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Orión Yaxley

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Todo lo publicado por Orión Yaxley

  1. Su hermana era vampira. Con todo lo que ello traía consigo. Los colmillos. La palidez. El disgusto ante el sol. El carácter… Pero bueno. Era su hermana menor después de todo. Lo bueno es que había vuelto a la Marca y eso significaba que no saldría corriendo ante un desafío. Sobre todo por su pasado como Ángel Caído, de su calaña, que ansiaban siempre la sangre de su adversario. Juntos habían quemado miles de mansiones en su época. Y era hora de desempolvar un poco las varitas. Por eso Orión se encontraba ahí, tomando un poco de licor en un vaso de dudosa limpieza. Dándole ocasionadas veces un par de secas al cigarrillo que estaba encima de la mesa. Un bar punk del bajo Londres fue el elegido en la ocasión. Lo había visitado reiteradas veces cuando tenía ganas de meterse en una buena pelea callejera. De esa manera se mantenía en forma y se desquitaba un poco de las burocracias infernales del Ministerio. Llevaba unos jeans fit, con una campera de cuero llena de parches anti sistema. Había una de S.P.R.E.W., diferentes banderas sobre las diversas luchas de género, también de partidos verdes muggles británicos. En fin. Muchas cosas de izquierda. Porque el tipo era así de loco. Pero atrás de todo, tenía sobre los hombros dos grandes cuernos que terminaban de adornar la prenda. Si su cara de desquiciado no fuese tan evidente, cualquiera lo confundiría con un wannabe hípster. Su varita gris estaba encima de la mesa, con si distintivo mango pesado. Estaba tan cómodo porque obviamente no había nadie. Los había echado a todos. Quería que los que frecuentaban el lugar siguieran vivos, para luego golpearlos claro. Le dio otro trago a su bebida. Tenía los azules ojos clavados en la puerta. Se levantó, moviendo su cabeza para que los cabellos que caían sobre su frente no lo molestaran. El azul seguía presente. Le gustaba ese estilo en su melena. Cobre con azul. Para nada copiado de Ravenclaw, obvio. Terminó el cigarrillo, lo tiró al suelo y lo pisó con sus botas negras. Hizo una mueca y apuntó con la varita hacia la entrada. Presentía su llegada. Había una distancia de unos diez metros. Él estaba por delante de la barra. Las mesas seguían ahí. Las estanterías con diversas botellas también. Todo iluminado por un bombillo naranja que colgaba del techo sólo con un portalámparas a punto de quebrarse. El ruido de la puerta alertó a Orión. - Sectusempra. Anunció con simpleza y moviendo su varita cual látigo salió un hechizo escarlata que tenía como objetivo abrirle múltiples heridas a la Base. - ¡Querida! Haremos las cosas más interesantes. Si gano, te exorcizo.
  2. Lanzó una carcajada con eso de la aguja. - Bueno, está decidido. Mañana vamos a empezar a hacer la promoción. Lu podría encargarse de los puestos de comida y de nivelar el terreno con los albañiles. Yo puedo ayudarte con la montaña rusa para cuando vengan los técnicos. Terminó de hablar y se alimentó un poco mucho, zampándose como cuatro piezas del gran plato que había preparado. Tenía que alimentar su metro ochenta y algo de alguna manera. Puso sus codos sobre la mesa y miró hacia la puerta. Todo había quedado medianamente limpio y eso también le había levantado el apetito. La carta que había recibido se encontraba en una de las mesadas de la caravana. Supuso que necesitaría un lugar decente para reunirse con gente importante. Si eran propietarios ahora podrían tener esas típicas reuniones con importantes inversores o estrellas de la farándula todo con el fin de hacer crecer el lugar. Esa caravana sería un inicio por lo menos. - Dijiste que probaste la atracción con un oso felpa ¿no? Gatiux asintió. - ¿Qué les parece si hacemos una pequeña prueba con algún voluntario del público? Levantó una ceja y miró cómplice. Claro que lo decía en serio. Pero no tanto. No le gustaba que Luisitha viera su lado más oscuro y sangriento. Gatiux ya lo conocía, es decir, fue ella la que le entregó su katana como Ángel Caído después de todo. Es algo que vengo hablando hace bastante tiempo. Sin la presencia de Fernando, alguien en la Black tenía que ponerse los pantalones con sus hermanas. Por poco y no sincronizaban su calendario femenino. Se robó la última pieza. Se levantó rápidamente quitándose el delantal que seguía teniendo, mostrando el cuerpo trabajado por los últimos movimientos mortífagos. Las misiones eran cada vez más simples, o el Mago Oscuro se estaba acostumbrando demasiado rápido a la vida de bando. Salió de un salto y miró para los dos costados. El lugar era tan oscuro como boca de lobo. Las luminarias eran inexistentes, siendo una débil luz en la caravana la que se intentaba imponer, con una hermana a lo lejos, en la entrada del territorio. Estaban las luces del carrito de la montaña. Bueno, luz, la otra estaba quebrada. - Vamos despacio. Una vez ahí veremos qué hacer.
  3. en vistas de que tengo muy poco tiempo para cambiar el nick, ID de usuario: 46902 Nick Actual: Orión Black Nick Nuevo: Orión Yaxley Premio obtenido: Mejor Té c: gracias!
