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Gabrielle Delacour

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Todo lo publicado por Gabrielle Delacour

  1. Apareció cerca del lugar y vio a Hades esperando el grupo ¿En verdad era la primera en llegar? Sus ojos buscaron a sus compañeros pero nada. Metió las manos en las bolsas de su jean y caminó un tanto apenada, la primera y esperaba no verse tan "nerd" y desesperada por comenzar. Al poco tiempo sus compañeros comenzaron a llegar, y se cruzó de brazos, odiaba el sol pero no quedaba de otra era la clase y tenía que asistir tal como se había prometido al inscribirse al curso. La camisa blanca le quedaba un poco grande a lo que de cierta forma agradecía lo fresco... más tarde lo lamentaría. El profesor había comenzado a hablar y la atención de la Black se centró en él, sus ojos miel le seguían en su andar y alzó la ceja al ver la marca que había dejado en su hombro ¿En serio? Le miró con recelo pero igual asintió con la cabeza a lo que decía acordando a lo que posiblemente más adelante se arrepentiría. Esperó las instrucciones y miró un poco nerviosa a sus compañeros ¿En qué problema se había metido? @@Hades Ragnarok
  2. No tenía el aire suficiente para responder, se encontraba agitada y sus manos presionaron la espalda de su hermana para sentirle un poco más cerca de su cuerpo y un grito de placer indicó el final. Le abrazó hacia ella aún agitada, le amaba y ahora se pertenecerían mas que nunca. – También te amo... Demasiado.- acercó sus labios al cuello de su hermana y dio pequeños besos hasta llegar a su clavícula.– Te extrañaba. Le hizo moverse y quedar recostada en la cama, se acercó a su cuerpo y recargó su cabeza en su pecho dejando su pierna encima de ella. De nuevo juntas y era todo lo que importaba. Suspiró y su mano rodeó la cintura de su hermana. Su mente de nuevo recayó en el tema de la boda, había que comenzar a planear rápido, fecha, ministro, lugar y de esa manera aprovechar el poco tiempo que tenía a su hermana para ella; tenía que acorralarla antes de que ella desapareciera de nuevo dejándola sola con posiblemente toda la responsabilidad de organizar todo. Cerró los ojos y dejó de pensar en cuanto el aroma de su hermana inundó sus sentidos.
  3. Gabrielle había salido del aula pera tener una mejor vista de las chicas; cuando ella había llevado la clase había detestado con todo su ser a Orión quien les hizo dar vueltas en su cabeza, odiaba los acertijos y la Black había tomado esa oportunidad de sentir lo que él les había hecho sentir. Pero no le daba placer el verles un tanto atareadas a diferencia de lo que había pensado. Se cruzó de brazos y se recargó en una de las paredes esperando a la primera de sus alumnas que se acercara al árbol central del patio ¿Le entenderían? Samantha había sido la primera y una sonrisa de aprobación se dibujó en los labios de la francesa. Tan solo faltaba la última alumna, la Delacour decidió regresar al salón de clases, si la primera había logrado dar con el lugar de seguro también lo lograría la otra chica. Entró al aula y casi al momento le siguieron los pasos, su mirada se clavó en la chica y, antes de proseguir fue atacada por dudas. - Profesora, sé que las runas son un lenguaje, sin embargo, he oído que la lectura puede significar diferentes cosas para diferentes personas ¿es así? sé, pero al ser un lenguaje mágico me imagino que la respuesta debe depender mucho de qué es lo que se ha preguntado. ¿no? <<Demasiado>> Pensó para sí y sonrió, era obvio que vendrían con preguntas y solo quedó sonreír ante la curiosidad, había leído y se notaba y que se empapara de ese conocimiento le había dejado una buena impresión de ella. – Alguien se tragó el libro de la biblioteca ¿Cierto? Por cierto Soy Gabrielle Delacour, qué modales los míos ¿Y tú eres...?- la sonrisa en sus labios le evidenciaba el cierto orgullo que sentía por la chica y apresuró sus palabras.– Y sí, depende de la persona que las interprete será el significado que le dé, depende de la manera de pensar de cada uno y sobretodo de lo que hayas preguntado. Ahorita estamos conociendo sus significados literales, después nos meteremos con algo más y espero que al final de la clase ustedes puedan hacer sus propias preguntas para ser contestadas por esas... pequeñas... figuritas. Su mano apuntaba vagamente a las runas que tenía sobre su escritorio, sí, culpable, ella misma había comenzado ha hacer preguntas sin respuestas y apresuró a meterles en la bolsa donde les guardaba. No esperaría a su compañera, sobre el escritorio se veía una runa solitaria, una, menos desastre al parecer. Quería significados crudos y solo se dedicó a mirar a la chica. – Fehu ¿Qué te dice?- alzó la ceja y se cruzó de brazos.– Tienes que ir al lugar donde crees que se encuentra esa runa ¿Qué significa y dónde crees que le puedes encontrar? Literal. Ahora es momento de ir. De regreso te espera el pode interpretar tus propias preguntas. Por escasos segundos sintió un escalofrío recorrer su espalda ¿Se estaba convirtiendo en la versión femenina de Orión? Meneó la cabeza y alzó las cejas, esperaba que no. @@Samantha Sokal @
