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Gabrielle Delacour

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Todo lo publicado por Gabrielle Delacour

  1. Que buena soy para dar recados que barbaro xD! Ya quedó agregado al árbol y tengo entendido que tmb agregado al árbol de la bóveda familiar, bueno ya pedí la modificación así que espero respuesta. Y bienvenido @ !!!!!! Espero verte rolear mucho por allá!!! Hija deja de sacarme sustos ;0; !
  2. Hola de nuevo!!! Vengo a pedir: Nick: Gabrielle Delacour ID: 4721 Conocimiento: Encantamientos Nivel de Magia: X Link a la Bóveda: Boveda Link a la Ficha: Ficha Creo que ya puedo agarra este así que... lo dejo en tus manos chico gracias!
  3. – Somos primos hermanos que se llevan muy bien y respetan su propio espacio, es todo. Por otro lado, ¿es que les caigo tan mal que me quieren ver con un amargado como él? – Yo estoy con Mahia, tarde o temprano se ablandan.- se encogió de hombros y sonrió rápidamente a su hermana.– Es buen... Lo dudaba, pocas veces había cruzado palabras con su sobrino y si de algo estaba segura es que él y su madre comartían la misma mirada fría, la misma soberbia, ego... Blacks. – ... chico. No había mucho que decir a su favor. Sabía que era buen elemento en el cuartel de su hija pero hasta ahí. Mahia le había tomado por sorpresa y la Delacour solo logró girar la mirada tratando de no formar parte del regaño, no la entendía del todo pero cerró los ojos tratando de ocultar sus ganas de corregirla ¿Hotel? La Black miró con reproche a su hermana, cínica sería añadida a la lista que definía a su novia, no era quién para decirle eso a su sobrina, por más cierto que fuera. Soltó un suspiro y carraspeó haciéndose notar. Era demasiado pero le dejaría seguir... Les dejaría seguir. – ¿Quién?- no se arrepentía a pesar que el tema había sido cambiado.– ¿Pasó algo con Nath? Su hija menor había entrado a la habitación dejando las preguntas en el aire, su curiosidad tendría que esperar para otro momento. La atención recayó en Jess y lo imaginó de inmediato al notar su sonrisa. -Gabrielle... Te presento a tu nieto Black, Matthew Black Soltó un suspiro y se tapó la cara con ambas manos, era demasiado. Puso los ojos en blanco y volvió a su hija, dramas. Más dramas y Gabrielle no estaba para seguir el juego de su hija adolescente. – Mucho gusto Matthew y bienvenido... Si me disculpan fue demasiado drama por un día, a veces me pregunto si de verdad estoy en la casa correcta. Dicho esto se dirigió a su hermana, beso rápidamente sus labios y se dirigió a su cuarto a buscar el posible desastre que su hija canina le hubiera dejado en el pasillo. Sonrió al verla esperando tranquila en la puerta de su habitación y le tomó en brazos al entrar. Estaba cansada y algo más, había bajado buscando comida y solo había logrado encontrar a su hija y su carácter adolescente; quitó la ropa que cubría su cuerpo y se metió a bañar dejando que el agua fuera quien borrara lo amargo de sus pensamientos, cerró los ojos y se dedicó escuchar el agua, a sentir la humedad que el vapor dejaba en el baño. Al salir tomó una de las toallas y se envolvió en ella, sintió su varita materializarse y con un leve movimiento su ropa junto con cualquier cosa desacomodada ahora estaba en su lugar. Amaba la magia. – Psicosis... Tengo una encomienda para ti.- dijo al tirarse a la cama aún en toalla.- Es tiempo de olvidar.
  4. Nombre de la Familia: Black Link y N° de la Bóveda del Familia: Bóveda nº97834 Trámite a Realizar: Edición
  5. La palabra "nieto" golpeó parte de su tranquilidad fingida y no pudo evitar el que su rostro mostrara su asombro; sus dos hijas eran demasiado jóvenes para comenzar a dejarla en aquel punto: Abuela. Mordió su labio inferior y trató de no pensar en el asunto, sin duda su próximo deber de matriarca era el aprenderse el árbol familiar. Transportes, su cabeza giró por varios segundos en aquella idea ¿A caso su hermana no estaba en ese departamento? Recargó la cabeza en el hombro de su hermana y antes de poder decir palabra su hija había comenzado la guerra. Levantó de inmediato el rostro y frunció el ceño ¿En verdad todo eso por celos a un hermano? Martin había logrado escapar con la diplomacia que caracterizaba a los Black mientras que Gabrielle... Cubrió su rostro con ambas manos, no podía estar pasando ¿Desde cuando los Black se caracterizaban por dramas familiares? El incesto era lo suyo pero... ¿Dramas? - Basta he dicho. Su voz marcaba autoridad; pocas veces Gabrielle lograba enojarse, evitaba a toda costa que la poca sangre de veela que corría por sus venas (o genes...) sacaran su horrible carácter, sabía que solo empeoraría la situación a lo que cerró los ojos y acarició su sien con sus dedos mientras contaba mentalmente. Pero Jess se había marchado y aquella mirada fría... Por más adoptada que fuera se aprendía de algún lado. Puso los ojos en blanco y dejó que su espalda se posara completamente en el sillón. El daño estaba hecho. - Otto, tu esposa te necesita. Sé qué batallas pelear y cuáles ceder, ya que esté mas tranquila subo para hablar con ella... Autoritaria como siempre. Y giró el rostro hacia Maida, quería a su sobrina, por mas lejana que fuera era la única que tenía, a la que aún le guardaba un poco (aunque fuera mínimo) de cariño. - No pienso juzgar, sabes que por mi estaría más que bien que tú y Aaron estén juntos me agrada verlos...- dicho esto miró con el rabillo del ojo a su hermana y sonrió de medio lado.- No necesitas hablar con Jess, entiendo que es un tema difícil para ella... Sólo dale tiempo. También tienes otra prima, Akiza... si la encuentras, es un poco más... ¿Amigable? ¿Normal? ¿Qué descripción usaba? - ...Tranquila. Sabes que eres bienvenida Maida y no seremos las primas que buscas pero sabes que cuentas con nosotras ¿Cierto? Y aprovechando que no está Jessie ¿En verdad no hay nada? Mahia estaría más que encantada... Miró divertida a su hermana tratando que no se metiera en la plática, hablaban de su hijo y lo que menos quería era que saltara a en su defensa, conocía a su hermana y por juzgar de primera impresión el chico era igual de calculador que la madre, que las cosas quedaran en familia podría ser de cierta manera en beneficio. Más no conocía las intenciones de Maida...
