pero ver aquel cabello rojo y escuchar la afable voz de Bel Evan le ayudó a descontracturar un poco la tensión del cuerpo.

     

    -Bienvenida a Hawaii - le sonrió mientras le devolvía el saludo - Un poco de sol y playa es la mejor medicina para el caos de Londres, eso y estar prácticamente al otro lado del mundo - bromeó agradecido de verla en el aquel lugar, el Reino Unido estaba en la cuerda floja, uno no podía predecir qué sucedería a continuación lo que agregaba más valor al gesto de haber abandonado su hogar, sus negocios y seres queridos aunque sea por un tiempo para brindar su apoyo a la empresa.

     

    -Si al parecer hay bastante trabajo por hacer - dentro el edificio de dos plantas mostraba la misma señal de deterioro y abandono que el exterior, aún no lo recorrieron por completo pero la estación principal donde deberían estar los camiones (que no estaban) lucía deteriorada con las paredes despintadas y en algunos sectores con pequeñas fracturas.

     

    -Creo que alguien vendrá a tomar la palabra, me imagino nos darán un tour y alguna ronda de presentaciones - opinó el castaño echando una rápida ojeada al resto de los presentes, debería ser al menos una docena y todos parecían estar esperando algo, era innegable el ambiente de cierta incomodidad que se respiraba en aquel silencio solo interrumpido por la conversación que mantenía el par de magos.

     

    El sonido de una puerta al abrirse resonó en la amplia habitación y el mago se volvió hacia el fondo de la misma donde la figura de dos hombres que conocía muy bien precedían a la de un tercero que no pudo reconocer.

     

    Los tres individuos se detuvieron frente al grupo expectante y fue el Gobernador Gallieri el primero en tomar palabra -Bienvenidos todos a las Estación 184, el nuevo servicio de atención de emergencias integrado tanto por miembros de la comunidad mágica como la no mágica, primero que nada queremos felicitarles por aceptar este desafío,estamos orgullosos de ustedes y no dudamos en confiar en que este escuadrón tendrá éxito y será un ejemplo para el país y el mundo - el gobernador mágico del estado agradeció una vez y le cedió la palabra a su homólogo nomajs.

     

    Ige se adelantó unos pasos, se aclaró la garganta y básicamente repitió el mismo mensaje de agradecimiento y fe en aquel experimento antes de cederle el turno al tercer sujeto, era un hombre ya en sus cuarenta, alto y de cabello castaño casi rubio que llevaba corto, tenía puesto el uniforme del cuerpo de bomberos de la isla y se adelantó al recibir la invitación del Gobernador.

     

    -Buenos días equipo, soy Clark Tolleman, trabajé por 27 años en el cuerpo de bomberos en Chicago y he sido invitado por ambos gobernadores a ocupar el puesto de capitán de la 184, lo que es un honor y un desafío que estoy dispuesto a tomar, por eso antes de iniciar con el recorrido de la estación que me imagino todos esperaran quisiera conocer al resto del equipo, no tienen porque explayarse mucho solo sus nombres, su experiencia y sus expectativas en esta nueva etapa - el hombre que ahora pasaría a ser su capitán dio unos pasos atrás esperando las presentaciones.

     

    La primera en tomar la palabra fue una chica muy atractiva de cabello rubio y ojos azules, que se presentó como Mykhaila Izenko, recientemente formada como bombero en el escuadrón 91 y con un especial interés por los primeros auxilios.

     

    La siguió Alex Olu un hombre en sus treinta que trabajaba en la Policía de Honolulu, el siguiente en pasar fue Arzux Vell un mago miembro de la sección de

    Catástrofes de la Gobernación quien antes de dar un paso atrás le cedió el turno a Bel, Matt aguardó en silencio mientras observaba la presentación de la bruja.

     

     

    @@Rory Despard

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  16. ¿Que si estaba nervioso? Claro que si, era un cambio muy importante, algo completamente nuevo algo que lo desafiara a salir de la zona de confort, pero era un reto que estaba dispuesto a tomar. Un nuevo comienzo en un nuevo mundo.

     

    Lo aliviaba saber al menos que habría personas conocidas, personas en las que confiaba y que guiarán el pequeño experimento, pues al fin y al cabo no era más que eso, un piloto, una prueba. Aún recordaba claramente cuando les comunicaron del mismo, Erick Jacksonpoint reunió a todo el personal una mañana en la Oficina Regional del FBI y les informó de aquel plan que tanto el Gobernador Gallieri como el Gobernador Ige aprobaron.

     

    El impacto de la noticia fue grande y no era para menos, las respuestas no se hicieron esperar en una catarata muy diversa de opiniones, amenazas, predicciones de inminente fracaso, preocupación por la cordura de los gobernadores y miedo de que compañeros pudieran salir lastimados pero también hubo otra cara, aquella que se afiliaba más con la forma de pensar del castaño, de que todo el asunto era una oportunidad, una chance para demostrar al mundo que se puede en el momento que más se necesitaba. Y por ese motivo decidió aceptarla, someterse a todo el secretismo que la misma requería, no era algo sencillo y por seguridad de los miembros y el plan mismo solo los participantes, el cuerpo del FBI mágico, ambos gobernadores y ambos presidentes estaban al tanto de todo.