  4. — Diste en el punto, tienen sentido para una comunidad y… El hilo de la clase había sido cortado por la recién llegada; Rachel era la única que faltaba a lo que Gabrielle dio por completa la clase se quedó quieta esperando que la chica tomara asiento y dejó que tomara la palabra. Asintió levemente con la cabeza, al menos las dos alumnas estaban en la misma página y no habría la necesidad de dar palabras de más. Entrelazó sus manos y estiró los brazos hacia enfrente sintiéndose un poco más relajada. —Creo que es momento de presentarme. Je m’appelle Gabrielle Delacour… Pueden llamarme Gabs. Mucho gusto Sasha.- giró su mirada hacia Rachel y sonrió sacando por escasos segundos la lengua.— A ti ya te conozco, no hay necesidad de formalismos. Guiñó el ojo a la chica y dio un leve golpe al escritorio. — Idiomas. Ambas aciertan en la comunicación entre individuos, es un hermoso sistema de comunicación formado de palabras o gestos que resulta propio de una comunidad de individuos. Noten que también mencioné gestos; un idioma no es solo palabras, también son los símbolos, gestos hasta vibraciones… Es fácil aprender un idioma si uno se concentra en los pequeños detalles. Sí, aquel tema le apasionaba, a pesar de no ser el ejemplo vivo de “Señorita Simpatía” el hecho de poder entender a las personas o darse a entender le resultaba más que extraordinario y, en el mundo mágico, el ambiente era aún más rico en cultura que el mundo muggle. Mezclas. Soltó un suspiro tratando de retener sus ganas de seguir hablando ¿En verdad se estaba convirtiendo en lo que más detestaba? Regresó su mente y atención hacia sus alumnas, había que seguir enfocada en el tema. — ¿Recuerdan cuando aún eran larvas humanas? ¡Claro que no!– aquello había salido crudo y sonrió tratando de puntualizar su idea.— Un bebé comunica lo que necesita por medio del llanto, gestos, pequeños sonidos en lo que aprende el idioma de su madre o tutor. El humano o cualquier ente tiene la necesidad de comunicarse desde sus primeros segundos de vida. Bueno ahora les toca a ustedes sentirse esas pequeñas larvas… A pesar de ella misma ser de raza humana el concepto de “larva” era algo que le encantaba, odiaba tener que demostrar alguna debilidad y, en cierto modo, encontraba tierno aquel término. Con su varita en mano hizo aparecer dos pequeños conejos de peluche sobre el escritorio de cada una y apresuró sus palabras. —Ese pequeño les llevará a Rusia, Moscú para ser exactas. Deben buscar un buen vodka, pueden hacerlo juntas o cada una por su lado. Quiero que encuentren las dificultades de ese idioma porque no es solo el carácter fuerte de las personas, si no la lectura, el idioma… Recuerden analizar el entorno y regresen, si se atreven a destripar a ese inocente peluche adentro guarda una llave, misma que les servirá de translador hacia el ateneo. Puesto las cartas sobre la mesa la Black miró con intriga a sus alumnas, no sabía el por qué les había pedido licor ¿Cuándo se había vuelto alcohólica? ¿La soledad tal vez? Al verles todavía en el aula aplaudió un par de veces y movió desesperada sus manos como si ahuyentara a alguna paloma intrusa. —Shu shu, que no las quiero ver aquí con las manos vacías, arre fuera, no hay tiempo para pensar y ¡Suban al bendito carro!
  5. Un escalofrío recorrió su cuerpo y arqueó la espalda por instinto, si alguien sabía descontrolarla era su hermana; sin piensarla dos veces le sujetó del mentón obligándola a mirarle, sus ojos miel se clavaron en el azul de ella... Ella. Je t'aime... Castillo, ya. No, no había sido el rush de la propuesta, ni el saber que al fin ella sería suya, era el hecho de que su simple roce lograba encender cada partícula de su cuerpo, despertaba toda su lujuria, sus instintos más primitivos donde ella misma se convertía en alguien mas fuerte que la otra Black, a pesar de la diferencia de edad, de estatura, de raza, de fuerza... Sin pensarla dos veces pasó sus manos por la cintura de la rubia y pegó su cuerpo, la deseaba en su cuarto... y ahí la tendría. Les había hecho aparecer en el cuarto que ambas compartían, el vértigo del viaje era poco con el mareo que sentía a causa de las ganas de tenerla de nuevo entre sus dedos. Le sujetó de nuevo del mentón y sus ojos miel demostraban su lujuria reprimida, la adoraba, la amaba y ahora más que en ningún momento la deseaba.
  6. RUNAS ANTIGUAS The horror — Eso me pasa por habladora… Había cierto desafío con respecto a dar la clase que tanto dolor de cabeza le generó en su momento, no recordaba nada acerca de teoría de esa clase ¿Les había dado teoría Orión? En su mente solo estaba el momento en el que el Yaxley golpeaba el escritorio diciendo que la lección había finalizado, tal vez. Sobre su mano llevaba la pequeña bolsa de runas que había quedado de aquella clase (o tortura), no tenía ni la menor idea de cómo comenzar incluso si su instinto le decía que solo siguiera los pasos del titular... Pero el dejar todo al azar no era de su gusto, no siendo tan controladora y metódica. Abrió la puerta del aula y sus pasos fueron directo al escritorio. Vestía una camisa blanca, unos leggins negros y un cinto negro que marcaba su pequeña cintura, sus cabellos castaños caían sobre su costado derecho adornados por un listón negro, sencilla. Sin mirar si había alumnos dentro del aula giró hacia el pizarrón para anotar lo siguiente. EIHWAZ ANSUZ SOWULO No había mucho que explicar ¿Qué tanto había aprendido en su clase de runas? Supervivencia e interpretación; al igual que los idiomas era más que nada el ver un símbolo y buscar cualquier manera de interpretarlo, era solo meter un poco de mente al asunto. Tenía las herramientas pero ¿Y sus alumnos? — Las runas es solo otra manera de comunicación, un idioma muy antiguo, pero sigue siendo comunicación. Esto será divertido...- soltó un suspiro; no, no lo sería.—Frente a ustedes tienen el nombre de esas tres runas, investiguen su significado, tienen la biblioteca para guiarse… Esas tres runas les dirán el lugar a donde tienen que ir para encontrar sus propias runas y continuar con los acertijos de la clase. Recordó su desesperación de estar buscando en vano significados, de no haber llevado la clase con Mahia habría terminado ahorcando a su hermano y sus malditos acertijos. No, no les dejaría tan a la deriva. —Tengan en cuenta que ese lugar sigue siendo dentro de los terrenos de la universidad. Y se sentó sobre el escritorio mientras comenzaba a tararear divertida. @@Samantha Sokal @ @
  7. Gabrielle Delacour

    Idiomas

