Darla G Dumbledore

Notó que Adrián se había incomodado, y un sentimiento de culpa la invadió al darse cuenta que su pregunta, “mal formulada”, podía haber sido algo molesto para él y sin embargo. Él se hundió en su taza y la pelirroja pensó en un meme muggle que había visto y en lo que un amigo de sus largos viajes del pasado solía bromear diciendo que ella se estaba escondiendo en un vaso o una taza cuando hacía algo similar. Aunque no podía negar que lo que él preguntó la tomó por sorpresa pero no de mal modo.

—Como toda alma en un objeto… aunque yo no soy un objeto… pero sí… —sonrió con un gesto de timidez —la mayor parte del tiempo ella no puede actuar ni “ver” —resaltó sin darse cuenta la palabra —y mucho menos oír o saber mis pensamientos si yo no la dejo, él ser una oclumántica nata casi de nacimiento me ha ayudado a ello, aunque sí he bajado la guardia… y a veces la he dejado yo misma tomar el control de mi cuerpo cuando mi alma no quería estar más en este plano —en ese momento bajó una vez más la mirada, consciente de que había confesado algo que pocos sabían.

Adrián pareció notar su incomodidad y decidió pasar de regreso al tema de la maldición oscura. Darla casi que le agradeció, aunque sinceramente, lo de la maldición era algo más para que lo aclarase Ernest antes que ella.

—La maldición oscura está encerrada en una poción o hechizo gaseoso, casi líquido, puede hacer que la gente desaparezca, supongo que extendiéndose sobre los seres como lo haría un detritus, pero este gas no protege, sino que hace olvidar y te lleva a donde no sabes quién eres ni que tienes magia y olvidas todo lo relacionado con ella y con tu vida pasada —ante la otra pregunta de Adrián ella solo pudo negar con la cabeza, su cuñado Ernest estaba en tantas cosas y se perdía siempre tanto que no sabía con exactitud qué responder —no sé en qué anda, solo sé que su tienda hace que se vincule con gente y objetos que son peligrosos hasta para el mundo mágico si no se los manipula o controla correctamente —miró una vez más a Adrián a los ojos y supo que quizás no, o quizás sí, no estaba segura ¿y si decía algo que no debía sobre ella misma? No creía que Adrián fuera a indagar sobre eso pero… —no lo sé, pero me pongo en tus manos si la utilizas juntamente con el anillo de salvaguarda contra los oídos indiscretos y algunas otros medios de seguridad, yo… —miró a Robin y luego de nuevo a Adrian —si tú quieres que lo hagamos, está bien —susurró la pelirroja decidiéndose a relajarse.

@ Adrian Wild siempre y cuando quieras

La postura de la emperatriz de Austria y madrina de Luna era más que clara. Ella misma no podía decir que tuviera una postura respecto a Mael como lo tenía la bruja y en cuanto a Mica, bueno, se daba cuenta que no conocía en realidad a la bruja luego de tantos años.

La llegada de Ludwig fue como un nuevo condimento a la situación, para la Potter Black más bien algo incómoda. Ella y Ludwig tenían una relación buena y de aprecio pero varias circunstancias hacían que se hubieran si no alejado al menos puesto en stand by. ¿Disidencias? No sabía si eran definibles de esa manera sus posturas. Su mirada castaña bajó, con un dejo de timidez, le costaba mirar al rostro al rubio y no tenía idea del por qué, pero las sensaciones que provocaba aquella situación de triángulo de amistades era muy extraña en verdad. Por un momento recordó la primera vez que habían hablado en la Potter y se entristeció por la reacción que él había tenido para con ella entonces, preguntándose si era lo mismo que estaba ocurriendo ahora.  Sin embargo se obligó a levantar la mirada y sonreír a su jefe.

—Qué bueno verte Ludwig, estamos esperando la llegada del abogado de Luna, esperábamos que él pudiera hacer un escrito para presentar ante la mediación por lo que plantea Luna, ya que pensamos que iniciar por una solución pacífica es lo más adecuado antes de llegar ante un tribunal mayor —de nuevo se veía haciendo resúmenes, pensó, con un suspiro y volvió a sonreír al Malfoy —no sé cómo ves tú la situación o qué tan al tanto estás de cómo se han ido desarrollando las cosas hasta ahora, Luna ha estado en el Chateau Dumbledore desde hace un tiempo.

—Por cierto, ¿alguien desea tomar algo mientras esperamos terminar de ultimar el trámite de mediación y las acciones posteriores? —Darla había recordado que no había invitado nada a sus visitantes.

@ Luna Gryffindor Delacour  @ Ludwig Malfoy  @ Malum Luxure  @ Eterno Black Triviani

Darla sonrió al escuchar la respuesta de Ada y asintió mientras llevaba su copa a los labios, bebiendo lo que quedaba en su copa. La rubia había sido más que cálida en sus palabras y a la pelirroja aquello le había resultado más que agradable, había sido más bien como una caricia al alma, no sabía muy bien el por qué esa sensación tan cálida. Sin pensarlo extendió su mano y acarició el brazo de Ada.

—En verdad gracias por tus palabras, sé que cuento contigo, como familia, aunque no sé si me atrevería a reclamar tu atención en cualquier momento, sé que tus ocupaciones como miembro del gobierno mágico francés te roban mucho tiempo —agregó la pelirroja en un tono de voz suave, aún con la media sonrisa en sus labios, esa que se le formaba al mejor estilo de la Mona Lisa.