     

    Aparcó su Camaro negro en el recientemente pintado estacionamiento exclusivo para los miembros del nuevo escuadrón y descendió bajo el sol de la mañana que coronaba un cielo sin una sola nube. A su derecha se alzaban imponentes a la distancia los bordes serrados y completamente cubiertos por el bosque tropical de la cadena montañosa de Ko'Olau y a su izquierda descendiendo por la ladera en la que se encontraban se extendía la bella ciudad de Honolulu y más allá el brillante Océano Pacífico.

     

     

    Para el piloto decidieron utilizar una vieja estación de bomberos que había quedado abandonada hacía más de una década, la misma se encontraba en una tranquila zona residencial a unas cuadras del campus principal de la Universidad de Hawai'i, parecía ser un buen lugar, el día prometía y la ansiedad comenzaba a ganarle a Matt mientras dejaba el estacionamiento hacia la estación.

     

    En el camino no se encontró con nadie pero había notado otros vehículos en el estacionamiento que le señalaban que no era el primero en llegar, seguramente sus compañeros ya se encontraban dentro esperando a que todo iniciara ¿Estarían tan ansiosos? El mago creía que si, era algo nuevo y desafiante para todos los que decidieron aventurarse en aquella empresa.

     

    El ojiazul se detuvo frente al gran edificio central, en algunas zonas de la fachada la vieja capa de cal blanca se encontraba descascarillada y en otras completamente ausente mostrando la pared de ladrillo naranja que había detrás. Algunas hierbas crecían por entre las pequeñas fracturas que el tiempo y los agentes cavaron en la gran extensión de pavimento que era el patio, incluso la gran entrada principal mostraba señales de descuido, había mucho que hacer de eso no cabía la menor duda.

     

    Pero lo único que resaltaba frente a tal abandono se encontraba justo encima de la entrada en reciente pintura roja se podía leer el número 184.

     

    Matt sonrió e ingresó al edificio.

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  17. Perdon gente el siguiente post, es espantoso y sin gracia, deje esto para atrás y me quedé sin tiempo, además de que me cuesta horrores recomendar.

     

    Ni un like se merece, perdonen.



    Personajes del imaginario colectivo favoritos (¿Monstruos? ¿Vampiros? ¿Demonios? ¿Hombres Lobo? ¿Fantasmas? ¿Humanos magos/brujas/alquimistas? ¿Aliens? ¿Clones? ¿Se te ocurre alguna otra cosa loca?) :

     

    Uff ya la primera y se me complica sabiendo que las próximas esta letales para mi xD.

     

    De todas esas criaturas que se nombraron voy por los humanos, ya sean magos no magos alquimistas o lo que sea pero que sean humanos.

     

    ¿Por qué tienes fascinación particular por este tipo de personajes/constructos?

     

    Porque me parecen los más diversos, los más complejos, los menos aburridos, no tienen que seguir patrones o estar encasillados en determinadas características como el resto. Son los más adaptables, creativos, profundos siempre buscando una vuelta a los problemas.


    Historias referenciales que has leído en donde aparecen este tipo de criaturas y que te gustaron (cuentos, libros, películas, videos, mini historias, vainas random de youtube, manga, anime, comic, etc).

     

    Uff pila donde no? Jajajaja No se si recomendar algo en específico sino simplemente revisar nuestra historia, los grandes personajes que han existido, tantos buenos, malos, ni tan tan ni muy muy xD.

     

    Pero como creo que hay que recomendar algo lean Canción de Hielo y Fuego, jajajajaja. Los protagonistas son humanos y ahí se puede ver la gran complejidad que tenemos los humanos.

     

    Historias referenciales de este mismo tipo de personaje que no te gustaron (y por qué no te gustaron)

     

    La verdad ni idea, lo siento.

     

    Historias que recomendarías de manera personal: Un máximo de 3, ya sea lectura, audiovisuales, etc.

     

    De seguro si no estuviera tan apurado se me ocurrirían cosas mejores pero estoy completamente bloqueado.

     

    Así que lean Harry Potter.

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  18. Matt Ironwood.

     

     

     

     

     

    El temblor lo despertó, se incorporó del enredo de sábanas y frazadas como un resorte, sentía las paredes y el suelo vibrar, algunos objetos y libros de su aparador cayeron sobre el suelo de madera de su habitación. ¿Un temblor en Ottery? Jamás había escuchado de algo así pero estaba sucediendo delante de sus narices.

     

    Solo duró un par de segundo más y luego todo volvió a la normalidad de una mañana en aquel rincón del pueblo mágico, aunque no se oía el trinar de los pájaros típico de aquellas horas, algo estaba pasando.

     

    El mago saltó de la cama y se vistió rápidamente con lo primero que encontró a los pies. Había nacido y crecido en la isla de Hawaii, una isla volcánicamente activa y los temblores no eran ajenos para el castaño, de hecho aquel evento fue relativamente suave pero había algo extraño y fuera de lugar en aquella mañana y necesitaba confirmar que el resto de la familia se encontrara bien.

     

    Una vez vestido con unos pantalones cómodos, una remera de manga larga y un par zapatillas deportivas tomó su varita que reposaba sobre la mesa de luz junto a la cama y salió de su habitación sin detenerse a ordenar los objetos que el temblor hizo caer.

     

    Bajo saltando de tres en tres los amplios escalones de la enorme y amplia escalera principal que comunicaba el segundo piso con la planta principal, por el camino no se topó con nadie y aquello le preocupó, a cualquier hora siempre había actividad en el castillo incluso a altas horas de la noche, los Evans eran tantos y tan diversos que siempre sucedía algo, pero el castillo guardaba un ominoso silencio.