    Idiomas – Well... F**k Las palabras quebraron el silencio del aula seguido por las pisadas de la Delacour, otro curso por impartir y aún no había planeado nada de la boda, lo hacía más que por la paga por el gusto de regresar a dar clases pero su tiempo... Se estaba quedando sin tiempo. Al llegar al escritorio apretó su mano derecha en puño sintiendo como su varita comenzaba a materializarse, apuntó al pizarrón y de inmediato el gis comenzó a escribir dos preguntas. Esperaría; de un salto se sentó sobre el escritorio y sus pies comenzaron a juguetear en el aire. Vestía unos leggins negros, una camisa blanca larga y un cinto negro que acentuaba su pequeña cintura, sus cabellos ondulados estaba sujetos por un listón negro sobre su costado derecho y unas botas negras completaban la vestimenta. Tal vez la nostalgia le había llevado a vestirse con su antiguo guardarropa. Era hora, giró su torso y sus ojos miel se enfocaron en el pizarrón. – ¿Quién será la primera? @@Sasha Askar @@Rachel Ravenclaw
  8. Había pasado suficiente tiempo como para que la Black pensara que los chicos se habían perdido ¿Necesitaría ir por ellos? ¿Por quién iría primero? Sabía que Juv no tendría problema debido a su orgullo, primero muerta que aceptar que estaba perdida… Y el chico era demasiado simpático a lo que posiblemente terminaría metido en problemas ¿Estaba en lo correcto dudar? Caminaba ansiosa de esquina a esquina, de vez en cuando daba un pequeño brinco tratando de meter un poco de dificultad en su andar y de esta manera alejar un poco la ansiedad. Un clik inesperado anunció la llegada del primero. Sus ojos miel se clavaron de inmediato en Eobard y sonrió con cierto alivio, uno menos. Tomó la botella de sake y sonrió al joven escuchando atenta. — Vaya que aprendiste… Y el viaje se trataba exactamente de eso, te valiste por ti solo a base de lo que tu cabeza recibía, en imágenes, estímulos, sencillo ¿Cierto? Inquieta jugueteaba con la botella, caminó hasta el escritorio y le dejó ahí para evitar que sus nervios le hicieran resbalar de sus manos. Ya solo quedaba la Malfoy y otro Clik anunció su llegada. — Uff, es la primera vez que me alegra tanto ver a un Malfoy. Su sonrisa delataba la verdad de sus palabras, su alumna estaba de regreso y solo quedaba el proyecto final. Ambos chicos tendrían que combinar sus habilidades; el reto no sería tanto el saber comprender el idioma si no el poder convivir entre ellos, el salir del problema y llegar al mismo objetivo. Eran mortífagos, no habría problema lo sabía pero sí en cuestión de convivencia. — Su último reto consiste en unir fuerzas. Ambos me han demostrado un buen avance y ahora toca nuevo destino… - de nuevo, abrió el cajón de escritorio sacando una matrioska y dejándola en el escritorio.— La segunda capa les dejará en el destino, sí Rusia por si quedaban dudas, tendrán que comprar una botella de Moskovskaya, en la tercera capa vienen billetes no se preocupen. Pareciera que la Delacour intentaba el hacer alcohólicos a sus alumnos o el mantener la reputación de mortífagos ebrios pero sabía que aquello sería divertido. Posó sus manos en el escritorio y se sentó de nuevo en él ¿Silla? Para qué. — La última muñequita es la que les traerá de regreso al ateneo. El ruso es demasiado complejo, su abecedario, su forma de hablar… Pero para eso tienen que hacer equipo, Malfoy es demasiado buena leyendo las intenciones de las personas y usted Eobard tiene el carácter y la habilidad para interpretar a los demás y darse a explicar. No importa si le compran en una tienda o en la misma fábrica, el punto es regresar con ese vodka. Dicho eso esperó que los chicos tomaran el translador y comenzaran la búsqueda. @ @
  9. La Black escuchó atenta a la Malfoy; era más que notorio que sabía de lo que hablaba, desde que le había conocido la chica se destacaba por ser acertada y aquella ocasión no estaba del todo lejos del objetivo. Asintió con la cabeza dando pie a que continuara su explicación y, al escucharle mencionar, sonrió sin poder evitarlo ¿Quién diría de la chica seria? Prefirió agradecer el comentario pasándole de largo pues las pruebas de afecto y Juv no quedaban. Gabrielle jugueteó con su varita, estaba un poco ansiosa ya que los dos alumnos tenían dos personalidades diferentes, unirlos sería todo un reto, mismo que estaba dispuesta a tomar. Eobard tomó la palabra y sus ojos miel se clavaron en el joven. Asintió y con un movimiento de varita borró el pizarrón para dar paso a que el gis volviera a escribir en el mismo. — Vaya ¿No eres social? Pero si me sales hasta en el cereal… Bueno ese no es el punto. En la pizarra se habían terminado de escribir las palabras “Signos” y “Expresiones”. Desvió su mirada por segundos hacia la pizarra y volvió hacia la clase, sus manos se apoyaron en la orilla de la mesa y sus pies aún jugueteaban en el aire. — La señorita Malfoy dio en un punto demasiado importante en la clase: Expresiones. No hay persona que no haga alguna expresión al comunicar, por más seria y fría que sea una persona el lenguaje corporal es algo demasiado importante al momento de comprender un idioma, no solo te ayuda a comprender a la persona si no a entrelazar las palabras que nos faltan… Su mirada recayó en el chico y sonrió siguiendo el hilo de la clase. — ...Y entendimiento. Es lo que le sigue después de comprender lo que dijo la chica… No necesita mucho para los idiomas solo estar con los sentidos atentos para entender lo que se nos quiere comunicar. De un salto la francesa se bajó del escritorio, sacó del cajón unas pequeñas cajas de madera para sus alumnos y les dejó en la mesa serían sus transladores de ida, sus transladores de regreso estaban en juego y solo quedaba que los chicos les tomaran: el de la chica era el rojo cereza y el que quedaba, un negro brillante, para el joven. — Malfoy, su destino es Alemania, debe decirme la minoría de idiomas que manejan. Sé que no será mucho reto pero sí será el tener que hablar con los demás para dar con ello. Al terminar vaya a Berghain, no, no tiene contenido de doble sentido.- dijo antes de ser posiblemente atacada y detuvo su risa.— Ordene una cerveza a mi nombre y ese tarro será su regreso al Ateneo. No se preocupe, no tendrá cerveza que pueda derramar en el camino. Sólo faltaba el chico. — Usted, señor sociable, más que hablar va a comprender lo corporal. Ese translador lo llevará a Japón, cerca de Ishizuchi Shuzo Corporation, usted va a tener que negociar que le den una botella de Sake para mí. Misma que será la que le dé el regreso aquí, me dirá que obstáculos encontró en el camino. Dicho eso se sentó en la silla detrás del escritorio y sonrió a ambos. — May the odds be ever on your favor… Hora de salir chicos. @ @