  6. Más gente y los ánimos parecían calentarse. Gabrielle puso los ojos en blanco al ver que su novia había invocado su varita y giró el rostro hacia otro lado, el estar presente en algún tipo de concurso de ver a quien le mide mas no era lo suyo y no pudo contener la sonrisa al oír la propuesta de su hermana, la amaba. Era un tanto extraño tener un sobrino meramente puro y el linaje se notaba de inmediato. Parecía que estaba en los genes Black el desaparecer por un tiempo, el buscar superarse a si mismos... así como el demostrar quien era más que quién. – Espero demasiado de ti jovencito, más después de toda la palabrería entre ustedes dos. Eres algo de Orión ¿Cierto?.- sujetó fuerte la mano de su hermana, odiaba un poco el tema y prosiguió.– Y respecto al ministerio ¿Tienes idea de qué departamento? Tema sensible, la Delacour había sentido demasiado el cambio al haber dejado el ministerio para ser una simple reportera, extrañaba el departamento de accidentes y estar en donde se encontraba la acción, no solo tratar de perseguirla. La Mago Oscuro había tomado la palabra y de inmediato clavó la mirada con reproche al ver el mal gesto hacia su primo ¿Desde cuándo había ese tipo de modales? Cierto, adoptada. Arqueó la ceja aún incrédula, las palabras de su hija seguían manteniéndola en total asombro ¿Estaba del todo bien? ¿Qué estaba pasando? La Black soltó la mano de su hermana, estaba calmando su paciencia y necesitaba tranquilizarse. En definitiva tener demasiada gente en el castillo calentaba los ánimos. Estaba más que nada anonadada; sí, los Black tenían ese carácter altanero y burlón que les hacía sobresalir, ese carácter que les había llevado a casi enemistarse con la mayoría de las familias, pero aquello era demasiado. Su mano buscó un poco más tranquila el dorso de la mano de su novia y el punto llegó cuando la bala le tocó a ella. – ¿Disculpa Jessie? ¿Solo?- estaba un tanto ofendida, si alguien estaba en el castillo era ella y era rara la vez en la que se encontraba su hermana.– Lo dice la que acaba de pasarse por el castillo y no me hagas empezar por tu esposo, sí hablo de ti Otto. Pero la verborrea seguía y los golpes estaban al alcance de todos. Gabrielle sentía hervir su sangre y apretó fuerte la mano de Mahia, clavó sus ojos miel en Jessie y justo cuanto estaba apunto de callar a su hija escuchó nombrar a Aaron y a su hija sanguínea, misma que le dejó más que fría, golpe bajo, demasiado a su parecer. – ¿Maida y Aaron? Merde... - hasta había olvidado a Akiza; giró de inmediato su rostro hacia su hermana y no pudo contener la sonrisa burlona.– Bueno, al menos no somos las únicas que tomamos en serio el lema familiar, "toujours pur" ma belle soeur. Su mano sujetó el mentón de su hermana y besó rápidamente sus labios, su declaración era demasiado apresurada pero prefería cortar el ambiente tenso con algo de humor. Las cosas ya estaban tiradas a perder a lo que qué importaba tirar un poco más de leña al fuego, podría ser el caso que aquel pedazo terminara de apagar la acusación hacia Maida. – ¿A qué viene tanta amenaza Jess? Es familia, no es como si nos fuéramos a robar a alguien, preocúpate si fuera no sé...- "otra familia" y calló rápidamente sus palabras al recordar que al menos una de las presentes tenía más que sólo la familia Black, sobretodo la del desparecido de los cuatro- Dejemos el tema. De cierta forma aquella reacción de celos le resultaba un tanto tierna de parte de su hija, misma que era de esperarse de una chica de 16 años pero no esperaba tanta agresión. Su mano pasó por el muslo de la Base y esperó atenta a las palabras de Maida.
  7. Otto, claro, Gabrielle no recordaba a Otto y como siempre el chico parecía pasar desapercibido. Tenía mas del año compartiendo el puesto con el patriarca y sentía hasta extraña su presencia, ahora que era su yerno el tenerlo cerca le era un poco más incómodo, pero como siempre las ausencias le ayudaban a sobrellevar aquel silencio entre ellos. Su hermana había llegado y solo puso los ojos en blanco, la amaba pero le era demasiado difícil el sobrellevar su ansiedad sumada con los tiempos de la rubia; había decidido cambiar de gustos y ni así lograba dar en una ¿Cuándo tendría una relación donde la interesada no fuera solo ella? El beso y el perfume de su hermana le habían ayudado a dejar de pensar tanto, sonrió tratando de aparentar y trató de saborear un poco más el perfume natural de su novia. Estaba tranquila... o eso creía. – Deja al muchacho Mahia. Trató de contener la sonrisa pero su hermana había logrado ruborizarla. Los presentes eran demasiado nuevos para conocer tanto de lo que ella hablaba y Gabrielle solo deseaba cambiar de tema, a lo que la voz de la Yaxley pareció más que un regalo. – Por primera vez me siento feliz de oír a un Yaxley en esta casa.- era más que sincero, incluso esa repulsión que sentía cada que tenía que mencionarles había desaparecido por completo.– Nosotros solo estábamos poniendo al día, al parecer Martín regresa a casa... Sonrió e hizo un ademán para que la chica se sentara; desde que la menor de sus hermanas había desaparecido sabía que su sobrina era la siguiente en la línea, no había tardado tanto para darse cuenta que la profecía que su loca imaginación había hecho era del todo cierta, pero aquello no le importaba del todo. A lo que la llevó ¿Y Lu? No, no era prudente preguntarle a la recién llegada de su sobrina pero sabía que posiblemente tendría que responder ese tipo de preguntas. – Y tu tía quiere correrlo con sus preguntas.- dijo acercándose a su hermana y besando su mejilla derecha.– Es el único sobrino que tenemos, al parecer.