Retiró lentamente la mano del brazo de Ada, rozándolo casi en toda su extensión, mientras notaba la delicada y suave piel que por unos segundos se erizó un poco. Darla imaginó que era por lo fría que se sentía a veces su propia piel.

—Vaya creo que se me ha acabado mi copa —dijo intentando calmar el extraño galope que en su interior pareció por unos segundos provocar su corazón y observó la copa flotando al lado de su cuñada, se inclinó y pasando por sobre sus piernas se acercó a tomar la botella —disculpa —susurró mientras tomaba la botella, viendo el rostro de la rubia y volviéndose a acomodar en el sillón se sirvió nuevamente y antes de dejar flotando la botella a un lado volvió a llenar la copa de Ada.

De verdad podía sentir el latir del corazón de su cuñada con esas suaves reverberaciones que parecían excitar el instinto más primitivo de la vampiresa, que se preguntó en ese momento cómo sería rozar la piel de cuello de la bruja con sus labios. Lo cual en cierta forma le resultaba curioso porque había pensado rozarla  con sus labios y no con sus colmillos.

@ Ada Camille Dumbledore

La Potter Black oscureció un poco sus cabellos con metamorfomagia y se echó sobre los hombros un chal de color blanco. Sabía que el otoño estaba ya avanzado, pero ella no sentía el frío y a decir verdad no le importaba demasiado disimular su naturaleza. Se despidió de sus elfos y salió del local, desapareciendo con un crack apenas atravesar la puerta, podría haberlo hecho desde el propio local o departamento, pero seguía teniendo la costumbre de actuar con detalles muggles, como acostumbraban con su prometido.

Un sonoro crack marcó su aparición en aquel sendero angosto flanqueado de matorrales salvajes. Las verjas de hierro forjado aparecieron algunos metros más adelante y le arrancó una sonrisa a la bruja al notar el rostro que se formaba y le preguntaba con voz metálica por qué estaba allí. Darla simplemente repitió lo que decía la invitación, las verjas parecieron dudar, porque se tomó su tiempo antes de flanquearle el paso.

—Era hora —susurró la vampiresa cuando al fin las rejas se abrieron y estas rechinaron ante su comentario —sí, sí —replicó la bruja —protesta lo que quieras pero soy más fiable yo que más de uno que has dejado entrar en tu larga historia —replicó con una sonrisa mientras comenzaba a recorrer el sendero de grava blanca que atravesaba los jardines hasta llegar a la mansión propiamente dicha.

La edificación de piedra gris se veía frente a ella y la pelirroja continuó su recorrido mientras admiraba los setos recién cortados, seguramente en un mes se verían cubiertos de la nieve de las primeras nevadas invernales. Por un momento la nostalgia la invadió al pensar que se acercaba la Navidad. Aunque por unos minutos se detuvo observando un grupo de árboles, no estaba segura de por qué pero la nostalgia no le venía de los días navideños, sacudió la cabeza y apresuró los pasos hacia las puertas de roble que ya alcanzaba a vislumbrar un par de metros más adelante.  

ID: 34050
Nick : Darla Potter Black
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Fecha: 20/11/2022
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Producto: Vaso Autorellenable
Puntos: 10 P
Precio: 500 G

Producto: Guantes de Piel de Dragón
Puntos: 10 P
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Producto: Filtro de la Paz
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Producto: Seducción Eterna
Puntos: 20 P
Precio: 1000 G

Producto: Kappa
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Precio: 4000 G

Producto: Demiguise
Puntos: 80 P
Precio: 4000 G


Total de puntos: 210 P
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Kimberly Black en House of Books con Derhorm (?) y Cletus, el muggle.

La rubia resopló, viendo el panorama actual: tenía al hombre frente a ella diciéndole que su  deseo era el “desollar al gato” lo cual, luego de lo que el gato había hecho no lo culpaba del todo, aunque vamos, su intención venía desde el momento en que había seguido al muggle hasta dentro del local en que ahora los tres se debatían en lo siguiente que sucedería. Eso por un lago, por el otro, la serpiente, cuya orden era atacar al muggle solo si este intentaba volver a atacarlos estaba quieta, observando al hombre que tras mencionar que era imposible que Derhom se salvara de su bala ahora estaba en un rincón, observado por la mocasín, a la cual había visto como si esta fuera una víbora de cascabel sacudiéndose frente a él. Iba a tener que arreglar todo el desorden que él estaba infligiendo al lugar.

—Entiendo su postura estimado, cualquiera en su lugar querría deshacerse del mal nacido ¿eres Derhorm verdad? —Kimberly le hablaba, recordándolo del Ministerio, pero su mirada iba de él al muggle, sin quitarle la vista, lo mismo que la serpiente lo hacía, no pudo evitar una sonrisa, ahh, sus años de cazadora —creo que como ministerial tenemos una ventaja, pero bueno ¿quieres apostar a por la vida de él? —sí, estaba tratando al muggle como si fuera un premio, bien merecido que lo tenía por su intento de saquear el lugar y matar a uno de ellos.

