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Orión Yaxley

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Todo lo publicado por Orión Yaxley

  1. http://i.imgur.com/2pb0Dm2.png Respirar hondo. Estirar los músculos. Tronar los dedos. Como si fuese una rutina que venía haciendo hace muchísimo tiempo. La naturalidad no denotó la sutileza de la primera vez. Y es que, ¿no hicimos ya todas las acciones en nuestra vida? ¿Las primeras veces no son una irrupción en lo cotidiano? Mirar a la ventana pensando en la nada. Soportar una resaca infernal. Respirar profundo, esperando a que su sobrinietonosecuánto llegase al aula. No me voy a explayar mucho con las descripciones. Era un salón común y corriente, con las ventanas abiertas. Los bancos sucios, llenos de polvo y un portal negro por detrás del patriarca Yaxley. Lo había hecho Orión antes de llegar, realmente no es interesante. No aporta a la historia. Es como si te dijera que tomó un café con tostadas y fue al baño para hacer lo segundo. ¿Y? ¿Qué más? Eso, nada más. De la clase tampoco voy a describir mucho. Al final de cuentas, todos decían que tenía que ser una suerte de construcción y esas falacias. Pero, lo que sí puedo decir es que Orión le había dejado una suerte de bolsita con runas a Matthew sobre uno de los bancos en la primera fila. ¡Qué buen profesor por Merlín! Digamos que no estaba haciendo ningún papelón y no necesitaba acostarse.
  2. Entrecerró los ojos para protegerse de la nube de polvo. Los escombros estaban por todos lados. Y, al igual que su anterior comida, la merienda se había arruinado. El comedor se parecía más a una corrida de toros que un sitio seguro de la marginalidad muggle. Se refregó un poco y cuando tuvo la visión más clara, se apartó de la mesa antes de que la voltearan por el revuelo causado. Había escuchado a Sagitas decir sobre los cuerpos de seguridad. Nunca hubiese podido conectar las sirenas de la policía con lo que se estaba refiriendo. Entendamos que el tipo estaba sin varita, en un ambiente hostil y con ruidos varios de afuera del comedor. En su vida, había visto policías en Londres, pero ahí en Barcelona eran diferentes, los ruidos, el proceder, el idioma. Inclusive el cuerpo de bomberos y un corresponsal de un medio periodístico muggle se habían presentado. - Hermosa la clase, Sagitas. Creo que prefiero volver ya a Inglaterra, pegarme un baño y tomar el té, gracias. Nos vemos pronto. Hizo una leve reverencia y, como una rata asustada, salió disparado para la cocina. Empujó a un par de tipos que se le habían puesto en el camino y siguió buscando entre las habitaciones. Dio, finalmente, con una puerta que daba hacia un callejón a un lado del comedor. Se fue caminando del lugar con la mano en los bolsillos. Nadie le preguntaría nada a un indigente. Así aprendió un poco más del otro mundo con el que convivía y terminó admirado, de alguna manera, de la forma en la que personas sin magia resolvían sus problemas diarios. Ahora pensaba que capaz el animal suelto, o el terremoto ocasional en el Ministerio no eran situaciones tan catastróficas como pensaba.
  3. Hola Alessandra, Te contesto yo, que soy el profesor de Runas Antiguas. Sí, sí pasó y es que mis tiempos de conexión se reducieron drásticamente en estas últimas semanas. No te preocupes, valoro cada rol que hicieron en el tópico y los tendré en cuenta al cerrarla. Son cosas que pasan. Esto es un juego. Avisaré con más tiempo a la dirección para que si, vuelve a pasar, se pueda dar una respuesta rápida. Y, si se han quedado con ganas de una clase, ¡obviamente los invito a que se sumen a una próxima de oyentes! Linda semana :*
  4. Mega Ayuda Sagitas. A veces se sentía un poco desplazado porque muchas de las soluciones de los problemas más simples estaban al alcance de un movimiento de varita. Renegaba un poco, de todas maneras, de tener que depender constantemente de la magia. Sí bueno, calentar el agua podía resolverse con un encantamiento especial o un recipiente armado para eso. Capaz, que esa fascinación por un termo venía de la mano de algo más. Capaz, era el hecho de que los muggles, sin magia ni atajos directos, podían sortear cuestiones que a él le resultaban imposibles. Se llevó un pedazo de galleta a la boca cuando vio el techo derrumbarse sobre las monjas. Estiró las comisuras de su labio hacia abajo en señal de incomodidad y un poco de dolor. Soltó un uff… Y se dio vuelta para ver dónde estaban los dos que venía escuchando. Vio que se pasaron unas bolsitas de polvillo blanco. Todo tenía sentido ahora. - Sagitas… tenemos un par de “emprendedores”. Ya sabes… “mercaderes”... Bueno, están vendiendo droga. Y por las pintas del que recibe el paquete, es el empleado que si no llega con la cuota muere. Si me preguntas cómo solucionar su vida, metería preso al puntero y lo mudaría a otra ciudad. Capaz… le arreglaría sus ropas cuando esté durmiendo diciendo que fue un favor de la congregación y lo enviaría a trabajar a la otra punta del país. Había un problema y es que Orión no conocía todas esas nociones de paro. Para él, o lo que él sabía, el mundo siempre tenía trabajo y las posibilidades de hacer algo por dinero. Si existía la pobreza era porque había un superior que estaba oprimiendo, de alguna manera, de alguna forma. No categorizaba esta opresión, podía ser estatal o de un tercero. Daba igual, el resultado era penoso. Y, de alguna manera, él mismo estaba en esa lucha. - No sé bien… lo visitaría de vez en cuando. Como Cooperación Internacional un poco de movilidad debería tener -dijo esto susurrando un poco y guiñandole el ojo. No vaya a ser que lo despidan por eso y no por… no sé, ¿tráfico de bienes ilícitos?