     

    El castaño casi trotó hasta llegar a la cocina, la cocina a la hora del desayuno era un hervidero de personas y criaturas, los Evans eran una familia de buen comer, y si había alguien en aquel castillo a esa hora estaría en la cocina. Un par de voces le confirmó su pensamiento mientras doblaba por el pasillo que daba a la habitación, al asomarse por la puerta se encontró con P-ko y Bel.

     

    -¿Están bien? - preguntó agitado antes de siquiera a analizar la situación, claramente tanto la bruja como la elfina se encontraban físicamente intactas pero se podía leer por sus expresiones que estaban igual de desconcertadas que él -¿Sintieron el temblor? - Matt avanzó hasta ellas -Nunca había escuchado de que en Ottery temblara - dijo antes de sentir un leve impacto en una de las ventanas que daban al soleado jardín.

     

    Un insecto estalló al impactar contra el vidrio, un líquido verde escurría del amasijo marrón que era su cuerpo ¿una langosta tal vez? Apartó al insecto de su mente y se fijó en Bel y P-ko -¿Hay más gente en el castillo? No fue un temblor muy fuerte, quizás ni lo notaron - continuó diciendo el ojiazul cuando otro golpe en la ventana lo distrajo, al mirar nuevamente a la ventana descubrió otro insecto estallado contra la misma a un par de centímetros del primero, aún movía las alas agonizando. Otro golpe más, un tercer insecto chocó contra la misma ventana, y luego un cuarto, y un quinto y un sexto, pronto en todas las demás ventanas más insectos comenzaron a impactar y estallar, parecía ser una invasión.

     

    @ @@Rory Despard

     

     

     

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  19. Bien hora de ejercer el derecho foril a la votación, simplemente por eso no por recibir presiones y amenazas de nadie no nooo eso nunca xD.

     

    Primero que nada una persona que votaría para verla de ministra es Ellie pero como ella dice que no quiere, la quito de la terna jajajaja.

     

    1° Nominado, Melrose Moody, es una genia no hay que agregar mas, excelente rolera, persona, activa, siempre dispuesta aportar y crear, lo tiene todo para hacer un excelente papel.

     

    2° Nominado,Rory Despard, espero haber escrito bien el nombre xD, otra genia más, lo mismo que Elsa, rolera y persona excelente, siempre dispuesta a participar y crear tanto en on como en off y como condimento especial no tiene problema en decir algo cuando una situación no le parece correcta o justa.

     

    3° Nominado, Elvis Gryffindor, con el no he tenido el placer de rolear mucho pero lo que he visto de el y sus roles me ha encantado, creo que tiene todo y mas para hacer un excelente papel como ministro, además el perfil de su pj me parece el indicando para resolver todo los quilombos (muy buenos y entrenidos) que nos dejó el actual ministro xD. En resumidas cuenta un kpo!

     

    Y ahi esta la nominación!

     

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  20. Matt Ironwood.

     

     

     

     

    El suave toque sobre su hombro y la alerta de su compañera detuvo el avance del mago hacia el extrañamente atrayente velo que envolvía la cueva, se giró para observar como la bruja lo adelantaba y se detenía frente aquella misteriosa magia que parecía reconocer.

     

    El castaño no emitió un solo sonido mientras Zahil parecía leer aquella magia, no quería interrumpirla ni que por ello perdieran una oportunidad de entender lo que estaba pasando y realmente lo necesitaban.

     

    Pero la siguiente acción de la bruja lo impresionó, jamás había visto la invocación de un demonio. El corte autoinfligido en la mano de la mujer arrojó gotas escarlata sobre el suelo pedregoso de la cueva el cual lo bebió espeluznantemente con ansias, su tono de voz se elevó mientras pedía por la aparición de uno de aquellos seres que su Orden se había encargado desde su formación en combatir.

     

    El ojiazul vio aparecer a la criatura, Seere era su nombre, como Paladín desconfiaba totalmente de aquellos seres, los seguidores de Thor se habían enfrentado en incontables ocasiones a ellos pero en aquel momento confiaba totalmente en las capacidades de control de su compañera como protectora de Necronomicón sobre el mismo. Tener de aliados y compañeros a los Oscuros era de gran ayuda y además muy complementario con las creencias de su Orden, desde dos gamas de la magia podían colaborar en resolver cualquier situación.

     

    Seere cruzó el velo tras los campistas pero ellos no tuvieron la oportunidad de esperar para verlo regresar con éxito y acompañado porque algo más en la entrada de la cueva requería su atención.

    La promesa de su compañera se cumplió, las criaturas que los atacaron en El Refugio ya estaban ingresando por la entrada y parecían ser decenas de ellos.

     

    Ahora bajo la luz de luna pudo observarlos mejor, eran criaturas humanoides, no había dos iguales, se erguían sobre dos patas con extremidades que terminaban en garras, pezuñas, extraños largos y delgados dedos e incluso tentáculos; sus pieles era completamente negras y de textura en algunas partes como escamosas, pudo observar como en alguno de ellos sobresalía de sus espaldas espinas ¿o era algo más?. Sus rostros no eran claros, sus facciones lucían borrosas, lo único que destacaba eran sus feroces ojos que brillaban rojos en la noche y que estaban clavados en ellos.

     

    Zahil atacó con una rafaga de viento cortante matando al instante a la primera fila de atacantes, pero por la entrada seguía entrando un río embravecido de criaturas que rugían dispuestos a despedazarlos.

     

    Matt se preparó para dar batalla, <Fortress> se concentró el mago mientras sentía como su piel respondía a la magia blindandose, guardó su varita e invocó la primer arma que forjó <Tambô> .