 Lo que a su vez le ganaba tiempo, ¿haría algo más? ¿alguna otra jugada tonta? A la vampiresa no le importaba, pero una buena apuesta, un juego para ver quién se quedaba con el bandido. No, no era justo, después de todo primero había caído en su local, o mejor dicho en el local que ella cuidaba, el de Darla. Sí, lo había detenido primero el mago frente a ella, a quien había primero desarmado y luego defendido, curiosa situación. Sí, la pelota estaba en su campo, y estaba haciendo una jugada arriesgada. Aunque claro, ni sabía si valía la pena, pero estaba en una situación muy particular, pensaba estar aburrida y siendo Darla la que se llevase la mejor parte en el campo de acción y allí estaba ella, rompiendo la rutina de una noche nada rutinaria y más bien detestable por lo que podía llegar a suceder. En fin, las ironías de la vida.

 

@ Ludwig Malfoy  @ Sean -Ojo Loco- Linmer

En 16/11/2022 a las 12:19, Hobb Graves dijo:

Todo listo hasta acá

@ Darla Potter Black la llave maestra es un premio que cuando se de, constará como tal: llave maestra. O cualquier llave a elección

Las llaves de Hogwarts son las de las 4 casas; las llaves escolares son las de las 4 casas + la de Ilvermorny

 Sí @ Hobb Graves , eso me parecía, por eso dije que quería eso o en su lugar si no era como pensé primero, quería la de Hufflepuff. Gracias.

Antes de la Fiesta en House of Books

La pelirroja observó la invitación, supo reconocer de inmediato el detalle de su cuñada, la joven francesa había hecho su mejor esfuerzo para poder equilibrar los sentimientos de los distintos lados políticos. No podía negar que la rubia tenía una capacidad diplomática que a ella le escapaba total y completamente.

Darla suspiró y se echó hacia atrás en el cómodo sillón de su escritorio en House of Books, estos días post purga los había pasado allí. Su mirada se posó en una bella foto donde ella y Seba sonreían y reían en la réplica del Jardín Sumaes para su aniversario y compromiso —te extraño —susurró apenas, queriendo escapar de la situación conflictiva que implicaba tener que asistir a la cena de acción de gracias en la Mansión Malfoy. Esta vez no deseaba congraciarse con Ludwig, no le daba la espalda, pero no podía apoyarle en sus decisiones por más afecto que se hubiera generado entre ellos, él no había hecho absolutamente nada para hacer que ella cambiara de opinión, le entendiera o pudiera aceptar siquiera lo que hacía. Pero por otro lado, su cuñada, era un afecto especial, por su madre, por su hermano y por una promesa que le había hecho a él de cuidarla, siempre.

Cerró los ojos y sin darse cuenta lágrimas caían por sus mejillas, algo incomprensible, últimamente la sensación de pérdida sin saber con exactitud de qué había perdido la tenía mal. Era como si estuviera a punto de cumplirse el aniversario de algo que se volvía doloroso y ella no tenía ni la más pálida idea de qué era. Por eso la cena, algo totalmente político, le parecía una escapada y un castigo a la vez. ¿Qué es lo que la tenía así? Ni siquiera obtenía respuesta en sus elfos ni en los recuerdos de Scarlet que parecía haber bloqueado todo lo acontecido en algún momento del tiempo que se aproximara a aquello. ¿Tendría que ver con los recuerdos que había sacrificado para estar con Seba la semana de Halloween? Lo dudaba, aunque no supiera que era.

Tess le había comentado que en la nueva sede del local en Nueva York había una muchacha americana, descendiente de brujas de Salem y druidas. Quizás podía enviar un mensaje para preguntarle qué es lo que se acostumbraba en esas fechas, porque la verdad, Darla no tenía ni idea de cómo debía vestir o comportarse para un evento de esa clase. Claro que, como sabía, era una mezcla de tradición y política, así que pensó que una simple blusa, con una pollera delicada, sandalias y un sobre al tono bastarían, dándole la característica más sobria el llevar el cabello recogido. Sí, la sentía más como una cena laboral que otra cosa. Ella y Ludwig es debían demasiadas palabras de explicación que no se terminaban de dar jamás.  Pero el color que predominaba en su vestimenta era algo que rompía la armonía quizás, el rojo sangre le encantaba y solo el blanco de la pollera daba un toque de paz, caso contrario hubiera parecido una guerrera roja, como Scarlet en el pasado.

Creo que estoy como Kaori con el tema, me gusta apostar pero ando floja en lo que hace a escenario del juego u.u  ya escucho algunos diciendo "típico de mujer" aunque tampoco sé los más lindos, ni con los mejor trasero o bulto como escuché en la tv pero sí estoy de acuerdo que Messi será buen jugador pero de estar entre los 10 más lindos que han puesto ó.o y escribo porque no sé si hay que rellenar líneas, en fin, la parabólica humana.

Nick : Darla Potter Black
ID: 34050
Bóveda: 78114

Apuesta:

Grupo A
Netherlands
Qatar

Grupo B
England
Wales

Grupo C
Poland
Argentina

Grupo D
France 
Denmark

Grupo E
Spain
Germany

Grupo F
Croatia
Belgium

Grupo G
Brazil
Servbia

Grupo H
Portugal
Uruguay
 

Darla Potter Black - Sala de Juntas

¿En qué momento había dejado de prestar atención y de interesarse en el tema? No estaba segura, si bien había sido protagonista de una pequeña “trifulca” con la secretaria de Ludwig, tras exponer algunos de sus puntos de vista y escuchar la de los demás, incluyendo el de un repelente director de transporte, la mente de la pelirroja había comenzado a trabajar a dos mil por hora pensando en cómo podría hacer para evitar que más magos y brujas inocentes se vieran dañados por las acciones supuestamente tendientes a nivelar y calmar la tensión mágica.