  4. Gatiux Ficha - Bóveda Orión Yaxley Ficha - Bóveda Yaxley La noble y salvaje libertad. En la presente, comenzaremos a retratar la historia de una familia particular. Pertenecientes a los sagrados 28, se caracterizó por ser de esas de antología de sangre pura, con todos los clichés. No tan ricas, pero con el suficiente dinero para tener un par de propiedades por el Reino Unido; como dirían ellos not too sabby. Su lema noble y salvaje libertad tiene, claramente, tres puntos importantes. El primero, noble, para el momento significaba una condición que marcaba la diferencia. El segundo, salvaje, porque eran bestias, indómitos como ellos solos, rebeldes con causa. Por último, libertad, porque se mostraban así, libres, los Yaxley se consideran a sí mismos como emancipados de todo. La familia había perdido prestigio y reconocimiento con la caída de Corban Yaxley, conocido mortífago. Sin embargo, es de mente cerrada reconocer que sólo existe un plano en esta historia. Resulta que un buen día, un funcionario del Ministerio visitó Magic Land mientras que nosotros, los nuevos dueños intentábamos ordenar el desastre de terreno. Nos había entregado una carta, un testamento que nos dejaba un terreno en las cercanías de Ottery con una construcción antigua de la Yaxley. La historia, entonces, es un libro en blanco. Porque entre todos nosotros, no podemos llenar ni cinco líneas sobre la familia. Después de todo, somos una pequeña parte, que resultó beneficiada por una herencia. Con la nuestra suerte, podemos conseguir algo más sustentable: registros, álbumes, cartas, lo que sea. Pero, lo siento mí querido lector, se lo debo para la próxima. Algún Yaxley antiguo Luisitha Black M. Orión Yaxley Fernando Black Orión Yaxley - Luisitha Black M. Orión - Gatiux (pareja) Nathaniel (primo lejano de Orión) Orión - Gatiux Near - Evedhiel Kya D. Black Yaxley Orión Aaron Black Lestrange Aziid Black T. Gatiux Aleera Lux Evanik Malfoy Luisitha Maida I. Yaxley ¿Qué buscamos en un Yaxley? No sabemos. Seguridad suficiente para pedir ayuda puede ser un buen inicio. La nobleza en el espíritu y el salvajismo en los métodos para afrontar la temida libertad. Pensar-sé indómito. Buscamos la chispa de creatividad, que inicie el fuego de la acción, y que queden las cenizas de la reflexión. Que consuman todo y nada. Que les guste correr. Nadar. Aquellos que no sepan todo, pero quieran llegar, en definitiva, a un lugar mejor. El ciervo y la magia oscura No son los símbolos los que nos terminan definiendo, sino, lo que hacemos con ellos. Porque los resignificamos constantemente. Porque vemos en ellos algo vivo, que se relaciona con nosotros y cambia, de ahí, todo. La magia oscura es sólo diferente a la blanca. No es ni buena, ni mala. Ni mejor, ni peor. Es carne. Piel. Es hueso. Cuerno filoso. Son patas fuertes. Cuerpo robusto. Te ataca por detrás, por delante. Por donde sea, pero lo hace. Y espero, realmente, que estés preparado. - Servicios Ministeriales: Red Flú: - Hechizo Anti-aparición: - Mascotas Familiares: - Objetos Familiares: - Elfos Domésticos: Por alguna extraña razón no pueden entrar a la casa. Links de interés: Bóveda N° 109997 Familia Yaxley Actual Manor Los Yaxley somos un conjunto de roleros que buscamos un lugar donde poder intercambiar, entrelazar y de esa manera crear, nuevas historias y tramas entre nuestros personajes. Entre todos hacemos la familia. ¡Nos encantaría tenerte en la familia! Nos gustaría que respondas un par de preguntas para conocerte mejor. A partir de ahí, algún miembro de la familia pasará a adoptarte. Nick: ¿Qué es lo que más te gusta de tu personaje? (¡yeah!) ¿Estás preparado para ser un Yaxley? (nadie lo está, realmente) ¿Estás teniendo un lindo día hoy? (¿Si? Genial! ¿No? Te lo mejoramos c:)
  5. - ¿Lobo? Me creo lo de viejo pero no llegas ni a cachorro. - Si yo fuera vos, guardaría la saliva. Miró con una cara de confusión toda la situación ¿De verdad intentaría ir en contra del Séneca? Porque ese tipo de magia negra era bastante directa. Se te secaba la garganta y ya. Sin verbales por otros dos turnos más. Las próximas palabras de Mery fueron sonidos guturales secos, de los que pudo traducir cosas sobre respeto y jamás. Contundente la pequeña. De ahí entendió las ganas de ir romper con los esquemas. Había movido la varita, pero nada. No había pasado nada. Suspiró, mientras se apoyaba en el gran confesionario. Tendría que adelantarse a su segundo hechizo. Pensó… ¡Eso! Si le cortaba los pies, no podría correr. Y en este caso… - Anular Necrohands. Apuntó hacia ella y la misma vibró junto con la de su contrincante, a una misma sintonía. El pacto estaba sellado. No habrá necrohands. Y sonrió ante la expresión perpleja de ella al ver que luego de su conjuro, nuevamente nada había salido. El mismo entrecerró el ceño y miró fijamente a la joven con su capa gaseosa. - Si querías invocar unas necrohands, creo que no vas a poder hasta que acabemos el duelo –levantó los hombros. Así, le había intercalado su efecto de anular antes de la invocación de la nigromante. Finalmente, movió la varita. - Absorvere –susurró, apuntando al pecho de Mery. Escuchó un fuerte Crack proviniendo del pecho de ella. El esternón y las costillas bajas se cedieron ante la magia negra. La unión de la caja torácica se veía en peligro y no era muy recomendable tener pulmones astillados. Más aun, carne pútrida en el pecho, con el corazón tan cerca ¡Qué peligro!
  6. Hola! Ahora que tengo certificada la habilidad, me voy a postular a ver qué onda c: Nick: Orión Black Conocimiento que quiere dar: Runas Antiguas Motivo: Para mi personaje, las materias de Adivinación, Astronomía y Runas Antiguas siempre fueron fuertes pilares. Orión siempre se destacó en este tipo de movimientos mágicos, sobre todo los que tengan que ver con las predicciones o lectura de otros tipos de lenguajes que no sean los convencionales. He tenido mucho contacto con las runas. En la última clase tuve la suerte de poder aportar mucho a la clase en general y la verdad es que estuvo genial la experiencia. Además, cuento con las capacidades organizativas, creativas y pedagógicas para desempeñar bien el cargo de profesor y entregar siempre una propuesta diferente para cada clase Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: Pues... Varias. No tengo un CV cerrado, fui AC en la Marca Tenebrosa, Mode de Sala, jefe de diversos escuadrones. Actualmente tengo el rango Mago Oscuro, doy tutorías de rol y proceso creativo dentro de mi bando, trabajo mucho con neutrales. Soy parte del Depto de Misterios hace tiempo, con actividad constante en los últimos meses. Estado del plan de estudio: Enviado Que tengan lindo lunes!
  7. Fue un chispazo el que se dio para que ellos desaparecieran del lugar. Típico. Te decían de ir a un lugar y terminabas en otro diferente. Ahora se encontraban como en un salón arruinado y antiguo. Seguramente necesitaba una mano. Una escoba. Una limpieza. Pero ya qué. Lo más probable es que se tratara de un coliseo o campo de batalla. Los pilares griegos lo delataban. Pero la ubicación era un tanto extraña. Un salón, separado, o puesto en vaya a saber Dios dónde. Por eso Orión fue y se sentó en una de las rocas que estaban cerca de dónde apareció. Suspiró, al ver todas las complicaciones que habría para poder terminar efectivamente la clase del libro. No entendió como no pudo adivinarlo. Un duelo. Siempre todo tenía que terminar en un duelo. Sobre todo con gente con la que no quería entrar en combate. Porque se reconocía y no quería terminar lanzando magia oscura a alguien porque sí. Extendió sus labios a un lado, cuando vio que no le iba a tocar con Gatiux. Miró a Catherine. Era la muchacha a la que se había referido cuando ofreció su ayuda y las pociones de su pareja. Se acomodó los cabellos. Con la remera se quitó el sudor y el polvo que le había quedado de la anterior travesía. Estaba cansado. Quería relajar los muslos en una enorme tina caliente que no tenía y que probablemente le usurparía a Gatiux en la Mansión Malfoy. Obvio, tras pasar los fantasmas y cosas así que presentaban problemas en el lugar. Sintió una punzada y vio como sus pantalones comenzaban a teñirse de rojo en su muslo izquierdo, un poco más debajo de la entrepierna. Bufó, ¿acaso no venían protectores diarios para esos casos? Eran preguntas que si uno quería conservar una decencia social eran mejor no hacerlas en voz alta. Sacó su varita. Y mirando hacia Catherine con pena apuntó a la herida y pensó en un Episkey. De esa forma, la misma cerró al instante. - Pe-perdón por lo de recién –dijo, mientras se levantaba del pilar y se posicionaba a unos diez metros de ella-. No tengo muchas ganas de hacer esto. Pero bueno. Es tu turno… Intentó ponerse en posición. Ya estaba viejo para estas cosas. - Mi nombre es Orión. Disculpa, ¿el tuyo? Por cierto, ¿estás mejor del ataque anterior?
