Ashley Peverell

Atum Fadil había recibido aquel pergamino aquel día y compartía mirada con los otros tres jefes de su departamento, dos hombres y una mujer de intensa mirada verde que parecían compartir con él ese mismo pensamiento de que aquello sonaba a una locura pero al mismo tiempo, era algo que parecía que habían estado esperando desde que comenzaran las hostilidades en todos los países y que ellos hubieran permanecido en silencio mientras intentaban dedicarse a sus propios trabajos sin intervenir y sin dar más opinión de la requerida en medio de tantos asuntos problemáticos que no tenían que ver con Accidentes Mágicos. Y el haber recibido aquella invitación les dió una gran esperanza porque significaba que no todos en ese mundo mágico ya estaban siendo arrastrados por la contaminación del odio y que todavía había personas que como muchos de ellos deseaban prosperidad y bienestar entre sus países sin importar lo que los líderes directos dijesen. El director de Accidentes en Egipto había dado su discreta aprobación. Y como el viento de Ra que los protegía los cuatro personajes utilizaron sus poderes de animagia para poder viajar hacia las tierras inglesas, las tierras nórdicas donde sus dioses sentían que el paraíso no era nada más que peleas eternas, algo bastante apropiado si pensaba que justamente Inglaterra era el país con más guerras en el mundo mágico, algo que no le traía satisfacción al hombre de piel dorada pero se sentía contento de saber que no todos los humanos como ellos eran iguales de cerrados para pensar que todo lo resolverían encerrando personas o matándolas. Los departamentos de Accidentes a nivel mundial siempre tenían un código con el cuál, se volvían una familia unida y se recibían sin importar de donde viniesen o a dónde fuesen y nada de eso había cambiado con los años. Y fué una niña encantadora la que los recibió por una entrada secreta, para guiarlos hasta que pudieron encontrarse en una habitación que parecía que había sido abandonada hacía poco, como si las remodelaciones estuvieran incompletas pero la sonrisa acudió a la boca del alto hombre egipcio al ver a sus homólogos español y búlgaro, significaba que la amistad de sus departamentos seguía tan firme como siempre. -Que la calidez de Ra esté con ustedes Saludó el director Fadil a Martinez y a Lazar y luego miró a la mujer pelirroja que los estaba recibiendo y guiando y luego miró al hombre moreno que parecía estar también con todos. -¡Ah! Babilá. Lo recuerdo de un pasado no muy lejano, me alegra ver que él también se encuentra bien

Ya estaba bastante preocupada y angustiada por el hecho de que tenía que estar en medio de aquella lluvia y de aquellas nubes negras, parecía que todo el mundo a su alrededor estaba roto y estaba cayendo por encima de su cabeza, como si estuvieran combatiendo contra la furia y el odio de la naturaleza aunque ella siempre la había amado y entendía que no podía controlarla a su antojo, la naturaleza esa libre y poderosa y por eso era que tenían que respetarla todo el tiempo. Había querido acompañar a las chicas para ver si podían hacer algo al respecto de poner todos esos negocios de Hayame como quería pero no había esperado que ese viaje las llevara justamente a las profundidades de un bosque donde apenas y se podían abrazar la una a la otra sin terminar empapadas todavía más de lo que ya estaban. ¿Así era como terminarían su aventura cuando apenas la acababan de empezar? ¿Acaso morirían ahogadas en el agua de lluvia o ahogadas en el blando lodo que empezaba a formarse justamente debajo de sus pies y que las estaba intentando arrastrar hasta el suelo, donde no podrían escapar porque las atraparía para siempre sin que nadie pudiera encontrarlas otra vez? ¿ese era su destino?