  5. Orión Yaxley

    Libro del Caos

    - Es que soy igual de culpable. Es que, estaba siguiendo a Gatiux por la noche en la universidad. Algo me decía que se iba a meter en problemas. Me perdí. Quedé cerca de la cabaña a la que atacaste, así que me uní. Si le iban a echar la culpa por querer incendiar una casa, más valía que lo quisiera hacer de verdad. Se levantó con cuidado, aunque estuvo a punto de romper la capa de hielo con su gordo trasero. Con pasos seguros se acercó al borde del lago. Por su parte conjuró otro haz de noche, había que tener algún escape seguro. Y fue justo al mismo tiempo en el que un sonido, que a Orión le pareció como un trueno, apareció al mismo tiempo. Se aferró a la varita y vio como el mismo Uzza comenzaba a canalizar los poderes de un libro del que, el Yaxley, no tenía ni la más mínima idea. Soltó un gasp cuando escuchó lo que le dijo Peeves y su respuesta no fue más que un simple dedo del medio. Encima de todo esto, ¿tenía que aguantar a un poltergeist haciendo chistes de él? Pero, el foco se le cambió cuando vio que Bakari estaba sacando un amuleto especial del que nunca había visto. - ¿Tienes idea de qué es un Caudex? -le susurró a Beltis. No quiso perder mucho tiempo igual. Se mordió el labio. Miró hacia abajo, hacia los costados. Había leído algo entre todos los libros que se había robado una vez del Magic Mall. Un hechizo especial que estaba ligado a las mismas fuerzas caóticas que habían invocado a Peeves. Si no sabía de qué se trataba ese ataque, mejor era intentar cancelarlo de alguna manera. Cerró los ojos y trató de imaginar una rueda de tiempo lo mejor que pudo. Se imaginó esos dispositivos que usan las presentadoras de televisión para lograr un premio. Un demonio pequeño con patas de cabra reía macabro mientras giraba la rueda. Tres posibilidades. O se duplicaban cualquiera que fueran los efectos del hechizo de Bakari. Que toda esa parafernalia fuera al vicio. O que, se cancelara de alguna manera eso que había hecho. Y quedó igual. Se golpeó la palma de la mano con la frente.
  6. Orión Yaxley

    Libro del Caos

    1d3-2 Rueda del tiempo:
  7. Fue ese pequeño incidente que hizo que Orión estuviera un poquito más en su “salsa”. Vamos, que una buena pelea entre dos personas podía levantarle la sangre y la adrenalina a cualquiera. Le dedicó una última mirada furtiva al otro indigente y se dio vuelta para la mesa donde estaba la profesora y el resto. Ya se le había bajado las ganas de comer por más apetitosa que estaba la merienda de Sor Mala Leche. Y se sentó a escucharlas, a Mackenzie y Sagitas. Puso el codo en la mesa y apoyó el mentón en la palma de la mano. No tenía tanto mundo como las otras dos y estaba particularmente interesado. Tanto que no le salían palabras de las bocas. Es decir, ¿Generalitat? ¡Rubíes! ¿Lechuzas que no son lechuzas? ¡Cajas de colores! ¿Velazquez o Boticelli? Buf, es que estaba mirando para todos lados y en cada rincón veía una de esas cosas que nunca en su vida se hubiera dado cuenta por sí mismo. Sí, bueno, había pasado tiempo entre muggles. Sobre todo en Londres, pero se manejaba con apariciones, de bar en bar. Lo máximo que conocía de ese mundo eran las luces de láser de las discotecas y las bocinas. Para él todo podía haber sido con una varita entre ellos. No es que le haya puesto mucha atención al asunto. Qué se yo, pídele que analice la carta de el mago de las arcanas mayores antes de que te pueda explicar cómo una llavecita podía encender una maquinaria como un automóvil. Y, ¿trabajo forzado? Le sonó igual a los elfos. Já, claro, porque los magos no tenían trabajo forzado, por eso seguían existiendo los elfos domésticos. Le sirvieron un café. Posó los dedos que escapaban de sus guantes rotos alrededor de la taza. - Creo... Creo que esos bichos que están dentro de las orejas de esa señorita son como un fonógrafo mágico que hace que puedas escuchar música de cerca. Lo usarán para entretenimiento, supongo, conveniente, pero, ¿no es un poco excluyente? Se estaba refiriendo a una de las ayudantes. Seguramente estudiante de trabajo social o alguna carrera por el estilo en la universidad de la región. El cable iba por dentro de su camisa y luego terminaba en el bolsillo, conectado a algo que el mago ignoraba. Suspiró un poco añorando. ¿Qué más se perdía de ese mundo? Sus ojos fueron de un lado para el otro hasta que vio algo que lo dejó shockeado. Era un recipiente tipo cilindro, como si fuera una botella de aluminio con una tapa dosificadora. Sor Cara C*** (sí, soy un poquito más edgy) estaba usándolo para servir un líquido caliente. Pero