     

    Sintió el familiar peso sobre su mano y el tacto del peculiar metal sagrado que la constituía sobre la piel, aquel cálido sentimiento del arduo trabajo en la forja lo envolvió y el Ironwood estaba listo para meterse en la refriega.

     

    Avanzó hacia la primera criatura con velocidad y seguridad, con un arco paralelo al piso impacto en el cuello de la bestia con su arma y el Tambô respondió al pedido del paladín enroscándose en el mismo. El estridente grito de la criatura penetró en sus oidos mientras el mago con fuerza arrojaba al ser apresado al suelo, elevó la mano que tenía libre al aire e invocó otra arma que forjó durante su entrenamiento en el Templo Paladín, un puñal con mango de hueso de dragón que brillaba negro a la luz del fuego sagrado de la forja y que terminaba en una filosa hoja de un metal especial que solo su Clan era capaz de maldear.

     

    No lo dudó, hendió el aire y clavó con fuerza el puñal allí donde suponía que la criatura tenía el corazón y al parecer era el lugar correcto pues tras un último alarido de dolor el ser dejó de moverse. Pero ni tiempo de recuperar el aire pudo el mago pues una fuerte zarpa sujetó su hombro derecho y con violencia arrojó al Ironwood al suelo.

     

    Perdió el puñal en el cuerpo de la anterior criatura y su Tambô pese a tenerlo aún sujeto tenía el otro extremo aun enroscado en el cuello de la bestia, estaba desarmado y los ojos rojos del siguiente enemigo se cernía sobre él, actuó sin pensar. Cerró su mano libre en un puño, concentró su energía y le propinó un fuerte puñetazo en el rostro a su atacante, sintió el sonido de algo al romperse mientras la zarpa que lo sujetaba lo liberaba.

     

    La criatura se alejó tambaleante mientras rugía lo que le permitió a Matt alejarse mientras liberaba su Tambô, con rapidez el castaño se incorporó y echó una rápida mirada al pesado yunque a su espalda ocurriendosele una idea. Su Tambô además de ser una formidable arma de combate también le permitía al Paladín controlar los campos magnéticos de los objetos y seres vivos a su antojo, atrayendolos o expulsandolos con enorme precisión.

     

    Apuntó con el Tambô al yunque leyendo el característico campo magnético del mismo y aprovechando su favor, el mismo comenzó a elevarse un par de centímetros del suelo y siguiendo la espontánea reacción del mago salió disparado como un violento proyectil que impactó con fuerza sobre un grupo de criaturas que acaba de ingresar.

     

    Zahil le había pedido que resistiera mientras aguardaban a que el demonio volviera con los campistas, una vez los mismo estuvieran con ellos podrían desaparecer de allí pero por el momento debían luchar.

     

    El castaño avanzó Tambô en mano hacia el siguiente rival que tenía más cerca y se lanzó al combate, utilizando con ferocidad su arma golpeando y cortando cuanto podía, derecha, izquierda, esquivando el contraataque, utilizaba su codo, su hombro, el propio peso de su cuerpo para atacar, los seres seguían llegando uno tras otro pero a Matt no le importaba estaba embriagado en el fragor de la batalla, sentía la adrenalina recorrer su torrente mientras avanzaba sobre enemigos en una furia silenciosa que solo era quebrada por los sonidos de su respiración y algún gruñido.

     

    Sentía un sabor dulce en la boca mientras atacaba y se defendía, cada músculo y articulación de su cuerpo reaccionaba perfectamente, no sentía dolor ni cansancio, no por el momento, luchaba por su vida, por la de su compañera y no podía fallar.

     

    Cuando un numeroso grupo lo rodeó una repentina rafaga cortante los eliminó, por fin pudo levantar la mirada hacia su compañera que también se encontraba enfrascada en la batalla, lo lograrían, estaba seguro, los dos juntos podrían durar mientras aguardaban la llegada de los campistas. Aquella pequeña pausa le permitió recuperar el aliento y se enfocó en el próximo enemigo que avanzó hacia él.

     

     

     

    @

  21. Matt Ironwood.

     

     

     

     

     

     

    Observó como Zahil tomaba con cuidado los fragmentos del espejo y lentamente los iba colocando en el marco recientemente forjado y funcionó, el espejo volvía a estar recuperado. Una sensación de alivio envolvió al mago tras ver que su trabajo pese al poco tiempo que manejó tuvo éxito -Gracias- contestó al cumplido de la bruja, lo habían logrado, la pieza fundamental de aquel misterio estaba con ellos.

     

    La rubia le cedió el espejo para que intentara la primer comunicación, Matt se incorporó del todo y sostuvo entre sus manos el objeto mágico, observó su propio reflejo devolviéndole la mirada sobre la pulida superficie pero poco a poco su perfil comenzó a distorsionarse, sombras y luces danzaron en el espejo cada vez con mayor intensidad hasta que otras figuras comenzaron a tomar forma y del otro lado la figura de unos jovenes confundidos y cansados se manifestó.

     

    -Son los campistas- le susurró a su compañera al reconocer los rostros de los recortes de periódicos. El mago no sabía que decir, los campistas tampoco parecían estar alertado de la presencia del par de magos al otro lado del espejo, el grupo descansaba en una especie de cueva, reconoció sus mochilas, las mismas que estaba junto a ellos en aquel momento, vio una fogata que ardía en el centro del círculo en el que se habían dispuesto, las llamas iluminaban las columnas de la cueva y mantenían a raya la oscuridad de la periferia. Las mismas columnas que rodeaban a los magos en aquel momento, la misma forma, material, la misma distribución era una copia exacta, no no era una copia era la misma cueva.