  10. El jalón de emociones no llegó en el momento el que se sintió en el aire, ni al besar los labios de su hermana, llegó en el momento en el que en verdad se sintió de ella... Ella. Sus ojos miraron el anillo por escasos segundos y sentía el corazón en la garganta, comprometida. Desvió la mirada hacia ella y rió al verla sonrojada, pocas veces le había visto así y le derretía al solo mirarla, ella, la persona que se hacía la fuerte y, que a diferencia de Gabrielle, seguía los estándares de los Black. Mordió su labio inferior ante sus palabras ¿Qué le decía si ella le hacía feliz todos los días? Su mano sujetó fuerte la de Mahia y con su mano libre le tomó de la nuca tratando de alargar un poco más su beso. Le sintió separarse y le observó atenta a sus palabras, aún tenía sus emociones a flor de piel, sin pensar, sin hablar. – ¿Meticulosa yo? Le miró alzando la ceja; las palabras anteriores a lo que había dicho habían quedado atrás y meneó la cabeza sonriendo, no importaba, no callaría a su futura esposa y frunció los labios. Había demasiadas cosas por pensar ¿Tenía que pedirle la mano de su hermana a su padre? ¿Mahia la pedía? ¿Dónde estaba Fernando Black? No deseaba una boda en la Riddle, ella misma odiaba tener que ir a eventos solo por cumplir con su deber como mortífaga, sin contar que la mayoría de sus amigos dentro ya había desaparecido años atrás... Sólo quedaba su familia. Tantas preguntas y el tiempo corría ¿Qué día? ¡El día! Cerró los ojos un tanto abrumada del jugueteo de su cabeza ¿Ansiedad tal vez? Y volvió a repasar las palabras de su hermana en la cabeza. Sí, tal vez la rubia tenía razón, era meticulosa. – Diría que hay que llamar a la familia...- "Meticulosa" ¿Y ella no lo era? Soltó un suspiro y sonrió - Vaya, si me caso contigo ya no seré indocumentada... La misma risa de nervios había cortado sus palabras, mordió su labio inferior y meneó la cabeza tratando de dejar de reír. Su sonrisa seguía ahí, tomó una bocanada de aire y continuó sus palabras con un poco más de seriedad. – Habrá que hacer una reunión para decirle a Jess, a tus hijos, a los míos ¿Deseas algo...?- no sabía como ser específica; desvió la mirada y caminó un poco jalando de la mano a su hermana mientras con su mano libre acariciaba las hojas que había a su paso.– No sé... ¿Qué ideas tienes sobre hacer...? De nuevo las preguntas ¿Sería prudente avisar a su padre? El ex Líder se reiría de la situación y Orión... los ojos de la francesa buscaron la mirada de su hermana ¡Orión! ¿Qué fregados haría? Si algo era seguro es que él lo sospechaba desde antes, podría decirse que hasta lo había "visto" en sus alucinaciones del futuro pero nunca había dado alguna señal de estar a favor o en contra de su relación. La Black había estado casada más no lo recordaba, sabía que el Yaxley le tenía cierto cariño a un hombre al que llamaba cuñado pero ella misma sabía que "el que no debe ser nombrado" estaba muerto ¿Su hermano reaccionaría bien ante el hecho que ahora su hermana sería... su cuñada? Sonrió, ella misma sería su cuñada. ¿Quién les casaría? ¿Dónde? La Delacour mordió su labio inferior y volvió a desviar la mirada, entre el lugar y las repentinas preguntas su atención no estaba del todo fija. Tomó una flor que tenía a su alcance y giró su cuerpo para quedar frente a su novia. – ¿En qué pensas, ma cherie? – No quiero una fiesta en la Riddle...- le miró a los ojos con ternura; su mano acomodó la flor sobre los cabellos rubios de su hermana y acarició su mejilla.– Nos merecemos algo mejor que lo común. Gabrielle sabía que iba en contra de las reglas, todo mortífago estaba casi obligado a casarse en aquella mansión, a ser casados por algún líder y hacer invitaciones al por mayor pero ¿Que acaso su relación ya iba en contra de toda regla de la comunidad? Toujours Pur.
  11. Nick: Gabrielle Delacour ID: 4721 Libro de Hechizos: Libro de la Sangre Justificante de compra del Libro (Link al post del Concilio de la bóveda trastero): Es este Rango Social: Dragones de plata Nivel de Magia: X Fecha aproximada de aprobación EXTASIS o de salida de la Academia (versión anterior): Soy del 2004 xD sh Link a la Bóveda: Bóveda Link a la Ficha: Ficha perdon por editar puse mal el rango ;0; !!! diganme y vuelvo a postear
  12. Vengo asustada pero pues bueno.. Ahí va!!! Gracias ID: 4721 Nick: Gabrielle Delacour Link a la Bóveda Trastero: Boveda Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: Bóveda Nivel Mágico: X Fecha: 2018-05-08 Nombre del producto: Libro de la Sangre Consumible o Libro de Hechizo: Libro de la Hechizo Nivel (del libro): Nivel 7 Precio: 7000 G Precio total: 7000 G