-No creo que esto se trate del dinero Empezó a decir la preciosa rubia con un gesto pensativo al tiempo que se acomodaba de mejor manera encima del sillón que había aparecido y extendía una mano para tratar de alcanzar una de las galletas que el elfo ya había terminado de hacer pero no podía extenderse mucho así que de última instancia tomó la varita y la agitó suavemente para que esta vez un par de galletas flotaran con cuidado hasta un platito pequeño cercano de la vajilla de la Snape y entonces el platito se acercó hacia la chica de ropas rosas y naranjas porque no quería ensuciar la mesa al pobre elfo, ya era bastante molesto que las personas no tuvieran la limpieza necesaria para respetar lo que hacian los demás. Le gustaba el aroma que estaban dejando salir las galletas y sonrió un poco olvidándose de que Hayame se había encerrado en el piso de abajo con sus cosas y que quizás estaba jugando con cosas oscuras y malévolas, en esos momentos estaba disfrutando mucho de pasar su tiempo con la familia en la cocina. -Yo creo que es que todos se sienten incómodos dentro del Ministerio y por eso ya no quieren ir, sienten que van a ser vigilados o que ya no tienen muchas cosas que hacer y por eso mejor no van Se explicó y se encogió de hombros para luego agarrar una galleta y darle una pequeña mordida que disfrutó muchísimo.

Mientras tanto en el ministerio de magia en Londres, la bruja estaba con la varita en alto tirando de un lado a otro a todos aquellos osos que sencillamente se lanzaban a por su cuello y por cualquier manera con la que pudieran reducirla porque se imaginaba que la sentían que estaría muy debilitada a causa de su enfermedad pero estaban bastante tontitos, por ser una chica enferma no significaba que tuviera menos poder, quizás si estaba algo comprometida su magia pero no por eso ella iba a esforzarse menos que nunca en hacer lo que tuviera así que en un amplio movimiento al menos quince osos salieron volando desde el piso donde ella se encontraba hasta la parte inferior. Solo por ese tipo de cosas le gustaba que había zonas que estaban abiertas a las zonas inferiores aunque muchos de los pisos se contaban al revés y hacia las plantas bajas, nunca iba a entender ese sistema de numeración pero no era cosa de ella ni podía hacer nada al respecto, solo esperar a que algún día inventaran algún tipo de ladrillo invisible para que todos pudiesen trabajar en un edificio normal y con vistas y aire libre normal y no solo apariencias de hologramas mágicos. -¿Cómo se supone que nos vamos a librar de estos animales para siempre? uno de ellos intentó rociarme con una poción muy extraña y que me ha dado bastantes náuseas Se quejó con Sean y Perenela que habían estado ahí intentando hacer cosas que no debían de ser vistas por personas tan puras como ella.

La chica comenzó a gritar y a cubrirse debido a todos los vidrios que comenzaban a saltar por todas partes y se cubrió lo mejor posible con las manos y los brazos aunque las cortadas de vidrios comenzaban a ser bastante notorias y algunas incluso eran profundas pero ella prefería mantener la vida hasta que entonces recordó que tenía la varita y creó el mejor escudo que tenía, el más bonito y fuerte con un reflejo rosado que estaba inspirado en su alma y su corazón, ahora que lo pensaba la bondad que había también en la otra bruja estaba ayudando a fortalecer aquella fuerza y el poder demoniaco decayó lo suficiente para que dejaran de cortarle las heridas pero su sangre brotaba de todas maneras y ardía. -¿Porqué tenías que traer a ese demonio a este lugar? sabes que es peligroso ¿no te bastó lo que pasamos en la casa de Lisette para entender que con estos animales no se juega? La recriminó la hermosa funcionaria del ministerio aún con el escudo en alto por si acaso aquella criatura volvía a crecer y entonces causaba todavía más daño a ellos.

-Yo también quiero ayudar Hayame, no es justo que tú siempre eres la que se va a todas partes y no nos dejas nada a los demás, entiendo que la situación en el Ministerio en estos momentos es bastante grave y que hay cosas que igual no podemos hacer porque no tenemos tantos años como para comenzar a golpear a maldiciones a las personas y aunque normalmente estoy en contra de eso y mi moral me dicta que todos merecen una segunda oportunidad en estos instantes sé que hay gente que se merece el infierno y ese libro puede ser causa para que esas personas de alma impura solo hagan más daño a los inocentes y no podemos permitir eso, yo no puedo permitirlo así que exijo con mi derecho de empleada del ministerio al cuál siempre he hecho honor para que me dejes entrar en esta misión y aunque tengas que saltarte las órdenes de Sagitas para hacerlo. La niña estaba muy firme en su petición o más bien orden para que pudiera ayudar a su familia y aún con su enfermedad estaba dispuesta a ir a donde tuviera que hacerlo.