     

    Confundido el mago apartó la mirada del espejo y observó la cueva en la que se encontraban, no había dudas estaban en el mismo lugar que el reflejo les devolvía -Es la misma cueva - dijo en alta voz -Pero no puede ser…... no es un mensaje del pasado que se repite, si así fuera los restos de la fogata estarían fríos, la comida de las mochilas descompuesta…. Que mier** pasa - no se pudo contener Matt mirando a su compañera esperando una respuesta que alivianara su confusión.

     

    -Están aquí y ahora pero no lo podemos ver ni ellos a nosotros - ¿Otra dimensión? Estaban compartiendo el mismo espacio físico pero en realidades distintas, no estaba seguro, jamás se había enfrentado a una situación como aquella. Un alarido espeluznante quebró el ambiente y resonó en el interior de la cueva, Matt se giró hacia la oscuridad que envolvía la periferia de la cueva, aquella impenetrable y fría oscuridad que parecía no ceder ante la luz de las varitas. Ahora que le prestaba un poco mas de atención se daba cuenta de que no era simple oscuridad, era una especie de velo espeso y negro que los envolvía por tres lados, ni la luz de la luna que se percolaba por la entrada de la cueva en sus espaldas era capaz de penentrarla.

     

    El grito no volvió a repetirse, nada parecía venir hacia ellos pero provino del otro lado del velo, aun con la varita sujeta y listo para utilizarla en caso de ser necesario se volvió su compañera - Esa oscuridad ¿Es un velo no? - le preguntó haciendo un gesto con la cabeza hacia el muro que los rodeaba-¿Reconoces este tipo de magia? - quizás estaba siendo prejuicioso, no por ser una Oscura debía porque tener todas las respuestas para aquella rama de la magia, pero podría serlo.

     

    No estaba seguro porque, pero sentía que debían cruzarlo, si querían llegar al fondo de aquel asunto debían atravesar el velo y llegar al otro lado, pese a que su razón le aconsejaba todo lo contrario, ¿Que pensaría la bruja?

     

     

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  22. Matt Ironwood.

     

     

     

     

    La figura de Zahil emergió de entre los arbustos para alivio del mago que rápidamente bajó la varita -Menos mal - suspiró al ver que había logrado escapar del ataque, pero no pudo ver detrás de la mujer a Xell o a Sherlyn ¿Habrían logrado escapar? Esperaba que así fuera.

     

    -¿Sherlyn y Xell? ¿Han logrado escapar? - le preguntó esperanzado a que la oscura tuviera buenas nuevas pero la respuesta no llegó a darse pues algo captó la atención de la bruja. Zahil comenzó a seguir algo, algo que el mago todavía no lograba darse cuenta de que era, pero ella seguía un rastro, rozaba con sus dedos delicadamente troncos nudosos mientras avanzaba sin una dirección predeterminada por el irregular terreno de aquel antiguo bosque.

     

    El castaño guardaba completo silencio mientras seguía a la bruja, no quería distraerla no quería que perdiera aquello que la conducía aunque las preguntas estallaban como fuegos artificiales dentro de su cabeza. ¿Que era aquel rastro? ¿Y por qué no era capaz de sentirlo? Trató de concentrarse, de abrir sus sentidos pero el silencio ominoso y antinatural de aquel bosque lo distraía ¿Por que todo estaba tan silencioso? Matt sentía como si aquel bosque estuviera conteniendo el aliento listo para explotar de un momento a otro y no estaba seguro de que le gustara lo que sucedería con el estallido.

     

    El camino era cada vez más pedregoso, rocas afiladas y de tamaños llamativos emergían de la tierra oscura y eran iluminados por la luz de plata de la luna llena, los árboles eran cada vez menos numerosos y más espaciados entre sí y no eran tan altos, el bosque se estaba abriendo a medida que ascendían por la ladera hasta que frente a ellos apareció un paredón de roca que se alzaba siete metros del suelo, encima del mismo el bosque crecía nuevamente.

     

    En aquel punto el mago pudo sentir el rastro que los condujo hasta aquel lugar, magia y no de la buena y su presencia se intensifica a medida que se acercaban a la entrada de una cueva que se extendía dentro de aquel paredón.

     

    El par de magos ingresó con varita en mano iluminando el interior de la caverna, era un espacio amplio donde largas columnas de roca crecían del suelo y se perdían en la oscuridad del techo, misma oscuridad cerrada que se extendían en la periferia de aquel lugar.

     

    Dentro siete mochilas se esparcían por el suelo en torno a los restos de una fogata, el ojiazul se acercó a la misma y tocó las cenizas y estaban sorprendentemente tibias - Esta fogata se extinguió hace poco - le explicó extrañado a la Granger. Observó las mochilas - Y al parecer se tuvieron que ir rápido - Matt se acercó hasta la más próxima y la abrió, dentro encontró típicas cosas que alguien se llevaría para ir a una excursión, una cantimplora, lentes de sol, protector, repelente, algo de comida, cuerdas, linternas y hasta un botiquín de primeros auxilios.

     

    -No hay nada extraño dentro de la mochila - se incorporó y se giró a su compañera -¿Serán los campistas que estamos buscando? - le preguntó antes de depositar la caja de vidrio con los fragmentos del espejo en el suelo y empezar a ver los recortes de diarios sobre el suceso.