  8. – A mi siempre me ha calmado la manzanilla, tal vez sea más el recuerdo de tomarla que el efecto que hace... Se encogió de hombros; la verdad aquel té era lo que lograba calmarla cuando se ponía un poco histérica pero aquello había dejado de importar hacía unos años. Notaba que su hija no estaba del todo estable y no sería ella quien le sacara las cosas a la fuerza, si a ella no le gustaba que le insistieran ¿Por qué la francesa tenía que hacerlo? Le ayudó a sentarse en el sillón de la sala y el elfo había dejado los tés sobre la mesilla, la Black le miró por el rabillo del ojo y al verlo salir su hija había hablado por sí sola. -Ser la esposa del patriarca es mucha presión y yo... No sé sí lo haré bien. ¿Presión? Las facciones de Gabrielle lo decían todo, una mezcla de incredulidad con una risa contenida, era imposible para ella el no ser transparente con sus emociones y, sin más, soltó la risa junto con su cuerpo sintiendo como a los escasos segundos se arrepentía de haberlo hecho. – No me burlo de ti, lo sabes... Eres hija no solo de una, si no de ambas matriarcas.- ¿Cómo decía las cosas? Era perfecta para sentir pero para expresarlo en palabras solo lo vomitaba -Jess, sabes que los Black son fríos, pero está de más decir que si algo me da orgullo es de tenerte de hija. Aquello le incomodaba, pocas veces había hablado con ella y la situación lo ameritaba, tomó la taza de té y dejó que las hierbas de manzanilla que había tomado de la caja se mezclaran con el agua caliente. Si bien la Delacour era un poco más afectiva y expresiva con sus hijos también era un poco torpe y acelerada al expresarlo... como todo en su vida. Soló un suspiro, sí, era difícil, más sabiendo que la Black Lestrange tenía más marcado el carácter Black, fino... Pero era humana, como ella; sentía, como ella. – Es un orgullo tus logros dentro de... y en el ministerio. A decir verdad, Otto debería estar más preocupado por no llenar el papel de patriarca y esposo que tú. Desempeñas a la perfección cualquier papel, Mahia debería estarlo... Bueno, la humana y normal aquí soy yo y soy la que menos ausente ha estado. Le dolía en cierta forma aceptarlo pero prefería seguirlo ignorando, su hermana ausente por días y Otto contadas veces se encontraba en el castillo así que ¿A quién importaba el desempeñar un papel ejemplar como patriarcas? Pero sus pensamientos fueron callados por la voz del Black, le reconocía a lo que de inmediato tomó la taza tratando de evitar el tema y dejó que jess fuera quien respondiera. El tener el castillo con tanta familia comenzaba a llamarle la atención y aún más al notar que su hermana seguía sin aparecer... como siempre. —Martin Black ha llegado. – Y Gabrielle Delacour lo saluda. Dijo arqueando una ceja y observando al muchacho que acababa de anunciarse por sí solo. Tomó un sorbo de té y sonrió de medio mirar de arriba a abajo al chico, los genes Black. Dejó de nuevo la taza y se cruzó de piernas, reconocía esos ojos, casi los mismos que su sobrino Aaron ¿O era hijastro? Gabrielle meneó la cabeza, el incesto había logrado que los lazos que ella conocía terminaran más que enredados.
  9. Sin poder ocultar su decepción bajó la varita, no habría posibilidades de matar algo en su jardín ¿En serio seguían sin aparecer? - Yo... iba distraída... sí eso... y me tropece con algo... no me lastime, pero es que es tan tonto... – ¿Necesitas ayuda? La necesitaba; Gabrielle había sido la única de los Black que había desarrollado algo de sentimientos y empatía y aquello era una maldición y bendición al mismo tiempo, la rara de los Black puesto que, en aquel ambiente tan frío y seco la francesa se destacaba por su cariño y calidez de madre, de hermana... de familia "normal". Le sonrió con ternura y pasó su mano por los tobillos de la primogénita de su noviazgo. – ¿Sabes? Hace tiempo tuve una muy buena maestra de primeros auxilios... Y ella podría darme de golpes si no te reviso primero antes de levantarte para llevarte adentro. Guiñó un ojo y esperó que aquella barrera que había se cayera, como si de magia se tratara. Le era extraño que un Black mostrara cierta vunerabilidad, primero muertos que demostrar algún sentimiento, pero su hija no era propiamente Black, sabía que era adoptada pero aún así reconocía el caracter fuerte de la chica, a kilómetros. Le ayudó a levantarse y metió sus manos en el bolsillo de la sudadera, ella sabría mencionar las cosas en su momento, su deber de madre era solo estar. – Extrañaba verte en casa ¿Regresaron hace poco?- suponía que Otto estaría en casa pero detestaba tener que hablar con el otro patriarca a lo que ignoraba el hecho de su presencia en el castillo.- Jess... Sabes que... ¿Cómo dar a conocer algo que no era tan conocido? "Hija, aunque todos aquí sean unos fríos de m*erda cuentas conmigo", no las palabras no eran así pero el instinto materno de la Delacour era un poco más de lo que la familia marcaba. Desvió la mirada al pasillo al entrar por la puerta y de inmediato pidió a uno de los elfos té de manzanilla, sí, ella misma se había arrepentido al segundo que lo había pedido. – Ya me parezco a tu tío Orión, todo lo quiero solucionar con tés y hierbas.