La bruja de alma pura finalmente los escuchaba y se acomodaba mejor aunque se sabía regañada por el elfo y por su hermana mayor también pero al mismo tiempo también estaba agradecida de que se preocuparan tanto por ella y por su salud cuando había tantas otras cosas por las cuáles preocuparse como los magos desaparecidos y atacados después de que se hubieran hecho las elecciones políticas y burocráticas en el país y cuando tantas personas habían alzado la voz porque estaban molestos no solo por elecciones hechas, elecciones no hechas pero todavía no entendía cómo su familia parecía volverse loca también con eso aunque parecía que el elfo estaba de acuerdo con ella en que aquella no era la mejor elección para tomar justo en aquellos instantes. -Si firmo con ustedes voy a hacerlo solo porque se me enseñó que la lealtad a la familia y a los amigos es primordial y fundamental en cualquier Gryffindor. Dijo la niña rubia comenzando a frotarse las manos con gesto nervioso y quizás incluso se veía más pálida de lo normal a causa de su enfermedad pero ella estaba decidida a quedarse al lado de todos ellos hasta las últimas consecuencias incluso si era asesinada o arrojada a una prisión para siempre.

-Yo creo que va a terminar siendo lo segundo nada más por la expresión que está poniendo me parece que no va a tener demasiadas fuerzas como para levantarse ni este mes ni en el que sigue, ya la conoces, no es del tipo que haga demasiadas fuerzas cuando sabe que le han dado una paliza por estar haciendo las cosas de manera incorrecta, a veces mi hermana mayor es todo un desastre y mira que lo estoy diciendo yo que se supone que soy la que no debería tener ni siquiera las energías para estar sentada en este sitio Comenzó a quejarse la Peverell al tiempo que se cruzaba de brazos por ver la manera en la que se movía su hermana mayor y con un movimiento certero y bien calculado de su brazo le arrojó el pequeño trapo con el que le estaba limpiando la frente y las heridas para que aquel trozo de tela se le aplastara en el rostro, quizás se sentía muy enferma como para hacer cualquier otra cosa pero tenía las suficientes energías como para hacer aquello aunque tuvo que resistir la tentación de reírse en la cara de su hermana, era la mejor oportunidad para burlarse de esta pero no quería hacerlo por el momento, tenían mayores preocupaciones como lo era el sacar a la pobre hechicera del campo de aquel lugar porque también podía ver que había sido arrastrada por aquella maligna explosión y los pobres elfos también estaban muy heridos. -Necesitamos ayudarlos a todos y llevarlos a casa o aun hospital, vamos hermana, ayúdame a llevarlos a todos a un hospital al menos y luego nos preocuparemos del departamento y el ministerio.

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥ Había pasado un tiempo desde que hubieran sacado a Lisette de la parte inferior de su casa a donde los demonios que existían en esta habían arrastrado a casi toda la familia al grado que habían tenido que presentar una gran batalla para salvar sus almas y toda su pureza de la maldad y la oscuridad existentes gracias a los dueños anteriores que no se habían detenido a pensar en las consecuencias que podía traer el que tuvieran relación con todo lo maligno y oscuro llevando a cabo diferentes rituales o eso era lo que habían creído pero ahora sabían que también tenían que hacer un ritual nuevo para Lisette y para que ella pudiese portarse como una buena heredera que mantuviese a raya toda la maldad y oscuridad por debajo de su mansión. Ella había estado muy cansada después de gastar todas sus energías de luz y pureza y estaba acostada en uno de los sillones del precioso salón, no quería meterse en más cosas malignas como los rituales que seguramente tenían planificados en aquel lugar. -¿Qué vamos a hacer ahora que se acerca halloween? les preguntó a los familiares que estaban en la casa de la muchacha aunque tampoco era como que esperaba una respuesta, todos debían de sentirse muy cansados y heridos también.