  8. - Oh, diablos. Fue su simple reacción. Hasta el momento todo venía saliendo mal. La banshee engendro de la muerte se había denegado al trabajo. Un gordo sucio misógino machista opresor había acosado sexualmente a dos de sus jefas y con poco aspecto higiénico profesional. Si seguimos contando, la única atracción era letal. Intentó suspirar pero ya ni le salía. Estaba completamente agotado por el trabajo de ese día. Ya se había puesto el sol en ése día. Y el trabajo que hizo Orión fue el siguiente: cuando se despidió con tristeza de su primera propuesta laboral, se predispuso a dejar la caravana en buen estado. Después de todo, ése iba a ser su bunker laboral. Volviendo con la primera oración, en éste párrafo intentaré hacer un recuento de las actividades. Primero, el hombre se sacó la remera cuando ya estaba completamente solo. Levantó la caravana con sus simples manos y con la ayuda de la magia puso un par de ladrillos de concreto que había encontrado por ahí. De esa forma logró una estabilidad. Luego, comenzó a limpiar a fondo cada uno de los muebles de ahí. Y con la ayuda de la magia, obvio, si el tipo era un desastre. Se puso un delantal y preparó la cena: pan de salchicha. Todo eso sin remera obvio. Que ya tenía calor. Y ahí es como volvemos al presente. Gatiux, Luisitha y él estaban hablando sobre esos temas en la mesita circular en el extremo de la caravana. Una campanilla sonó y el mortífago se levantó de un salto a buscar la comida en el horno. - Creo que lo primero es asesinar a nuestro primer empleado. Llevó el palto de rollitos de pan humeantes al centro de la mesa. - De ahí. Necesitaríamos contratar a un técnico y a un albañil. Nuestra única atracción es primordial. La comida también. Yo puedo ponerme el traje de la nutria amistosa mientras que ustedes se turnan para vender boletos. Sacó la primera pieza de comida y lanzó una mirada cómplice. - Por esas casualidades, ¿ninguna de ustedes tiene cianuro?
  9. ID de usuario: 46902 Nick Actual: Orión Black Nick Nuevo: Orión Premio obtenido: Mejor Té Subtitulo deseado: Thunder Premio obtenido: Mejor Té Sí, con tílde u.ú *-*
  10. Se recuperó bien gracias a las pociones que le aportó Gatiux. Guardó en su bolsillo las botellitas vacías. Había perdido bastante sangre y no ingerir alimento en ese tiempo fue el detonante para que se quedara planchado sobre la roca donde se sentó. Aun así, la caminata no fue del todo terrible y se pudo llegar a buen puerto, en este caso, buena cueva. Comenzaron a caminar hacia los adentros de la cueva mientras la voz de Hades daba las últimas indicaciones. El punto final. Siempre era sorbe el punto final. Éste ya lo estaba cansando, porque siempre tenían que ir hacia otro sitio y nunca llegaban a poder utilizar los hechizos en un duelo en específico. Pero bueno, respiraba hondo y volvía a recuperar la paciencia. Después de todo, como venimos diciendo hace los últimos posts, la estaba pasando bien con Gatiux. Asintió cuando sacó el sickle. Excelente forma de tomar decisiones. A veces lo mejor era dejar las cosas a la suerte. - Iremos por el estrecho entonces. Es el que más me gusta. Comenzaron a tantear las paredes del pasillo, iluminado por antorchas de fuego eterno. Se sorprendió que por ese lugar no se aparecieran muertos vivos o algo así. Hasta ahora, ésos habían sido los obstáculos más importantes. Digo de un Nigromante, como Hades. Por suerte, Emmet se había sumado al grupo. Otra mano más era necesaria. No tenían ni idea de lo que se iban a enfrentar - Vigila por donde pisas, no vaya a ser que esto sea una especie de sarcófago y salgan pinchos de las paredes. No quiero ser zumo de Gatiux. - ¿Piensas que este es un templo sagrado o algo así? Digo, una cueva profunda, trampas, y vaya uno a saber qué recamaras están por doquier -luego miró a Emmet-. ¿Qué piensas al respecto? Pensó en tirarse detritus. No lo haría con la gente ahí. Entrelazó sus manos con la de ella. - Tienes razón con lo de las trampas. Haremos lo siguiente. Es una corrida de medio minuto la que tenemos que hacer. Si nos tiramos una salvaguarda mágica y tomamos carrera, podremos pasar por el lugar sin problemas. Sacó las botellitas que antes había usado y miró hacia Gatiux y luego al vampiro. - Intentaremos algo antes. Movió la varita y rellenó los tubitos con agua para que tuvieran peso. Los lanzó con la suficiente fuerza que fueron rodando por el suelo. De esa forma accionarían suficientes trampas. Una copia barata de Indiana Jones y sus canicas. Luego pensó en Salvaguarda mágica. Asintió a sus compañeros. Era momento de correr.
  11. Orión seguía acostado, sintiendo como la brisa movía lentamente sus cabellos. El tono cobre brillaba con el sol de la media tarde. Con un giro de la varita, materializó una manta ocre que reposó suavemente sobre las piernas de los dos alumnos. Si iban a aprender, prefería hacerlo cómodo. Luego le pediría a Bridget las notas de clase. Siempre se pensó a sí mismo como el tipo que prefería escuchar y luego enfrentarse a la realidad. No quería molestar. Pero es que a veces su propia curiosidad le jugaba un par de malas pasadas. En este caso, la intervención de Ishaya era un poco involuntaria y dado el fluir de la clase un poco deslocalizante. Pero necesaria. Orión como contextualista, necesitaba esos datos para tener una noción más completa del asunto. Respiraba profundamente, recibiendo toda la información que podía por parte del profesor de Historia. Entonces pertenecía más del orden cotidiano. Luego, Bridget realizó una pregunta con respecto a la interpretación de las runas y sus significados varios. Tenía razón en algo importante. Habían más de las que uno podía tener en cuenta, porque las runas se construían en base a símbolos. Como las letras, que separadas no son más que la representación de una idea, que en conjunto la materializa. Las runas, eran imágenes en sí mismas, que podían estar solas o en conjunto. Cuando se utilizaba en parte de la magia, como cuando explicó Ishaya, se tenía en cuenta entonces el contexto que las rodeaba. La runa, tomaba importancia con lo de afuera y viceversa. - Entonces, Brid. Podemos ver que las imágenes de las propias runas están ligadas a la su autorepresentación. Si existe alguna que no conocemos, lo que queda es la interpretación e intuición De cualquier manera, creo que Ishaya acaba de dar un muy sabio consejo. Podríamos ir a visitar la biblioteca uno de estos días. Estiró la columna y los brazos. Respiró profundamente y aún con la varita en mano, comenzó a tachar las tres oraciones que Dave había dejado en el césped. - Bueno Brid. Creo que ya tenemos las nociones básicas como para poder trabajar por cuenta propia. En un par de horas caerá el sol y no me gustaría quedarme en este lugar a morirme de frío. ¿Tomamos el té en otro lado?