     

    Mientras repasaba la escueta información que estos aportaban confirmó que los excursionistas extraviados eran siete - Si, parecen ser ellos, eran siete - le pasó el fragmento de la noticia donde aparecía una foto del grupo.

     

    -¿Tendrán el espejo gemelo? - esperaba que así fuera, si lograban reparar el de ellos podrían establecer una línea de comunicación con el grupo - Necesitamos reparar el espejo - sabía que sus colegas de la Orden trataron de hacerlo y no pudieron, si existía una forma de recuperarlo no era con magia ordinaria pero ellos estaban en una misión de clanes donde ponían a prueba aquella magia tan particular que estuvieron entrenando por tanto tiempo, si existía una opción era intentar hacerlo de aquella forma.

     

    -Puedo intentar crear un marco para el espejo, con propiedades especiales por si está contaminado por magia oscura que no permita unir su piezas, además de darle una protección extra contra cualquier maldición - ya había practicado el arte de la Herrería de los Paladines y era una actividad que disfrutaba mucho y que en aquel momento sería de mucha ayuda si funcionaba.

     

    -Necesito cuarenta minutos - se puso un tiempo límite, nunca había fabricado algo en tan poco tiempo pero creía que hacer un marco para un pequeño espejo lo podría resolver en aquel plazo y el tiempo estaba en su contra en aquel momento y no se podía malgastar.

     

    Sin más preámbulo se puso a trabajar. Matt se descolgó la mochila, la abrió y sosteniendo su varita apuntó a su interior. Del mismo emergió una estructura de importante tamaño que flotaba siendo dirigida por la varita se depositó sobre los restos de la hoguera. Se trataba de una fragua, la misma se alzaba sobre un soporte de un metal labrado que brillaba con dejo plateado que sostenía la mesa de un mineral de apariencia cristalina pero muy resistente y con propiedad mágicas, unos ladrillos del mismo material cercaban el lugar donde se encendería el fuego sagrado.

     

    Tras la fragua salió el pesado y enorme yunque que se colocó donde el ojiazul quiso, una vez dispuestas las herramientas más pesado el mago extrajo con sus manos el martillo, las tenazas y el trozo de cobre encantado con el que trabajaría del interior de la mochila

     

    Apoyó el martillo y las tenazas junto al yunque y después depositó la barra de cobre en el lugar donde encendería el fuego en la fragua, se volvió hacia la bruja - Quizás quieras mantener una distancia, va hacer mucho calor - le advirtió mientras se quitaba la fina campera que llevaba y se remangaba la camisa.

     

    El mago se concentró y pensó <Fortress> de inmediato sintió como todas las células de su piel reaccionaba a la repentina descarga de magia y energía que lo recorrió, su piel se reforzó y un brillo oscuro refulgía allí donde la luz la iluminaba. El fuego de la herrería paladín era muy intenso casi insoportable si uno estaba cerca pero aquella sabia adaptación por parte del clan era una excelente defensa. Ya acorazado el mago se encaminó hacia la fragua, se posicionó frente a la misma juntó sus manos en un palmada que resonó en el aire y el brillante e intenso fuego de la fragua se encendió.

     

    El cobre no tardó en reaccionar a la intensa temperatura que provocaban las vivaces llamas que lo envolvían, fue poniéndose cada vez más rojo mientras su brillo se encendía, el maleable metal cedía ante la fuego de la herrería sagrada. Matt sumamente concentrado aguardó unos minutos esperando el momento justo donde las cambiantes propiedades del metal le permitirían manipularlo a su gusto, cuando se llegó aquel punto se alcanzó las pinzas y tomó el metal encendido con mucho cuidado.

     

    Caminó hasta el yunque donde apoyó el cobre y con su mano libre agarró el martillo especial de los herreros paladines, aquel mismo era tan maleable como el metal que debía darle forma, se adaptaba a la necesidades del herrero, cambiando su forma para trabajar la pieza.

     

    Matt estuvo un buen rato golpeando una y otra vez el trozo de cobre, lo giraba, golpeaba suavemente, más fuerte, en los bordes, volvia a la fragua, lo iba amoldando para que alcanzara la forma que necesitaba.

     

    Cuando logró llegar a lo que quería, dejó el martillo junto al yunque y elevó las pinzas que sostenían el marco que brillaba al rojo vivo, faltaba templarlo. Lo sostuvo por encima de su cabeza, lo observó y exhaló, un vapor espeso emergió de su boca que se arremolinaba mientras ascendía. La figura del marco desapareció tras el tumultuoso vapor que lo envolvía solo se podía sentir el sonido del metal caliente al sisear cuando entraba en contacto con el vapor a mucho menor temperatura.

     

    El mago siguió soplando mientras templaba el metal hasta que el siseo se detuvo, el trabajo concluyó. Las últimas volutas de vapor se desvanecieron en el aire y el marco apareció tras ellas, el cobre brillo a la luz del fuego de la fragua detrás.

     

    El castaño tomó el marco y se lo mostró a Zahil satisfecho con su obra - No es muy detallado pero como marco sirve - sonrió

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  23. Matt Ironwood.

     

     

    Juneau, Alaska.

     

     

     

     

     

     

    Los intercambios de información no se hicieron tardar, el mago escuchó atentamente los datos que Madeleine aportaba mientras trataba de aprenderlos de una forma rápida. Escuchó rumores de Tenenbaum Futuristic, fue una misión de la Orden en la que no participó pero estaba al tanto de lo que pasaron sus compañeros.