La bruja fué siguiendo a los demás hasta las cocinas donde el elfo les había ofrecido un poco de galletas mientras que intentaba disimular el hecho de que su hermana mayor seguramente estaba haciendo cosas ya bastante malas en el sótano, nunca iba a entender como la maldad y la oscuridad podían influenciar tanto en su hermana que se alejaba de una luz que la madre de ambas había intentado entremeter en el oscuro corazón de su hermana por un buen tiempo al grado que por unos instantes orgullosos había visto que la Snape les apoyaba en el grupo que la chica rubia deseaba pero al final las garras de todo lo vicioso se habían llevado de nuevo a la vampiro pelirroja, imaginaba que había cosas que jamás cambiarían dentro de ella pero la Peverell no quería perder las esperanzas todavía. -Seguramente está resucitando a los muertos, ya estamos en el mes de traer a la vida a todas las personas que hayan partido al otro mundo por más retorcido que suene eso Se quejó en cierta manera mientras que sacaba la varita y con dificultades transformaba una de las viejas sillas en un sillón de una plaza en colores rosados y apeluchados para poder dejarse caer en este y abrazarse a uno de los cojines con expresión encantadora.

La bruja emitió un quejido cuando pasaron aquellas cosas pero también agradecía la ayuda de su familia porque con la salud delicada que tenía en esos momentos no se sentía lo suficientemente bien como para que su magia fluyera de forma fluida o de manera adecuada a través de su varita así que al menos por ese lado se sentía un poco más tranquila de que podía estar bien con todo eso porque las otras dos hechiceras se estaban encargando de cambiar la ayuda que estaban dando de forma que lo único que la tuvo que preocupar en esos instantes fue lo de entrar directamente a su castillo después de atravesar el puente puerta de madera gigante que se cerró al paso una vez que las brujas ya estuvieron a salvo en su interior. Eso era algo que amaba de su castillo de ensueño, que parecía que siempre se cerraba para protegerlas en un abrazo cálido pero también recordó que iba siendo tiempo de adornarlo para la nueva fiesta de halloween que ya casi la tenían encima. -Muy bien hermanas, pasemos a Sagitas a una de las habitaciones de descanso y preparemos la fiesta para los poquitos que somos pero que la pasemos de manera muy divertida y quizá con algunos juegos ¿qué les parece? Les ofreció a las mujeres que estaban ahí con su mejor sonrisa considerando por supuesto lo mal que se sentía y que no iba a ser la misma de siempre.

La niña estuvo caminando con su hermana y la otra chica por los pasillos de aquel negocio mientras que veía como las luces traspasaban los cristales de las ventanas que se encontraban por uno de los arcos altos de aquel pasillo y que permitían la correcta iluminación del lugar hasta donde estaba la puerta de entrada a las cocinas donde normalmente los empleados de aquel negocio de abogados podían acudir si tenían hambre o necesitaban un café para despertarse y atender a sus clientes de la mejor manera y la más adecuada, a veces las personas parecían olvidar que ellos también eran humanos y que se tenían que levantar muy temprano para llegar a abrir el edificio y acomodar las sillas y todo el mobiliario para que ellos pudieran estar cómodos mientras eran atendidos de la forma más profesional por ellos. Se sentía un poco mareada así que pensó que el comer algo nutritivo y lo necesario para su cuerpo la ayudaría a poner mucha más atención y la haría sentir mejor, incluso su salud le exigía que pusiera de su parte aunque la mayoría del tiempo no tenía demasiada hambre pero su familia le decía que con más razón tenía que comer así que cuando entraron en la habitación buscó la silla más acolchada y se sentó en esta para luego apoyar la cabeza en la mesa entre los brazos. -Estoy muy cansada el día de hoy Les dijo a las dos chicas que estaban ahí sabiendo que ellas la iban a entender porque habían estado cuidándola todo el tiempo.

La pequeña bruja estaba andando por los pasillos del hospital esperando poder ver a todos sus pacientes y que estos se sintieran pronto mejor porque se suponía que para eso trabajaba, para estar segura de que todos los magos y brujas iban a tener una salud y una atención de calidad aunque también tenía que aceptar que ella misma no se había estado sintiendo nada bien y que no había querido ir a San Mungo así que estaba pensando en tomar una habitación en Santos Mangos para ella misma porque estaba harta de estar encerrada ya fuera en su casa, en la de su hermana o la de su cuñada y aunque tenía toda la compañía de Merlín que era un perrito muy feliz y que siempre movía su colita enroscada para ella no le gustaba quedarse sin ver nada más que las paredes y había prometido que visitaría a sus pacientes muy seguido. -Buenos días Lisette ¿tú pudiste descansar un poco? La saludó la bruja sonriéndole con aquella sonrisa de hermosas perlas blancas que siempre iluminaban hasta la más oscura de las habitaciones y combinaban con toda la belleza de su persona aunque también sabía que en esos momentos lucía bastante desmejorada pero ella iba a dar lo mejor de su persona hasta el último día de su vida.