hacía muchísimo tiempo que estaba ahí. Lo vio cuando llegó. Inspiró en sorpresa, ¿eso era un termo? - ¡Necesito uno de esos! Estoy cansado de tener que calentar el té constantemente. Eso… ¡eso lo usan para calentar el agua! Había levantado la voz y se dio cuenta que algunos se habían girado para ver qué estaba diciendo. Levantó la mano disculpándose con Sagitas. Ahora probaba dos cosas. Estaba viendo a quién podía escuchar y otro objeto muggle… Le costaba por el léxico. Se estiró hacia atrás donde había una persona de color y otro que parecía más europeo continental. Había cosas que se le escapaba… ¿“raya”? ¿“perico”?, que hablaban de un tal truño que era un pardillo y seguramente lo cogería vaya a saber quién. O estar más duro que una piedra. Buf, entre que a Orión le costaba un poco el español y… que bueno, mucho acento mucho acento. Tuvo suerte que no se agarró una conversación en catalán. Capaz… capaz si escuchaba un poco más iba a entender el contexto.
  8. - ¿El mayor valor? ¡Con el que te sientas más segura! Las runas son versátiles y vienen bien siempre que se necesite expandir un poco el conocimiento propio. Ya se iba a explayar un poco más a medida que iniciaran el pequeño viaje. Sacó su varita de uno de los bolsillos traseros y trazó una línea vertical en el aire. Un portal haz de noche se formó de una oscuridad total. Sonrió levemente con satisfacción. Esperó un momento a que llegaran todos. sus alumnos, que, más que alumnos serían cada uno sus propios maestros. - Oh, ten cuidado con esas runas. Tienen formas un poco irregulares. Lo mejor es que todas tengan casi el mismo tamaño y con la misma forma en caso de hacer consulta -le comentó a la bruja que estaba tomando su colación. Orión se refería más que nada a que no exista ningún tipo de identificación entre las piedras. Era como… las cartas marcadas. Sabiendo qué tipo de marcas tenía que carta, bueno, el azar se forzaba un poco. Les indicó con un ademán a que lo acompañen por el portal. El traspaso lo distorsionó ¿por qué? qué se yo, habrá sido por cambiar de un plano físico a otro, o de pasar de un lugar cerrado al aire libre. La temperatura también había caído. Sobretodo las botas estaban enterradas dentro del barro. Inspiró con gusto, luego de sentirse propio. Nada como el aire matutino de un río pantanoso escocés. - ¡Bienvenidos a la isla de Lewis, Escocia! Un poco más adelante están las Piedras de Callanish que serán cruciales para nuestra pequeña excursión. Salpicó sus propias ropas con todo el barro posible mientras iba caminando por el improvisado sendero. - Mientras tanto, vayamos familiarizándonos un poco con los conceptos de las runas. Seguramente junto con su set de runas de elder futhark les vino un pequeño librillo con los significados de cada runa. Verán, antes se usaban como alfabeto pero además, cada una representaba una serie de conceptos. Si tuvieran que describirse en tres runas, ¿cuáles usarían?
  9. Levantó la mirada cuando hollín y polvo cayó en su puré. Bufó por debajo y levantó la mirada hacia lo que estaba ocurriendo. Monjas discutiendo por una bicicleta de otra indigente. El de la derecha de Orión hizo un comentario medio paranoico a lo que él respondió encogiéndose de hombros. El español no era su fuerte, pero entendía lo suficiente como para pasar desapercibido. Eso y sus ropas todas rotas. No hubo tantos problemas con eso. Había vivido en las calles. - Genial, ya se arruinó mi comida -se dijo así mismo bien bien bajito. Se apoyó sobre su codo, chasqueó la lengua y volvió a ver el lugar. No conocía a sus compañeros de la clase de Estudios Muggles y, cuando se inscribió, esperaba más una excursión a un museo o a la tienda postal. Pero esto estaba mejor, capaz allí podría aprender de una vez por todas cómo funcionaba un arma de fuego muggle. O llegar a ser un piloto de una de esas cosas voladoras que cortaban las manos de los brazos largos (descripción de Orión de un helicóptero). Golpeó los brazos en la mesa y se levantó. Caminó entre las mesas sin tanto cuidado y fue una de las puntas del comedor hasta donde estaba la profesora y el resto de la clase. - ¡Sagitas! Estoy aquí. No contó con que su enorme trasero golpeó la cara de uno de los comensales, logrando que se tirara encima toda la sopa. - ¡C***! -el tipo se paró, tomó uno de los cuchillos y se paró amenazante frente a Orión. Lo que causó que al otro se le cayera la sopa encima y… Bueno, nos podríamos imaginar una pelea en un comedor claro. Por nuestra parte, no podíamos dudar que Orión iba reaccionar, tomando una botella de aceite golpeándola contra el borde de la mesa.