  10. Proteger. La palabra taladraba sus oídos así como los latidos de su corazón, aquella palabra había casi desatado parte de ella que no conocía, solo ellas, siempre. Arqueó la espalda para elevar su pecho, casi rogando por el contacto de su piel con la mano de su hermana, ya no había cuarto, no había castillo, solo caricias y sensaciones. Cada roce, cada suspiro le erizaba la piel, una inyección de emociones y goce. Sujetó entre sus piernas la pierna de la rubia y sus mano acarició la espalda de la Black; solo jadeaba tratando de contener sus ganas de volverse loca en ella, de volver a probarla, de tenerla de nuevo para ella... solo ella. Lanzó un gemido de dolor mezclado con placer, un golpe de endorfinas en su cuerpo y clavó sus uñas en la espalda de la Base, sintió como un escalofrío recorría su cuerpo y al mismo tiempo erizaba su piel sintiendo como los espasmos de su cuerpo se intensificaban al igual que la presión de sus piernas contra la de ella. No, no era dolor, ya habría tiempo de preguntar si las paredes del castillo eran a prueba de ruido. – Perdón, no pude contenerme… ¿Estás bien? Los ojos de Gabrielle estaban clavados en el azul que tanto amaba, mismo deseo pero el de Gabrielle era delatado por los pequeños movimientos de su cadera al sentir que el momento se apagaba y acercó sus labios a los de ella mordiendo ligeramente su labio inferior antes de separarse. – ¡¿Y por qué paraste?! - su voz era de reproche y su respiración entrecortada le delataba el deseo que aún estaba en ella.- Siempre estoy bien... Pero sabía que aquello quedaba en el pasado. Calmó de apoco su respiración y acarició la mejilla de Mahia, la amaba y la deseaba a su lado, ahora más que nunca. Dejó que su cuerpo se terminara de relajar entre las sabanas de su cama, la cama que ahora ambas compartían y al darse cuenta de la vida que había formado a lado de su novia giró su rostro para buscarla. – ¿Te das cuenta que... somos algo más que novias, sin...?- meneó la cabeza y replanteó sus ideas.- Sí, somos hermanas, es decir, mira lo lejos que hemos llegado: Tenemos hasta una hija juntas... Lo amo. Sujetó del mentón a su hermana y robó un beso de sus labios pegando su pecho al de ella, en verdad la quería a su lado, no de hermana... Los ladridos de fuera habían dejado que Gabrielle dejara de divagar y levantó su torso, debía salir a ver los recuerdos que había dejado la nueva cría de ambas y estaba casi segura que los elfos se lo harían notar. Tomó la misma sudadera con la que había llegado y se vistió, tomó una de las faldas de su parte del closet y sonrió a su novia. – ¿Crees que Jess esté en casa?- dijo al momento que abría la puerta haciendo que la voz del elfo frente a ella confirmara su pregunta.- Te espero abajo... Nella se encontraba correteando a uno de los elfos y Gabrielle pasó de largo tratando de hacerse la desentendida, el saber que su hija estaba afuera del castillo le había logrado estabilizar los sentidos; tocó su cuello, aún dolía y mordió su labio inferior al recordar el momento, era casi imposible cubrirse a lo que acomodó un poco más la ropa sobre su cuerpo. Ya no importaba. En el patio delantero hubo una figura que hizo que hizo que la Delacour caminara un poco más apresurada, sintió su varita materializarse sobre su mano derecha y la poca fuerza que le quedaba le utilizó para enderezar su cuerpo mientras apuntaba. – ¿Jess eres tú? Se contenía y mientras más a avanzaba más le delataba el brillo en sus ojos.
  11. ID: 4721 Nick: Gabrielle Delacour Link a la Bóveda Trastero: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=110446 Link a la Bóveda de la cual se hará el descuento: http://www.harrylatino.org/index.php?showtopic=78303 Fecha: 2018-03-10 Objeto: Medallon para avisar peligro Puntos: 10 P Precio: 500 G Objeto: Gama de la desaparición Puntos: 80 P Precio: 4000 G Total de puntos: 90 P Total de Galeones: 4500 G gracias!
  12. Su novia le había robado el pensamiento, sonrió con algo de orgullo y asintió a la orden de su novia. – No tiene caso desperdiciar tus energías en golpearle. Sólo pasa de largo. Cierto, Gabrielle había aprendido en dejar pasar esas bellas ocaciones y solamente dejarse llevar, el hacer importancia a su hermano era algo que con el tiempo había dejado. Acercó su cabeza al hombro de su novia y le siguió sin dudar, embobada quizá por tenerla tanto tiempo cerca. El departamento de misterios, según lo que explicaba su hermana, había cambiado su seguridad. Aún recordaba el haber acudido al llamado del Departamento de Accidentes, al Yaxley barriendo las profecías rotas y a su hermana menor cayendo en aquel hoyo lleno de inmundicia. No, no había seguridad alguna, o quizá el haber tenido aquel incidente le había dejado sin nada. En un abrir y cerrar de ojos estaban frente a la puerta, ya solo quedaba investigar si la seguridad era la de siempre. – ¿Y si desde aquí gritamos Accio?- dijo en susurro al oído de su novia.– Nos evitamos futuros inconvenientes... Pero no, parecía no ser opción viable, menos conociendo la mente de aquel hombre. Oficinas tal vez, la antigua oficina de su hermano, debía haber algún escritorio, y posiblemente de esa manera se evitarían la necesidad de entrar a aquel cuarto lleno de profecías que posiblemente estuvieran bajo una fuerte seguridad. Sujetó fuerte la mano de su hermana, la recepción al parecer estaba vacía a lo que se tomó aquello como una invitación a pasar hacia los cubículos, solo restaba encontrar algún oso que no perteneciera a aquel lugar. Y bingo. – ¿Y para qué el maldito oso?- sujetó el animal entre sus manos y lo pasó a la rubia con cierto disgusto.– En definitiva los mayores salieron algo fallados... Sus brazos pasaron por el cuello de Mahia y sonrió traviesa, esperaba una respuesta y antes de que pusiera regresar la pedrada Gabrielle besó sus labios acercándola de la nuca. Estaban listas para regresar y tirarle el oso al mago, recordó la bolsa de runas y les sacó de inmediato, la maldita lectura. – Eihwaz, thurisaz y...- sintió la sangre subir a su rostro y el corazón acelerarse.- Gebo... ¿Tengo que leerlas en voz alta o podemos omitir el...? No importaba, sabía que en cualquier lado el peliazul le estaría oyendo. Eso no quitaba que se sintiera... avergonzada. – Estabilidad... cambio... y...- le gustaba el dejar el tema de lado, desvió la mirada apenada, ya tenía tiempo pensándolo pero prefería dejar el tema de lado, algo como dejar que las cosas fueran fluyendo al ritmo de ambas y ahora la runa le había dejado callada.- Matrimonio. Las tres juntas... ¿Y su mejor le llevamos el maldito oso? Las odiaba. Se cruzó de brazos mirando al lado contrario que su hermana mientras esperaba que el corazón dejara de sentirse en su garganta, ir al salón era ya caso fácil.