La pequeña bruja abrió mucho los ojos cuando llegó aquella mañana a la taberna de su hermana después de haber sido obligada a estar encerrada en su habitación por tanto tiempo, ya necesitaba algo de aire y se sentía desesperada de ver las mismas paredes una y otra vez, se suponía que todas estaban juntas porque con todas las agresiones que la humanidad estaba dejando salir en contra de sus iguales ya fueran con poderes mágicos o no parecía que la familia se sentía en peligro constante y preferían que estuvieran todos juntos en un mismo sitio porque de esa manera en un grupo grande iba a ser más fácil para todos poder defenderse sin preocuparse en que fueran a superarlos en número o llevárselos cada uno por un lado. Pero entonces había llegado al negocio de su hermana mayor y lo primero que notaba era que las personas en el sitio se estaban arrojando maldiciones de un lado a otro mientras destruían las cosas que tanto dinero le habían costado a su hermana y a sus pobrecitos elfos. -¿Porqué se están peleando ahora? Les preguntó a los elfos mientras caminaba hacia la barra donde Lisette se escondía de manera poco apropiada para una señorita como ella.

LABORATORIO HERBOLOGÍA La bruja en esos momentos empezó a salir por una segunda puerta que estaba ubicada del otro lado del laboratorio y que había permanecido cerrada hasta aquellos momentos, no había sido necesario ni verla ni abrirla porque no hacía ruido, ahora que estaba enferma la Peverell estaba intentando ser lo más discreta posible incluso cuando Lisette le había ofrecido que la ayudara en sus investigaciones para las plantas durante la guerra porque sabía que la pobrecita rubia que se veía un poco menos luminosa que de costumbre, necesitaba trabajar en algo, a la pobre de Ashley no le gustaba quedarse quieta porque eso nada más era para los árboles y ella no era un árbol, era una de las mujeres más valientes que había dado la casa de Gryffindor en años. Y había detectado la presencia de su hermana mayor que en esos momentos parecía estar indecisa como siempre porque la pelirroja era una de esas hechiceras a las que les encantaba batirse en duelo con todo, incluso con una mesa de investigación si esta se estaba interponiendo en su camino pero esperaba que esos temblores fueran por cualquier cosa excepto por las tonterías que hiciera su hermana y que por lo normal siempre traían consecuencias de las que ninguna estaba muy dispuesta a pagar precisamente, sobre todo cuando esas consecuencias muchas veces podían estar con vida y querrían devorarlas, así como esos feos demonios gigantes que vivían en las profundidades subterráneas de la casa de Lisette. -Se siente un aura muy maligna en el exterior, definitivamente no debemos de salir de esta habitación aunque detecto maldad en tu mascota también, hermana Dictaminó la hermosa rubia parpadeando sus enormes pestañas de cervatillo mientras miraba al extraño animalejo que se escondía debajo de una mesa, como si pudiera contener toda su maldad en esos momentos tan solo mirándola con ese odio monumental que no cabía en ese pequeño cuerpo de lagartija negra.

La bruja entró de repente en aquella cocina de la casa de una de sus hermanas mayores, había estado sintiendo que todas las personas se estaban juntando en la cocina que como todo mundo sabía de todas maneras, era el corazón de la casa y esta siempre se dedicaba para que las personas ahí pudieran platicar o intercambiar opiniones sin importar la hora del día y parecía que realmente la familia estaba aprovechando para eso aunque por las caras que estaban poniendo no todos estaban precisamente contentos por estar reunidos en ese sitio y eso preocupó a la Peverell que había hecho un esfuerzo sobre-humano y digno de la persona que ella se consideraba para poder estar con ellos aunque fuera por unos momentos. Una de sus elfinas lo más rápido que pudo le acercó no una silla de madera dura, no, un sillón individual muy acojinado y mullido para que su ama estuviera cómoda incluso en su condición de salud y que pudiera escucharlos a todos sin que sus dolores la influyesen porque sabían que lo que la aquejaba podía tumbarla pero no era lo que la hermosa rubia quería representar y por eso, se estiró un poco y comenzó a ver todo lo que había encima de la mesa, era evidente que Tamarindo había estado comiendo hacía unas cuántas horas en aquel lugar, podía notar las migas pero al mismo tiempo también podía ver que todos estaban reunidos alrededor de varios pergaminos como si estos fueran parte de un contrato muy importante. -Xell, tu aura ha cambiado Dijo con mucha preocupación Ashley mientras miraba a la pobrecita de su sobrina que parecía a punto de estallar por lo que fuera que estuviera lastimándola por dentro, ella hubiera dado todo lo que tenía y hasta más si ella supiera que todo eso podría ayudar a la pobre de Xell que lo necesitaba más que nade.