  12. El castillo Black estaba cada vez más vacío. La gente, que había habitado el mismo en las últimas semanas no se encontraba a la vista. Buscaba principalmente a su hermana, con la que compartía el atípico color de cabello. Pero nada. Silencio. Era como volver a los viejos tiempos. Cuando el tiempo en los salones parecía no pasar. Era muy tarde. Al menos para la hora de la cama para Orión. Desde que era responsable con su trabajo y comenzaba a acudir al mismo regularmente, sentía la necesidad de ir temprano a casa. Prácticamente los días pasaban y no podía disfrutar de los espacios comunes, ni siquiera de leer un buen libro. Los fines de semana se concentraban en ciertas misiones que tenía que cumplir en el bando, pero eran todas burocráticas. Nada emocionante la verdad. Justo estaba pasando por el pasillo que daba a la entrada del hall cuando vio a una muchacha de cabellos rubios junto con un hombre que no conocía. Se paró en seco, clavando su mirada azul hacia la ventana. La curiosidad propia de Gatiux se le pegó. Se acercó con rapidez. Imposible hacerlo con cautela, eso sí no se le pegó. - ¡Mía! Perdón que moleste, pero no creo conocer a su acompañante –dijo mientras se terminaba de acercar y le ponía la mano en el hombro a la muchacha. Poniéndose a la par, le extendió la derecha a León. - Orión Black, un gusto –entre cerró los ojos y sacó algo de su bolsillo. Era un pequeño llavero de una serpiente bebé-. Perdón la intromisión. Esto me lo dieron en su momento. Si necesitas ayuda de algún tipo, puedes llamarme. Le dejó el llavero de plata brillante. No era mucho. No era grande. No era valioso. Era… algo. Dio una leve reverencia y volvió por donde había llegado. Fue suficiente intromisión.
  13. ¿Saben que es de mala educación preguntar por el significado de los tatuajes ajenos? Bueno, no hay ninguna etiqueta donde se explaye contundentemente el tema, pero era sentido común. Al menos, para Orión. Un tatuaje, como el suyo (el de la marca) era algo personal. El diseño existía para él y sólo para él. Porque casi nadie lo veía. Casi nadie lo iba a entender. Era diferente al de la media y había una razón personal. Así, volvemos al tema del principio. ¿Por qué empecé hablando de esto? Porque Orión no había notado completamente todas las tintas de Frenger. Fue cuando este último se sentó al pie de la cama, en esa turbia habitación, que con las leves luces pudo reconocer evidentemente cada una de las ilustraciones. Vamos a ser honestos. Nuestro amigo mortífago no era de los más brillantes. Su atención tenía límites, como todos en realidad, y cada vez que se encontraba con Frenger, en lo máximo que podía pensar era en su bienestar… psico-social. Irónico, cuando él tenía igual, o más problemas que él. Pero no. No voy a hacer un ensayo sobre el tema. Ya que podría hablar. En realidad, escribir, sobre cómo fue la perspectiva de Orión ante esa situación. Porque él buscó la marca. Con ojos cansados y poca esperanza. Diablos. Ya que recibió una patada. Soltaba risas irónicas ante los comentarios de él. Pero el dolor, o bueno, el hueco estaba. Puso la mano sobre su vientre. Terminó de beber su whisky. Pero no. Aunque sus ojos estaban abiertos, no miraba. Porque él, recorría de pé a pá, cada uno de los movimientos en su relación. Le estaba hablando, pero no procesaba lo que escuchaba. Era como ese momento en que se ponía a descifrar un texto en runas antiguas, o una de sus predicciones. Vamos a ser honestos (devuelta). Las letras entraban y salían, como una máquina. En realidad, lo estaba escuchando, pero el proceso era inconsciente. Parpadeaba lentamente. Tomaba más whisky. Miraba para abajo. Se fijaba en el portal, que se había abierto, oscuro, sin temperatura. ¿Por qué terminé hablando de conciencia? ¿Saben que a veces nos abstraemos de la propia conversación? Bueno, eso le pasó a Orión. Parpadeó rápido y un “Claro” salió de su boca, tras tomar con seguridad la mano de Frenger. No puedo evitar conectar esta escena a la famosa Un mundo ideal, de un largometraje animado. Leyó el DEATH. Volvió a la cara del danés. Miró al portal. Su camisa desarreglada. Sus pasos cortos. Su risa ante los chistes. Terminó con un “El perro debe bañarse de vez en cuando”. Parpadeó un par de veces. Obviamente asustado. No ibas al mundo de los muertos todos los días. Y eso de cruzar portales de oscuridad máxima no era algo propiamente suyo. Sintió un frío diferente al que reinaba en el barco. Era pesado. Lo sentía sobre sus hombros, que ejercía la presión suficiente como para modificar su postura. No veía nada. Sus ojos no se acostumbraban a lo que había pasado ese portal. ¿A dónde es que lo llevaba Axel? @@Axel Rexdemort
  14. ¡Hola! Vengo a que me cambien todos los puntos por galeones c: Voy a hacer un par de compras en el MM (quemarme todo el dinero xD) así que necesito por favor una mano. ¡Gracias a quien lo haga! Buen jueves.
  15. - ¿¡Pruebas!? ¡JA! Se había acomodado un poco para que Frenger entrara en la cama. Con un movimiento de la varita, hizo que directamente el whisky volara a su mano libre. Sirvió hasta la mitad en la taza de él. Como si fuera todo normal y legal. Después de todo, hacía bastante tiempo que él no disfrutaba una bebida con alguien conocido. - Te puedo asegurar que tengo más sexo, del que te puedas imaginar –le tomó de la nuca para moverle un poco la cabeza, a modo de un cariño masculino-. Voy a empezar a pensar que lo que extrañas es la intimidad y por eso andas de tan mal humor. Acaso, ¿cuántas veces te juntaste con Gabrielle? Ya tuvo que hablar de la vida sexual de sus hermanas cuando entendió que Luisitha había sufrido un aborto espontáneo. Y Frenger era como el hermano que nunca le dio Fernando, así que estaba todo legal. - Yo estoy viviendo con Gatiux, gracias por preguntar. Vivimos libremente y ya empezamos a dormir en la misma cama ¿cuántos fueron? ¿Cinco años para eso? Tampoco te puedo dar consejos de pareja. Le dio un gran trago al whisky. Levantó su nariz, sintiéndose un poco más revitalizado por la bebida. Prefería la cerveza. Pero en donde estaban necesitaba más calor que otra cosa. Movió su cuerpo por sobre el del Rexdemort para tomar la taza que había dejado. La llenó hasta la mitad con alcohol y se la puso en el pecho. - Let’s drink our problems away, ye’old friend –a veces, y solo a veces se le salía el irlandés-. Puedes verla en hémù. Voy a estar ahí también por si las cosas se ponen un poco shady. Se terminó de otro trago la taza y volvió a servirse unas medidas. - Vamos a hacer una cosa. Sé que no te agrada la Black. Si llego a irme a otro lugar te aviso. Será muy vintage éste lugar, pero te prefiero más en la tierra de los vivos ¿Si? ¿Un pollo? ¿Enserio? Levantó sus cobrizas cejas. - ¡Hazlo! Sabes que te acepto por lo que eres. Con todas tus cosas. Tengo un hijo que tiene un estudio de tatuajes. Le puedo avisar si deseas ir. Capaz y te puede hacer precio o algo.