  13. La dudaba; sus ojos se encontraban fijos en su novia, el tenerla de frente le tenía al límite y solo deseaba no haber traído la bestia que rompiera su tranquilidad. Soltó un suspiro y sin dar aviso pasó sus manos por la nuca de su novia; bajó su torso para besar sus labios, aquella pequeña bola de pelos tendría que esperar, así como Gabrielle esperó su turno. Lentamente dejó que su cuerpo bajara a la altura de la Black y sus manos bajaron por su espalda pegando su pecho al de ella; no, no esperaría a que la cachorra calmara sus ganas de seguir haciendo de las suyas pero el límite se cruzó al sentir como se ponía en medio de ambas. – Afuera... Su voz sonaba grave, la lujuria había hablado y miró de inmediato la puerta del balcón dudando por segundos sacarla ¿Sería lo suficiente idi*** como para caer? Mejor no se arriesgaría. Se puso de pie de golpe, tomó a la bola de pelos y se detuvo justo en la puerta del balcón, era mucho arriesgar a lo que le sacó por la puerta principal del cuarto, que los elfos se encargaran del desastre que posiblemente haría en el pasillo. Listo, solas. Sus ojos se clavaron en el azul de su hermana y aceleró su paso, volvió a sujetarla del cuello y presionó su cuerpo contra el de ella para hacerla caer a la cama. Mordió ligeramente el labio inferior de su hermana, su mano bajó lentamente de su cintura a su cadera quedando quieta y haciendo presión en la entrepierna de ella, se encontraba sobre la Black y poco a poco sus labios bajaban por su cuello, esta vez no había perro... o mal tercios. Estaba ebria de lujuria, el deseo le había cegado y ahora era ella la que decidía. Bajó lentamente sus labios hasta su pecho mientras sus manos quitaban lo que quedaba de ropa entre ellas; era solo el sonido de su respiración acelerada lo que quebraba el silencio, sujetó la cadera de la rubia con ambas manos y siguió bajando sus labios. Su mano derecha rozaba su muslo y subió hasta su entrepierna para encontrarse con sus labios, jugueteó un poco haciendo que solo su boca rozara su piel y sus dedos se perdieron en el cuerpo de la rubia al mismo tiempo que la lengua de la castaña jugueteaba con el resto. Succionó un poco y hundió un poco más sus dedos en ella, el oírla le había terminado de dinamitar los sentidos y Gabrielle estaba perdida en ella. El cuarto se había quedado en tranquilidad y la francesa trataba de mantenerse consiente, deseaba más, la deseaba a ella... Ella. Subió su cuerpo lentamente hasta llegar al cuello de su hermana sin quitar la mirada, casi poseída por aquel rush de deseo y sus manos presionaban la piel que tocaba al ir subiendo. – Je t'aime...- besó lentamente su cuello, se acomodó sobre su costado derecho y entrelazó su pierna con la de su hermana.– Lo sabes ¿Verdad?
  14. – Lo dijiste al principio: De donde parten ¿De dónde nace un idioma? Enigma, ahora se parecía a su hermano con sus preguntas tan filosóficas. Cierto, no había respuesta mala, solo era una manera de entrar en la mente de su alumna, su razonamiento y la manera en la que la chica pudiera entender las cosas. Tomó el pergamino de la Macnair sin previo aviso y lo guardó en uno de sus bolsillos, souvenir tal vez, y comenzó a pensar un poco más acelerado. El conocimiento no llegaba por si solo y si algo había aprendido en todos esos años en que el querer sobrevivir te obliga a hacer cambios bruscos, a aprender o quedar en el olvido. – Bueno, basta de charlas... Creo que es momento que aprendas y dejemos la palabrería de lado.– Sacó una pequeña caja de madera y sonrió de lado, una pequeña chispa de maldad se notaba en su mirada, era tiempo y sabía que la chica más que odiarla, le agradecería más adelante.- Pertenecía a alguien de clase alta, es tu deber encontrar la otra mitad. Abrió la caja y lanzó su contenido. Un pedazo de zafiro salió en dirección a su alumna, claramente la joya había sufrido alguna caida con anterioridad y se notaba que aquello era solo un fragmento. Ese pedazo de piedra le llevaría a un país, a tener que relacionarse con las personas que ahí se encontraran para poder dar con la otra parte, misma con la que le regresaría al salón. Avergonzada al ver desaparecer a su alumna, suspiró, sin duda empezarían a chillar sus oídos. Sus compañeras ya se habían adelantado, miró con recelo al Yaxley y memorizó las runas del pizarrón, de seguro las chicas habían ido a la Biblioteca y tenía que apresurar su andar. – Comienzo a sentirme mal por Cissy.- dijo al llegar hasta la Black y recargar su cabeza en su hombro.- Puedo apostar que la chica ha de estar a señas... pero así aprendimos todos ¿Cierto? No, no esperaba respuesta de su hermana y desvió la mirada la compañera que Orión les había asignado. Sin duda agradecía tenerla con ella, aún teniendo el carácter fuerte, Helike y su cerebro serían un gran aliado en la clase en la que se ocupa no solo tres kilos de droga, si no otros tres de intuición. Recordó las runas que les habían tocado y mordió el brazo de su novia para sacar su frustración. – Putain...- pero el sentirla cerca le había calmado un poco.- Opino que ese Yaxley no salió tan completo, nuestro padre estaría un tanto decepcionado. Las palabras le habían ganado al salir de su boca, meneó la cabeza y sonrió a su compañera recargando su cabeza en el brazo de su novia. Amaba cuando Mahia tenía un tanto de razón en sus palabras y asintió a ambas, no estaba en condiciones de opinar mucho puesto que ambas habían punto la mayoría de las cosas que había que saber sobre la mesa. Sujetó su varita como si aquello fuera importante, en plena biblioteca, como si algo les asechara y sonrió. – ¿Y si solo decimos "Accio Oso de Peluche"? Llevamos lo que quería... - rió un poco y continuó.- Porque no sé que hacer con "misterio, conocimiento, fertilidad..." ¿Dijiste Algiz, helike? Es cornamenta... y ese venado es lo que mas tiene.