-¿Así que ustedes saben algo de lo que está pasando aquí? La bruja tenía puesto en esos momentos una ropa muy cuidada, mas bien como una bata de dormir que se intentaba cambiar al menos tres veces al día con la ayuda de sus elfinas que no la dejaban en ningún momento porque sabían que en esos momentos la pobrecita estaba demasiado delicada de salud como para incluso cambiarse de ropa ella sola pero todos sabían que la Peverell estaba haciendo sus mejores esfuerzos para salir adelante, ella era Gryffindor y como todos ellos ella era valiente incluso en las peores situaciones donde su salud estaba comprometida y sabía que en esos momentos su familia necesitaba de toda la ayuda posible porque parecía que lo que tenían entre manos era un caso muy delicado donde los estaban involucrando a todos lo quisieran o no. Y desde que el departamento de Accidentes se había desintegrado parecía que todos estaban viviendo en las casas de las familias, en todas las casas para permanecer juntos y siempre unidos como era el ejemplo digno y honorable de todos los que se considerasen hechiceros de buena moral, el poder no solamente residía en las venas que alimentaban sus varitas sino también en el alma que destilaban entre todos juntos, siendo por eso de los amigos y familias más fuertes que había y la rubia estaba muy orgullosa de formar parte de ellos también y de que le dieran su espacio. Se dejó caer en un sillón y se abrazó a una almohada que estaba mucho más fresca que su cara y pareció que se iba a quedar dormida pero en lugar de eso se quedó mirando a Sagitas como si todas las respuestas del universo estuvieran en ella y solamente en ella. -¿Es muy grave lo que está pasando?

-Hermana, sé que yo estaba muy lejos y no me he sentido bien pero eso no es motivo para que te mates de esta manera tan ridícula La preciosa bruja, muy pálida y cada vez más delgada no estaba pensando en el delicado estado de salud que la aquejaba, ella pensaba en ayudar a pesar de todo y de su condición y por eso aunque estaban en plena calle o algo ocultas para que los muggles no las vieran del todo y entonces pudieran relacionarlas de alguna manera con el estallido, se había sentado en el piso aunque se estaba ensuciando el vestido que se había cambiado por uno muggle y de tela muchísimo más tosca pero es que se suponía que tenían que estar disfrazados y ella también a pesar de todo aunque sentía que las telas de ese vestido estaban demasiado calientes para su gusto ya no importaba, lo primero era limpiarle toda la sangre de la cara a su hermana. Le tocó la frente con los dedos como si estuviera tratando de percibir si su hermana estaba presentando un poco de fiebre, las infecciones podían pasarse de manera muy sencilla tan solo por unas cuántas cortadas y aquellos mercados de Londres tenían muy mala fama de atraer a todo tipo de animales que a veces también podían estar muy contaminados y la Peverell quería evitarle un disgusto a su hermana, solo faltaba que le salieran gusanos de las heridas. -¿Cómo te sientes? Le preguntó la hermosa rubia que a pesar de su debilidad y delgadez seguía siendo grandemente hermosa para todo ojo que la viera