     

    ¿Tenenbaum está relacionada con Genetics? Aquel nexo no lo conocía, pero si se pensaba con claridad era lo más probable. Pero por fin la bruja reveló el motivo de su visita a Alaska, Marie Tenenbaum había visitado aquella ciudad antes de los desastrosos eventos que sacudieron el mundo en el Día de la Ira. Todas las pistas conducían aquel rincón en el extremo norte del país y no podían pasar eso por alto.

     

    Madeleine terminó de aportar su información y preguntó lo que ellos tenían. Matt miró a sus compañeros paladines no seguro de que lo que tenía por contar aportará mucho a lo ya hablado pero aún así se adelantó.

     

    -Estaba en una misión del FBI cuando recibí tu convocación, en el Hotel Halekulani en Honolulu, dos científicos de Genetics, Patrick Dixon y Emily Bronson fueron invitados a una gala benéfica organizada por Akito Matiba -

     

    -El señor Matiba es un poderoso e influyente empresario en Hawaii, pose hoteles y zonas de retiro a lo largo del estado y desde la caída del Estatuto Secreto un fiel pilar en la campaña antimagia, ha lanzado una propuesta al gobierno del estado para la creación de un registro de la población mágica en todo Hawaii, pero por el momento la propuesta se encuentra estancada -

     

    -Para la Oficina la invitación de estos dos científicos a la gala se interpretó como una posible intención de Matiba de querer entrar en contacto, aliarse con Genetics y que un hombre con tanto poder e influencia se alineara con esta organización terrorista sería un golpe duro no solo para Hawaii sino para el resto del mundo, magos y nomajs por igual -

     

    El mago se llevó la mano derecha al reloj que tenía en la muñeca y empezó a buscar el mensaje con el registro de vuelos de los últimos meses que los científicos de Genetics habían realizado -En un trabajo en conjunto con el Ministerio francés logramos infiltrarnos en la gala y obtuve esto - levantó la mano con el reloj y les mostró la pantalla.

     

    -Son los registros de vuelos que realizaron en los últimos tres meses, como pueden ver anduvieron de un lado para otro, en su mayoría vuelos domésticos los únicos en el extranjero son uno en Polonia por parte de ella y otro a Toronto hace 8 días por parte de él….. pero lo que llamó mi atención es que cada uno ha viajado a Alaska unas cinco veces, Anchorage, Juneau - mientras nombraba esos lugares los iba mostrando en la pantalla - Fairbanks e incluso uno al pequeño pueblo de Barrow, ¿que quieren dos científicos de Nueva Jersey en este extremo del país? No es algo común, algo hay aquí y todas las pistas conducen a la Última Frontera -

     

    La perspectiva de poder alcanzar al Inquisidor lo llenaba de adrenalina, poder atraparlo y enjuiciarlo, desmantelar la organización terrorista que era Genetics era una obsesión que no podía quitar de su cabeza desde que estuvo parado junto a Alan y su padre entre la nube de escombros y polvo donde alguna vez se había alzado el Woolworth Building, sede central del MACUSA.

     

    Los recuerdos de ese día lo atormentaban, el sol siendo tapado por el humo, la dificultad para respirar aquel aire contaminado por el colapso del edificio, la evacuación de Manhattan, el terror, el nerviosismo, los llantos y las pérdidas, muchos conocidos, compañeros y amigos no sobrevivieron a los atentados, fue un golpe duro y profundo a la nación tanto para lo población mágica como para lo no mágica. Y desde ese momento la promesa de acabar con todo aquello lo acompañaba.

     

    -Puede comunicarme con mis compañeros en la Oficina Regional del FBI en Anchorage, son agentes que conocen el estado mejor que nadie y posiblemente tengan pistas que nos sirvan mucho, desde los atentados al MACUSA todos hemos estados muy ocupados y las líneas de comunicación entre las distintas oficinas no han sido tan fluidas, no tenemos información de que nuestros compañeros estén tras una pista del Inquisidor pero no perdemos nada con intentarlo y mientras más apoyo tengamos mejor - El Inquisidor y sus secuaces eran un grupo más que peligroso, lo habían dejado más que claro y ellos tan solo eran cuatro, necesitaban más manos.

    @@Ellie Moody @

     




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  24. Matt Ironwood.

     

     

     

     

     

     

    Sus compañeras no tardaron en ponerse en acción, las criaturas trataban de entrar por donde pudieran al interior de la casa, ventanas, puertas, el techo, incluso por entre los tablones del suelo pero hasta el momento el grupo lograba mantenerlos a raya.

     

    -Estoy bien - despreocupó a Zahil mientras se giraba hacia la ventana detrás de sí y apuntaba con su varita listo para defender otro ataque. El armario no dejaba de vibrar y cada vez con más intensidad, como si notara que el peligro era cada vez más presente.

     

    Sherlyn estaba en el piso pero parecía estar bien dentro de lo esperado para la situación en la que se encontraban atrapados.

     

    -Tenemos que irnos y ahora - se hizo oír por sobre el caótico ataque -son muchos y no podemos defendernos desde El Refugio - explicó, debían desaparecer hacia el bosque, el terreno era más elevado con suaves colinas donde tendrían una buena vista de la playa y de El Refugio y los árboles les brindarían camuflaje en caso de necesitarlo.