  15. Mientras esperaba la respuesta de Cissy la Black se quedó por escasos segundos en blanco. Al fin había comprendido y sólo había ocupado unos cuantos segundos fuera de aquel ambiente tan tenso, donde los enigmas y ella nunca habían logrado llevarse bien. – Aquí...- dijo un poco confusa aún y giró el rostro hacia su alumna.- ¿Me esperas un momento? Sin esperar respuesta corrió hasta su novia y sonrió emocionada sujetando las manos de la rubia. – ¡La Universidad!- Sí, el grito había sido alto pero aquello no le importaba. Giró el rostro hacia su hermano y la sonrisa había desaparecido, solo quedaba una mirada fría y llena de reproche.– La universidad ¿Por qué te gusta tanto el poner loops casi irrompibles? En la universidad se imparten los conocimientos ¿Es eso? La mirada aún se encontraba fija en él y había soltado desde el segundo grito las manos de su hermana, aquello estaba fuera de su zona de confort y no le agradaba para nada. Cerró los ojos y suspiró tratando de calmar su enfado ¿Por qué había decidido tomar esa clase? Cierto, la respuesta estaba a su lado. Caminó de nuevo hacia Cissy aún con la mirada clavada en el Yaxley, se cruzó de brazos, estaba casi segura que las cosas se pondrían peor y se lamentaba cada segundo que pasaba. Volvió la vista a su alumna y meneó la cabeza un par de veces como si tratara que aquel enfado se fuera de inmediato... pero seguía carcomiendo su pensamiento.
  16. Sonrió a Helike, desde su partida del departamento de accidentes había dejado de verla y no sabía si aquello era un alivio o una pena ¿Dónde quedarían las novelas de los tiempos de accidentes? A pesar de su fuerte temperamento era lo que le daba el constante roce con los de accidentes, el "sazón". Justo antes de que pudiera saludar se había marchado. Las parejas de a poco se iban formando y la Black giró su rostro a su novia, adoraba el tenerla cerca, calmaba cualquier nerviosismo que pudiera bloquear su poca habilidad social; su hermano había vuelto a tomar la palabra y puso los ojos en blanco, al menos esta vez pudiera que no tomara otra hora de puras palabras sin sentido. – No sé ma belle soeur...- dijo cerrando los ojos apenada al sentir su beso.– Pero asumo que hay que tratar de pensar un poco más hippy, es Orión... No hay que tomarse tan literal el significado de esas piedras. Sus ojos observaban curiosos las runas: Las tres significaban tantas cosas. Tan solo una runa tenía más de un significado.. pero a la vez le guiaba a lo mismo ¿Por qué era tan complicado? Las cosas no siempre tenían una salida para el mayor de los tres ¿O la había? – Si yo fuera Orión ¿A dónde iría? Algún lugar con buen té claro...- sonrió al ver a su hermana tratando de que ella le ayudara pero aquello sería en vano, Gabrielle era la más "unida" de cierta forma a él.– Los Yaxleys son venados, así que ¿De dónde fregados es Bambi? ¿Los Alpes? No, esas son vacas ¿O Cabras? Basta, piensa... Las tres nos llevan algún tipo de "conocimiento" y antorchas, así que debe ser algún conocimiento, sabiduría y demás quemado ¿Dónde se encontraba esa biblioteca que quemaron? No, su mente estaba de nuevo en el punto de salida: En nada, o tal vez en algo. Comenzaba a impacientarse y terminaría por ir a encarar al Yaxley si no volvía a tomar un poco de control sobre ella misma. Las Runas aún seguían en sus manos y solo jugueteaba con ellas; nada, aún nada y no dejaría que la paciencia se agotara. Dejando un poco de lado su clase soltó un suspiro, tenía cosas que atender y al menos eso le daría un respiro. Sonrió a su novia y dejó las runas en sus manos, bastante había ayudado y besó rápido sus labios antes de lanzar una mirada furiosa al Mago Oscuro. – Bastante ayudé, te toca, estaré con Cissy si es que consigues dar en diferente dirección a la mía. Je t'aime ma petite amie. El reloj imaginario dentro de su cabeza dando el constante "Tic Tac" era lo que mantenía a la chica en estado de alerta y tenía que despejar la mente, volver a su propia clase le haría regresar de nuevo a su estado Zen. Detuvo sus pasos con su alumna y leyó por encima de su hombro, aquello le gustaba, sinceridad era lo que buscaba. – Me plaît... De hecho el que una persona demuestre sus ganas de comunicarse logra hacer un tipo de "vínculo" ya que hasta de cierta forma tratas de entrar en su vida. Aún así el idioma no es solo palabras, es la manera en la que te das a entender. La mente es demasiado moldeable, de hecho se dice que uno forma diferente personalidad cuando habla en otro idioma que no es el materno. Sí, su tema, su ambiente. Amaba su lengua materna así como el idioma con el que había aprendido a socializar, le era fácil desde chica expresarse en a varias lenguas puesto que, de pasar de orfanato en orfanato le había generado ese instinto de supervivencia: Entender o morir en el olvido. Brusco pero agradecía la experiencia. – Ahora mi pregunta es ¿Qué crees que es lo que une a los idiomas? Desde tu punto de vista, no hay respuesta correcta. ¿Se estaba poniendo filosófica? Sí y comenzaba a odiar a su hermano por eso.