Su mirada castaña pasó de Ludwig a su hija, de ella al director mágico y demás presentes y luego a la mujer que había comentado de las inscripciones a la policía mágica para volver su atención a un pergamino frente a ella donde tomó algunas notas taquigráficas. ¿Qué podía decir? Ya Noeline había dicho todo, ella seguía pensando que una decisión que involucraba más que la seguridad sino la vida de muchos debería haberse tomado menos unilateralmente. Claro que era obvio que el clan y los cercanos a Ludwig lo habían decidido, así lo habían demostrado su hija, Mica y el Evil.

Darla había alguna vez pensado renunciar a su inmortalidad precisamente por el amor, pero se había mantenido inmortal por el bien mayor. Claro que inmortal era algo relativo, la vampiresa sabía bien cómo era posible que muriese y de hecho alguna vez había tenido que ser revivida tras un asalto, duelo o cateo mágico. Hoy se alegraba de ser lo que era gracias a Scarlet, eso le permitía jugarse en algunas situaciones que de otro modo no hubiera podido y presentía que ella y Kimberly tendrían mucho para jugarse la noche del treinta y uno.

Cuando ya estaban dando por finalizada la reunión se puso de pie y se disponía a salir cuando la voz de Ludwig la detuvo. Así que quería hablar con ella de algo, genial, imaginó que por Francia estaría su cuñada Ada y por Suiza el padrino de Luna, el Señor Blackthorne. Asintió y dirigió su respuesta al Malfoy con la voz más cálidamente neutra que pudo.

—Cuando te desocupes puedes hacerme llamar o venir a mi oficina, estaré allí ultimando detalles de la seguridad para la famosa noche —dedicó una sonrisa que supo resultó algo forzad y salió, tras dedicarle una mirada cariñosa a Luna y un gesto adusto al director de transporte y saludar al resto de los presentes, incluyendo a Noeline, con una inclinación de cabeza, para ir luego a su oficina. Le dolía la cabeza.

Kimberly Black - Ministerio de Magia - inscripción policía ministerial

La rubia vio el gesto de felicidad de la mujer frente a ella y tomando uno de los formularios en blanco le aplicó varias veces, a la pila que iba creciendo, el hechizo Geminio.

—Listo, creo que ahora podemos estar tranquilos, tendremos bastantes registros para todos los interesados, haré venir a algunos de los aurores para que nos ayuden en la labor —miró a los que ya se habían registrado y luego de nuevo a la Señorita Pinzón —¿desea terminar de atenderlos usted? Yo puedo ocuparme de los próximos si le resulta más práctico y nos vamos turnando hasta que lleguen los refuerzos.

@ Ludwig Malfoy  @resto @todes

Nick: Darla Potter Black

ID: 34050 

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Producto: Espada del Otoño + Baby Basilisco

Coste en Llaves: 10 llaves + 8 llaves = Total 18 llaves

ID: 34050
Nick : Darla Potter Black
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Fecha: 15/11/2022
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Producto: Serpiente Cornuda
Puntos: 160 P
Precio: 8000 G

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Precio: 8000 G

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Producto: Veritaserum
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Precio: 8000 G

Producto: Pocion Multijugos
Puntos: 160 P
Precio: 8000 G


Total de puntos: 800 P
Total de galeones: 40000 G

ID de usuario: 34050
Llave (Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin, Ilvermorny o maestra): Ilvermorny, Gryffindor, Slytherin y no me queda claro si la "maestra" está porque la puede elegir, en cuyo caso la quiero y si no de Hufflepuff.
Premios: 666 (Llave Escolar a elegir) - Mazmorras (Llave de Hogwarts a elección (2)) - Juegos (1 llave escolar a elección)

Kimberly Black en House of Books 

Evitó poner los ojos en blanco cuando el mago frente a ella le pedía compartir el "botín". Kimberly no sé consideraba una santa, había sido una asesina entrenada, había estado a cargo de un ejército de neofitas a las que en ocasiones había tenido que mantener a raya y no toda su vida había sido lo que hoy llamarían una vampiro vegetariana. 

Pero lo que si era ahora era una defensora de que las cosas se hacen por derecha y civilizadamente, no como trogloditas. Sin embargo la supuesta presa y ladrón quiso demostrar que él sí era un salvaje mal nacido y la Black no dudo ni un instante.

–¡Detritus! –la fina capa de niebla de un gris morado los cubrió a ella y Derhorm protegiéndolos de cualquier ataque físico o rayo, incluso de la bala que salió del arma de aquel muggle, los ojos de Kim se habían vuelto de un turquesa brillante y sus colmillos habían asomado entre sus labios carmín con una sonrisa furiosa –no aprendes tonto… morphos… –el arma en manos del muggle se vio transformada estirándose y enflaqueciendo, la masa era la ideal para que se convirtiera en una serpiente mocasín de algo menos de 80 cms de largo. 

Kim sonrió, su rostro natural una vez más, y su atención se volvió a Derhmon.