La hermosa bruja había estado en casa de su hermana, demasiado enferma y demasiado débil para reaccionar adecuadamente a las cosas que debería pero no tenía muchas opciones y comenzaba a quedarse sin tiempo, podía sentir como el único elfo que se había quedado con ella se le quedaba viendo como si se preguntara si en algún momento la Peverell se fuera a mover y fuera a alcanzar a Hayame y a Lisette en casa de su hermana mayor Sagitas, seguramente en aquellos instantes toda la familia ya se encontraba reunida y hablando acerca de lo que harían a continuación pero ella seguía sentada en los escalones de piedra del sótano de la casa de su hermana, demasiado pequeña, enferma y asustada como para reaccionar todavía Su perro Merlín se acercó al aura acongojada y sufriente de la pobre bruja rubia que cerró los ojos y se abrazó las piernas en un intento leve por tomar fuerzas y entonces, respiró profundo y asintió ella sola, acariciando la cabeza de su perro que le dió unos cuantos ladridos de apoyo para que finalmente la rubia tuviera la entereza y el valor de los Gryffindor que orgullosamente representaba para hacerle frente a su malestar y encaminarse también a donde seguramente todos los demás la esperaban -Muy bien, ¡vamos Merlín! no podemos perdernos de la reunión con la familia, ya deben de estar muy preocupados por nosotros Dijo la hermosa niña parpadeando muy lentamente pero no por eso dejando de sonreírle a su perro y sosteniéndose como mejor podía de las paredes de piedra donde sus delicados y delgados dedos apenas y podían tomar las rocas con cuidado, comenzó a subir las escaleras con la intención de finalmente poderse ir a la casa de su hermana Sagitas y quizás ahí también sería atendida adecuadamente.

La niña se sentía lo suficientemente enferma como para no tener demasiadas ganas de discutir, estaba un poco deprimida porque su cabello de oro que por lo general tenía la fuerza de los rayos del sol en aquellos momentos se encontraba bastante mustio y triste, tanto como la salud de la chica que estaba segura que también era un reflejo de los poderes oscuros que estaban haciendo mella en la felicidad, la pureza y la bondad de todos los que vivían en aquel pueblo porque si había algo que la Peverell tenía en claro, era que toda la magia poderosa de los hechiceros era un reflejo del orden normal de la naturaleza que los rodeaba y los hacía un conjunto de seres vivos. Un ambiente controlado, una rama y el abrazo de la madre naturaleza que les regalaba de sus bondades para que ellos con sus hermosos poderes los compartieran con el resto del mundo. Pero ahora tenían en el gobierno a un hombre contaminado, a un ente de la maldad y seguidor de la oscuridad que reflejaba el lado más frío y cruel de los humanos y que con esa aura que ya poseía les estaba guiando a la perdición incluso antes de que él supiera lo que estaban haciendo sus poderes o quizás sí lo sabía y por eso se sentía tan satisfecho, porque guiaba a las personas al borde del precipicio con esa oscuridad que se lo devoraba todo sin dejar esperanza alguna -¿Deberíamos de acompañarlas? Cuestionó la pequeña niña, pasándose de forma encantadora un dedo por debajo de la nariz antes de ver como su perrito pug salía corriendo del cuarto y comenzaba a ladrar escaleras abajo.

Muy buenas noches, me gustaría pasar a hacer algunas compras ya que creo que podrían caber muy bien dentro de mi hogar, ahora que ha sido acomodado y ahora que tengo mi bóveda trastero también. ¡Gracias! ID: 40089 Nick (con link a la ficha): Ashley Peverell Link a la Bóveda Trastero: Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Gringotts Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Fecha: 2019-08-28 Objeto: Catalejo Puntos: 10 Precio: 500 Objeto: Ajedrez Mágico Puntos: 10 Precio: 500 Total de puntos: 20 Total de Galeones: 1000

Muy buenas noches, me gustaría pasar a hacer algunas compras ya que creo que podrían caber muy bien dentro de mi hogar, ahora que ha sido acomodado y ahora que tengo mi bóveda trastero también. ¡Gracias! ID: 40089 Nick (con link a la ficha): Ashley Peverell Link a la Bóveda Trastero: (en caso de poseerla): Bóveda Trastero Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda de Gringotts Link al Premio obtenido (en caso de gala/concurso): --- Nivel Mágico: III Fecha: 2019-08-28 Criatura: Micropuff Puntos: 10 Precio: 500 Total de puntos: 10 Total de Galeones: 500