  10. Un joven de unos veintipocos se encontraba en la puerta de Magic Land con una pequeña nota entre sus dedos. Tenía un ojo amarillo y el otro azul. Mucha tierra en un rostro un tanto aniñado. Finísimo vello facial sólo en su bigote y barbilla. Se notaba malhumorado, hasta escupió a un lado del letrero. Sus ropas pertenecían a una banda guerrillera con manchas de grasa automotriz y sangre. Tenía un parche con calaveras que tenía el nombre de Astor. Se metió las manos en los bolsillos y le pegó una patada a una roca que tenía a su lado. Era relativamente alto y de contextura normal. Iba por el único camino pavimentado viendo los juegos en desuso y poniendo los ojos en blanco. Giró la cabeza y se detuvo al ver un pequeño trailer en un lote un poco más vacío. Tocó la puerta. - ¿Alguien vive? Este lugar apesta a rayos.
  11. Orión Yaxley

    Libro del Caos

    Orión tenía que pensar rápido. Se había aparecido justo en el momento en que las flechas de fuego iban viajando a la vivienda del Uzza. Si se quedaba ahí, con cara de tonto, seguro lo culpaba y terminaría con una muerte no tan placentera. Y con una sonrisa en su rostro y supo que lo último que le haría a uno de esos guerreros docentes se había convertido en una realidad. Materializó su varita en la derecha y tras un latigazo con la misma mano invocó el mismo hechizo que Beltis, flechas de fuego. Corrió hacia donde estaba el portal para entrar saltando. Todo terminó con tierra en su boca, una cara enrojecida por el golpe y una expresión de frustración. Clavó la misma en el suelo y dibujó uno por sus propios medios para ir a donde se encontraba la que sería su compañera. Él no era tan agraciado como la Malfoy, ni tampoco tan preparada. Llevaba su anillito de Videncia y el resto todo metido dentro de su monedero Mocke. Y ya está. Un abrigo liviano, camisa, botas, pantalones, esas cosas. No tanto para el frío con el que se había encontrado, pero viviría. - La próxima, déjame un poco más de tiempo para entrar al portal. Se levantó con cuidado de la nieve. - Tú y tu fascinación con hacer todo en lugares exóticos. Pero bueno, ya, ¿sabes que nos rastreará, verdad? Beltis era la oscura entre los dos. Él tendía a ser el extraño. Capaz y hasta te apuesto que los podían enfrentarse a Bakari. Miró hacia cierto horizonte apretando la empuñadura de su varita. Esperaba a que salieran en cualquier momento.
  12. Los tambores comenzaron a sonar con fuerza. Era una magia poderosa, de una cultura diferente, algo que Orión no sabía manejar. Y la nigromancia era sólo una cosa que había tocado de oído, en realidad, por la marca, por las misiones, por las conexiones. Invocar el más allá con la ayuda de la Videncia. Si la habilidad supuestamente te permitía ver otras cosas, ¿por qué no explorar otras dimensiones? ¿otros planos terrenales? ¿ver, justamente, el más allá? Su maestro capaz no aprobaría ese uso de la habilidad. Pero Orión sintió esa necesidad, de caminar por la fina cuerda de la muerte y la vida. Y el único lugar en dónde encontrar ese espacio era… bueno, el subsuelo de la Manor. Y esos impulsos que iban a através de él golpeaban los cimientos. La tierra temblaba. Y los humos de diferentes colores se mezclaron; los brebajes y pociones alucinantes, oníricos, psicodélicos entraron en ebullición; los círculos y triángulos se iluminaron. Los tambores entraron en un ritmo elevado. Y él, Orión, se vio envuelto en una fina capa gaseosa violeta que se rompió cuando se comenzó a elevar. Los ruidos y temblores iban in crescendo. Silencio. Se abrió únicamente su ojo izquierdo que tenía el mismo tono grisáceo de cuando estuvo ciego. Be prepare, be prepare, ¿lo puedes sentir? prepárate. Una voz gutural que no era propia de él salió directo de su garganta. Inspiró con sonoridad. En un ciclo lunar se desatará una guerra civil. La transvaloración de todos los valores. La transfiguración de la magia conocida. La transmodificación de la nada. La luz es oscuridad y la oscuridad es luz. Los testigos morirán. Las familias desaparecerán. El más allá reclamará lo suyo. Esto es lo que todos quisieron, pero no lo que pidieron. Todo el ritual se desvaneció como precio. Orión bajó lentamente y recuperó la conciencia cuando los dedos de los pies tocaron la piedra. En la mano izquierda tenía la profecía. Subió por las escaleras de la alacena, tapado con un viejo kilt. - ¿Alguien puede traerme un té y un whisky?