–Podría llegar a considerar tus deseos pero tendrías que ser más convincente, él es tonto, muy tonto, pero sigo sin ver lo divertido o lo justo de dejar que la magia sea su castigo –era verdad, había intentado matar al mago frente a ella, y en el pasado ya hubiera perdido algo más que su sangre con ella clavando sus colmillos en su cuello, pero había aprendido a dar segundas oportunidades. ¿Haría mal? Eso solo el tiempo lo iba a definir, la duda estaba en si se definiría allí, esa noche, o más adelante en el futuro.

Lentamente había ido descendiendo los últimos peldaños de la escalera hasta quedar en el mismo nivel que los dos hombres, al menos en lo que hacía al lugar físico.

@ Sean -Ojo Loco- Linmer  @ Ludwig Malfoy

Había llegado hasta el ala suroeste en la cuarta planta del Chateau, y aún seguía indecisa. En su interior había una pequeña y profunda revolución a la que no lograba darle forma. 

Respiró profundo y se acercó a la puerta de Ada. En verdad no supo si ella golpeó o la rubia abrió al escuchar el sonido de sus pasos. 

–¿Te desperté? –preguntó en tono de disculpas al notar como la bata de seda marcaba cada línea de las curvas de su cuñada.

Claro que la invitación fue una respuesta más que clara de que no la despertara. Sonrió y asintió mientras ingresaba, el suave aroma de la piel de la Dumbledore llenó sus sentidos.

–Gracias, tenía necesidad de hablar, creo que una copa ayudará.

Sí, debía reconocer que eso le daría más fuerzas, claro que agradecía que no fuera rakia, esa bebida era la única que lograba emborracharla. Aunque no sabía porqué vino a su mente otra variedad de vino que decían afrodisíaco.

La pelirroja se acomodó en el sillón, de costado, observando el ligero cuerpo de Ada corriendo en busca de una copa, aprovechó para quitarse el saco de hilo que dejó a un lado. Cuando su cuñada regresó tomó la copa que ella le tendía.

–Salut –brindó con la rubia y llevó la copa a sus labios, disfrutando en sus labios y paladar la suave textura. Un suspiro escapó de sus labios mientras el carácter frutal del oscuro vino inundaba sus sentidos de un aroms y sabor sedoso con destellos de frutos negros chocolate y especias, suaves notas de ciruela, guindas y hierbas.

–Que delicia –susurró cerrando los ojos y dejando que sus sentidos disfrutaran de aquel momento –creo que no me había dado cuenta de cuánto me hacía falta, no sé si el vino o compartir con alguien especial –abrió lentamente sus ojos y su mirada castaña se encontró con la azul mirada de Ada a quién sonrió mientras se acomodaba acurrucándose más en el sillón –gracias.

@ Ada Camille Dumbledore

 

Kimberly Black en House of Books.

Dos cosas había querido Darla asegurar, la seguridad de sus elfos y la de aquellos que no pudieran defenderse en aquella travesía de doce horas al infierno. De lo segundo se iba a ocupar ella personalmente, motivo por el cual la Potter Black se encontraba por distintos destinos londinenses y de localidades aledañas cubriendo sus huellas y la de quienes la ayudaban en aquella tarea .

En cuanto a su local, los elfos tenían órdenes de no regresar al local, tras haber sido puesto a salvos en el paraje al que conectaban las puertas mágicas en el departamento de Darla. El local tenía protecciones mágicas y solo un idio.ta se atrevería a atravesarlas, porque eran más que visibles a cada mago o bruja que intentara ingresar. Claro que los muggles eran más ineptos para eso, no son capaces de ver las señales y Kimberly, quién tenía orden de reunirse con Darla allí a cierta hora, lo comprobó minutos después de su llegada al local después de regresar por las puertas magicas, habiendo dejado a salvo a los elfos.

Lo que siguió no fue más que una serie de movimientos tontos y extraños. El muggle intentando robar en una librería y un mago ingresando tras él reparando la vidriera y atacandole.

–Ni truco ni treta… expeliarmus –dijo la rubia observando al mago desde la escalera, su faz le era familiar por ello solo lo desarmó de momento –desmaius –dijo apuntando al hombre que colgaba del aire y agregó –liberacorpus –le iba a doler todo durante un buen tiempo. Kimberly miró al niñato de 5(?) al que había desarmado y le advirtió –gracias por el arreglo pero largo de aquí tú, de este saco de huesos me encargo yo –en verdad, considerando que la policía muggle no tenía nada que ver, era allí a dónde llevaría al infeliz tras obligarlo a confesar esas y cada fechoría. Por lo pronto no había nada más que hacer, la inmunidad ministerial era algo que sabía que podía hacer valer, incluso por la fuerza. Solo esperaba no la obligara a ello y con gusto demostraría lo que era capaz, ya que el hombre era bien claro que no la conocía enfurecida.

@ Sean -Ojo Loco- Linmer

@ Ludwig Malfoy

 

 

Casillero 6, avanzamos a Casillero 11 (3000 G)

Caminar por aquel lugar era como revivir historias pero sintiéndose en una época post apocalíptica. Se preguntaba por qué, ante la destrucción, la gente, o al menos algunas personas, volvían a pensar en el pasado. O mejor dicho en lo que les marcaba y habían guardado en la más lejana memoria relacionado con el pasado, con los sentimientos del pasado, con la falta de ellos.