  16. Por lo menos la estaban pasando bien y tenían salud. Estaban un poco perdido en esa civilización destruida, por lo que como escritor me tomaré la suficiente libertad para enmarcar el contexto del par de tórtolos contra mares de espectros y espíritus con sed de sangre. Porque la verdad, el camino árido y sinuoso no era la única cosa importante para nombrar con respecto al contexto. Luego de ese marco que había hecho Hades para que sus estudiantes pasaran, un pueblo antiguo, pero completamente destruido. De esos que ves en las revistas de la Nat Geo con respecto a civilizaciones pre colombinas marcaba la posibilidad de diferentes caminos. Ellos, decidieron tomar el de la derecha, que daba hacia una bajada leve, pero con piedras y tierra muerta. A veces un leve viento se levantaba y tenía que taparse los ojos. Pero iban bien, cómodos. Nada que dificultara su camino. Sí sentían el peso de los muertos. Pero ninguno de ellos era nigromante como para poder tratar con la delicadeza suficiente, por lo que siguieron ignorando lo que no podían ver. Practicaron el uso de la daga. Ya Orión se sentía un poco pálido, porque los brazos ya eran receptáculos de mucha sangre, sobre todo cuando tu peso era más de noventa kilos. Lo bueno, era que el vínculo por parte de él, y el mismo por parte de ella, ya estaba cerrado. Si sus cálculos eran correctos, la imposición sobre no verbales iba a terminar en ese mismo turno. Con su varita pensó en un Episkey, cerrando la herida de su brazo derecho, para luego colocar el amuleto de Curación en el corte de su costilla. Vio como Gatiux le hacía las indicaciones que estaba por atacarlo con un rayo, el cuál no le dio ni tiempo para pensar. Preparó su varita y exclamó: - ¡Protego! –generando la barrera grisácea que deshizo el ataque en segundos-. Perdón, te lo hubiese aceptado, pero me estoy deshidratando ya. Con un par de pasos se posicionó detrás de ella para sacar de su mochila una cantimplora. Le dio el trago suficiente para seguir. Estaba un poco más pálido de lo normal. Era la falta de sangre obviamente. Las ropas ya estaban manchadas y había un pequeño camino a lo Hansel y Gretel. Antes que nada, apuntó en las costillas de su acompañante y pensó en otro Episkey, para cerrar su herida. - Me encargaré de esto. No vaya a ser que zombies mortales nos sigan por el rastro de sangre –apuntó ahora hacia el camino por donde venía y pensó en un Encantamiento Desecador. Segundos fueron. No más sangre. Fueron como 100 metros más en donde encontraron un riachuelo bastante turbio el cual nacía de una cascada a distancia considerable de ellos. Sus pasos iban sobre las piedras y seguían leyendo el libro. - Necesitaba recuperar el aliento. Creo que ya con el vínculo que tenemos podés aplicar algún juramento. Igual, lo mejor será a que lleguemos a la caverna que indicó Hades. Tampoco quiero quemar toda la diversión para antes ¿Te parece? Sin que se dieran cuenta llegaron. En definitiva, era una caminata de no más de cuarenta minutos y con toda la diversión que estaban teniendo el tiempo parecía volar. Cruzó primero él, y luego la ayudó a que Gatiux diera el salto. Con su varita encendió una luz que los seguiría, al menos para ver un poco más de los 3 metros que permitía la iluminación del día. Quería terminar la prueba pronto. Quedarse en ese lugar al anochecer no era una opción válida. - A esperar la prueba, supongo –bajaron el ritmo de la caminata. Tenían que ser cuidadosos en terrenos desconocidos-. Tengo una duda ¿viste que juré no decir no-verbales? Bueno, ¿qué hubiese pasado si conjurabas verbalmente el rayo que me lanzaste? Si los no verbales en definitiva pueden conjurarse verbalmente.
  17. Dejó una pequeña risa después de que Bridget comentara acerca de los gatos que veía en las nubes. Entrecerró los ojos para ver bajo los mismos filtros que su familiar. Ahora, los gatitos empezaban a danzar frente a sus ojos, en el basto firmamento azulado. Lo bueno de opinar sobre estos temas en voz alta, es el contagio que se produce entre una perspectiva y la otra. En definitiva, de eso están compuestas las opiniones. Rumeaba mientras seguía observando el cielo. Ver una tirada de runas funcionaba prácticamente igual. Uno tenía que tener una intuición y una fuerte capacidad de relación y conexión de ideas, símbolos y conceptos. De esa manera, uno podía tener una perspectiva intuitiva acerca del mensaje de las runas. Después de todo, era una de las funciones que se abrían a las runas. Se incorporó y vio de reojo a Bridget mientras comentaba sobre la idea de una convención general sobre las runas ¡y claro que la había! Al menos, un alfabeto antiguo, que tenía sus bases en la cultura nórdica en su estado primogénito. De todas maneras, sólo había escuchado de oído alguna que otra traducción y prefería mantenerse callado. Después de todo, Dave era el profesor. - Entonces, teniendo en cuenta que la intuición es diferente de una cabeza a la otra. Dave ¿existe algún procedimiento para entrelazar el sistema de decodificación propio, el contexto de la consulta y la subjetividad de quien la hace? Su consulta iba marcada por una fuerte tendencia sociológica. Es que no podía vislumbrar una suerte de escapatoria al relativismo al que siempre caía. Creía que esa actitud hermenéutica podía ser extremadamente positiva en la realización de la magia rúnica, pero caía a un vacío sin fundamento. En otras palabras; quería creer que podía interpretar lo que quería, pero si siempre lo hacía, en definitiva, se estaba contestando él mismo a las preguntas. Por eso, leer el propio futuro era una táctica complicada y peligrosa. Uno a veces se podía mentir y predecir lo que se quería escuchar. La diferencia de las runas, era que proponían un método de escape diferente al problema antes mencionado. La interpretación se veía tras un concreto tamiz de significaciones. Sintió un airecito correr y observó cómo Ishaya invocaba un tipo de magia un poco especial. Miró curioso al portal. Maldijo en su interior a esa introducción de hechizos y guerreros uzzas. Supongo que ya iba a tener oportunidad de aprenderlo. Aprovechó que ya lo estaba viendo para realizarle una pregunta. Si las clases iban a ser conjunto tenían que tener un justificativo. - Ishaya, consulta rápida ¿existirán registros sobre decisiones importantes basadas en runas en la historia antigua mágica?
  18. - ¿Dices por cuenta de la casa? ¡Métele una medida de whisky a la cerveza en todo caso! Oh, cómo le encantaba emborracharse hasta el amanecer. Y con el pasar de los años, más le gustaba el placer de despojarse de filtros sociales. Sobre todo cuando disfrutaba el dulce precio de lo gratis. Eran esos gestos que hacían que los abrazos familiares simbólicos significaran tanto. La hospitalidad para el prójimo era importante. Sobre todo con respecto al alcohol. Dentro de la Marca existía un programa para aquellos aspirantes a formar parte de las filas tenebrosas. A él, le habían asignado un familiar distante para que lo guíe a grandes rasgos hacia el camino tenebroso. Ahora, ése camino si bien estaba compuesto por acciones ilegales, no todo tenía que ser así. Pero obviamente lo ilegal era más divertido. Porque las leyes… Las leyes a veces oprimían demasiado a la sociedad. - ¿Mujeres? Sí que serás el pervertido de tu camada. Saludó a su aconsejado poniendo su gran mano derecha en el hombro del muchacho. Parecía fuerte, con salud. Algo así como cuando Orión tenía su edad. Hacía un poco de tiempo. La edad del Black no era tan avanzada, pero sí estaba seguro que era uno de los más viejos del bando. Lo mejor de todo; tenía ganas de divertirse. Y precisamente, eso era lo que se iba a encargar de hacer. Por eso necesitaba a los dos, tanto Akiza como a Nicholas - Esperaba justamente a tu hijo, Akiza. Como todo un badass, sacó la derecha del hombro de su aconsejado y dejando la palma abierta sobre la mesa, recibió la cerveza cargada. Le dio un gran trago y se limpió la espuma que le quedó y miró cómplice a sus dos acompañantes. - ¿Qué me dirían si les propondría realizar una pequeña entradera esta noche? Ya saben, ir a un local vacío. Robar un par de cosas y salir como si nada hubiese pasado. En mis tiempos hacíamos eso tantas veces que le revendíamos lo que robábamos a los mismos dueños. Volvió a tomar de su cerveza. - ¿Y? ¿Qué dicen? Podemos vandalizar un poco. @@Kaiser Lord Pilu @@Akiza Ravenclaw H.