  13. Una sonrisa brotó de su interior. Lo que planteaba Orión no era para nada descabellado. Era como el sentir transversal y transgeneracional de todos los habitantes de Ottery, de alguna forma u otra. Que entre los dos intercambiaran miradas también le daba un sentido de legitimación a lo que decía. El lenguaje corporal tampoco podía mentir, tanto. De todas maneras, él también consideraba que estaba bajo unas condiciones raras. Entrar sin aviso, cubriendo la identidad y con una ímpetu un tanto… fanática. - Si quieres resultados diferentes… cambia los métodos ¿no? Capaz si no se repetían los errores del pasado. Si se veía de otra forma el problema. Aplicar otras fórmulas. Innovar… - Piénsenlo. ¿Qué se puede perder? ¿Acaso nos vendrán a asesinar? ¿Meter preso? ¿Juicios? Díganme cuántos detenidos hubo en estos últimos años. Sacó un reloj de bolsillo y suspiró al ver la hora. - Los dejaré para que lo piensen. Ya me volveré a contactar y ahora que ya nos conocemos, podré tocar con seguridad la puerta. Siempre se pueden juntar a celebrar los buenos tiempos. Digo, no podemos tapar el sol con un dedo pero al menos disfrutar del tiempo. Levantó el vaso de whisky a modo de salú y se desapareció.
  14. Orión Yaxley

    Runas Antiguas

    http://i.imgur.com/2pb0Dm2.png Estiró sus brazos y puso los pies sobre el escritorio. Eran incontables las veces en las que lo trataron como un irrespetuoso, un poco desagradable y poco agraciado mago. Generalmente, demonios con grandes riquezas y mansiones enormes o castillos antiguos. Pero como todas esas situaciones… bueno, quedaban en nada. Así que él iba a seguir poniendo sus botas sobre la madera. Tengamos en cuenta que, a él, lo que más le interesaba era que la gente aprendiera y viniera con ganas de aprender. Detrás de él había un pizarra con las runas del elder futhark. Tenía preparada una pequeña clase para el diverso alumnado. Y los estaba esperando. Un poco con resaca. Se había apropiado de una aula cualquiera y el aviso a cada uno fue casi instantáneo. Además, le había pedido a la directora que les avisara, de alguna manera, que trajeran un set de runas para iniciar el entrenamiento. - Al menos es pasado mediodía -dijo, mientras sacaba una petaca whisky para beber un poco. Cerró el recipiente de plata y lo guardó dentro de su abrigo. Bajó sus botas cuando escuchó un par de pasos en el pasillo. - Estoy aquí, pasen sin miedo, ¿alguna duda sobre las runas antes de comenzar?
  15. Creiiiisi Creo que estamos yendo por muy buen camino frente a una nivelación. Tenemos más usuarios de bajo nivel que de alto y se ve que va a aumentar la actividad (mirá la que tuvimos en la gala!). Como pequeña recomendación, si es que parte del beneficio (el mayor matemáticamente hablando) viene del lado de los puntos, ¿por qué no arman una plataforma para que se vea más fluído el ingreso? No me voy a cansar de repetirlo y no quiero que se tome esto como un ataque, no veo el subforo de Gringotts, no sé como se manejan los duentes, como user mortal común y corriente no tengo por qué saberlo, pero lo que sí veo y siento (puedo estar 100% equivocado) que es un poco trabado el tema de los puntos. Desde el 4 de este mes estamos esperando que se vean reflejados los galeones en las bóvedas por los puntos. Entiendo que este mes sea especial por todos los cambios que se vienen haciendo y se valora todo el trabajo, heck, me encantaría ayudar voluntariamente pero no creo que me dejen xD (espera, ¿se puede ayudar en algo?). Es que, mientras más fluído sea este tema, se va a reflejar en la actividad de nuevos y de users de bajo nivel (posibilidad de comprar más, hacer cursos, clases... vamos, divertirse en el juego). Dicho esto, se los dejo como una sugerencia pa' que lo vean en el equipo. Repito, no es ataque. Y sé que hay cosas que hay que tener paciencia. Saludis!