La fragilidad de la construcción a su alrededor le dio a su vez una respuesta. La gente comienza a sentirse frágil. Eterno y Malum se sostenían uno a otro y a su pequeño retoño, así que a ellos se les podía hacer difícil pero veían claro. Luna era demasiado pura ya que era casi el reflejo puro de un fenixiano en su esplendor. Por lo que veía de Mefistofeles, luego de ese beso inapropiado, era que, aún a pesar de su perdón posterior ¿O había sido antes? cómo fuere era claro que su ego era tan grande como la destrucción allí.

Se detuvo de pronto, los murmullos, cómo de un río corriendo en la lejanía le llamó la atención. ¿Había una salida?

Se apresuró a intentar seguir ese camino mientras cerraba su mente a sus propios recuerdos y especialmente a todo lo relacionado con su familia y sus afectos. No quería hacer nada que le llevara a una introspección. Una vez más, Destrucción, cómo empezó a llamar al extraño pelirrojo que los acompañaba, guiaba o desorientaba, según como uno lo viera, río a su lado. Cada vez más sospechaba que las ideas en su mente ya no eran tan suyas como si él utilizara el hechizo de los oscuros, el ilusionismo. Lo miró y él le sonrió condescendiente.

Donaciones desde y hacia Bóvedas Personales:

Nombre con link de Bóveda Familiar que permite la donación: Familia Luxure

Nombre con link a Ficha: Darla Potter Black

Bóveda con link de la que se extraerá la donación: 78114 

Cantidad total de Galeones de la donación: 3.000 Galeones 

 

• Nick del usuario con link a ID (perfil): Eterno Black Triviani
• Relación Familiar con Donante: somos Luxure 
• Nombre con link a Ficha: Eterno Black Triviani
• Número con link a Bóveda Personal: Bóveda Nº 78498
• Cantidad de galeones: 3.000 Galones

Casilla 6 (2° rol antes del dado)

Las palabras de Luna le arrancaron una sonrisa, sí, tenía razón, a nadie se le había ocurrido traer una cantimplora o termos con alguna bebida caliente ya fuera un café, té, chocolate, o alguna bebida espirituosa. Sabía que el bourbon yanqui era de muy buena calidad, aunque no tenía nada que envidiarle a los whiskyes irlandeses y muchos menos al whisky de fuego que podían servir en algunas de las tabernas más conocidas del mundo mágico en Inglaterra.

—Me temo querida Luna que pensé que nos servirían bocadillos y algún buen champagne en este lugar, pero me equivoqué de cabo a rabo, aunque creo recordar que Ada prometió que nos convidaría con el mejor champagne de su bodega cuando lográramos salir de aquí —Darla recordó en ese momento que su cuñada era dueña de un local de variedad de bebidas alcohólicas ¿Sangiovese y Merlot? Creía que era así. Kimberly le había dicho que sus pasillos eran más que interesantes. Darla siempre se preguntó qué aventura había tenido ella allí, pero nunca mencionó el tema.

Una vez más las palabras de la joven Gryffindor atrajeron su atención y recordó al pelirrojo destructor. Mirando hacia todos lados intentando averiguar en dónde se había metido el posible habitante de aquella mazmorra mal creada, o más bien, deformada por la magia más poderosa de lo que habían pensado sus controladores que podía llegar a ser. Igualmente, el lugar le seguía pareciendo demasiado interesante y quería poder completar la investigación hasta las últimas consecuencias.

-No dudo que debamos ir con el mismo cuidado que en la mazmorra anterior, pero confío en que nada malo nos vaya a pasar —Darla enseñó, Edelweiss, su varita, a la joven jefa del Departamento de Aurores.

La Potter Black movió su varita y convirtió una de las piedras que había en el lugar en una planta de flores blancas y de perfume agradable y relajante.

@ Malum Luxure  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Ada Camille Dumbledore  @ Eterno Black Triviani  @ Mefistófeles Evil.

Casilla 5, avanzamos a Casilla 6 (objeto 4A)

La verdad que caminar junto a aquel grupo había resultado más relajado desde que habían salido del reino de deseo, delirio y desesperación. Ahora estaba empezando a descubrir los pequeños detalles de la forma de ser de quién parecía ser experto en destrucción. Las paredes y el tiempo, lo derruido y lo sobrevivido. Aquello era todo un conjunto de roles y ruedos, como los dados arrojados al azar de la vida 

Un cierto temor la envolvía al pensar que el siguiente camino a seguir podría ser el equivocado. ¿Y si de nuevo volvían atrás? Pero quizás avanzaran hacia la salida. En el peor de los casos… ¿Podría ser peor que lo que ya habían vivido momentos antes cuando atravesaban los otros reinos en la mazmorra artificial que se le había descontrolado al MACUSA? Bueno, si lo pensaba bien, esta también era una mazmorra descontrolada que había unificado reinos, departamentos y vaya a saber que más. 

Vamos Darla, tú puedes salir de aquí, se dijo, después de todo mala suerte en el amor implicaba buena suerte en el juego. Avanti al azar. A su lado el pelirrojo lanzó una carcajada como si hubiera podido leer en la mente de la vampiresa los pensamientos que la atormentaban.

Camina y camina rumbo a la rutina, canturreaba en su mente la Potter Black mientras comenzaba a seguir una ruta que le pareció alternativa para salir de aquel lugar. ¿Estaría haciendo la elección correcta? Miró de reojo a Destrucción para ver si él le daba alguna pista y no engañaba a su mente. Los ojos de ambos se cruzaron por un breve momento y la bruja sintió la imperiosa necesidad de cerrar aún más su mente con Oclumancia para no dejarse leer por quién parecía saber más de lo que expresaba en realidad.