  19. Oh. El profesor y sus muecas. Orión podía entender como de a poco, todo el grupo de alumnos se ganaba a fuerza de pulmón, el odio de Hades. Más que nada porque prácticamente un grupo comenzaba a cuestionar sus métodos pedagógicos. Ahora estaba aplicando la magia de la sangre a Bel, quien se dirigía a su compañera para dañarla. Seguía sin entender. Había pasado raspando la clase de la Fortaleza. Algo le decía que pasaría lo mismo con esta. Ahora se dirigía al Mago Oscuro quien suspiró cuando comenzó a hablar. Le comentaba que al Black, le faltaba mucho por aprender y comenzó a cuestionar sobre la pregunta que genuinamente había hecho. Se preguntó que había hecho para que lo tratase así. Luego entendió que estaban al borde de otra civilización destruida con un océano de espíritus con sangre de vida y llegó a la conclusión que a veces, las incoherencias eran así, y buscarles una razón lógica era caer en la mismísima locura. Igual, estaban en un diálogo y luego de que el profesor diera las últimas indicaciones. - ¿Qué perspectiva de pedagogía tomas? ¿Piaget? Sí, se preguntaba si seguía el constructivismo, o un simple pragmatismo caótico. El segundo era más seguro. Reflexionó sobre el pago. Ese sí que era un tema complicado, porque siempre uno tenía que manejar valores iguales y así fue como le contestó: - Creo que no me expresé bien. Creo que acá todos entendemos, porque es algo básico en la magia, que uno debe manejar un equilibrio perfecto. En el momento del negocio, las partes iguales deben dar justamente eso, algo de igual valor. Si ofreciera mi vida por simplemente pasar a una zona maldita, le aseguro que causaría una calamidad. La vida de una persona humana, sea quien fuera, vale demasiado. Entonces, probablemente sea sangre. Es decir ¿no estamos en la clase del libro de la sangre? Se giró hacia Gatiux quien estaba recitando un cántico ancestral, y no hizo más que sacarle una pequeña carcajada. Qué bueno que había decidido cursar este libro con ella. Valía cada uno de los diez mil galeones. Pensó en invocar daga del sacrificio, abriendo su palma izquierda, para que una pequeña arma blanca apareció. Esta era corta, con un mango opaco y de madera, con un filo brillante. - Vamos. Creo que le hemos dado suficiente show a las almas para que nos dejen pasar. Aparte, nosotros no tenemos la culpa –le susurró. Supuso también que el coraje para hacerles frente también era la forma de pago y eso fue lo que hizo. Tomó la mano de Gatiux y emprendió camino hacia la famosa cascada a la que tenían que llegar. Los espectros le hicieron cosquillas. En serio. Eran inmateriales. Estaba por un Salvaguarda Mágica, pero tener el mismo material que los enemigos del momento iba a ser peor. Giró hacia su acompañante y le sonrió. - Todo en orden ¿ves? Ahora, me tiraste una maldición y todo será catástrofe hasta que diga un hechizo ¿verdá? No se sentía raro, para nada. Pero había que probar. Guardó la daga en un bolsillo y sacó la varita con su derecha. - ¡¡Ixpictri Pitrinis!! –exclamó con toda la naturalidad del mundo. Abrió los ojos los ojos como plato y los clavó sobre su acompañante con una sonrisa de loco. Parecía como cuando hablás con helio en los pulmones y no te das cuenta de tu voz graciosa. Lanzó carcajada tal que hasta los amigos espectros hubiesen muerto nuevamente de envidia. Porque estaban muertos. Y no podían reír. Porque bueno, estaban muertos claro. Seguían caminando, alejándose del grupo. Si iban a matar al profesor, que sean ellos en definitiva. La única sangre que iba a derramar era la suya. - ¿Te parece si probamos el juramento? Lo que sí, necesito que nos cortemos. Ya sabes lo que dice Lu. Horizontal atención. Vertical efectividad. A ver si sale ¡Inmolo oppugnare! Sacó la daga del bolsillo y en su antebrazo derecho, porque el izquierdo seguramente estaba el tatuaje de ella, realizó un pequeño corte horizontal. Gotitas cayeron en la tierra maldita, la cual sirvió de sacrificio, por si las dudas. Lo mismo le pasó a la muñeca de Gatiux. - Yo juro no lanzar hechizos no verbales. Y como que no había pasado nada. - ¿Sientes algo? Ya escuchaste al profesor. “Ti filti michi pir iprindir”. Está bien que yo sea un idi***. Porque enserio, me tomo mis tiempos para aprender. Pero que se diera cuenta tan rápido de ello… ¡Le doy un premio! Le dio un codazo amistoso, para que se prendiera del chiste. Después de todo estaban caminando por una civilización devastada. Si no le ponían un poco de humor, capaz terminaban igual de muertos.