  16. - La atención es toda suya, señor. Hable usted. Orión estaba sorprendido. No esperaba mucho de las visitas, realmente, y que los dos le hubiesen contestado con cierta cortesía era un poco refrescante. Se tomó el whisky. Había soltado un par de risas ante los comentarios de los dos. Tenía toda la razón, espada era un nombre est****o, pero si ya no era mortífago ¿entonces qué tenía que ser? él mismo, pero, ya saben, seguridad. Mañana podría ser Roberto o Cañón. Ya vería. Desapareció el vaso vacío y se acomodó en el lugar. - Sí, bueno, no es que haya salido mucho de casa. Pero tengo entendido que una guerra civil de tantísimos años no llegó absolutamente a nada. ¿No se dieron cuenta que los dos “bandos” dejaron de existir? Entonces, Bel, si ambos reconocemos lo mismo, ¿qué harías para cambiar la situación? Y no se refería solamente a la violencia de dos bandos clandestinos. Implicaba otra cosa. Guerras contra el país. Catástrofes naturales. El poder seguía estando ahí, sin tocarse. Magia que permanecía sellada. “Tabúes”. Magos como Garry que podían ser perseguidos por su condición. Orión no lo sabía específicamente, pero conocía casos. Sangres puras, impuras, categorías impuestas, costumbres que limitaban. - ¿No sienten que están a merced de lo tradicional? No les vengo a proponer la cura de todos nuestros males. Los invito sólamente a que vean el problema desde otra perspectiva. Intentaba ser claro y tranquilo. No buscaba amedentrar, si no debatir desde un mismo nivel. Acá no existía un iluminado y otros ciegos. Al contrario, Orión sabía muy bien que él estaba un poco en desventaja. Llevaba una vida relativamente cómoda. - No lo sé, si me preguntan a mí, yo pienso que existe algo más que todo… esto -dijo, ampliando las manos haciendo referencia a una casa armada, a lujos, bóvedas repletas de oro- pero, ahora yo les pregunto, ¿y ustedes qué creen?
  17. Holi Creisi! Tengo una duda con la última parte, ¿quiére decir que los roles del Callejón tienen 100 puntos por posteo? ¿O se discrimina por el tema de afiliados? Es decir, si yo soy afiliado registrado en el tópico del negocio A, ¿si yo posteo en el negocio B no se suman esos puntos? Porque en general nunca le di mucha importancia a esa parte y de ser así... bueno, a inscribirse pues Dineros $_$
  18. Las costumbres se repetían por tercera vez. Túnica gris impoluta y reluciente, una máscara hecha con el cráneo de un venado. Capucha. Anonimato. Espada en el regazo y la varita guardada en uno de los bolsillos. Un vaso de Whisky en la mano derecha. Era de noche y ya no daba estar pidiéndole té a los anfitriones. Las últimas dos veces que lo hizo lo habían tratado de terrorista o algo así. Claro, porque seguramente aparecerse en una habitación en medio de una charla completamente privada, secreta, que no le incumbía en lo más mínimo; no era algo parecido. Porque eso había pasado. Orión estaba ahí, observando a Bel y Garry desde uno de los asientos de la habitación donde estaban. La suerte de haber elegido un lugar sin hechizos anti-aparición. - Disculpen mi pequeña interrupción espontánea. Mi nombre es espada -dijo, levantando el arma de su regazo- sí, el nombre más est****o de la vida ¿no es cierto? Pero todo tiene su justificativo. Movió un poco los hielos en su líquido ambarino y bebió un poco por debajo de la máscara que cubría su identidad. Tenía que reciclar tanto material mortífago que había quedado, literalmente, al pedo. - Venía a hablar con los dos. Resulta que tengo una pequeña propuesta que me gustaría que podamos charlar. Sé que… Guardó silencio mientras veía la distancia entre los dos. - Estoy interrumpiendo algo, pero esto es medianamente importante -les comunicó mientras movía un poco la cabeza al ritmo de las palabras- Ottery… diablos ¡todo el maldito país! Se volvió peligroso. Entonces, ¿hablamos?
  19. Si los Grangers eran conocidos rebeldes que les cantaban las verdades al Ministerio, entonces Orión vivía en un termo. Lo único que sabía de esa familia era que su maldita casa se estaba cayendo abajo. Si lo hubiesen llamado antes, capaz les daba una mano con el revoque o la albañilería, después de todo vivía en una casa restaurada y nunca se les cayó nada. O capaz era magia de esas que atacaban al Ministerio de vez en cuando y te encontrabas con terremotos, incendios y ataques terroristas. Ahora aparentemente estaban en guerra con Bulgaria, o algo así. Negó con la cabeza mientras chasqueaba con la lengua. Nadie los había atendido. Con la espada de su derecha, abrió un fulgura nox. Tomó los brazos de Robertina y Florentino (Maida y Matthew) y los lanzó hacia el portal. Por su parte, Aaron se había desaparecido con Goshi. Antes de entrar él por el portal que había invocado, dejó un ratón pequeño en el suelo, que fue corriendo a una de las paredes para meterse entre las paredes. El pequeño King serviría de ayuda más adelante. - Una pena, quería una taza de té -se dijo así mismo mientras cruzaba el portal. Capaz la próxima los recibiría alguien.