  13. – ¡Eobard! Bienvenido...- dijo sonriendo a su alumno y ladeó la cabeza curiosa.– ¿Tarde? Si creo que hasta le jugaste carreras a la lechuza de regreso al Ateneo... Llegas más que a tiempo. La puerta había cortado el momento de las presentaciones entre los chicos, reencuentros se llaman. Tal y como la Black lo imaginaba, era ella ¿Quién más tendría ese nombre y apellido? Leyendas y en cierto modo agradecía encontrar una cara familiar después de tanto tiempo, así sus apellidos fueran naturales enemigos. Gabrielle respondió el saludo de la misma manera que la Malfoy y se aclaró la garganta, la clase estaba completa. Sabría que con los chicos tendría que llevar diferente metodología de enseñanza debido a sus diferentes personalidades pero al final habría que combinarles, era inevitable. Giró su cuerpo hacia el pizarrón al mismo tiempo que sentía que su varita se materializaba sobre su mano, apuntó al gis y éste comenzó a escribir las preguntas que la Black tenía en mente. De nuevo regresó su mirada hacia los chicos y volvió la palabrería mientras el gis seguía escribiendo. – ¿Qué es Lenguaje? Con sus palabras, esto no es una clase normal, no quiero que me den definiciones de la biblioteca, ustedes se quedan conmigo. Así como también ¿Qué es un idioma? Y lo mas importante para mi... El gis había dejo de escribir y la última pregunta estaba escrita en el pizarrón así como las primeras dos "¿Por qué su decisión de tomar la clase?". – La última pregunta del pizarrón. Mi objetivo con ustedes no es que se vayan sabiendo 50'000 idiomas, si no que tengan las bases para comprenderlos todos y que su cerebro aprenda a moldearse a las diferentes características de cada uno. Es cosa sencilla.- suspiró, aquello le emocionaba por más extraño que pareciera y meneó su cabeza tratando de no seguir con el discurso.– Eobard... Juvs ¿Quién empieza? @ @
  14. Gabrielle Delacour

    Idiomas

    Idiomas De nuevo en el salón; desde que había ingresado como profesora los días estaban más que consumidos entre el trabajo, el ateneo y sus obligaciones particulares, aun así el mantenerse ocupada era de las cosas que más disfrutaba la Black. Caminó decidida hacia el escritorio y guardó dos pequeñas cajas en uno de los compartimentos. Las cosas estaban listas, había mandado a cada uno de sus alumnos una respectiva lechuza; les conocía y aquello le daba un poco más de confianza en el poder ser ella misma. Se sentó sobre el escritorio de madera y sus piernas jugueteaban al estar colgando. El vestido azul que llevaba combinaba a la perfección con el zafiro de su mano izquierda y sus cabellos castaños caían sobre su costad derecho, sencilla y su pequeña cintura era marcada por un pequeño listón negro. Su mirada infantil paseaba por el aula aún vacía ¿Demasiado temprano tal vez? Esta vez no escribiría sobre el pizarrón, las presentaciones estaban de más, les conocía así que no necesitaría saber un poco más de trasfondo sobre su interés. Giró la mirada y soltó un suspiro ¿Llegarían? — Tic Toc chicos… Desesperada como siempre. @ @
  15. Le seguía en su andar como lo había hecho toda su vida; escuchaba atenta pero su mirada se mantenía más que distraída por el entorno, sujetó un poco más la coneja contra sus brazos y a la vez presionaba el brazo de su hermana contra su cuerpo, en ese momento nada le faltaba, la tenía a ella... Ella. El estar a su lado le hacía por fin completa, no era el lugar, no era el ambiente... Era ella quien complementaba todo. Sus ojos se clavaron en los de su hermana al sentir su mirada y mordió su labio inferior al verla ruborizarse, a pesar de ser la castaña la menor había veces que sentía que tenía el control. Recargó su rostro en la mano de la rubia aprovechando su contacto, le necesitaba, la amaba, más que nunca y que a nadie. Tal vez era enfermizo pero había llegado el punto en el que no le importaba volver a caer en aquel hoyo que le había llevado a la locura, aquel hoyo experimental que llaman amor. <<¿Hacer esto...?>> su mirada giró hacia su alrededor ¿Enseñarle el mundo? Arqueó la ceja y le miró con intriga, sus labios estaban a punto de decir palabra y volvió a cerrarles ¿Qué pasaba? El animal había desaparecido y Gabrielle estaba al borde de los nervios. – Quiero que seas más aún en mi vida. Mi compañera para toda la eternidad. Mi esposa, mi mujer. ¿Querrías casarte conmigo? Sus ojos miel paseaban nerviosos entre el anillo y la mirada azul que tanto amaba, su corazón aturdía sus oídos y una risita nerviosa fue todo lo que puso gesticular mientras asentía con la cabeza. – Sí...- sus ojos estaban clavados en los de Mahia y sonrió mientras asentía una y otra vez.– Sí, quiero casarme contigo, quiero, mi vida a tu lado... Un tren de emociones le arrebató el interior, le habían ganado la jugada y ahora sería ella quien fuera la segunda en proponer ¿Por qué había tenido que ser tan minuciosa? Pero la felicidad del momento no dejaba que la frustración le ganara, no por ahora. Bajó su torso y sus labios besaron los de la Black, le sostuvo el rostro con ambas manos y antes de separarse rozó su labio inferior con la punta de su lengua; asintió por última vez y extendió su mano mientras quitaba la argolla que con anterioridad le había dado ella misma. – Sí... Always.
  16. Tic tac, tic tac... Sonaba su reloj mental, sus pasos acompañaban cada segundo mientras caminaba por el salón de clases; su alumna tendría demasiada tarea ¡Cuatro idiomas! Sería difícil el reto pero no lo sería para la Black Lestrange, había dado demasiado esperanzas a la chica y sabía que no habría problemas. El sonido de la chica al llegar hizo que la Delacour girara de inmediato la mirada, sí, era ella. Sonrió al escuchar sus palabras, sí había aprendido bien y el que pudiera haber traido el encargo le hizo notar que la chica había estado más que bien preparada. – Exacto ¡Vaya! pensé que sería buen reto y creo que ambas tuvimos lo que queríamos de esto.- dijo mientras sacaba uno de los chocolates de la bolsa y le quitaba la envoltura.– Creo que lo importante de esto no es aprenderse de golpe todos los idiomas... La clase era más que obvio que había llegado a su fin, Gabrielle se sentó sobre el escritorio y se cruzó de piernas, había cumplido más de lo que esperaba y era más que obvia la calificación final. – Conclusiones: Sólo se necesita estar dispuesto a escuchar... Mente abierta. Creo que está de más decir que este conocimiento ha sido adquirido, felicidades Mia.