–Vengan, encontré un camino, –dijo al ver de golpe un paso hacia donde parecía haber al fin algo positivo.

 

Casilla 4 - logrando salir y avanzando a Casilla 5

La mirada castaña de la Darla se fijó brevemente en el rostro del pelirrojos, ¿había sonreído o era su imaginación? En verdad había caído en el tonto error de pensar que habían logrado encontrar un camino alternativo, pero parecía que no.

Eterno y su esposa caminaban entre los restos de edificios y pasillos aún tomados de la mano. La verdad admiraba eso y en cierta forma le recordaba lo que ella y Seba solían hacer. Pensó en las veces que el mago había cargado en su mochilla botellas de agua y tentempié para ambos. Él siempre la consideraba, antes de cada aventura preparaba el desayuno personalmente para ambos, cortaba alguna rosa para la pelirroja, aún a pesar de las protestas de Eros, su elfo jardinero.

La vampiresa sacudió la cabeza, por unos minutos se había olvidado dónde y con quién estaba y el motivo por el cual recorrían esas ruinas. A decir verdad no le quedaba claro por qué se arriesgaban, pero al menos lo disfrutaba, aún cuando habían pasado una locura temporal. Una vez más se imaginó a Seba, aunque en realidad fue cómo  hubiera sufrido él al verla tan desquiciada. Al menos era bueno que él no la hubiera visto así. En ese momento sintió que los colores hubieran podido subir a su mejilla, la ponía mal pensar que podía haber hecho sentir mal a Seba, siendo que él siempre cuidaba de ella con tanto amor, tal cual parecía haber entre Malum y Eterno.

Hablando de ellos, dónde se habían metido, por un momento notó que en realidad no eran ellos los que se habían perdido, porque tampoco veía al resto, era ella la que había tomado sin pensarlo un camino alternativo. ¿Tendría suerte de que fuera la salida o debería volver sobre sus pasos para reencontrarlos? En verdad esperaba poder gritarles que vinieran a donde estaba ella que había encontrado la forma de salir de allí.

Para su alegría, sí era la salida, aunque apenas podían avanzar.

—¡Vengan! ¡es por aquí! —y tras que todos llegaron siguieron lentamente adelante, aunque se veía venir una interesante encrucijada.

Casilla 4

Aunque prestaba atención a lo que decían sus compañeros los ojos de Darla no se apartaban de aquel hombre de cabellos rojos que sonreía a pesar de tener el aspecto de un gigantón  destructivo. Quizás por esa misma naturaleza de aquel ser, que la vampiresa devenida en semi gigante, sospechaba que no era un simple humano, ni siquiera estaba segura de qué o quién era, de hecho.

Lo que sí pudo notar y eso en realidad no supo si le molestaba o le parecía una buena idea, fue ver como cuando al fin parecía que estaban por avanzar el pelirrojo destruía, sin querer o queriendo, parte del camino que iban a seguir, ahora tendrían que buscar un camino alternativo. En ese momento, como si hubiera tenido una buena idea, Mefistófeles preguntó quién tenía un Grimonio de Ravenclaw. Quizás fuera necesario el apéndice de arquitectura dada la destrucción, o alguno de los hechizos de Rowena o algún encantamiento especializado, como fuere, Darla levantó la mano en forma automática ante la pregunta, no quería presumir, pero como librera especializada tenía la colección completa de grimorios de Hogwarts e Ilvermorny.

La vampiresa movió suavemente su mano y buscó en su bolso de piel de moke, quien sabe, quizás estuviera aún guardado allí desde la última vez que lo utilizó para cambiar la esfera del mineral de Vulkos. Las dudas de la Potter Black crecían sin embargo, preguntándose por qué necesitaban ese grimorio y por qué el pelirrojo había destruido el camino de salida, aunque no sabía si los demás se habían dado cuenta de ello.

Un suave sonido atrajo su atención, le parecía algo lógico que no estuvieran solos, o quizás sí, pero el sonido pareció perderse en un pasaje lejano ¿sería el camino de salida? Darla se giró hacia sus compañeros y susurró.

—Quizás, solo quizás, la salida pudiera encontrarse por allá —dijo señalando un camino alternativo pero al llegar al final de él se dieron cuenta que solo habían andado en círculos.

24 horas antes de la purga

—Señorita Potter Black, no puedo prometerle que la embajada sea un lugar seguro, usted sabe que lo sería más el ministerio de magia inglés —el caballero frente a ella la observaba con un dejo de preocupación.

—Lo sé señor ministro, pero confiaba en que el cónsul pudiera ayudarnos, estoy segura que al no tratarse de territorio inglés las personas que se refugiaran aquí estarían fuera de la purga, cubiertas por la protección de estar fuera del territorio de influencia del ministerio inglés precisamente —la respuesta de Darla al cuestionamiento del hombre pareció satisfacerlo.

—No entra en nuestros planes entrar en un nuevo conflicto con su país, no luego del mantenido al nivel no mágico, aunque bueno, usted sabe —el hombre sonrió  y la Potter Black le correspondió.

—Sí, ambos sabemos, por eso recurro a usted mi querido amigo por eso y porque siempre que he necesitado utilizar mi ciudadanía usted me ha apoyado en ello —el hombre asintió y extendió la copa hacia la pelirroja, como un gesto de brindis.