  20. Holiiii Nick: Orión Iasli ID: 46902 Libro de Hechizos: Libro del Caos Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Justificante Rango Social: Orden de la Cruz Dorada Nivel de Magia: XXII Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): ¿quién sabe? Yo sí sé, porque no estoy tan vieje, Beltis mitad del 2008 xDDD Link a la Bóveda: 78333 Link a la Ficha: 78282 Gracias beibi :*
  21. uy uy uy hola hola Nick: Orión Yaxley ID: 46902 Conocimiento: Estudios Muggles Nivel de magia: 22 Link a la bóveda: 78333 Link a la ficha: 78282
  22. Un remolino mágico se apareció en el camino que daba a la puerta de la Mansión. Cargaba la espada que había usado en la Potter Blue, esta vez sobre la espalda. En ese momento llevaba una máscara de cuervo y, una larga túnica gris con capucha que lo cubría de pies a cabeza. Entrecerró la mirada cuando sintió un aire excesivamente frío al momento de aparecerse. Caminó con cautela, llevando una bota a la vez y aferrando su varita en la mano izquierda. Había pasado bastante tiempo desde su última visita a la Mansión Granger. Desde ya, no tenía tantas expectativas de una recibida cálida, pero no podía dilatar más el asunto. Lo notó cuando sacó un viejo pergamino de uno de sus bolsillos, exponiendo la derecha y leyendo fugaz el contenido. Bufó mientras lo guardaba. Se acercó hasta la puerta y golpeó un par de veces. Golpeó otra vez. Nada. Pegó un leve salto cuando vio que un unas enredaderas con flores azules querían trepar por los talones. - F**k modales. Arremetió un tackle con todo su cuerpo a la puerta que cedió, debilitada por los cambios que estaba sufriendo la mansión. No quiso preguntar, ya tendría oportunidad de hablar con la familia sobre temas… más importantes. Sacó la espada de su funda y arrastró al punta por la entrada del lugar. - ¿Grangers? Vengo con una propuesta. ¿Amigo o enemigo? Eso lo terminan decidiendo ustedes. Nuevamente el mismo aire gélido. Lo peor que le podía pasar era que hubiese hecho todo ese viaje para nada. Buscó alguna abertura esperando que algún compañero se le uniera. Él, por su parte, tenía que mostrar una cordialidad inicial. Ya había pasado en la última familia que toda la parafernalia que se habían montado había causado un poco de malestar. Capaz mostrando un poquito de civilización, los Grangers estarían abiertos a lo que él tenía para decirles ese día.
  23. A la madrugada Recordemos varias cosas sobre la Manor: la primera, era una casa de “verano” que fue construida para proteger a los magos de la familia, con su propio mecanismo de defensa; la segunda, el lugar fue estratégicamente elegido por sus cimientos, un templo de tiempos pre-Britania. Había aun varios misterios de la casa, pero por lo pronto la familia estaba bien. A veces, en Inglaterra, era mejor quedarse callado que ir buscando por respuestas. Traía menos problemas. Orión, como si fuese un tiro al aire o una tangente que se iba para un lado diferente. No se consideraba único y diferente, si no que su propia magia lo resaltaba. Es decir, ¿quién en su sano juicio iba a realizar un ritual junto con un altar de sacrificios? Él. Es que, tenía la teoría de que iba a poder ver más a allá de sus posibilidades si se forzaba a salir de su propia zona de confort. - ¿Sabes, gato feo? Te saqué de la Reserva porque es del gobierno. Y nada que provenga del gobierno puede ser confiable. En una de las esquinas estaba el wampus lamiéndose las garras, con sus ojos amarillos clavados en él. - Sí, ya sé que soy parte del mismo gobierno, pero, tengo un plan. ¿Qué hace 3 años que digo que tengo un plan? Ah… pero esta vez es diferente. Tengo armas nuevas y ya no sigo ninguna orden. Terminó de machacar las hierbas en el mortero y tronó sus nudillos. Al altar le había puesto un mantel gris oscuro. En cada punta había una runa de Uruz que mantenía la tela fija. Su monedero mocke abierto. Un libro viejo que tenía abierta una página desplegando una carta astral antigua. El cuenco con agua humeante acompañaba al mortero y varios pocillos de diferentes hierbas. Por último, el mismo vendaje que usó cuando se quedó ciego, esta vez, con un ojo rústicamente pintado en su centro. Tomó su varita y golpeó un par de veces la mesa. Del monedero salió un centímetro mágico que fue midiendo con exactitud una misma distancia entre un conjunto de tambores que formaban un círculo. El lugar estaba lleno de todos los clichés habidos y por haber de magia pagana: velas, un nudo gordiano de sal, varios jarrones que desprendían humos violetas, lavandas, azules y naranjas. Pasó el polvo del mortero a una taza de boca ancha. Levantó la varita y la agitó con cierta torpeza para que el agua humeante llenara la taza. Se colocó la venda en al frente y con los ojos cerrados se tragó el preparado. Tosió, cubriéndose con la mano. Sangre. Con cuidado fue al centro de nudo gordiano. Se sentó, cruzando las piernas, y juntó las manos. De a poco, fue como si la cadera se desprendió de las uniones y su torso iba lentamente bajando hasta pegar su espalda con la piedra. El wampus decidió escapar por uno de los pasillos. ---- Fue cuando la última estrella del firmamento desapareció cuando los tambores comenzaron a sonar. En in crescendo iban tomando fuerza. El pecho de Orión, que no se había movido en todo ese tiempo, reaccionó a la música. El lugar estaba ya completamente lleno de vapores, aromas y una densidad mágica aplastante. Un estruendo sacudió los cimientos de la Yaxley. La garganta del vidente se enrojeció y un sonido gutural salió de la misma. Comenzó a cantar Merlín sabe qué al ritmo de la música.