La bruja había salido de la habitación donde había estado con Lisette que la había estado cuidando en esos días ya que había estado muy enferma y por lo tanto no había podido estar tan sola por su cuenta como solía estarlo normalmente, así que la amable chica se había ofrecido a estar con ella y como la familia tenía que estar toda junta, se la habían llevado a la casita Snape, normalmente la niña no hubiera aceptado aquello porque no solían gustarle las casas pequeñas y donde no pudiese explayarse cómodamente además de que las camas no eran ni siquiera un poquito cómodas, todas eran viejas e iguales y comenzaba a creer que su hermana solo había duplicado todos los viejos muebles del profesor, así que prácticamente todos los visitantes y la familia que tenía habitación en el sitio, dormían en la cama del profesor. La hermosa brujita que en esos momentos no tenía su aura de ángel de siempre debido a su enfermedad, dejó escapar un suspiro muy pesado y se talló los ojos -Ah Lisette, no sabría decirte honestamente porque siempre le gusta meterse en problemas y no vamos a poderla sacar toda la vida de ellos porque no somos su mamá Dijo la chiquilla y pareció que tenía bastante sueño porque volvió a tallarse los ojos hasta que las voces que venían desde el piso inferior la hicieron soltar un pequeño quejido, que sonaba con la ternura de una pequeña a la que las personas siempre terminan queriendo abrazar de lo dulces que son. -Y ahí va, está gritando otra vez, no sé como la dejan hacer eso

La hermosa bruja rubia llegó a la casa de su hermana también, con un gesto serio que no era normal en ella y con un vestido que mezclaba los grises claros y el blanco, así como portando un moño de color negro, uno pensaría que la niña estaría de luto aunque no estaba amarrando su cabello de forma más señorial sino que lo estaba dejando tan suelto y largo como siempre pero de todas maneras sus expresiones solo indicaban que algo muy serio estaba pasando y que ese tipo de cosas no la estaban dejando dormir pero hasta eso, la bruja no estaba pensando en sus sueños de belleza o lo que la falta de sueño le haría a su piel, había cosas más importantes en ese momento que requerían su atención y que de repente incluso estaban por encima de su trabajo en el Ministerio de Magia, algo que ya en su vida tenía una alta prioridad. El perrito que ahora comenzaba a llevar con ella también sentía que la preciosa niña de angelical mirada usualmente, tez blanca y aura de pureza infinita estaba algo distante y extraña, por lo que la seguía a pasos de saltito a un lado, con la pequeña y rosada lenguita de fuera pero sin hacer sus habituales ruiditos de alegría, hasta el pequeño pug sabía que algo extraño y muy serio estaba pasando así que solo caminaba firme y con la colita muy en alto al lado de su dueña mientras esta llegaba a los grandes terrenos de la familia Snape y un momento después cuando su ama abriese la puerta de la casa de su hermana para pasar sin dar aviso, cosa que también era muy diferente ya que la educación en la Peverell era soberbia y siempre se enorgullecía de actuar de forma correcta y en esto estaba por supuesto, nunca entrar a una casa sin llamar primero a la puerta y esperar a que le diesen permiso de entrada. Pero como era la casa de su hermana y había cosas más importantes por atender en esta ocasión prefirió no esperar según lo que le indicaban los sentidos así que ingresó, cerró bien la puerta con llave para evitar la entrada de intrusos y se dirigió al sótano donde ya sabía que estaban encerradas las otras brujas, bajando con cuidado los escalones de piedra y dándole un vistazo molesto al cuadro en blanco, cómo lo detestaba pero ella no podía hacer nada para quemar esa horrenda cosa, así que después de ver a las mujeres por largos momentos, finalmente su suave voz se dejó escuchar aunque esta vez era algo baja y grave a pesar de seguir siendo hermosa y suave. -¿Entonces ha sucedido algo que pudiera ser malo para nosotras? Les preguntó a las dos mujeres que estaban ahí.

Porque es un ejemplo acerca de ser neutral, porque desde que le conozco ha estado ahí para apoyar y para dar consejo o incluso para llamar la atención de ser necesario, porque tiene la capacidad de decir NO incluso a sus amigos siendo objetivo y poniendo en balance todas las cosas, porque tiene la experiencia para saber cómo son las cosas y lo que se necesita y porque sé que sin distinción de lados él va a estar seguro de estar viendo que se mantenga la paz, no solo por los bandos sino para todos los jugadores en general y porque apoyo cuando han dicho y coincido con que sabe que no somos solamente un usuario más que no sirve dentro del juego, quiero proponer a Matt Blackner. Mucha suerte en los votos y espero poderte ver pronto como la persona objetiva y neutra entre los dos lados ♥