     

    -Al bosque, hay que desaparecer al bosque - sugirió esperando que todos fueran capaces de manejar la habilidad de la Aparición, pero antes de poder siquiera mentalizarse para realizar la acción la acción un pensamiento le cruzó la mente ¡El espejo! No podían irse sin el espejo, el armario seguía vibrando pero confiaba en que las sacerdotisas hubieran limpiado cualquier rastro de magia tóxica del mismo, por lo que cruzó a grandes zancadas la sala, saltando por una mano grisácea y fría que emergió desde el suelo de entre un tablón roto en busca de un tobillo y llegó al armario.

     

    La adrenalina le corría por el cuerpo y su autocontrol era casi nulo frente a la desesperación y el apuro de la situación, arrancó la puerta de los gozones al abrir el armario y las arrojó sin cuidado. Dentro varios objetos y decoraciones se agitaban y saltaban en las repisas del interior pero se mantenían en su lugar. El castaño buscó con la mirada el espejo y encontró los fragmentos dentro de una pequeña caja de vidrio y debajo unos recortes de periódicos que también tomó esperando que sean los correctos.

     

    Se volvió a sus compañeros que seguían resistiendo los embates de las criaturas y gritó -Tengo el espejo- corrió hasta su mochila que dejó a los pies de un sofá esquivando un par de garras que salían de una ventana rota se la colgó a los hombros y dijo -¡Al bosque ahora! - giró sobre sus talones y desapareció de aquel imparable ataque.

     

    Una rama se quebró bajo sus pies al abandonar la opresiva oscuridad y sus pulmones se llenaron del aire fresco y con olor a pino del bosque. El juego de sombras y luces que generaba la plateada luna que brillaba en el cielo se proyectaba entre los árboles y a lo lejos se oían los sonidos de las criaturas que atacaban El Refugio. El Ironwood se giró buscando con la mirada a sus compañeras, esperaba que hubieran tenido tiempo de escapar y que tampoco se hubieran materializado a mucha distancia de su posición, aquel bosque era grande y antiguo y en plena noche y bajo un ataque sería difícil ubicarse.

     

    No había nadie a la vuelta, quizás solo estuvieran a un par de metros en cualquier dirección, tras una colina o en uno de los pequeños valles que conformaban aquel ondulado y tupido paisaje. Miró su mano izquierda donde tenía la caja de vidrio con los fragmentos del espejo encantado y los recortes de periodico, al menos lograron sacar las únicas pistas que tenían.

     

    El sonido de unos arbustos al agitarse lo hicieron girar varita en mano, listo y tenso para enfrentarse a lo que sea, solo esperaba que no hiciera falta.

     

     

     

    @ @@Sherlyn Stark @@Xell Vladimir Potter Black

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  25. Matt Ironwood.

     

    Juneau, Alaska.

     

     

     

     

     

     

    El aire fresco y con olor a pino de la mañana era vigorizante, pero el mago se estaba dando cuenta de que el elegante traje que llevaba como uniforme de miembro de seguridad de la fiesta que acaba de dejar atrás no le sería de mucho abrigo al menos en aquellas horas tan tempranas y cuando la noche cayera.

     

    Estaban en verano, las temperaturas podrían llegar a ser agradables e incluso cálidas durante del día en aquella parte de Alaska, pero el registro siempre descendía durante las noches y él no llevaba nada más encima que un traje.

     

    El sol comenzaba a perfilarse tras las boscosas montañas del este y el cielo empezaba a clarear por encima de su cabeza. El castaño recorría una prolija zona residencial a las afueras de Juneau rumbo al punto de encuentro de la Orden, un hostel cercano al centro. La vida en aquel vecindario lentamente se retoma tras la noche, los días de verano en aquellas latitudes eran largos y muy provechosos y la gente le sacaba partido.

     

    Los más ancianos eran los primeros en salir, recogían el periodico dejado en las entradas de sus casas durante la madrugada para ponerse al día con las últimas novedades o revisaban el correo. También aprovechaban a lanzarle curiosas miradas al sujeto con traje que paseaba por sus aceras durante tan tempranas horas.

     

    El mago saludaba como respuesta para no resultar más ajeno de lo que realmente estaba siendo pero sin mucho éxito. La luz de la mañana cada vez era más intensas

    y el cantar de las aves en los jardines, plazas y bosques circundantes inundaban la mañana. El Ironwood siguió caminando hasta dejar atrás las grandes casas con amplios patios de céspedes prolijamente cortados y bosques de pinos, abetos y robles al fondo hasta llegar a la zona donde negocios, complejos de edificios, tiendas y teatros bordeaban las concurridas calles.

     

    Allí el cantar de las aves era ocultado por el sonidos de los motores de autos, motos y autobuses que al igual que los pájaros comenzaban lentamente su actividad. Matt cruzó un par de calles, tomó por una avenida amplia, recorrió una plaza, dobló a la derecha y llegó al lugar de la reunión.

     

    Dos magos y una bruja con una humeante taza de café en las manos se encontraban reunidos en el patio exterior, donde el sol de la mañana comenzaba a calentar. Al acercarse descubrió la identidad del trío, eran dos compañeros de la Orden de los Paladines, Hobbamock y Benjamin y la bruja era Madeleine, compañera de la Orden con la que había compartido trabajos.

     

    -Buenos días - saludó al grupo -¿ Cómo están? - preguntó mientras un camión de bomberos pasaba por la calle con su sirena estridente - ¿Viene alguien más en camino? - alzó un poco la voz, sabía que no había tiempo que perder y mientras más pronto comenzarán a trabajar mejor.

     

     

     

     

     

    @@Ellie Moody @

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