  24. Soltó una carcajada sonora ante el reclamo de Xell. Negó nuevamente la cabeza y cruzó las piernas mientras chasqueaba los dedos. Habían entrado sin avisar, con armas en las manos, con máscaras protegiendo su identidad; era obvio que la primera reacción de los Potter Blue iba a ser defensiva. Después de todo se habían acostumbrado a los mortífagos. - No hace falta la violencia, podemos charlar como los civilizados que somos. Tengo el presentimiento, además, que nos escucharán al menos. Se acomodó en el asiento tras hablar con su cuadrilla. Volvió a referirse a la verdadera Sagitas y a Xell. - ¿Malo? Malo es el gobierno, que con su negligencia pagamos todos los magos. No se confundan. No somos de la Marca Tenebrosa ni de la Orden del Fénix. Venimos en nuestros propios términos para ayudar. Pero al igual que la magia todo tiene su precio. Veníamos a comunicarles de los peligros y ofrecer nuestra ayuda. Somos magos que buscamos algo… diferente. Y estoy seguro que una familia como la suya se encontrará más que cómoda entre nosotros. ¿Es que no habían escuchado las noticias? ¡Terremotos! ¡Inundaciones! ¡Epidemias de embarazos y quintillizos! Y no solo quedaba en desastres naturales, ¡armas biológicas! ¡Guerras mágicas! Todo era trágico para el mundo mágico y no había ni un espacio de respiro. Ni siquiera el departamento de seguridad hacía su trabajo. - Tranquila Sagitas, no queremos lastimar a nadie. Somos… un grupo. Y solamente queríamos compartirles nuestros pensamientos, nuestras preocupaciones. Esperamos que piensen en nuestra propuesta. Tendremos una reunión pronto y… no se preocupen, se enterarán. Mientras tanto, si tienen alguna duda… Orión metió la mano dentro de su túnica y sacó una bolita de papel. Cerró el puño y sopló, liberándola al mismo tiempo. Un cuervo azulado fue volando directamente a la cabeza de Xell. - Si tienen alguna duda, Edgar sabe dónde encontrarnos. Le gusta el whisky y las galletas mojadas en leche. Cuídenlo. Se levantó del sillón tomando la espada y colocándola por sobre sus hombros. Le indicó a su cuadrilla que ya era hora de salir. - Tenemos otros lugares en dónde estar. Les aseguro, sin embargo, no será la última vez que nos veamos, familia Potter Blue. Además, me deben un té. Para la próxima será.
  25. - Voy a aprovechar que tengo su cara para colarme en su habitación y robar todo lo que brille. - ¡JA! Te amo tanto, como lo has dicho tantas veces, lo que no está atornillado… bueno, ya me enteindes. Vio como la pseudo Sagitas se iba alejando hacia la planta superior cuando una voz lo distrajo por un segundo. Se dio vuelta y se sorprendió que alguien se había dignado a aparecer. En toda su historia entrando sin permiso a casas ajenas, eran contadas las veces que reconocían su presencia. Dejó la espada sobre un sillón de tres cuerpos y se sentó en uno de los extremos. Le indicó a Xell otro sillón para que se sentara. - Oh, ¡qué bueno que alguien nos responde! ¿Sabes? Estaba bastante preocupado de que nadie nos iba a abrir la puerta, que entramos sin avisar. Se levantó la máscara de oso lo justo y suficiente como para que se le vea la barba y la boca. - Mi nombre es Espada, ¿el tuyo? Con mis compañeras venimos a ofrecerles algo a ti y a tu familia. Carraspeó un poco y se dedicó a observar el lugar. Chasqueó con la lengua y negó con la cabeza. - Tienen muy linda mansión. Sería una desgracia que vuelva a caer en ataque. ¿Sabes cuánto peligro corren ustedes sin una protección segura en su casa? Intentaré ser directo, el Ministerio no está funcionando como es deb… Apareció Sagitas y una sonrisa de oreja a oreja se le dibujó a Orión. - ¡Sagitas! Únete por favor, podemos tomar un té, de paso, y charlar un poco sobre política y tratos. Justo el estaba diciendo a… ¡Xell! ¿Es tu nombre verdad? Pues, le estaba contando sobre los peligros en los que la comunidad mágica inglesa se ha sumergido. Muchas guerras, muchas batallas, muchos desastres y… ¡ninguna certeza! Podemos charlar y llegar a un acuerdo. Yo mismo me encargaría de que ustedes estén a salvo. Claro, a salvo de ellos mismos.

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