  17. Las palabras de su profesor retumban en su mente "Nada sencillo" ¿Entonces qué hacía? Tomó el dinero de la toalla de Apolo y caminó lento hacia el mercado mientras pensaba en lo que haría; sabía que estaba el recetario que les habían facilitado pero en la cocina ella no era la privilegiada, por algo su hermana era la que casi siempre cocinaba... o los elfos. Era temprano y la gente comenzaba ya a amontonarse en los puestos, Gabrielle odiaba las multitudes a lo que prefería investigar en los puestos menos abultados y sí, buscando sin siquiera saber qué. Tal vez la inspiración llegaría al ver los ingredientes. Se iría a lo sencillo. Fiama estaba en el puesto de verduras a lo que la francesa le secundó, tomó una lechuga, dos limones, pepino y pidió zanahorias, observó unos limones en lo que el vendedor le envolvía las cosas y se animó a tomarles, dio el dinero al vendedor y sonrió en señal de despido. Sus pasos se dirigieron ahora al puesto de las carnes y le indicó al vendedor uno de los pescados que tenía de frente junto con una bolsa de sal y especias, pagó y caminó a prisa hasta su lugar de trabajo. Sólo quedaba el ponerse a cocinar. El escenario ahora había cambiado, las carpas que el Granger había creado no solo ayudaban a cubrirse del sol si no de cierta forma ayudaban con el calor del lugar; dejó las cosas sobre la mesa y se quedó quieta por un rato, no no vería el libro, estaba decidida a experimentar. Tomó los limones, les puso sobre su tabla de picar y les partió a la mitad con el cuchillo sabía los principios de marinar una carne pero nunca los había puesto en práctica. Sacó el pescado y dejó el filete blanco en uno de los platos menta que había hecho, exprimió dos limones sobre él y al verle remojado le dejó de lado. Ahora su atención estaba en la lechuga; la partió con el cuchillo y le dejó en el bowl grande de cristal y comenzó a hacer lo mismo con los demás vegetales. << Lo que nunca...>> Ni en sus años de casada la Black había hecho comidas ¿Quién la tenía en la cocina pudiendo los elfos encargarse? y Ahí estaba ella haciendo comidas.
  18. La Black jugueteaba con su varita mientras esperaba a su alumna; el tener el aula sola le era un poco familiar ¿Qué había pasado con las antiguas instalaciones de la Academia? Tal vez le dejaría para la siguiente asignación. Un repentino cambio de aires le hizo enderezarse de su silla y bajar los pies de la mesa tratando de mantener compostura, sonrió a su recién llegada alumna y recargó sus codos en la mesa para apoyar su cabeza en sus manos. Le escuchó atenta, al parecer los símbolos y el poder relacionarse con el lugar había dado el efecto que esperaba: Orientación. Asintió con orgullo, la chica había logrado su primer encargo aún teniendo la dificultad de un nuevo país, nuevo idioma y aquello le había sido fácil. – Vaya, pensar que te había enviado solo para que buscaras un conejo...- dijo aún asombrada y trató de borrar su sonrisa de los labios... aunque fuera en vano.- Bueno, en vista de tu facilidad para la investigación te va un reto. Gabrielle volvió al cajón, el taconeo de sus zapatillas era lo que rebotaba en el aula cortando el silencio y regresó la vista a la Black Lestrange. – Suiza es uno de los países que en lo personal considero los más ricos: Tanto en gastronomía como en idiomas. Manejan más de uno y es tu deber investigarlos así como el traer un chocolate de Cailler, en la provincia de Broc. Ese será lo que te traiga de vuelta. Se acercó a la chica y depositó en sus manos una pequeña bolsa con dinero. – Diles que vas de parte de Gabrielle Delacour, ellos sabrán qué chocolate pasarte. Y, dicho eso, se alejó de su alumna. Dentro de la bolsa encontraría el dinero necesario para cualquier inconveniente (incluyendo el pago por el dulce encargo) y un pequeño dije en forma de la bandera Suiza, mismo que sería su translador. @@Mia Black Lestrange
  19. El corazón de la castaña se aceleró de inmediato al sentir el contacto de la Black, cerró los ojos y soltó un suspiro tratando de contener sus ganas de abalanzarse sobre ella. Deseaba seguir sintiendo su cuerpo, sus labios pero el momento parecía no ser el exacto... Aún. Calló sus palabras y le escuchaba atenta, estaba sedada por los encantos de su hermana ¿Así había sido siempre o el ambiente lo intensificaba? Le vio alejarse y al momento de verle llamarle Gabrielle camino a paso rápido hasta alcanzarla. El cuento, memorias, sintió la sangre correr de nuevo a su cabeza y parte de su pecho mientras sus ojos contemplaban el lugar, memorias que a su vez paseaban en un loop infinito de espacios en blanco dejándola aún más confundida. Unos cuantos pasos le alejaron de su hermana mientras contemplaba a su alrededor; se detuvo frente a la tetera y con la punta de sus dedos le tocó tratando de calmar su curiosidad, sus ojos giraron al ver hacia afuera ¿Dónde demonios estaban? – ¿Qué...? Pero sus palabras fueron calladas de inmediato al ver el conejo en sus brazos ¿Qué estaba pasando? Y esa pregunta quedaría en su cabeza por un buen rato. Sujetó con cuidado a la coneja ¿Ella? Le sujetó a la altura de su rostro y no pudo evitar el sonreír, pegó fu frente a la del animal y le bajó para acurrucarla entre sus brazos. De nuevo, su mirada recayó en todos los detalles, por escasos segundos se había olvidado que su novia estaba ahí presente con ella y sujetó un poco más fuerte al conejo entre sus brazos, ya habría tiempo de pedir disculpas a Psicosis. – querés comer algo… ¿O preferís dar un paseo conmigo por el río? Asintió ¿Quién asentía a dos preguntas? Gabrielle. Sus sentidos estaban más que embriagados con tantas cosas; sonrió apenada y acercó su cuerpo al de su hermana, se levantó en puntas y besó sus labios por escasos segundos ¿Tenía que especificar? – Lo que desees... El momento le había dejado sin palabras, sumisa y sintió el rubor en sus mejillas. Acercó un poco más su cuerpo al de Mahia y dio pequeños besos por su mejilla hasta llegar al cuello de la rubia, la amaba y aquello había sido demasiado para sus sentidos, era ella quien le domaba... Ella.