  20. Frenger, tan… él como siempre. Parecía que pasaban los años y el Rexdemort sacaba la esencia más pura de Orión, porque en el momento que escuchó la cremallera bajar, él se puso rojo. No era gran cosa, pero no evitó sentir un nudo en la garganta. Intentó tragar. Carraspear. Mover la cabeza. Casi se le cae todo. El hecho de confianza era lo que le molestaba. Eso y el no compartir el mismo bando. Por suerte, un cambio de tema lo despejó. - He visto un par de solicitudes a tu nombre para entrar al ministerio. - Ajjj. El ministerio… La tetera llegó al punto necesario de calor. Quitó el fuego y comenzó a tirar las hierbas necesarias. Necesitaban calor. Mitad del agua lo absorbieron las hierbas, las cuales consistían en un potente Darjeeling, con canela. La otra mitad la compensó con whisky de dragón. Fuerte el té. Bastante fuerte. Sirvió un poco en las tazas que tenía. La de él, era la misma que había usado esa tarde con Gatiux. La de su acompañante, se trataba de una astillada. De las dos, salían el típico vapor que causaba el agua caliente en tal frío ambiente. Se sentó en la cama y le pasó la otra taza. Comenzó a tomar, sintiendo el alcohol caliente bajando por sus entrañas, con el fuerte olor al té ambarino, característico de ese blend. - Estoy en Misterios. Supongo que puedo contarte. Al fin de cuentas, eres uno de los jefes de todos. Reconozco que aspiraba a un par de puestos más allá de un simple inefable. Pero creo que mi nombre da un poco de miedo. Digo, por el apellido y eso. La familia Black tenía un pasado bastante oscuro y los miembros actuales tampoco hacían mucho para cambiar la situación. Después de todo, era una avaricia sin fundamentos. Y estos eran el por qué: - De todas maneras voy a desistir de seguir postulándome. El Departamento es muy desorganizado. Todavía la gente no sabe exactamente qué hacer. Intento ayudar y eso, pero a veces, tengo las manos demasiado atadas. A veces siento que Ottery tiene demasiados misterios para mi gusto. Como si alguien los causara de verdad. Lo peor de todo es que algunos llevan meses y otros años en resolverse. Le dio otro trago. Sus mejillas se ponían un poco coloradas. Ya casi se había terminado el whisky-té. Se sacó las botas y se apoyó en el respaldar de la cama. - Puedes guardarte tu dedo de nigromante ¿Acaso tomaste el curso para levantar a tu amigo muerto? –Hizo un ademán hacia la virilidad de Frenger y se rió bastante de su chiste-. La otra vez me enteré que fue gracias a esos Arcanos el por qué perdí la Visión. Mejor. Tuve unas vacaciones de ver siempre eventos desastrosos. Pero ya la extraño. La tenue luz hacía que algunos bordes de los muebles se presentaran difusos. La habitación de por sí era chica y el fuego de la tetera había levantado un poco la temperatura. Increíblemente, la cama podía soportar tanto los 90 kilos de Orión, como el peso del que fuera su dueño. Bueno, de ser así, deberíamos preguntarnos por la estabilidad del barco en sí. - ¿Por qué no te mudas? No te digo de venir a la Black, pero, capaz… ¿Otro lugar? No sé. Estuve frecuentando un par de bares en los peores barrios de Londres y necesito un compañero de pelea. @@Axel Rexdemort
  21. A Orión le encantaba como reaccionaban los magos en la comunidad británica. Por más raza extrañana tuvieran, siempre, pero siempre, quedaba algo de humanidad en sus cuerpos. Era como si la propia ontología de lo que antes era la razón del ser del cuerpo, no se pudiese extinguir con una mordida vampira, o una posesión demoníaca. Siempre estaba. Siempre iba a estar. No sabía el por qué, pero sí notaba empíricamente los resultados. El enojo era una de las emociones más básicas, después de todo. Mery se protegió excelentemente de su rayo dañino y exigió respuestas. Tenía un trabajo perfecto para la nigromante y este duelo iba a ser la excusa para saber si en definitiva era digna de la invitación. Entendía por fin la razón de ser de su visita hacia la capilla. Después de todo, las estrellas nunca se equivocaban. - ¿Detritus? ¿Tanto miedo le tienes a este viejo lobo? –comentó mofándose de la situación. Inmediatamente comenzó a mover lentamente la varita-. Séneca. Oh, el Séneca. Un bello hechizo efecto, que podía atravesar perfectamente la capa gaseosa del nuevo detritus. En sus tiempos, aquella barrera no dejaba que nada pase, con la contraparte de la imposibilidad de accionar con daño directo. Ahora, bueno, ahora todo había cambiado. Y ya podía ver con gratitud la típica expresión de una garganta reseca. No podría emitir ni una sola palabra luego de aquella acción. Fue ahí cuando recibió con alegría el Confundus. Otro hermoso hechizo. Y desvarió durante sus efectos. A veces, en las alucinaciones podían ver una verdad aparente. Y ahí entendía que los registros de nacimientos no eran tanto para él en sí, sino para otra persona. Se tambaleaba, dando unos pasos hasta el pequeño confesionario a su lado. Lentamente comenzó a recuperarse. - ¿Querías buscar información? Deberías respetar a tus mayores. Y no llamar pequeños a personas que miden el doble de tu altura. Y dio una sonrisa de político. Ella no podría hablar por dos turnos más.
  22. ¿Parque destruido? ¿Engendro de la muerte? ¡¿PLAN DENTAL?! Cada vez todo se ponía peor. Pero como buenos empleadores, tenían que tomar riendas al asunto y mejorar la situación todo lo que podían. Motivar a sus empleadores, con amor, o bajo amenazas. Necesitaba ordenar el sindicato, para que este no se pusiera en contra. También necesitaba un ingeniero. Y mejorar la atención al público. ¡Diablos! Demasiadas cosas. Estaban los tres dueños, al pie de la caravana, frente a los visitantes. Lian yu y Greg. Si sus compañeras no iban a aprovechar esta situación. Él lo haría. - ¿Lian Yu? ¡Mucho gusto! Orión, uno de los propietarios del lugar, junto con estas dos bellezas –le leanzó una mirada de desaprobación a Greg, pronto lo enfrentaría-. Mira, es que, recién nos enteramos del estado del lugar. Hablando con mis compañeras, claramente necesitamos gente que trabaje en el lugar. Carraspeó y se puso recto, clavando sus ojos en los de la misteriosa mujer. - ¿Le interesaría un puesto en el departamento de animación? Las tareas básicas son, vestir uno de los trajes de animales y claro, animar a la gente. Y veo que usted nació para el puesto. Créame, no hago estas afirmaciones a menudo. Luego se giró hacia el supuesto vendedor de salchichas. Le sacaba tres cabezas. Miró hacia abajo, un poco dudoso. Estaba pensando, claro, en la mejor combinación de palabras. - ¡Igual el gusto Greg! Seré el responsable del personal en el parque. Conmigo puedes tratar el tema del plan dental. Tenemos un convenio excelente con una importante clínica en el corazón del callejón Diagón. Si vuelvo a escuchar, ver, o sentir algún lance hacia cualquiera de sus dos jefas, le aseguro que perderá una extremidad. Por otro lado, necesito que el carrito de Hot Dogs se posicione a uno de los costados del parque, como parte del nuevo patio de comidas. Se inclinó a Gatiux. - ¿Te puedes encargar del departamento de juegos mecánicos? Necesitamos chequear esa montaña rusa antes de que mate a alguno de los visitantes. Luego se inclinó hacia Luisitha con las mismas intenciones. - ¿Puedes fijarte en las necesidades decorativas del lugar? Necesitamos que exista un patio de comidas exactamente. Luego tendrían una reunión. Al menos así repartían las tareas para intentar salvar de alguna forma posible su inversión, y alguna que otra vida humana. - Si te interesa la oferta Lian, no tienes más que comentarme –volvió a dirigirse a la banshee, luego giró la cabeza a Greg-. Usted está en horario laboral. Para el fin del día quiero la cocina y la localidad en perfectas condiciones.