  17. Gabrielle Mmraba con enfado a su hermano, no sería su alumna si no también su compañera de aula y había pasado horas oyéndole decir cosas que por el momento no tenían sentido para ella ¿Terminaría en algún momento? Soltó un bufido y puso los ojos en blanco, de seguro quedaban horas. Volvió la mirada hacia su hermana y mordió su labio inferior, en cuanto el Yaxley le dejara hablar sería el momento de asignar la tarea a su alumna. Dejó que su cabeza se arqueara hacia atrás mostrando su aburrimiento, era obvio que el chico seguiría hablando al ser de los temas que más le apasionaban… eso y el llevar la contraria. Le escuchaba pero le ignoraría, aún sabiendo que tenía que prestar atención debido a que esa también era su clase, jugadas "divertidas" de la vida. Se encontraba sentada en la silla detrás del escritorio, para su desgracia debía parecer “interesada” en el tema al estar al frente de la clase al igual que su hermano. ¿Cuántos días llevaban ahí? La Delacour volvió la mirada al Mago Oscuro al notar un leve silencio ¿Se había quedado sorda? No, él había cerrado la boca. Sonrió aliviada y abrió un poco mas los ojos en señal de desaprobación a su hermano, observó a los chicos tratando de buscar a la que posiblemente se encontraría más perdida que el resto de la clase. Y ahí estaba. Era de esperar que la joven estuviera más que desconcertada; no sabía en qué momento del sermón interminable de su hermano había aparecido, quizá tiempo perfecto para no haber tenido que soportar el monólogo sin sentido. Si asumía bien esa chica sería su estudiante. – Bonjour, soy Gabrielle Delacour y cuento que tu seas Cissy Macnair- dijo clavando la mirada en ella.– Soy tu profesora de idiomas y tu primera tarea será hacer un ensayo de por qué decidiste a estudiar Idiomas y la importancia que tiene el aprender esto. No es necesario que sea un pergamino, solo necesito una leve explicación para cuestiones académicas, sobretodo el saber cuáles son tus objetivos. Sonrió a la chica y trató de calmar la desidia que le había invadido después de haber escuchado el monólogo. – Y los demás... creo que tenemos trabajo por hacer. ¡Al fin libre! Asignado el deber ahora tenía que comenzar por el suyo. Caminó apresurada hacia su hermana y, al tenerla cerca, le abrazó de la cintura alzando un poco la cabeza para besar sus labios. – ¿Quieres ser mi pareja?
  18. Holisss!!!! Vengo a pedir unos cambios en mi ficha pliiiiisssss (a ver si se puede postear en primer lugar xD)... Es un párrafo en la historia así que D: !!! pondré lo que está antes :B Gracias por anticipado *3* Tras varios intentos de llamar la atención de su marido se dio por vencida y la depresión se apoderó de ella, siguió su vida y dejó las filas mortífagas. Al poco tiempo, recibió los papeles del divorcio por parte del ministerio, y tras matar a la pequeña lechuza decidió marcharse del mundo mágico por un tiempo, buscando refugiarse en su amada Francia, donde se dio cuenta que sus cambios tan espontáneos de humor se debían a su embarazo avanzado. Pasaron varios años y la Delacour ocultó a sus dos hijos y tomó la decisión de volver al mundo mágico a buscar a su hermano, pedir perdón por su huida y encontrar un lugar dentro del mundo que ella había mantenido alejado. El reencuentro con su hermano, le hizo volver a la marca sintiendo de nuevo esa pasión por el desorden y los ideales mortífagos Su primera tarea después de volver fue regresar a la marca. Estaba de nuevo en su área, la muerte de su esposo le había tomado por sorpresa y se dedicó por completo a lo que el bando le exigía. Consiguió trabajo y trató de pertenecer a él, poco a poco logró la estabilidad mental que había estado buscando y el convivio con sus hermanos lo es todo para ella.
  19. Coincidencia, solo eso. El andar caminando le había llevado a aquel lugar, un vuelco en el pecho y sus pasos se dirigieron a la puerta, meses, tal vez ya el año de no saber de él y sintió el impulso de buscarle, extraño, más en ella. Sus manos se encontraban dentro de las bolsas de capa blanca y sus cabellos ondeaban con sus pisadas, sabía que no estaba en lo correcto pero nada perdía con pasar a preguntar. Tocó a la puerta como si aquello fuera algo tan normal, aún teniendo el corazón en el cuello y sin saber por qué. Unas cuantas salidas y después nada, había desaparecido, como todos los que entraban en la vida de la Black. Maldición... Bendición tal vez; el carácter de la Delacour era igual de cambiante que las personas que entraban a su vida pero esto, era diferente. – Dova... Su voz fue solo un susurro, no se había molestado siquiera mirar al elfo; no era desprecio, era curiosidad y nervios. Movió la cabeza bruscamente como si tratara de regresar a la realidad y sus ojos miel se clavaron en el pequeño elfo que le miraba un poco confundido. – Disculpa... ¿Dova Haughton vive aquí? - sonrió un tanto apenada y sus ojos se clavaron en el lugar, curiosos.– Chico rubio... lindo diría yo. @@Dovakhin Haughton
  20. Sonrió pero su mirada le delataba: Deseo. Pasó una de sus piernas por arriba de su hermana para poder quedar sobre ella y pasó sus manos por su cintura hasta tocar ligeramente el pecho de la rubia, tenía tiempo sin verla y el tenerla debajo le prendía los sentidos. – Always... Era ella, solo ella. Bajó su rostro para besar sus labios y dio una pequeña mordida antes de sujetar las manos de su hermana por encima de su cabeza, les presionó contra la cama y sus labios bajaron al cuello de la rubia, una pequeña mordida y sus labios siguieron rozando parte de su piel, la amaba y el poder respirar su aroma lo era todo por ahora. Bajó un poco más sus labios hasta que la tela le impidió seguir, volvió lentamente hasta su rostro y clavó la mirada en el azul que tanto la sedaba. – Quítatelo...- sus ojos delataban la lujuria que sentía y su voz su casi desesperación.– Ya. La Delacour aprovechó para ella misma sacar la sudadera que cubría su torso y le tiró sin pensar en dónde quedaría, el cuarto era de ambas, ya tendrían tiempo para volverle a arreglar. Sus ojos miel se clavaron en los labios de su hermana y, mientras bajaba el torso, su mano subía lentamente desde su muslo hasta la entrepierna de su hermana. Jadeos, solo eso y el crepitar del fuego... Y unos ladridos insistentes. – What Nella...What?! El grito de enojo fue el quiebre; apretó la mano en puño y sintió su varita materializarse, apuntó a la ropa en fuego con la que la can jugaba y de inmediato un chorro de agua terminó con la diversión. Un "Merde" salió en murmullo de sus labios y se sentó en la cama con los ojos cerrados, ella misma no sabía si era para calmar su enojo... u otra cosa. – En definitiva regalaré a esa perra...