  20. Todo parecía que el salón terminaría siendo de las dos mujeres, Orión había decidido seguir su clase en otro lado llevándose con él al Triviani y una media sonrisa se dibujó en sus labios al verle por el rabillo del ojo. Sonrío al escuchar las palabras y ladeó la cabeza por escasos segundos, la chica tenía lógica y acertaba en las palabras; no tendría caso el preguntar el para qué había entrado a su clase puesto que parecía comprender la importancia de aquel conocimiento. Gabrielle enderezó su espalda y se levantó del asiento, caminó unos cuantos pasos mientras su alumna comentaba el porqué y prosiguió con la clase. –Exacto. A pesar de que existen varios idiomas, todos llevan a lo mismo: Comunicación. Los símbolos, iconos o como gustes llamarles son universales por lo que, en casos en los que la mente tarde en identificar el idioma, éstos serán parte de tu guía. Comenzaba a adentrarse un poco más en el tema; giró de nuevo a su alumna y se sentó sobre el escritorio. – A lo que nos lleva a que no es necesario saber más de 6000 lenguas, solo el saber adaptarse en lo que tu mente termina de asimilar.- sus ojos miel se clavaron en la chica y sonrió.– Mia, el cerebro es un órgano tan fascinante… Con cada idioma que trata uno de comprender, con cada palabra que uno registra se forman nuevas conexiones. Calló sus palabras, comenzaba a ser un poco espeluznante y a salirse del tema a lo que meneó la cabeza volviendo a lo original: Lenguaje. Apuntó con su varita al pizarrón y las letras comenzaron a borrarse para dar paso a un símbolo: un pequeño conejo negro. – Tu siguiente asignación: Encontrarlo.- se levantó del asiento y sacó de su cajón un pequeño conejo de peluche, movió su varita y, con un último movimiento, le dejó frente a la Black Lestrage.- Esto te llevará al lugar, pregunta, investiga y de ahí encontrarás un conejo igual al que acabo de entregarte, mismo que te traerá de regreso.
  21. Había escuchado atenta la explicación del profesor y ahora solo quedaba seguir sus pasos, fácil ¿Cierto? Gabrielle no estaba del todo encantada con aquello pero lo intentaría. Poniéndose de pie quitó la arena de su ropa; no sería fácil y la Black solo pensaba n cómo no quedar en ridículo. El oleaje de la playa le ayudaba a calmarse un poco pero la ansiedad seguía ahí, difícil de calmar cuando no deseas quedar en ridículo frete a los demás compañeros de clase. Ahora solo quedaba a su imaginación, imaginación era lo que más le sobraba a la chica pero concentración… eso era otro tema. De su pecho salió una bocanada de aire antes de comenzar con la asignación: Una mesa. Cerró los ojos y visualizó la mesa que deseaba hacer junto con la la palabra Aparitio que había dicho Apolo hacía unos minutos; abrió de golpe los ojos y comenzó a mover su mano para hacerle aparecer. La mesa era del todo sobria: madera color cereza, lijada y rústica, sencilla. Gabrielle no quiso pensar en detalles adornativos. Su peso se apoyó en la mesa y comprobó la estabilidad de la mesa, cumplía con sus estándares a lo que seguiría con lo demás. En su lista mental la mesa estaba en “check”. Utensilios de cocina ¿Qué otros necesitaba a parte de un cuchillo, tenedor y cuchara? Escasas veces la francesa se había metido a la cocina a hacer ella misma la comida pero había visto a su hermana hacerlo ¿Contaba? Estaba por verse. Volvió a cerrar los ojos y terminó de hacer lo que le faltaba. Era demasiado para ella y sabía que aún quedaba mucho por aprender. Tomó la cuchara apreciando el material, acero completo, el plateado era brillante pero sencillo sin ningún dibujo en el mango al igual que el tenedor y el cuchillo. La brisa del mar comenzaba a sentirse en la humedad del ambiente a lo que la castaña sujetó sus cabellos en una coleta alta. Volvió a mover su varita y esta vez una tabla de picar se materializó encima de su mesa recién hecha. La tabla era una clásica rueda de tronco de árbol, rústica y muy a su estilo. Sólo faltaban las cosas menores para ella. Movió su varita volviendo a decir mentalmente las palabras del profesor y un par de platos aparecieron sobre su mesa, la cerámica era de color menta y de forma cuadrada, tan solo las esquinas eran redondeadas para evitar accidentes. Un bowl para mezclar y una taza medidora también estaba en la mesa, el vidrio del que estaba hecho era grueso y lo suficiente transparente para hacer parte de una colección fina. A su lado un mezclador de metal, plateado y de mango de plástico color menta. Parecía tener todo. – Creo que he terminado... Murmuró y dio un leve vistazo a su mesa.
  22. Escuchó atenta a sus compañeros, los nombres sería uno de sus retos y sobretodo el entender la clase. Apolo había tomado la palabra y se crizó de brazos tratando de mantener la atención sin que el clima del lugar afectara en ella. Encantamientos sin duda sería un reto para ella. El profesor había marcado la línea y Fiamma fue la primera en saltar. Gabrielle soltó un suspiro agradecida de que ahora la otra chica de la clase fuera quien tomara la ventaja, nervios ¿Qué usaba? ¿Qué demostraba? Pero la Phoenix había demostrado capacidad de pensar más rápido y con un muy buen ejemplo. Algo rápido que le pudiera ayudar ¿Agua? ¿Sacar más agua de la varita? No quería mojar a sus compañeros y no quería llegar de última ¿Fuego? Había mencionado luz pero ¿Quemar en la playa? Los pájaros revoloteaban a su alrededor gracias a Fiamma y ahora era la Black la que se pasaba. Dio un paso junto a la línea y apuntó a la arena, alejando la puntería de sus compañeros. – No creo seguir la línea de mi compañera pero... Serpensortia La serpiente salió despedida alejada de los presentes ¿Cuándo se le había ocurrido aquel... aquello? Sí, serpiente. Puso su mano sobre su rostro un tanto apenada pero estaban en la temática de animales ¿Cierto? Y para ella lo más fácil a demás de los pájaros era... Eso. Después de los pájaros Gabrielle se sentía un tanto apenada Básico, pero era eso o seguir buscando en su mente algo que pudiera funcionar. Se encogió de hombros y mantuvo su mirada en el piso evitando que su creación se fuera contra ellos.