  23. No tenía que tener conocimientos sobre Meteorología para entender que, de un cielo azul infinito, a un trueno que rajaba el cielo, no ocurría naturalmente. Eso era producto de la magia. Porque no se habían presentado ningún tipo de vientos, ni señales de humedad. Literalmente, las nubes se habían formado cuando ellos estaban defendiéndose de los lobos con dientes y uñas espectralmente espectrales. - ¿Tú crees que el tipo ese se ha vuelto loco? - No hace falta leer la obra completa de Lacan para saberlo -le susurró devuelta. Salieron de esa civilización, fuera lo que realmente fuera, y siguieron caminando por donde iba Hades. Un poco raro. Un poco extraño. No entendía bien a qué iba todo eso y el Black ya empezaba a tener hambre. Había rogado tener mejor clase que la anterior. Claramente las divinidades externas se mofaban de él. - ¿Va a dejar que se mueran sin hacer nada? Se supone que el profesor debería cuidar en la medida de lo posible a los alumnos, ¿no crees? - Desde que llegué no entiendo nada –le contestó entre susurros. Se giró a ver a sus compañeros. Emmet se encontraba en condiciones. Los otros no tanto. Él era tímido con los que no conocía, pero con cada minuto que pasaba, más se notaba la brecha entre el profesor y el grupo de supervivientes. Y nunca, pero nunca, estaba mal hacer aliados. Después de todo, uno nunca sabía cuándo una planta mutada bajo los químicos de vaya saber quién podía atacar. ¿Qué suerte la de ellos verdá? Por suerte, Orión estaba pegado a Gatiux. Porque a Hades, un lazo del diablo y un conjunto de raíces con púas habían lastimado con gravedad su cuerpo. Parecía un saco de box. Puso una mueca de dolor al ver como se clavaba espina por espina. Ahí fue cuando entendió que el desierto era mejor. Al menos te dabas cuenta cuando algo te atacaba. - ¡Incendio! Si bien, se despegó de Gatiux, alzó su varita y apuntó hacia el costado derecho de ella, aumentando más el poder de las llamas. Para eso estaban, para trabajar en equipo. Con el calor y la luz, al menos los lazos del diablo volverían a sus nidos. Sin embargo, no todos tuvieron el mismo destino y una de sus compañeras, Catherine, fue atacada al igual que Hades. Las expresiones de Orión iban de impresión a, no-puedo-creer-que-esté-pasando-esto. - Si necesitan ayuda nos avisan ¿Si? Creo que tenemos un par de pociones de sobra. Le había dado un pequeño codazo a Gatiux para que asintiera de cierta forma. No estaba mal ser buen compañero en ciertas circunstancias. Por más que la Malfoy se lo iba a reprochar por varios días al tomar una decisión sin consultar. Adelantaré un poco los sucesos. El profesor siguió caminando hacia el final de lo que era el claro, hasta llegar a casualmente otro pueblo destruido, esta vez lleno de fantasmas y espíritus, dejando a un bosque en llamas por detrás. Sí, podrían haber causado la destrucción de un pulmón verde importante para la zona. Pero no creo que a ninguno de los presentes le estuviese preocupando mucho ese tema. Bel, por su parte, le inquirió con bastante intensidad sobre las decisiones pedagógicas del Ragnarok y se presentó como la que probaría hechizos en él. Lanzó una pequeña carcajada entre dientes. - Por otra parte –inquirió como queriendo cambiar de tema-. ¿Acaso debemos pagarle algo a estas almas? ¿Un sacrificio? Ya sé ¡algo con la sangre por supuesto! Tengo una pregunta bastante seria ¿Cada vez que uno hace un sacrificio, tienen que ser las manos? ¿O se puede hacer algo menos cliché? Respiró profundo. Levantó los hombros. No existían preguntas idi***s, sólo idi***s que preguntan. Y él era uno muy grande. - ¿A qué punto exactamente vamos a llegar? Por cierto ¿con el libro se puede materializar la daga? Sé que no consume acción, pero es que pregunté en el Magic Mall y no me indicaron quién me la iba a dar.
  24. Frustración. Esa era la única palabra que Orión encontraba para describir a Frenger. Por otro lado, culpa, era con la que él se definía. Era obvio que necesitaba un acompañamiento más presente. Por eso calló cuando expresaba su situación. Y habló de su hijo. Él tampoco lo conocía, porque Gabrielle había preferido criarlo fuera del mundo mágico. No podía decirle nada, él tampoco fue el padre ejemplar. Sentía su respiración entre cortada. Todo el malestar del Rexdemort se trasladaba como electricidad en agua. Era eso, o el Black había dominado por completo la empatía. No se inmutó, aun cuando sabía que en cualquier momento podía recibir un puñetazo en su cara. Total, para eso había ido a buscarlo. Sus ojos iban y venían, entre los movimientos, la manta en el suelo, su saco, el fuego. Todo. El acento escandinavo era fuerte. Pero su entendimiento iba más allá. No hacía falta saber cada palabra específicamente para tomar conciencia de la situación. - ¿Quieres un té? En mi habitación tengo algunos, además necesito algo para cubrirme. - Un té suena perfecto. Se levantó, cuando él guardó silencio. En el movimiento, tomó el sobretodo. Se acercó a él por su espalda y se lo colocó con cierta firmeza sobre los hombros, para que no se negara. La diferencia de altura se notaba a espaldas. Mejor, más fácil para el Black cargar al Rexdemort hasta su habitación. - Tampoco conozco a mi sobrino. Me encantaría. Ella lo ocultó de todos, no te lo tomes personal. Además, puedes ir a visitarla. Sé que la Black nunca fue de tu agrado. A decir verdad, nunca fue el agrado de todos. Pero, ¿sabes? Es una de las matriarcas. Eso te convertiría en… ¿El primer damo? Soltó un resoplo a modo de risa bajo su propio est****o chiste. Y tras dos pasos llegaron a la habitación. - Todo será mejor, Frenger. Descansa un poco y deja al experto con el té. Con su varita, conjuró un leve fuego frente suyo. Sacó su monedero de piel de Moke, del que retiró una pequeña tetera despintada y dos grandes tazas. Moviendo naturalmente su arma, iba preparando la infusión. Finalmente sacó una botella de whisky de dragón. - ¿El trabajo como va? Me habías dicho la última vez que eras Warlocks. Mírate, maldito, en la más alta política. Nunca pensé que sería el fracasado de los dos ¿te acuerdas esa batalla con electricidad? Casi nos matamos los dos y sólo por probar quién sabía manejar mejor la varita. Había quedado de espaldas al Rexdemort. Preparaba el blend de té, mientras hervía el agua. - He notado que todos usan anillos y joyería bastante ridícula. Dime por favor que no haces lo mismo –giró su cabeza y lo miró-. ¿Tienes ropa? ¿O también te tengo que prestar mis pantalones? @@Axel Rexdemort
  25. Orión se miró varias veces frente al espejo. El Castillo Gaunt le daba una vibra que todavía no lo hacía sentir del todo cómodo. Era más por una cuestión de hogar, que otra cosa, porque siempre había vivido en la Black y eran contadas las ocasiones en las que se centraba en visitar a otros hogares dentro de Ottery, más allá de los asaltos. Por eso, ahí estaba él, en una de las habitaciones para invitados en donde se estaba celebrando la boda de uno de sus compañeros de bando, Emmet. Él había sido su vínculo primordial para su regreso a la marca y cada vez que recordaba la petición de ser el padrino, se ruborizaba de la nada. Esas cosas eran todo un honor, porque nunca sabías hasta qué punto eran importantes para el otro. Por eso quería estar dentro de todo, presentable. La barba acomodada, su cabello cobrizo peinado hacia donde tenía que estar, con un poco de cera para que todo quede pulcro. Además, había arreglado el tono de sus puntas azuladas, para que no quedaran a puro mal gusto. Llevaba una camisa clara y lisa, un saco azabache y un moño gris. Salió de la habitación. Necesitaba aire fresco. Quiso visitar a Emmet, antes de la boda, pero cambió de parecer cuando se puso en su lugar. Si hubiese sido él, hubiese preferido estar con poca gente, que calmara sus nervios. Después de todo, era su gran día ¿no? Salió a los jardines, a buscar una copa. Necesitaba refugiarse en el alcohol. Después de todo, él no era personas de bodas. Bah, lo era, pero sólo si estaba con Gatiux. Ella era su partner in crime. Y en definitiva, la que le sacaba un poco esa pequeña alma destructiva que tenía. Por eso, con un whisky en mano, se dirigió a uno de los asientos esperando su labor. Las bodas te hacen pensar. Sobre todo cuando uno es soltero. Se pone en evidencia la diferencia de legitimidad que se le otorga a esta institución de ese tipo en las diferentes personas. Algunas siempre decían para siempre, y terminaban a las semanas, meses, años. Otras, directamente no invocaban a la sagrada unión para justificar los sentimientos de uno y el otro. En fin, hacía frío.

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