  21. Dejó la cachorra en el suelo y subió lentamente hasta dejar su mirada en el azul de su hermana, pegó su cuerpo a ella y pasó sus manos por su cintura sonriendo. – Nunca, no hay mujer que te haga competencia... Y será el nombre que gustes, ya dije que es de ambas. La caricia en su mejiilla le hizo recargar su cabeza y al instante el momento fue roto por la nueva inquilina. Soltó un bufido mientras Mahia regañaba a la cachorra, en definitiva olía a problemas. No tenía ni el día en casa cuando la cachorra ya había colmado la poca paciencia que la Black tenía; sonrió al verlas juntas y se cruzó de brazos, había similitud pero nunca sustituiría la felicidad que su hermana le hacía sentir. – Han pasado varios días. Semanas… ¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho? ¿Has comido bien? Nadie te ha hecho daño, ¿verdad? – ¿No crees que esas preguntas debería hacerlas yo a ti? A pesar de su ausencia sí le importaba. Mordió su labio inferior y les siguió hasta el sillón, era lo más cercano a un "momento familiar" que pudo haber tenido, tenía que saborear cada instante. Se sentó en el sillón y tiró uno de sus zapatos a la bestia para que fuera tras él, ganar tiempo para poder tener a su hermana para ella sola aunque fuera por un breve instante ante de que ella volviera a desaparecer. – También te extrañé... Demasiado. El gruñido de la pequeña era el sonido de fondo y aquello no importaba al tenerla a su lado. Sonrió y se acercó a su hermana; sus piernas rodearon su cadera quedando sentada sobre ella y sus manos la sujetaban de los hombros para presionarla contra el respaldo del sillón, no se iría, no la dejaría. Sus labios rozaron los de ella y bajó hasta su cuello soltando un suspiro, pego su pecho al de ella y una de sus manos le sujetó de la nuca. – No te vuelvas a ir...- sus labios besaron su cuello y su otra mano acariciaba su cintura.– Que será la última...
  22. El bufido cortó el silencio; la Delacour se encontraba frente a su armario, la poca ropa que se había logrado traer del cuarto que compartía con su hermana sabía agotado y nada le costaba más trabajo (por el momento) que el regresar a ese lugar, tan solo le quedaban los jeans y la sudadera larga que portaba. Cerró los ojos y ladeó la cabeza ¿En verdad le era tan difícil? De igual manera nunca estaba. – ¡No! Una pequeña cachorra mordía los zapatos de la francesa a lo que de inmediato movió el pie tratando de zafarse, "No" era la palabra más común desde que la obtuvo ysu oaciencia había empezado a ser algo del pasado. La pequeña bola de pelos blanca le miró curiosa con sus ojos azules, penetrante, y se giró para tratar de atrapar a Psicosis, educarla sería su siguiente reto. Gabrielle volvió hacia la cama aún con la mirada fija en sus mascotas pero su mente estaba ausente, la extrañaba, desde la cabaña... su aroma, ella. Levantándose de golpe tomó a la pequeña Husky en brazos y caminó decida hacia la habitación que habían elegido ambas. El pasillo ahora parecía una tortura y la bestia blanca no le ayudaba del todo al mordisquear su brazo. Abrió la puerta de golpe y le vio ahí, para su sorpresa. – Mahia... No, no esperaba que estuvieras en casa. Y era verdad. Aún así agradecía el hecho de que estuviera en el cuarto, en verdad le extrañaba y las cosas habían quedado ambiguas desde la última vez. Una sonrisa de medio lado se dibujó en sus labios y sintió el corazón latir con fuerza, ahí estaba después de tantas semanas de ausencia había cumplido su promesa. ¿Cuánto tiempo tenía mirándola? No lo sabía pero de inmediato bajó su mirada a la cachorra, misma que mordisqueaba los dedos de su dueña, sus pequeños dientes ya había desgarrado parte de su piel pero aquello solo eran "gajes del oficio". – Conseguí esta chica.- dijo apresurando sus palabras– Me sentía sola y... se cruzó por mi camino. Sí, excusas pero al menos tenía tema de conversación. Acarició nerviosa a la bestia mientras evitaba sus mordidas y clavó su mirada en el azul de su hermana... error. Su corazón volvía a latir con fuerza, nerviosa ¿Cómo reaccionar? – Pensé en nombres ¿Te gusta Nella o...? Puedes elegir otro nombre, a fin de cuentas me gustaría que fuera de ambas. Bajó la mirada intimidad y el rubor en sus mejillas le delató, cuando estaba a su lado era un libro abierto. La Black mordió su labio inferior un tanto apenada y puso a la cachorra frente a su rostro tratando de ocultarse detrás de la masa de pelos, como si aquello la fuera a defender, jugueteo, tal vez un poco de atención desviada resultara y su plan fue bruscamente cambiado al sentir la mordida de la bestia en su mano derecha, le bajó de inmediato y puso los ojos en blanco, sí, educarla sería el reto.
  23. Nick: Gabrielle Delacour Conocimiento que quiere dar: Idiomas Motivo: Amo ser maestra y me gusta la idea de estar algo "cerca" de lo que fue la academia para mi. La clase de idiomas me gusta porque siento que hay mucho por donde agarrar temas buenos y me gusta el poder meter mis conocimientos no solo en español si no en lo que he aprendido en los que ya sé aparte de ese. Cargos y responsabilidades desempeñadas con anterioridad y actualmente en el foro: 1. Profesora de la academia (no me pregunten años busquen por ahí en el 2008-2010)de generales y Rol Avanzado 2. Fui tutora de duelo y de rol adentro de la marca en esos años. 3. Primer jefa del Departamento de Cooperación M. (Vean los registros en cuanto empezó eso del MM yo fui la primera). 4. Empleada del departamento de accidentes. 5. Empleada del profeta. Estado del plan de estudio: En proceso
  24. Vengo a pedir que me anoten para un conocimiento <3 Gracias! Nick: Gabrielle Delacour ID: 4721 Conocimiento: Runas Antiguas Nivel de Magia: 9 Link a la Bóveda: Boveda Link a la Ficha: Ficha
  25. Vale acababa de postear ¿Yo podía hacer doble post ayer? Digo porque para la otra saber y hacer el doble post... La otra ¿Debí rolear fantasmada tipo "y como se quedó dormido Gabrielle la picoteo el hipo y pues .."? Ah si aprovecho para contestar porque como es mi hr de comida y pensaba postear después de vale me quedé con el post hecho. Estoy en el trabajo D: en cuanto me dijo que posteo yo estaba en horario laboral activo. Oki pos nos veremos xD

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