—Siempre será un placer poder ayudar a una compatriota, más cuando ella siempre nos ha tenido en cuenta cuando hemos solicitado su colaboración —el tintineo de la copa de Darla, llena de un líquido carmesí contra la del embajador a su lado acompañó aquellas palabras.

—Bueno, no tenemos nada más que decir, más que poner en marcha el operativo —dijo el tercer hombre en el lugar y su retrato se desvaneció tras sus siguientes palabras —los dejo para que coordinen detalles.

Darla observó al hombre frente a ella y ambos se enfrascaron en una revisión de papeles y planos, la pelirroja comentaba cada detalle y el hombre le indicaba los pro y los contra. Finalmente, tras largas horas de deliberación el plan para llevar a salvo a la mayor cantidad de personas fuera del territorio londinense y refugiarles en la embajada sudamericana estaba en marcha. Mientras se despedía la pelirroja el cónsul sostuvo su mano unos segundos más de lo habitual.

—Sabe que su ayuda luego de esta situación nos vendría más que bien en nuestra humilde embajada, estoy dispuesto a doblar la paga Señorita Darla —el gesto del hombre de que era una sincera solicitud se vio reflejado en su rostro y Darla pudo ver en el fondo de sus ojos que no hablaba en vano.

—Lo tendré en cuenta señor embajador, pero tenga usted también en cuenta que mi pertenencia de momento al ministerio inglés también es útil para ustedes —el hombre sonrió asintiendo y despidió a la bruja que se encaminó de regreso a su local en el callejón.

Habían transcurridos días, horas, semanas, minutos, solo Merlín era capaz de medir el tiempo desde que la bruja utilizaba sus poderes nicrománticos. Además de que jugaba con los portales del pasado y el presente, no se le permitía obviamente ir al futuro, cosa que igualmente no le interesaba. Lo que si tenía interés era en poder tener una charla con su cuñada, contarle lo que había estado experimentando y pedirle su consejo al respecto.

Era por ello que ese día Darla se había levantado, a pesar del frío del otoño se había puesto un vestido corto sin mangas de un color azul que resaltaba su roja cabellera y se había echado sobre los hombros un delicado saco de hilo tejido del mismo tono que el vestido. Indecisa se colocó unas zapatillas muggles sin cordones de color azul también y encaminó sus pasos hacia la escalera del chateau.

Mientras subía hasta el cuarto piso iba pensando en cómo encararía la conversación con Ada. A su paso iba dejando un agradable y suave aroma a perfume, había elegido uno frutal antes de salir de su cuarto ya que eso lograba calmar un poco su mente cuando el aroma inundaba sus fosas nasales.

Estuvo a punto de subir del tercero al cuarto piso saltando de a dos los escalones, pero se obligó a mantener la calma. Aún no tenía muy claro el por qué sentía una pequeña ansiedad. ¿Sería por lo que su cuñada pudiera pensar? Por primera vez desde que encaró hablar del tema se dio cuenta que quizás debería haber averiguado con los elfos de la casa si la bruja se encontraba o no su hogar y si estaba en sus habitaciones. Por la hora parecía lógico. Y hablando de hora ¿qué hora era? Porque a ella le podía parecer lógico pero por causa de sus viajecitos, sumados a los viajes a Sudamérica seguramente había posibilidades de que no solo su reloj biológico estuviera alterado.

@ Ada Camille Dumbledore

Casilla 3

Puso los ojos en blanco pero decidió hacer caso a las palabras de que en el fondo eran familia pero sobre todo amigos, o sea, la familia que uno elige para estar. Escuchó cada palabra y por fin decidió ir aceptar que estaban juntos y al menos Malum en su instinto maternal o de protección o simplemente el de su ser. Cómo fuere, ella, ya fuera sola o por sugerencia del pelirrojo que seguía junto a ellos lograron avanzar.

–Por Merlín, hemos podido avanzar sin que ocurriera nada negativo, podríamos seguir así –miró hacía el pelirrojo quién le sonrió asintiendo cómo prometiendo que de ahora en más las cosas saldrían más positivas de lo que habían venido saliendo en los dos reinos o mazmorra artificial anterior.

Darla se dio cuenta que hacia rato tenía aún el antifaz de encaje puesto como una vincha, se lo quitó y guardó en su bolso de piel de moke, de allí mismo tomó un elástico forrado en terciopelo negro y se hizo un recogido con sus rizos, los cabellos caían delicadamente sobre su espalda, aunque un par de rizos aún enmarcaban su pálido rostro. Por primera vez en mucho tiempo la vampiresa se sintió un poco más relajada, aún a pesar de encontrarse con aquella zona de guerra que daba la impresión el lugar destruido al que habían ido a parar.

 Lo óptimo, pensaba la Potter Black, sería poder disfrutar de un trago y unos bocadillos, claro que los que ella estaba deseando no eran precisamente los más adecuados para el resto del grupo, tal vez para Luna. Aunque la bruja le recordaba a los Cullen, lo cual no era malo, pero tampoco era algo que ella supiera con certeza. Su mirada castaña pasó por el variopinto grupo y supo que su primer pensamiento era real, podía sentirse amiga y familia de la mayoría de ellos.

Sin poder evitarlo la bruja comenzó a tararear por lo bajo una canción, una cuya letra decía más o menos así: un amigo es una luz, brillando en la oscuridad.