  23. Idiomas Había sido la primera en llegar, tenía la ventaja sobre el Yaxley ya que ahora le tocaría a ella hablar antes que él a diferencia de la primera vez que compartieron clase. Dejó sus apuntes en el escritorio y materializó su varita sobre su mano derecha, hizo unos anotes en el pizarrón y se sentó en la silla. Vestía un skinny jean negro y una camiseta que le quedaba un poco larga, su hombro derecho sobresalía del cuello de la camiseta y su cabello ocasionalmente cubría esa parte. Un poco de confianza al tener de nuevo al Mago Oscuro y a una chica que le conocía aunque fuera de vista. Se sentó en la silla y cruzó sus brazos esperando a los que faltaban, la sonrisa en sus labios lo decía todo: Venganza. Esta vez ella había ganado el turno para hablar, escribir e iniciar la clase. Y el momento había llegado. – Soy Gabrielle Delacour, profesora de Idiomas. En el pizarrón solo dos preguntas en diferente idioma cada una; la Black tenía una manera diferente de ser conforme hablaba, su francés fluido le hacía ser un poco más extrovertida con su manera de ser, en cambio cuando se comunicaba con la mayoría de los que le rodeaban era un poco más.. Retraída. A excepción cuando estaba frente a la clase. – Tienes tan solo dos preguntas a responder, ambas en diferente idioma pero llevan a lo mismo ¿Qué es un Idioma y para qué sirve? Sí, para qué... Respóndemelas en tu lengua materna. Cayó sus palabras. La comunicación, incluso con la mirada uno suele decir tanto y a la vez nada; ahora tocaba el turno del Yaxley. No había sido la venganza que esperaba y levantó un poco la cabeza dando pie a que ahora él fuera el que comenzara. @@Mia Black Lestrange
  24. La primera en llegar o eso parecía; playa su terror pero era su clase, tenía que asistir. Le había dejado un tanto en duda el hecho de ropa cómoda ¿Cómo usaría ropa cómoda en la playa? En definitiva sus vestidos no eran del todo vienvenidos a lo que otó por un vestido de manta blanca hasta los tobillos y unas sandalias nude, sencilla y cómoda como lo sugería la nota. Caminó por la playa un rato buscando al profesor, iba a ser evidente el encontrarse con él al no ver ni una sola alma a esas horas. Y ahí estaba. Sonrió al verle y siguió caminando hasta llegar. No tenía mucho sentido el apresurar sus pasos más detestando tanta arena en sus pies y se cruzó de brazos tratando de recordar ¿Se había puesto bloqueador? A pesar de que la Black odiaba la playa, el sol y el ensuciarse estaba contenta de estar ahí; el agua y ella no eran para nada amigos, traumas de la infancia y de vez en cuando su mirada recaía en el oleaje del mar. Sabía que quien daría la clase había sido su alumno antes de verle entrar a la Marca y confiaba en él, al menos sabía que no la dejaría morir en aquel lugar. El círculo estaba a medio hacer y tomó la ventaja, el Granger había sido el primero en presentarse y ahora sería ella. – Mi nombre es Gabrielle... Black.- ¿De nuevo cambiando el apellido? ¿Qué mas decía... Cómo presentarse?.– Soy reportera de El Profeta y vengo interesada en aprender. Dijo encogiéndose de hombros un tanto apenada, odiaba presentarse ¿Qué podía decir? ¿Matriarca Black? Eso a quién le importaba, así como su rango, lo que hacía, estaba en la clase y era lo que importaba.
  25. Había llegado cansada al castillo, su mente comenzaba a tener al fin tranquilidad después de aquella pócima; dejó su capa en el perchero y corrió hasta el cuarto con ambas manos en los bolsillos de su vestido, en su mano derecha se encontraba la cajita con la joya que había comprado en el callejón y sonrió al llegar a la puerta del cuarto. Los nervios jugaron con su mente por leves segundos pero abrió la puerta de golpe ¿Qué hacía si su hermana estaba ahí? El ocultar aquella caja sería cosa difícil. Pero no estaba, sonrió aliviada y apuró los pasos a su lado del closet, abrió su cajón y metió la caja. Al sentirse un poco más tranquila se pudo percatar de los detalles del cuarto, del vestido sobre la cama... Sonrió y cubrió su boca con sus manos ante la sorpresa. De inmediato cambio su vestido por el que su novia le había elegido; descalzó sus pies, puso los zapatos complementaban la vestimenta y sus ojos se posaron en el collar. Sabía que ella era la autora y soltó un suspiro; su mano acarició por impulso la marca de los colmillos de su hermana y una sonrisa se dibujó en sus labios, ambas eran los complementos perfectos de la otra. Volvió a enfocar su atención, había que completar la vestimenta y de ahí buscar a su hermana. O tal vez no. El tren de vértigo había entrado de golpe en cuanto su mano sujetó el collar y así como había aparecido se había ido dejándola con un horrible vértigo en un lugar desconocido. – ¡MAHIA!- su mano sujetaba con fuerza el objeto y sus ojos se encontraban completamente cerrados tratando de mantener su equilibrio mental y emocional, aquel grito había sido solo el comienzo de su regaño. Con el corazón aún acelerado abrió los ojos, su respiración era agitada y se mantendría así ¿Dónde estaba y cómo saldría? Temblaba. La Black no podía contener su curiosidad y con su mano libre acariciaba las hojas que su cuerpo iba dejando atrás; una sonrisa de medio lado se dibujó en sus labios, había sido ella lo sabía y, a medida que iba avanzando y contemplando el lugar de ensueño, el vértigo y adrenalina iban bajando. – Ma belle...- susurró al verla en las escaleras de la casa y corrió al verla. Se detuvo de inmediato al tenerla de frete y aprovechó el que estuviera sentada para besarla. Pocas veces podía tener a su hermana a su estatura, pasó su mano por su nuca y acercó un poco más su cuerpo al de ella, jugueteó con sus labios y pasó la punta de su lengua por el labio inferior de la rubia, la amaba más de lo que ella misma imaginaba; se separó de apoco y le miró a los ojos, ese azul que tanto amaba. – Me temo que esto es obra tuya...- extendió su mano dejando ver el collar; con su mano libre acomodó sus cabellos castaños sobre su costado derecho dejando ver su cuello descubierto y le miró retadora.- ¿Me harías el favor de...? Es que, caso curioso: Tuve un pequeño contratiempo al ponerlo.

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